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Situación del Ateísmo en Turquía. (Actualidad y Noticias)

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Los turcos laicos necesitan el apoyo europeo


- En un país con un 98% de musulmanes, los valores laicos están en retirada, aunque el secularismo a la turca siempre fue un tipo de secularismo nacionalista

- Algunas encuestas sugieren que hay más de 5 millones de ateos o agnósticos viviendo en Turquía, la mayoría menores de 35 años

- Turquía tiene otra ocasión para recuperar su compromiso con los valores de esa Europa de la que lleva tantos años reclamándose una parte

Teresa Gimenez-Barbat - eurodiputada del grupo ALDE
20/08/2016 - 19:25h


La persistente islamización favorecida por el régimen de Recep Tayyip Erdogan en Turquía no favorece precisamente la candidatura del país a la Unión Europea e incluso cuestiona su status de socio estratégico.

Tras el frustrado golpe de Estado, la purga de los opositores, incluyendo el despido de miles de jueces, policías y profesores, la retirada de licencias a medios de comunicación críticos, la implantación de un largo estado de emergencia, pero sobre todo la suspensión de la Convención Europea de Derechos Humanos, alarma y desconcierta a los poderes occidentales, temerosos de la inestabilidad estratégica ocasionada por los hijos terribles de la “Sublime Puerta”.

En un país con un 98% de musulmanes, los valores laicos están en retirada, aunque el secularismo a la turca siempre fue un tipo de secularismo nacionalista. El “kemalismo” o “atartukismo” no se confunde con el laicismo francés o el secularismo anglosajón. Según Özgüç Orhan de la Universidad de Fatih la idea de laiklik está impregnada de “un sentido etno-religioso de la turquidad que excluye específicamente a los no musulmanes pero incluye a minorías musulmanas no turcas”.

En un entorno marcado por la hostilidad social y política contra toda discrepancia religiosa, los turcos laicos, y especialmente los no creyentes, lo tienen cada vez más difícil. No disponemos de datos muy fiables, debido al estigma que rodea toda desviación religiosa, y a que los ateos no aparecen en los censos oficiales, pero algunas encuestas sugieren que hay más de 5 millones de ateos o agnósticos viviendo en Turquía, la mayoría menores de 35 años.

El fervor antisecular y antiliberal promovido por los seguidores de Erdogan y otras fuerzas desatadas del fanatismo, está alcanzando ahora mismo a los no creyentes, pero sin encontrar un gran eco político o mediático. La “Asociación de Ateos Turcos” –Ateizm Derneği – se ha visto obligada a clausurar su sede en Estambul recientemente, debido a amenazas creíbles de muerte. La minoría de humanistas seculares, ateos y no creyentes turcos teme por su vida y por el futuro de sus hijos y su país. “Las cosas son peores de lo que podéis imaginar”, nos insisten desde Estambul, donde se llama a la caza de “perros laicos” y las escenas de fanatismo se suceden. Se escuchan cantos religiosos las 24 horas del día y los imanes llaman a la “guerra santa” en un sentido poco espiritual.

Los políticos y todo ciudadano consciente del valor de una sociedad secular y abierta han de ser activos defendiendo a nuestros compañeros turcos. Debemos reclamar al gobierno de Erdogan un escrupuloso respeto de su integridad física y moral. Turquía tiene otra ocasión para recuperar su compromiso con los valores de esa Europa de la que lleva tantos años reclamándose una parte.

Fuente:
http://www.eldiario.es/tribunaabierta/turcos-laicos-necesitan-apoyo-europeo_6_550204980.html


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El primer ministro turco asegura que la nueva Constitución del país será laica


EFEAnkara27 abr 2016

El laicismo del Estado estará consagrado en la próxima Constitución de Turquía, declaró hoy el primer ministro, Ahmet Davutoglu, después de que el presidente del Parlamento causara una polémica al defender una Carta Magna religiosa.

"Las características del Estado no son un asunto a debate para nosotros. El principio del laicismo estará en la nueva Constitución", declaró Davutoglu en una reunión de su grupo parlamentario en la Cámara.

El presidente del Parlamento, Ismail Kahraman, desató la polémica esta semana al defender que Turquía, al ser un país de mayoría musulmana, necesita una constitución religiosa, una propuesta que contradice uno de los principios fundamentales sobre los que se creó la república turca.

Según Kahraman: "La nueva Constitución no debería contener una definición del laicismo. Solo Francia, Irlanda y Turquía tienen constituciones que definen el laicismo. Nuestra Constitución no debería escapar a la religión. Somos un país musulmán".

Davutoglu se distanció hoy de forma clara de las palabras del presidente de la Cámara.

"En la nueva Constitución que preparamos, el laicismo aparecerá para garantizar la libertad religiosa de los ciudadanos y para que el Estado sea equidistante con todos los credos", subrayó el primer ministro.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ya se distanció ayer de las declaraciones de Kahraman y defendió que el país siga siendo un Estado laico.

Erdogan dijo que el presidente del Parlamento expresó puntos de vista personales y no los de la formación en el Gobierno, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).

Desde que llegó al poder en 2002, el AKP, fundado por Erdogan, es acusado por sus críticos de querer islamizar la sociedad turca.

Kemal Kilicdaroglu, el líder de la principal formación opositora, el laico CHP, ha subrayado que "el secularismo es la garantía de la libertad de culto" en Turquía y ha solicitado la dimisión del presidente del Parlamento, que es miembro del AKP.

La policía antidisturbios tuvo que disolver ayer una protesta de varios cientos de personas a favor del laicismo frente al Parlamento turco.

"No queremos una Constitución de la 'sharia', sino secularismo" o "El laicismo ganará", fueron algunos de los cánticos de los manifestantes, que fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos y pelotas de goma.

Desde que el AKP lograra en noviembre una mayoría absoluta en el Parlamento, una de las prioridades del Gobierno es redactar una nueva Constitución que reemplace a la actual, creada tras el golpe militar de 1980.

El AKP necesita del apoyo parlamentario de la oposición para aprobar una nueva Ley Fundamental, pero ésta rechaza la creación de un sistema presidencialista que ambiciona Erdogan y que ampliaría sus poderes.

Fuente:
http://www.efe.com/efe/espana/mundo/el-primer-ministro-turco-asegura-que-la-nueva-constitucion-del-pais-sera-laica/10001-2909332

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La lucha política sobre el laicismo estalla en Turquía.


El primer ministro Davutoglu desautoriza al presidente del Parlamento, que pidió una “Constitución religiosa”

Andrés Mourenza
Estambul 28 ABR 2016 - 18:48CEST

Pocas palabras hay en Turquía más sagradas que el laicismo. Copiado del ordenamiento político francés en la década de 1920, aunque aplicado a su propia manera, es uno de los principios fundacionales de la República turca al que, además, la actual Ley Fundamental otorga la característica de “intocable”, es decir, que ningún Gobierno puede modificar. De ahí el revuelo que se ha montado en el país cuando el presidente del Parlamento, el islamista Ismail Kahraman, ha propuesto la eliminación del laicismo en el redactado de una nueva Constitución que sustituya a la impuesta por los militares en 1982.

“En la nueva Constitución no debería aparecer el laicismo (…). Como país musulmán, ¿por qué debemos retractarnos de la religión? Necesitamos una Constitución nueva y religiosa”, dijo este lunes Kahraman, alegando que el actual texto es ya religioso de facto al reconocer como fiestas nacionales las propias de la religión musulmana y establecer la obligatoriedad de la clase de religión. Inmediatamente, todos los partidos del hemiciclo se echaron encima de Kahraman, y el principal partido de la oposición, el socialdemócrata CHP, exigió la “inmediata dimisión” de quien, por su posición, es la segunda autoridad del Estado. “El laicismo es nuestra línea roja”, certificó la portavoz de la formación, Sayek Böke. También TÜSIAD, la principal patronal de Turquía y que agrupa a los empresarios laicos, calificó las palabras del presidente del parlamento de “preocupantes” e “inaceptables”, lo que ha obligado incluso al propio Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista) a decir que las opiniones de Kahraman “no representan la visión del partido”.

La polémica ha bastado para enervar a los grupos laicos, y diversas organizaciones izquierdistas convocaron el martes protestas en Estambul, Ankara, Esmirna y Eskisehir bajo el lema "La sharia no pasará", que fueron violentamente reprimidas por la policía incluso antes de que los manifestantes echaran a andar. Según el portal informativo Sol, en la marcha capitalina, mientras disparaban balas de gomas, algunos agentes gritaron a los manifestantes “¡No huyáis, bastardos de Atatürk!”, en referencia al fundador de la moderna Turquía y padre de la república laica.

Pese a las acusaciones que se le hicieron a su llegada al poder de mantener una agenda oculta destinada a islamizar Turquía y convertirla en un estado teocrático, lo cierto es que en casi tres lustros en el poder, el AKP se había cuidado mucho de atacar, al menos en público, el laicismo vigente. Es más, durante las primeras dos legislaturas de mandato de los islamistas (2002-2011) se ampliaron los derechos individuales y colectivos en un esfuerzo por adaptar la legislación turca a la europea. Pero, especialmente a partir de esa fecha, cuando el entonces primer ministro y ahora presidente de la República, Recep Tayyip Erdogan, se vio libre de ataduras tras su tercera mayoría absoluta consecutiva, se aceleró el proceso de conservatización de la sociedad para crear “una nueva generación religiosa” –en palabras del líder turco- a través de silenciosas reformas en la educación. Pero ni aún así se ha atrevido Erdogan a proponer lo dicho esta semana por el presidente del parlamento. Según el jefe de Estado, quien parece más interesado en que el nuevo texto incluya la conversión del sistema parlamentario turco en uno presidencialista bajo su batuta que en los debates sobre el laicismo, la nueva Carta Magna debería “mantener la misma distancia hacia las diferentes creencias”.

Más duro ha sido el primer ministro, el también islamista Ahmet Davutoglu, quien desautorizó al presidente del hemiciclo. “La naturaleza del Estado no es objeto de debate para nosotros. El principio del laicismo se mantendrá en la nueva Constitución”, dijo este miércoles, aunque matizó que “no será un laicismo autoritario, sino liberal”.

Poco se sabe lo que incluirá el proyecto de nueva Constitución en el que trabaja una comisión parlamentaria, aparte del mencionado sistema presidencialista, cuya inclusión ha provocado que parte de la oposición abandone las negociaciones. Según el columnista, Abdülkadir Selvi, cercano al AKP, se está debatiendo la inclusión “de una mención a Dios” y al carácter “musulmán” de Turquía, religión que profesa más del 90 % de la población.

Para modificar de forma unilateral la Constitución son necesarios los votos afirmativos de 367 diputados, algo imposible para los islamistas turcos, que ocupan 317 de los 550 asientos del Parlamento. Sin embargo, con el apoyo de los 40 diputados del partido ultranacionalista MHP sí que podría lograr llevar la propuesta a un referéndum –bastan 330 síes parlamentarios- y de esta forma su aprobación sería más sencilla ya que el apoyo electoral a los islamistas en las últimas convocatorias ha rozado el 50 %.

Fuente:
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/27/actualidad/1461774310_927612.html


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En Turquía, 'laicismo' es mucho más que una palabra


Publicado: 16/05/2016 07:47 CEST 
Actualizado: 16/05/2016 07:52 CEST

ESTAMBUL - En septiembre de 2011, el entonces primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan fue recibido en el aeropuerto de El Cairo por miembros de los Hermanos Musulmanes que le aclamaban a medida que su séquito avanzaba por una calle cubierta de carteles con su imagen. Durante su estancia, Erdoğan dio un discurso en la Ópera de El Cairo sobre su visión de Oriente Medio.

"Ahora, en esta fase de transición para Egipto, igual que en la que viene después, creo que los egipcios establecerán la democracia muy bien, y se darán cuenta de que el hecho de que un estado sea 'laico' no quiere decir que sea 'irreligioso'", explicaba durante una entrevista con Mona El-Shazly en el canal de televisión egipcio Dream TV. "Pero sí quiere decir que hay que respetar todas las religiones y dar a todos los individuos la libertad de practicar la religión como deseen".

En aquel momento, las palabras de Erdoğan tuvieron mucha repercusión entre ciertos miembros de los Hermanos Musulmanes que se oponían a la separación de Estado y religión. Expresaron su ira ante la promoción del sistema laico de Turquía e incluso emitieron una declaración en la que describían el discurso de Erdoğan como una "interferencia" en los asuntos locales de Egipto.

La idea de una constitución sin laicismo sacó a relucir muchos de los miedos de los turcos y produjo un extraño consenso entre la dividida sociedad civil turca.
Cinco años después, las palabras de Erdoğan han adquirido un nuevo significado. La semana pasada, el presidente del Parlamento turco exponía durante un discurso en Estambul cómo le gustaría que fuera la nueva constitución turca: que no contuviera la palabra "laicismo" y que tuviera más contenido religioso; una constitución religiosa. Su recomendación de eliminar la palabra "laicismo" de la constitución turca produjo la misma ira que había generado en El Cairo la propuesta de Erdoğan de incluir el laicismo en la constitución egipcia. Actualmente, hay un comité redactando una nueva constitución en Ankara. La idea de una constitución sin laicismo sacó a relucir muchos de los miedos de los turcos y produjo un extraño consenso entre la dividida sociedad civil turca con respecto a la necesidad de mantener la palabra "laicismo" en la constitución.



Al fin y al cabo, y en primer lugar, "laicismo" es una palabra. Su significado ha cambiado con el paso del tiempo. Es una palabra con numerosas connotaciones en Turquía, y con una historia proteica y fascinante. Los turcos han admirado y criticado el laicismo a partes iguales. A menudo, los mayores simpatizantes del laicismo han sido los que más lo han criticado. Por ejemplo, los grupos alevíes de Turquía: los miembros de esta minoría religiosa, que suelen estar vinculados a movimientos de izquierda, aseguran que el estado turco nunca ha sido tan laico como ahora y que mediante su Dirección de Asuntos Religiosos ha apoyado y promocionado una versión suní del islam, lo que demuestra que no se trata de un estado realmente laico. ¿Y los ateos turcos? También le han encontrado varios fallos al laicismo turco. Muchos se oponen a que aparezca la religión que profesa cada persona en su documento de identidad, que lleva décadas indicándose junto al género. Los ateos también se quejan de las amenazas de muerte y de la discriminación que puedan sufrir relacionadas con esta obligación de declarar públicamente sus creencias con respecto a la religión.

Los cristianos y los judíos turcos pueden dar cuenta de cómo se les impuso en 1942 un "impuesto sobre el patrimonio", bajo el mandato del partido único de Turquía. Mientras que los musulmanes pagaban un 5% de impuestos, los judíos turcos pagaban un 179% y los cristianos armenios un 232%. Y todo eso sucedió cuando el laicismo era una especie de concepto sagrado que era impensable criticar.

Los suníes turcos tampoco tienen nada bueno que decir del laicismo de Turquía. Habla con cualquier mujer suní de mediana edad que lleve velo y lo más probable es que te cuente cómo el Estado turco ha interferido en su derecho a la educación y cómo ha hecho lo posible por mantenerla alejada de las esferas públicas. Hace menos de una década, no se permitía entrar a la universidad a las mujeres que llevaran velo, ya que se concebía como una violación del laicismo.

Todas estas críticas quedaron en un segundo plano tras el discurso del presidente del Parlamento, cuando la gente se apresuró a defender el laicismo como concepto. La palabra "laicismo" significa cosas distintas para mucha gente; su repetición suscita esperanzas y decepciones, defensas apasionadas e historias de traumas. Y la palabra en sí misma proporciona el camino que lleva a este debate que lleva en pie 150 años.

"La nueva constitución tiene que ser la declaración de una transición del laicismo militante francés a un laicismo británico más libertario", escribía el antropólogo turco Ali Murat Yel en una página de opinión de un diario turco la semana pasada. "En otras palabras, el Estado turco debería proporcionar a sus ciudadanos la libertad para creer o no en lo que les plazca en lugar de imponer una forma única de religión".

La palabra "laicismo" significa cosas distintas para mucha gente; su repetición suscita esperanzas y decepciones, defensas apasionadas e historias de traumas.

Como en los últimos años la religión ha ido siendo más visible en el ámbito público, imponer una forma de religión se ha convertido en algo prácticamente imposible. Hoy en día se puede encontrar por las calles de Estambul celebraciones religiosas de turcos judíos o de armenios cristianos y no solo de musulmanes suníes. Desde la celebración de la Epifanía -en la que los cristianos ortodoxos se sumergen en las gélidas aguas del Cuerno de Oro de Estambul para rescatar la cruz de madera que se encuentra dentro para conmemorar el bautismo de Jesucristo- y del Janucá de los judíos turcos -que se celebró de manera pública por primera vez el año pasado-, la visibilidad pública de la religión se considera un problema menor. El pasado mes de febrero, el ministro turco de Asuntos Europeos, Volkan Bozkır, anunció que Turquía eliminaría la categoría "religión" en los nuevos carnets de identidad, en consonancia con el acuerdo con la UE sobre la liberalización de visados.

"En la nueva constitución que estamos preparando, el principio del laicismo se incluirá como garantía para los ciudadanos de la libertad religiosa y de que el Estado guardará la misma distancia con respecto a todos los grupos religiosos", aseguraba la semana pasada en uno de sus discursos el primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoğlu. Turquía lleva un siglo debatiendo acaloradamente sobre el significado de la palabra "laicismo", sobre lo que debería o no debería significar; por eso, mantener la palabra en la nueva constitución servirá como recordatorio de su legado desde la última modernización del imperio otomano hasta la política posmoderna de la actualidad.

Hoy en día Turquía está pasando por un periodo difícil y va creciendo la ansiedad pública en respuesta a los ataques que han llevado a cabo los que se han proclamado a sí mismos militantes del Estado Islámico y del Partido de los Trabajadores de Kurdistán. Pero el clima político actual, con sus acalorados debates sobre grandes problemas como el laicismo, no es algo nuevo en la historia de Turquía: el país ya ha pasado por esto antes. En el siglo XIX, Ahmed Cevdet Pasa -el padre de la novelista Fatma Aliye, a la que ahora se considera la Jane Austen otomana- creó Mecelle, un código civil que se aplicaba en los tribunales seculares. Las leyes y las escuelas laicas se implementaron en el siglo XIX y el último califa otomano era pintor. El Imperio se enfrentó a muchos obstáculos, como el auge del nacionalismo y de la modernidad en Europa o las dificultades a la hora de satisfacer las necesidades de varios grupos religiosos, pero continuó haciendo reformas centradas en las personas. Sin duda, el debate actual sobre el laicismo forma parte de la larga y fascinante historia de la modernización otomana.

Fuente:
http://www.huffingtonpost.es/kaya-genc/debate-laicismo-turquia_b_9846348.html




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Ver: 
Ver Articulo: Países con más Ateos

Ver Sección: Actualidad y Noticias



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"Los dioses son cosas frágiles; pueden ser asesinados con un atisbo de ciencia o una dosis de sentido común"

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