Entre todas las cosas malas y terribles que nos ha dejado la religión y la creencia en Dioses, sin duda lo peor es la larga estela de muerte y destrucción que siempre parece acompañarla.
Las Religiones (en especial el Cristianismo) se jactan y vanaglorian de predicar y esparcir amor y bondad entre sus adeptos cuando a veces la realidad es sangre y sufrimiento el legado que han de recibir. Y las personas que se encargan de dirigir y conectar el mensaje de “Dios” con el pueblo, suelen ser responsables directos de estas barbaries.
En ocasiones se asocian fatalmente la megalomanía del líder religioso con la sumisión y candidez del creyente, aunado a la absurda creencia que esta vida es pasajera y que después de morir nos espera un cielo/paraíso, formando todo esto una mezcla que suele terminar muy mal.
Veremos a continuación 5 tristes y lamentables ejemplos de este tipo relación donde personas inocentes pierden la vida por causa de una religión mal enfocada y abyectos líderes psicópatas.
Y aunque afortunadamente este tipo de acontecimientos no son más frecuentes, son razones de sobra para prescindir de las religiones y luchar por un mundo Laico donde las creencias sean PERSONALES y privadas.
Basta de sufrimiento por causas religiosas.
Basta de muerte por culpa de Dioses invisibles e inexistentes.
Y es que para muchos Creyentes, a veces el camino al cielo está lleno de sangre y muerte...
Advertencia:
Contenido e imágenes fuertes.
Se recomienda discreción.
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Templo del pueblo
El 18 de noviembre de 1978, 918 estadounidenses murieron en la Tragedia de Jonestown, Guyana, incluidos 909 miembros de la secta El Templo del Pueblo liderada por el pastor Jim Jones. 4 El suceso incluía a 303 niños. Una cinta de los últimos momentos del Templo fue encontrada en el pabellón de Jonestown, la cual contiene reiteradas discusiones al interior del grupo en la que afirmaban que cometerían un «suicidio revolucionario», incluye también referencias a la toma del veneno y los recipientes que usarían.5 En la cinta, Jones les informa a los miembros de la secta que Rusia habría negociado con ellos un éxodo potencial por meses, luego de haber asesinado al congresista Leo Ryan, al reportero de la NBC Don Harris y a otros tres en una pista de aterrizaje cercana.5 Cuando los miembros al parecer rompieron a llorar, Jones los consuela diciendo: "Detened esta histeria. Esta no es la manera de morir para las personas socialistas o comunistas. No es nuestra forma de morir, debemos morir con algo de dignidad".5 Al final de la cinta Jones concluye diciendo: "No cometimos un suicidio, perpetramos un «acto suicida revolucionario» en protesta de la condiciones de un mundo inhumano".5 La gente en Jonestown murió por envenenamiento con cianuro, a excepción de Jones y su personal de apoyo quienes al parecer murieron por lesiones de arma de fuego auto infligidas. 6 Los miembros del Templo ya habrían hablado en ocasiones anteriores del «acto suicida revolucionario», y a los miembros se les habría dado a beber lo que se les dijo que era veneno, pero tal bebida no tendría veneno. 7 Otros cuatro miembros de la secta murieron en los cuarteles del Templo del Pueblo en Georgetown, Guyana.
El suicidio de la secta de Jones en Guyana, veinte años después
El 18 de noviembre de 1978, el mundo se estremecía con las imágenes del suicidio de 913 estadounidenses, miembros de la secta Templo del Pueblo. El relato de una sobreviviente.
El fanatismo al reverendo Jones terminó en una tragedia.
Creía ser la reencarnación de Lenin, Jesucristo y Buda.
Fue el suicidio colectivo más trágico de la historia contemporánea. Hace 20 años, el 18 de noviembre de 1978, 913 estadounidenses miembros de la secta Templo del Pueblo murieron colectivamente tomando cianuro en la jungla de Guyana, cerca de la frontera con Venezuela. Si lo hicieron forzada o voluntariamente, nunca se supo. Lo que sí está claro es que este episodio –que en aquel momento conmovió a ese país y al mundo entero– está casi olvidado ahora en Estados Unidos; sólo un puñado de familias y sobrevivientes han previsto volver hoy a la fosa común donde están enterrados más de 400 cuerpos, la mayoría no identificados, en el cementerio Evergreen de Oakland, en California.
Inclusive, a pesar de sus esfuerzos, estos sobrevivientes no han podido reunir el dinero suficiente para construir un monumento en memoria de las víctimas. Hombres, mujeres y niños que siguieron a su líder espiritual Jim Jones para levantar un mundo ideal en la selva de Guyana.
La colonia agrícola, bautizada Jonestown y que fue fundada en 1973, era para algunos el paradigma de la felicidad multirracial, con pretensiones igualitarias y dominada por un cuarentón con enorme carisma e ideas marxistas que creía ser la reencarnación de Lenin, Jesucristo y Buda. Jim Jones no sólo era fiable, además era rico y estaba ligado a algunos políticos californianos. Contaba entre sus amistades a Rosalyn Carter, la esposa de Jimmy Carter, presidente de Estados Unidos entre 1977 y 1981. Y al legislador estatal Willie Brown, actual alcalde de California.
Pero en 1976 la colonia ya no era el paraíso soñado: “La gente tenía miedo de Jim Jones, trataba de huir. Una vez que llegabas, no te podías marchar”, explica Jynona Norwood, pastor de la Family Christian Cathedral, en Los Angeles. Veintisiete miembros de su familia se suicidaron.
La idea del suicidio colectivo surgió tras el asesinato de un congresista de California, Leo Ryan, que fue a investigar la colonia a petición de algunos padres, inquietos porque sus hijos no volvían. Dos periodistas que lo acompañaban también fueron asesinados por miembros de la secta cuando se disponían a subir al avión de regreso. Al día siguiente, Jim Jones instó a los miembros de la colonia a cometer “no un suicidio, sino un acto revolucionario”, según una grabación encontrada en el lugar. Algunos estaban dispuestos: “No le tenemos miedo a la muerte”, escribió antes de morir uno de los suicidas. “Esperamos que el mundo se dé cuenta un día de los ideales de justicia e igualdad por los que vivió y murió Jim Jones.”
Pero las madres se mostraban reticentes a envenenar a sus hijos con cianuro. Las protestas se sofocaron rápido y tres días más tarde, el mundo, conmocionado, descubrió las imágenes de centenares de cuerpos tendidos en la jungla, a menudo boca abajo.
Este año, los hijos de Jim Jones, Stephan y Jim Junior, que no se encontraban en la comunidad el día del drama, han vuelto al lugar. “Era gente cariñosa y apasionada. Esta gente no hubiera tenido que morir”, explicó Stephan Jones a la cadena de televisión ABC, organizadora del viaje. “Pero hacia el final, a (Jim Jones) lo consumió su propia locura”, agregó. “El final fue horrible, pero pienso en lo que intentó construir”, asegura, por su parte, Jim Junior. La secta dejó de existir después del drama. Decenas de sobrevivientes (que huyeron justo antes) intentaron, a duras penas, reintegrarse en la sociedad a pesar de las “dudas, las acusaciones y la vergüenza”, confiesa Jynona Norwood.
El drama de Jonestown, que seguirá siendo un misterio, no disuadió otros suicidios colectivos. En Estados Unidos, más de 80 miembros de la secta de los davidianos murieron en 1993 en el incendio, aparentemente voluntario, de su granja en Waco (Texas), que la policía había tomado por asalto. En Suiza y Québec, en octubre de 1994, dos grupos de miembros de la Orden del Templo Solar (OTS), en total 53 personas, también fueron encontrados muertos, antes de otro suicidio colectivo de la OTS, en 1995 en Francia. El suicidio colectivo más reciente es el de los 39 adeptos de la Puerta del Paraíso, en marzo de 1997, en California. En total, según la AFF(American Family Foundation, centro de investigaciones sobre las sectas), hay entre 3000 y 5000 grupos de este tipo en el mundo que reagrupan a entre 5 y 20 millones de miembros.
La voz que oyó Deborah
Deborah Layton vivió en Jonestown y teóricamente tendría que haber muerto allí, pero fue uno de los pocos miembros del Templo del Pueblo en salir con vida de la selva de Guyana. Layton fue también una de los pocos disidentes que había alertado sobre lo que se estaba preparando en la ciudad erigida por la secta. Pero sus advertencias no fueron suficientemente tenidas en cuenta.
Desde su casa en las afueras de San Francisco, Layton se aventuró de nuevo a la oscuridad del Templo del Pueblo para intentar encontrar alguna explicación al abismo mortal al que se precipitaron cientos de sus ex camaradas. Sus esfuerzos para exhumar las memorias derivaron en un libro: Veneno seductivo: la historia de una sobreviviente de Jonestown sobre la vida y la muerte en el Templo del Pueblo. También la llevaron de nuevo al fatídico lugar de la jungla de Guyana.
Su madre, que se había unido a la secta en parte para estar más cerca de ella, está enterrada allí. Murió de cáncer diez días antes de que Jim Jones realizara el último acto de su locura. Y su hermano, Larry, quien la había convencido para que entrara a la secta, cumple una sentencia a cadena perpetua. Es la única persona procesada por el mortal atentado contra el legislador californiano Leo Ryan y un grupo de periodistas en una pista de aterrizaje de Guyana.
Layton huyó de Guyana en mayo de 1978. La que llegó a ser una de las principales ayudantes de Jones, cada vez se sentía más preocupada por la dirección hacia la que el adorado “Padre” conducía su rebaño. Layton explica que la huida fue una cuestión de hacer caso a su voz interior, una voz que Jones trataba de apagar con discursos delirantes. “Te decía que la voz era mala, que era la voz del egoísmo”, cuenta la mujer que le decía Jones. “Pero fue esa voz la que me salvó”, asegura, con vida, ahora.
Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/1998/98-11/98-11-18/pag22.htm
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Orden del templo solar
Entre 1994 y 1997, los miembros de La Orden del Templo Solar iniciaron una serie de suicidios en masa que sumaron 74 muertes.8 En las notas de despedida que habrían dejado los miembros, expresaron que creían que sus muertes serían un escape a la «hipocresía y opresión del mundo».9 Adicional a esto creían que serían «llevados a Sirius».10 Algunas grabaciones que serían recogidas por la policía de Québec mostraron que algunos miembros habrían hecho donaciones personales al líder de la secta, Joseph Di Mambro, por un millón de dólares.11 Otros miembros de la secta intentaron suicidarse a finales de la década de 1990, pero sus intentos fueron frustrados. Todos los suicidios e intentos de suicidio ocurrieron alrededor de los equinoccios y solsticios, porque al parecer estaría en concordancia con las creencias del grupo.
Secta "La Orden Soberana del Templo Solar"
Su Fundador Dr. Luc Jouret
- Avisan que el final del milenio está cerca.
- Anuncian el retorno en gloria solar de Cristo-Dios, es decir, la Parusía, para el año 2000.
- Para que Cristo regrese se deben dar dos factores: la venida y muerte del Anticristo, el que precede a Cristo; por eso en 1994 la secta asesinó de 54 puñaladas y con una estaca en el corazón a un inocente bebé, Christopher Dutoit, de tres meses… desde entonces fueron perseguidos
Desenlace de su doctrina:
- Suicidios colectivos en cadena en diferentes lugares
- El primer suicidio colectivo se produjo el 4 de octubre de 1994 en Cheiry y Salvan, dos idílicas aldeas de Suiza. Murieron 48 personas calcinadas.
- El 23 de diciembre de 1995 otros 16 cuerpos fueron encontrados carbonizados, entre ellos tres niños, en un bosque de los Alpes franceses, en la región de Grenoble.
- Otro suicidio ritual tuvo lugar el 23 de marzo de 1997 en Saint Casimir, una localidad al suroeste de Quebec (Canadá). Los cadáveres de tres mujeres y dos hombres fueron hallados en una vivienda que había sido incendiada.
Fuente:
http://www.victimasectas.com/Terrorismo/OrdenTemploSolar.html
Horrores Humanos: La orden del templo Solar
Qué animal tan particular es el ser humano, capaz de arriesgar la vida por el prójimo y a la vez es capaz de realizar verdaderas atrocidades por los motivos más banales.
Si existe un infierno, Joseph Di Mambro y Luc Jouret, deben tener un puesto de honor en el.
Un Poco de Historia
Joseph Di Mambro nació en Francia en 1924. Relojero y joyero de profesión que compartía con un interés hacia lo oculto, lo que lo llevó a pertenecer a varios cultos, hasta que en 1973 decide formar el suyo propio, el “Centro para la Preparación de la Nueva Era”.
Esta secta fundó una comuna en la frontera Franco-Suiza, en donde Di Mambro comenzó a recibir dinero de sus seguidores, bajo el pretexto de que él era la reencarnación de cuanto personaje histórico y bíblico le sirviera para la ocasión.
Debido a que gran parte de sus seguidores pertenecía a la clase alta, las ganancias de la secta empezaron a crecer, lo que permitió la adquisición de una mansión en Ginebra Suiza para la creación del cuartel general de la rebautizada “Fundación de la Vía Dorada”, que más tarde en 1984 se conocería como la “Orden Del Templo Del Sol”.
Por otra parte Luc Jouret, era un médico obstetra belga, nacido en el Congo Belga, y que comenzó a trabajar incansablemente para la Orden. Gracias a su increíble carisma se convirtió en guía y profeta de la secta, multiplicando el número de seguidores de la misma.
Para fines de la década de los ochenta, la orden tenía entre 450 y 600 seguidores, regados en Francia, Suiza, Canadá, España y Estados Unidos.
Para ese entonces Di Mambro y Jouret, habían logrado recaudar entre sus seguidores una cantidad de casi 93 millones de dólares… nada mal para sólo 5 años de “trabajo”.
Creencias, Organización, y Funcionamiento de La Orden
Las creencias básicas de la Orden eran:
1) El establecimiento de las nociones correctas de la autoridad y poder en el mundo … Algo como Hitler ¿no?
2) La afirmación de que lo espiritual está por encima de lo material (para los seguidores no para ellos).
3) Asistir a la humanidad en una gran “Transición”.
4) La preparación de la segunda venida de Cristo como el "Dios-Rey Solar"
5) La unificación de todas la iglesias cristianas y el Islam (un plan un poco ambicioso).
Las actividades diarias de los templos de la orden eran un batido de Cristianismo Protestante, creencias New Age con rituales Masones. Eso si, el Templo era un club exclusivo, ya que Jouret tuvo la acertada idea de reclutar solo a miembros con una buena posición social, algo así como la Madre Teresa, pero al revés.
Cada uno de los miembros era iniciado con una complicada serie de ceremonias -con sus respectivos trajes ceremoniales-, al ir subiendo de rango dentro de la secta los miembros debían pagar una serie de “tarifas de iniciación” que incluían joyas, trajes y gastos administrativos.
Otra cosa importante es que solo Di Mambro podía autorizar a las parejas de la orden para tener hijos, ya que podían poner en peligro a su hija como la “elegida”.
Los asesinatos y los suicidios masivos
Durante el resto de los años 80 la secta fue creciendo en seguidores, pero al mismo tiempo comenzó a tener problemas internos con sus “feligreses” mas antiguos.
Al mismo tiempo, la Orden fue sujeta a investigación por parte de las autoridades, debido a una supuesta conexión con una organización dedicada a los crímenes políticos.
Las investigaciones del FBI con respecto a la masacre de Waco, Texas y la mala publicidad hacia los cultos ocasionada por este terrible hecho, hicieron que muchos miembros pidieran la baja de la orden.
Todo esto llevo a Di Mambro a predicarle a sus seguidores, que el fin del mundo se acercaba, y que debían recluirse en la “Arcas de seguridad”, para que toda la energía negativa del mundo los ayudara en su paso al más allá.
En octubre 1994, en un Chalet propiedad de Di Mambro ubicado en Morin Heights, Quebec, un infante de sólo tres meses de edad es asesinado al ser apuñalado 6 veces con una estaca de madera.
Sus padres Tony y Nicky Dutoit, ex miembros de alta jerarquía de la secta también fueron encontrados apuñalados en el mencionado chalet.
La investigación dio como resultado que los 3 fueron mandados a matar por Di Mambro, por haber dejado la Orden y tenido un hijo sin permiso de este, hijo este que Di Mambro consideraba el “Anticristo”, enviado a la tierra para frenar sus planes.
Días después, el mismo Di Mambro llevó a cabo junto 12 de sus seguidores, una “Ultima Cena” ritual.
Algunos días después en Cheiry una aldea ubicada en el oeste de Suiza, los bomberos acudieron a apagar un fuego en una granja cercana, al entrar a la casa, los bomberos encontraron a una un hombre muerto acostado en la cama con una bolsa en la cabeza.
Al investigar con más detenimiento, se dieron cuenta que el hombre había sido asesinado de un tiro en la cabeza, al revisar la casa encontraron varios dispositivos incendiarios.
Al entrar a lo que parecía el garaje, se encontraron con un hall de entrada, con muchas pertenencias regadas pero sin nadie a la vista, al revisarlo bien hallaron una pared movible y se llevaron una sorpresa digna de una película de David Fincher o Kubrick: Allí había un centro de ceremonias, con su altar y totalmente tapizado de rojo, en el centro encontraron un grupo de 18 personas muertas formando un circulo, entre ellos Di Mambro y Jouret.
De los 18, 10 habían sido “asesinados” de un tiro en la cabeza, los otros se habían envenenado a sí mismos.
A 180 Km de allí en la aldea Granges-sur-Salvan, otro fuego llevo a los bomberos a otros 3 chalets, al entrar encontraron 25 cuerpos carbonizados, entre ellos 3 adolescentes y 4 niños, muchos de ellos asesinados de un varios disparos.
Las investigaciones arrojaron que los 4 chalets, así como las víctimas pertenecían a la Orden.
El 15 de diciembre de 1995, 16 personas, entre ellos 3 niños, fueron encontradas carbonizadas y con heridas de bala en lo que se le conoce desde entonces como el pozo del infierno en Grenoble, Francia. 14 de ellas formaban una estrella, y algunos presentaban señales de agresión. Los otros 2 se presumen eran los tiradores. También pertenecían a la Orden.
Y allí no acaba la cosa. El 22 de mazo de 1997, 5 miembros de la orden se quitaron la vida en Casimir, Quebec, iniciaron un fuego en la casa y tomaron unos tranquilizantes y se pusieron en forma de cruz a esperar pasar a otro planeta.
Tres jóvenes de 13, 14 y 16 años, hijos de una de la parejas que murieron, lograron escapar al fuego y se les encontró no lejos de la casa en llamas, bajo los efectos de los tranquilizantes.
Y por último en 1998, la policía previno que una psicóloga de origen Alemán, realizara otro suicidio colectivo en Tenerife.
Hasta el sol de hoy, se dice que la Orden del Templo Solar permanece activa.
Fuente:
http://www.culturizando.com/2012/10/horrores-humanos-la-orden-del-templo.html
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Heaven's Gate
El 26 de marzo de 1997, 39 seguidores de la secta Heaven's Gate murieron en un suicidio masivo en Rancho Santa Fe, California, en la frontera norte de San Diego; creían, según las enseñanzas de la secta, que con sus suicidios «dejarían sus formas humanas» y que sus almas abordarían una nave espacial que seguiría al cometa Hale-Bopp. 13 Algunos hombres, miembros de la secta, habrían sido sometidos a una castración voluntaria para prepararse para una vida sin sexos, que llegaría luego de su muerte. 14 el 30 de marzo de 1997, Thomas Nichols, hermano menor 15 de la actriz Nichelle Nichols, fue descubierto muerto en su tráiler con una nota que decía en parte: "Me voy hacia la nave que va hacia el Hale-Bopp para estar con los que se fueron antes que yo"; usando gas propano para terminar con su vida. Nichols, al igual que los demás miembros de la secta, tenía la cabeza cubierta con una bolsa plástica y su torso cubierto con una mortaja violeta. La conexión de Nichols con la secta es desconocida.
En mayo de 1997, dos miembros de la secta que no estuvieron presentes en el suicidio en masa, intentaron suicidarse, uno de ellos murió en el intento, el otro estuvo en coma por dos días y luego se recuperó.16 En febrero de 1998, el sobreviviente, Chuck Humphrey, se suicidó.
La secta que quiso ser el cometa Hale-Bopp
Amigos y familiares de las víctimas no se explican cómo pudo producirse semejante fenómeno de locura colectiva
RANCHO SANTA FE, California, 28.- Mezclaron vodka con calmantes y, cual complemento de un cóctel funesto, ahogaron el último aliento en bolsas de plástico. No había otra forma, según ellos, de ingresar en el Reio de Dios. Y ahora, en teoría, van montados en la estela del comenta Hale-Bopp.
Eran 39, 18 varones y 21 mujeres, dos de ellos negros, de edades que rondaban entre los 20 y los 72 años. Pertenecían a una secta llamada Heavens´s Gate (Puerta del Cielo) que hacía rodar sus curiosos mensajes de computadora en computadora vía Internet.
De ellos, vestidos todos con pantalones deportivos y zapatillas, queda hoy puro estupor. De amigos y vecinos que todavía no pueden creer que hayan llegado al extremo del suicidio colectivo en aras de un ideal tan incierto como la súbita conversión en ángeles.
Estaban convencidos de ello. A juzgar, sobre todo, por la prédica constante de desechar las envolturas (los cuerpos) que les impedían pelear contra el mal en una guerra cósmica cuyo principal aliado era el cometa.
Paul Follosco, empleado de un lavadero de autos al cual iban seguido los miembros de la secta, meneaban la cabeza confesaba a La Nación : "Estamos todos muy impresionados. Sabíamos que tenían ideas religiosas muy particulares, pero jamás nos hubiéramos imaginado que iban a terminar así" . El dueño, Al Vignato, rompió en llanto.
Otro de ellos conserva, cual recuerdo, un holograma atado a un cordón en el que se vislumbra una cabeza blanca, rapada y alargada, con ojos verdosos. Tiene aspecto de extraterrestre.
Despedida de la vida
Fue el regalo de uno de los miembros de la secta antes de despedirse. De despedirse de la vida, en realidad, porque un rato después, el miércoles, sobrevendría un desenlace fatal en cadena que habría comenzada días antes. El 25 de marzo, al parecer, tenía un significado especial para ellos.
En el barrio Rancho Santa Fe, un paraíso en donde hoy florecen los frutales, nadie comprende bien qué fue lo que pasó. Lo vieron por televisión. Por temor,e en muchos casos, a enfrentar el absurdo de tanta muerte en medio de mansiones, tipo Beverly Hills, que animan más al placer que al sacrificio.
El escenario del crimen es una casona que, rodeada de palmeras y pinos, domina la cima de una colina en la cual desemboca, cuesta arriba, un camino angosto y serpenteante.
Tiene tejas rojas y arcadas de estilo español, todo un símbolo, a un paso de México, de calles que, como San Diego, 32 kilómetros al Sur, la ciudad cabecera de este confín del Oeste, suenan raras en boca de los norteamericanos.
En la esquina Colina Norte y Camino del Norte, el oficial de la policía Matt Wellhouse señaló a La Nación que ya habían sido retirados los cuerpos y que todos ellos tenían documentos de identidad, circunstancia que habría facilitado la investigación.
Allá arriba, como si nada, un jardinero podaba arbustos y un camión de Federal Express continuaba con el reparto de la correspondencia.
Allá abajo, también como si nada, unos cuantos golfistas seguían con su rutina a la vera de pequeños lagos y majestuosos montes.
Video macabro
Las muertes, su otra cara, quedaron registradas en un testimonio macabro que obra en poder de la policía. Es un video en el que uno de los miembros de la secta dice, por ejemplo: "Hoy es el día más feliz de mi vida" . Algunos se acercan dos o tres veces a la cámara, sonrientes. Sólo una mujer llora.
Las vísperas de Pascua, al parecer, eran el momento propicio para ellos. En consonancia, además, con la proximidad del fin del siglo y del milenio en tren de aventurar un motivo, siempre relativo.
"Como fue prometido, las llaves del Reino del Cielo están aquí, nuevamente en manos de Ti y de Do (nombre adjudicado a dos extraterrestres de poderes supremos que habrían secuestrado a seres humanos en los 70), como hace 2000 años en manos de Jesús y de su Padre" , dejaron como legado en sus páginas de Internet.
Para ellos, según sus prolijos mensajes, el acercamiento del cometa Hale Bopp era algo así como una señal, ya que presagiaba el arribo de una nave de características sobrenaturales que iba a conducirlos a la diestra de Dios: "Nuestros 22 años de aprendizaje aquí, en el planeta Tierra, llegan a su fin. Estamos preparados para abandonar con alegría este mundo".
El líder murió con ellos. Se llamaba Marshall Applewhite, tenía 66 años y, al parecer, estaba identificado con la tendencia New Age. Ya en 1975, al igual que Bonnie Lu Trusdale Nettles, fallecido también por mano propia 10 años después, habría persuadido a varias personas de California, de Colorado, de Nuevo México y de Oregón para que abandonaran sus hogares.
Su secta primitiva llevaba el nombre de UFO y respondía al culto de Ti y de Do, nombres que, salta a la vista, podrían tener la misma vinculación con las notas musicales que el cinematográfico ET.
En busca de un Arca de Noé propia
Otra vez el suicidio colectivo. Otra vez la sorpresa y el horror ante las vidas que se truncan a través de una decisión grupal que desemboca en un final tan extraño al sentido común, que provoca no sólo estupor, sino también un profundo cuestionamiento acerca de los límites a los cuales puede llegar la mente humana.
Las palabras "lavado de cerebro" y "locura colectiva" son las primeras que aparecen intentando explicar por qué muchachas y muchachos, en su mayoría, se matan en forma tan "prolija", esperando un premio cósmico, que los aleje de este mundo "vulgar" en el cual no saben encontrar un sentido para existir.
Las ideas que habitan en la mente de los miembros de grupos sectarios tienen una apariencia inexpugnable. Con pocas grietas, ladrillo a ladrillo, las consignas, las amenazas, las ideas de salvación y, sobre todo, las visiones pre fabricadas del mundo terreno y extraterreno, van construyendo un muro entre las ideas y los afectos ligados al mundo social y, sobre todo, familiar. Perdidos esos anclajes, la mente se desboca hacia "las alturas", sin referentes que puedan reintegrarla al sentido común, al sentido de la común unidad con el resto del cuerpo social.
Existe la semilla de este tipo de mentalidad sectaria en todo grupo cerrado en el que se pretenda alguna supremacía respecto del resto de la humanidad, y en donde la amenaza de castigo (humano o divino) pesa en las conciencias de los miembros, generando en ellos, un miedo profundo y degradante, basado en el temor a perder totalmente un lugar en el mundo y a quedar sin sustento de identidad y afecto.
La idea de una salvación exclusiva, una suerte de Arca de Noé VIP, sólo puede surgir para compensar personalidades vaciadas de ser. A mayor vació de identidad, mayor necesidad de ideas "celestiales" que, a modo de atajo respecto del genuino y humilde camino espiritual, pretenden contrarrestar la pobreza psíquica. La desesperación y la soberbia demuestran, en estos actos lamentables, ser caras de una misma moneda.
El espíritu sectario se manifiesta a través de muy diversas ideas y estéticas. El común denominador está en que siempre se basa en el miedo, el desamor, el rechazo a la diferencia y, sobre todo, en la necesidad de inventar un mundo exclusivo, para entrar al cual, se exige, a modo de carísimo peaje, la renuncia a la propia conciencia, lo que implica dejar de lado aquello que caracteriza, esencialmente, a los seres humanos.
Por Miguel Espeche
*Licenciado en Psicología
Manson opinó por Internet de la matanza
LOS ANGELES, 28 (ANSA).- La World Wide Web, el espacio multimedial y de intercambio en Internet, vive momentos de histeria colectiva tras el suicidio masivo de una secta que ofrecía sus servicios y se comunicaba por la red informática.
Advertencias de los expertos sobre los peligros del mundo virtual y bromas desmitificadoras de algunas comunidades "on line" conviven con el anuncio de un santón condenado por homicidio, el satánico Charles Manson, de la apertura de un sitio virtual dedicado a su secta.
Miles de usuarios se preguntan en Internet sobre las razones del suicidio masivo de los 39 miembros de la secta Higher Source en una lujosa residencia de Rancho Santa Fe, cerca de San Diego, en California.
En medio de las preguntas, uno de los primeros en capitalizar la tragedia es Manson, el psicópata que en 1969 ordenó a cuatro secuaces de su secta asesinar a cinco personas, entre ellas la actriz Sharon Tate, esposa del director Roman Polanski.
Manson, quien con un cuchillo se grabó en la frente una esvástica, comentó el suicidio colectivo de los "ángeles de Internet" con sarcasmo. "Estos monjes que se mataron en San Diego -dijo- me parecen un poco atrasados en el tiempo. En lo que a mí se refiere, en cambio, tengo mi propio sitio en Internet para difundir mi mensaje. Pero no creo que deba suicidarme por ello".
"Correo basura"
Gritos de alarma sobre los peligros de Internet llegaron de expertos de todo el mundo tecnológico, pero especialmente de los estudiosos de los fenómenos religiosos "alternativos".
"Hay sectas que utilizan Internet para alcanzar distintos objetivos -dijo John Knapp, presidente de la Trancenet.group, un centro neoyorquino de estudio sobre las técnicas de manipulación psicológica-, para reclutar nuevos adeptos, para difundir sus mensajes delirantes o como fuente de ingresos".
Louis West, profesor de psiquiatría de la Universidad de California y reconocido experto en estudios sobre las víctimas de cultos satánicos, agregó que "las sectas totalitarias como la Heavens Gate de San Diego usan cualquier medio a disposición para atraer nuevos miembros".
"Hoy en Internet -señaló- se utilizan las mismas técnicas usadas por el "correo basura" o por los vendedores "puerta a puerta", es decir, un acoso de mensajes que, en vez de ser verbales, son digitales".
Tragedia anunciada por Internet
WASHINGTON, 28 (ANSA).- El suicidio de la secta de la "Puerta del Cielo" era una tragedia anunciada, de la cual surgen cada vez más detalles, así como de la vida del líder, Marshall Applewhite.
Applewhite incitaba a sus seguidores desde hacía 20 años a dejar la tierra para buscar una forma de vida superior en el espacio.
Sobre el delirante "culto de los OVNI" se escribieron libros y tesis de graduación. La secta misma ilustró sus preparativos de muerte en un volumen de más de 400 páginas, accesible desde hacía un año mediante Internet, aunque nadie movió un dedo para impedirlo.
El cuerpo de Applewhite fue reconocido entre los 39 muertos de la lujosa residencia de Rancho Santa Fe, que la secta había trasformado en una suerte de convento, hasta la tragedia del miércoles.
Las 21 mujeres y 18 hombres de la secta se quitaron la vida en el lapso de tres días, dejando su mensaje póstumo en un video.
"Este, aseguró un hombre, es el día más bello de mi vida, que esperé por tanto tiempo".
Applewhite, que se hacía llamar "Do", grabó una última orden para sus fieles antes de llevarlos hacia el largo viaje.
"Puedo ser vuestro pastor y ustedes pueden seguirme, pero no pueden permanecer aquí y seguirme al mismo tiempo. Deben seguirme ya, dejando este mundo antes de que concluya nuestra partida desde esta atmósfera, en preparación para su reciclaje".
Este mismo lenguaje se encuentra en el manifiesto de la secta en Internet.
En síntesis, los seguidores de "Do" creían que sus cuerpos eran contenedores provisorios. Con la muerte, el alma subiría a una nave espacial oculta en la cola del cometa Hale-Bopp.
"El cometa -se lee en el documento- es la señal que esperábamos, nos preparamos a dejar este mundo".
A los 65 años, Marshall Applewhite tenía en sus espaldas una larga carrera de profeta visionario. Creía haber recibido el primer mensaje desde el espacio en los años 70, cuando estuvo internado en un manicomio de Colorado, luego de un infarto.
Applewhite, antes de su afición a los OVNI, había sido un profesor de música, casado y con dos hijos.
"Do" se había graduado en la Universidad de Colorado, cantaba en un teatro y había dirigido al coro de una iglesia de Houston. Amante de la lírica, había alterndo la docencia en St. Thomas University con 15 roles en la Houston Grand Opera.
Ya en el manicomio, la primera que le creyó fue la enfermera Bonnie Lu Nettles, apasionada de la astrología. Ambos se volvieron con el tiempo una pareja tan popular como Bonnie y Clyde. Se hicieron llamar Ti y Do.
Adquirieron fama en 1975, cuando fueron entrevistados en el Desierto del Colorado, donde se reunieron con cientos de seguidores para esperar la llegada de extraterrestres.
Un capítulo sobre su secta resultaba así obligado en cualquier volumen, serie o miniserie dedidaco a las sectas.
Margaret Singer, la primera escritora que estudio a "Ti y Do" cuenta que luego de la experiencia en Colorado, donde jamás llegó una nave extraterrestre, ambos siguieron vagando de ciudad en ciudad convencidos de que la nave espacial tan esperada llegaría para acogerlos.
Bonnie Lu Nettles murió de cáncer en 1985 y "Do" Applewhite siguió predicando, encontrando un público entusiasta en Internet.
Cuando un astrónomo principiante de Texas difundió en Internet su teoría de que había un OVNI en la cola del cometa, el destino de la secta de "Do" estaba sellado.
Según la reconstrucción del médico forense, la primera tanda de suicidas, 15 personas, tenía junto a los cadáveres una receta similar a la del "Doctor Muerte", Jack Kevorkian: budín de miel mezclado con vodka y dosis masivas de somníferos.
Para acelerar su muerte, cada uno de los suicidas se colocó una bolsa de plástico en la cabeza.
Sus sobrevivientes hicieron limpieza: quitaron las bolsas, los restos de la poción mortal y acomodadon los cadáveres cubriéndolos con un lienzo violeta.
Asimismo, a cada cadáver le pusieron en el bolsillo el pasaporte y un billete de 5 dólares, quizá para pagar el pasaje en la astronave.
La segunda tanda siguió a la primera con el mismo rito. Los últimos 9 acomodaron a sus compañeros y se suicidaron.
"Todo, relató el médico legal Brian Blackbourne, estaba en perfecto orden. Para la cita con la muerte se habían puesto ropa nueva, igual e impecable".
Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/65998-la-secta-que-quiso-ser-el-cometa-hale-bopp
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Los Davidianos
El 19 de abril de 1993, el Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de los Estados Unidos sitió la facción de los Davidianos cerca de Waco, Texas que terminó con un asalto y seguidamente con un tiroteo que destruyó el lugar, en el que murieron muchos de sus habitantes. Durante el hostigamiento fueron disparadas muchas granadas de mano y bombas de gas CS18 Algunas personas creyeron que fueron las granadas y demás material disparado lo que encendiera los abastecimientos de combustible que había dentro de la construcción.19
Richard L. Sherrow, un investigador experto en fuego y explosiones, fue contratado por una corte civil para precisar las causas del inicio de la conflagración y su conclusión fue: "El fuego fue originado en la torre ubicada en la esquina noreste cuando una linterna tipo Coleman cayó en el material comburente, más precisamente en las camas, dado que el lugar era usado como dormitorios. La linterna habría caído luego de un impacto mecánico entre la torre y el CEV".20
Los medios de comunicación reportaron inmediatamente después del hostigamiento y lo calificaron como un suicidio colectivo ritual incluso un asesinato perpetrado por los líderes de la secta. Sin embargo, algunos medios independientes, académicos y otros expertos sostienen que el fuego se originó accidentalmente o resultado del pánico.
Tragedia de Waco masacre en texas David Koresh
Hay nombres geográficos inexistentes y lugares desconocidos para la mayoría de la gente que, un buen día (realmente, un día terrible), alcanzan una fama quizás no deseada pero ya imborrable.
El nombre de Waco y el de un rancho próximo llamado por sus ocupantes Monte Carmelo pasaron del más absoluto incógnito a ser noticia con motivo del asedio y posterior destrucción de unas paredes entre las que aguantaban el cerco David Koresh y sus seguidores, los davidianos, del que éste se había autoproclamado líder espiritual. Era el 19 de abril de 1993 cuando, tras casi dos meses de conminación a la rendición (exactamente 51 días), las tanquetas del FBI entraron en el citado rancho ubicado cerca de Waco (Texas). Tras los agentes, otro «ejército» tan numeroso como el de aquellos: los periodistas que captaban con sus cámaras (más de un centenar) el horrendo y dantesco paisaje después de la batalla.
David Koresh Yaweh se llamaba realmente Vernon Wayne Howele y era uno de los numerosos predicadores generalmente apocalípticos que en Estados Unidos aterrorizan a sus seguidores con toda clase de calamidades individuales y colectivas a no ser, claro, que les sigan a ellos en la fórmula única (única de cada uno de estos cientos de engañabobos) para formar parte de un restringido grupo que, cuando toda la humanidad perezca, logrará salvarse. En el caso de Koresh, y como en tantos casos similares, todo se reducía a un fundamentalismo cristiano que ni siquiera interpretó los pasajes más oscuros de la Biblia sino que, por el contrario, los siguió al pie de la letra. Ya desde sus tiempos de estudiante en Houston, Vernon Wayne, que era un mal estudiante, provocó —y quiso compensar aquella carencia— a sus profesores con la memorización de todos los textos bíblicos.
Pues bien, siendo ya el líder de los davidianos se había metido entre pecho y espalda el Libro de las Revelaciones, y como otro burdo «mesías» más salido de los histerismos de una sociedad enferma (realmente estaba convencido de ser la nueva reencarnación de Jesucristo), anunciaba todo un panorama de final inmediato con tétricos tintes de castigo divino, invitando a la gente a que se salvara siguiendo su camino.
La secta de los davidianos se basaba en un fundamentalismo cristiano que anunciaba el Apocalipsis
Koresh había llegado a dirigir su secta a través del matrimonio con Rachel Jones (14 años), hija de uno de los dirigentes de la misma y al que arrinconó enseguida, sustituyéndolo en la cima jerárquica. De todas partes llegaban nuevos adeptos ganados por la persuasiva doctrina de un David Koresh que, al fin y al cabo miembro de una sociedad como la estadounidense, estaba armado hasta los dientes dentro de lo que sería su gran mausoleo en Waco. Previamente había efectuado compras de armas por valor de más de 250.000 dólares, según él para estar preparados llegado el momento del acoso del «Mal».
En vísperas de la tragedia, y en el que sería su último refugio, Koresh había reunido junto a él a numerosos adultos pero también a un buen número de niños, y con unos y otros, se dispuso a convertir en un fortín inexpugnable el rancho Monte Carmelo. El primer encontronazo había tenido lugar el 28 de febrero, cuando las autoridades, tardíamente preocupadas por el cariz que tomaba el asunto, decidieron pasar a la acción, acusando a los davidianos de tenencia masiva de armas y de abusos sexuales para con los niños que mantenían a su lado. Recibidos a tiros, los agentes contestaron de igual manera, produciéndose entonces un primer balance de cuatro agentes muertos y una decena de sectarios abatidos. La cuenta atrás empezaría a ponerse en marcha desde aquel día premonitorio.
Las túnicas anaranjadas que vestían sus seguidores serían, durante los siguientes 51 días, blancos perfectos para los prismáticos de los que los cercaban, y también, para efectuar los primeros disparos, que al final acabarían siendo continuos, y que eran respondidos por los asediados utilizando el arsenal que guardaban entre aquellas paredes. Durante esos largos días, murieron miembros de los federales y también de los davidianos, en un goteo de víctimas que preparaba la gran hoguera final. De vez en cuando se conseguía un alto el fuego para una nueva mediación que diera lugar a una salida airosa al conflicto, sin resultado alguno. Pero los asaltantes no sólo utilizaban las armas mortíferas reales (sin hacer ascos, por cierto, a la utilización de gases prohibidos por todas las legislaciones y que eran arrojados al interior del rancho), sino que recurrieron a una guerra sucia. Para ello no dudaron en, por ejemplo, cortarles la luz, el agua y la llegada de alimentos, al tiempo que, llegada la noche, potentes reflectores barrían las ventanas del rancho, para impedir el más mínimo descanso de los sitiados. Como guinda de aquella batalla terrible, potentes altavoces difundían música rockera a todo volumen. Pero junto a esta parafernalia sicodélica y enloquecedora, algo se echaba de menos. Algo, teóricamente, muy importante: la presencia allí de bomberos y ambulancias, necesarios siempre en una situación a punto de estallar. Unos y otras eran invisibles incluso en los tensos momentos que precedieron al final.
Los davidianos fueron asediados por los federales, produciéndose bajas en ambos bandos
Dicho final tuvo lugar el día 19 de abril cuando, a las 5,30 horas, los tanques del FBI decidieron atacar definitivamente. Cuando los asaltantes lograron abrirse camino por entre las llamas que ya consumían el edificio del rancho, ante su vista aparecieron confundidos y mezclados los cuerpos carbonizados de la mayoría de los seguidores de Koresh, incluido este mismo, que presentaba un solo disparo en la frente. El apocalipsis próximo profetizado por el perturbado Vernon Wayne había llegado por fin para él y los suyos, y era ya una terrible y humeante realidad para buena parte de los que tuvieron la debilidad de creerlo.
El balance final de muertos dentro de Monte Carmelo fue de 69 adultos y 17 menores, todos calcinados. La versión oficial de la policía hablaría de que fueron los mismos davidianos los que provocaron el incendio en un aquelarre de suicidio colectivo. Otras fuentes se refirieron, por el contrario, a vuelcos de las tanquetas federales que habrían provocado la inflamación del queroseno y, a su vez, habrían trasladado las llamas al interior del rancho. De cualquier forma, la tragedia había finalizado y Waco sería ya, en el futuro, un nombre de referencia macabro y maldito. Es una población, por cierto, predestinada a sufrir algo parecido teniendo en cuenta los datos de que, para 90.000 habitantes, había 18 armerías y 200 iglesias.
Fuente:
http://historiaybiografias.com/sectas2/
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Movimiento de restauración de los diez mandamientos de Dios
El 17 de marzo de 2000, 778 miembros del Movimiento de restauración de los diez mandamientos de Dios murieron en Uganda. 25 La teoría de que los miembros habrían muerto en un suicidio en masa cambió cuando se hallaron a varios de los cadáveres con signos de estrangulación y heridas de arma blanca. 26 El grupo divergía de la Iglesia católica en el énfasis de la llegada del apocalipsis y ponía en duda las apariciones marianas. 27 El grupo fue llamado un movimiento de revisión interior, que usaba uniformes y restringía el vocabulario para evitar decir cosas pecaminosas o deshonestas. 28 29 El el momento del suicido, según testimonios de los propios lugareños, los miembros estaban celebrando una fiesta, donde se consumieron 70 cajas de refrescos y 3 toros.30
Esta versión de los eventos ha sido criticada por Irving Hexham, 31 y fuentes ugandesas que han establecido que "nadie realmente puede explicar los porqués, los cuándos, los cómos, los dóndes, etcétera". 32
Kanunga, el mayor suicidio colectivo de la historia
Los 800 seguidores de la secta ugandesa liderada por Joseph Kibweteere se encerraron en su iglesia, tapiaron las ventanas y se prendieron fuego en marzo del 2000
Había llegado «el gran día». Al líder de la secta ugandesa de la «Restauración de los Diez Mandamientos de Dios», Joseph Kibweteere, y sus cerca de 800 seguidores se les iba a aparecer la Virgen y les iba a llevar al cielo. La locura colectiva se había desatado. Y el 17 de marzo de 2000, tras varios días de ofrendas y rituales, se refugiaron en su iglesia, cerraron las puertas con llave y tapiaron las ventanas para que nadie pudiera arrepentirse en el último momento. Luego, sin más dilación, se rociaron con gasolina y «desataron el infierno» hasta morir carbonizados.
Kibweteere, que estaba convencido de que el fin del mundo llegaría en el año 2000, había sido un destacado político demócrata de la década de los 60, cuya vida dio un giro tras perder unas elecciones. Desapareció siete años y, después, comenzó a predicar que había tenido una conversación con la Virgen y Jesucristo, la cual, decía, había grabado en una cinta.
Aquel mensaje apocalíptico fue difundido entre todos sus seguidores con la advertencia de que, antes de que llegara el fin del mundo, debían inmolarse «para poder alcanzar la salvación».
«Se oyeron algunos gritos, aunque no muchos», dijeron los vecinos de Kanunga, la pequeña población situada a 320 kilómetros al suroeste de Kampala, cerca de la frontera con la República Democrática del Congo, donde ocurrió la que entonces llamaron «la tragedia del siglo».
«No mentirás»
Los lugareños contaron que los miembros de aquella secta apenas hablaban. Al parecer, tenían miedo de incumplir el mandamiento de «no mentirás». Dos días antes del día del macrosuicidio se habían ido congregando en una escuela que los miembros de la secta utilizaban como iglesia, en donde se comieron «tres vacas asadas, bebieron setenta cajas de gaseosa, cantaron y rezaron».
Kanunga, el mayor suicidio colectivo de la historia
Los días previos al suceso, los seguidores de Kibweteere vendieron todas sus propiedades siguiendo las recomendaciones de su líder y recorrieron las aldeas cercanas para despedirse de sus familiares.
Las primeras informaciones de la «tragedia del siglo» hablaban de 230 muertos. Ese era el número de miembros censados por la secta cuando fue registrada en 1997 como una ONG. Sin embargo, pocos días después la cifra ya había ascendido a más de 1.000, y los periódicos –incluido ABC – la calificaban como «el suicidio colectivo más mortífero de la historia contemporánea». Superaba al de Guyana en 1978, donde 914 personas, lideradas por el estadounidense Jim Jones, habían acabado con su vida ingiriendo cianuro.
Cerca de 80 niños muertos
Pasado el tiempo la Policía concluyó que las primeras estimaciones habían sido exageradas y que la cifra final de muertos se había establecido en 778. Entre ellos, cerca de 80 niños. «Además, se han hallado cadáveres de adultos que habrían sido asesinados antes del macabro ritual y cuyos cuerpos fueron arrojados a las letrinas cavadas en el exterior de la iglesia», contaba ABC en febrero de 2000.
La cifra de muertos superaba de manera considerable los 88 seguidores de David Koresh que murieron en el incendio de la fortaleza de Waco (Texas), en 1993. También a los 48 fanáticos de la «Orden Templo Solar» que se quitaron la vida en una granja y tres chalets de Suiza, en 1994. Y a los 39 miembros de la secta «Puerta del Paraíso» que, en 1997, fueron hallados muertos en una mansión de San Diego (California, EE.UU.), boca arriba y con un velo que les cubría la cara y el pecho, esperando iniciar su «viaje» hacia una nueva dimensión, a la que llegarían en una nave extraterrestre.
«Las sectas destructivas no conocen ni fronteras, ni culturas, ni tradiciones, ni arraigos locales. Todo a través de la mente y las emociones puede dar un giro de 360 grados», escribá el psicólogo y experto en sectas, Eloy Rodríguez Valdés, en ABC. Los casi 800 de Kanunga son un triste ejemplo de ello.
Fuente:
http://www.abc.es/archivo/20131119/abci-suicidio-colectivo-secta-kimbwetere-201311131026.html
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ANEXO:
Los suicidas de Masada, un dudoso ejemplo para Israel
La Unesco proclamó a la fortaleza Patrimonio de la Humanidad y desató la polémica
Unesco acaba de proclamar a la fortaleza de Masada (Metzadá, en hebreo), Patrimonio Cultural de la Humanidad. Y con ello ha desatado una inesperada controversia.
La fortaleza corona un escarpado y casi inaccesible monte en el desierto de Judea, cercano al Mar Muerto. Ha sido explorada, estudiada, reconstruida y fotografiada hasta el cansancio desde múltiples ángulos. Se convirtió en un gran centro de peregrinaje turístico.
El movimiento sionista la había convertido en símbolo del heroísmo que ejercieron los judíos para preservar su libertad y soberanía frente a las legiones romanas durante el siglo I. En efecto, después de la caída de Jerusalén, en esa fortaleza continuaron la resistencia durante otros tres sangrientos años. Pero los romanos, con dotaciones diez veces más numerosas, construyeron un gran terraplén y sitiaron el lugar por tiempo indefinido. Cuando los novecientos rebeldes comprendieron que no tenían salvación, incendiaron Masada y se mataron entre ellos. Antes del impresionante final, su líder, Eleazar ben Iair, pronunció un discurso vibrante en el que explicaba que era mejor una muerte digna que vivir como esclavos. Sus palabras fueron reproducidas por el historiador Flavio Josefo sobre la base del testimonio de contados sobrevivientes.
Desde comienzos del siglo XX se revalorizó esa gesta como el modelo al que debía retornar un pueblo tenazmente oprimido, humillado e impotente; un pueblo considerado cobarde e incapaz de defenderse por sus propios medios. Masada -así como un siglo y medio antes los Macabeos- demostraba con su ejemplo que los despreciados judíos tenían reservas para volver a la historia.
Pero la historia se interpreta de diversos modos. Y es lo que ahora ocurre con esa fortaleza.
El debate
Hasta hace poco, a nadie se le hubiese ocurrido objetar la conducta de los bravos combatientes de Masada. Pero el irracional conflicto que enluta a palestinos e israelíes, sumado al estímulo del suicidio que nutren organizaciones terroristas, ha producido una vuelta de timón.
Oded Balabán es un destacado filósofo israelí de origen argentino, profesor en la Universidad de Haifa y reconocido luchador por la paz. Acaba de enviarme tres artículos publicados en el diario Haaretz, órgano que se destaca por el alto nivel de las firmas que allí escriben. Con el espíritu crítico que abunda en Israel, sintetizan la polémica desatada por la resolución de la Unesco.
Nadie niega que la fortaleza deba ser destacada y protegida. Tampoco que constituye un importante y doloroso capítulo de la historia judía, el escenario estremecedor de una etapa crucial. Pero se discrepa sobre su carácter de paradigma.
En Masada no sólo lucharon contra los romanos hasta las últimas energías, sino que optaron por el suicidio colectivo en nombre de la libertad. Ahora el suicidio se ha transformado en un arma terrorista. ¿Es bueno exaltarlo?
Arié Barnea, director del más antiguo colegio de Tel Aviv, sostiene que ese suceso "no debe servir como carta de presentación". Recuerda que los luchadores de Masada eran fanáticos que no sólo combatieron a las fuerzas romanas, sino que asesinaron a judíos moderados. Eran los fundamentalistas de entonces. Usaban un pequeño cuchillo llamado en griego sikara , por lo cual se los empezó a conocer como sicarios, palabra que hasta el día de hoy se refiere a un criminal. Son los que rechazaron negociar con el imperio y buscar formas de convivencia. En última instancia, son también culpables del desastre nacional. Son el precedente de los pocos israelíes que se niegan a un arreglo razonable con los palestinos. Son el precedente, también, del fanático que asesinó a Yitzhak Rabin.
Arié Barnea, sin embargo, afirma que es bueno subir a Masada con los alumnos, porque es parte del acervo cultural de Israel, así como de la indisoluble ligadura de este abnegado y heroico pueblo con esa tierra. Es bueno, agrega, diferenciar los valores de los fanáticos y de los moderados, y sacar conclusiones sobre los efectos que cada uno de ellos consigue a largo plazo.
La aporía
En respuesta de esas reflexiones escribieron Ron Juldai y Michael Lanir; el primero es intendente de Tel Aviv y también fue director del colegio que ahora conduce Barnea. Centran el mérito de la gesta ocurrida en Masada en el formidable discurso que pronunció Eleazar ben Iair antes de darse muerte. Es una de las piezas más conmovedoras sobre el valor de la libertad. Sus palabras volvieron a resonar con fuerza cuando el pueblo judío decidió reaccionar contra su destino trágico.
Sostienen estos autores que no se trata de exaltar el suicidio, sino de enfatizar la decisión de combatir el infortunio. En última instancia todo luchador es un suicida, porque con su actitud se pone en riesgo. ¿Es justo condenar a Janus Korczak? Korczak fue un dulce maestro que no se permitió abandonar a sus alumnos cuando los nazis los conducían a la cámara de gas. ¿También se debería considerar suicidas a los jóvenes que protagonizaron el increíble y, en última instancia, estéril levantamiento de los guetos?
Estos autores citan a Emmanuel Kant, que habría sostenido que el valor de la vida, pese a su importancia, no puede ser un valor supremo. Ambas posiciones fueron finalmente objeto de la disección efectuada por Oded Balabán.
Balabán nos recuerda que, en la antigüedad, el suicidio era avalado por la cultura romana. Sólo podían ejercerlo los amos, nunca los esclavos. En consecuencia, Eleazar ben Iair estuvo "colonizado" por ideas romanas que entraban en colisión con la tradición predominante en Israel, de irrestricto respeto a la vida, porque la vida es obra de Dios.
Cita a Kant para demostrar que ese filósofo no aceptaba la relativización de la vida, porque escribió: "Cuando las contrariedades y la aflicción desesperada han borrado el gusto por la vida, cuando el desgraciado se siente desanimado y hundido, cuando desea la muerte y, sin embargo, retiene su vida sin amarla, responde a un contenido moral. No lo hace por temor, sino por deber". Para Kant -prosigue Balabán- las leyes de la libertad son leyes de la ética. Voluntad no es arbitrariedad. Según Kant, lo detestable del suicidio es precisamente el uso que hace la persona de su libertad para autodestruirse. La realización de la libertad humana es vivir como seres humanos, no morir. Una persona puede rebelarse contra su situación, pero no contra su propio ser, contra su propia vida, ya que es un deber que cada hombre se considere a sí mismo y a su prójimo como un fin, no como un medio. Usar a uno o al prójimo como medio es condenable desde el punto de vista moral y absurdo desde el punto de vista lógico.
En conclusión, la fortaleza de Masada tiene aspectos entrañables que el mundo y el pueblo israelí deben exaltar. Es un monumento espectacular de la historia. Pero no es bueno blandir como paradigma el suicidio colectivo que allí tuvo lugar.
El debate no ha concluido. El solo hecho de que tenga lugar con pasión y descarnada crítica es otra prueba de la salud espiritual que, pese a todo, sigue soplando en la tierra de Israel.
Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/456560-los-suicidas-de-masada-un-dudoso-ejemplo-para-israel
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Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Suicidio_colectivo_ritual
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Excusas Cristianas: Nº 12
“Estás equivocado; pero no tengo tiempo de explicarte”
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Excusas Cristianas: Nº 13
“¡Los Ateos También...! (Tu quoque)”
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Excusas Cristianas: Nº 14
“Amenazas e Insultos a los Ateos”
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Excusas Cristianas: Nº 15
“Muchas más Absurdas Excusas sin Sentido”
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Top 10 Versículos Bíblicos usados como Excusas en los debates con Ateos
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