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Piensen (Colaboración)

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Nota Inicial:

La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

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Piensen

 

Algún día,

en cualquier parte,

indefectiblemente,

habrás de encontrarte contigo mismo.

Y solo de ti depende

que sea tu momento mejor,

o la más amarga de tus horas

M. de Combi


Amigos cristianos, dejen de lado aunque sea por breves momentos, lo que les inculcaron de niños, cuando no tenían el raciocinio y la capacidad de entender por ustedes mismos, cuando la palabra de los padres era verdad absoluta e incuestionable, cuando los sacerdotes y catequistas les mostraban verdades a medias, inventadas, tergiversadas, tal vez con las mejores intenciones, lavándoles el cerebro como se los habían lavado a ellos.

Ahora de adultos, dueños de sus convicciones, liberados de toda tutela, paternal, eclesiástica o social, proyectados en la búsqueda de un mundo mejor... piensen, por favor, piensen y razonen por ustedes mismos. Siéntanse libres. Por suerte vivimos en este pequeño paisito y en el mundo occidental, donde la obligación de creer y de obedecer las normas religiosas no está sometida a un estado teocrático, con plenos poderes para anularte como persona, destruirte, incluso matarte, si no aceptas y obedeces ciegamente las reglas y preceptos provenientes de deidades inexistentes, inventadas para sojuzgar a los pueblos y generadores de guerras y atrocidades.

Lean textos de pensadores ateos, agnósticos y creyentes. Y comparen sin prejuicios. Lean TODA la Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento, razonen en base a lo que la ciencia ha demostrado, procesen los conocimientos adquiridos en el siglo XXI, olvídense de lo que se predicaba en el mundo antiguo y durante los mil años del medioevo y bastante más, cuando campeaba la ignorancia de los fenómenos naturales, la omnipotencia de los líderes religiosos que buscaban solo poder y dominación. Y cuya perversa herencia sigue vigente hasta los tiempos actuales.

No olviden, y esto no es cuestión de fe, que a lo largo de la historia y en cualquier sistema político, quienes están a cargo del poder temporal utilizan la religión para investirse de autoridad. La figura de Cristo, hijo de Dios y Dios él mismo, es usada como justificación para manipular y reprimir a las sociedades. Al cristiano le han inoculado la obsesión del pecado, no para que se mantenga libre de él, cosa imposible, sino para que se sienta siempre en conflicto, para que peque siempre, porque solo como pecador, culpable, angustiado, se pondrá en manos de la Iglesia para recibir su ayuda. Y el poder político se aliará con esa Iglesia y viceversa.

Si analizamos objetivamente la realidad histórica y, en buena medida, la actual, constataremos que las enseñanzas de las religiones monoteístas son, en su enorme mayoría, formas de manipulación que quitan a sus creyentes parte de sus posibilidades de ser feliz. Y esto en aras de la promesa de una felicidad posterior que nadie sabe si va a llegar o ser cierta. Busquemos la felicidad en nuestra vida, y actuemos libres de los mandatos opresivos de las creencias en supersticiones absurdas y sin bases.

Cuando el sacerdote en su homilía de la misa dominical, les lea pasajes de los evangelios, elogiando dichos y anécdotas ejemplarizantes de un Jesús que no es seguro que haya existido, y ensalce su accionar como hijo de Dios, pídanle que lea y comente pasajes del Antiguo Testamento, donde ese mismo Dios comete crímenes abominables, que harían avergonzar hasta al mismo Hitler. Seguramente el sacerdote no lo hará. La Iglesia se ha especializado en mostrar a los fieles solo el lado bondadoso de su prédica, ocultando las atrocidades que su propio Dios se atribuye, y que lamentablemente se toman como "ejemplo" para muchas de las acciones genocidas con base religiosa a las que hemos asistido en el último siglo.

Y entérense o recuerden que las Iglesias cristianas, en distintos momentos de la historia y hasta hoy en día, reconocen que el Antiguo Testamento es palabra de Dios, verdad absoluta e incuestionable, inmodificable, revelada por él a los escribas de los textos. Afirmado por Papas y Concilios, el Antiguo Testamento es tan válido y cierto como el Nuevo Testamento, y este último no revoca ni modifica a aquél, incluso dicho por el propio Jesucristo si creemos, claro está, en la legitimidad de los evangelios.

Pregúntenle, discutan, cuestionen las ideas de su interlocutor creyente, ya sea sacerdote, pastor, familiar o amigo. Verán que cuando no puedan contrarrestar lo que se les demuestra,  se refugiarán en un último reducto: todo es cuestión de FE. Es decir, creer en lo que no se puede demostrar, en lo inexistente, creer sin ver o, mejor dicho, creer aunque se vea lo que uno no quisiera ver. Como expresó John Loftus: 

"La fe impide que el cerebro funcione correctamente. La fe es un sesgo cognitivo que hace que los creyentes sobreestimen cualquier evidencia de confirmación y subestimen o no consideren cualquier evidencia que no lo confirme".

Piensen, permítanse un momento de reflexión sin la máscara de su adoctrinamiento, si todos los hechos y milagros del Antiguo y del Nuevo Testamento son creíbles. Si hay pruebas reales de que sucedieron. Jonás viviendo en el vientre de una ballena, aguas del Mar Rojo que se separan formando paredes líquidas, el agua que se transforma en vino, unos pocos panes que alimentan y sacian a una multitud, Lázaro resucitando después de días de muerto y ya descompuesto, el propio Jesucristo resucitando, la transubstanciación de la hostia de pan a cuerpo humano, apariciones de la virgen y tantos otros hechos inverosímiles, cuya única prueba son los escritos surgidos de la pluma de unos cuantos escritores de la época antigua, cegados por sus creencias e intentando transformar en Dios a un simple mortal. Que hoy en día hasta se duda que haya existido. Y entiendo y respeto que ustedes necesiten creer en eso, ya que la Biblia y Jesús lo dejan muy en claro, pero estoy convencido que buena parte de los cristianos, en su subconsciente, saben que no es posible.

Reflexionen y háganse preguntas sobre el "espíritu inmortal", base de las concepciones religiosas y tentadora promesa de eternidad. Según las enseñanzas cristianas, el Homo Sapiens tiene espíritu con vida eterna. Los animales no. ¿Y nuestros predecesores primates, animales ellos, que fueron evolucionando hasta los primeros homínidos? ¿Australopithecus? ¿El hombre de Java y tantos otros? ¿Tenían o no espíritu? ¿O solo un cachito? En la evolución hasta el hombre actual, ¿se fueron agregando pedacitos de espíritu en las diferentes etapas? ¿En qué momento la Iglesia considera que el hombre tiene el espíritu completo?

Otra inconsistencia de los relatos bíblicos fue planteada por Christopher Hitchens:

"Si suscribimos una religión monoteísta, hay que creer que durante alrededor de 150.000 años (o 6000 si aceptamos literalmente la Biblia), nacieron, vivieron y murieron seres humanos, muchos durante el parto, muchos por desnutrición, por guerras intestinas entre tribus, por epidemias de magnitud alarmante y por toda una serie desastres naturales, todas causas que dejaron un reguero de tragedias humanas. Pues bien, durante todos esos milenios nuestro buen Dios observaba desde el cielo con indiferencia, hasta que decidió que era hora de intervenir. Pero solo quiso intervenir en zonas apartadas de Oriente Próximo, dejando así que perecieran muchas más generaciones antes que pudiera difundirse la nueva. Voy a dar voces por el Sinaí y a hacer un pacto con una sola tribu de paletos tozudos y codiciosos..."


Amigo cristiano, permítame sugerirle que se haga usted algunas de las preguntas que propone Charles Templeton (1915-2001, predicador evangelista canadiense devenido agnóstico y luego ateo), y algunas complementarias mías. Y le pido que, en la soledad de su pieza, en esos infaltables momentos en que esté usted dialogando consigo mismo, las conteste para sus adentros, con total sinceridad y sin ideas preconcebidas. Nadie se va a enterar de sus respuestas. Solo usted. Y para mí, eso basta.

- ¿No es probable que si hubiera nacido en El Cairo yo fuese musulmán y como 840 millones de personas creyera que Alá es el único Dios y Mahoma su profeta, con el Corán (y no la Biblia) como libro revelado?

- Si hubiera nacido en Calcuta, ¿no sería yo hinduísta y como 650 millones de personas aceptaría los Vedas y los Upanishads como sagradas escrituras?

- ¿No es probable que de haber nacido en Jerusalén yo fuera judío y creyera, como 13 millones de personas, que Yahvé es Dios y la Torá su Palabra?

- Y si yo hubiera nacido en Pekín, ¿no seguiría como millones de personas las enseñanzas de Buda, Confucio o Lao-tsé?

- ¿No es probable que yo sea cristiano porque mis padres lo fueron antes y la sociedad occidental me cobijó y alentó?

- ¿Creo que Dios hizo al universo en 6 días? ¿Y creo realmente que Dios creó al primer varón del polvo de la tierra y de una de sus costillas originó a la primer mujer?

- ¿Qué sentido tiene que el Creador y Padre de TODA la humanidad adoptase un grupito de seres humanos, el Pueblo Elegido, a los que favoreciese por encima de otros pueblos del mundo, ordenando incluso masacrar a estos?

- ¿Es posible que esté convencido que el Creador del universo fecundó directamente, a través de una paloma, a una campesina de un ignoto rincón de Palestina en la edad antigua, para que su hijo (que es él mismo) llegase al mundo como hombre?

- ¿Acepto como absolutamente segura y cierta la resurrección de Jesucristo?

- ¿No es disparatado decir que una entidad llamada Dios es capaz de escuchar y conocer simultáneamente los pensamientos de cada ser humano que hay en el mundo?

- ¿Es racionalmente concebible que ese Dios vea todo lo que hacemos, bueno o malo, y en función de ello seamos premiados o castigados eternamente después de morir?

- ¿Cómo permite un Dios todopoderoso y bueno que convivamos con la maldad, el odio, la venganza, el sadismo, los asesinatos, las torturas, las guerras y tantas otras lacras de la condición humana? Mis consejeros espirituales me dicen que es porque Dios permite el "libre albedrío".

- ¿Creo yo realmente que el "libre albedrío" es una concesión de Dios?

- Si Dios existe y es amor, ¿por qué crea y/o permite terremotos, inundaciones, tornados, erupciones volcánicas y otras catástrofes naturales que matan y destrozan la vida de innumerables hombres, mujeres y niños inocentes, todos los años? ¿Por qué un Dios omnipotente, sabiendo que hay cientos de miles de hombres, mujeres y niños que agonizan de hambre en una tierra reseca, permite que mueran cuando lo único que se necesita es la lluvia? ¿Cómo puede un Dios que es todo amor por sus criaturas, permitir que decenas de enfermedades incurables, generadoras de enormes sufrimientos, golpeen a millones de seres humanos, buenas personas en su mayoría? Aquí no corre lo del "libre albedrío", el ser humano no tiene nada que ver en esto. Aquí corre más bien lo de los "inescrutables, insondables e impenetrables designios y voluntades de Dios".

- ¿Creo yo realmente en los "inescrutables, insondables e impenetrables designios y voluntades de Dios"?

- Si Dios es un Padre amantísimo, ¿por qué responde con tan poca frecuencia, por no decir desaprensivamente, a mis rezos y a los rezos de sus hijos que lo están pasando mal?

- Y por último, ¿no estaré equivocado en mis creencias? Pero hay muchas personas a mi alrededor que comparten mis mismas convicciones. Aunque es cierto que la historia ha dado muchos ejemplos en los que grandes multitudes se han incitado mutuamente para tomar un camino, apoyar una ideología o seguir a un líder, que finalmente los lleva directamente al desengaño y la perdición.

Es cierto que quien se guió siempre por la fe y decide pasar a la razón, se sentirá inicialmente desorientado, confundido, desilusionado, al irse dando cuenta que todo aquello por lo que se había jugado se derrumba. Pero poco a poco tomará conciencia de que ha derribado barreras, ha escapado de una opresión y un yugo absurdos, se sentirá maduro, racional, sensato y libre, digno y orgulloso de pensar por sí mismo, de no creer más en mentiras e inventos, de ser dueño de sí mismo. Verás, amigo creyente, que una nueva vida, más sana y auténtica, se abre ante ti...

Y para concluir este capítulo, les dejo el pensamiento de Alhazen (965-1040), matemático, físico y astrónomo árabe musulmán, considerado el creador del método científico:

"Encontrar la verdad es difícil, y el camino hacia ella es arduo. Como buscadores de la verdad sería sabio no emitir juicios ni confiar en lo que está escrito. Uno debe cuestionar y examinar críticamente, desde todas las posturas posibles. Uno debe someterse solo a los argumentos y a los resultados de la experimentación, y no a lo que dice cualquier persona, por más calificada que sea; porque todos los seres humanos son vulnerables a la imperfección. Como buscadores de la verdad, también debemos sospechar y cuestionar incluso nuestras propias ideas, para evitar caer en prejuicios o en pensamientos descuidados. Tomen este camino y la verdad comenzará a ser revelada".

Por favor, piensen... Siémbrense, por lo menos, una semillita de duda. Sin pensamiento crítico, razonamiento lógico, causalidad y método científico seguiríamos viviendo en la Edad Media.


Alberto Cirio

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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Alberto Cirio", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo. El mismo "Alberto" se encargará de responder las dudas de los lectores a través de los comentarios.

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"Los seres humanos nunca hacen el mal de manera tan completa y feliz como cuando lo hacen por una convicción religiosa"

Blaise Pascal



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