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Profesores discriminan y agreden a niña por tener padres Ateos (Noticia)

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Colegio distrital hace la vida imposible a dos niñas, por no creer en Dios


Por: KienyKe febrero 18, 2015

La presión sobre una de las menores la hizo pensar en el suicidio.

Los problemas de la familia Ariza Ardila comenzaron a mediados del año 2013. Por entonces, Álvaro Ariza, papá de Ximena* y Carolina*, le pidió a una profesora del Colegio Distrital Gabriel Betancourt Mejía de Bogotá que evitara el adoctrinamiento católico con su hija menor porque pertenecía a una familia atea.

Según dijo a Ariza a KienyKe.com desde ese momento inició el matoneo en contra de sus hijas, en especial hacia la menor, quien en un momento manifestó que quería suicidarse.

Por esta razón, las niñas fueron retiradas del plantel educativo, perdiendo los cupos en la escuela pública. Su papá asumió la educación de las niñas en casa porque no tiene los recursos económicos para pagar un colegio privado.

“Estoy completamente seguro de que el problema comenzó cuando le dije a la profesora Luz Elena Muñoz que me mantuviera al margen de la tradicional clase de religión a la niña. Yo me di cuenta de la incomodidad de la señora”, dice Ariza.

Después de acudir -sin resultado alguno- a la Secretaría de Educación en la Alcaldía de Bogotá y a la Procuraduría, el padre de familia interpuso una tutela en contra de Ministerio de Educación, la Secretaria de Educación de Bogotá y el Colegio Distrital Gabriel Betancourt Mejía. “En todas partes se burlaron de mí y me mamaron gallo”, asegura.

El documento de la tutela dice que la familia busca el reintegro de sus hijas a las clases, teniendo en cuenta que deben realizar las acciones necesarias para que puedan culminar sus estudios del año 2014 en los grados tercero y sexto, respectivamente, para que puedan, en el periodo académico que se inicia de 2015, continuar sus estudios en los grados cuarto y séptimo.

También se solicita pedir disculpas en público a la familia frente a todo el colegio y profesores, y finalmente presentar un plan por el cual las menores nunca más recibirán clases, y adoctrinamiento de ninguna religión mientras tengan que asistir al mismo colegio. KienyKe.com intentó comunicarse con el director del plantel para conocer su versión de los hechos pero no fue posible.

“En la acción judicial se consideran vulnerados los derechos de las niñas a su educación y la familia ha sido amenazada en su libertad de conciencia dentro de un contexto en el que Colombia se reconoce como Estado laico, por el cual se debe permanecer neutro en temas religiosos. Ningún profesor en Colombia puede, en sus clases, rezar o persignarse con los estudiantes o exigirles recibir a sus padres de rodillas, ni imponer su religión”, manifestó el abogado de la familia Germán Rincón Perfetti.

“Sé que hay cierta intolerancia al respecto”

Álvaro Ariza se dio cuenta del adoctrinamiento católico que recibía su hija menor por casualidad. Un día fue citado por la profesora Luz Helena Muñoz con la intención de mejorar el rendimiento de la niña y comentarle algunos cambios porque hace poco se había cambiado de sede.

“La profesora me citó sobre el medio día. Cuando llegué al salón encontré absolutamente a todos los niños de pie y rezando un ave maría. Yo no interrumpí, esperé a que terminaran y la profesora me comentó del tema académico. Al terminar la charla, le dije que prefería que me mantuviera la niña al margen de los asuntos religiosos, que no me gustaba que ella participara en eso. Vi un poco de incomodidad en la profesora pero no me extrañé, porque sé que hay cierta intolerancia al respecto. No pensé que eso la ofendiera porque incluso ya había hecho el requerimiento con el profesor anterior y el tema nunca trascendió”.

El padre de familia asegura que después de la sugerencia inició el matoneo en contra de su hija menor. El primer problema fue la “gritería de la profesora con la niña” y con los días empeoró la situación. Sin embargo, la familia manejó el problema y esperó a que las niñas terminaran el año en este colegio.

“Yo estoy esperaba la restitución de un trabajo y pensé que podía cambiarlas de colegio. Esa era la esperanza. Pero no tuve con qué trasladarlas. Me tocó volverlas a matricular allí en 2014”.

La historia se repitió y la profesora nueva continuó con el adoctrinamiento. Al interponer la queja por segunda vez, a la niña se le cambió de salón y el rector le solicitó al papá que le hiciera seguimiento a la situación para evitar más inconvenientes. Pero todo empeoró cuando supo que habían hecho firmar a su hija en el observador o anecdotario una nota donde ella supuestamente decía que estaba a gusto con la clase de religión.

“Volví a llamarle la atención al coordinador. Me citaron a una reunión con la profesora de religión y la de matemáticas. Acordamos con las profesoras cómo íbamos a manejar el tema para que las niñas no fueran adoctrinadas en religión. Fue una reunión bastante cordial. Pero la profesora de matemáticas me dijo que si era tan delicado y a mí no me servía la educación pública, ¿por qué no me llevaba a las niñas?”.

“Me quiero suicidar”

“Un día levanté a las niñas para ir al colegio. Ximena, mi hija menor, me dijo que no quería ir. Pero le expliqué que no podía faltar al colegio. Dijo que ella se sentía muy enferma y se puso a llorar. Entonces mi hija mayor me dijo que la hermana le había dicho que estaba muy aburrida porque nadie la quería y se quería suicidar. Entré al cuatro y le pregunté a mi hija qué estaba pasando y me dijo que la profesora seguía gritándola, que sus compañeros la molestaban y ella daba quejas pero las profesoras no intervenían”.

El episodio hizo que Ariza interpusiera una queja ante la rectoría del colegio, la Secretaría de Educación y la Dirección Local de Educación pero nunca obtuvo una solución. Por esta razón, pidió a través de una tutela el traslado de sus hijas para que no perdieran el año. Pero esta petición no prosperó ni con una carta que le envió al alcalde Gustavo Petro donde le contó su caso. Todo esto obligó a la familia a retirar a las niñas de la institución para evitar una tragedia.

“El sistema educativo no puede preguntar por creencias religiosas para el ingreso de ningún estudiante bajo ningún pretexto, ni colocar al estudiante a orar dentro del tiempo de clases o persignarse o arrodillarse”, indica la tutela.

“Me preocupa mucho la parte social de las niñas”

El motivo principal por el que las niñas estén fuera del colegio es el matoneo. “A raíz de esto que sufrieron, me di cuenta la falta de ética por parte de los docentes y por parte del rector para manejar este tipo de situaciones”.

Las niñas no estudian formalmente en un colegio, pero su papá se apersonó de la educación porque es maestro. Dice que compró libros de lectoescritura, de matemáticas y español. También les consiguió un curso de inglés.

“Monté un plan de estudio muy bueno. Estamos en clases, pero me preocupa mucho la parte social de las niñas. Es que ir al colegio no es solo para aprender matemáticas, es para aprender a convivir, tratar con los demás, resolver problemas con los amigos, a conseguir un amigo. Eso me preocupa muchísimo.

Es verdad que necesita una vida social, pero no tiene porqué someterse a la falta de ética de unos funcionarios públicos que hicieron que la niña estuviera muy incómoda en este sitio. Ese fue el detonante y por eso tomé la decisión con mi señora de retirarlas. No las puedo poner en otra institución por mi situación económica; las niñas quedaron por fuera del sistema público y yo no puedo pagar un colegio privado. De pronto hay colegios privados de 100 mil pesos pero considero que esos colegios no son buenos”.

La formación de esta familia está basada en el respeto, con reglas para valorar a su congéneres, en que hay que respetar a la gente y apreciar la vida. Sus papás han procurado ilustrarles cómo debe comportarse una persona a partir de la convivencia. El fallo final se conocerá el próximo viernes o lunes. Será el momento de saber si podrán volver a clases a pesar de no creer en Dios.

*Los nombres fueron cambiados para proteger la identidad de las menores de edad.

Fuente:
http://www.kienyke.com/historias/colegio-distrital-matoneo-ateismo/

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El calvario de una familia Atea


JUDICIAL 11 FEB 2015 - 1:33 PM

La tutela fue interpuesta ante el Tribunal Superior de Bogotá

Una menor fue agredida por sus profesores, según sus padres, por el hecho de que sus progenitores fueran ateos y le hubieran solicitado al colegio Gabriel Betancourt Mejía que la apartara de la clase de Religión.

Por: Redacción Judicial

Álvaro Ariza y Jaquelina Ardila están convencidos de que a su hija menor tres de sus profesoras “la matonearon” por el simple hecho de que sus padres fueran ateos y que, por ello, le solicitaran a las maestras apartar a la menor de las clases de Religión y de otra serie de actos que no concordaban con las creencias de su familia, como, por ejemplo, tener que esperar a sus padres arrodillada. Por ello, dicen ellos, las educadoras hostigaron, gritaron, apartaron e, incluso, la marcaron “con un sello en una mano que decía, junto a una carita fea, ‘habladora’” y la obligaron a escribir en el observador una nota en la que tuvo que manifestar su supuesto interés por la clase de Religión.

A lo que se suman una serie de amenazas de que iba a perder el año si no se comportaba y si le contaba a sus padres de lo sucedido y burlas como temblar cuando la niña se acercaba a las profesores como una forma de hacerle entender que le tenían miedo. Toda una serie de eventos traumáticos, sobre todo, para una menor de 7 años de edad.

Todo esto llevó a que Ariza se quejara ante las directivas del colegio, el Gabriel Betancourt Mejía, ubicado en la localidad de Kennedy. Pero nada pasó. En cambio, los hostigamientos hacia su hija se hicieron cada vez peores. A tal punto que en una ocasión su hija le dijo que había pensado en suicidarse “porque nadie la quería”. Y entonces sus padres la retiraron del colegio y presentaron su inconformismo ante la Secretaría de Educación de Bogotá, al Ministerio de Educación y a la Procuraduría. Pero, en vez de arreglar lo sucedido, estas acciones llevaron a que –de forma muy extraña porque, de repente, un colegio que tenía cupos dejó de tenerlos, al parecer, por maniobras ilegales de un funcionario– la menor y su hermana mayor se quedaran sin un cupo en la red de colegios distritales con el agravante de que no tienen recursos para matricular a las menores en un colegio privado. En estos momentos las niñas estudian con su padre en casa. Todo esto motivó a la pareja a presentar una tutela que fue negada en primera instancia y se encuentra a la espera de que el Tribunal de Bogotá la estudie.

En la misma, el abogado Germán Humberto Rincón Perfetti, en representación de la pareja, solicita que la justicia le ordene al colegio “pedir públicas disculpas a la familia frente a todo el colegio y profesorado” y “presentar un plan por el cual las menores nunca más recibirán clases, y adoctrinamiento de ninguna religión mientras tengan que asistir al mismo Colegio”; a la Secretaría de Educación, que “acompañe a la familia accionante en el reingreso escolar de las menores, en las disculpas públicas a la familia y el plan de trabajo para recuperar el tiempo que las menores no pudieron continuar sus estudios. Además que reasigne a las menores a una institución educativa distinta al Colegio Gabriel Betancourt Mejía para la facilitar su adaptación –sin “historial”– en los nuevos grados en 2015”.

De la misma forma solicita que se le ordene al Ministerio de Educación expedir una normatividad acertada “que excluya la clase de religión, llevar a cabo un plan de acción para que en los Colegios Públicos se incluya suficiente ilustración para que el estudiantado en general ejerza la libertad de conciencia y, dado el caso, el ateísmo”. E igualmente, “llevar a cabo las acciones pertinentes para que nunca más se vuelva a incluir dentro del currículo académico de colegios en el país, la clase de religión. Cada familia decidirá dentro de su ámbito interior la forma como manejar estos temas. Para ello preparara una legislación adecuada en el tema” y que “expida una reglamentación y el deber de hacerla pública en medios de comunicación en la cual ningún profesor o profesora al iniciar clases o dentro de ellas, invite a orar, o realizar ritos o alabanzas a favor ninguna religión”.

Para Rincón Perfetti la conclusión no es otra que “el sistema educativo no puede preguntar por creencias religiosas para el ingreso de ningún estudiante bajo ningún pretexto, ni colocar a estudiante a orar dentro del tiempo de clases o persignarse o arrodillarse. Esto vulnera la libertad de culto de la menor y su familia puesto que la misma Corte Constitucional en una sentencia de 2002 sostuvo que “este derecho ha sido concebido jurisprudencial y doctrinalmente, como aquél que le permite a cada persona de forma independiente y autónoma creer, descreer o no creer en una determinada religión como medio de separación entre lo sagrado y lo profano, reconociendo a cada hombre su derecho a mantener la integridad de sus creencias, de alterar sus convicciones religiosas o de asumir posturas ateas o agnósticas”.

En entrevista con este diario Ariza sostuvo al respecto que su posición es que a los menores se les de este tipo de instrucción y que estos temas sean abordados cuando estos cuenten con la madurez suficiente para generar una opinión propia que no esté mediada sino por su propio criterio. Es decir: que sea el menor, ya en un grado de madurez suficiente, quien decida su credo y no que este sea impuesto. “Me parece que el tema tiene suficiente importancia como para que sea abordado cuando el niño tenga suficiente madurez. Una mayor madurez cognitiva, que tenga más conocimiento, más capacidad. No simplemente que porque tiene 5 años vamos a llevarlo de las narices y vamos a meterlo a cualquier religión. Se está abusando de la incapacidad del niño pequeño”.

E indicó que la justicia “tiene que dejar de congraciarse con el clero y fallar ese en derecho y desaparecer esa catedra de Religión. Tiene que poner una normatividad para sancionar el proselitismo religioso”. Mencionó que, por ejemplo, si un profesor hace proselitismo político por medio de sus clases, se enfrenta a posibles sanciones y que lo mismo debería ocurrir con el proselitismo religioso, con que el maestro intente inculcarle al alumno su credo propio y que esto no es un problema solo para los ateos sino, incluso, para cristianos y adventistas que tienen hijos a los que se les obliga practicar ritos católicos y que, de la misma forma, algunas clases como la de Ética y Democracia se han convertido en espacios para que esto ocurra. “No se conoce en los colegios qué es la clase de ética, qué es la democracia. Todas esas clases que son relacionadas con la formación se desvían hacia el tema religioso”.

La Corte Constitucional ha defendido en reiteras ocasiones a los creyentes y no creyentes frente al abuso de las autoridades. La misma Convención Americana de los Derechos Humanos ha dicho que “los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.

Para Rincón Perfetti la conclusión no es otra que “las clases de religión están ilustradas por asuntos cristianos, desconociendo otras religiones, que aunque minoritarias en este lado del planeta, no por ello deben ser relegadas a la inexistencia, con ello quiero destacar que existe un adoctrinamiento religioso basado en las experiencia de vida y personales de las docentes, quienes consideran legítimo su proyecto de vida basado en el cristianismo y por ello lo tramiten e imponen a niños y niñas en sus clases, sin tener en cuenta, ni otras religiones, como tampoco ilustrar sobre las posturas ateas o agnósticas, de tal suerte que sean las personas quienes decidan su proyecto de vida, mas, no sea impuesto ‘naturalmente’, como ocurre en el Colegio demandado”.

Mientras tanto Jaquelina y Álvaro esperan a que las autoridades resuelvan pronto esta tutela y se protejan los derechos de las familias ateas tanto como se han protegido los de las familias creyentes. Que se acabe con ese estigma de que no se puede ser libre de creer o no creer en lo que cada cual decida. Que las menores puedan volver a estudiar.

Fuente:
http://www.elespectador.com/noticias/judicial/el-calvario-de-una-familia-atea-articulo-543360

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Colombia es de todos, no solo de los Católicos.


16 FEB, 2015

Otro caso de discriminación se vivió en pasados días en un colegio del país: esta vez en contra de un alumno que pidió respeto a su decisión de no creer.

Habrá que recordarle a los colombianos, que colombianos somos todos y tenemos los mismos derechos sin importar nuestras creencias religiosas o nuestros gustos sexuales. El año pasado vivimos una tragedia con el suicidio del joven Sergio David Urrego Reyes, quien decidió quitarse la vida tras ser víctima de acoso por parte de sus compañeros, directivas del colegio -católico-, y hasta por el propio padre de su novio. Sí, de su novio: Sergio era gay y además colombiano. Ésa fue su gran desgracia, haber nacido en este país insulso y rezandero.

Como en el caso de Sergio, estuvimos a punto de asistir a otra tragedia similar, esta vez por culpa de la discriminación y la falta de respeto hacia otras formas de ver la vida. Es el caso de la familia Ariza Ardila, que tuvo que llegar, incluso, a instancias judiciales para que se supiera de las agresiones en contra de su hija menor por el simple hecho que su padre le hubiera solicitado a una de sus profesoras que la apartara de la clase de religión. Los demandantes señalan que la menor fue apartada y que el acoso fue tal que en un momento la menor le dijo a su padre que pensaba suicidarse “porque nadie la quería”. Lo que hizo que sus padres la retiraran de ese centro educativo. Ahora la menor y su hermana se encuentran a la espera de un cupo en un colegio distrital y mientras tanto estudian en casa. Ni la Secretaría de Educación, ni el Ministerio de Educación han hecho algo al respecto.

En este caso, los padres de familia pudieron actuar con prontitud y evitar que su hija tomara una decisión lamentable. Pero el problema no acaba aquí. Vivimos en una sociedad poco educada, y por lo tanto poco reflexiva. La iglesia católica, institución detestable que ha sido la causante de algunas de las más grandes vejaciones en la historia de la humanidad, funge como representante de la moral y del bien, y tiene la no despreciable cantidad de 1800 millones de seguidores, todos equivocados.

Pero no voy a entrar en esa discusión en estos párrafos, al fin y al cabo cada uno es libre de equivocarse como bien le parezca. Lo que si cabe recordar, es que Colombia es un país laico, constitucionalmente laico, hay libertad de culto y uno bien puede creer en lo que le salga de los cojones. Ni las leyes ni la moral son propiedad de la iglesia católica, que históricamente sólo estaría condena a desaparecer si viviéramos en un mundo sensato. Pero sensatez es lo que menos se ve por estas calles que transitamos.

Sólo pido respeto, si no les alcanza, entonces pido tolerancia. Yo, por ejemplo, he aprendido a vivir rodeado de creyentes que dejan a la suerte de Dios su mediocridad, que fungen de buenitos yendo a misa todos los domingos, cuando el sábado se van de putas. Que juzgan y señalan y condenan, como todo poderoso, a los que actúan y piensan diferente; pues aguanten de su propia medicina. Yo por lo pronto sólo llegaré hasta este punto de decir lo que creo, sería incapaz de pensar ni siquiera en crucifixiones, cruzadas, inquisiciones, quema de libros, pederastia y un montón de etc., eso se los dejo a ustedes, católicos, que tienen que encontrar la manera de resolver sus problemas.

Por último, les pido que no den clases de moral ni de comportamiento, sus acciones no los respaldan. También les pido que dejen en paz al resto de la humanidad, que sin duda hemos hecho mucho menos daño al colectivo que todos ustedes. ¡Tolerancia! Y recordemos que este país es de todos, ateos  incluidos.

Fuente:
http://blog.solopaisas.com.co/colombia-es-de-todos-no-solo-de-los-catolicos/

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Los derechos de los Ateos


EDITORIAL 15 FEB 2015 - 6:25 PM

Pese a denominarse “El país del Sagrado Corazón de Jesús” y pese a que la mayoría de habitantes son creyentes, en Colombia hay miles de personas que no profesan fe alguna y que merecen que las autoridades respeten sus opiniones.

Hay que recordar que los ateos tienen derecho a la libertad de culto: pese a estar protegidos por la ley, sin embargo, algunos son discriminados por sus opiniones.

Es el caso de la familia Ariza Ardila, que tuvo que llegar, incluso, a instancias judiciales para que se supiera de las agresiones en contra de su hija menor por el simple hecho de que su padre le hubiera solicitado a una de sus profesoras que la apartara de la clase de religión. Los demandantes señalan que la menor fue apartada y que el acoso fue tal que en un momento la menor le dijo a su padre que pensaba suicidarse “porque nadie la quería”. Lo que hizo que sus padres la retiraran de ese centro educativo. Ahora la menor y su hermana se encuentran a la espera de un cupo en un colegio distrital y mientras tanto estudian en casa junto a su padre. Ni la Secretaría de Educación ni el Ministerio de Educación han hecho algo al respecto.

La familia espera que el Tribunal Superior de Bogotá, que estudia su caso, falle a su favor y le ordene al ministerio que, entre otras, excluya la clase de religión del currículo académico de los miles de colegios a nivel nacional y lleve “a cabo un plan de acción para que en los colegios públicos se incluya suficiente ilustración para que el estudiantado ejerza la libertad de conciencia y, dado el caso, el ateísmo (…) Cada familia decidirá dentro de su ámbito interior la forma como manejar estos temas”. “Las clases de religión están ilustradas por asuntos cristianos, desconociendo otras religiones, que aunque minoritarias en este lado del planeta, no por ello deben ser relegadas a la inexistencia”, sostuvo al respecto Germán Humberto Rincón Perfetti, abogado de la familia.

Hay que decir, primero, que la ley protege a los ateos de que se les obligue a hacer parte de eventos que no concuerdan con su forma de ver y entender el mundo. El decreto 4500 de 2006 lo señala muy claro: “Los estudiantes ejercen su derecho a la libertad religiosa al optar o no por tomar la educación religiosa que se ofrece en su establecimiento educativo (…) Esta decisión deberá ser adoptada por los padres o tutores legales de los menores o por los estudiantes si son mayores de edad”. De la misma forma sostiene vehemente que “ningún docente estatal podrá usar su cátedra para hacer proselitismo religioso o para impartir una educación religiosa en beneficio de un credo específico”.

Entonces el problema no es que la ley no exista sino que no se respete. A los profesores, a las autoridades y a la sociedad en general hay que recordarles que los ateos merecen respeto, que no son bichos raros o “pecadores”, que sus opiniones son igual de respetables a las de los creyentes y que nadie puede obligarlos a hacer parte de eventos que no son acordes con sus creencias. Si respetamos que un católico o un musulmán no se vean obligados a actuar contra lo que piensan, no hay razones para no actuar de la misma forma con los ateos.

No es sólo reconocer que hay quienes creen en otros dioses sino también que hay personas que no creen en ningún dios, postura igualmente válida. Los profesores tienen que respetar a las familias ateas y lo mismo tienen que hacer las autoridades. Ojalá el Tribunal Superior de Bogotá falle en derecho.

Fuente: 
http://gentv.tv/opinion/editorial/los-derechos-de-los-ateos-articulo-544251




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Ver Articulo: Países con más Ateos

Ver Sección: Actualidad y Noticias



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“Es más fácil creer que pensar con espíritu crítico”

Ernst Fischer









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