Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)
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Jesús Barrabás,
el verdadero libertador.
Jesús Barrabás,
el verdadero libertador.
La siguiente analogía se confeccionará en base a datos bíblicos e históricos, considerando como fiable la etimología de los nombres y no los subterfugios de la cristología interpretativa de ellos, pues como han demostrado los apologetas a través de la historia, los datos bíblicos interpretados ramifican en denominaciones cristianas, cada una tan conveniente y cuestionada como la otra. Aclarado esto, ustedes y yo vamos a ver directamente a los ojos al hombre que se hizo llamar La Roca (no no no, el otro…) Así que comencemos por lo básico:
La piedra angular del cristianismo es la fe que se deposita sobre la cabeza de Jesús de Nazaret, supuesto Hijo de Dios (y ojo que no Dios Hijo), artífice del nuevo pacto de reconciliación entre Dios y la humanidad por medio de su sacrificio como cordero sin defecto, y por medio del cumplimiento de la Ley Mosaica, demostró que era posible seguirla y justificó su imposición, además con su resurrección, anuló la muerte que es la consecuencia del pecado. Por tanto la salvación no dependería de la observancia de la Torá, disparatada y poco aplicable en una civilización como la romana, sino de la aceptación del sacrificio en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo sin prueba alguna, y la realización de buenas obras que vitalicen esa fe (a libre oferta y demanda, nada de Deuteronomio y Levítico). Noten que hasta aquí, no hemos quitado el pecado del mundo.
Solución: sacrificar a un hombre más o menos inocente para el perdón de nuestros pecados, y hagámoslo según la Ley del Yom Hakkippurim en hebreo o Dies Expiationum en latín o Día de la Expiación en español, como prefieran, para que sea sacrificio glorioso considerando que es el estatuto del día más sagrado para los judíos, y qué mejor libro para aprender sobre esto, que el aburrido y estéril Levítico capítulo 16, del cual extraeremos los pasajes que atañen a la ceremonia distintiva:
“Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.” Lev 16:3
“Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.
Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.
Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión.
Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel.
Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación.
Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.
Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.” Lev 16:6-11
“Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.”
Lev 16:15
“Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo;
y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.
Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.” Lev 16:20-22
Hay que tener fiebre de 45 grados judeocristianos para pensar que un Ser Supremo Creador del Universo se inventó un baño de sangre como medio purificador de imperfecciones y que no era un ritual ideado por el Aarón para comer gratis. Lo primero que llama la atención de este oscuro pacto es el nombre Azazel, que según la tradición popular judeocristiana, es el nombre de un demonio del desierto nombrado solo aquí y en el libro de Enoc; si esto fuese así, parece que Yahvéh Sebaot lo respeta y prefiere no meterle los dedos en el platillo. Sin embargo existen más hipótesis del origen de este complicado término. La Vulgata Clementinam lo traduce como “cabro emisario” en vista de que se libera vivo al desierto, conceptualizado por el judaísmo rabínico. Comentaristas mediavales como Yoma 67b, Sifra, Ahare, ii2, Targ Yer xiv lev 10, concuerdan en la hipótesis de que el macho cabrío una vez liberado al desierto, debía caerse por un despeñadero por la culpa de los pecados que carga.
Lo cierto de esto es que la doctrina de la expiación es una superchería en la cual cada individuo merece la muerte por pecar, y como todos los días pecamos, todos los días merecemos la muerte. Para salvarse de ese destino, los israelitas sacrificaban en las mañanas y en las tardes, un becerro, cordero o chivo en holocausto que tomaba su lugar, o sea, quemado con todo y estiércol, para que el humo suba al susodicho Padre, que lo considera grato aroma. Pero si se era un campesino de pocos recursos, el sacerdote levita permitía otro tipo de korbán (ofrenda) como pan, aceite, sal, vino, sémola, flor de harina de trigo o incienso. Muy considerado de su parte... Y si definitivamente el pecador no tenía más que un hueco en el bolsillo, entonces se sacrificaban palomas. Sin embargo al parecer, la naturaleza del pecado lo caracteriza por ser perpetuo y acumulativo, pues cada año los judíos debían efectuar esta ceremonia distintiva para alejar no los pecados individuales, sino los del pueblo en colectivo, y aparte del chivo expiatorio cuya sangre será inmolada para la reconciliación con Adonai, se necesita otro que se libere con la carga de todos los pecados que Aarón en este caso le impuso sobre la cabeza para que se los lleve lejos. Así como la Ley es eterna, su transgresión sería eterna, pero gracias a esta barbárica ceremonia anual que se efectuaba durante la pascua, los judíos podrían quitar los pecados del pueblo. Creo que esto va tomando forma.
Jesús Hijo de Dios, sería el cordero inmolado que pactaría la nueva comunión entre Dios y la humanidad, y el cabro emisario sería liberado, precisamente durante la Pascua para que cargue con los pecados de los hombres, o sea, Barrabás, cuya raíz aramea es Bar Abbâ ( בר-אבא) o “Hijo del Padre”. Ecce homo! He aquí al personaje salvador del Hombre, paradójicamente desdoblado en Jesús Hijo de Dios, como mesías divino y afeminado; y su Alter Ego, Jesús Barrabás (según Orígenes), el Hijo del Padre, mesías guerrillero, cuyo nombre de guerra es propio de zelotes y sicarios líderes de las sectas sediciosas anti-romanas, que podría hacer referencia a Adán como Padre o como “Hijo del Hombre” (ὄ ὑιὸς τοῦ ἀνθρῶπου) como lo leemos en los evangelios, o בר אנשBar-'enash, significa "aquel que posee los atributos de 'Adam (Adán) antes de ser expulsado del Gan 'Éden" como lo leemos en Daniel 7:13, teniendo en mente que Adán significa hombre (אָדָם) o bien, “hecho de la tierra”. Por tanto, Hijo del Hombre o Hijo del Padre es un título que confiesa una naturaleza terrenal que dio una pirueta idiomática para acercarlo a Abbá como Dios Padre, puesto que Jesús comenzaba sus oraciones de esta forma según Hyam Maccoby.
A todo esto, los registros no muestran evidencia de que en Roma existiera la costumbre de liberar a presos durante la Pascua judía, mucho menos insurrectos, asesinos o enemigos de Roma famosos y peligrosos como “el Hijo del Padre”, aunque sí se registra el acclamatio, honor otorgado por oficiales romanos en contadas ocasiones, donde una muchedumbre escoge el destino de un sentenciado a muerte, más que todo por razones políticas y no religiosas.
Al llegar a este punto, el cristiano se encuentra en un paradigma. Sucedió realmente toda esta hilarante historia o es una alegoría del Día de la Expiación? Si no sucedió, que es lo más probable puesto que las pruebas documentarias y arqueológicas riñen con los datos bíblicos, entonces Jesús nunca existió ni soldados romanos echaron suertes sobre su manto. Por otro lado, si Jesús existió, es evidente que sería el cordero inmolado (el que se desangraba para pringar el velo del templo, que en el caso de Jesús este se rompió), y no sería el cabro emisario que lleva sobre sí los pecados del mundo. Tal honor sólo lo pueden llevar dos personajes: o Judas Iscariote, el sicario, quien se descalabró al colgarse como posiblemente sucedía con los Azazel que caían por el despeñadero al ser liberados, o Jesús Barrabás como le llaman en los manuscritos del siglo I y II d.c. provenientes de Cesárea, Sinaí y Siria. En cualquier caso, esto haría al responsable copartícipe de nuestra redención, Jesús El Salvador compartiría el crédito y su título de Hijo de Dios utilizado varias veces en el A.T. para otros personajes no sería más que eso.
Imagino que los cristianos no aceptan esta hipótesis aunque a todas luces sea razonable y desean que el Jesús mitológico sea su único salvador, para ello, el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre deben ser el mismo, y uno de los dos debe morir y el otro debe ser liberado. Esta parafernalia de mitos anacrónicos es realmente de locos, pero en el mundo cristiano todo es posible!!!
Así que solucionemos la encrucijada. Si el Hijo de Dios murió realmente en la cruz y la liberación del Hijo del Hombre es simbólica, entonces el Hijo de Dios debe resucitar para anular la muerte. Si el Hijo de Dios murió simbólicamente en la cruz, entonces el Hijo del Hombre fue liberado y éste solo tendría que “volver” a cumplir con sus amenazas apocalípticas. Veamos lo que nos dice la biblia:
“Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.
Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.
Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”
Mateo 24:1-3
“E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.”
Mateo 24:29-30
“Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.”
Mateo 19:28
“y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.”
Hechos 7:56
“Jesús dijo: Yo soy; y veréis al HIJO DEL HOMBRE SENTADO A LA DIESTRA DEL PODER y VINIENDO CON LAS NUBES DEL CIELO.”
Marcos 14:62
“Pero de ahora en adelante, EL HIJO DEL HOMBRE ESTARA SENTADO A LA DIESTRA del poder DE DIOS.”
Lucas 22:69
“Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.”
Apoc 1:12-13
Confirmado, el principio del fin fue marcado por la destrucción del templo de Jerusalén, luego de eso habría tribulación y Jesús Barrabás, el Hijo del Hombre, volvería, nada de esperar dos mil años. Y Dónde está el Hijo de Dios? Al parecer murió simbólicamente en la cruz. Por otra parte, Jesús Barrabás habrá cumplido su promesa de volver? Claro que sí:
Primera Guerra Judeo-Romana: 66 d.c.-73 d.c.
Victoria del Imperio romano comandado por Vespasiano y Tito; contra Judea comandada por Simón Bar Giora y Juan de Giscala y un personaje hipotético llamado Judas el Galileo. Se produjo en el año 70 d.c la destrucción del Templo de Jerusalén y la caída de Masada.
Segunda Guerra Judeo-Romana: 115 d.c-117 d.c
Victoria del Imperio romano comandado por Quinto Marcio Turbo y Lusio Quieto. Comandantes judíos: Lucas, Artemión, Julián y Papo. Se produjo la destrucción de la colonia judía de Chipre.
Tercera Guerra Judeo-Romana: 132 d.c.-135 d.c.
Victoria del Imperio romano, se prohíbe la entrada de los judíos a Jerusalén e inicia la Diáspora. Comandante romano, Adriano; comandante judío, Simón Bar Kojba (Hijo de la Estrella), el mesías esperado según Números 24:17.
“Lo veré, mas no ahora;
Lo miraré, mas no de cerca;
Saldrá ESTRELLA de Jacob,
Y se levantará cetro de Israel,
Y herirá las sienes de Moab,
Y destruirá a todos los hijos de Set.”
La pura y real verdad histórica, es que los judíos veían como mesías a todo aquel cabecilla que los llevara a la victoria contra Roma, pues en el A.T. nunca se conceptualizó un mesías como Dios el Hijo, sino como un guerrero. El incendio que fue atribuido a Pablo de Tarso, por lo que fue perseguido y encarcelado, desde la óptica del cristiano ebrio del Espíritu Santo (ese telescopio con lente empañado que sirve para divisar a lo lejos una figurilla nebulosa que parece ser un dios), fue responsabilidad de Nerón, como si un solo hombre con una antorcha, traicionado por sus más allegados y declarado enemigo público, pudiese prender fuego consumidor a toda una ciudad. No señoras y señores, el Apocalipsis ya se cumplió, y no tuvo relación con fantasmas en el cielo, sino con conflictos bélicos entre judíos y romanos. La figura de un mesías piadoso y débil, fue muy posiblemente desarrollada para apaciguar la sangre caliente judía, trocando la espada por la palabra, el fuego por el evangelio, el deseo de renacimiento del extinto reino davídico por una especie de trance nirvánico llamado “el Reino de Dios”, y el recelo de la pleitesía exclusiva para Yahvéh el Guerrero por “dadle al César lo que es del César…”. Así que en verdad en verdad te digo, que quien esté esperando el regreso de Jesús el Galileo, está perdiendo el tiempo.
Fuentes consultadas:
Primera Rebelión Judeo-romana, Wikipedia.
Rebelión de Kitos, Wikipedia.
Rebelión de Kojba, Wikipedia.
http://www.monografias.com/trabajos105/azazel-angel-que-dios-fortalece/azazel-angel-que-dios-fortalece.shtml#ixzz4QrEFp5PF
http://www.monografias.com/trabajos105/azazel-angel-que-dios-fortalece/azazel-angel-que-dios-fortalece.shtml#ixzz4QrEFp5PF
El macho cabrío a Azazel. Andrés Menjívar.
Craig vs Carrier: https://www.youtube.com/watch?v=akd6qzFYzX8
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(*) Nota Final:
El autor de esta publicación es "Cuerno de la Abundancia", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo. El mismo "Cuerno" se encargará de responder las dudas de los lectores a través de los comentarios.
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“Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.
Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
Y aun somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él haya levantado a Cristo; al cual no levantó, si en verdad los muertos no resucitan.
Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.
Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados.
Entonces también los que durmieron en Cristo son perdidos.
Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de todos los hombres.”
San Pablo, 1 Corintios 15:13-19.