Aún recuerdo esos días como cristiano, joven atento a las enseñanzas de dios, escuchando música de Marcos Witt , Jesús Adriana Romero y leyendo la biblia, todos estos hábitos fueron cambiando con el tiempo por una serie de situaciones que me conllevaron a pensar diferente. No fue por odio a dios, o porque me paso algo malo en la vida como muchos creyentes suelen pensar, fue un proceso lento, gradual, el razonamiento se habría paso, pausado pero firme. ¿Cómo ocurrió? Bueno, si me regalas un pedacito de tiempo, te lo cuento.
1. Mi niñez en la iglesia
Provengo de una familia profundamente pentecostés (evangélica), desde niño siempre me enseñaron honrar a dios sobre todas las cosas y cumplir al pie de la letra las enseñanzas de la biblia. Mis padres, provenientes de una fuerte educación militar, siempre fueron severos, disciplinados y exigentes, por lo tanto, toda actividad con fines religiosos tenía que realizarse rayando la perfección.
Si usted conoce un poco las costumbres de la iglesia pentecostés, sabrá que muchos de sus prácticas son totalmente exageradas, el simple hecho de escuchar música secular por la radio, ya era motivo suficiente para recibir condenas.
Los días domingo, era costumbre en el hogar levantarse temprano, asearse y vestir pulcramente como era debido para atender los asuntos religiosos, mi madre por lo general era miembro activa y tenía responsabilidades directa en la iglesia, en lo que a mí respecta, siempre forme parte de ese tipo de vida, a diferencia de mi madre, no disfrutaba del todo esas actividades, desde niño siempre presente un rechazo a cualquier tipo de actividad religiosa, por el simple hecho que no me gustaba, me aburría mucho, era solo un infante y lo único que quería era hacer cosas de niños.
Mi infancia en la iglesia no fue tan placentera, porque existían creencias, tan inverosímiles que hasta el día de hoy me cuesta entender, en esos tiempos tenía prohibido la tv, la música secular, el tipo de vestimenta y hasta el tipo de amistad. Estos hechos en mi vida causaron un profundo estrés con el asunto de la religión porque mi niñez giraba en torno a la iglesia, tanto así que el contenido que consumía era solo cristiano, (música, libros y televisión). Como usted puede ver, no necesita ser un psicólogo profesional para darse cuenta que dichas costumbres pueden causar problemas a largo plazo en la psique de un niño que está en etapa de desarrollo intelectual, ignorando un mundo entero de cosas nuevas e interesantes, todo tenía que ser cristiano, si no lo era, no entraba a las puertas de la casa.
En reiteradas ocasiones, he compartido con algunos conocidos que la iglesia eventualmente fomenta la discriminación entre sus semejantes, muchos de ellos no les gustan estos comentarios, asegurando que los caminos de dios son para todos sin menospreciar a nadie, pero veamos algo importante, los pastores evangélico enseñan, que no debe existir yugo desiguales entre los miembros de la iglesia, es decir que si usted quiere contraer algún tipo de relación con alguien, tiene que ser de esa misma iglesia, porque la mujer o el hombre de dios no puede relacionarse con personas ajenas a la fe, argumentando que las personas que no pertenecen a su iglesia, son pecadoras, impuras con malos pensamientos, un designio al fracaso, en resumidas cuentas, discriminación a las personas solo porque no pertenecen al credo pentecostés.
En mi caso, este no era diferente, en la iglesia me inculcaron que el mundo estaba lleno de pecadores inmundo, llenos de maldad, de gente ciega que no conocía a Jesús, mis padres me exhortaban cuando conociera a una muchacha, procurara que ella fuera evangélica y si era de la iglesia mejor, este tipo de enseñanza creo en mi un carácter introvertido, defensivo y desconfiado, porque me educaron que la gente en la calle era mala, y sus acciones podía inducirme al pecado.
2. Hipocresía en la iglesia evangélica
Cuando cumplí mis 15 años de edad, por decisión propia me bauticé y a partir de ese momento comenzó mi vida como practicante activo de la iglesia. Debo confesar que mi bautizo fue por dos razones, primero agradar a mis padres, y segundo por las ideas del castigo eterno. Ya como miembro activo, inicié a realizar las actividades que desarrolla un evangélico dentro de la iglesia, por ende, pude conocer mejor como opera el ministerio internamente, curiosamente, aquellas actividades que no me gustaban de niño comencé a sentirle un poco de gusto y de ese momento me sentí parte de una tribu, de gente que me entendía y compartíamos las mismas ideas. Lamentablemente, con el tiempo comenzó a suceder una serie de situación que mermaron mi motivación en la iglesia y posteriormente el declive de mis creencias.
Una de las primeras cosas que logre identificar, era la insistencia en dos temas en particular, diezmos y castigo eterno, a mi parecer, eran los temas preferidos del pastor, porque se esmeraba con tanto ahínco que toda la feligresía se desbordaba en aplausos y gritos de aleluyas. En una de sus intervenciones ´predicaba el asunto del diezmo, yo me encontraba cerca de él y por lo que dijo y escuché, me dio mucho que pensar y cuestionar esas palabras que para mí fueron desagradables, más o menos dijo:
-Queridos hermanos en cristo Jesús, muchos congregantes vienen a mí, a solicitarme ayuda financiera, en lo personal me veo en la penosa situación de negarle tal petición, puesto que el ministerio no posee el financiamiento necesario para apoyarlos, recuerden hermanos, la iglesia no es lugar para venir a pedir dinero, es un lugar para adorar a dios nuestro salvador, lo único que puedo hacer por ustedes es orar, y por su parte deben tener fe y honrar a dios con sus premisas. Malaquías 3:8 es muy claro señores, ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. ¡Hermanos en cristo, no podemos constituirnos ladrones de lo que pertenece al padre, porque los que roban a dios no heredaran el Reino de los cielos...!
Además de una penosa y lamentable predica, tuvo la desfachatez de negarle un par de centavo aquellos quienes lo necesitan, y el descaro de pedir dinero con amenazas, convirtiéndote en un ladrón si no cumples con el mandato divino.
Era obvio que él solo quería recibir y no dar. “Dios bendice al dador alegre” la frase es exenta a pastores y válida para creyentes. Con frecuencia decía, dios cuidara nuestra entrada y salida, pero era el primero en salir escoltados con tipos armados. Aseguraba que los diezmos eran destinados para sufragar los gastos básicos de la iglesia y tener una vida con las comedidas mínimas, nada de esto era verdad, dentro de la cúpula ministerial se corrían fuertes rumores sobre el despilfarro desmesurado de dinero, compra de casas lujosas, viajes, ropa costosa, liposucción, prácticamente una vida que usted y yo, muy difícil tendríamos. Todos estos rumores en el futuro fueron corroborados, por tesoreros y contadores que alguna vez trabajaron para el pastor de la iglesia la cual asistía.
En honor a la verdad, me sentía estafado. Me apena decirlo, pero yo era uno de esos creyentes que entregaba cada mes el 10% de mi salario a ese pastor, dinero que pude ocupar en la compra de un libro, comida o ropa. Además de presenciar otras situaciones que no vale la pena mencionar, existía una selección exhaustiva de chicas que iban entonar los cantos de adoración, ellas tenían que tener ciertas características atractivas: altas, elegantes y delgadas, si tenía hermosos ojos era un bonus extra, muchachas gorditas y bajitas ni de bromas.
Pasaron los años, y no me sentía con mucho entusiasmo visitar aquella iglesia, las predicas se tornaron insulsas, hasta ofensivas. Poco a poco me fui retirando del ministerio hasta al punto que muchos congregantes comenzaron a notar mi ausencia, cuando me preguntaban por mi falta de asistencia, siempre me excusaba con mis estudios y mis obligaciones laborales. Cierto día dejé de asistir totalmente, pese a todo eso, quería siempre pertenecer a un gremio y tuve la oportunidad de visitar otra iglesia, famosa por la cantidad de jóvenes que había y cuestionada por su forma de “adorar a dios”, permitía reggaetón cristiano, las chicas vestían de pantalón ajustado, actividades todo el tiempo, hice amistades rápidamente, no me negaba del sitio, me gustaba mucho.
Pero la ilusión no duro mucho, mi decepción se hizo evidente de lo esperado, los pastores de esa congregación guardaban la misma retórica, diezmos aquí diezmos allá, castigo eterno, más alocada en cuanto a desmayos y hablar supuestamente en lenguas, más que una experiencia religiosa, parecían ataques epilépticos a granel, como diría el buen Freud, neurosis colectiva.
Después los evangélicos me cayeron mal, y decidí volverme un auténtico satánico ¡Buajajaja!... Mentira chicos, ¡solo bromeaba! Seriamente tome la decisión de rescindir de la iglesia, pero mi fe aún era autentica, creía en dios, creía en su voluntad, pese lo que había pasado, quería seguir adorando y vivir bajo la voluntad de Jesucristo. A solas en mi casa leía biblia, oraba, veía predicas en youtube, me sentía a bien con todo eso.
3. Un cambio de paradigma de ver la vida
A mis 19 años de edad, había devorado mucho contenido cristiano, con eventualidad coleccionaba obras de muchos pastores famosos; Cash Luna, Guillermo Maldonado y Dante Gebel, me encantaba sintonizar los canales cristiano como Enlace canal 21 y el extinto canal JBN, para ese entonces, aun hablaban de las supuestas voces del infierno, casos de exorcismo, los famosos noches de gloria, cuando estos canales pasaban los temas del infierno, que testimonios de posesiones, causaron en mi un profundo malestar, sentía miedo sobre estas cosas, el diablo era tan real para mí que había días que no dormía por pensar tanto en eso, hasta me levantaba a orar por la madrugada, si tenia pesadillas pensaba que eran las hordas demoníacas jodiéndome la existencia, pero pronto descubrí que mi problema no eran los diablos, tenía trastornos de sueños como la noctifobia y parálisis de sueño, problemas que tienen repuesta en la ciencia no en la religión, en otra oportunidad les contare mi experiencia en estos casos y como he superado estos miedos, Continuemos.
Posteriormente, comencé a leer contenido de otras religiones cristianas quería saber que postura tenían acerca de la vida, la muerte, el infierno, los espíritus etc… Casi todas ellas tenían las mismas creencias, diferían en muchas cosas, pero sostenían lo mismo, solo en los testigos de Jehová noté que tienen una postura más razonable con los tópicos del inframundo, incluso estaba jugueteando con la idea de pertenecer a sus filas, pero cuando me di cuenta que ellos rechazan la idea de donar sangre, me abstuve totalmente, era y sigo siendo donante activo en los bancos de sangre de mi país y no iba a dejar esa noble practica por una religión. Debo confesar que la explicación de los testigos de Jehova, calmo un poco mis fobias al fuego eterno, esto me conllevo a seguir investigando más acerca de esos tópicos.
Si podíamos cuestionar la existencia de un infierno, también podíamos cuestionar la existencia de un cielo, las preguntas saltaban a mi mente… ¿Sera que dios existe? ¿Y si solo es una invención humana? ¿Y si el dios verdadero es Alá? ¿Sera cierto el Genesis? ¿Venimos de Adán y Eva? Eran muchas preguntas, pero nunca me atrevía cuestionarlas, la semilla de la duda estaba plantada, pero mi fe aun guardaba un espacio en mi mente.
Un día normal como todos, me acomodaba en mi habitual escritorio para leer un versículo de la biblia, me acuerdo que era el proverbio del día, en lo que habría la estantería de libros, mire de reojo un libro de historia universal mal acomodado, desatendido, algunas hojas dobladas por el descuido, se encontraba en la última bandeja de la estantería lleno de polvo, como es costumbre, no me gustan los libros maltratados y sucios. Procedí a limpiarlo y arreglarlo en su lugar habitual, ese texto mi madre me lo había comprado en mis épocas de estudiante de secundaria y desde que había cursado el bachillerato, lo había dejado en el olvido hasta ese momento.
Ese día, quise leer ese libro, me dirigí a mi espacio de lectura y comencé a leer cada línea. El primer título que me tope fue Evolución del hombre, por un momento pensé “este libro de seguro me quiere hablar que venimos del mono.” Al leer los primero párrafos me di cuenta que estaba equivocado, el texto refería que la vida humana como tal no existía, sino que esta se gestó hace millones años por formas de vidas más sencillas y que después de transcurrí muchas eras fuimos ubicados en una línea de la evolución, de ahí se ramifico el orden primate, compartimos un ancestro en común con el chimpancé, aclaro algo importante, el hecho que seamos de la familia de los primates, no nos hace monos, gorilas ni chimpancés, es un error de muchos creer que venimos de esas especies, el hecho que un gato pertenezca a la familia de los félidos, no lo hace un tigre o león, el perro por pertenecer a la familia Canis Lupus no lo hace un lobo siberiano, repito no somos monos, venimos de un ancestro en común nada más, existieron muchas especies humanas, pero nosotros los homo sapiens, fuimos los únicos en adaptarnos al entorno. Ya aclarado este punto, continuemos.
Ese día, pase horas leyendo las diferentes civilizaciones, su cultura y sus dioses, nació en mi la necesidad de estudiar y descubrir temas que nunca había abordado con seriedad, en este proceso desarrollé un interés profundo por la filosofía, conocí en aquel tiempo a Frederic Nietzsche, Ayn Rand, Cicerón y Epicuro, esos pensadores influenciaron en mi manera de pensar, principalmente aquellos temas que refería a dios.
Mi fe, no era la misma en ese entonces, era todavía creyente, pero no practicante, mis costumbres religiosas fueron aplazadas por otras actividades. Filosofía, ajedrez, universidad y trabajo cubrieron todos esos espacios que ante la religión ocupaba.
A mis 20 años de edad tenía un trabajo formal, las obligaciones universitarias tocaban mi puerta para ese entonces, no asistía a la iglesia ni oraba, solo balbuceaba una escueta frase todas las mañanas, “gracias dios por este día”. En el trabajo, en mis tiempos libres, investigaba uno que otro tema por internet, se me ocurrió un tema que nunca había abordado hasta ese momento, tecleando el Google mecanografié “que opinan los ateos de dios” inmediatamente los resultados no se hicieron esperar, había toda clase de opiniones, unos formales, otros educados habían otros que se limitaban al insulto, ninguna me había llamado la atención hasta que la tercera opción del motor de búsqueda me sugirió, Ateísmo para cristianos, me dirigí a la página sin ningún interés, esperando lo mismo que las otras páginas, revise y no me tarde en darme cuenta que el blog esta surtido de información detallada y ordenada, entonces me anime en leer los artículos que contenía.
Era octubre del 2013, leía el contenido de ese blog, me sorprendía la manera tan humorística que el autor escribía sus artículos, en mis adentro suscitaban comentarios como: “Que tipo más osado para escribir estas cosas” “Jajaja que malvado” “Te vas a ir al infierno Noe, cuidadito con estos artículos” En mi vida había cuestionado muchas cosas de la religión, pero no lo de la manera que lo presentaba Noe en su contenido, hay un artículo que me gusta mucho, en realidad es un cuento, se titula “Dios, el ateo y el creyente” creo que así era, habían otros llamativos como los asesinatos de dios articulo interesante por cierto, me acuerdo de aquel articulo cuando asesinaron al pobre Uza, solo por sostener el arca de la alianza para que no se cayera, le mandaron un rayo fulminante, de seguro dejó hijos huérfanos. No lo voy a negar, ese año reí, analice y disfrute cada artículo, nunca había conectado tanto con una página como esta, incluso, les mostré la página a varios amigos y quedaban anodados por la información, solo me decían: “Yamil deja de leer esa mierda”, “Ese tipo está enfermo”, “De seguro es un troll”, “Uy dios mío que es eso”, “reprendo a ese diablo chancho”, “Algo malo le paso, pobrecito” “¡Jefeee, Yamil está viendo una página ateaaa, mándelo a trabajar!
Luego hice un nickname en el blog, intenté presentar argumentos a favor de dios, pero mis intentos fueron infructuosos, en ese tiempo aprendí mucho y me alenté en seguir leyendo, investigando más, en ese proceso, de forma natural en un día normal como todos, rescindí de las creencias en dioses, religión, e infiernos, experimenté una paz que la religión no me había dado nunca, sentí una libertad tan grande que cambio mi forma de ver la vida.
Seguí siendo el mismo tipo de siempre, continúe amando a mis padres, al perrito de la casa, la vida cobro más importancia para mí porque es la única que tengo, aprovecho el tiempo al máximo y procuro ser feliz hasta donde la vida me lo permita.
Hoy en día tengo una vida normal como cualquier mortal, con momentos buenos, otros malos, acontecimientos que a usted y a mí nos ocurre con naturalidad. No vaya a creer que estoy expectante de los cristianos, haciendo ritos satánicos o induciendo al inocente creyentes a los siete ´pecado capitales, no mi amigo nada que ver, para terminar les dejo un consejito personal, ame a su familia, no meta en miedo a sus hijos con supersticiones locas, su familia es primero antes que la religión, no tenga miedo en hacer cosas que la religión le prohíbe, invierta su dinero en usted antes que dárselo a un pastor mantenido, si quiere quedar un domingo en cama, hágalo, no irá al infierno por faltar un misero domingo a la iglesia, sobre todo amigo sea honesto con usted mismo y procure a la medida que pueda ¡Ser feliz!
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“La decisión cristiana de considerar al mundo feo y malo ha hecho al mundo feo y malo”
Friedrich Nietzsche