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La Balanza Desequilibrada (Colaboración)

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Nota Inicial:

La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

___________________

 

La Balanza Desequilibrada

 

Si hay algo que aprendemos rapidísimo en la vida, es que las acciones que realizamos, buenas o malas, tienen una consecuencia. Es inevitable, para lo bueno y lo malo. Y dependiendo de lo que hagamos, el resultado será más o menos contundente. Si alguien insulta a otro, tendrá alguna reprobación como resultado, un despido, o el fin de una relación. Si en cambio, hay un asesinato, la cárcel será el fin. A mayores actos, mayores consecuencias. Claro está que esto es una perogrullada.

Sin embargo, tal perogrullada, no se ve reflejada en la Biblia.

 

Lo peor que se puede hacer a alguien


¿Qué es lo peor que el Dios bíblico podría hacer a alguien? Mandarlo al infierno, sin duda. Pero no son muchas las veces donde se dice en la Biblia“Dios mandó al infierno a...”. La excepción quizás sea Coré: descendió vivo al Seol.

Pero después no encontramos casos así, al menos que yo recuerde. No hay un, por ejemplo:

“Dios mandó al infierno a Herodes”

“Dios castigó a Jezabel enviándola al infierno”

Por lo general, el castigo bíblico que sí se repite una y otra vez, tanto en el AT como en el NT, es matar al pecador. Dios mata como castigo. Entonces, analicemos casos donde el castigo de muerte es aplicado. Y usted me dirá, lector, si la perogrullada de la que hablábamos en el comienzo, existe en la Biblia o no.

 

1) “Hazme caso o viene el león”

Un capítulo no muy conocido de la Biblia, pero realmente interesante. Primera de Reyes 20. Veamos:

Se habla allí del ataque que Ben-Adad, rey de Siria, dirigió a Israel, cuyo rey era Acab.

No voy a entrar en detalle de todo el capítulo, que es bastante largo. Sí me detengo en el versículo 35:

“Entonces un varón de los hijos de los profetas dijo a su compañero por palabra de Dios: Hiéreme ahora. Mas el otro no quiso herirle.”

Simple. Un siervo de Dios le pide a otro que lo lastime (sin explicarle por qué).

Creo que cualquier persona normal habría hecho lo que se lee en el versículo. Lógico. ¿Cómo voy a lastimar a alguien, solo porque me lo pida? Además, recordemos el famoso mandamiento “No matarás”. Tal vez el hombre creyó que si lastimaba muy vehementemente al otro, podría matarlo y hacerse culpable de homicidio. Entonces, con toda lógica, no hizo caso.

La respuesta del servidor de Dios es la siguiente, versículo 36:

“El le dijo: Por cuanto no has obedecido a la palabra de Jehová, he aquí que cuando te apartes de mí, te herirá un león.”

¿¡Qué!? ¿Solo por eso?

Y además, ¿cómo puede ser ese el castigo, si el tipo ni siquiera le dijo que era “¿palabra de Dios?” No le dijo: “Dios te ordena a lastimarme”. Torpe la comunicación del siervo de Dios (cosa que hasta ahora permanece en muchos de ellos ;) ).

Y luego pasó lo que (tratándose de la sanguinaria Biblia), debería pasar:

“Y cuando se apartó de él, le encontró un león, y le mató”

Así que no hacer caso a una orden de un servidor de Dios (aunque sea a todas luces incoherente) es la muerte.

Lo tragicómico es lo siguiente, versículo 37:

“Luego se encontró con otro hombre, y le dijo: Hiéreme ahora. Y el hombre le dio un golpe, y le hizo una herida”

¿Qué habría pasado si el otro tampoco hubiera querido golpearlo? ¿También habría sido atacado por  el tataratataratataratataraabuelo de Simba?

¿Y qué habría pasado si 20 o 30 personas hubieran desobedecido? ¿Habría existido una mortandad de judíos a manos de los félidos, hasta que apareciera un heridor?

 

2) Er er..ró.

Vamos a Génesis 38.

Aquí se habla de Judá, hijo de Jacob. Y sucede que tenía un hijo llamado Er. Y dice lo siguiente en el versículo 7:

“Y Er, el primogénito de Judá, fue malo ante los ojos de Jehová, y le quitó Jehová la vida”

Directo, ¿verdad? No se sabe qué hizo Er. Pero Dios lo mató como a una cucaracha.

Raro que, si la Biblia es la palabra de Dios, nuestra guía (supuestamente), no se aclare qué es lo malo que hizo Er (para que sirva de ejemplo a otros), mientras se aclaran en un profundo detalle, cuestiones sin ninguna importancia, como la ropa de los sacerdotes, por ejemplo.

Hasta aquí tenemos esta escala de valores bíblicos:

- Desobedecer a un siervo de Dios: Muerte.

- Hacer lo malo: Muerte.

 

3) David.

David fue reconocido como un enorme siervo de Dios. Sin embargo, tuvo un episodio brutalmente contundente en su contra: la muerte de Urías, de la cual él fue el autor intelectual. (Ver)

A partir de esto, tomando en cuenta los casos anteriores, uno debería concluir rápidamente que David debería morir. ¿No? Hizo algo infinitamente más grave que el no-agresor y que Er.

Sin embargo, él no moriría. ¡¡¡Morirían sus hijos!!!

¿Tiene algo de lógica esto?

Me dirán que David se condenó a sí mismo al decir esto (2 Samuel 12, versículo 6):

“Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia”

Y yo respondo: si un acusado de un crimen, al ver que pasará años en la cárcel, pide que en lugar de eso, le corten la pierna en pedazos, sin anestesia, ¿lo haría algún juez? ¿Qué lógica tiene eso? Ninguna. Como la Biblia en este caso.

Ahora la balanza queda un poco rara:

- Desobedecer a un siervo de Dios: Muerte.

- Llevarse la mujer de otro e idear su asesinato: Muerte de tus hijos.

¿Eh?

 

4) Salomón.

Salomón. El que se hizo famoso en la Biblia, por pedir sabiduría en lugar de riquezas (1 Reyes versículo 3 hasta el 15).

Sin embargo, la obtención de sabiduría, no le impidió meter la pata hasta la cintura.

Porque (1 Reyes capítulo 11):

“...el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras (…) gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegareís a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros (…) Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas (…) Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, un ídolo abominable de Moab (…) y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón”

Aquí, aunque indirectamente, Salomón está desobedeciendo a un siervo de Dios (Moisés), igual que el “no-Agresor”. ¿No? Así que si aplicamos la balanza bíblica que se aplicó con el “No-Agresor”, Salomón moriría como castigo.

Pero no. Su castigo fue el siguiente (1 Reyes 11 versículo 11):

“Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de tí el reino, y lo entregaré a tu siervo”

¿A qué viene esa dualidad de criterios?

- Un tipo hace “lo malo” (quién sabe qué) y muere.

- Un tipo se niega a lastimar a otro, y muere.

- Un tipo adora a todos los dioses de otras religiones, lo cual estaba terminantemente prohibido... y no recibe castigo alguno.

¿Tiene lógica?

Lo peor de todo, es que este castigo de romper el reino, viene así (versículo 12):

“Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo.”

O sea, como Salomón era “el nene de David”, no es castigado. Mientras que un anónimo bíblico, es despedazado por Leoncio. ¡Qué lindo!

Lo que sí es, la “coherencia de la incoherencia bíblica”, es que otra vez, un hijo paga el pato por culpa de las macanas de su padre. Moi ben.

 

5) Uza.

Ya se habló de Uza alguna vez en este blog. (Ver)

Uza contravino una norma bíblica.

Sin embargo, lo hizo por instinto seguramente, uno ve que algo valioso cae al suelo e intenta impedirlo, ¿cierto? Sin embargo, muere al instante, por una mala decisión tomada en un par de segundos.

Sin embargo, Salomón, que tuvo tiempo para pensar lo que hacía, y que además tenía la “sabiduría de Dios”, para decidir, contraviene la norma de Dios, todas las veces que quiere... y no pasa nada.

Justo, ¿cierto?

 

6) El hombre que recogía leña.

Ya sé que es redundante. Pero es imposible dejar afuera este caso, que está ya analizado en el blog: (Ver)

Así que la balanza nos va quedando así:

- Desobedecer a un siervo de Dios si eres un donnadie: Muerte.

- Desobedecer a un siervo de Dios si eres el rey: Depende. Si la desobediencia es muy fea (asesinato), ahí se mueren tus hijos. Si no (IDOLATRÍA), no pasa nada.

 

7) Nada de que no pasa nada.

Ops. Me equivoqué. A algunos idólatras SÍ le pasan cosas. No ser “el nene” de algún personaje bíblico que Dios quiera, puede acarrear la muerte. Vemos un ejemplo más que conocido. Éxodo 32.

Allí se detalla el pedido de los israelitas a Aarón, para que les haga un becerro de oro al que luego adoran.

Cuando Moisés se entera, es el momento donde Jehová ordena el castigo. Versículos 27 y 28:

“Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: poned cada uno su espada sobre su muslo, pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.”

Igualito que con Salomón, ¿no?

Y a todo esto: ¿por qué no fue condenado Aarón, el principal responsable de esto?

Me dirán que después, más adelante, lo dejaron abandonado y murió. Pero, ¿por qué no murió aquí mismo tras este hecho? Para que los personajes anónimos se mueren más rápido, mientras que los personajes con nombre, pueden meter la pata más de una vez (Aarón, Saúl, David, Acab, Jonás, Salomón) y algunos de ellos incluso, hacerlo ilimitadamente, que no pasa nada.

¿Balanza justa?

 

8) Los dos “no-diezmadores”

Ananías y Safira. Famosa historia, que viene a contradecir una famosa frase cristiana:

“El Antiguo Testamento es muy violento, pero eran otras épocas, en el Nuevo Testamento ya no pasa eso”.

Dos personas son fulminadas al instante por Dios, por una mentira.

O sea:

- Mentir: Muerte.

- Idear un asesinato: Muerte de tus hijos (???)

Lo peor de todo, es que, quien recrimina a Ananías y Safira por la cuestión económica, es un tipo que le sacó la oreja de un espadazo a otro. ¿Buen ejemplo?

Y qué conveniente historia para que, desde su cuna, el cristianismo amedrente y amenace a aquellos que osen no largarles todas las monedas...la tradición de la casa, desde los principio de la misma.

 

Usted crea en lo que quiera. Nadie tiene derecho a decirle a otro, que deje de creer.

Pero no se haga el bobo ni crea que tiene pie para condenar la descreencia ajena: si usted leyera estas cosas en el libro de cualquier otra religión, ya las estaría condenando. Los que fuimos cristianos sabemos que es así.

En fin, diga lo que quiera...pero su Dios es injusto y sin criterio. La Biblia lo demuestra.

Aunque obviamente...no lo aceptará. NO CONVIENE.    

___________


(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "JM Di Negri", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo. El mismo "Di Negri" se encargará de responder las dudas de los lectores a través de los comentarios.

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“Leer correctamente, la Biblia es la fuerza más potente para el ateísmo jamás concebida”

Isaac Asimov




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