Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)
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En sucesivas contribuciones iremos presentando los argumentos que, a nuestro juicio, desenmascaran pretendidos hechos, aseveraciones y creencias impuestos por la Iglesia Católica (y también otras Iglesias cristianas y otras religiones) para convencer a sus fieles de la realidad de su Dios, su infinita bondad y la prometida salvación de su rebaño. Amigo creyente, le invito a meditar estas líneas y, si tiene argumentos para rebatirlas, le pido por favor que me los haga llegar. Será un placer intercambiar con usted nuestras diferentes opiniones.
Las contribuciones las realizaré, si el propietario del blog lo permite, en el siguiente orden:
7) La corona de espinas de Notre Dame de Paris
8) Los estigmas de Cristo
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Desmitificando mitos (VII)
La corona de espinas de
Notre Dame de Paris
(y otras santas reliquias)
Debo reconocer, ante todo, que este es el tema que más me divirtió, que más asombro me dio investigar sobre él. En principio lo tomé como un irrisorio absurdo colectivo, más que una argumentación seria sobre los mitos de las iglesias cristianas, en aras de abogar por y defender la seriedad de mis textos. Confieso que me reí, pero también me entristecí pensando en como se puede manipular la mente de individuos de una especie que se dice inteligente. Algunas cosas me parecieron tan descabelladas, tan impropias del intelecto del Homo Sapiens, que en un principio no las creí. Me dije, esto es imposible que sea cierto, es un invento de fanáticos que yo no puedo reproducir aquí, o de creadores de "fake news" que se divierten en internet burlándose de quienes buscamos referencias serias. Por eso profundicé al máximo mi investigación de los hechos y por favor les pido, creyentes o no creyentes, que si encuentran evidencia de que algo de lo que presento a continuación es un invento, me lo hagan saber y seré el primero en aceptar vuestros desmentidos. Les repito, soy el primero en reconocer que, tan absurdo es lo que voy a presentar, que no dudaré en aceptar cualquier refutación, por supuesto seria y sobre todo fundada, de que estas cosas no son ciertas.
Se lee en Wikipedia:
La corona de espinas es un símbolo cristiano que recuerda la Pasión de Jesús. Se menciona en los evangelios de Juan (19:2, 5), de Marcos (15:17) y de Mateo (27:29). Según estos evangelios, los soldados romanos se la colocaron a Jesús durante su pasión. Tenía una doble función: humillarlo (coronándolo como rey de los judíos, en tono de burla) y provocarle daño y dolor. La corona se convirtió en una reliquia muy preciada. Existen referencias de su presencia en Jerusalén desde el siglo V (con las cartas de Paulino de Nola). Se describe su ubicación en la Basílica de Sión en el 570. En el siglo VII fue trasladada a Constantinopla debido a las invasiones persas. En el siglo X, con motivo de una crisis económica en el imperio, pasó a manos de prestamistas venecianos, hasta que fue adquirida por la monarquía francesa. Luis IX de Francia construyó en el siglo XIII la Sainte Chapelle como lugar de veneración de la reliquia. Durante la Revolución Francesa pasó a la Biblioteca Nacional de Francia. En 1801, el Concordato con la Iglesia católica determinó que la corona era propiedad de la Iglesia, pasando a la Catedral de Notre Dame. La corona es una circunferencia de espino trenzado de veintiún centímetros de diámetro que se encuentra conservada en un tubo de cristal. Carece de espinas, pues las mismas fueron repartiéndose a lo largo de los siglos. Dichas espinas se encuentran dispersas por todo el mundo y una suma de todas ellas daría lugar a unas setecientas, de las cuales ciento sesenta se encuentran en Italia. En Roma son cerca de veinte las que reciben veneración pública, incluyendo dos en la Basílica de San Pedro, dos en Santa Croce in Gerusalemme y una en San Giovanni in Laterano. Se estima que el número de espinas que podría tener la corona sería de unas setenta y, si bien algunas han sido fragmentadas, no todas las existentes pueden proceder de la misma corona. En España se veneran en el Monasterio de El Escorial (once espinas), en la Catedral de Barcelona (dos), en la de Sevilla (seis) y en varias otras Catedrales.
Más detalles
La más conocida reliquia de la corona de espinas está alojada en el Tesoro de la Catedral de Notre Dame de París (además allí se muestra un fragmento de la cruz y uno de los clavos). El primer viernes de cada mes, la corona se saca a la veneración de los fieles. Y también todos los viernes de cuaresma, además del viernes santo. Las espinas de la corona se han distribuido por todo el mundo. Y han sido protagonistas de muchos milagros, algunos de los cuales cito más adelante.
Según la historiografía cristiana, cuando muere Jesús lo sepultan en un sepulcro nuevo, con todo lo que había sido instrumento de su pasión, cruz, corona de espinas, la lanza, etc., en un pozo que estaba preparado. Es la actual capilla de Santa Elena en la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén. Cuando esta mujer Santa Elena, Emperatriz madre de Constantino, decide peregrinar a Tierra Santa, va a hablar con los ancianos. Y les pregunta a ellos dónde, según la tradición oral transmitida por generaciones, están los instrumentos de la Pasión. Y ellos le señalan con toda precisión el lugar. Y podían tener certeza porque pocos años después de Cristo, el Emperador Adriano (el que hizo el Castel Sant’Angelo en Roma) había hecho colocar sobre el lugar del Calvario una estatua en honor de Venus y sobre el Sepulcro una de Júpiter para contrarrestar el culto cristiano. Eso fue lo que permitió localizar con precisión el lugar de la Pasión, del Santo Sepulcro y el lugar donde estaban enterrados los instrumentos de la Pasión. Entonces Santa Elena encuentra lo que ya sabemos: la cruz, la corona de espinas, los clavos y demás. Inmediatamente estos elementos comenzaron a ser objeto de devoción. Primero fueron trasladados a Constantinopla, y luego a Europa. Al cabo del tiempo San Luis Rey de Francia le compra al Emperador de Constantinopla la Sagrada Corona, que es llevada triunfalmente por los venecianos a Venecia. Y de allí a la ciudad de Villeneuve, donde era esperada por el mismo rey, por su madre, Blanca de Castilla, y por todo el séquito real, para ser llevada a París. Era el 10 de agosto de 1239. En París el rey San Luis hace levantar una Iglesia impresionante, la Sainte-Chapelle, para que fuera un inmenso y digno relicario de la corona de espinas de Nuestro Señor. Ahí la reliquia permaneció hasta la Revolución. Y luego, después de encontrar un hogar temporario en la Biblioteca Nacional, fue finalmente restituida a la Iglesia y se depositó en la Catedral de Notre-Dame en 1806.
En muchos lados se relatan milagros atribuidos a las espinas de la corona (librar de plagas y pestes, proteger de tempestades o de enemigos, etc.) Pero hay otros fenómenos milagrosos propios de las espinas, que pueden agruparse en tres categorías:
1. Reviviscencia:
La espina tiene alguna gota de sangre seca que revive en determinadas circunstancias y se torna rojo vivo. De este tipo hay contabilizados 24 casos en Italia.
2. Florescencia:
Las espinas florecen.
3. Reverdecimiento:
Se vuelven flexibles y frescas, como si fueran de una planta viva.
El primer relato del evento prodigioso de manchas de sangre coagulada sobre la espina, se remonta al 1633. En los siglos XVII y XVIII los milagros tuvieron lugar en 1644, 1701, 1712, 1785 y 1796, y han sido acompañados de una documentación cada vez más rica y particularizada. Un caso muy conocido fue el Milagro de Bérgamo: floreció la sacra espina en semana santa del 2016. Para verificar la floración, el obispo de Bérgamo Francesco Beschi nombró una comisión compuesta por algunos sacerdotes, el alcalde, el párroco, el director del departamento de hematología y oncología del hospital Juan XXIII de Bérgamo, un notario y otros especialistas. La pequeña iglesia permaneció esos días llena de gente que había viajado para visitar la reliquia y hacer vigilia en oración día y noche esperando el milagro. La comisión estudió la reliquia durante viernes y sábado santo, sin ponerse de acuerdo sobre si había cambios dramáticos importantes. Pero al final de la tarde del día de Pascua la comisión constató cambios evidentes a la 19:30, a las 20:30 y a las 21:30, cuando hicieron las observaciones en conjunto.
La ciencia ha datado esta "reliquia" en el siglo XVI. Los comentarios huelgan.
Otras reliquias
Con el pasar de los siglos y con la llegada del cristianismo a nuevos pueblos de Europa, la difusión de las reliquias se hizo casi general. No faltaron quienes, mediante engaño y fraude, aprovecharon la buena fe de cristianos ingenuos para hacer pasar por reliquias lo que eran objetos comunes (no relacionados con mártires o santos). Otras veces, el entusiasmo general llegaba a declarar como reliquias de mártires huesos encontrados cerca de alguna iglesia, sin que hubiese un mayor discernimiento crítico al respecto. En algunos lugares hubo una especie de “tráfico” de reliquias motivado por el deseo de venerar restos mortales de los campeones de la fe. En este contexto se va desarrollando y completando, a lo largo de muchos siglos, el uso y veneración de las reliquias. Acerca de ellas, como partes del cuerpo de santos u objetos que han estado en contacto con ellos, siempre se ha planteado si hay una realidad histórica y una base científica que pueda demostrar, como mínimo, su antigüedad o, simplemente, son fruto de la devoción desmedida y de vendedores de humo que quisieron sacar algún provecho. La mayoría de los historiadores, cristianos o no, creen que Jesús en realidad existió, sin embargo no sucede lo mismo con lo que hoy en día es venerado por muchos como sus reliquias, ya que ninguna es capaz de superar el escrutinio científico. Aparte de la corona de espinas, citamos aquí algunas otras reliquias que podrían considerarse como "creíbles" o con cierta base histórica.
Los clavos y la madera de la cruz
En 1911 un jesuita erudito en liturgia llamado Herbert Thurston, contó todos los clavos que hasta entonces eran considerados como los clavos de la cruz de Cristo y pese a que sólo 3 ó 4 clavos se supone que fueron usados, Thurston halló que en Europa se veneraban ¡30 clavos! Para explicar esto Thurston argumentó que seguramente se trataba de facsímiles que habían tocado o que contenían fragmentos de otros clavos más antiguos, lo que facilitó tanto su duplicación como la creencia en su autenticidad. De igual forma, como apuntaba el famoso teólogo del siglo XVI Juan Calvino, existen tantos fragmentos de la Santa Cruz (lignum crucis) esparcidos por toda Europa, que bien podrían proporcionar suficiente madera como para construir un barco. Incluso existen relicarios portátiles y medallas para el cuello con presuntas astillas de la cruz. Entre las iglesias en las que se conservan madera y clavos figuran Santa Croce in Gerusalemme y Santa María Maggiore, ambas en Roma.
El santo sudario
No abundaremos aquí ya que esta reliquia fue objeto de un texto previo nuestro en este blog.
Ver: El santo sudario
El santo grial o cáliz sagrado
Se supone que fue usado por Jesús en su última cena y ha dado origen a innumerables leyendas, que incluso se pueden encontrar entre los mitos celtas. Según la tradición cristiana, José de Arimatea, discípulo de Jesús, guardó el vaso en el que había bebido su maestro. Pero al igual que sucede con otras reliquias del cristianismo no existe sólo uno, podemos encontrar griales en Génova, Valencia, Dublín, Viena, y otros lugares de Europa, y hasta en América en el Museo Metropolitano de Nueva York. Todos ellos han sido datados en fechas muy posteriores a la época de Jesús. Sin embargo en España, en la Catedral de Valencia, se encuentra uno que parece que puede ser del siglo I, según el arqueólogo Antonio Beltrán. Se trata de una copa de ágata de 7 cms de altura y 9,5 de diámetro, adornada con un pie y unas asas añadidas posteriormente. Si bien es la única de las reliquias que parece superar la prueba de la antigüedad, no nos podemos basar sólo en este dato para considerar que en efecto estuviese en contacto con Jesús.
El desprecio de la Iglesia por el intelecto humano
Paralelamente a estas reliquias existen otras que, por su cantidad o inverosimilitud, son más propias de quien intenta aprovecharse de la buena fe del creyente. A continuación dejo una lista de increíbles (literalmente) reliquias relacionadas con el cristianismo y que se han venerado como tales a lo largo de la historia. Las considero extremadamente agresivas contra el intelecto de nuestra especie y, si bien la Iglesia no se manifiesta sobre su autenticidad (cf. infra), el solo hecho de permitir su adoración como algo sagrado, desnuda claramente los métodos usados por esta institución para mantener fiel a su rebaño. La simple y divertida lectura de las mismas desacredita y destruye por sí sola la pretendida autenticidad de las reliquias más "serias" enumeradas arriba. Difícil encontrar tantos disparates juntos (me postulo al Guiness).
El prepucio de Jesús.
Según la tradición judía, Jesús tuvo que ser circuncidado, y un texto árabe apócrifo sobre su infancia cuenta que su prepucio fue conservado en una caja de alabastro. En la edad media, como sucedió con otros objetos de culto para el cristianismo, esta reliquia se multiplicó pudiendo encontrarse muchas piezas en toda Europa. El prepucio que se conservaba en Amberes ayudó a Enrique V de Inglaterra a superar su infertilidad, incluso se fundó en su honor la orden de caballería de los “Hermanos Caballeros del Santo Prepucio” para proteger tan valioso resto que, según sus custodios, sangraba cada viernes santo. Pero por considerarla como una reliquia irrespetuosa, en 1900 la Iglesia Católica declaró que todo aquel que se atreviera si quiera a hablar del Santo Prepucio podría ser excomulgado. Pese ha ello, en una iglesia italiana de Calcata era sacado en procesión cada 1 de enero, hasta que en 1983 fue robado, posiblemente debido a las joyas con las que estaba decorado. Pero sin duda la más controversial historia relacionada con esta reliquia es la que protagoniza Agnes Blannbekin, religiosa miembro de la Tercera Orden de San Francisco en Viena, actualmente venerada como santa (aunque no ha sido canonizada por la Iglesia), quien en uno de sus estados de éxtasis afirmó que pudo sentir en su lengua el santo prepucio, que llegó a tragar, describiendo el dulce sabor que tenía. La Basílica de San Giovanni in Laterano de Roma, la Catedral de Le Puy-en-Velay en Francia, la de Santiago de Compostela y las iglesias de Besançon, Metz e Hildesheim, han afirmado por su cuenta poseer el sanctum præputium. En tiempos de las Cruzadas se hablaba de al menos 14 prepucios santos. Y podría ser posible, ¿por qué no? Si el dueño del cuerito podía multiplicar los panes y los peces, ¿por qué no sus prepucios? Y ya que hablamos del prepucio, también el cuchillo usado en la circuncisión es objeto de veneración, aunque hay más de uno sólo en Roma. Y para rematar, un poco más arriba del prepucio, el santo ombligo o cordón umbilical de Jesús puede verse en la iglesia de Santamaría de Popolo en Roma, en San Martino (Italia) y en Chalons (Francia) (https://elhistoricon. blogspot.com/2016/09/las-reliquias-mas-extranas-de-la.html).
Prosiguiendo con la infancia de Jesús, una brizna de la paja del portal de Belén que se empleó para la cuna del niño se venera en la Basílica de Santa María Maggiore. La reliquia, aunque está en territorio de la Ciudad del Vaticano (las Basílicas mayores de Roma son territorio vaticano), es propiedad de la Corona Española (http://www. elmundo.es/cronica/2016/01/04/568835d6e2704ed82f8b456c.html).
Los Santos Pañales que empleó la Virgen María para contener la Santa Caca del Niño Jesús se encuentran custodiados por los servitas (Orden de los Siervos de María, fundada en 1233 en Florencia, ahora en la Iglesia de San Marcello al Corso, en Roma)
(https://diocesisdecela
ya.wordpress.com/2018/09/26/diocesisdecelaya-diocesis_celaya-la-catedral-que-custodia -el-panal-del-nino-jesus/#respond).
Algunas gotas de la leche de la Virgen María se conservan en la Catedral de Oviedo y otras en Santa María de Popolo, en Roma.
Los restos de San Juan Bautista. Sin duda debió ser un hombre extraordinario ya que se conservan 63 de sus dedos y más de 4 cabezas. En San Silvestro in Capite, Roma ("en capite" significa "cabeza"), se guarda un fragmento de la cabeza del santo.
El velo de Verónica. Fue la mujer que durante el Viacrucis, tendió a Jesús un velo o paño para que se enjugara el sudor y la sangre. En la tela habría quedado milagrosamente impreso el Santo Rostro. Se lo describe por primera vez en 1137. En la Basílica de San Pedro en Vaticano se mantiene la tradición de que el velo original (por supuesto hay varias copias distribuidas por el mundo) se encuentra en uno de los pilares que sostienen la cúpula, sobre una estatua colosal de la Santa. También se dice que se conserva en el Santuario del Rostro Santo en el minúsculo pueblo de Manoppello, Italia.
(https://forosdelavirgen.org/69839/hechos-sobrenaturales-del-padre-pio-en-sus-ultimos-di as-de-vida-14-09-18/).
La mano de María Magdalena. Se dice que se conserva incorrupta y con un agradable perfume en el Monasterio de Simonos Petra, en el Monte Athos en Grecia. (https://www.lagaceta.com.ar/nota/465607/espiritualidad/mano-incorruptible-maria-magda lena-misterio-fe.html).
La Santa Escalera (Scala Santa). Es una escalera de mármol de 28 peldaños ubicada frente a la Basílica de San Giovanni in Laterano. Es la mayor reliquia palestina trasladada a Europa. Según la tradición, fue traída en el 326 del Palacio de Pilatos (Pretorio de Jerusalén) por Santa Elena, la madre del emperador Constantino. Esta escalera fue la que subió Jesús para ser presentado al pueblo. Cubierta de madera para evitar el desgaste, es subida de rodillas por los fieles, que ascienden mientras rezan y besan las zonas donde placas de cristal dejan al descubierto manchas de la sangre del flagelado Jesús (http://queaprendemoshoy.com/la-veneracion-de-las-reliquias-en-roma/).
La columna donde Jesús fue flagelado (y el látigo!!). En la humilde iglesia de Santa Prassede en Roma, encontramos la columna donde presuntamente fue atado Jesús para ser flagelado (mármol negro con vetas blancas). Es una de las reliquias más antiguas, ya que fue inventada en el siglo III. En la época de las Cruzadas se veneraba en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. Su tamaño hace pensar que sea solo un fragmento.
(https://es.aleteia.org/2018/03/24/donde-se-encuentra-la-columna-de-la-flagelacion/).Y en la iglesia de Santa Maria in Via Lata, se venera el látigo con el que lo azotaron (no es único porque se conocen al menos dos látigos más).
La columna sobre la que cantó el gallo de las negaciones de San Pedro. Se venera en la iglesia de San Marcello al Corso en Roma, iglesia dedicada al Papa Marcello, donde se conservan también otras reliquias de santos.
Y hablando de columnas, en San Pedro en Vaticano, en la cámara inferior de la capilla della Pietà (donde está la bellísima Pietà de Michelangelo Buonarroti), se puede ver la columna en que se apoyó Jesús cuando tenía doce añitos, mientras discutía con los doctores de la Ley.
Restos de la virgen María. Aunque la virgen ascendió a los cielos, nos dejó un brazo, el corazón, el hígado y la lengua que se guardan en las habitaciones de San José de Calasanz en San Pablo Pantaleone, Roma. Cabe recordar que el mismísimo credo católico dice que la virgen ascendió en cuerpo y alma al cielo, de ser así lo que ocurre en San Pantaleone contradice abiertamente a la propia iglesia.
Trece lentejas de la última cena están en el Sancta Sanctorum (del latín "Lugares Santos de los Santos") en Roma, que ocupa un espacio describible como capilla lateral en la parte superior de la Santa Scala del Palacio de Letrán. La denominación de Sancta Sanctorum se le dio a partir del siglo XII, en referencia a la desmesurada cantidad e importancia de las reliquias conservadas en ese lugar. También allí se guardan una pieza sobrante del pan y el asiento en forma de cama en el que se sentó Jesús durante la cena. Y en una iglesia de Génova se conserva el plato en el que comió Jesús.
Las cadenas que ataron a San Pedro se veneran en San Pietro in Vincoli, también en Roma. Pero para no ser menos, faltaba más, un conjunto de cadenas de prisiones de San Pablo se encuentran (junto a su tumba) en la Basílica San Paolo Fuori Le Mura.
En el Sancta Sanctorum se dice que se guardan dos botellas de cristal. Una contiene un suspiro de San José, padre de Jesús, que quedó atrapado en la botella de agua en la que acababa de beber y que posteriormente fue recogida por un ángel que la guardó por varios siglos, hasta que la encontraron unos monjes que peregrinaban a Nazareth. Y en la otra, nada menos que un estornudo del Espíritu Santo, que se veneraba en San Frontino, un pueblecito italiano, hasta que se la trasladó a su emplazamiento actual. No me explico cómo pudieron obtenerlo… También aquí se muestra uno de los pelos del asno que llevo en su lomo a Jesús. Ni siquiera este dichoso animal se salva de ser objeto de veneración.
Otras reliquias de la Ultima Cena y de la Vida y la Pasión. En la catedral de Valencia está la toalla con la que Jesús secó los pies de los apóstoles. Y (¡no podía faltar!) la santa sangre de Cristo se guarda en un frasco de cristal de roca, en una bonita Basílica de la ciudad de Brujas, en donde se expone al público todos los sábados y es sacada en procesión cuarenta días después del domingo de resurrección, conocido como el “día más bonito de Brujas” y declarado por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (los orígenes de esta brillante solemnidad se remontan al siglo XIII cuando un ciudadano de Brujas volvió de la segunda cruzada trayendo una reliquia de la sangre de Jesucristo). (https://ich.unesco.org/es/RL/la-procesion-de-la-santa-sangre-de-brujas-00263).
Varias iglesias en Roma afirman poseer otras piezas de la pasión de Cristo, como la vara con la que se le golpeó, la esponja en la que se le dio de beber, y el letrero que se colgó en la Cruz. Este es el Titulus Crucis (INRI) que está en Santa Croce in Gerusalemme, así como el dedo incrédulo que el apóstol Santo Tomás introdujo en las heridas de Jesús para convencerse de su resurrección. Aunque a Tomás se le anuncia la resurrección de Jesús, se niega a admitirla: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré." Ocho días después, Tomás toca con sus propias manos las heridas y Jesús le recrimina haber necesitado ver para creer. Roma y París afirman tener la famosa lanza que atravesó el costado de Jesús (la lanza de Longino, el soldado romano que la clavó en el costado de Jesús cuando estaba en la cruz). La tradición dice que José de Arimatea, un seguidor de Jesús, compró al soldado la lanza para la posteridad. Luego de pasamanos varios que se pierden en los vericuetos de la historia, hoy se venera en San Pedro en Vaticano sin la punta que, según afirma el Papa Benedicto XIV, estaría en la Sainte Chapelle de París. Hay otras dos lanzas, una en el Palacio Hofburg (Viena) y otra en Cracovia (Polonia). Mantel, mesa y platos de la última cena se conservan hasta hoy. El mantel está en el museo de la Catedral de Santa María de la Asunción en la ciudad de Coria (Extremadura, España) y la mesa se conserva y venera en la Basílica de San Giovanni in Laterano (Roma), puesta por encima del altar del Santísimo Sacramento. (https://reliquiosamente.com/2015/03/23/la-tabula-magna-lateranensis-2/). En Génova, en el Museo del Tesoro de la Catedral de San Lorenzo, se conserva el plato ("Sacro Catino") que utilizó Jesús para consumir el cordero pascual (https://sites.google.com/site/ricardocob/citas-e-imagenes/-cual-es-el-verdadero/el-sacro-catino-de-genova). Las treinta monedas de Judas, que se han convertido en unas doscientas, carbón del martirio de San Lorenzo, quemado en una parrilla, una piedra con la que fue lapidado San Esteban, dientes de Santa Apolonia, que fue martirizada arrancándoselos y más de 64 dientes del niño Jesús, son otras tantas reliquias que se veneran en toda Europa.
Centenares de otras reliquias son enumeradas en https://fosacomun.wordpress.com/2014/05/07/las-sagradas-reliquias-del-vaticano/. Saber como todo esto ha podido llegar hasta nuestros días es algo que es preferible dejar a las palabras de un experto teólogo.
NOTA: Pido disculpas a los lectores que quieran profundizar en estas búsquedas porque las referencias de la localización de algunas reliquias pueden no ser unívocas. Sucede que me he encontrado que, por ser tantas las iglesias que se disputan su posesión, en la web pueden aparecer en más de un lugar.
Algunas reliquias fueron "bajadas de cartel" porque era imposible creer en ellas. Hasta el siglo pasado un arzobispo de Mainz, presumía de tener en su Catedral dos plumas y un huevo del mismísimo Espíritu Santo cuando se convirtió en paloma, y quien dejara un donativo después de visitar la reliquia tendría perdonados todos sus pecados (ah! bueno!). En el Monasterio del Escorial, hasta principios del siglo XX (cuando desapareció), se exhibía una pluma del Arcángel Gabriel que supuestamente se le cayó mientras luchaba contra el diablo. Pero no fue la única, varias iglesias en Alemania e Italia también han exhibido plumas de este Arcángel y de su compañero Miguel, así como pedazos de sus túnicas. Sin embargo, las dos o tres más absurdas (el suspiro, el estornudo, el pelo del asno) todavía se mantienen para ser veneradas. Si quieren ver un video divertido e ilustrativo sobre la falsedad de las reliquias, les recomiendo el elaborado por Historias de la Historia que se encuentra en https://www.youtube.com/ watch?v=2abWuZJGddI.
El libro Reliquias de Cristo (en su edición británica "Las reliquias de Jesús: del Santo Grial a la Sábana Santa de Turín", publicado en 2007 por Joe Nickell, investigador principal del Comité de Investigación Escéptica, CSI, (USA) https://www.csicop.org/author/joenickell), se centra en la tradición cristiana de las reliquias. Allí Nickell reconoce que la veneración de las reliquias se ha convertido en una nueva idolatría, es decir, en la adoración de una deidad transformada en reliquias que mueven sus ojos, lloran y sangran. Explicó que ningún icono de este tipo en la historia ha sido probado como auténtico. En 2008, Prometheus Books publicó el Tratado de las Reliquias de Juan Calvino (1509-1564), teólogo francés considerado uno de los padres de la reforma protestante "calvinismo", con una introducción de Nickell que incluía referencias a su propio libro Reliquias de Cristo y una breve biografía de Calvino. Este reformador fue muy duro con quienes creían en las reliquias, escribiendo:
"... las personas que buscan reliquias, ya sea de Jesucristo o de los santos, se volvieron tan ciegos que cualquier origen que se diera a cualquier basura que se les presentara, lo recibieron sin ningún examen o juicio; así, los huesos de un asno o perro, que un vendedor ambulante reconoció como huesos de un mártir, son recibidos con devoción sin ninguna dificultad ... ¡Qué sacrilegio hacer uso del nombre de Jesucristo para inventar tales fábulas absurdas! ! ... ¿Cómo pueden alguien creer tales cosas? ... Se puede preguntar, ¿cómo sucedió que estos fabricantes de reliquias, después de haber recolectado y forjado sin ninguna razón todo lo que su imaginación pudiera concebir, pudiesen haber omitido los temas relacionados con el Antiguo Testamento? La única respuesta que puedo dar a esta pregunta es que miraron con desprecio a esos temas, de los cuales no anticiparon ninguna ganancia considerable... Ahora, aquellos que caen en este error deben hacerlo voluntariamente... y de aquí en adelante alegarán ignorancia sobre el tema como excusa"
Hay varios sitios web donde existen catálogos de reliquias. En varios libros sobre las iglesias de Roma también se encuentran menciones a las reliquias que guardan. Si visitan Roma les recomiendo hacer un "Circuito de las Reliquias" (supongo que en el Vaticano se puede conseguir algún guía en español). Para un pormenorizado recorrido de las reliquias recomiendo ver:
http://reliquiasiglesia.blogspot.com/
o también
https://es.thehessjourney.com/9600-relics-in-rome.
Por supuesto, estos circuitos sólo les proponen la décima parte de las reliquias que hay (la lista es interminable, hay más de cien). En la Edad Media, la veneración de las reliquias se hizo obligatoria y se requirió que cada iglesia en la cristiandad tuviera una reliquia sagrada. Y eso se mantiene hasta hoy.
Por último los Santos Lugares
Pionera en este tema, ya desde el siglo III, fue nuestra conocida Santa Elena. Los resumo en este párrafo, pero darían para un libro entero. No se pueden considerar reliquias, porque no son objetos, pero también fueron creados para consolidar la fe de los innumerables turistas religiosos que hoy invaden Palestina, en un muy lucrativo negocio de las agencias turísticas. Así tenemos Nazareth, donde Jesús pasó su infancia según los evangelios (pero, lamentable detalle, no existía todavía en la época del niño), la cueva donde se crió Jesús, la Basílica de la Anunciación, también en Nazareth, donde el ángel se apareció a María, cerca de ella la Iglesia de San José, donde el carpintero tenía su taller. En Belén (ciudad de intensísimo turismo pío) está, obviamente, la gruta de la Natividad done hoy se venera un Santo Pesebre, cuatro grutas más, la de la Leche (donde hay leche de la virgen convertida en piedritas blancas), la del Sueño de San José (donde el ángel le aconsejó huir a Egipto), la de los Santos Inocentes (donde Herodes degolló a los niños) y la de la Fuente de la Virgen (donde María bebió antes de salir para Egipto). Sobre el río Jordán los ómnibus repletos de turistas se detienen en dos (?) lugares donde fue bautizado Jesús. Cerca de Jericó está el Monte de las Tentaciones, donde el diablo tentó a Jesús a su salida de los 40 días del desierto. En Cafarnaum están la sinagoga donde predicó Jesús, las ruinas de la casa del apóstol Pedro y el monte de las bienaventuranzas. En Betania se venera el santuario de Lázaro y en Jerusalén nada menos que el sepulcro de Cristo con tres cruces adentro. En Betfagé (Israel), cerca de Betania, se construyó en 1883 una iglesia sobre la piedra donde se subió Jesús para montar al burro que lo llevó a Jerusalén. En esta ciudad estaría el Santo Sepulcro (¡nada menos!), el Cenáculo o Sala de la Ultima Cena, el huerto de Getsemaní, una roca sobre la que rezó Jesús, la prisión y el lugar de la flagelación de Jesús, el pilar de Judas (lugar donde el traidor entregó a Jesús), el Campo de Sangre donde Judas se habría ahorcado y la Via Dolorosa (pavimento por el que caminó Jesús con la cruz a cuestas hasta el calvario). Por último, en la zona de Tiberíades, el tour turístico se detiene en los santuarios de la Tempestad Calmada, de la Multiplicación de los Panes y el del nombramiento de Pedro como Primado de la Iglesia.
Por más referencias y argumentación que les haya presentado, me repito no, esto no puede ser cierto. ¿Hay gente que todavía cree en estas cosas, que las acepta, que las venera, que encuentra en ellas pruebas de la existencia de Jesucristo, de la realidad de Dios? Y bueno, parece que sí. La subestimación del intelecto humano, el aprovechamiento de la credulidad de congéneres lamentablemente incultos (sin ningún ánimo peyorativo) en función de intereses espurios de las iglesias cristianas, fue siempre el arma poderosa de una oligarquía religiosa aferrada al poder y es aún hoy en día una triste realidad, como lo fue a lo largo de más de 2000 años de mentiras, atrocidades, inventos e hipocresía.
La condenable realidad...
No me cabe duda que las autoridades de la Iglesia Católica (obispos, arzobispos, cardenales y hasta el Papa de turno) consideran que muchas de estas reliquias son falsas. No las han autentificado ni lo van a hacer. No encontré ningún texto oficial del Vaticano, reciente, que diga explícitamente que las reliquias son auténticas o, por lo menos, cuales lo son y cuales no (si alguien lo encuentra por favor háganmelo llegar). En el caso que la iglesia crea en su autenticidad, sería lastimoso pensar que seres humanos pensantes y, en principio, inteligentes, aceptaran sinceramente y de buena fe que estos disparates son ciertos. Pero mucho más condenable, por hipocresía, mentira, desprecio y manipulación de mentes crédulas es que, sabiendo que son falsas, se permita, autorice y hasta fomente la adoración de vulgares maderas, clavos, espinas, piedras, leches, pelos, columnas, suspiros, trapos, prepucios, ombligos, dientes... con el fin de mantener y reforzar la devoción popular. El Catecismo de la Iglesia Católica del año 1993 dice:
“Además de la liturgia sacramental y de los sacramentales, la catequesis debe tener en cuenta las formas de piedad de los fieles y de religiosidad popular. El sentido religioso del pueblo cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales como la veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc.”
Luego resalta aspectos positivos de esta religiosidad popular, adjudicándole gran valor para promover la relación entre lo humano y lo divino. Sin dejar de avisar sobre peligros, deformaciones o usos indebidos de las reliquias, la doctrina católica considera "las partes de los cuerpos de los santos u otros objetos relacionados directamente con ellos, como una ayuda para entrar en contacto con Dios a través de hombres y mujeres que se dejaron transformar por la gracia y alcanzaron así el don de la salvación en Cristo". Debemos leer entre líneas. Nótese que en ningún momento se dice que esas reliquias son verdaderas. La Iglesia se cuida muy bien de ello.
Alberto Cirio
NOTA: Al igual que les propuse para mi tercera entrega (El Santo Sudario), les recomiendo la lectura de "El fraude de la Sábana Santa y las reliquias de Cristo", Ed. Planeta, 2010, de Juan Eslava Galán, Doctor en Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, España. Allí encontrarán la descripción de muchas otras reliquias, anécdotas relativas a ellas, y una lista detallada de los Santos Lugares venerados hoy.
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(*) Nota Final:
El autor de esta publicación es "Alberto Cirio", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo. El mismo "Alberto" se encargará de responder las dudas de los lectores a través de los comentarios.
Exposición Fotográfica de Reliquias, Cadáveres y Gore. El culto Cristiano a la muerte.
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"Los seres humanos nunca hacen el mal de manera tan completa y feliz como cuando lo hacen por una convicción religiosa"
Blaise Pascal