Leyendo
1.12.2016
La primera vez que leí
Me tomaría algunos años darme cuenta de que no había razón para adorar a un ser así. Yo era cristiano en ese momento y creía que algún tipo de dios era real. Esperaba que fuera el descrito en la iglesia y no el de la biblia, pero eso parecía presuntuoso. Esto era, después de todo, la biblia. Si alguien se estaba equivocando, probablemente era la gente de la iglesia.
Lo creas o no, la naturaleza cruel, celosa, mezquina y genocida del dios principal descrita en la biblia no fue lo que más me atrapó desde mi primer encuentro con este libro (aunque ciertamente esto también me impresionó). No, era algo mucho más personalmente molesto. Había al menos una forma en que las historias que escuché en la iglesia convergieron extremadamente bien con lo que leí en
A algunos cristianos les gusta afirmar que los ateos tenemos expectativas poco realistas de su dios. Cuando señalamos que una de las cosas que nos llevó a algunos de nosotros al ateísmo fue darnos cuenta de que ningún dios respondió nuestras oraciones, algunos responden con algo como: "Sabes, no es como si Dios fuera un genio que concede deseos". Nunca esperé un genio; Esperaba una respuesta. Esperaba esto no solo porque algunos cristianos insisten en que su dios contesta todas las oraciones, sino porque el dios principal descrito en
Como cristiano que aún no había llegado al punto en que comencé a cuestionar seriamente la tradición de fe en la que había sido adoctrinado, no tenía más remedio que asumir que era mi culpa que no obtuviera ningún tipo de respuesta. La razón por la que ningún dios me estaba respondiendo tenía que ser que había algo mal en mí. Si la mayoría de los que me rodeaban estaban recibiendo respuestas, como afirmaban, y
Esto trae a colación otra afirmación que he escuchado de muchos cristianos. "Estás siendo estúpido al esperar escuchar la voz de Dios resonando desde los cielos cada vez que oras. No funciona así". Esto no es en absoluto lo que esperaba. Habría estado perfectamente contento de escuchar una voz en mi cabeza que reconocí como proveniente de algún otro lugar que no fuera mi propia mente. Con mucho gusto me habría conformado con una fugaz sensación de paz o calma. No estaba caminando esperando que los arbustos al azar estallaran en llamas o esperando que aparecieran ángeles. Simplemente quería alguna pequeña indicación de que me habían escuchado o de que había algo ahí fuera.
No estaba pensando en ello de esta manera en ese momento. En años posteriores, los cristianos me dirían que el objetivo de la fe era creer sin evidencia y que si me hubieran dado evidencia en ese momento, habría socavado mi fe, haciéndola innecesaria. Tal vez estos cristianos tenían razón. Si tuviera evidencia, no habría necesitado fe para apoyar mi creencia. Todo lo que sé es que si hubiera sentido que algo me estaba escuchando en ese momento, lo más probable es que todavía sería un cristiano creyente. Si hubiera un dios en algún lugar como el que se describe en
Traducido del original:
Estacio