Dios, Patria y Rey:
Lacras de la
humanidad contra la razón
La laicidad del Estado y de sus instituciones es, ante todo, un principio de concordia de todos los seres humanos
Por: Víctor Arrogante
29/10/2023 - 20:58
Hay lacras que han ocasionado los mayores males en la historia a través de las guerras. Hoy bien sabemos de eso, lo que está ocurriendo en Ucrania y en Palestina es un buen ejemplo, pero aquí no voy a referirme a esa miserable y trágica situación de desaparecidos, muertes y deportaciones. La religión ha sido una de las causas por las que el ser humano se ha enzarzado en peleas inhumanas; por el territorio y por conseguir el poder y ejercerlo con mano de hierro son otros de los motivos insaciables para el sufrimiento y la miseria.
Soy ateo, no creo en ningún ser
sobrehumano, ni sobrenatural, que controle los destinos de los seres vivos y
muertos aquí en
Los dioses en los que creen quienes provocan las guerras, o son guerreros o bondadosos, pero lo cierto es que unos y otros, los del más allá ni los de acá, han hecho nada por evitar los enfrentamientos fraticidas, es más, puede incluso que si existieran o existiesen los hubieran provocado o los estarían provocando.
Los trenes de la muerte fueron parte de
No es que diga que no lo se, que puede que sea, o admita la probabilidad de la existencia de una fuerza o energía, espíritu vital o luz omnipotente, no: es que no lo creo. Fui creyente en otros momentos de mi vida, allá por mi adolescencia juvenil, hasta que pensé; y entonces supe que no era posible y además no podía ser. También es cierto, que hoy, tras muchos años desde entonces, he dejado de creer en la propia humanidad. Y de la iglesia católica no creo nada: por lo que representa, por lo que dicen, por lo que hacen, por cómo lo hacen, por lo que dicen que hacen, por lo que no dicen y hacen.
"La mayor fábrica de ateos son las religiones", dice Eugenia Biurrun, de Iniciativa Atea; y en España las personas no creyentes -ateos, agnósticos e indiferentes a la religión-, han experimentado un espectacular crecimiento en los últimos diez años, situándose en el 25% de la población (según barómetro del CIS de 2010). El nivel económico y educativo, son factores determinantes (Índice Global sobre Religión y Ateísmo de Gallup International). La población con menos ingresos económicos, es más religiosa que la que tiene más; y los que se consideran de derecha, junto con los menos instruidos, son los que más creen.
Los países más empobrecidos o en vías de desarrollo son más religiosos: Gana, Nigeria, Armenia, Fiyi y Macedonia (9 de cada 10 habitantes practican algún tipo de religión). Lo que tienen una mayor población atea son: China 47%; Japón 31%; República Checa 30%; Francia 29%; Corea del Sur 15%; Alemania 15% y Holanda 14%. Por regiones, la más religiosa es África, con un 89% de población creyente, seguida de América Latina, con un 84%. Son datos que ilustran el panorama.
El ateísmo es un valor de referencia en la organización de mi vida personal, familiar, social y política. Para encontrar la armonía con el pensamiento, es vital la consecución de un Estado verdaderamente laico, en la defensa de los derechos civiles y las libertades ciudadanas, con una idea, una ética, una moral, unos valores sociales y unas normas de conducta ateas, democráticas y tolerantes.
El ateísmo es la representación de la defensa de la libertad de pensamiento y expresión, la pluralidad y el derecho a la difusión de todas las ideas y creencias (siempre que éstas sean respetuosas con las personas y sus derechos). La neutralidad religiosa del Estado en todos los ámbitos, en la enseñanza sobre todo, pasa por la abolición de los privilegios concedidos a cualquier iglesia o confesión religiosa y supresión de toda discriminación por motivos religiosos; y promover el progreso, la justicia social y la solidaridad entre todos los ciudadanos.
No, no soy creyente. No creo en dios, no lo he visto en ningún lado cuando he oído suplicarle, llamarle con muchos nombres y con toda el alma miles de veces. He visto o conocido tantos horrores que si aceptara la existencia de dios, sería un dios atroz, un dios del mal. Lo cierto es que cada vez creo menos en el hombre. Y no confundo dios e iglesia; uno no existe y la otra se ha aprovechado durante siglos de la ignorancia y el poder para su riqueza.
El dios de los cristianos, es solo una buena idea, una esperanza de justicia, pervertida por los curas. No hay más vida que esta y ya estamos todos condenados al nacer. No nos han dejado vivir sin dios. (Mongo blanco de Carlos Bardem) ¡Somos tierra de inquisidores, obispos codiciosos y curas gordos y entrometidos! No nos permiten dejar de creer en su dios, porque entonces podríamos dejar de creer en lo demás. Se empieza dudando de dios y se acaba guillotinando reyes.
Lo que nos caracteriza a los ateos, no es tanto la difusión de la idea, algo que queda en el ámbito de lo íntimo y personal, sino la defensa del laicismo: una sociedad sin ataduras de índole religioso, en libertad y en igualdad de condiciones y oportunidades. La religión no puede convertirse en creencia probada y verdad inamovible, a través del poder institucional.
Muchos verdaderos fieles cristianos,
fueron encerrados, torturados y condenados como herejes, para ser privados de
sus bienes y propiedades por
Soy ateo porque es la base para un humanismo alejado de dogmas y opresiones. Entre la fe en un dios imposible, escojo a la humanidad imperfecta, libre de historias sagradas, de religiones y sectas dominadoras. Lo que nos caracteriza a los ateos, no es tanto la difusión de la idea -algo que queda en el ámbito de lo íntimo y personal-, sino la defensa del laicismo: una sociedad sin ataduras de índole religioso, en libertad y en igualdad de condiciones y oportunidades. La conciencia social y la política unidas para el bienestar general.
Soy ateo como expresión del reconocimiento a la razón y a la libertad de conciencia. La religión no puede convertirse en creencia probada y verdad inamovible, a través del poder institucional, como pretenden algunos. La fe religiosa, es a fin de cuentas, el acto de dejar de razonar.
Soy ateo porque la razón es el máximo atributo del ser humano.
Víctor Arrogante, profesor y columnista, nace en Madrid en 1949 y desde entonces ha pasado por infinidad de situaciones laborales, sectores profesionales, militancia sindical y política. Una vida comprometida, llena de ideas y palabras. Ayer y hoy militante por la justicia, la igualdad y la solidaridad, ideas por las que le ha merecido y merece la pena luchar.
Fuente:
https://www.elplural.com/opinion/dios-patria-rey-lacras-humanidad-contra-razon_319206102
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