Falsas razones para confiar en la Biblia.
1) Autoridad del manuscrito
Sean McDowell (sí, elnhijo de Josh McDowell de “Evidencia que exige un veredicto”) ha estado tuiteando propaganda ridícula para desinformar al público y seguir engañando a los cristianos para que permanezcan en el redil. Al igual que todas las demás noticias falsas, distorsiona y engaña a un público desprevenido, que no tiene las habilidades para verificar sus afirmaciones y así descubrir que están siendo manipulados con falacias y falsedades. Aquí hay un artículo que puede recomendar cada vez que le lancen este meme.
1)
Autoridad del manuscrito
La primera razón que indica que “la Biblia es confiable” es la “autoridad del manuscrito”. Dice:
“hay más y más manuscritos antiguos del Nuevo Testamento” (indicando que hay más de 23000), “que para cualquier otro libro antiguo”.
Este es un non sequitur en múltiples niveles. En primer lugar y en cualquier sentido relevante, es falso. Los manuscritos que importan son menos de una decena. Hay “23000” de ellos si contamos las biblias de la Iglesia del Renacimiento transcritas mil años después, las traducciones (no solo las copias de los textos originales de la Biblia), las copias de las biblias que ya tenemos (que son inútiles) y minúsculos restos antiguos que contienen sólo unas pocas frases. Entonces este meme engaña inflando inválidamente el conteo. Pero lo más importante, tener un millón de copias de una historia falsa, no hace que nada en esa historia sea cierto. Entonces, este no es un argumento a favor de la confiabilidad de la Biblia. Es deshonesto presentarlo así.
Ya he tratado el segundo asunto en mi discusión de este mismo tipo en mi artículo sobre Julio César. Contar copias de un documento, simplemente, no te acerca a la verdad acerca de nada en ese documento. Punto.
Pero incluso si uno intentara arreglar ese segundo punto, no funciona. Hacerlo parecer más completo diciendo algo como: “Bueno, está bien, esto no aboga a favor de que algo sea verdadero en la Biblia, pero al menos sostiene que tenemos un texto confiable de la Biblia”, y aún así es falso. Porque:
- No solo hemos documentado cientos (de hecho, miles) de ejemplos de errores de transmisión en la Biblia, tanto deliberados como accidentales (por lo tanto, hemos demostrado que no se transmitió de manera confiable, y especialmente en el período antiguo, del cual tenemos menos manuscritos).
- Y no sólo, en efecto, cada uno de los manuscritos completos que tenemos contiene divergencias (lo que demuestra que ningún texto existente de la Biblia es confiable).
- Y no solo hay decenas de divergencias en los manuscritos sobrevivientes de entre los cuales los expertos no pueden decir cuál es el original (lo que demuestra que no tenemos ningún texto confiable de la Biblia), incluso el texto reconstruido inventado por los estudiosos modernos contiene numerosos espacios de duda en cuanto al texto original;
- Por sobre todo, nuestra reconstrucción moderna solo puede obtener el texto como probablemente aparecía en una única edición dogmática sesgada, no en realidad en el primer Nuevo Testamento, sino uno publicado en “respuesta” a algo, en medio de una guerra dogmática entre las diversas facciones cristianas. Precisamente las condiciones bajo las cuales podemos esperar que la mayoría de las distorsiones hayan entrado en los registros. Y como no tenemos copias de ninguna otra edición, no podemos detectar ninguna de las divergencias que se produjeron al escribirlo.
Eso es exactamente lo contrario a un “texto confiable”. De hecho, el último hecho deja un espacio de cien años de transmisión textual para los cuales no tenemos ningún manuscrito y no hay manera de discernir qué decían los manuscritos de ese período. Y esos primeros cien años es el período que los estudiosos admiten habría visto la mayor cantidad de distorsiones en la tradición. De hecho, a partir del porcentaje de interpolaciones y de distorsiones podemos calcular, al observar, cuán rápido se corrompió el texto cada siglo durante los primeros cinco siglos, podemos esperar que haya al menos cien pasajes o textos manuscritos en el Nuevo Testamento que no son solo falsos (no lo que dice el texto original), sino que además no tenemos para estos evidencia del escrito original. Y eso significa que hay al menos cien pasajes en el NT que fueron falsificados o alterados y nunca sabremos qué pasajes son.
Para leer sobre todos estos problemas, ya he examinado el tema en mi artículo sobre Three Things to Know about New Testament Manuscripts. Hago algunos cálculos en mi slideshow on the topic. He ido más allá con más ejemplos en Drunk Bible Study. Y examino los ejemplos de interpolaciones en las cartas de Pablo y los cinco finales contradictorios y diferentes en los manuscritos del evangelio de Marcos (¡sí, cinco!) en Hitler Homer Bible Christ
Mi artículo Three Things también trata el primer punto: cómo “23000” es un conteo falso. Es, simplemente, un número mentiroso. Casi todas esas “23000” son copias de copias que ya tenemos y por lo tanto inútiles. Cuando lo reducimos a solo copias que ejemplifican textos ahora perdidos, obtenemos apenas mil. Cuando eliminamos las traducciones (que no son copias del texto original), se reduce aún más. Y de lo que queda entonces, casi todos son manuscritos medievales: solo biblias estándar de las iglesias, transcritas 500 a 1000 años después del hecho. En verdad, hay apenas más de cien manuscritos del Nuevo Testamento de los primeros tres siglos. Y casi todos estos son solo fragmentos que contienen unas pocas frases, ni siquiera un libro completo del NT. De los “libros completos” (o biblias completas) de ese período, el número de copias que tenemos se puede contar con las dos manos. Y todas están en desacuerdo la una con la otra. Y todas están en desacuerdo con el texto reconstruido moderno. Y todas ellas contienen escritos falsos. No solo las que ahora sabemos son falsas, sino muchos más que nunca podremos descubrir.
De hecho, hay muchas revisiones que podemos detectar pero no podemos determinar cómo se lee en el original. Por ejemplo, los expertos han verificado que en el Evangelio de Juan se han realizado numerosas redacciones y ediciones, y por lo tanto no refleja en absoluto lo que escribió su primer autor. Cito a destacados eruditos que admiten y demuestran esto y doy numerosos ejemplos que lo demuestran, en el cap. 10.7 de On the Historicity of Jesus. Lo mismo ocurre con Lucas-Hechos, en el cual, de hecho, hay dos tradiciones textuales contradictorias, una 10-20% más larga que la canonizada, pero todos los expertos admiten que no podemos saber cuál de esas dos tradiciones es la versión más original (esto es tan conocido en el campo de investigación que casi no necesito citar a los eruditos involucrados, pero si necesita una lista, vea mi resumen en el Capítulo 7 de OHJ). Además, se admite que existen numerosas falsificaciones en el Nuevo Testamento (Ibid.). Y así sucesivamente.
El hecho es que, a diferencia de casi todos los demás textos de la Antigüedad, el Nuevo Testamento se transmitió en una atmósfera de distorsión, falsificación y propaganda. El NT fue, en otras palabras, objeto de alteraciones y distorsiones de manera rápida e intensa, de un modo que otros textos antiguos no lo fueron. Lo sabemos porque podemos observar a ciencia cierta el ritmo de distorsión y alteración en esos manuscritos antiguos. E incluso en los medievales. Y es increíblemente más rápido y específico que para casi cualquier otro grupo de textos antiguos que conocemos. En resumen, el texto del Nuevo Testamento ni siquiera es tan confiable según los estándares de cualquier historiador honesto. Y la confiabilidad de su texto es irrelevante en cuanto a su confiabilidad como fuente.
Basado en la traducción del original:
https://www.richardcarrier.info/archives/14441
Ver:
Top 10 “Metidas de Pata” de la Biblia.
Ver:
Top 10 Características Indeseables de Dios.
Thomas Jefferson