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Top 10 Cosas que más me molestan de la Religión.

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Top 10 Cosas que más me molestan 
de la religión.


Sí, sí, sí; las religiones son una porquería. Son peligrosas, arcaicas, contradictorias y manipuladoras.

Y no lo digo solamente yo que soy un Ateo consumado; sino también los mismos religiosos (Cuando se refieren a otras religiones o sectas que no es la suya, claro). “Las religiones son horribles, pero la mía no” suele ser el grito de guerra de cualquier Cristiano moderno.

Ya en este Blog hemos hablado hasta el cansancio de lo peligroso que pueden ser un grupo de personas sistemáticamente organizadas para adorar y obedecer a seres invisibles (Ver: 10 Razones de por qué la fe y las creencias religiosas son dañinas y peligrosas), creo que está fuera de toda duda la amenaza que representan. 

Pero; ya hablando de forma muy personal, veremos a continuación 10 cosas específicas que poseen las religiones actuales (en especial el cristianismo) que hacen que las deteste y las rechace desde el “fondo de mi ser” hasta el punto que he llegado a crear un Blog sobre el tema y mantenerlo vigente por más de una década. Es una lista muy personal y no necesariamente debe congeniar con la de otros colegas Ateos. NO tenemos un sistema de creencias que nos impone nadie. Solo nuestra conciencia y libre capacidad de elección.

Por eso; veamos las 10 Cosas que más detesto y me molestan de la religión:




10)
Excusa para hacer Guerras.

“Mi libro sagrado dice que bla, bla bla… y como tu religión no apoya ese “bla, bla, bla” mi libro permite hacerte la guerra y matarte si es preciso”

Desde tiempos inmemoriales se han utilizado los textos sagrados para justificar el “hacer la guerra al vecino”; y es obvio: si tomamos como ejemplo la misma Biblia vemos como en innumerables ocasiones el pueblo sagrado y bendecido por Dios no le tiembla el pulso para atacar y masacrar a cualquier tribu o nación vecina que ose interferir en los maquiavélicos planes del Dios Cristiano. Entre las líneas de la biblia han rodado litros de sangre de los enemigos de Dios. Y claro, este sangriento ejemplo ha sido tomado por las naciones para justificar el ataque y las guerras a otros países: “Si Dios lo permitía y bendecía en la Biblia, nosotros también lo podemos hacer”, y Pum! Pum!, balas, bombas e invasiones por todos lados bajo el grito de guerra ¡Dios me apoya! ¿Resultado? Miles de inocentes muertos.

De verdad, odio profundamente el uso bélico que se le ha dado a la Biblia y cualquier otro libro sagrado para “halar del gatillo” y asesinar y conquistar objetivos. Y también odio que el incauto creyente promedio no se entera de esto.




9)
Manipulación política. 

Ah si. A los políticos les encanta la religión. No por las virtudes de las mismas, sino por el enorme poder de manipulación que tienen con los potenciales electores.

Más del 80% del electorado cree en algún tipo de Dios / Religión / Fantasma y esto es aprovechado por el manipulador candidato para de repente convertirse en el más fiel seguidor de las escrituras y a no faltar a ningún acto litúrgico (Al menos hasta que pasen las elecciones).

Y claro, no falta también el apoyarse en la religión para justificar cualquier polémica decisión política: desde un “inocente aumento de precios” hasta ataques militares a otras naciones.

De verdad odio profundamente a este tipo de politiquero que se aprovecha de la religiosidad del pueblo para moldearlos a su antojo y conseguir ejecutar sus malévolos planes. Y también odio que el incauto creyente promedio que no ve el engaño frente a sus ojos.




8)
Promueven el conformismo.

Una de las frases más dañinas en el argot Cristiano es la nefasta frase: “Dios proveerá”.

¡Cuánto daño ha hecho esta frase!

El pensar que con solo creer, rezar y confiar en Dios, este va a intervenir de alguna manera positiva en nuestras vidas es la cúspide de la inocencia.

He conocido familias “Cristianas” (Así se autodenominan orgullosamente) que se llenan literalmente de hijos y que no tienen medios decentes para mantenerlos. Cuando se les cuestiona esa absurda decisión de seguir teniendo hijos, increíblemente responden: “No te preocupes. Si Dios alimenta a las aves del campo ¿Cómo no va a alimentar a mis hijos?”. Lo siguiente es desnutrición, niños en deplorables condiciones, casi siempre sin escolaridad y en la más absoluta miseria.

¡No y no!! Dios no provee, cuida ni vela por nadie; principalmente porque no existe. Esa conformidad que viene implícita en el Cristianismo pueblerino le hace mucho daño a sus fieles. Por esta conformidad es que miles de personas fueron sistemáticamente asesinadas en el holocausto sin prácticamente oponer resistencia. Con la excusa “Dios sabe los que hace” o “Dios les dará el justo castigo” es la razón por la que las grandes esferas dominan al Creyente de a pie. 

Claro que es importante la humildad y el conformismo entre los Cristianos. De esta manera son manipulables y moldeables. Los líderes cristianos llenan sus bolsillos con dinero y poder al inculcar esta cultura de resignación a sus acólitos. Por eso de verdad odio ese conformismo implícito que conlleva las religiones y que muchos confunden con humildad. El poder de las religiones se alimenta de ello.




7) 
Se aprovechan de los niños, la ignorancia, el sufrimiento.

Y no hablo de cierta división religiosa conocida por el abuso sexual de niños. Aparte de eso, las religiones se aprovechan de la inocencia de los infantes para desde casi recién nacidos inculcarles la religión para que en el futuro sean unos contribuyentes felices. 

El abuso infantil es imperdonable: los fuerzan a persignarse, aprender oraciones, a arrodillarse, los asustan con monstruos y espantos, son obligados a pedir dinero, ir de casa en casa a vender panfletos, son forzados a vestirse de x manera; en fin, lo que podría ser la formación normal y provechosa de un ser humano hacía la adultez, se convierte en un lavado cerebral y una manipulación asquerosa. Parece que el odio que la misma biblia expresa para con los nenes, es efectivamente materializado en la religión moderna.

También las religiones han sabido aprovecharse del inculto, del ingenuo, del que no tuvo oportunidades de adquirir estudios. Si han logrado “captar” entre sus filas a profesionales altamente educados, ¡Qué fácil les ha sido atrapar a personas poco estudiadas y con bajo nivel educativo!

Y es que es muy sencillo convencer a alguien de bajo conocimiento que hay un dios invisible en todas partes que lo mira siempre y que si no le da dinero a la iglesia lo condenara para siempre a quemarse. Si esto ha convencido a gente profesional y culta…

Y ni de siga de los buitres religiosos que se aprovechan del dolor y sufrimiento de las personas para vomitarles su mística creencia. Cuando hay algún enfermo de gravedad, cuando fallece un ser querido o cuando los problemas nos agobian; ahí están ellos prestos a aprovecharse de nuestro dolor para convencernos que Dios nos ayudará “si y solo si” te anotas en nuestra religión y te conviertes en un generoso integrante de nuestra iglesia. Parecen depredadores siempre pendientes del débil y afligido para darles el zarpazo definitivo.

Por eso de verdad odio y detesto que se aprovechen del débil y desvalido. De esos momentos de fragilidad y desesperanza para seducirlos con su arcaica doctrina.




6) 
Inmiscuirse en todos los aspectos de la vida.

 ¡En todo! La religión mete sus narices en todo.

Basados en un libro cuya última línea se escribió hace casi dos mil años, pretenden educarnos y enseñarnos astrofísica, medicina avanzada, genética, sociología, ciencias, filosofía, etc. Interfieren con el avance científico; llenan la cabeza de sus clientes con cosas absurdas que no tienen nada que ver con la realidad. Inclusive pretenden imponer sus desvencijadas creencias en los planes educativos actuales.

Se entrometen en la política y en las guerras casi siempre con desastrosos resultados. La podredumbre religiosa se mete hasta en los más mínimos resquicios de la vida humana. Odio de verdad esa intención de las religiones de dominar y querer controlarlo todo.




5)
Dictan estúpidas normas de comportamiento.

Porque no solo quieren meter sus garras en todo, sino que también pretenden decirnos cómo comportarnos y que hacer en nuestro día a día.

Desde cómo vestirnos, como caminar, con quien hablar, como hablar, que ver en la tele, que leer, que comer, como orinar, que pensar. Se han inmiscuidos en prácticamente todo lo que tiene que ver con nuestra vida y cotidianidad. ¡Hasta como hacer el amor!

Y son precisamente estas diferencias de comportamiento la causa de las principales divisiones entre las múltiples sectas Cristianas: para unos no debes tomar café y debes creer en extraterrestres; para otros debes estar presto a morir desangrado y a vender publicidad de puerta en puerta; otros en cambio te obligan a rezar repetitivamente lo mismo y a ignorar crímenes y pederastia; pero otros te imponen el no comer carne, darle el 10% de tus ingresos a los ladrones líderes y a holgazanear los sábados. 

En fin; De verdad odio y detesto el cómo las religiones han sabido introducirse hasta en el más mínimo rincón de nuestras vidas queriéndonos imponer sus primitivas creencias afectando de forma sistemática nuestra cotidianidad. Y el que la gente pueda ser manejada con tanta facilidad y efectividad me causa una gran impotencia.




4) 
Manipulación e interpretación interesada de versículos bíblicos

 Y todas esas diferencias anteriormente mencionadas entre las variopintas divisiones religiosas se deben a que cada quien puede interpretar los versículos a su gusto y conveniencia.

Ahh, la interpretación Bíblica!!! Que conveniente les ha sido a algunos. Ya hemos hablado de esto en numerosas oportunidades:





La Biblia es en la práctica una masa informe que puede ser moldeada a conveniencia de intereses particulares. Gracias a la interpretación le puedes dar al versículo el sentido que necesites. Y hay dramáticos ejemplos como el asunto de la sangre y los testigos de Jehová. Estos tipos han logrado convencer a sus súbditos que gracias a unos versículos arcaicos  y convenientemente interpretados deben dejarse morir en caso de necesitar una transfusión sanguínea, so pena de no ir al paraíso prometido. Es increíble como un par de líneas escritas hace siglos han logrado segar la vida de incautas personas. Y no solo eso, niños inocentes son arrastrados por esta perversa doctrina viendo acortadas sus incipientes vidas solo por una “interpretación bíblica”. Si Dios existiese y fuese amor como lo predican los cristianos, no creo que se enoje porque uno de sus seguidores salve la vida por recibir una transfusión. Si fuese yo el afectado, prefiero dejar la decisión a Dios en un probable juicio final, a morir por las exigencias de la religión a la que pertenezco.

Si es tan importante este asunto de la sangre, o de descansar un sábado o de rezarle a pedazos de madera ¿Por qué Dios no lo dejó bien en claro en su santo libro? ¿Por qué Dios permite que se interprete y se entienda su palabra de múltiples formas basándose en intereses particulares? De verdad odio y detesto esa particularidad que tienen los textos sagrados y las religiones de hacer lo que les venga en gana basándose en interpretaciones.




3)
Exoneración de impuestos. Ostentación.

Ah! Pero si hay algo que une y le es común a todas las religiones es el Dinero ¡Cómo les gustan los verdes a las religiones!  

Desde el robo a mano armada que significa el Diezmo hasta la canastita que pasa de mano en mano las religiones quieren tu dinero de la forma que sea. Te venden libros, folletos, misas, oraciones, viajes, peregrinaciones, cuadros, reliquias, agua bendita, entrada a conciertos. 

Y claro, otra gran entrada de dinero de las religiones es la exoneración de impuestos y la financiación estatal. Si estas agrupaciones de personas, con negocios y lucrativas actividades se llenan de dinero ¿Por qué no pagan sus impuestos como cualquier mortal? Es sabido que muchas empresas tradicionales se escudan en la religión para la evasión fiscal. ¿Por qué personas cuya única labor es hablar de cosas invisibles debe recibir un sueldo estatal? ¡Basta ya de esto! ¡A trabajar de verdad vagos!

Y por supuesto, ¡La ostentación! Tuve la oportunidad de haber estado tanto en el Vaticano como en grandes iglesias ortodoxas del oriente de Europa y prácticamente todo es oro y joyas exhibidas al público. Cuanto feligrés muere de hambre mientras muestran toda esta riqueza al público. Y las iglesias protestantes no se quedan atrás: Inmensas megaiglesias con la última tecnología en luces y sonido. Increíbles y modernas editoriales para imprimir revistitas a ser vendidas de puerta en puerta. Asombrosos espectáculos públicos de música y rock; mega parques de diversión con motivos bíblicos y religiosos que no tienen nada que envidiar a Disney World. En fin; dinero y ostentación por todos lados. Parece que para ellos la riqueza y el poder adquisitivo indica que tan verdadera es la iglesia. De verdad que odio muchísimo esa desigualdad entre el pobre creyente que deja su dinero en estas ratas y la exposición de poder y dinero de éstas últimas.




2) 
Desprecio a la Ciencia.

Es alucinante la petición que hacen algunas divisiones religiosas: “Deben permitir la enseñanza de la creación divina como alternativa al Big Bang y la evolución biológica”. ¡No, no y no! No es ninguna alternativa a la ciencia. Es leyenda y primitivismo atroz. La magia, los dioses y los milagros nunca serán ni de cerca una opción a la ciencia moderna y al método científico.

Y entiendo que es muy difícil a las religiones actuales mantener su misticismo y rudimentarias propuestas ante el indetenible avance científico del mundo moderno. Aunque todavía quedan religiones que creen en la literalidad de la creación del mundo en 6 días y en la tonta historia de los primigenios humanos Adán y Eva, muchas han tenido que “adaptarse” a regañadientes y cambiar términos como Creacionismo por algo más actual y no menos obsoleto: “Diseño inteligente”; que no es otra cosa que la mezcla de ciencia muy básica aderezada con pestilencia divina. “No, no. La ciencia no lo puede explicar todo. Dios está detrás de todo eso” es más o menos lo que nos proponen estos pseudocientifícos.

Inclusive hoy en día y ante la amenaza de pandemias virales vemos con incredulidad como creyendo que “Dios me protege de esos bichos invisibles” tanto naciones enteras sucumben a los contagios o como personas mueren irremediablemente dejando en claro que NUNCA la religión, la creencia en Dioses o las oraciones podrán con la ciencia bien entendida y aplicada.

Por ese desprecio que aun hoy en día las religiones tienen para con el avance científico, es que las detesto en sobremanera.




1)
Convertir personas a su Religión. 

Esta es sin duda la cosa por la que más odio y desprecio a las religiones: Ese afán en querer convertir a los demás en lo que ellos creen.

Amigo Creyente lector; no tengo problemas con que usted crea en cosas fantasiosas; en palomas preñadoras o en judíos resucitados. No tengo problemas en que usted crea en lo que desee. Es su derecho básico universal. Mientras su creencia no sea perjudicial, me es indiferente donde invierte usted su tiempo y dinero. El problema comienza cuando entre todas las tonterías que su creencia le impone, una de ellas es intentar en convencer a quienes le rodean en lo que usted cree. Cuando usted y quienes le rodean intentan convertirme e inculcarme su doctrina es cuando eso me empieza a molestar.

Y lo entiendo. Es un malévolo plan que a las religiones les ha funcionado: El esparcirse entre las gentes como un virus. El que una de las premisas de las religiones sea “esparcir este mensaje por el mundo y convertir personas a la causa”. Siempre habrá una horda de zombies obedientes que van buscando victimas que caigan en la trampa como ellos lo hicieron. Y esto de verdad me molesta.

Y de este tipo de abuso es que parte la idea de un estado laico. Debe ser prohibido el querer imponer las creencias particulares a otros. En especial a niños inocentes que nunca tuvieron la oportunidad de elegir o pensar por ellos mismo, siendo infectados casi inmediatamente después de nacer por el mismo virus que afecta a sus progenitores.

Nada de exhibiciones públicas de religión sin los permisos adecuados. Fuera los crucifijos y símbolos religiosos de las escuelas. Nada de propaganda religiosa en televisión abierta y pública y menos aún en programas infantiles. Prohibido tocar puertas o detener personas en la calle para intentar convertirlos en una religión en particular. Tenemos que dejar de ver a las figuras públicas y a nuestros gobernantes con alto grado de religiosidad como ejemplo de progreso y avance. Queda demostrado que mientras más religioso es el presidente y el gobierno, los resultados son los peores. Basta de intentar convencerme de que lo que usted cree es la verdad absoluta. Lo odio y detesto de verdad.


Las religiones apestan, son perjudiciales y atentan contra el avance científico y la modernidad. De eso no queda duda. Y sé que en el fondo usted lo sabe amigo lector Cristiano. Lo sabe porque lo que usted siente y piensa de las otras divisiones religiosas que lo rodean es lo que yo pienso sobre la suya. 

¿Quiere creer? Venga! Crea en lo que quiera. Pero guárdeselo para usted solito. No tiene ningún derecho de querer imponer esa creencia a nadie; ni siquiera a su hijo. Las cruzadas, la conquista de América, los ataques musulmanes a objetivos occidentales, el atraso científico de la edad media, la quema de brujas, y un horroroso etc, son lamentables ejemplos de ello.





Nota.
Todas las imágenes utilizadas para ilustrar este articulo son de la autoría del extraordinario pintor norteamericano Mark Bryan.

                          



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"Ya vendrá el día en que el engendramiento de Jesús por el Supremo Hacedor como su padre, en el vientre de una virgen, será clasificado junto a la fábula de la generación de Minerva en el cerebro de Júpiter"

Thomas Jefferson 







Dios, el libre albedrío y la imperfección. (Colaboración)

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Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)


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Dios, el libre albedrío y la imperfección


Cuando se le pregunta a un cristiano, sobre todo católico, por qué Dios no creó al hombre perfecto, se contesta que, si Dios hubiera hecho eso, el hombre sería también Dios, y no puede haber más que un sólo Dios. Según esa contestación, está claro que Dios hizo al hombre imperfecto, por lo que cabe esperar comportamientos imperfectos del hombre.

¿Por qué, entonces, Dios exige el cumplimiento perfecto de las leyes divinas bajo amenaza de castigos eternos? ¿Cómo, Dios, exige perfección a lo imperfecto? La solución está en el libre albedrío. 

Dicha capacidad, según la teología, permite al hombre elegir libremente entre el bien y el mal, por lo que es responsable y culpable de sus actos. O sea que, por un lado, tenemos a un ser imperfecto, pero, por otro, tenemos una capacidad que le hace responsable de elegir de forma errónea como es elegir el mal. De ello, se deduce que el libre albedrío es una capacidad imperfecta al permitir cometer el error de poder elegir el mal. Pero se objetará que esa elección es libre por lo que es culpable del acto que cometa, y así entramos en un bucle sin fin.




Si el libre albedrío es la capacidad de elegir libremente entre el bien y el mal, por muy libre que sea la elección, dicha elección será errada e imperfecta, por lo tanto, el libre albedrío es imperfecto.

Por otro lado, se dice que Dios, además de perfecto, también tiene libre albedrío. ¿Cómo es posible que Dios tenga un libre albedrío siendo perfecto? Si se define el libre albedrío como la capacidad de elegir entre el bien y el mal, pero Dios no puede elegir el mal, entonces no puede tener libre albedrío. Eso nos lleva a la conclusión de que existen dos tipos de libre albedrío: uno perfecto, que sería el de Dios; y otro imperfecto, que sería el del ser humano. Esas son las paradojas de la teología.

Si el libre albedrío del hombre es imperfecto, no se puede exigir que cumpla con las leyes divinas, por lo que no puede ser acusado ni culpabilizado de su conducta.

Dios, al ser perfecto, no puede errar, por lo que no puede elegir el mal. Si no puede elegir el mal, sino que sólo y únicamente puede elegir el bien, entonces no puede tener libre albedrío y eso lo confirma otro hecho como es que Dios está compelido a hacer bien las cosas por su propia perfección. Es decir, que la perfección es compulsiva, “obliga” a hacer las cosas bien, de lo contrario, no sería perfecto.

En conclusión. Si el libre albedrío humano es una capacidad que permite poder elegir entre el bien y el mal, dicha capacidad está por debajo de otra que le obligue siempre a elegir el bien. Es decir, es infinitamente más preferible tener una capacidad que siempre obligue a elegir el bien que otra que tanto pueda elegir el bien o el mal. Tanto si Dios tiene libre albedrío como si no, lo que está claro es que la posibilidad de elegir el bien o el mal no es voluntad del hombre, quien habría deseado siempre hacer el bien. 

El libre albedrío, por tanto, no puede responsabilizar al hombre de sus actos.

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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Bernat", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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Carta Abierta a los Creyentes 
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Top 10 “Metidas de Pata” de la Biblia.

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Top 10 Características Indeseables de Dios


La Teología (Colaboración)

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Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

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La Teología


La subestimación a la que se somete el propio hombre prehistórico ante las fuerzas ineluctables e inexplicables de la naturaleza, contrasta radicalmente con la idea de un ser fabuloso y de incalculable poder al que se le confiere un bagaje de características antropomórficas que dan forma a un ser tan inimaginable como contradictorio. Es la forma más ancestral y primitiva de institucionalizar los propios miedos surgidos de la inherente ignorancia de las causas de todos aquellos fenómenos extraordinarios que han sido desmitificados por la constante labor de la curiosidad humana a través de la ciencia y de la concesión de la total primacía de la razón sobre la sinrazón.

La escalada sin fin de atribuciones divinas -que no son más que las mismas humanas elevadas hasta aquellos puntos inimaginables que desearía su vanidad- empequeñece al hombre desposeyéndolo de una dignidad que le pertenece por derecho propio y que es pisoteada por los entes quiméricos que él mismo inventó, dando lugar a una sumisión a unos poderes necesitados de honores y loanzas, fruto de la soberbia y del orgullo que caracterizan las típicas relaciones de poder en la jerarquía humana.

Ciertamente no se pueden inventar nociones nuevas e inexistentes sin referentes existenciales: la patente invención de la que emana la idea de Dios sólo puede producir atributos humanos. La contradicción que surge de la propia semántica de lo divino es el resultado lógico de la falta de fundamentos a la hora de elaborar dicho concepto; y la falta de suspicacia en el pueblo primitivo allanó el camino hacia la confección de dicho ser que pronto fue objeto de retoques y modificaciones "al gusto" amoldándose a las necesidades culturales y psicológicas de cada civilización.

No fue tarea baladí, por parte de los primeros teólogos de la Iglesia, armonizar la cara más cruel y vengativa del dios veterotestamentario con la misericordiosa y bondadosa de la de su supuesto hijo que, contradiciendo y contrarrestando a su progenitor, posibilitó la creación de una ciencia dedicada exclusivamente a deshacer los entuertos que produjo la imaginación humana en el intento de domeñar a una plebe que sólo podía ser sometida a través de las exigencias y caprichos de los dioses, los cuales amenazaban con terribles castigos ante el incumplimiento de sus deseos.

La Iglesia Católica ha inventado un ser tan inimaginable que ha tenido que crear un cuerpo teológico para intentar explicar lo inexplicable; y ante la imposibilidad de demostrar la cuadratura del círculo presenta unos conceptos vicarios que sustituyen la lógica humana. Así pues, la fe constituye el principal pedestal en el que se sustenta la creencia en lo increíble, siendo un espléndido artificio con el que se autoalimenta la virtud que consiste en creer sin ver. Mientras que perder la fe es considerado como una ofensa al propio Dios, al que únicamente se puede acceder por fe, el creyente queda atrapado en un círculo vicioso que reclama una petición de principio totalmente impropio de de una divinidad -que queriendo darse a conocer entre sus súbditos- juega al escondite, impidiendo que la razón pueda vislumbrar un dios que pretende ser racional, amenazándoles con un enfado descomunal si no consiguen ver con el mismo ojo las dos caras de una moneda a la vez.



La teología pretende ver, tapándose los ojos, lo que los demás no pueden divisar con los ojos abiertos, eludiendo a toda costa la aclaración de unos principios de los que dependen todas sus derivaciones que son objeto de indagaciones y elucubraciones ilógicas como consecuencia de dar por cierta la premisa principal que la propia Iglesia prohibió investigar.

Es desconcertante la actitud de teólogos -llamados liberales- que desmarcándose de las directrices inquisitoriales de sus autoridades religiosas, descubren ciertas irregularidades -como producto de la nueva investigación exegética- por lo que deberían sospechar de toda la teología y, no obstante, sólo la parchean proporcionando ante los feligreses una mayor sensación de autenticidad ante lo que únicamente puede ser verdad o mentira total. Los fundamentos racionales que caracterizan cualquier argumento lógico son desconocidos en una teología repleta de contradicciones entre sus postulados que surgieron desde la subjetividad interpretativa de algunos que se erigieron en hermeneutas infalibles gracias a la inerrancia de los textos que la propia Iglesia les atribuyó. Sólo la constante pertinacia en mantener fuera del error lo que es falso por sí mismo, escamoteando la más mínima lógica, puede sostener una teología que ha sido rebatida sin dificultad por el arte que permite discernir lo verdadero de lo falso, llamado comúnmente filosofía, la cual hace inútil cualquier pretensión de racionalidad de unas creencias que, de ser racionales, no necesitarían de la fe.

No hay disciplina más inútil que la teología. La ingente cantidad de elucubraciones que la protagonizan intentan averiguar la mente de un dios que ella misma dice que es inalcanzable; dirigen a los fieles a través de los caminos y designios de ese dios que ella afirma ser inescrutables pero, paradójicamente la Iglesia se convierte en experta de lo desconocido sabiendo más que nadie lo que es Dios y lo que no es; lo que quiere de nosotros y lo que no quiere y cuándo los acontecimientos de nuestra vida son fruto de su voluntad o no lo son.

Mientras el pueblo permanecía indocto, la Iglesia no tuvo dificultades a la hora de adoctrinarlo por medio de lo que G.Puente Ojea llama meandros teológicos que contentan a los pocos exigentes. Pero con la llegada de la era de la ciencia y el predominio de la razón -único camino para la obtención del conocimiento- los malabarismos argumentales de los teólogos no sólo no resisten los embates de la lógica, sino que deben enfrentarse a la cruda realidad de los resultados propiciados por la nueva exégesis imparcial de investigadores e historiadores comprometidos con la verdad.

Mientras que la Iglesia dispone de teólogos y los reúne junto con toda su jerarquía en concilios para dirimir grandes dudas; mientras que esas dudas han estado presentes a lo largo de toda su historia dando lugar a herejías y sectarismos provocando persecuciones y tormentos a los que disentían de la oficialidad ortodoxa, ¿no es extraño que Dios no dejara bien claro lo que realmente quería de sus hijos, en lugar de dejar en manos de unos escritores, llamados evangelistas, que ni se pusieron de acuerdo en lo esencial, ni supieron concretar la voluntad divina en un montón de escritos ambiguos, confusos, contradictorios, lejos de la claridad, de la concisión y precisión propios de un dios que pretende darnos unas directrices?

La existencia de un dios como el que postula la Iglesia Católica ataca directamente la dignidad del ser humano que es convertido, en contra de su voluntad, en un esclavo sufriente de una autoridad, que por ser quien es, no debería necesitar -al ser perfecto- ningún tipo de vasallaje. Los hombres que se someten voluntariamente a una autoridad divina ignoran que la dignidad humana está por encima de cualquier dios, cuya existencia -si fuera el caso- no le permite, bajo ningún concepto, tener derecho sobre lo que él ha creado al constituir -tal pretensión- el mayor abuso de poder imaginable. Sólo la condición de ignorante, inherente en el hombre primitivo, podría justificar la creación de una idea tan maquiavélica como injusta; y al hombre moderno le corresponde barrer de la mente a un ser que tantos sufrimientos y desgracias le ha supuesto, en contra de ningún beneficio.

La necesaria existencia de Dios, en contra de su contingencia, debería dar como resultado un ser razonable al que se pudiera acceder por la razón humana; mas no hay mayor contradicción, a la luz de una mente lógica, que la idea de un ser perfecto con necesidades, de un dios omnisciente que necesita de la oración para saber lo que queremos; de un dios bondadoso que permite el mal; de un dios todopoderoso que para solucionar sus propias imperfecciones tiene que enviar a su hijo para subsanarlas...de un dios tan irracional, que sólo la irracionalidad de la fe puede hacer posible su existencia.



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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Bernat", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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Carta Abierta a los Creyentes 
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¡Claro, existieron muchos!

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Top 10 “Metidas de Pata” de la Biblia.

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Top 10 Características Indeseables de Dios


Las cinco vías de Tomás de Aquino (Una visión Atea)

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Las cinco vías de Tomás de Aquino 

Un intento de demostrar la existencia de Dios 


Presentación 

Tomás de Aquino (1224-1274), fraile dominico que vivió en lo que actualmente es Italia, está considerado un destacado teólogo y muy importante doctor de la Iglesia Católica Romana. Fue canonizado 49 años después de su muerte. Su pensamiento formó parte de la férrea ética de su época y siglos posteriores, donde la religión era el centro indiscutible de toda actividad o pensamiento. 

Aquino aplicó a la Teología Católica Romana el sistema de lógica y razón de Aristóteles, filósofo griego que vivió en el siglo IV antes de Cristo. Tomás estableció el sistema llamado “Tomismo”, el cual representa aún la Teología básica de la antedicha Iglesia Católica Romana. 

Su obra más importante es la titulada Summa Theologiae (Compendio de Teología), que es un muy extenso tratado escrito en latín –algo común en el ámbito religioso de la Edad Media– donde se profundiza sobre Dios, su naturaleza, la Creación, el alma, los ángeles, la Trinidad, Jesucristo, la Virgen, la resurrección, los sacramentos y muchas cosas más. Esta obra quedó inconclusa tras haber sufrido Aquino un proceso degenerativo que acabó produciéndole incapacidad psíquica para continuar escribiendo. Murió meses después por causas no bien definidas; unos aseguran que su incapacidad se debió a que tuvo apariciones de Jesucristo, y otros han llegado a plantear la posibilidad de que hubiera sido envenenado. 

La citada Summa Theologiae incluye, en su Parte I, Cuestión 2, Artículo 3 (que abreviaremos como I, C2, A3, como en otras porciones que citaremos), cinco argumentaciones mediante las cuales dice demostrar la existencia de Dios; estas argumentaciones se conocen como Las cinco vías de Santo Tomás y son los pasajes más divulgados de sus obras. 

En este escrito analizaremos dichas vías, aunque con ello no pretendemos poner en entredicho las bases de las fes, pues cada religión puede tener la creencia que desee. Lo que sucede en este caso concreto es que bajo el epígrafe: 

¿Existe o no existe Dios?
 
La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas. 

El santo anuncia que se puede probar que Dios existe, y eso es un asunto de importancia capital que interesa, y mucho, a nuestras vidas, a la razón y al buen sentido; y por este motivo puede y debe ser objeto de examen. 

Aparte esto, en Internet existen diversas referencias a las vías de Santo Tomás y a otras doctrinas y opiniones, y también los textos completos de las obras del santo teólogo y de Aristóteles. Cualquier persona puede consultar libremente dichos argumentos o buscar información al respecto donde prefiera, o reflexionar por sus propios medios como estime más adecuado. Todo lo que se necesita es tener interés en esta cuestión y disfrutar de libertad intelectual; es decir, poder pensar sin ideas impuestas o preconcebidas. 


Las cinco vías 

Expondremos las vías de Santo Tomás enunciando en primer lugar el texto íntegro de cada una –traducido por otros del latín original–, a continuación una simplificación elaborada por nosotros con el único fin de aclarar la propuesta, después nuestro análisis y, finalmente, nuestra conclusión. Hemos aplicado un título nuestro a cada vía para ayudar a recordar su argumento. 




Primera vía. 
El origen del movimiento 

Texto íntegro 

La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Es cierto, y lo perciben los sentidos, que en el mundo algunas cosas están en movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Ejemplo: el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios. 

Simplificación 

-Algunas cosas se mueven. 
-Toda cosa que se mueve es movida por otra cosa. 
-Es imposible retroceder infinitamente en este proceso. 
-Hay una primera cosa que origina todo movimiento. 
-Esa primera cosa es un ser. 
-Ese ser es Dios. 

Análisis 

El razonamiento de Aquino parece profundo cuando se lee por primera vez, pero sucesivas lecturas evidencian que solamente es abstruso; la dialéctica de esta vía podrá merecer respeto e interés por la antigüedad que posee, pero en las observaciones del mundo que le rodea Aquino comete errores monumentales que evidencian su muy limitada capacidad de observación y deducción, como trataremos de explicar. 

Este planteamiento sigue el conocido esquema llamado “retroceso infinito”, que consiste en imaginar una regresión sin fin en una serie de sucesos y analizar mentalmente su posible origen. Esta idea no es en absoluto novedosa pues en todas las épocas la gente se ha formulado este tipo de cuestiones sin encontrar nunca respuestas satisfactorias. Proposiciones idénticas serían, por ejemplo, que todo ser vivo desciende de otro, que todos los días tienen su víspera y muchas otras. 

Para los que no estén familiarizados con las sutilezas de la filosofía explicaremos que existe un argumento, tan viejo como engañoso, que consiste en presentar dos alternativas como si no pudiese haber otras, y después de demostrar que una de ellas es absurda, pretender que se ha probado así que la otra es verdadera. Este método es falaz porque pudiera ocurrir que la opción que sobrevive sea también absurda, e incluso más disparatada que la que se ha descartado. O sea, que si procediéramos a la inversa probaríamos –también engañosamente– lo contrario. En otras palabras: si empezáramos diciendo que es imposible que haya algo incorpóreo que además sea eterno e infinito llegaríamos a la falsa conclusión de que hemos demostrado, por citar un ejemplo, que la energía, la materia, el tiempo y el espacio forman un conjunto sin límites. 

Dicho esto, nos damos cuenta de que el santo propone que solamente hay dos opciones: el infinito o Dios; y que al descartar lo primero pretende haber demostrado lo segundo. 

Sin embargo, las alternativas que la situación exige plantearse no son dos sino tres. Veámoslas: 

-Alternativa primera: la energía, la materia, el tiempo y el espacio forman un conjunto sin límites. 

-Alternativa segunda: la regresión de acontecimientos no es infinita ni eterna sino que comienza en un espíritu que es infinito y eterno. 

-Alternativa tercera: no podemos contestar satisfactoriamente a ciertas incógnitas acerca del origen del universo porque hay cosas que no sabemos ni comprendemos. 

Por todo esto, y siendo razonables, el discurso de esta primera vía de Aquino tiene que detenerse en el momento en que cree haber llegado a deducir la existencia de una cosa llamada “primer motor”. Pues el paso siguiente, en el que afirma nada menos que esa cosa es un ser, y después que ese ser es Dios, no es en absoluto una prueba ni nada que se le parezca: es una adjudicación arbitraria e incorrecta. En filosofía esto se llama falacia non sequitur, que significa que de una cosa no se sigue o se deduce la otra. 

Obsérvese, para remachar el error, que primeramente Aquino dice que todo lo que se mueve necesita ser movido por otro, pero acto seguido afirma lo contrario: que hay algo que no necesita ser movido por otro. En otras palabras, el santo afirma simple y gratuitamente lo que se trataba de demostrar pero sin haberlo demostrado. Este “razonamiento” se conoce como una falacia petitio principii, que viene a significar que el discurso no funciona y debe volver al principio. 

Y aunque el teólogo comienza afirmando que un cosa tiene que ser movida por otra cosa, pasa finalmente a decir que esa cosa no es una cosa sino un ser, evidenciando que dirige el razonamiento hacia donde le conviene, aunque de una forma bastante burda. 

Y al citar a Dios el santo teólogo añade que es el que todos reconocen; o sea, que coloca sutilmente en él todas las características de su hipótesis. 

Esta primera vía de Aquino podría haber tenido cabida en la visión aristotélica del mundo que se tenía en tiempos medievales, pero es completamente errónea. Aristóteles fue el primero que postuló la idea de que todo lo que se mueve es movido por otro y lo analizó por medio de la deducción intelectual, pero no experimentó para constatarlo prácticamente. Los hallazgos de estudiosos y científicos de siglos posteriores evidenciaron que la idea del filósofo griego estaba muy equivocada. 

Aquino no era, ciertamente, un estudioso de la ciencia, pero eso no puede disculpar que deje aparte fenómenos tan conocidos como, por ejemplo, que cuando se frotan dos palos o cuando una cuerda roza contra una madera el movimiento finalmente cesa y desaparece pero resulta que se crea calor. La omisión de estas evidencias básicas cuando se pretende estar analizando el movimiento universal resulta imperdonable y echa por tierra cualquier prestigio que pudiera tener el santo en materia de observación y deducción elementales. 

El escolástico tampoco toma en consideración otro maravilloso y archiconocido fenómeno del movimiento: la luz, que se desplaza sin que aparentemente la mueva nadie y sin mover a nada, ni cuando se refleja en un espejo o se desvía al penetrar en el agua. La luz es una cosa tan evidente que su exclusión de esta primera vía difícilmente puede ser casual; probablemente la omisión se debe a que el fenómeno luminoso, con su extraordinaria naturaleza no convencional incluso si procede de una modesta vela, hubiera arruinado todo el planteamiento. Algo parecido ocurre con otras cosas que también eran de dominio público, como el calor, que se puede mover independientemente de la luz, como, por ejemplo, cuando una pared caliente irradia calor, o con el sonido. Aquino omite que la luz, el calor o el sonido parecen moverse pero sin recibir ni dar movimiento. Y no entra a considerar la trayectoria (rectilínea, circular, parabólica) o la velocidad (rápida, lenta, uniforme, acelerada, uniformemente acelerada): todo lo engloba en el inespecífico concepto de “movimiento”. 

Describiendo el movimiento Aquino llega a lo que llama “el primer motor”, de igual manera que exponiendo la reproducción de los seres vivos hubiera podido llegar a “el primer reproductor” o analizando la luz y la oscuridad hubiera podido deducir un “primer iluminador”. Pero entonces el razonamiento entra en una vía muerta porque no hay forma de deducir razonablemente qué pueden ser esos “primeros productores”; es decir, que el intrincado razonamiento de esta primera vía no sirve para nada, porque pretender que el supuesto “primer motor” es una cosa que es un ser que es Dios resulta algo completamente arbitrario y caprichoso. 

Pero incluso si nos permitiéramos la licencia de suponer que hubiera un motor primigenio y tuviéramos que darle un nombre –meramente porque necesitásemos un nombre–, no existe ningún fundamento para decir que es Dios o, mejor dicho, lo que Santo Tomás entiende por Dios y pretende que los demás también. Pues no sabemos si ese motor primero es algo animado o inanimado, si puede pensar o no, si es algo con lo que podemos hablar, si es singular o es plural, si tiene edad o si es eterno o indefinido. ¿Por qué habría de ser Dios y no el motor inmóvil concebido por Aristóteles, en cuya obra está basada esta vía? ¿Por qué puede existir un espíritu eterno y no puede existir un movimiento eterno? 

Otra pregunta igualmente interesante es: Dios ¿se puede reproducir y crear uno o más Dioses iguales a él si lo desea? 

Aquino expone una analogía simplona –que, como todas las analogías, no prueba nada– que es la de la mano que mueve el bastón. Pero se desentiende de lo que pueda ocurrir con el movimiento del bastón. Es una falta grave, que es difícil de detectar porque en general los errores por omisión son más sutiles que los errores expresos. Hay que subrayar, sin embargo, que el movimiento del bastón no desaparece. Si una cantidad de energía parece esfumarse, podemos estar seguros de que surge en algún otro lugar, de otra forma y en igual cantidad. El movimiento no es más que una de las formas que adopta la energía, lo cual Aquino ignoraba completamente. El movimiento es, de hecho, energía cinética, igual que hay energía calorífica y otras. 

Obsérvese que la misma argumentación que se aplica hacia el pasado puede aplicarse hacia el futuro. Y según ese razonamiento la sucesión de movimientos no puede ser infinita ni en un sentido ni en el otro. Por este procedimiento tan sencillo se puede llegar a “deducir” que lo mismo que hay un “primer motor” tiene que haber un “último movido”, y de ahí a pretender haber demostrado que eso es el Juicio Final no hay más que un paso. 

Al leer el pasaje donde se pone el ejemplo del fuego y la madera parece que Aquino se estuviera refiriendo no solamente a movimientos sino también a causas y efectos en general, pero no es así: esta primera vía trata exclusivamente sobre el movimiento de los cuerpos del universo; y puede considerarse como un caso particular de la segunda, que versa sobre las causas y efectos y que veremos a continuación. 

Conclusión a la primera vía 

Es un planteamiento rotundamente falso y con un discurso lógico deformado. Razona hacia el pasado pero no lo hace hacia el futuro aunque, en buena lógica, ambos razonamientos tendrían que desembocar en conclusiones equiparables. Resulta decepcionante e intelectualmente pobre. No acredita lo que anuncia. Elude ocuparse de la luz, el calor, el viento, las olas y otras cosas que se mueven sin que nadie las mueva. Es deplorable que a un hombre dueño de conceptos tales como que el Paraíso estaba situado a la derecha del Cielo (véase Summa Theologicae I, C102, A1) o que los planetas son para ornamentación (I, C70, A1) se le conceda algún crédito cuando tiene el atrevimiento de pronunciarse sobre cinemática, aunque lo haga a un nivel muy rudimentario. 

Toda esta retórica incorrecta de Santo Tomás únicamente puede tener éxito cuando la reciba un auditorio que esté convencido de antemano. 

Lo dicho hasta aquí aconseja que se haga una lectura atenta de las vías para localizar errores, unas veces explícitos y otras por omisión, y falacias. 

Aclaremos que una falacia o sofisma es un argumento que parece bien construido pero es falso. Las falacias se apoyan en las formas de la lógica y de la teoría de la argumentación, pero sólo para parecer válidas. Pretenden ser persuasivas; es decir, han de parecer argumentos sensatos para el receptor. Las falacias y los sofismas no son rancios ejemplares que estén dormidos en la Filosofía antigua, sino que, por las facilidades de comunicación de los tiempos modernos, son ahora muy vivaces y abundantes; se utilizan con profusión en política, publicidad, economía, deportes y muchos otros campos. Por su estilo, las falacias están catalogadas en diversas clases; quizá la más pintoresca sea la llamada del tirador, nombre que se debe a un tirador de fusil que primero disparaba contra una pared y después pintaba dianas alrededor de los impactos. 




Segunda vía. 
El orden de las causas 

Texto íntegro 

La segunda vía es la de la naturaleza de la causa eficiente. Nos encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios. 

Simplificación 

-Existen diversos efectos. 
-Todo efecto está originado por una causa. 
-Es imposible remontarse indefinidamente en la cadena causal. 
-Ha de haber una causa que no tiene origen y que es causa de 
todas las demás. 
-Esa causa es un ser. 
-Ese ser es Dios. 


Análisis 

Se trata, igual que en la primera vía, de imaginar una regresión sin fin al pasado y dos opciones. En realidad es la misma concepción y desarrollo que la citada primera vía, de modo que la mayor parte de las cosas que hemos dicho para aquélla sirven para ésta. 

La retórica de esta segunda vía incurre también en una contradicción insalvable: primero se afirma que todo efecto ha de tener una causa y, seguidamente, que hay un efecto que no tiene causa. Por tanto la pretendida prueba se queda en una falacia chapucera. Una demostración razonada y lógica no puede lograrse así. 

De otro lado, el teólogo supone gratuitamente que como un efecto tiene una causa, una serie de efectos tiene una serie de causas, cuando el conjunto no tiene por qué tener las mismas propiedades que las partes; esto se conoce como falacia de la composición. 

También se nos dice que el efecto sin causa es solamente uno. Pero esto es arbitrario, ya que del razonamiento dado no se infiere que deba ser así y, lo que es peor, no se deduce de ninguna manera que ese efecto tenga que ser un ser y que ese ser tenga que ser Dios. 

De nuevo analiza los acontecimientos hacia el pasado pero no hacia el futuro, lo cual creemos es obligado para un filósofo que intenta buscar la verdad. Sería de sumo interés deducir cuál va a ser el final de la cadena de causas y efectos. 

Nótese asimismo que el teólogo se concede a sí mismo que ha probado lo que dice y lo traslada a la tercera vía, como veremos. En otras palabras, que la tercera vía depende de la segunda. 

Conclusión a la segunda vía 

Es una dialéctica errónea y pobremente armada. El escolástico intenta plantear un discurso coherente, pero cuando llega a un punto donde no encuentra respuesta apropiada anuncia que ha demostrado la existencia de Dios. Esto lo ha hecho en la primera vía y también en ésta segunda y lo volverá a hacer en la tercera, que estudiaremos seguidamente. Se abstiene de desarrollar y pormenorizar su hipótesis, que presenta numerosas lagunas. Analiza hacia el pasado pero no hacia el futuro, lo que resulta decepcionante. 




Tercera vía. 
La limitación de la existencia 


Texto íntegro 

La tercera vía procede de la posibilidad y la necesidad, y es como sigue. Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (segunda vía). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios. 

Simplificación 

-Las cosas no son eternas. 
-Las cosas no se pueden haber creado solas. 
-Las ha creado un ser. 
-Ese ser es Dios. 


Análisis 

El galimatías del texto se puede sintetizar en una proposición tan diáfana como la de nuestra simplificación. Una vez más plantea el teólogo dos opciones y pretende que lo absurdo de una de ellas es prueba de la verdad de la otra; el argumento, por tanto, no tiene ningún valor, como ya hemos expuesto en nuestro análisis de las vías anteriores. 

Y de nuevo se contradice pues afirma finalmente que hay algo eterno cuando había empezado su discurso estableciendo precisamente lo contrario: que nada es eterno. 

Aquino opera en esta vía como en las anteriores: llega a un punto en el que afirma, sin más contemplaciones, que eso que es “absolutamente necesario" es Dios, lo cual no se infiere de la premisa anterior. Comienza hablando de “las cosas”, pero hacia la mitad del discurso pasa burdamente del término “cosas” al término “seres”, y a continuación pasa gratuitamente del plural al singular, poniendo en evidencia que está dirigiendo el razonamiento para que acabe en el punto que le interesa. 

En el texto de esta tercera el santo escolástico argumenta Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (segunda vía). Sin embargo es absolutamente falso que eso se haya probado en la segunda vía; y, lo que es más, en el texto de dicha segunda vía no figura ni una sola vez el sustantivo “ser” ni tampoco “seres”. Esto dice muy poco del rigor y de la seriedad que el discurso intenta tener. 

Como se mencionó antes, Aquino alcanza una conclusión arbitraria y apela a una justificación psicológica: Todos le dicen Dios. Lo que Tomás de Aquino pretende es entronizar el concepto que él tiene de Dios. 

Siguiendo la línea de razonamiento de Santo Tomás en esta vía que estamos analizando, resulta que todo lo que es movido mueve a su vez a otro, es decir, origina un efecto. Por ejemplo, si aplicamos un fuego de leña a un caldero de agua, el agua se calienta. Pero el santo teólogo omite analizar que el proceso no acaba ahí, pues al apagarse el fuego el agua se enfriará pero comunicará su calor a todo lo que tenga alrededor. Y al quemarse la madera se ha creado o producido algo (calor radiado, humo y cenizas calientes) que asimismo ha de ir a parar a algún sitio; estos fenómenos, y otros similares, no se han detenido jamás. Reflexionando sobre ello se plantea un desarrollo hacia el futuro muy interesante, pues si se pueden hacer deducciones de cierto valor analizando hacia atrás no se ve por qué no se puede hacer lo mismo analizando hacia adelante. Y si es interesante intentar deducir cómo empezó todo, no lo es menos saber o deducir cómo va a acabar. Sin embargo Aquino no plantea el análisis progresivo y, de 
hecho, ni siquiera lo menciona a pesar de que tiene que resultar evidente para un teólogo. 

Conclusión a la tercera vía 

Presenta graves errores de concepción. Aquino vuelve a emplear el recurso de retroceder hasta un punto imaginario donde no había nada (si eso se puede imaginar) y entonces hacer aparecer arbitrariamente a Dios. Este discurso, idéntico al empleado en las dos vías anteriores aunque variando los sujetos, presenta los graves defectos que ya hemos razonado de diversas maneras. 

Se comprueba de nuevo que lo que hace Aquino es desenvolverse en asuntos de la razón solamente hasta que no encuentra más respuestas; en ese punto abandona el discurso lógico para entronizar una creencia acerca de la que no ha demostrado absolutamente nada y que, bien mirado, es todavía más irracional que lo que acaba de rechazar. 

Hemos visto cómo Aquino, una vez admitida la eternidad e infinitud de Dios, niega eso mismo a todo lo demás, denotando así un criterio sorprendentemente parcial e irracional mediante el cual puede demostrar todo lo que desee. Es más, si se parte de la base de que Dios es infinito y eterno ya no es necesario demostrar nada. 

Omite de nuevo el análisis hacia el futuro, lo cual deja incompleto un planteamiento teológico y filosófico de envergadura como intenta ser éste. Pues si se alega que al principio solamente existía Dios, que creó el universo –tiempo incluido– y el ser humano, parece lógico interpretar que una vez concluido el supuesto Juicio Final Dios desharía lo creado –tiempo incluido–, quedando presumiblemente sólo el cielo y el infierno –al purgatorio se le asigna naturaleza temporal–, los ángeles, los demonios y los muchos miles de millones de almas de personas. Es lícito y lógico preguntarse con qué objeto habría hecho todo ello Dios; la Teología debería proporcionar una respuesta a esta crucial cuestión. 




Cuarta vía. 
Los grados de virtud 

Texto íntegro 

La cuarta vía es la graduación que se puede hallar en las cosas. Nos encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son seres máximos, como se dice en libro II de Metafísica. Como quiera que en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género –así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro–, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios. 

Simplificación 

-En las cosas se encuentran diferentes valores (bondad, veracidad y 
nobleza entre otros). 
-La graduación de dichos valores es variable y alcanza un máximo. 
-La cosa que alcanza lo máximo es un ser. 
-Ese ser posee el grado máximo de toda característica. 
-Ese ser confiere grados a toda cosa que tenga esa característica. 
-Ese ser es Dios. 

Análisis 

En principio, hablar de valores morales en una demostración que requiere rigor parece bastante inadecuado, pues la moralidad del ser humano es un concepto que varía o puede variar extraordinariamente según las épocas, las culturas o las creencias. Reconozcamos, por poner solamente uno de los muchos ejemplos a nuestra disposición, que ahora nos parece vergonzosa la misma trata de esclavos que nos pareció aceptable durante siglos. 

Aquino comienza refiriéndose a las cosas pero más adelante pasa, sin mediar explicación alguna, a referirse a los seres; no se sabe si se refiere a seres vegetales o animales irracionales o si habla de la raza humana; en la quinta vía el teólogo asegura que hay cosas inanimadas que actúan con un fin, de modo que no es factible determinar a qué se está refiriendo ahora, y esto es un fallo de importancia. A continuación el santo parece referirse a seres sobrenaturales cuya existencia se concede gratuitamente. Y, teniendo en cuenta que adjudica a dichos seres cualidades que emanan de la mente, debe entenderse que se trata de seres inteligentes, lo cual pasa asimismo sin acreditación de ninguna clase. 

Y aunque viene hablando en plural de los seres sobrenaturales, al final pasa a decir que eso es Dios, en singular, dejando de lado dar razones por las cuales los supuestos seres no son más de uno. 

Paralelamente al discurso principal afirma que el fuego es el máximo calor, lo cual es completamente erróneo; y lo remata confundiendo calor con temperatura, que es como confundir la cantidad de agua que hay en los océanos con la altura de la marea. Y afirma que el fuego es la causa de los demás calores, lo cual es un tremendo disparate incluso para alguien de la Edad Media, pues no se ve cómo el fuego puede ser la causa del calor de los cuerpos de las personas, por poner un ejemplo sencillo. 

El calor o energía calorífica es solamente una de las formas que toma la energía. La temperatura es una escala arbitraria cuyo grado más alto no se conoce: se estima que el núcleo del sol está a unos 15 millones de grados centígrados –lo cual no se puede producir con fuego–, y que hay estrellas cuya temperatura es 40 veces superior. 

Con lo que hemos dicho hasta aquí es suficiente para desmontar la retórica de esta cuarta vía, pero quedaría aún analizar el núcleo del razonamiento de Santo Tomás. 

Ya hemos apuntado antes que bondad, veracidad y nobleza son conceptos subjetivos, intangibles y resbaladizos sobre los que resulta complicado debatir. Pero es que también existen la amistad, la tolerancia, la jovialidad, la gratitud, la reciprocidad, la esperanza. ¿Debemos entender por tanto que hay un ser que tiene máxima gratitud, jovialidad y esperanza? Y, por otra parte ¿cuánto es “máximo”? ¿Cuál es la graduación, cifra o cantidad máxima? Preguntas ociosas, pues cualquier respuesta numérica que se dé puede ser rebasada. 

Recuérdese también que el propio Santo Tomás ha rechazado en sus tres primeras vías el que pueda haber un proceso indefinido o infinito; sin embargo ahora no parece encontrar inconveniente en atribuir a Dios un grado máximo, que es un término tan ilimitado como los otros puesto que no hay forma de medirlo ni objetivarlo. 

Al lado de las cualidades hay, por desgracia, muchos defectos: la intolerancia, el dogmatismo, la envidia, el desamor, el odio; en fin, para qué seguir. Santo Tomás cita las tres cualidades que hemos visto pero en cambio elude toda referencia expresa o implícita a defectos y a características que podríamos llamar neutras, como la velocidad o la sexualidad; no es probable que la omisión de algo tan elemental y llamativo sea involuntaria. 

Y también orilla Santo Tomás la sencilla consecuencia de que si hay grado máximo también habrá grado mínimo. Así que tanto las virtudes como los defectos parecen oscilar en intensidad entre un grado mínimo y otro máximo. Aquino supone caprichosamente y sin demostrar absolutamente nada, que habrá un ser que posea las virtudes en grado máximo, y no aclara si posee defectos en grado mínimo. 

Acto seguido el santo comete un tremendo error, pues si algo alcanza un grado superior en una escala no significa que sea la causa de todas las cosas de esa escala u orden. Es una pretensión insólita, infantil y absurda. 

Conclusión a la cuarta vía 

La pretendida demostración fracasa estrepitosamente ante un análisis medianamente razonado y dice muy poco de la seriedad intelectual del santo. Presenta una situación pueril cuando no absurda, y está pésimamente construida. 




Quinta vía. 
El gobierno del mundo 


Texto íntegro 

La quinta vía se obtiene del gobierno del mundo. Vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir el mejor resultado. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios. 

Simplificación 

-Hay cosas que obran intencionadamente y con un fin. 
-Esas cosas no son inteligentes. 
-La actuación de esas cosas está dirigida por un ser inteligente. 
-Ese ser es Dios. 

Análisis 

Nótese que la pretendida prueba de un hecho de tan extraordinaria importancia casi no alcanza ocho líneas. Por otra parte, causa asombro e indignación que se pueda presentar tan vagamente una afirmación de tanta trascendencia como que cosas que carecen de conocimiento actúan, y que además lo hacen con un propósito; el santo teólogo no desarrolla su aserto ni lo razona ni explica en qué se basa, ni tampoco aclara a qué cosas o “cuerpos naturales” se refiere. En otro lugar de la Summa Theologiae (I, C10, A5), Aquino se refiere a los cuerpos celestes cuyo ser es sustancial e intransmutable, de modo que todo indica que los “cuerpos naturales” no son los “cuerpos celestes”, aunque el lector no tiene forma de orientarse más puesto que se omite cualquier detalle o identificación. Además no dice cuál es el supuesto fin o propósito con el que obran las cosas, lo cual es vital si quiere prosperar en su razonamiento. Al no desarrollar ni explicar ni siquiera sugerir cuál es el fin que pretendidamente persiguen las cosas a las que se refiere ni indica cuáles son esas cosas, la dialéctica de Aquino queda vacía. 

Tampoco se ve cómo puede ser que cosas inanimadas reciban y cumplan órdenes procedentes de algo supuestamente invisible, indefinible e intangible. Aquino, que dice aplicar rigor y lógica a sus argumentos, se contradice y acepta lo mágico sin ningún reparo intelectual. 

En base a esto podemos afirmar que esta quinta vía es completamente inaceptable y que su retórica –que, por cierto, está mal construida–, se descalifica a sí misma. 

La afirmación de que cosas inanimadas pueden actuar, que actúan y que además lo hacen siempre o a menudo con intención se disuelve sola cuando se reflexiona sobre cuál puede ser la finalidad y el propósito de las olas, el viento, las mareas, la luna, Venus, Sirio, la Vía Láctea, los terremotos, los volcanes, los vendavales, la erosión debida al viento, a la lluvia, a las olas y a los ríos, la diferencia de salinidad en los distintos mares y lagos, los meteoritos, los eclipses, las estrellas y cometas, el plegamiento de la corteza terrestre hasta formar montañas, las cuevas, simas y cavidades naturales y las arenas de los mares y océanos, y eso por nombrar solamente algunas de las cosas que eran conocidas en tiempos de Aquino y pidiendo disculpas por nuestra retahíla. Por eso resulta indignante que Aquino pretenda que su deliberadamente ambigua e imprecisa generalización pase como demostración de algo. 

Si, además, mencionamos algunas cosas que en tiempos medievales no se conocían, como la deriva de los continentes, el desplazamiento del sol y el de las estrellas y galaxias de todo el universo conocido o las enormes cavidades de nuestro subsuelo llenas de petróleo crudo y gas, no parece factible que alguien pueda proponer seriamente que los “cuerpos naturales” actúen con un objetivo. Por cierto, en nuestro sistema solar todos los planetas giran, pero hay dos –Venus y Urano–que giran en sentido contrario al de los demás; sería muy interesante que alguien pudiera razonar si esa anomalía se debe a algún propósito, para qué son todos los astros esféricos y para qué giran. Y si nos preguntamos qué intención puede albergar el bacilo de Koch (que causa la tuberculosis), la poliomielitis infantil o la malaria, entre otras muchas desgracias de la Humanidad, tampoco se encuentra una respuesta aceptable. Sería ridículo preguntarse, por ejemplo, si la patata y el maíz albergaban alguna intención al no vivir en Europa ni en Asia durante millones de años. 

En otro lugar de la Summa Theologiae (I, C70, A1) Aquino sostiene que los astros, las aves, los peces y los animales de tierra fueron creados para ornamentación. Este increíble disparate no puede disculparse diciendo que es producto del pensamiento de los tiempos medievales, pues en la Edad Media había mucha ignorancia, cierto, pero también había mucho sentido común. Hubiera bastado con que Aquino reconociera que había cosas que no sabía o que no comprendía. Pero sus ideas preconcebidas no le permitían ver ni la evidencia más evidente. La insólita pretensión de que lo que nos rodea tiene una finalidad, y que ésta es servir de ornamentación, o sea, de adorno, equivale a renunciar al entendimiento, de modo y manera que queda explicado cómo y por qué procedimientos el teólogo da forma a sus ideas y se las concede a sí mismo como demostradas en un monólogo sin oposición. Después de comprender esto, cualquier argumento de Aquino ha de examinarse con mucho cuidado. 

El santo teólogo también comete lo que se llama una falacia por implicación recíproca: como algunas cosas parecen obedecer a una causa, le parece ver propósito en ellas, y entonces deduce que las cosas tienen un objetivo. Es decir, que lo primero implica lo segundo y lo segundo implica lo primero; se trata de un razonamiento a todas luces inválido. Y además comete el error de tomar el todo por las partes: como en su opinión las cosas aisladas tienen un propósito, el universo en su conjunto también lo tiene. 

Las cosas, por sí mismas, carecen de significado y propósito. Somos los humanos quienes, en nuestras limitaciones y supersticiones, atribuimos razones a la existencia de las cosas. 


Conclusión a la quinta vía 

Sufre muy graves errores de argumentación, que hacen que el supuesto razonamiento lógico quede dislocado. 

Aseverar que las cosas inanimadas actúan siguiendo un plan es un desatino gravísimo, sobre todo cuando ni siquiera se entra a desarrollar la hipótesis ni a dar detalles de ninguna clase. 

Pretender que el motivo de que las algunas cosas parezcan adaptarse a leyes objetivas es que seres sobrenaturales así lo decidieron es una falacia desmesurada, pues la suposición de entidades incorpóreas que habitan fuera de este mundo es una teoría fantástica que desborda los límites de nuestro conocimiento. No podemos inferir la existencia de lo sobrenatural con datos de este mundo, ya que no es posible que nuestra experiencia y nuestra observación nos informen sobre un supuesto mundo inalcanzable donde presuntamente estaría Dios. 

En efecto: hasta la actualidad nadie ha acreditado la existencia de los seres sobrenaturales benignos y malignos que las fes invocan desde hace siglos. 

Probablemente el mayor error de todas las vías se ha deslizado aquí muy sutilmente: Aquino trata de la supuesta finalidad de las cosas que, según él, obran intencionadamente como la flecha dirigida por el arquero; sin embargo no especifica cuál es la finalidad que persigue Dios. 

Si, como afirman las principales fes, se sabe que Dios decide la salvación o condenación de las almas, cabe razonablemente suponer que también se sabrá con qué finalidad lo hace. Pues sería muy decepcionante que quien asegure que la Creación y el proceso posterior están enfocados a dilucidar quién se salva y quién no, ignorase con qué objeto. 

La propia escritura que Aquino considera sagrada arranca con lo que a primera vista parece el principio (la creación del mundo), pero nunca explica lo que en realidad debería haber sido el principio: las razones que impulsaron a Dios a hacer lo que hizo. 



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http://ateus.org/wp-content/uploads/vias-aquino.txt

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"Ya vendrá el día en que el engendramiento de Jesús por el Supremo Hacedor como su padre, en el vientre de una virgen, será clasificado junto a la fábula de la generación de Minerva en el cerebro de Júpiter"

Thomas Jefferson 





La Summa Theologiae de Tomás de Aquino (Una visión Atea)

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La Summa Theologiae 


Para poner en su justo valor las alegadas pruebas de la existencia de Dios de que hemos tratado nos parece necesario explorar y estudiar el resto de la amplísima y agotadora Summa Theologicae, que las acompaña y da sentido. En su obra, Aquino construye muchos argumentos teológicos que, al ser imaginarios y no observables, ni él puede demostrar ni otros pueden rebatir; sin embargo en ocasiones utiliza en su dialéctica argumentaciones que no atañen a la teología en sí sino a hechos y circunstancias de la naturaleza real y tangible que nos rodea y que sí pueden ser observados, y en eso sí caben discusiones y opiniones ajenas, como las que nos permitiremos hacer. 

Aquino, en cuya época el conocimiento era muy rudimentario, consagró su vida entera al estudio de las escrituras sagradas y a la teología, y también a la filosofía y a la metafísica. No obstante no llevó a cabo ninguna experimentación, y sus observaciones y conclusiones de tipo científico o práctico son tan escasas y carentes de valor que decepcionan por su simpleza y superficialidad. 

Al citar Aquino a el Filósofo se refiere a Aristóteles, y con las abreviaturas Physic y Metaphys alude a obras de dicho filósofo griego. El teólogo también menciona en su Summa Theologiae a otros filósofos no cristianos tales como Platón (428-347 AC), Boecio (480-524) o Averroes (1126-1198), y asimismo a teólogos y místicos cristianos entre los cuales figuran Agustín de Hipona (354430), Dionisio Aeropagita (siglos V y VI) y Juan Damasceno (675-749). 

Cuando Aquino habla de la Doctrina Sagrada se refiere a textos cuyo autor es Dios, según establece (I, C1, A10), aunque no explica en qué se basa para emitir una afirmación tan extraordinaria. 

Dicho esto último resulta casi superfluo añadir que la Doctrina Sagrada es para Aquino absoluta, única, infalible e incontrovertible, y es lo que gobierna su pensamiento en todo momento. Por lo tanto, y sin conceder la más mínima explicación al hecho, descarta implícitamente otras Doctrinas que tienen la consideración de Sagradas para otras gentes. Y las Teologías de otras fes quedan asimismo fuera de lo que Aquino trata y considera. 

En la Summa Theologicae no se habla de lo que, para entendernos, llamaríamos ahora aritmética, botánica, geología, física, geometría, ciencias naturales o astronomía; mejor dicho, lo que se refiere a estas disciplinas es de una decepcionante simpleza; por ejemplo, la mano que mueve el bastón, el fuego que quema una madera, la luz que ilumina los campos, el arquero que dirige una flecha. 

La estructura de la Summa Theologiae debería haberse iniciado con una introducción o planteamiento para orientar al lector, y después, siendo lógica y cabal, debería haber comenzado intentando demostrar en el plano intelectual la existencia de Dios, ya fuese por medio con las antedichas cinco vías o como se prefiriese pues, como explicaremos más abajo, las vías posibles son muchas más que cinco. Se consiguiese o no probar por este método la existencia de Dios, debería recurrirse a continuación a probar la existencia de Dios por sus obras, o sea, por sus efectos, como el propio teólogo asegura que se puede hacer (I, C2, A2) aunque se abstiene de hacerlo. Por medio de este segundo procedimiento, que si estuviese bien detallado y acreditado sería difícilmente discutible, se podría observar cómo y en qué circunstancias actuaría Dios y si hubiera alguna religión, pueblo o nación por la que tuviera preferencia. Otras preguntas subsiguientes quizá también se podrían responder; por ejemplo, si se comunica Dios con la Humanidad o si hay una o más de una doctrinas sagradas. 

Para ayudar a la comprensión de lo que decimos nos hemos permitido seleccionar algunos pasajes de la Summa Theologicae, pues su extensión nos impide aportarlos todos. Sin embargo animamos a que se consulte en profundidad el texto original. 

Siguiendo un planteamiento ordenado y lógico, la obra de Santo Tomás debería empezar estableciendo si Dios existe o no. No obstante la primera cuestión que plantea es: 


¿Es o no necesario que, además de las materias filosóficas, haya otra doctrina? (I, C1, A1). 

A lo cual el teólogo se responde diciendo (por motivos de espacio reproducimos la integridad del texto principal, sin apéndices ni corolarios): 

Para la salvación humana fue necesario que, además de las materias filosóficas, cuyo campo analiza la razón humana, hubiera alguna ciencia cuyo criterio fuera la revelación divina. Y esto es así porque Dios, como fin al que se dirige el hombre, excede la comprensión a la que puede llegar sólo la razón. Dice Is 64,4: ¡Dios! Nadie ha visto lo que tienes preparado para los que te aman. Sólo Tú. El fin tiene que ser conocido por el hombre para que hacia Él pueda dirigir su pensar y su obrar. Por eso fue necesario que el hombre, para su salvación, conociera por revelación divina lo que no podía alcanzar por su exclusiva razón humana. Más aún. Lo que de Dios puede comprender la sola razón humana, también precisa la revelación divina, ya que, con sola la razón humana, la verdad de Dios sería conocida por pocos, después de muchos análisis y con resultados plagados de errores. Y, sin embargo, del exacto conocimiento de la verdad de Dios depende la total salvación del hombre, pues en Dios está la salvación. Así, pues, para que la salvación llegara a los hombres de forma más fácil y segura, fue necesario que los hombres fueran instruidos, acerca de lo divino, por revelación divina. Por todo ello se deduce la necesidad de que, además de las materias filosóficas, resultado de la razón, hubiera una doctrina sagrada, resultado de la revelación. 

Las primeras palabras Para la salvación humana […] equivalen por sí solas a una declaración de principios decisivos aunque sin acreditación alguna; estas cuatro palabras condensan una gran parte del credo de casi todas las fes. En este punto habría que preguntarse para qué es la salvación humana; hemos visto cómo en su quinta vía Aquino asegura que todo tiende a un propósito o finalidad; sin embargo se abstiene de analizar cuál es o puede ser la finalidad de la salvación humana. 

No parece que el santo opine que hay otras disciplinas que merezcan la pena y, como se ve, se contenta con la Doctrina Sagrada y la Filosofía, subordinando ésta a aquélla. Aunque Aquino está muy versado en filosofía lo que realmente gobierna su mente es la Doctrina Sagrada. Es conocido el dicho del santo teólogo: Temo al hombre de un solo libro; pero Aquino no se da cuenta de que, en realidad y a pesar de todo lo que ha leído, y como resulta patente por todo lo que sigue, el hombre de un solo libro, el dogmático, el que no puede discernir, el que ha perdido la capacidad de crítica, es… él mismo. 


Dios, ¿es o no es evidente por sí mismo? (I, C2, A1). 

Esta cuestión la resuelve el teólogo explicando que la proposición Dios existe es evidente por sí misma ya que en ella el sujeto y el predicado son lo mismo. 


La existencia de Dios, ¿es o no es demostrable? (I, C2, A2). 

Respuesta: Toda demostración es doble. Una, por la causa, que es absolutamente previa a cualquier cosa. Se la llama: a causa de. Otra, por el efecto, que es lo primero con lo que nos encontramos; pues el efecto se nos presenta como más evidente que la causa, y por el efecto llegamos a conocer la causa. Se la llama: porque. Por cualquier efecto puede ser demostrada su causa (siempre que los efectos de la causa se nos presenten como más evidentes): porque, como quiera que los efectos dependen de la causa, dado el efecto, necesariamente antes se ha dado la causa. De donde se deduce que la existencia de Dios, aun cuando en sí misma no se nos presenta como evidente, en cambio sí es demostrable por los efectos con que nos encontramos. 

No aclara a qué se refiere con los efectos con que nos encontramos ni, sorprendentemente, ni ahora ni más tarde entra a demostrar lo que dice que es demostrable por los efectos. Da la impresión de que Aquino deja que sea el propio lector quien se haga cargo de la demostración. Razón por la cual la afirmación de que la existencia de Dios es demostrable queda vacía y sin valor. 

No obstante debemos retener esta proposición porque nosotros también opinamos que la existencia de Dios sería eventualmente acreditable por medio de la presentación y análisis objetivos de sus obras, hechos y efectos. Desgraciadamente esto no consta ni por parte de Aquino ni de otros. Volveremos sobre esta importante cuestión en nuestras conclusiones finales. 


Dios ¿es o no infinito? (I, C5, A1). 

Todos los antiguos filósofos atribuyeron lo infinito al primer principio, como se dice en III Physic.4; esto es razonable si se considera que del primer principio emanan innumerables cosas. Pero, por equivocarse en la naturaleza del primer principio, es lógico que también se equivocaran acerca de su infinitud. Porque al atribuir materia al primer principio, consecuentemente atribuyeron al primer principio la infinitud material. Por eso decían que un cuerpo infinito era el primer principio de las cosas. Hay que tener presente que se llama infinito a aquello que no tiene limitación. En cierto modo la materia está delimitada por la forma, y la forma por la materia. Por una parte, la materia está delimitada por la forma, porque antes de recibir una sola forma que la determinara está en potencia para poder recibir muchas. Por su parte, la forma está delimitada por la materia porque, en cuanto forma, puede adaptarse a muchas cosas; pero al ser recibida en la materia se convierte en la forma concreta de esta materia determinada. La materia se perfecciona por la forma que la delimita; por eso la infinitud material que se le atribuye es imperfecta, pues acaba siendo casi una materia sin forma. La forma, en cambio, no sólo no se perfecciona por la materia, sino que ésta, la materia, delimita más bien su amplitud. Así, la infinitud de una forma no determinada por la materia contiene razón de lo perfecto. Lo sumamente formal de todo es el mismo ser, como quedó demostrado (q.4 a.1 a.3). Como quiera que el ser divino no es un ser contenido en algo, sino que subsiste en sí mismo, como también quedó demostrado (q.3 a.4), resulta evidente que el mismo Dios es infinito y perfecto. 

No creemos que haya nadie que pueda entender este delirio, donde se entremezcla lo imaginario con lo real hasta perder el norte. Incluso dudamos de que el propio Aquino fuese consciente de lo que decía. Por otra parte nótese cómo se concede a sí mismo que dos esotéricas afirmaciones precedentes han quedado demostradas. 



¿Es o no es correcto definir la eternidad como la posesión total, simultánea y completa de la vida interminable? (I, C10, A1). 

Solución. Hay que decir: 

1. Así como llegamos al conocimiento de lo simple partiendo de lo compuesto, así también llegamos al conocimiento de eternidad partiendo del tiempo, que no es más que el número de movimiento según el antes y el después. 

2. Como en todo movimiento hay sucesión, y una de sus partes viene después de la otra, contando el antes y el después del movimiento, conseguimos la noción de tiempo, que no es más que el número de lo anterior y de lo posterior en el movimiento. En cambio, en lo que carece de movimiento no es posible distinguir un antes y un después, ya que siempre está del mismo modo. Así, pues, como el concepto de tiempo consiste en la numeración de lo anterior y de lo posterior en el movimiento, así el concepto de eternidad consiste en la concepción de la uniformidad de lo que está absolutamente exento de movimiento. Además, se dice que son cronometrables aquellas cosas que en el tiempo tienen principio y fin, como consta en el IV Physic.

3. Esto es así porque en todo lo que se mueve hay algún principio y algún final; mientras que en lo completamente inmutable, como no hay sucesión, tampoco puede haber principio ni fin. Así, pues, entendemos la eternidad partiendo de dos aspectos. El primero, referido a lo que se da en la eternidad y que es interminable, esto es, carente de principio y de fin (a lo cual se refiere el término). El segundo, referido a la misma eternidad como carente de sucesión, esto es, siendo toda ella simultaneidad. 

Respuesta a las objeciones: 

1. A la primera hay que decir: Es costumbre definir lo simple por negación. Ejemplo: El punto es aquello que no tiene partes. Y esto es así no porque la negación sea esencial a lo simple, sino porque nuestro entendimiento, que primero comprehende lo compuesto, no puede llegar al conocimiento de lo simple más que siguiendo un proceso de eliminación de lo compuesto. 

2. A la segunda hay que decir: Lo que es verdaderamente eterno no sólo es ser, sino viviente; y el mismo vivir comprende en cierto modo la acción, no así el ser. De esta manera, la amplitud de la duración más bien parece que deba tomarse de la acción más que del ser. De ahí que el tiempo sea el número del movimiento. 

3. A la tercera hay que decir: La eternidad es llamada total no porque tenga partes, sino porque nada le falta. 

4. A la cuarta hay que decir: Así como a Dios, que es incorpóreo, en la Escritura se le aplican metafóricamente nombres de las cosas materiales, así a la eternidad, que es totalidad simultánea, se le aplican nombres de las realidades temporales sucesivas. 

5. A la quinta hay que decir: En el tiempo hay que considerar dos aspectos. Uno, el tiempo en sí mismo, que es sucesivo. Otro, el ahora del tiempo que es incompleto. A la eternidad se la llama totalidad simultánea para eliminar el tiempo; y completa para excluir el ahora del tiempo. 

6. A la sexta hay que decir: Lo que se posee, se tiene firmemente y seguro. Para designar la inmutabilidad e indefectibilidad de la eternidad, se usa la palabra posesión. 

Hemos citado con amplitud el texto, pues Aquino no está tratando de teología sino de una magnitud física que es el Tiempo. En su exposición entremezcla de tal modo lo real con lo surrealista e imaginario que no creemos que el lector se sienta ofendido si calificamos todo esto como una serie de disparates emitidos sin pudor intelectual; pues en este caso no tiene disculpa ni explicación el hecho de que este hombre viviese en la Edad Media. 

Añadamos que, en nuestros días, todavía no hemos podido entender qué es el tiempo; parece ser algo consustancial con la materia, algo que fluye de los átomos de la materia y que forma un conjunto con ella, de modo que lo más propio sería hablar del espacio-tiempo. Sabemos también que tanto la materia como el tiempo encogen con la velocidad (esto sólo es perceptible a velocidades muy altas), y que la materia vuelve a su dimensiones originales al cesar la velocidad, pero el tiempo no, lo cual es asombroso. Pero pasará mucho tiempo antes de que, en nuestra ignorancia y limitación, podamos adentrarnos en incógnitas como ésta y otras muchas. 


¿Hay o no hay diferencia entre tiempo y eternidad? (I, C10, A4). 

Solución. Hay que decir: Es evidente que el tiempo y la eternidad no son lo mismo. El fundamento de su diversidad consiste para algunos en que la eternidad no tiene ni principio ni fin, mientras que el tiempo sí tiene principio y fin. Pero es ésta una diferencia accidental, no esencial. Porque, aun considerando que el tiempo no hubiese tenido principio ni fuera a tener fin, como sostienen quienes tienen por eterno el movimiento del cielo, aún se mantendría la diferencia entre eternidad y tiempo, como dice Boecio en el libro De consolat., porque la eternidad es totalidad simultánea, cosa que no le corresponde al tiempo; puesto que la eternidad es la medida del existir permanente, mientras que el tiempo lo es del movimiento. Sin embargo, si la anterior diferencia la aplicamos a lo medido, pero no a las medidas, nos encontramos con otra fuerza argumental; pues con el tiempo se mide sólo lo que en el tiempo tiene principio y fin, como se dice en el IV Physic.20. De ahí que, si el movimiento del cielo durara siempre, el tiempo no se mediría por su duración total, pues lo infinito no es medible; pero sí podría medirse alguna rotación que en el tiempo tiene principio y fin. 

Sin embargo, puede haber otra razón argumental por parte de estas medidas, si se toma el fin y el principio en cuanto potencia. Porque, aun considerando que el tiempo siempre dure, sin embargo es posible señalar en el tiempo el principio y el fin siempre que tomemos alguna de sus partes, como, por ejemplo, decimos principio y fin del día o del año. Y esto no es aplicable a la eternidad. Sin embargo, estas diferencias presuponen lo que es la diferencia en sí misma, es decir, que la eternidad es totalidad simultánea y el tiempo no. 

Creemos que el lector puede extraer sus propias conclusiones. 


Sobre la diferencia entre evo y tiempo (I, C10, A5). 

El evo se diferencia del tiempo y de la eternidad como un medio entre ambos. Hay algunos que establecen la diferencia diciendo: la eternidad no tiene ni principio ni fin; el evo tiene principio, pero no fin; el tiempo tiene principio y fin. Pero se trata de una diferencia accidental, como quedó dicho (a.4). Porque si el evo fue y siempre será, según dicen algunos, o dejara de ser porque Dios puede determinarlo, aun así se distinguiría la perpetuidad del tiempo y de la eternidad. 

Otros sitúan la diferencia de estas tres cosas diciendo que la eternidad no tiene antes ni después; el tiempo tiene antes y después con novedad y antigüedad; el evo tiene antes y después sin novedad ni antigüedad. Pero esta distribución es contradictoria, resultando evidente si se le aplica la misma medida de la novedad y la antigüedad. Porque así como el antes y el después no son simultáneos, si el evo tiene antes y después es necesario que, concluida una parte del evo, sea sustituida por otra parte y, de este modo, se introduce la novedad en el evo como sucede en el tiempo. Si esta diferencia, en vez de aplicarla a la medida la aplicamos a lo medido, los inconvenientes permanecen. Pues si las cosas temporales envejecen con el tiempo, la razón está en que son mutables; y precisamente por la mutabilidad de lo medido hay antes y después en la medida. 

Esto se observa en el IV Physic.26. Por lo tanto, si el mismo evo no está sometido a la novedad o antigüedad, la razón se encontrará en el hecho de ser intransmutable; por eso en su medida no habrá antes y después. 

Consecuentemente, hay que decir: como quiera que la eternidad es la medida del ser permanente, cuanto más se aleja algo de lo permanente del ser, tanto más se aleja de la eternidad. Hay ciertas cosas que se alejan tanto de la permanencia del ser, que su ser está sometido al cambio, o es el mismo cambio. Por eso son medidos con el tiempo. Esto es lo propio de todo movimiento y también lo propio de todos los seres corruptibles. 

Por otra parte, hay seres que se alejan mucho menos de la permanencia en el ser, porque su ser no está sometido al cambio, ni es el mismo cambio; sin embargo, de algún modo tienen el cambio, bien en acto, bien en potencia. Esto es lo propio de los cuerpos celestes cuyo ser sustancial es intransmutable. Sin embargo, su ser intransmutable está sometido a la ocupación de un lugar. Algo parecido pasa con los ángeles, que tienen ser intransmutable sometido a la mutabilidad de la elección, algo propio de su naturaleza. Por eso, pueden cambiar con respecto a su elección, pensamiento, afecto y lugar. Y pueden ser medidos por el evo, que es el medio entre la eternidad y el tiempo. En cambio, el ser medido por la eternidad no es mutable ni está sometido a la mutabilidad. 

Así, pues, el tiempo tiene antes y después; el evo no tiene antes ni después, pero le son aplicables; la eternidad no tiene antes ni después ni le son aplicables. 

Debemos empezar confesando que no habíamos oído hablar del evo antes de leer la Summa Theologicae. Por otra parte hemos de renunciar a explicar nada de todo esto porque nos parecen estructuras imaginarias delirantes. Dudamos que haya alguien que pueda decir que lo entiende. 

Nótese el concepto de los cuerpos celestes cuyo ser es sustancial e intransmutable porque hemos hecho alusión a él en nuestro análisis de la quinta vía. 


La creación de las cosas ¿fue o no fue al principio del tiempo? (I, C46, A3). 

El texto de Gen 1: Al principio creó Dios el cielo y la tierra, hay que 
exponerlo de tres modos a fin de excluir tres errores. Pues algunos sostuvieron que el mundo existió siempre y que el tiempo no tuvo principio. Para rechazar esto se dice: Al principio, esto es, del tiempo. Otros sostuvieron dos principios de creación, uno para las cosas buenas, otro para las malas. Para rechazar esto, se dice: Al principio, esto es, en el Hijo. Pues así como el ser principio efectivo se apropia al Padre por el poder, así también el principio ejemplar se apropia al Hijo por la sabiduría. Tal como se dice en el Sal 103,24: Todo lo hiciste en sabiduría. Y así se comprende que Dios ha hecho todas las cosas en el principio, es decir, en el Hijo, siguiendo aquello del Apóstol en Col 1,16: En El mismo, esto es, en el Hijo, fueron creadas todas las cosas. Otros sostuvieron que las cosas corporales fueron creadas por Dios a través de criaturas espirituales. Para rechazar esto, se dice: En el principio creó Dios el cielo y la tierra, esto es, antes de cualquier cosa. Se dice que son cuatro las cosas creadas por Dios simultáneamente: El cielo empíreo, la materia corporal (conocida con el nombre de tierra), el tiempo y la naturaleza angélica. 

Si se lee con atención esta proposición se observa que Aquino no puede saber, de ninguna manera, lo que está diciendo. Hay pasajes que causan estupor cuando se piensa que el autor cree de veras lo que afirma a pesar de que no se puede entender ni asimilar, ni razonablemente ni de otra manera. Elucubraciones de esta clase no se basan en nada razonado ni juicioso sino que son las fantasías de una mente alienada. Aquino –al igual que cualquier otro– puede construir todas las estructuras imaginarias que desee o produzca su mente, pues si fuesen falsas nadie puede rebatirlas. 

Por otra parte no es cierto lo que afirma Santo Tomás en relación con la escritura sagrada; no hace falta ser teólogo para leer el Génesis y comprobarlo. Aquino afirma que Dios creó el tiempo a la vez que la naturaleza angélica, el cielo empíreo y la materia corporal (o tierra). Pero las escrituras sagradas no dicen eso en ninguna parte, ni directa ni indirectamente. 

Aquino parece haberse dado cuenta de que el tiempo también debería haber sido creado, y especula sobre ello imaginando cuándo se creó el Tiempo y las restantes cosas citadas. Pero al hacerlo reconoce implícitamente que las escrituras tienen lagunas. Aclaremos, por otra parte, que el cielo empíreo parece ser un cielo que tiene el resplandor de la gloria divina, resplandor que supuestamente no guarda parecido con la claridad natural. 

Sin embargo la explicación más sencilla y evidente de las lagunas que hay en las citadas escrituras denominadas sagradas es que quien las redactó ignoraba muchas cosas. No se dio cuenta de que una cosa tan obvia y habitual como el Tiempo también había que crearlo; o quizá sí lo pensó, pero es que explicar que antes de la Creación no existía el Tiempo quizá hubiera sido más incómodo y peor que dejar pasar el hecho sin mencionarlo, como suele ocurrir en los relatos fabulados. El autor de la escritura tampoco habló de la creación de la vida microbiana, la gravitación universal, la energía, las galaxias lejanas y muchas otras cosas, pero la explicación de esta omisión es de nuevo bien fácil: no sabía que existían. Estas omisiones evidencian que no es un texto de autoría sobrenatural. 

El comienzo de las escrituras sagradas tiene, además, un fallo estrepitoso que solamente pasa desapercibido cuando la historia se conoce y se asume desde la niñez: la narrativa carece de Introducción o Planteamiento, que es, como es sabido, la sección donde el narrador presenta a los personajes y sitúa los hechos en el tiempo y en el espacio. Al no haber introducción ni planteamiento no se dice ni se permite conocer la razón por la que Dios decidió crear el mundo y sus habitantes. Y esto es una cuestión de importancia capital que ningún teólogo puede ni osa responder. Todo apunta a que Aquino, al reverenciar la escritura sagrada, era incapaz de realizar una lectura crítica de la misma. 

De lo que se describe en la escritura parece desprenderse que antes de iniciar la Creación Dios estaba en un supuesto lugar donde no existía la luz ni el calor ni el movimiento (ya hemos indicado que luz, calor y movimiento son en realidad lo mismo: energía) ni el tiempo ni el espacio ni la materia ni tampoco el universo, si es posible concebir algo así. 





Sobre la sustancia de los ángeles (I, C50, A1). 

Es necesario admitir la existencia de algunas criaturas incorpóreas. Lo que sobre todo se propone Dios en las criaturas es el bien, que consiste en parecerse a Dios. Pero la perfecta semejanza del efecto con la causa es tal cuando el efecto la imita en aquello por lo que la causa produce su efecto, como el calor produce lo caliente. Pero Dios produce a la criatura por su entendimiento y su voluntad, como quedó demostrado anteriormente (q.14 a.8; q.19 a.4). Por lo tanto, para la perfección del universo se requiere que haya algunas criaturas intelectuales. Pero entender no puede ser acto del cuerpo ni de ninguna facultad corpórea, porque todo el cuerpo está sometido al aquí y al ahora. Por lo tanto, para que el universo sea perfecto, es necesario que exista alguna criatura incorpórea. Los antiguos, que ignoraban la existencia de la capacidad intelectual y que no distinguían entre el entendimiento y el sentido, estimaron que en el mundo no existe más que lo que es percibido por el sentido y por la imaginación. Y como en el campo de la imaginación no cabe más que el cuerpo, estimaron que no había más ser que el cuerpo, como dice el Filósofo en IV Physic. De aquí surgió el error de los saduceos, quienes decían que no había espíritu (Hch 23,8). Pero sólo por el hecho de que el entendimiento es superior al sentido, se demuestra razonablemente la existencia de algunas realidades incorpóreas, comprehensibles sólo por el entendimiento. 

Leído esto debemos insistir en que este hombre no sabe lo que está diciendo. Y, si somos realistas, hay que añadir que probablemente estamos ante un caso de obsesión patológica que hubiera necesitado ayuda de tipo psicológico o psiquiátrico. 

De todas formas adjudica gratuitamente rango de demostración a dos exposiciones suyas anteriores. 


En los ángeles, ¿hay o no hay conocimiento matutino y vespertino? (I, C58, A6). 

Lo que se dice del conocimiento matutino y vespertino de los ángeles, fue introducido por Agustín 33, quien opina que por los seis días que, según leemos en Gen 1, Dios hizo todas las cosas, se entiende no los días corrientes debidos al movimiento circular del sol, hecho en el cuarto día; sino un solo día, que es el conocimiento angélico, puesto en presencia de los seis géneros de cosas. Pero así como en el día corriente la mañana es principio del día y la tarde su término, así también el conocimiento del ser primordial de las cosas, el que tienen en la Palabra, se llama conocimiento matutino; y el conocimiento del ser de la criatura en cuanto que existe en su propia naturaleza, se llama vespertino. Hay que tener presente que el ser de las cosas emana de la Palabra como de su primordial fuente, y este caudal termina en el ser que tienen las cosas en su naturaleza propia. 

El lector puede sacar sus propias conclusiones. 


Al producir las primeras cosas ¿debió o no debió ser hecha la mujer? (I, C92, A1). 

Pregunta inadmisible, hecha desde un plano de superioridad; es ofensiva y habla por sí misma de quien la formula. Alguien que busca la Verdad debería haber tenido la humildad y la coherencia de preguntarse si lo que debió o no debió ser hecho fue el hombre. La respuesta que se pueda dar a esta pregunta no tiene interés pues tanto la una como la otra son meros desvaríos de la mente del teólogo. 


La mujer ¿debió o no debió ser hecha del hombre? (I, C92, A2). 

Fue conveniente que en la primera institución de las cosas, la mujer, a diferencia de los demás animales, fuera formada del hombre. 1) En primer lugar, para dar así mayor dignidad al primer hombre, el cual, siendo imagen de Dios, él mismo fuera el principio de toda su especie, como Dios es principio de todo el universo. Por eso, Pablo en Act 17,26 dice: De uno hizo Dios todo el género humano. 

Indignante e intelectualmente mezquino. Lleva implícito que Dios es varón. Este concepto se refuerza en la doctrina sagrada al narrar que Dios dejó embarazada a una mujer y que Dios Hijo era varón. 


La mujer ¿debió o no debió ser formada a partir de la costilla del hombre? (I, C92, A3). 

Fue conveniente que la mujer fuera formada de la costilla del varón. Primero, para dar a entender que entre ambos debe haber una unión social. Pues la mujer no debe dominar al varón (1 Tim 2,12); por lo cual no fue formada de la cabeza. Tampoco debe el varón despreciarla como si le estuviera sometida servilmente; por eso no fue formada de los pies. En segundo lugar, por razón sacramental. Pues del costado de Cristo muerto en la cruz brotaron los sacramentos, esto es, la sangre y el agua, por los que la Iglesia fue instituida. 

Pedimos disculpas por el juego de palabras que vamos a emplear, pero es que esto es, simplemente, un desvarío que no tiene ni pies ni cabeza. 


La imagen de Dios, ¿se encuentra o no se encuentra en cualquier hombre? (I, C93, A4). 

Respuesta a las objeciones; 1. A la primera hay que decir: Tanto en el hombre como en la mujer se encuentra la imagen de Dios en lo esencial, esto es, en cuanto a la naturaleza intelectual. Por eso en Gén 1,27, después de decir del hombre que Dios lo creó a su imagen, añade: Los creó macho y hembra. Y dice en plural Los, según Agustín, para evitar el que se entienda que ambos sexos se daban en un solo individuo. Sin embargo, en cuanto a algo secundario se encuentra la imagen de Dios en el hombre y no en la mujer. El hombre es principio y fin de la mujer, como Dios es principio y fin de toda criatura. Por eso el Apóstol, después de haber dicho que el varón es imagen y gloria de Dios, muestra por qué lo dijo, añadiendo (v.8-9): Pues no procede el varón de la mujer, sino la mujer del varón, y no fue creado el varón para la mujer, sino la mujer para el varón. 

Hay que preguntarse cómo es posible que la mente de un teólogo albergue hasta este punto el error y la inequidad. Y no se puede intentar mitigar la mezquindad de las conclusiones de Aquino diciendo que eran fruto de su tiempo, pues se afirma categóricamente que las Escrituras Sagradas son palabra de Dios y que eso constituye la Verdad inalterable. 


El Paraíso ¿es o no es un lugar corpóreo? (I, C102, A1). 

Escribe Agustín en XIII De Civ. Dei: Las cosas que pueden ayudar a un conocimiento espiritual del Paraíso, sean bienvenidas, pero siempre que creamos que es cierta aquella historia que nos cuenta fielmente lo que pasó en realidad. Lo que la Escritura cuenta del Paraíso, lo hace como narración histórica. Aquellas cosas que la Escritura nos transmite de esta forma, hay que admitir un fundamento histórico real, al que se le pueden añadir comentarios espirituales. Por lo tanto, el Paraíso, tal como escribe Isidoro en el libro Etymol., es un lugar situado en las regiones del Oriente y cuya palabra griega equivale en latín a Huerto. Correctamente es colocado en el oriente, ya que hay que asignarle el lugar más digno de la tierra. Pues, según el Filósofo en II De Caelo, el oriente está a la derecha del cielo, y la derecha tiene más dignidad que la izquierda. Por lo tanto, fue conveniente que el Paraíso terrenal fuera situado por Dios en oriente. 

Como se puede ver claramente, se trata de una persona obsesionada por construir estructuras mentales a las que dedicó su vida entera, quizá incluso en sueños. Sería fácil ensañarse con el argumento de que el oriente está a la derecha del cielo y de que la derecha tiene más dignidad que la izquierda. A nosotros, sin embargo, todo esto nos causa estupor y lástima. 


¿Los niños que habían muerto con el pecado original fueron liberados por el descenso de Cristo? (III, C52, A7). 

Como antes se ha expuesto (a.6), el descenso de Cristo a los infiernos sólo tuvo efecto en aquellos que, por la fe y la caridad, estaban unidos a la pasión de Cristo, por cuya virtud tenía poder liberador el descenso de Cristo a los infiernos. Pero los niños que habían muerto con el pecado original, en ningún modo habían contactado con la pasión de Cristo mediante la fe y la caridad, pues ni habían podido tener fe propia, al carecer del uso del libre albedrío, ni habían sido purificados del pecado original mediante la fe de los padres o por medio de algún sacramento de la fe. Y, por este motivo, el descenso de Cristo a los infiernos no libró de los mismos a estos niños. 

Y además, los santos Padres fueron librados del infierno porque fueron admitidos a la gloria de la visión de Dios, a la que nadie puede llegar sino por medio de la gracia, según aquellas palabras de Rom 6,23: Gracia de Dios (es) la vida eterna. Por consiguiente, al no haber tenido la gracia los niños muertos con el pecado original, no fueron librados del infierno. 

Esta es una de las afirmaciones que ponen en entredicho la sensatez del santo, pues en buena lógica no hay forma de que ni él ni nadie pueda llegar a saber esto que dice, dejando aparte que condenar eternamente a los muchos millones de niños que han muerto y siguen muriendo al poco de haber nacido es una monstruosa injusticia que descalifica la bondad y misericordia infinita que se dice confluyen en Dios. Nosotros no somos teólogos pero negamos radicalmente que un ser cuya bondad y nobleza sean máximas (como asegura Aquino en su cuarta vía) pueda comportarse como el santo italiano describe. Además, carece de sentido: es como si Dios condenara al infierno a los animales. 

El texto explica varias veces que al Infierno se desciende, favoreciendo la concepción fabulada de que es subterráneo, de la misma forma que el Cielo está en las alturas. 


Junto a las cuestiones como las que hemos citado hay preguntas cuya sola construcción es tan absurda que disuade de interesarse por lo que se pueda responder a ellas. Hemos seleccionado los ejemplos siguientes, pero en la Summa Theologiae hay muchas más elucubraciones de tipo esotérico como estas: 


El bien y el ser ¿se distinguen o no se distinguen realmente? (I, C5, A1). 

¿Hay o no hay un solo evo? (I, C10, A6). 

Dios ¿conoce o no conoce lo inexistente? (I, C14, A9). 

Persona ¿es o no es lo mismo que hipóstasis, subsistencia y esencia? (I, C29, A2). 

Al Hijo ¿le corresponde o no le corresponde ser enviado invisiblemente? (I, C43, A5). 


Conclusiones finales 

La redacción general de las vías presenta algunas particularidades que merecen ser destacadas: 

a) 
Todas ellas carecen de un mínimo desarrollo y se despachan en solamente unas pocas líneas. Las anunciadas pruebas de la existencia de Dios resultan ser un asunto breve y superficial. 

Sin embargo, intentar demostrar la existencia de Dios parece ser una 
empresa que exige –y merece– un análisis profundo, probablemente algo de la extensión de un libro. Aunque hay que añadir inmediatamente que no se sabe cuánto espacio puede hacer falta para demostrar que haya un Dios porque nadie, ni antes ni después de Aquino, ha conseguido hacerlo; y tampoco se ha podido acreditar la existencia de entes sobrenaturales en general, tales como ángeles, ninfas, demonios, almas, reencarnaciones, apariciones, resucitados o espíritus; ni se ha logrado tener evidencia de lugares sobrenaturales como paraísos, cielos, infiernos, purgatorios o limbos, en sus diversas concepciones. 

b) 
Se presentan como axiomas determinadas aseveraciones que están muy lejos de merecer esa consideración o que son rotundamente falsas; uno de los ejemplos más palpables lo constituye el comienzo de la quinta vía, de la que ya hemos hablado. 

Aquino da asimismo por demostradas numerosas afirmaciones arbitrarias que no han pasado ningún contraste ni discusión, y a continuación se basa en ellas para construir posteriores argumentaciones. Uno de estos casos está en la tercera vía, donde aplica un argumento que pretende haber probado en la segunda cuando solamente la ha enunciado. 

c) 
Se da por descontado, pero sin intentar demostrarlo, que Dios es el del catolicismo; no toma en consideración que en el mundo hay muchos Dioses y Diosas cuya concepción oscila notablemente según las épocas y las zonas geográficas. 

Debe por tanto recordarse que cuando Aquino habla de la existencia de Dios se refiere al de su propia convicción. 

d) 
Al pretender haber demostrado la existencia de Dios, el santo teólogo deja que se entienda que además ha demostrado que ese Dios goza de las cualidades que define en otra parte de su obra. 

e) 
El discurso de Santo Tomás adolece de un planteamiento generalmente erróneo por acogerse a falacias y deformaciones interesadas. Ya hemos señalado, entre otras, las falacias petitio principii y non sequitur. 

De todas formas no es necesario haber estudiado filosofía ni soltar latinajos para comprender que el razonamiento de Santo Tomás es burdo, arbitrario, inconsecuente y de muy baja calidad retórica. 

f) 
Las vías no están presentadas en un orden lógico pues la cuarta (los grados de virtud) y la quinta (el gobierno del mundo) deberían figurar al principio porque pueden proporcionan un argumento introductorio para las otras. Probablemente el escolástico fue consciente de este hecho, pues es fácil de ver, pero lo eludió porque ello hubiera perjudicado su retórica. Por ejemplo, al colocar en primer lugar las vías cuarta y quinta se estaría invitando a aplicar el razonamiento de que todos los movimientos están originados por un movimiento máximo, o a preguntarse cuál es el propósito del movimiento, del calor, de la sucesión de causas y efectos o de la existencia. 

El teólogo italiano fracasa rotundamente en su intento de probar lo que anuncia. E idéntico resultado conseguiría quien lo intentase a través de las muchas otras vías que se pueden recorrer, tales como: 

La energía, el diseño de los animales vivientes y los fósiles, los vegetales actuales y los fósiles, la eventual finalidad del universo, las constantes físicas, la termodinámica, el tamaño de los átomos (deliberación similar al retroceso o descenso infinito) y el de las galaxias (reflexión semejante al avance o ascenso sin fin). 

Las matemáticas y la geometría brindan un pozo sin fondo: los números Pi y e, de infinitos decimales al igual que la divina proporción, el triángulo rectángulo –que ya los egipcios de hace 46 siglos consideraban sagrado– y muchas maravillas más. La circunferencia, la esfera y la elipse son deliciosos ejemplos de sencillez y perfección. 

El Tiempo es indudablemente lo que da más juego filosófico. Pues no alcanzamos a comprender qué es ni por qué existe, y ni siquiera lo podemos definir; tampoco sabemos si se mueve o si está quieto. 

Está bien claro que si alguna –aunque fuese solamente una– de las cinco vías de Santo Tomás fuese correcta e irrefutable no haría falta debatir más. Y ello tendría una importancia crucial pues quedaría probado, definitiva y públicamente, que hay un Dios. También debe tenerse presente que si algún argumento de Aquino hubiera logrado demostrar la existencia de algún ser supremo habría sido inmediatamente recogido por las diversas fes para afianzar sus respectivos credos. Sin embargo los alegatos del santo escolástico no han cambiado nada en el mundo de la religión porque su pretendida demostración es falsa e intrascendente. Y resulta significativo que en los ocho siglos transcurridos desde que Aquino redactó sus cinco vías ningún otro doctor de la Iglesia las haya afinado, ampliado o corroborado. 

La existencia de un ser supremo es algo que no ha admitido, al menos hasta la actualidad, demostración por medio de la deducción intelectual o lógica. A este respecto las diferentes fes permanecen en las mismas condiciones de siglos pasados y además completamente empatadas entre ellas, pues ninguna ha conseguido averiguar si está más acertada que las demás. 




Con arreglo a todo lo que hemos dicho podemos sintetizar el siguiente análisis del conjunto de la pretendida prueba de Santo Tomás: 

Acerca de las tres primeras vías 

En ellas se comienza usando la razón y se concluye aplicando creencias. Se analiza hacia el pasado pero no hacia el futuro. 

El argumento básico empleado consiste en el muy manoseado de afirmar que es imposible que los seres, el movimiento, las causas, la materia o lo que fuese se haya creado de la nada. Esta proposición parece irrefutable pero es una vulgar falacia, pues si Santo Tomás empezara afirmando que es imposible que los espíritus se hayan creado de la nada lograría una proposición también irrefutable. 

Sin embargo el santo italiano solamente razona que, como los seres y la materia no se pueden crear solos, forzosamente algo o alguien los ha tenido crear. Y cuando nos planteamos cuál puede ser el origen de ese algo o alguien que ha creado todo lo demás, entonces, sorprendentemente, se utiliza el argumento que antes se ha rechazado y se afirma que, en realidad, sí que hay algo que no necesita de nadie que lo haya creado, omitiendo de paso que pudiera haber incógnitas o factores desconocidos. Esta cabriola intelectual, equivalente a afirmar que el creador se ha creado a sí mismo o entelequia similar, es absolutamente inaceptable en un método racional y no puede tener cabida en un planteamiento que intenta ser lógico. 

La retórica es de baja calidad y solamente puede causar efecto en quienes están convencidos de antemano o carecen de iniciativa crítica. 

Acerca de las vías cuarta y quinta 

Son claramente defectuosas e indignas de un intelecto que se pretende lúcido y brillante. Para juzgarlas no hace falta mucha preparación pues basta con el buen sentido. 

Es probable que el mayor error en la concepción de Aquino se haya deslizado en la quinta vía; pues habla de una finalidad o propósito final pero no menciona cuál es. Desde el punto de vista filosófico es indispensable deducir qué finalidad y sentido tienen la pretendida salvación o condenación de las almas de la Humanidad. 

De otro lado se aprecia con claridad que la Summa Theologiae no está concebida para la búsqueda objetiva de la Verdad sino que, dando por hecho que ya la posee, dirige la argumentación de modo que encaje con determinadas creencias. Lo que Aquino expone no genera ningún reparo ni crítica solamente cuando se dirige a una audiencia convencida de antemano y que no tiene problemas en aceptar y aplaudir “demostraciones” de este tipo. Parece oportuno citar aquí una frase de Einstein: La fe insensata es el peor enemigo de la verdad. 


Cómo demostrar la eventual existencia de Dios 

La cuestión de fondo reside en que los humanos somos escépticos respecto a cuestiones materiales pero no tenemos ninguna dificultad en aceptar lo mágico. De hecho, lo mágico es una necesidad psicológica y un modo de cohesión social; ambos son, probablemente, resultado de la evolución. 

Por eso se puede entender y aceptar que Dios exista como sentimiento o sensación subjetiva de la gente. Naturalmente, los sentimientos no pueden ser tratados como si fuesen teoremas de matemáticas o de geometría ni son susceptibles de prueba objetiva, de modo que la presunta existencia de Dios y de los hechos sobrenaturales que le acompañan queda limitada al ámbito del sentimiento, sea personal o colectivo. Los creyentes de las distintas fes dicen a menudo sentir en su interior a Dios, pero esto no puede pasar de ser un sentimiento subjetivo que no es prueba de nada ni está revestido de una importancia decisiva en este sentido, pues como es bien conocido los creyentes de una religión no sienten al Dios de otra. 


Si la existencia de Dios fuese real y objetiva habría varias maneras de poder averiguarlo y probarlo. Nosotros pensamos en las siguientes: 

a) 
Deducción intelectual. 
Nos referimos al procedimiento empleado por Tomás de Aquino, siempre que se suprimiese lo que sobra, se añadiese lo que falta y se corrigiese lo que está mal. Aunque en nuestra opinión este método sería finalmente infructuoso. 

b) 
Resultados de milagros, apariciones y revelaciones. 
Este apartado proporcionaría evidencias bien palpables si pudiesen verificarse objetivamente los presuntos hechos sobrenaturales. Esta verificación debería iniciarse con la constitución de una comisión investigadora mixta, cosa de dudoso éxito porque previsiblemente las religiones no se pondrían de acuerdo entre sí. Hasta ahora las fes sólo reconocen las revelaciones y hechos sobrenaturales que encajen en su propio credo. 

c) 
Interrogatorio al demonio. 
Se alega que cuando Satanás posee a una persona se resiste tenaz y ferozmente a abandonarla, por lo cual un exorcista tiene, supuestamente, incontables ocasiones para interrogar, discutir o pelear verbalmente con el diablo. Si esto se pudiera contrastar de una manera objetiva e imparcial, Satanás revelaría informaciones de suma importancia, empezando por cuál es el Dios verdadero. 

En Internet puede consultarse el texto completo de la obra Summa Daemoniaca –cuya semejanza con la Summa Theologiae es notable–, del sacerdote católico y exorcista José Antonio Fortea. En este Compendio de Demonología el autor aporta una serie de pintorescas e inauditas noticias que dice proceden de los muchos demonios con los que afirma haber tenido que lidiar en el curso de sus exorcismos. En otras religiones ha de suceder, presumiblemente, algo parecido. 

Este tipo de prueba solamente podría ser contrastada por una comisión o tribula investigador neutral y de la máxima seriedad y solvencia. 

d) 
Recopilación de obras y efectos. 
Nos parece el procedimiento más sólido y fiable y, sin duda, el mejor, pues sería fácilmente asequible a toda la Humanidad. La Historia mundial en los últimos 40 ó 50 siglos permite disponer de innumerables hechos contrastados, unas veces venturosos y otras trágicos, cuyo análisis acreditaría una eventual intervención divina; pues según aseguran las fes más importantes, los Dioses intercomunican con la Humanidad e intervienen constantemente en nuestras vidas, hasta el extremo de haber tenido hijos con nosotros. 

El estudio de esta recopilación de hechos de la que hablamos permitiría no solamente deducir de una manera fehaciente si existe una fuerza sobrenatural suprema, sino además adverar otras informaciones de extrema importancia, tales como distinguir cuál de los Dioses es el verdadero, cómo y en qué condiciones actúa o si hay algún pueblo por el que tiene predilección. 

Hasta ahora nadie ha presentado una recopilación de hechos y obras como la que decimos. Esta ausencia resulta muy significativa. 

Posiblemente nunca se llegue a saber con certeza si Dios existe o no, pero todos los indicios apuntan a que la razón está del lado de quienes consideran que lo sobrenatural es algo solamente imaginario.



Fuente:
http://ateus.org/wp-content/uploads/vias-aquino.txt

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"Ya vendrá el día en que el engendramiento de Jesús por el Supremo Hacedor como su padre, en el vientre de una virgen, será clasificado junto a la fábula de la generación de Minerva en el cerebro de Júpiter"

Thomas Jefferson 





El Cine de propaganda cristiana (Colaboración)

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Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

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El Cine de propaganda cristiana



Aclaraciones: Primero que nada un par de Aclaraciones antes de empezar con esta pequeña crítica:

•Desde la (aún controvertida) aparición del Cine a finales del siglo XIX, todos los -ismos, han utilizado la naturaleza intrínseca del arte cinematográfico (imágenes en movimiento y sonido) con motivo de exponer, vender y extenderse.

•A lo que hoy en día nos referimos como cine de propaganda cristiana, es realmente un subgénero dentro de las películas con temática cristiana, surgido a principios de los 2000 en Estados Unidos (cuya naturaleza es de carácter evangelizador protestante).

• Películas como "corazón ardiente" (documental de las apariciones del sagrado corazón de Jesús), y "San Ignacio de Loyola" entre miles más, pertenecen a la categoría de propaganda católica, otro subgénero dentro del universo de películas de temática cristiana

•Clásicos como "Los 10 mandamientos" y la genial "Ben-Hur" (por cierto escrita por un ateo), son épicas, no propaganda "la pasión de Juana de Arco" o "Jesús de Nazaret" la miniserie anglo-italiana con Robert Powell (el mejor Jesús hasta la fecha) son dramas y/o recreaciones con temática cristiana y tampoco entran en la categoría de propaganda.

•Esta crítica de interpretación personal no pretende demostrar la inexistencia de Dios, ni pretende encasillar a los creyentes ni nada por el estilo.

•Solo pretendo mostrar lo lejos que puede ir un adoctrinamiento, e intentar enseñarle a alguien (que quiera aprender) como reconocer y entender como funciona la propaganda cristiana.


Dichas las aclaraciones vamos al tema:

En 1910, el reverendo Herbert Jump publicó un tratado llamado «Las posibilidades religiosas de las películas» donde resumió el potencial misionero del Cine en la cruzada cristiana. Pero no fue sino hasta casi 97 años después en 2003 cuando Alex Kendrick (pastor en Sherwood, Georgia) recolectó (según la leyenda) 20000 dólares en donaciones e hizo "Flywheel", una película Amateur, técnicamente pésima, y llena de errores (el mismo Alex la escribió, dirigió y protagonizó).



Pero que pese a todo ello, este filme ganó un espacio en la historia cinematográfica, ya que por primera vez una película fue hecha con el propósito directo de ser evangelizadora, en donde el protagonista se arrepentía y descubría la fe cristiana. De forma directa, descarada y sin tapujos.

Esta película vendió 500.000 copias (De hecho yo tengo una) y permitió la fundación de la productora cristiana Sherwood Pictures, y así de fácil empezaron ha hacer películas, dato curioso Sherwood Pictures es la empresa de cine independiente más exitosa del siglo XXI, más que miramax, más que searchline.

La forma en que Sherwood pictures trabajaba era distribuyendo las películas a los feligreses directamente en las iglesias sin el uso de una distribuidora independiente al estudio (y como otro dato curioso, esto es un delito, ya que la exclusividad distributiva de un estudio es una práctica monopolista y por ende ilegal).

Económicamente hablando su éxito no pasó desapercibido, y solo por señalar algunos: "Desafío a los gigantes" ganó 1 millón y costó 100.000 dólares, "prueba de fuego"  ganó 33 millones de dólares  y costó medio millón, "La fuerza del honor" ganó 17 millones y costó apenas 2 millones. "Un lugar donde rezar" ganó 73 millones de dólares y costó 3 millones.

Una vez estás cifras salieron a la luz pública a mediados de los 2000 Hollywood (quien inicialmente se dedicó a ignorar y/o ridiculizar estas producciones) empezó a cambiar de parecer, Paralelamente otros grupos de cineastas cristianos empezaron a aparecer en en Norteamérica como hongos después de la lluvia.

Aproximadamente a finales de los 2000 (algunos de) Los estudios de Hollywood y (casi todos) los nuevos estudios cristianos iniciaron un matrimonio por conveniencia, Sony pictures ha sido una de las excepciones pues de hecho ha fundado una subdivisión dedicada exclusivamente a producir películas cristianas.

En este heterogéneo matrimonio por conveniencia Hollywood ponía actores de renombre, equipos, medios profesionales, técnicos, etc, y las productoras cristianas ponían historias acurrucadoras y un público leal religioso, que según Los Ángeles Times: "es aproximadamente un 17% de la población estadounidense que busca ver películas cristianas que apoyen sus creencias".




El resultado fue la aparición de dos tipos de metrajes:

El primer tipo y más obvio fue la aparición del género propagandístico tal como lo conocemos hoy en día, películas clase B, baratas, con historias sosas, formuladas y predecibles, pero técnicamente bien hechas, y distribuidas Direct-to-video, P2P, en plataformas digitales, raras veces en cines, y/o vendidas en las entradas de las Iglesias, dirigidas al público masivo sencillo, como la ridícula y universalmente despreciada "God is not dead" o la igualmente ridícula pero no tan despreciada "Faith like potatoes".

El segundo tipo de metraje que surgió no es propaganda como tal, si no más bien una sutil y perturbadora introducción de «mensajes» crudos, cortos y directos en películas no cristianas, pero coproducidas por productoras cristianas:

Cómo en "El conjuro" (2013) co-producida entre Warner Brothers y otros (entre los que se encuentra una productora cristiana), habla sobre un exorcismo «basado en hechos reales», en donde a través del filme se pueden apreciar claras perlas de sabiduría religiosa, siendo la guinda del pastel el final donde él narrador suelta una frase nada sutil:

"Las fuerzas diabólicas son formidables, éstas fuerzas son eternas y actualmente existen. El cuento de hadas es real. El Diablo existe, Dios existe. Y para nosotros como personas nuestro destino depende de cuál decidimos seguir."


La segunda parte "El conjuro 2", fue reseñada según uno de sus productores (el cual también es editor de un periódico Cristiano) así: "Película de horror contada a través de los ojos de los creyentes, cuya herramienta más poderosa es la fe en Dios, para que los no creyentes viajen con nosotros y obtengan la fuerza que necesitan".

(Casi) Todas las películas del primer tipo -El Propagandístico- comparten una historia más o menos repetida con un individuo que es retado por circunstancias de la vida, y en el momento más profundo de su miseria ocurre un milagro que hace que nazca de nuevo en Cristo adoptando la nueva fe.

Muchos de los temas vendidos en estas películas son: los valores domésticos, la familia tradicional, la aceptación de los milagros, el valor de la fe, del nacionalismo, la inerrancia de la Biblia, el desdén contra la ciencia, la sociedad secular, el liberalismo, la evolución, las madres solteras, el cambio climático, el aborto, la comunidad LGBT, los ateos, el ecumenismo, el budismo, el catolicismo, la izquierda. (Aunque no he visto ninguna anti islámica o anti judía aún).

Casi todo personaje cristiano (protestante por supuesto) es presentado como sabio, bueno, amable, simpático, y los personajes no cristianos son presentado como amargados, enfermizos, nocivos, malvados, inmorales y/o estúpidos, presentando a éstos colectivos no cristianos como gente indeseable y abominable que generalmente utilizan trampas y trucos rastreros, para dañar o afectar la verdadera Fe, generando la idea en el espectador de una lucha de nosotros (cristianos rectos) contra ellos (no-cristianos torcidos).


En este contexto se trata de transmitir que no puede haber un debate honesto entre cristianismo (protestante) y cualquier otra doctrina religiosa o no alineada a la derecha evangélica estadounidense (como budistas, comunistas, ateos u otros) tratando de descalificarlas al no estar basadas en los preceptos Bíblicos, Curiosamente en el debate contra la ciencia, se toman otras direcciones:

La primera es tratar (de manera errónea) intentar conciliar los mitos religiosos con los hechos científicos, como por ejemplo en la película "God is not dead" cuando el protagonista explica que El Big bang es la parte del Génesis donde Dios dijo «hágase la luz».




La segunda dirección trata de generar la idea de que la comunidad científica persigue las ideas religiosas y trata de eliminarlas del mundo académico como en "Expelled: No Intelligence Allowed" una risible -película documental- del diseño inteligente/creacionismo, donde se acusa a la «creencia»  darwinista de ser el origen del comunismo, fascismo, ateísmo y nazismo, además de denunciar la persecución de los creacionistas en las Universidades y otros espacios académicos, como dato curioso este documental recaudó casi 8 millones de dólares y fue estrenado en más de mil salas de cine, siendo hasta el momento el más exitoso documental creacionista, como segundo dato curioso para esta película fueron entrevistados algunos ateos famosos (como Richard Dawkins).


¿Y qué podemos aprender viendo estas pelis?

- Que el objetivo general es inculcar la idea de que sin Dios (Jehová) y sin cristianismo (protestante) la vida está incompleta, y que el individuo está confundido y no puede ser genuinamente feliz.

- Que cualquier doctrina extra bíblica está equivocada. Peor aún es amenazadora para el estilo de vida y los valores evangélicos.

- Que los cineastas cristianos se consideran a sí mismos y a sus películas como herramientas misioneras.

- Que al mismo tiempo y contradictoriamente el público objetivo de éstos misioneros no son ateos, vacilantes, creyentes comunes laxos o infieles de otras creencias, sino más bien los religiosos duros que quieren sentirse apapachados y retroalimentados con milagros facilones, narrativas pobres e históricas repetitivas de fórmula.

- Que a Hollywood sólo le importa el dinero (bueno eso ya lo sabíamos antes).

- Que ser Blanco anglosajón, conservador nacionalista y Cristiano (más de la fe que de la teología o el comportamiento) son factores fundamentales para triunfar.

- Que los fundamentalistas bíblicos jamás van a rendirse, incluso frente a las enormes cantidades de evidencia científica.

- Que Dios puede tener una mejor defensa que una película de propaganda chusca, y que incluso Noé Molina podría defenderlo mejor.


Pese a todo esto, Solo queda una pregunta por responder:

¿A dónde van las decenas de millones que ganan las productoras cristianas anualmente?

Parafraseando a Lucas «ningún siervo puede servir a dos amos al mismo tiempo, no puedes servir a Dios y la riqueza».

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El autor de esta publicación es "Sherlock Holmes", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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"Para ti soy ateo. Para Dios, la oposición" 

Woody Allen



Las 10 Creencias más bárbaras que se encuentran en la Biblia

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Las 10 Creencias más bárbaras que se encuentran en la Biblia


La Biblia es una colección de textos religiosos y escrituras sagradas para cristianos, judíos, samaritanos y otros. Es uno de los libros más influyentes que se han publicado en la historia de la humanidad y también el libro más vendido de todos los tiempos. 

La Biblia cristiana consta de dos partes, el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento se deriva de la Biblia hebrea y fue escrito en diferentes épocas entre 1200 y 165 a. C. Los libros del Nuevo Testamento fueron escritos por cristianos en el siglo I d.C. El Nuevo Testamento cubre en gran medida la vida y la muerte de Jesucristo y se compone de cuatro evangelios escritos por sus discípulos de mayor confianza: Marcos, Lucas, Juan y Mateo. Cada evangelio es una interpretación de la vida y las enseñanzas de Jesucristo en las palabras del autor.

La Biblia está llena de historias hermosas e inspiradoras. Los valores que transmite son relevantes incluso después de miles de años. La vida y muerte milagrosa de Jesucristo todavía encanta a miles de creyentes en todo el mundo. Sin embargo, la Biblia todavía tiene algunas creencias controvertidas que han creado furiosas discusiones entre creyentes, no creyentes y eruditos bíblicos. 

Aquí hay una mirada a 10 de las creencias más bárbaras documentadas en la Biblia.



10)
Permitir la esclavitud

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento reconocen la existencia de la esclavitud como institución. El Antiguo Testamento sanciona la esclavitud y el uso de esclavos en varios casos. La gente del Antiguo Testamento se convirtió en esclava de varias formas. Según el Antiguo Testamento, se podían comprar esclavos, como se ve en Génesis 37:28, que dice: 

28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.

La esclavitud también podría ser hereditaria como se menciona en Génesis 17:23 cuando Abraham demostró su fe en Dios al circuncidarse a sí mismo y a todos los varones de su casa. Dios se había aparecido frente a Abraham y esta era una forma de pagarle la confianza de Dios en él. La Escritura dice: 

23 Entonces tomó Abraham a Ismael su hijo, y a todos los siervos nacidos en su casa, y a todos los comprados por su dinero, a todo varón entre los domésticos de la casa de Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho.

El apóstol Pablo nunca menciona la esclavitud como un acto inhumano. En cambio, menciona los deberes de los esclavos cristianos hacia sus amos. San Agustín creía que la esclavitud era el resultado del pecado y debía tolerarse. Sin embargo, el cristianismo moderno reconoce la esclavitud como inhumana y contra la voluntad de Dios. 



9)
Fomentar los sacrificios humanos

Jefté fue un juez que presidió Israel durante seis años. Aparece en la Biblia en Jueces 11. Jefté procedía de un entorno humilde y su madre era una prostituta. Lideró a los israelitas en una batalla contra Ammón. Si ganaba la guerra, juró sacrificar lo que fuera o quien fuera que saliera de su casa primero a su regreso. Finalmente, Jefté y sus tropas ganaron la guerra contra Ammón. 

Al regresar de la batalla, lo primero que vio salir de su casa fue a su hija. Esto significó que tuvo que sacrificar a su hija para cumplir su promesa.


Este relato sigue siendo uno de los eventos más perturbadores de la Biblia entre los eruditos bíblicos y los creyentes de la fe cristiana. Varios eruditos se han preguntado por qué Dios nunca interviene en este sacrificio humano. Anteriormente, un ángel había impedido que Abraham sacrificara a su hijo Isaac. 

Algunos dicen, sin embargo, que pudo haber sido un castigo por la decisión precipitada de Jefté en cuanto a los votos. De cualquier manera, esta historia del sacrificio de una hija llevada a cabo por su propio padre es una de las historias más horribles de la Biblia.



8)
¿Es el acoso sexual un castigo bíblico?

En el Antiguo Testamento, hay un versículo que podría interpretarse como el Señor amenazando con castigar sexualmente a las mujeres si actuaban de una manera que molestaba al Señor. En Isaías 3:16-17 se lee: 

16 Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies;
17 por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sion, y Jehová descubrirá sus vergüenzas.

Varias versiones internacionales de la Biblia han eliminado la frase "Jehová descubrirá sus vergüenzas" y la han reemplazado con frases menos vergonzosas como "volverá calvo el cuero cabelludo". Otras interpretaciones ven la frase en el sentido de que el Señor revelaría los aspectos secretos de sus vidas. 



7)
El Asesinato de una pareja interracial

Otro pasaje sorprendente en el Antiguo Testamento se ve en Números 25:6–13 cuando Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón mató a una pareja interracial con una lanza. Esto es lo que dice el pasaje:

6 Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión.
7 Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano;
8 y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel.
9 Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil.
10 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:
11 Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.
12 Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él;
13 y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.

Según el versículo, el Señor recompensa a Finees por el asesinato con el sacerdocio perpetuo y lo alaba por mantener pura a la nación. Ahora, Finees creía que les estaba impidiendo llevar una plaga a su pueblo que ya había matado a 24 mil personas. 




6)
Destruyendo a los pecadores con la espada

El Antiguo Testamento muestra al Señor bíblico como alguien sin remordimientos y en busca de venganza. El Señor describe esto en Isaías 13:9–16, que dice: 

9 He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores.
10 Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor.
11 Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.
12 Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre.
13 Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira.
14 Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra.
15 Cualquiera que sea hallado será alanceado; y cualquiera que por ellos sea tomado, caerá a espada.
16 Sus niños serán estrellados delante de ellos; sus casas serán saqueadas, y violadas sus mujeres.

Algunos interpretan que el Señor está amenazando a los pecadores que son atrapados. El pasaje sugiere que las casas de los pecadores serán saqueadas, sus niños asesinados y sus esposas serán violadas. 


5)
Castigar a los que trabajan en sábado 

A lo largo del Antiguo Testamento, el Señor es culpable de infligir castigos graves por algunos asuntos aparentemente insignificantes. Estos castigos parecen ser de naturaleza bastante bárbara y no al mismo nivel que el pecado cometido, al menos en nuestros días.

El día de reposo se considera un día santo y se conoce como el día del Señor. Estas amenazas se ven en Éxodo 31:15 que dice: 

15 Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá.

¿De verdad el Señor está prometiendo matar a cualquiera que trabaje en el día de reposo?




4)
Apedrear a los que adoran a otros dioses

El Señor no toma a la ligera a las personas que adoran a otros dioses. En Deuteronomio 17:2-5, el Señor insta a sus seguidores a identificar a los que adoran a otros dioses y apedrearlos hasta la muerte. Esto es lo que dice el pasaje: 

2 Cuando se hallare en medio de ti, en alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da, hombre o mujer que haya hecho mal ante los ojos de Jehová tu Dios traspasando su pacto,
3 que hubiere ido y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual yo he prohibido;
4 y te fuere dado aviso, y después que oyeres y hubieres indagado bien, la cosa pareciere de verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel;
5 entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán

Sin duda, aporta algunos argumentos nuevos al debate sobre la pena capital. 


3)
Ejecución por maldecir a tus padres

Pedir la ejecución de los niños que maldicen a sus padres en cualquier momento es otro ejemplo de un castigo desproporcionado impuesto por el Señor. Levítico 20:9 dice: 

9 Cualquiera que maldijere a su padre o a su madre, de cierto morirá; a su padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él.
Esto indica claramente que cualquiera que maldiga a sus padres debe ser ejecutado. Este tipo de castigo parece duro y bárbaro, a pesar de que maldecir a tus padres todavía se considera inapropiado según los estándares actuales. 



2)
Muerte por homosexualidad

Hay varios versículos en la Biblia que sugieren puntos de vista negativos contra la homosexualidad en general. Uno de esos versículos es Levítico 20:13, que dice: 

13 Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.
Estos versículos indican que el Antiguo Testamento no necesariamente aprueba las relaciones entre personas del mismo sexo. Aunque, para muchos cristianos, las enseñanzas de bondad y amor del Nuevo Testamento han reemplazado estos horribles castigos. 


1)
Lapidación de mujeres que no son vírgenes en su noche de bodas

Quizás la creencia más bárbara en el Antiguo Testamento de la Biblia está documentada en Deuteronomio 22:20-21, que dice: 

20 Mas si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven,
21 entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.

Estos versículos muestran la máxima barbarie y misoginia, ya que describen cómo las mujeres que no son vírgenes en el momento del matrimonio deben ser lapidadas hasta la muerte. Curiosamente, parece que no se menciona lo que debería suceder con los hombres que no son vírgenes en el momento del matrimonio.





Traducción del original:
https://listverse.com/2021/03/28/top-10-barbaric-beliefs-found-in-the-bible/



Cisma, Occidente - Oriente. (Colaboración)

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Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)


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Cisma, Occidente - Oriente


Ha habido y hasta con algunas frecuencias en estos últimos tempos los crímenes, involuntarios pero que debido al fanatismo de las religiones ortodoxas en el uso del bautizo aprovechamos para hacer algunas críticas por supuesto constructivas.  

De vez en cuando aparece en los medios audiovisuales, aparte del desgraciado bautismo que las principales religiones cristianas católicas han tenido un “acercamiento” y “entendimiento” “muy fructífero. Pero sabemos que todo eso es un montaje más como ocurre en política, cuya finalidad es engañar al pueblo en general y en particular a los creyentes de cada comunidad que por parte de los respectivos cleros predican ha habido un sustancial aproximamiento. ¡MENTIRA! 

Sería de ingenuos que pudiéramos creernos todo lo que las religiones quieran decir sobre el tema de “acercamiento” cuando desde el 325 d.n.e. ya empezaron los litigios y el desembocar el conocido, pero no queriéndose divulgar los hechos, “Cisma de Oriente”.  

Intentaremos comprender, si es que hubiese algo aquí comprensible, sobre los motivos que llevaron a los representantes de este “dios” a tirarse los trastos a la cabeza (sin olvidar el contencioso de las guerras) durante tanto tiempo esas vertientes cristianas y que hasta el día de hoy no se entienden y no se entenderán jamás, pues la razón es que es imposible, simplemente. 

Uno de los sucesos más significativos en la historia de las religiones tituladas Iglesia Católica Apostólica Romana y la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, fueron las divergencias que terminaron con el ese “Cisma de Oriente” y que causaron serias disputas y persecuciones en la edad de las tinieblas. 

En el siglo IV, Constantino I, fue el emperador romano que aceptó el cristianismo como religión oficial de su imperio. E el año 325 d.n.e., en la ciudad de Nicea, se realizó el I concilio ecuménico donde quedó definido la divinidad del personaje de Jesucristo. 

Las divergencias culturales, el uso del latín en occidente y el griego en oriente, pronto cedieron los pasos a las intrigas de orden religioso-político que conllevaron a la separación del mundo Mediterráneo en entidades distintas tanto religiosas como políticas. 

Las inestabilidades merovingias en occidente, que por muchas veces el papado era el único que ponía orden, a su favor, por supuesto, éste reforzaba su autoridad judicial como el primado romano, ya que hasta entonces disfrutaba de apenas unas primacías honrosas. 

La iglesia esparramada en su conjunto por toda la cuenca Mediterránea y organizada en sus cinco patriarcados denominado: Iglesia Católica Apostólica Romana; Iglesia Católica Ortodoxa de Alejandría; Iglesia Católica Ortodoxa de Constantinopla; Iglesia Católica Ortodoxa de Antioquia e Iglesia Católica ortodoxa de Jerusalén. 

Sin embargo, aún fueron hechos más seis concilios antes del auténtico cisma de las Iglesias Ortodoxas y Romana. Son estos: Constantinopla I, (381). Efesio, (451). Constantinopla II, (553). Constantinopla III, (680). Nicea II, (787). 

Veamos un resumen lo que es la Ortodoxia. La Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, más conocida hoy por Iglesia Ortodoxa, del griego όρθος, reto, y δόξα, doctrina, tiene entre sus fieles los llamados cristianos ortodoxos. La ortodoxia es formada por las diversas iglesias cristianas orientales que profesan la misma fe ya citadas más arriba, con algunas variaciones culturales, practican básicamente los mismos ritos. 

Ellos creen en la Trinidad, en la naturaleza humana y divina de Jesucristo, que vino al mundo para perfeccionar al ser humano. “Dios se hizo hombre, para que el hombre se hiciera Dios”. El pecado no es visto como una lista negra (al igual que en el catolicismo), pero su estado no alcanza el objetivo de la aproximación de Dios; así mismo no creen que el pecado original transmitiese la culpa de Adán y Eva a sus descendientes, pero sí solamente las consecuencias. La salvación es vista como un proceso, una cura… 

María nació al abrigo y protección del pecado original (conforme a esa concepción ortodoxa y no la católica), pero vivió una vida santa. Ella es considerada la Theotokos, aquella que llevó a Dios en sus entrañas, rechazando la versión latina de “Mater Dei”, prefiriendo “Deípara” o “Dei genetrix” que son más primorosas.   

La liturgia es solemne y hermosa, por lo que posee un papel importante. Sigue los ritos bizantinos, antioqueño, alejandrino y el antiguo rito de Jerusalén en algunas ocasiones especiales.    

La Iglesia Ortodoxa es gobernada teniendo a Jesucristo como el supremo primado, que actúa a través del espíritu Santo y del concepto de “Sobornost”, consenso. 



Estas Iglesias Ortodoxas adoptan el título de “Católicas” como parte de sus nombres. Eso no quiere decir que tengan un alineamiento con la Católica Romana, es solamente una referencia en el sentido original de la palabra, que como estamos sabiendo y desde que nos enseñaban el catecismo, significa Universal. 

La Iglesia Católica Apostólica Romana, o simplemente “el poderoso Vaticano”, “los papistas” y algunos más, en las perspectivas de número de fieles, es considerada la principal organización religiosa del mundo y en la cuestión dentro del cristianismo, aunque ya se está diciendo que el islam le está pisando los talones…, eso si ya no se los ha pisado. 

Conviene destacar otro elemento numérico, es que ella usa todos aquellos ciudadanos que están bautizados, pero de estos ya muchos no van a los cultos y oficios ni se acuerdan de que es una “obligación”. Por otro lado, estamos los ateos, que también somos numéricos al habernos bautizados, sin nuestro permiso, en nuestra más tiernas de las infancias, y ahora que estamos solicitando la apostasía, por lo que nos dicen “tú te callas”, tienen miedo de perder los grandes privilegios al no alcanzar el listón numérico que hasta ahora aún tienen. Pero sobre esta cuestión se está tratando en otros artículos y allí nos remetimos. Seguimos con el tema ortodoxia. 

La Iglesia Romana se define notablemente por las palabras del Credo, como: UNA – En ella subsiste la única institución fundada por Cristo para reunir el pueblo de Dios (las otras que jodan). SANTA – Esposa de Cristo, por su unión única con Dios y que viene a través de los sacramentos, santifica y transforma a los fieles. CATOLICA – Esparramada por toda la tierra y por lo tanto la integridad del depósito de la fe. APOSTÓLICA – Fundamentada en la doctrina de los apóstoles cuya misión recibió sin rupturas. 

Los rasgos que la caracterizan son el reconocimiento del obispo de Roma, papa para los íntimos, como sucesor directo del apóstol Pedro y como vicario de Jesucristo. El apelativo de “católica” tanto sirve a la iglesia latina (rito latino), como a las orientales (cito ortodoxo). Pero es más frecuente y empleado para referirse la que siguen al Vaticano.  

Según Marcos 16: 14-15, a los apóstoles les fueron encargado la divulgación del evangelio (buena nueva), a todas las criaturas y naciones. Eso era un decir de las naciones conocidas de esa época, pues no tenían ni idea de aquellas otras existentes por mucho Espíritu Santo que dicen recibieron… Por lo que no ha de extrañar que cuando aquellas otras tierras fueron descubiertas, tuvieron buen urgente cuidado para que fuesen evangelizadas, y lo consiguieron, y a qué precio y manera…

Los católicos creen en la Santísima Trinidad. Sin embargo, los romanos se diferencian de los ortodoxos en algunos conceptos, incluido la naturaleza del ministro de san Pedro (el papado). La naturaleza de la Trinidad es el modo como ella debe ser expresa en el credo de Nicea, así como el entendimiento de la salvación y del arrepentimiento. 

Pero como sabemos las peleas e intrigas religiosas no han terminado, ni terminaran nunca, aún podemos decir que ellas continuaron con el “Cisma de Occidente”, o la Reforma. Tiene su inicio en Alemania provocando la separación de una parte de la comunidad católica europea, originando el Protestantismo. Los papados ejercían el poder espiritual y temporal, o sea, como cualquier otro gobernante de cualquier país y agravante porque ocurre en la actualidad, directa o indirectamente. Ocurrió que muchos cristianos oponiéndose a esa situación de dominación, sentían la necesidad de un retorno a las enseñanzas de Cristo y de sus apóstoles por lo que predicaban una reforma de las costumbres. 

Los principales reformadores fueron Martín Lutero y Calvino en el siglo XVI. Las reformas se di-fundieron rápida y principalmente por Alemania, Suiza, Holanda. A partir del siglo XVII, surgen entonces las iglesias anglicana, baptista, metodista, adventista, etc., lo mismo que al catolicismo le ocurrió en su momento como hemos referido más arriba. 

El disidente Lutero fijó en la puerta de la Catedral de Wintteberg, 95 tesis que condenaban las ventas de indulgencias y otros abusos del clero católico. Por su parte el reformador no quedando a la saga de sus antiguas creencias, predicaba la salvación solamente por la fe, sin necesidad de limosnas. Él ya como cismático permanece firme en su conducta fue acusado de hereje, condenado y ex-comulgado por el papa León X, desterrado por el archicatólico Carlos V de Alemania y I de España. Esto le llevó a que en 1521 quemase en plaza pública y delante de cientos de personas la bula papal que lo condenaba. 

Ahí, para mayor gloria del dios judío-cristianado y de un cisma más, las guerras religiosas y persecuciones se extendieron por toda Europa, donde las hogueras iluminaban en competición con las velas delante de los ídolos de las iglesias. Esto y mucho más, sin olvidarnos de la sangrienta “Noche de san Bartolomé”, en Francia contra los hugonotes y otras barbaridades que constantemente estamos denunciando.    



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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Zerimar Ilosit", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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Ver:

Ver:
Carta Abierta a los Creyentes 
(Colaboración)

Ver:
Buenas Razones para No Creer
(Colaboración)

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Los "Milagros" de Jesús 
(Colaboración)

El Misterio de la Trinidad 
(Colaboración)

Ver:
Ateísmo… ¿Eso qué es? 
(Colaboración)

Ver:
Quien es Dios?

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¿Existió Jesús? 
¡Claro, existieron muchos!


Ver:
Top 10 “Metidas de Pata” de la Biblia.

Ver:
Top 10 Características Indeseables de Dios.





Los Americanos pierden la fe (Actualidad y Noticias)

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Los americanos pierden la fe


La afiliación religiosa en EE.UU. cae 20 puntos desde que empezó el milenio

WASHINGTON. CORRESPONSAL
AFP

09/05/2021 07:36


A Dan Barker no le hace falta ver las encuestas para constatar que más y más estadounidenses se están alejando de la religión: él mismo abandonó la Iglesia después de 19 años como pastor evangélico, dos de ellos misionero en México, para declararse finalmente ateo. “Yo era uno de esos que te paraban por la calle para hablarte de Jesucristo y la Biblia”, contó en el programa de Oprah Winfrey en 1994.

Tampoco para Ryan Burge ha sido ninguna sorpresa. Además de demógrafo en la Universidad de Eastern Illinois, es pastor metodista y cada domingo puede ver con sus propios ojos lo que está ocurriendo. En los años sesenta su iglesia tenía alrededor de 500 miembros. En los setenta eran unos 300. En los noventa, un centenar... “Ahora tenemos 12 o 15 un buen domingo”. Sus feligreses, sencillamente, se mueren sin que nadie los reemplace. “No tenemos mucha esperanza en cambiar las cosas. Asumimos quienes somos. Lo que nos pase será lo que Dios ha querido para nosotros”.

Se puede discutir la forma en que se hace las preguntas, la sinceridad de los encuestados o los conceptos que se examinan, pero la tendencia histórica es innegable: aunque están lejos de los niveles de secularización de Europa occidental, la religión tienen un papel cada vez ­menor en la vida de los estadounidenses. El fenómeno se ha acelerado de forma drástica.

Por primera vez desde que en 1937 Gallup comenzó a preguntar sobre la afiliación religiosa en EE.UU., menos de la mitad de los encuestados afirma ahora ser miembro de una iglesia, mezquita o sinagoga, de acuerdo con el último informe bianual publicado por la casa de sondeos. En aquel año, el 73% declaraba pertenecer a alguna iglesia, 26 puntos más que ahora.

ACEPTABILIDAD SOCIAL
“En los años sesenta, si eras ateo en Alabama, podías morirte sin haber conocido a otro”

El declive comenzó en los años noventa y se aceleró con fuerza con la llegada del nuevo milenio. En el 2010, solo el 61% decía ser miembro de alguna iglesia, mezquita o sinagoga. En el 2020 el porcentaje cayó al 47%, convirtiendo por primera vez en mayoría a los estadounidenses que no pertenecen a ninguna.

No es solo que cada vez acudan menos a los templos religiosos. El dato está indisolublemente ligado al aumento del porcentaje de personas que se declaran “ateas, agnósticas o sin ninguna afiliación religiosa” (conocidos en inglés como nones ) que ha pasado en 20 años del 8% al 21%, lo que les convierte en el segundo grupo religioso actualmente en EE.UU, por detrás de los cristianos. En el caso de los millennials (25-40 años) se eleva hasta el 31%, y a un 33% entre los miembros de la llamada generación Z (menores de 24 años).

Aunque la tendencia se observa con especial fuerza en los jóvenes, el relevo demográfico no justifica por sí solo la magnitud del cambio, según los investigadores de Gallup. Los expertos consultados por este diario apuntan diferentes factores para explicar qué está ocurriendo en términos religiosos en EE.UU., por ejemplo, el rechazo a la radicalización de la derecha, internet y los cambios en las costumbres sociales.

“Conforme las sociedades se hacen más prósperas y educadas, de forma natural se hacen menos religiosas y la ciencia ocupa el papel de dios. La prueba de esta teoría es Euro­pa occidental, que se secularizó rápidamente tras la Segunda Guerra Mundial. Era solo cuestión de tiempo que llegara a EE.UU.”, explica Burge, el profesor y pastor de Illinois, autor de un reciente libre sobre el auge de los nones.




BRUSCO GIRO SECULAR
La evolución hacia una sociedad más secular se ha acelerado en las últimas dos décadas

La aparición de internet y las redes sociales también han contribuido al declive de la pertenencia a instituciones religiosas, ya que hace más fácil “descartar las verdades exclusivas que defienden las religiones”, afirma por su parte Roy Speckhardt, director de la Asociación Humanista Americana. El estudio de Gallup señala los sermones como la principal razón de la gente que va a la iglesia. Pero “ahora, con las charlas TED y los seminarios on-line, ir a la iglesia es cada vez una forma menos cómoda de acceder a ese tipo de inspiración”. Y, en general, los americanos cada vez participan en menos actividades sociales.

Internet también ha hecho más aceptable decir que no se cree en Dios, observa Burge. “Ahora es más fácil encontrar gente que piensa como tú. En los años sesenta, si eras un ateo en Alabama, podías morirte sin haber conocido a ningún otro ateo en persona en tu vida. Hoy en día si vas a internet, verás que hay grupos como Ateos de Alabama , ir a sus reuniones para sentirte menos solo...”.

La polarización política es otra de las razones más citadas para explicar el alejamiento de los americanos de la religión. Diversas investigaciones académicas apuntan en este sentido. “La mejor explicación a este giro secular es el rechazo a la derecha religiosa”, sostiene David Campbell, profesor de la Universidad de Notre Dame (Indiana).

“Cuando los votantes perciben que la religión es una extensión del Partido Republicano, se alejan de esta”, afirma Campbell, coautor de un libro sobre la brecha religiosa en la política estadounidense. “Dar la vuelta a esta tendencia depende más de los políticos que de los pastores. Si los políticos y en particular los republicanos separaran la religión de la política, menos gente tendría una reacción alérgica”, opina.

CAMBIO DEMOGRÁFICO
El 31% de los ‘millennials’ de EE.UU. no tiene ninguna afiliación religiosa

“En términos religiosos, el espacio del centro se está evaporando”, señala Speckhardt. “Al tiempo que EE.UU. se hace menos religioso y más ateo, los cristianos más conservadores están exacerbando su fundamentalismo y agarrándose a prejuicios anticuados sobre la raza, el género y la sexualidad”, lamenta. Los nombramientos de jueces ultraconservadores durante la presidencia de Donald Trump harán que durante los próximos años haya “más favoritismo religioso”, precisamente cuando menos religiosos son los ciudadanos. “Esto no puede durar. En algún momento la mayoría demandará soluciones para resolver esa discordancia”.

A Burge le preocupan las consecuencias sociales a medio plazo del declive de la religión. “Si las iglesias se mueren, ¿quién va a llenar ese vacío? Porque no veo a muchas organizaciones ateas ofreciendo servicios sociales como ayudar a los pobres o visitar presos, por ejemplo. Tendrá que ser el gobierno quien asuma esas funciones, pero a la mayoría de los americanos no les gusta la idea de un gobierno grande”.

Aunque ahora hay una mentalidad más favorable a esta idea –ahí están Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez–, “es algo que pasará”, dice. Lo que no cambiará, sostiene Burge, es la idea de que los americanos son “genéricamente” religiosos, aunque sea al margen de la iglesia. “No olvidemos que el 90% de los americanos, de una manera u otra, cree en Dios”. En EE.UU., hay una identificación entre civismo y religión, una “religión cívica americana” que la guerra fría reforzó, como contraposición a los soviéticos, comunistas y ateos. Ser americano, sostiene, “es ser religioso. Lo tenemos grabado en nuestra mente”.

Dan Barker, el pastor evangelista que se convirtió en adalid del ateísmo, es ahora el copresidente de la Fundación para la Libertad de la Religión y reclama “respeto” para el creciente porcentaje de americanos que, como él, no cree en Dios (el 5% se declaran ateos) y ve con optimismo los cambios. “Espero que en unas décadas alcancemos a Europa. Me avergüenzo de mi país”.

Solo un 47% son miembros
Por primera vez, menos de la mitad de la población de EE.UU. pertenece a una iglesia

“Perdí la fe en la fe” por razones intelectuales, explica. “Fue horrible descubrir que estaba predicando algo que no era cierto. Luego vi que no lo necesitaba. Pero para muchos de nosotros, nuestra falta de religiosidad es tan preciosa como la religión para los creyentes”, afirma. Pero Barker sabe bien del éxito de la religión en EE.UU.: aún cobra royalties por la música cristiana que grabó en su anterior vida.



Fuente:
https://www.lavanguardia.com/internacional/20210509/7439841/americanos-pierden-fe.html


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“No hay sociedad en la historia humana que haya sufrido porque su gente se volvió demasiado razonable”


Sam Harris



Fe y Animales: Radiografía de un Dios inseguro (Colaboración)

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La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

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Fe y animales: 
radiografía de un dios inseguro
 

Dios es un ser muy inseguro. Necesita que lo veneren y encima que crean en él sin evidencias de su existencia.

Esto es un reflejo más de que la mitología cristiana es producto de la ilimitada creatividad humana. Recordemos que la Biblia es un conjunto de historia donde hay traición, incesto, guerra, violencia, muerte, crueldad, fantasía y amor. Todo lo que un buen libro tiene.

¡Claro! Ningún otro libro se ha usado para justificar guerras, negocios y torturas en nombre de dios.

Cada vez que me pongo a reflexionar sobre la religión descubro algo nuevo; como si se tratase de un callejón de revelación que está ahí oculto para no iluminar las mentes de los fieles que deben obedecer lo que dios (cristianismo) dicta.

Me pregunto por qué los humanos son los únicos que deben ofrendar a dios o a la Iglesia y orar y todas esas cosas, si él creó a todos los animales. ¿No es extraño que, siendo un ser inseguro, no haya dotado a todos los seres de conciencia para ser venerado?

Uno podría decir que somos seres conscientes dotados de inteligencia. En el caso de esta, puedo argumentar que es bastante limitada. Hay que definir lo que consideramos inteligentes, porque si determinamos que lo somos por construir vehículos y teléfonos, y en el proceso envenenamos el hábitat de todos y luego comparamos con el resto de los animales que solo viven sin producir ninguna clase de basura, querido lector, no somos inteligentes para nada y menos si estamos limitados por la religión.



También podrían justificarse diciendo que los animales fueron pruebas de dios hasta lograr el ser “perfecto”: los humanos. Pero sería contradictorio decir que no creó a todos los seres perfectos siendo Todopoderoso.

Además, la existencia de dios nació para que las personas hicieran cosas dictaminadas por el cristianismo. Yo no puedo prohibirte nada ni obligarte a nada porque no tengo autoridad; pero si te digo que lo dice dios, algo más poderoso que nosotros y que vas a ir al infierno eternamente si no haces lo que él dice, lo más probable es que lo hagas.

Pensemos que en aquellos tiempos la población era ignorante. Solo pocos tenían educación. Y la amenaza y el miedo de que te quemes eternamente, es bastante persuasivo para que seas obediente a la religión.

No podemos obligar a los animales a que sean adeptos cristianos porque no podemos comunicarnos de forma que logremos persuadirlos.  En cambio, sí se puede persuadir a mentes débiles. Ya sea porque uno pasa un mal momento o porque le enseñan desde la infancia.

Puede que el cristiano conservador intente justificar que los animales alaben a dios a su manera. Ese argumento puede romperse fácil porque si consideramos todos los argumentos de este blog indicando que dios no existe, podemos reflexionar sólidamente y considerar que no es posible que los animales alaben a dios a su manera.

No tocaré las contradicciones del cristianismo porque me iría de tema y se haría muy largo. Quiero dejar en claro que está lleno de argumentos, incluso justificaciones que no son más que creencias personales y no hay evidencia de que sean reales.

Estoy a favor de que cada quien crea en los dioses que quiera, sin imponer sus creencias a nadie y mucho menos, justificar acciones nefastas, ni condenar a nadie por tener una opinión diferente.


Edgardo Nocetti


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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Edgardo Nocetti", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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La Sumisión a Dios (Colaboración)

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La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

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La sumisión a Dios


Si repasamos la historia de las religiones podemos observar un hecho común en todos los creyentes que llama la atención. Me refiero al hecho de que el humano que cree en espíritus o en dioses se siente inferior a todos ellos, traduciendo dicha inferioridad en una sumisión autoimpuesta. ¿Pero, por qué la creencia en seres superiores tiene que implicar necesariamente una postura que rebaja la dignidad humana? La razón la hallamos en el miedo y en la ignorancia inherente en el hombre antiguo y, también en parte, posiblemente, en el instinto de conservación.

Desde tiempos ancestrales, la aparición de líderes -como reguladores de la disciplina en la tribu- iba acompañada de esa misma sumisión. No obstante, el acatamiento a la autoridad venía dada por la necesidad de la sociedad de organizarse alrededor de un director de la misma en evitación de un caos. Poco a poco, los líderes tuvieron que hacerse con un brazo ejecutor: los ejércitos, la policía o los guardaespaldas, quienes llevaban a cabo la voluntad de la autoridad de turno ejecutando ciegamente los castigos a los que era sometido el pueblo en caso de desobediencia. Con el paso del tiempo, la necesidad de obedecer –por parte del brazo ejecutor- sobrepasó los límites de lo racional pasando a ser una máquina ciega e inexorable que satisfacía los caprichos de las autoridades independientemente de la pertinencia de las órdenes, con lo que el pueblo pasó a ser sometido por la fuerza y no tanto por una necesidad de disciplina.

En el proceso de antropomorfización, el hombre primitivo atribuyó a los dioses las mismas características de los hombres poderosos convertidos en sus líderes, de tal manera que si en las relaciones de poder entre humanos el inferior se sometía al más poderoso por miedo a las represalias, así, también, lo entendía en su relación con los poderes del cielo. El hombre se sometía por miedo –no fuera cosa que les partiera un rayo- y la sumisión se convirtió en un mecanismo psicológico que aplacaba las iras de los poderes celestes. Dicho mecanismo –interiorizado durante milenios- quedaría arraigado en lo más profundo del hombre antiguo pasando a ser –en palabras de Richard Dawkins- un verdadero “meme”.



Esa sumisión, si bien en un principio obedecía al miedo a las consecuencias que podía acarrear la desobediencia, se transformó en un abandono de la propia dignidad del súbdito, quien –independientemente de la necesidad de obedecer- veía en el líder a un ser superior ontológicamente hablando. El césar, el emperador, el rey eran “seres especiales”, de categoría superior, que merecían alabanzas y honores; pero, si se preguntaba por qué, dichas autoridades, eran merecedores de tales tributos honoríficos, no se podía responder más que con la consiguiente petición de principio: “porque son superiores”. De ese modo, el hombre antiguo hizo valer su condición de paria asumiéndola como connatural; mientras que revestía a la autoridad de un halo místico e inefable a quien había que obedecer por el simple hecho de ser superior. Hoy, resumiríamos dicha actitud en un lacónico “sí, bwana”.

Entretanto, siempre había algún díscolo que no aceptaba el “rendez vous” como moneda de uso común, pero desde el poder absoluto no le ofrecían otra alternativa hasta que, en los tiempos modernos, cuando el hombre empezó a recuperar la dignidad perdida por sus antepasados, la sociedad puso en su sitio a reyes, emperadores y –¡cómo no!- a los dioses. Las autoridades fueron sometidas a la voluntad del pueblo perdiendo los abusivos privilegios obtenidos antaño por la fuerza. Pero, a pesar de todo, hay una gran parte de la masa que ha sido incapaz de entender que no hay ninguna justificación para la sumisión a los dioses, ni menos para humillarse ante ellos entregándoles su dignidad. El ser humano es poseedor de las suficientes características que le hacen merecedor de la condición de individuo autónomo e independiente como requisito indispensable para la plena realización física y emocional en el marco de las relaciones sociales y a lo largo del aprendizaje que le es necesario para conseguir su plena madurez. Dicha plenitud no puede darse en una sociedad en la que los principios de libertad y autonomía –encabezadas por la libertad de conciencia- son conculcados por los poderes caprichosos tanto de autoridades humanas como divinas. Entender el verdadero significado de esa autonomía es la clave para hacer valer una dignidad ineluctable que la blinda contra los poderes quiméricos surgidos de la imaginación humana.

Ningún sometimiento queda justificado salvo por la necesidad de organización y disciplina que la propia sociedad demanda ante su frágil estructura social y psicológica como ente imperfecto que es. La autoridad que representa a la sociedad moderna es tan sólo un miembro más de ella, a quien se le ha recortado el poder en virtud de los atropellos cometidos por las autoridades antecesoras. Ni la cantidad de poder físico ni ninguna característica intelectual o psicológica permiten a ningún ser someter a otros presuntamente inferiores, ya que tal inferioridad vendría dada –no por una ontología real- sino por una consideración subjetiva por parte de quien ostenta dicho poder convirtiéndola en objetiva sólo a través de la fuerza bruta como único criterio de selección a la hora de definir quién es “inferior” o “superior”. Efectivamente, el abuso de poder ha sido -y todavía sigue siendo- el único motivo en el que se basa la superioridad. Si los dioses no tuvieran poderes divinos, y si las autoridades humanas no hubieran dispuesto de un brazo ejecutor que amenazaba a los súbditos de forma permanente como espada de Damocles, ni los dioses ni los emperadores habrían sido puestos sobre un pedestal. No existe, pues, ninguna realidad ontológica que permita considerar a alguien superior tal que justifique la entrega de la dignidad humana por parte del hombre por muy inferior que éste sea. La superioridad, respecto de la inferioridad, es un sistema de medición o comparación de ciertas características -tanto físicas como psicológicas- que nos sirven en un determinado momento para discernir la cantidad de las mismas sin entrar en valoraciones indignas.

La dignidad humana está por encima de cualquier dios.


Bernat Ribot Mulet 2011



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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Bernat", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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La Farsa del Ángel de Betesda

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La siguiente historia, a pesar de que se encuentra en el Nuevo Testamento y en los Evangelios, es relativamente poco conocida por los Cristianos, hasta tal punto que la mayoría suele rascarse la cabeza cuando se les menciona. Claro, los líderes religiosos han sabido mantenerla semi escondida y nombrarla poco en sus discursos evangelizadores; o solo mencionan la parte “bonita” de los milagros y todo eso que suele hacer Jesús y que admiran los Cristianos. ¿Por qué no les gusta nombrar esta historia? Porque es contradictoria, abyecta y no armoniza con la figura amorosa con la que se asocia normalmente a Dios y Jesús. 

Así que, amigo lector Cristiano, vamos a revisar la historia del estanque de Betesda.

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Referencias Bíblicas.


¿Conocía esta historia? ¿Sabía de los detalles de la misma?

Vaya y busque su Biblia y revise el capítulo 5 del evangelio de Juan. Y lea este interesante relato. (Juan 5:1-15). Yo utilizo por defecto la versión Reina-Valera 1960, pero cualquier biblia que usted tenga servirá.

Juan 5:1-15  

1 Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos.
3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.
4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.
9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo[a] aquel día.
10 Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho.
11 El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
12 Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
13 Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.
14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.
15 El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado.

Luego de una rápida lectura del capítulo ya podemos notar algunas incoherencias.

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Ese extraño “Ángel”.


Tenemos un estanque de agua llamado Betesda que suele estar lleno de enfermos porque de vez en cuando (y al parecer completamente al azar) baja un ángel y mueve las aguas; ahí comienza una competencia a ver que enfermo se lanza primero al estanque, ya que solo el primero que toque las aguas será curado. Los demás enfermos quedarán mojados y decepcionados.

Y claro, ante la imprevisibilidad de la aparición de este ángel, todos los enfermos están a la expectativa en la orilla del estanque para darse un chapuzón curativo. Y, ¿Quienes salen perdiendo en está olimpíada curativa? Pues los paralíticos e inválidos que, al no poder caminar o moverse, se les dificulta un poco este concurso de clavados.

¿A algún lector le parece muy injusto esto? Un ángel que en teoría podría curar a todos los enfermos, no solo decide aparecer muy de vez en cuando, sino que somete a los afectados a una suerte de “quien llega primero a la meta se gana el premio”. Es absurdo y cruel el comportamiento del alado ser, ya que sin duda los enfermos con problemas motrices tendrán muchas menos oportunidades de ser curados que los ágiles y veloces. Es muy sádico el que alguien con casi 40 años de invalidez no sea curado y quien sufre de un orzuelo si lo sea.

Medio maquiavélico este angelito.

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Excusas Cristianas


Ahh, claro. Este asunto de un ángel cruel, sectario e inmisericorde no puede ser, ya que no es compatible este macabro ángel con la bondad y amor de Jesús. Así que los atónitos cristianos al leer este relato se inventan las más alocadas y desesperadas excusas; donde la más importante es:

- “No, no, no; ese no era un Ángel del señor. Era un demonio en forma de ángel enviado por Satanás”. 

Este es un clásico. Claro, un ser divino procedente del buen y bonito Dios no podría ser tan canalla como para curar solo a los atletas y dejar a los lisiados a un lado. Así que la excusa es que un ángel tan malvado como este no puede provenir de Dios, sino del Diablo. Y listo. -“Además, en ningún momento el evangelio dice que es un ángel de dios, por lo que debe ser de origen infernal”; suele ser el complemento de la excusa. Fácil, culpamos al de los cuernos.

En muchas versiones bíblicas como bien dicen algunos cristianos solo dice la palabra “Ángel” sin aclarar de donde proviene el divino ser: “4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua”, así que podría ser de origen maligno “porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz” (2 Corintios 11:14). Pero si revisamos otras versiones Bíblicas encontramos algo interesante. 

En las versiones, La Biblia de las Américas, Nueva Biblia viva, Nueva Biblia Latinoamericana dicen: “porque un ángel del Señor descendía de vez en cuando al estanque y agitaba el agua”. Un Ángel del señor significa que el angelito curador proviene de Dios y no de origen maléfico.

En otras versiones como Reina Valera Gómez, Reina Valera 1909, Biblia Jubileo 2000, Sagradas Escrituras 1569; dice solamente “Ángel”. La King James (utilizada por defecto por los norteamericanos) también dice “Ángel”. 

Pero en la Vulgata dice: “angelus autem domini” que significa “Ángel del señor”.

Pero más interesante aun es que en varias versiones griegas como la “Griega SBL” o la “1881 Westcott-Hort New Testament” o la “Tyndale House Greek New Testament” se omiten completamente el versículo 4, pasando del 3 al 5:

1Μετὰ ταῦτα ἦν ἑορτὴ τῶν Ἰουδαίων, καὶ ἀνέβη Ἰησοῦς εἰς Ἱεροσόλυμα. 
2ἔστιν δὲ ἐν τοῖς Ἱεροσολύμοις ἐπὶ τῇ προβατικῇ κολυμβήθρα ἡ ἐπιλεγομένη Ἑβραϊστὶ Βηθεσδά, πέντε στοὰς ἔχουσα• 
3ἐν ταύταις κατέκειτο πλῆθος τῶν ἀσθενούντων, τυφλῶν, χωλῶν, ξηρῶν. 
4. 
5ἦν δέ τις ἄνθρωπος ἐκεῖ τριάκοντα ὀκτὼ ἔτη ἔχων ἐν τῇ ἀσθενείᾳ αὐτοῦ•

Mientras que en la “greek and hebrew study bible” y la “Nestle 1904” si aparece el versículo 4 diciendo “Ángel”: “4 〈ἄγγελος  γὰρ  κατὰ  καιρὸν  κατέβαινεν  ἐν  τῇ  κολυμβήθρᾳ,  καὶ  ἐτάρασσε  τὸ  ὕδωρ•  ὁ  οὖν  πρῶτος  ἐμβὰς  μετὰ  τὴν  ταραχὴν  τοῦ  ὕδατος,  ὑγιὴς  ἐγίνετο,  ᾧ  δήποτε  κατείχετο  νοσήματι”. Donde “ἄγγελος” significa ángel.

En la versión “Dios habla hoy” también eliminan descaradamente el versículo 4: “1 Algún tiempo después, los judíos celebraban una fiesta, y Jesús volvió a Jerusalén. 2 En Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, hay un estanque que en hebreo se llama Betzatá. Tiene cinco pórticos, 3 en los cuales se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos echados en el suelo. 5 Había entre ellos un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años”

También es eliminado el versículo en las versiones: Nueva Versión Internacional, Nueva Traducción Viviente, Inclusive la Reina Valera Actualizada omite el versículo con una aclaración a pie de página: “Algunos mss. antiguos incluyen, aunque con variantes: paralíticos que esperaban el movimiento del agua. 4. Porque un ángel del Señor descendía en ciertos tiempos en el estanque y agitaba el agua”

Podemos concluir que sospechosamente algunas biblias simplemente omiten o cortan de tajo el versículo 4 mientras que otras traducciones recientes o importantes como la Vulgata dicen “ángel del señor” lo que nos lleva a pensar que este ser angelical es de origen Divino y enviado por el mismísimo Dios. Indudablemente a cualquier lector imparcial que lea este capítulo 5 del evangelio de Juan, podrá concluir fácilmente es ese ángel curador del estanque es un ángel celestial aprobado por Dios.

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- La actitud de Jesús. 


Es curiosa (por no decir contradictoria) la actitud de Jesús ante este asunto.

Asumimos que Jesús llega al estanque sabiendo las curaciones que allí ocurren con el caprichoso ángel.  Se acerca al paralitico que ante la impotencia de no poderse lanzar al estanque antes que otros le pide ayuda a Jesús; Y… ¡Zaz! Jesús lo cura y el antiguo impedido sale corriendo lleno de alegría.

El asunto aquí es… ¿Y los demás enfermos? El versículo 3 nos dice que había “una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos”. ¿Por qué Jesús no aprovecha y los cura a todos? ¿Por qué solo elije a uno despreciando a los demás? ¿En qué se diferencia Jesús del supuesto ángel infernal que solo cura al primer clavadista cuando él solo cura a uno de entre tantos enfermos? Supongo que los demás enfermos al ver al paralítico corriendo alrededor del estanque lleno de alegría se le acercarían en masa a Jesús en masa para pedirle que los cure a ellos también. Pero Jesús no lo hace; sino que parece que quiso curar medio en secreto a este tullido para que nadie se entere. ¿Por qué el interés de mantenerse en secreto sobre todo porque ya había realizado varios milagros?

Y no menos importante: Si ese ángel que curaba gente era de origen satánico como dicen algunos cristianos, ¿Por qué Jesús no esperó a que apareciese y así destruirlo frente a la multitud de espectadores?  ¿Qué mejor manera de demostrar su poder sobre el maligno que enfrentarse cara a cara a un ente demoníaco y ganarle frente a testigos? Pero no lo hace. Asumimos de esta manera que el ángel era de origen divino o Jesús era un cobarde temeroso de ser vencido frente a una multitud. Muy extraño esto.

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- “Parece pero no es”


Otra curiosa y entretejida excusa cristiana para justificar estos absurdos hechos es que, en realidad no había ángel ni nada; es que todo era una creencia de la gente que supuestamente se aparecía un angelito y curaba gente, y las personas iban al estanque por superstición y tradición. 

Considerar medianamente cierta esta excusa sería admitir que la Biblia miente descaradamente ya que el evangelista en ningún momento insinúa que el Ángel no es real o que todo era una suerte de costumbrismo y dichos populares. 

¿Y las curaciones? Si todo era una leyenda y nunca existió un ángel curador ¿De dónde venían entonces las curaciones? ¿Eran sanaciones psicológicas? ¿Sugestión o alucinaciones colectivas? A cualquier lector imparcial le parecerá que la historia nos habla de un ángel y curaciones muy reales. Por lo que también hubiese sido medio tonto de parte de Jesús el no levantarse de entre el público y expresar a los cuatro vientos - “¡Eh, banda de ilusos! ¡Todo esto del ángel es una mentira y nadie los está curando! El único que puede hacer milagros aquí soy yo… ¡Pero solo a uno! ¡¿Entendido?!

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- Jesús… ¿Amenazando?


Jesús tiene una de esas frases que se han convertido en “Cliché” y que las repite una y otra vez en sus aventuras: Casi siempre después de curar a alguien o de hacer un portentoso milagro, suele decir “Anda y no peques más”. Pero en la presente historia del Ángel de Betesda, nos añade otra frase que suena muy escalofriante: “no peques más, para que no te venga alguna cosa peor”

Ehh… ¿Jesús está amenazando al pobre paralitico? 

Parece que el negocio de las curaciones milagrosas de Jesús va así: El tipo flaco y barbudo te cura. Entonces se establece una especie de contrato de por vida donde sí se te ocurre cometer algún pecadito, Dios te va a enviar un mal peor del que tenías antes. Es como si el gobierno le regala una casita al pobre refugiado, pero si este no vota por el en las próximas elecciones, no solo le quita la casita, sino que también lo deporta. ¡Que Dios tan vil es este!

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- Primicia Bíblica.


También es de notar: ¿Por qué ninguno de los evangelios sinópticos nombran a esta historia? Es curioso que un milagro de este tipo que fue realizado supuestamente frente a un gran número de gente (Los enfermos ansiosos de darse un chapuzón matinal) sea solo mencionado por Juan en su evangelio. ¿Y Mateo? Ya Jesús tenía rato dando vuelta por ahí con sus amigos discípulos. ¿Por qué nadie más nombra estos acontecimientos? Todos sabemos que el último de los evangelios escritos es el de Juan. Quizá el resto de los evangelistas se pusieron de acuerdo cuando escribieron sus libros: - No escribamos esta historia del ángel nadador curador. Total, tampoco es tan importante. Seguramente dentro de varias décadas el buen Juan la escribirá.



En el fragmento bíblico del Ángel de Betesda, lo que debería ser una aleccionadora historia de misericordia y sanación, vemos que bajo esa ilusoria superficie en realidad se esconde una historia de incoherencias, absurdos y sobretodo de un enorme egoísmo por parte de Jesús que una vez más nos demuestra que a pesar de tener un enorme poder para realizar el bien y beneficiar a muchos, exhibe poca empatía, solidaridad e intención de hacer las cosas de la manera como lo haría un verdadero ser todopoderoso e infinitamente bueno. 



Niña muere aplastada al abrazar una estatua del Sagrado Corazón (Opinión y Actualidad)

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Hay cosas que de verdad me cuestan mucho entender.

 

Si ya me es difícil entenderlas y aceptarlas siendo un incrédulo, no me imagino como sería si fuese creyente.

 

Hay situaciones muy complicadas que ponen a prueba la fe de muchos de los que creen en la existencia de un Dios bueno y todopoderoso. Situaciones que hacen que el Creyente se conforme con enrevesadas explicaciones teológicas o respuestas simplistas y estrafalarias.

 

Siempre he dicho que una de las cosas más absurdas de la vida es la muerte de niños. El solo hecho de que una incipiente vida sea sesgada por la muerte me parece algo muy injusto y me llama poderosamente a la reflexión. Pero cuando éstas muertes de infantes tienen un trasfondo que involucra la creencia religiosa, debería llamar la atención sobretodo a los creyentes Cristianos. Y digo todo esto por el siguiente caso que ocurrió hace muy pocos días en Barranquilla Colombia.

 

Haré un pequeño resumen de los hechos acaecidos. Los detalles del suceso pueden leerse más adelante en las noticias oficiales:

 

Están unos niñitos jugando en una plaza y en esta plaza hay una estatua del Sagrado corazón de Jesús con los brazos abiertos. Dicha estatua mide 1.70 mts de alto y pesa cerca de 120 kilogramos. Unos de los infantes que juegan cerca es una niña de 5 años llamada Karen y que, según palabras de su propio padre: "la niña siempre se sintió atraída por las imágenes religiosas". El asunto es que la niña ve la estatua de Jesús con sus brazos abiertos y va a abrazarla. La estatua que esta mal fijada al suelo cae sobre la niñita y ésta muere aplastada.

 

Yo soy Ateo y entiendo que la explicación sobre esta desgracia es terrible pero simple: Es una soberana irresponsabilidad dejar una estatua tan grande y pesada sin una buena base o sujeción  al piso. Las autoridades municipales son responsables de este desgraciado suceso. Lo demás es una combinación de mucha mala suerte y descuido paternal. Horrible, pero suele pasar.

 

Pero... ¿Qué opina un Creyente Cristiano sobre esto? ¿Cómo justifica este horrible deceso?

 

Lamentablemente (y aunque es implícito) debo poner en situación al creyente lector: Recuerde que Dios es omnipresente. Dios está en todos lados observando todo lo que hacemos. Dios ve a una niña que en su inocencia y que genuinamente cree en él, va a abrazar a una estatua que lo representa; y ante su omnisciencia ¡No hace absolutamente nada para evitar lo que ocurrirá!

 

Dios que es amor, y que uno de sus gritos de guerra es "Dejen que los niños vengan a mi" observa sin inmutarse como una pequeña niña va inocentemente a demostrarle su amor con un abrazo... y muere de forma horrible.

 

Y si es cierta la premisa Cristiana de que "Ni una hoja de una árbol cae al suelo sin el permiso de Dios", podemos deducir que Dios no solo NO evito la muerte de la nena, sino que esa muerte era parte de su macabro plan divino.

 

 

Leamos la noticia:


Nenita de 5 años murió aplastada al abrazar una estatua del Sagrado Corazón

 

La pequeña tenía 5 años, era venezolana pero vivía en Colombia junto a sus padres y dos hermanitos que están desconsolados. "Cuando la logré rescatar mi hija ya estaba muerta", relató angustiado su padre.

 

MUNDO 02-06-2021 23:50

Una familia venezolana instalada en la ciudad de Barranquilla, Colombia, está viviendo momentos de indescriptible dolor tras la de su pequeña hija de cinco años. La niña murió aplastada por una pesada estatua religiosa que le cayó encima cuando ella intentaba abrazarla.

Se llamaba Karen Sofía Primera Rojas, era una niña amorosa y siempre le llamaron la atención las imágenes religiosas y esta vez su fascinación le costó la vida. Ella estaba jugando con otros niños en la plaza Coolechera del barrio Silencio, cuando con su inocencia  fue hacia la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que tiene los brazos abiertos, para abrazarla.

En ese momento, la estatua de 1.70 metros de alto que no estaba fijada del suelo, se abalanzó sobre la pequeña y le ocasionó heridas mortales. Fue su propio padre quien logró sacar la pesada escultura de arriba del cuerpito de Karen, pero ya era muy tarde.

El dolor de la familia

Ella estaba jugando en la plaza con sus hermanitos cuando el terrible accidente ocurrió. "Tenemos otra niñita de siete años y otro de cuatro que no durmieron en toda la noche. Decían que estaban esperando a su hermana. Cuando les dimos el desayuno nos dijeron que si no la veían no iban a comer", contó Euro José Primera , el padre de la niña, en diálogo con CTV Barranquillla.

El papá fue el primero en llegar para intentar socorrerla. "Los niños quedaron traumatizados porque estaban con ella. Ellos me pedían que le limpiara la sangre a la hermanita. Cuando llegué me encontré con una estatua montada en la cabeza de mi hija. La intenté correr pero no pude solo, era de mármol y pesaba unos 100 o 120 kilos y me tuvieron que ayudar unos vecinos".

Pese a que intentaron llevarla al hospital para que fuera atendida inmediatamente, los profesionales ya no pudieron hacer nada. "Cuando levanté a mi hija del suelo ya estaba muerta. Le limpié la sangre y en el hueco en donde le limpié vi que tenía partículas de masa encefálica. Me la quitaron de los brazos y mi esposa se la llevó en moto al hospital pero yo sabía que ya estaba muerta", recordó el padre impactado.

Nadie sabe con seguridad de dónde provino la imagen apareció en la plaza hace seis meses. El barrio está organizado en una red de 250 miembros que se han unido para poder pagar los gastos del sepelio ya que la familia es de escasos recursos.

Así relataban sus padres el inmenso dolor por la pérdida de Karen


Fuente:

https://www.cronica.com.ar/mundo/Murio-una-nena-al-abrazar-una-estatua-del-Sagrado-Corazon-Cuando-la-logre-rescatar-mi-hija-ya-estaba-muerta-20210602-0182.html

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Horror: una niña de 5 años murió aplastada por una estatua


En ese momento la pequeña se encontraba jugando tranquilamente con otros chicos en una plaza barrial.

 

MUNDO

Redacción Canal 13 San Juan TV

jueves, 3 de junio de 2021 · 08:13

Se viven momentos de profunda triste en Colombia, más precisamente en la ciudad de Barranquilla. Esto se debe al fallecimiento de una niña de apenas cinco años de edad. La pequeña fue a abrazar una estatua cuando esta imagen hecha de cemento se desplomó encima de ella y la aplastó.

Todo sucedió cuando esta menor nacida en Venezuela se encontraba jugando con otros chicos de su edad en la plaza Colechera. La misma se encuentra situada dentro del barrio llamado Silencio. En ese lugar se encontraba una estatua de casi dos metros de alto del Sagrado Corazón de Jesús.

Según sus padres la niña siempre se sintió atraída por las imágenes religiosas por lo que en esta ocasión quiso ir a abrazarla. Cuando ella cruzó sus brazos alrededor de la escultura de cemento, la misma se rompió cayendo íntegramente sobre el cuerpo de la amorosa infante.

Esto provocó la muerte instantánea de Karen Sofía Primera Rojas que sufrió múltiples heridas en cuestión de segundos. Al percatarse de ello el padre de la afectada quitó la estatua de arriba de su hija pero tristemente ya era muy tarde.

 

Fuente:

https://www.canal13sanjuan.com/mundo/2021/6/3/horror-una-nina-de-anos-murio-aplastada-por-una-estatua-161419.html#!

 

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Excusas Cristianas


- "Dios no tiene la culpa, los culpables son los hombres que no aseguraron la estatua"

 

¡Absolutamente de acuerdo!

 

De hecho esa sería la respuesta de un Ateo que no cree en Dioses todopoderosos, omniscientes y bondadosos. Si usted amigo lector utiliza esta excusa, está pensando como un ATEO y nos está dando implícitamente la razón: Las cosas ocurren independientemente de Dioses; ya que LOS DIOSES NO EXISTEN.

 

Pero claro, usted es cristiano y tiene que admitir lo mencionado antes: Dios es omnisciente e infinitamente bueno y no hizo absolutamente nada para evitar la desgracia.

 

¿Qué padre, sabiendo de la desgracia por venir, deja que su pequeña hija muera sin hacer nada?

 

- Si, yo sé que esa estatua está mal colocada y que caerá sobre mi hija, pero no haré nada ya que es responsabilidad de los cuidadores del parque el haberla fijado correctamente. Sip. Así de bueno soy.

 

 

- "Dios no es el culpable. Es Satanás"

 

Claro. Añadamos más mitología y fantasía al asunto.

 

Dios (que lo sabe todo) sabe que Satanás pondrá una trampa para asesinar a una inocente criatura y decide NO HACER NADA.

 

Sip. Digno de un ser todopoderoso e infinitamente bueno.

 


- "El hombre tiene libre albedrío"

 

¡Es una inocente niña! No tuvo "albedrío" o capacidad de decisión alguna. Simplemente actuó por instinto: le habían enseñado que las imágenes de Jesús son buenas y fue a abrazar a una. ¿Usted haría eso amigo lector cristiano? ¿Dejaría a su hijo pequeño jugar con una serpiente venenosa sin intervenir ya que el niño esta ejerciendo su libre albedrío?

 


Otras absurdas excusas como "Esto es producto del pecado original" o "Dios necesitaba un angelito en el cielo" o quizá "Eso les pasa a los Católicos, por adorar estatuas"; son de lo más ingenuas y risibles. Creo que ningún Cristiano decente y "razonable" las aceptaría.

 

Ah! Pero hay otra excusa que suele ser la tabla de salvación para muchos cristianos y que les permite no pensar mucho en estos asuntos y quedarse medianamente tranquilos: - "Esas cosas son un misterio que solo Dios conoce" o - "El hombre no tiene la capacidad de entender a Dios".

 

Este tipo de excusas son conformistas y simplistas que no hacen otra que dar un alivio momentáneo a lo que verdaderamente da vueltas y vueltas en la mente del angustiado Cristiano: - O Dios no existe o Dios no es bueno.

 

Como Ateo solo espero que aprendamos a ser más cuidadosos con este tipo de ornamentación en espacios públicos y que los gobiernos regionales garanticen la seguridad de las personas que los visitan.

 

Llegue a los familiares de Karen el consuelo que necesitan en tan difícil momento.


Desde allí, pasando por ahí, llegamos hasta aquí. (Colaboración)

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Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)


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Desde allí, pasando por ahí, 
llegamos hasta aquí


La religión pudo surgir ya en los mas recónditos de las cavernas. Después de milenios de evolución, los mismos que de ella se han aprovechado en beneficio propio, hoy al abrirse las puertas del espacio cósmico continúa su periplo de engaños seculares. ¿Hasta cuándo? Según ellos insecular seculorum... 

A eso es a lo que se pretende llegar, a una conclusión objetiva como hombres y libres pensadores, es mucho mejor que estar creyendo en lo increíble. Sabemos que, en este mundo, pues no existe el otro, hay dos clases de hombres, los inteligentes sin el yugo de la religión y los denominados hombres de fe o religiosos, pero sin inteligencia.

Pero aquí, y todo debe ser dicho, la que pudieran tener, pues de tontos no tienen un pelo, les sirven para usarlas entre aquellos ciudadanos mas ignorantes que buscan respuestas arrodillados ante ellos y con los ojos cerrados y llenos de fe. A estos les diríamos: reza, reza todo lo que os de en ganas, pero no dejen de remar hacia tierra..., pues estáis hundiendo vuestras vidas por nada.

Cabríamos modificar una de las frases de Volteire para testificar aún más y preferentemente decir: si Dios realmente existiera sería necesario abolirlo o llevarlo ante la justicia de la Razón por las ineficacias y horrores cometidos sobre su propia creación. 

Algunos hombres son como aquellos pececillos que están en su acuario. Para ellos los que les están alimentando es su único Dios. Por lo tanto, el sentido común del discurrir es la negación total de las religiones, ésta junto a las machaconas teologías es la de esa “ciencia” de la divina mentira. Ejemplo: las concentraciones religiosas por semana santa y símiles, y las ya habituales “visitas” papales, pues son practicadas en todo el “anno domini” es prueba palpable que no pueden negar que tienen acorralados a todos sus “corderos...”. 

Pensemos en el Génesis. Si el Dios judío-cristiano, por ser el que más nos influye, que prohibió a Adán y Eva comer del fruto del árbol de la ciencia del bien, querría Él que los hombres caminasen privados de toda conciencia fueran éstos por siempre unas bestias eternas, arrodillados ante ese su-puesto Dios “viviente y colérico”, su creador y su amo. Pero si lo pensamos detenidamente aún continúan sin comer del “árbol de las ciencias evolutivas” como se está viendo en plena era científica, aunque infelizmente no somos todos… 

Es patente, los libres pensadores y ateos no pueden creer en ningún denominado personaje llamado Dios. En todo momento preferimos las filosofías, ciencias, naturaleza a las religiones. Es obvio, no se puede poseer al mismo tiempo lo evidente y lo incomprensible.

Veamos. Han venido diciendo en los púlpitos, aunque hoy han entrado en la tecnología, precisamente no inventadas por ellos, pues de haberlo podido habrían llevado sus precursores a la hoguera, que la religión es necesaria para poder vivir. ¿Creemos que la policía es imprescindible? Si no existieran los bandidos, asesinos, corruptos, etc, no la habría. Por supuesto, de no haber religión tampoco Dioses y las ignorancias que acarrean los seculares tiempos pretéritos y presentes. 

Las religiones nunca han sido capaces de reformar a la Humanidad y llevarla hacia un bien estar social en paz y progreso, pues resulta que ellas misma ya de por sí son precisamente una esclavitud perpetua y con un yugo que dura milenios. Cabe decir positivamente que el médico ve al hombre en toda su fragilidad; el juez en toda su maldad; el teólogo en toda su ignorancia.  

Es inaudito, contrario a la razón el imaginarse a un Dios que premia y castiga a las criaturas de su propia creación y cuyas intenciones fueron modelarlos bajo sus propios dominios que obliga a obedecerlo sin rechistar. Es decir, un Dios que no es ni más ni menos que el reflejo de la debilidad humana. Igualmente, no es creíble que los individuos sobrevivan a la muerte de su propio cuerpo. Pensar de esa manera equivale a miedos y egoísmos de los más ridículos, pero esa es la realidad en cualquier religión. No, no es posible creer en ese Ser Supremos lo mismo que no lo hacen con el personaje Papá Noel. 

¿Está dispuesto ese Dios a prevenir la maldad, pero no puede? Entonces no es omnipotente... ¿Puede él hacerlo, pero no está dispuesto? Creemos entonces que es malévolo... ¡Esa es la única realidad!

Lo libres pensadores, o lo que es más cómodo denominarnos por los creyentes como ateos, nunca hemos creído en un Dios personal, espiritual ni en ningunas otras convicciones religiosas, lo venimos insistiendo. Por supuesto, si hay un algo en nosotros que pudiera ser llamado “religioso” es ahí la admiración sin límites a la estructura del Cosmos, el Planeta Tierra y hasta donde la ciencia ha podido penetrar y revelarnos hasta estos momentos. Por simples deducciones, los dioses llegan a ser tan frágiles que pueden ser asesinados con las realidades científicas, o entonces con el sentido común de la razón. Sin olvidar que Jesucristo, según los dogmas cristianos, fue asesinado en el patíbulo de la cruz por el propio pueblo que vino a salvar, pero que después se ha sabido que no era al pueblo hebreo y sí el posterior cristiano…, en realidad un tremendo lío. 



Los seres humanos nacen, envejecen, enferman, evolucionan, se mueren y extinguen. Entonces, ¿dónde está el personaje dios que cometió errores de cálculos cuándo diseñó su mundo? Sabemos desde hace siglos, milenios, que difícilmente va a existir un argumento convincente para probar ante las masas de todo el mundo la no existencia de Jehová, Dios, Jesucristo, Alá y un largo etc. Resulta que ellas, las religiones, no quieren decir la verdad, esas mismas que comparten mutuamente y necesitan de la fe, o mejor especificado: virtud teologal por el cual los creyentes creen en las “verdades” reveladas por su respectivo Dios.

Como se viene insistiendo, las religiones basan sus conceptos teológicos en la machacona fe. Ahí radica todo lo relacionado con la vida en el mundo y la firme promesa explícita de una posterior recompensa en los etéreos paraísos celestiales después de la inevitable muerte. Por supuesto, todos esos beneplácitos regalías son a cambio de obedecer ciegamente, ahí entra de lleno la fe, los sagrados y absolutos juicios de sus muchos intermediarios, según esos guías espirituales a una “verdad divina”. Cabe recordar e insistir de que, si no eres buen creyente, ese Dios de misericordia tiene reservado un otro lugar de sufrimientos por desobediente llamado infierno… Ante esas absurdidades exigencias y oscurantismos, aún exigen la entrega incondicional de los más grandes y supremos condicionamientos que posee el homo sapiens: LA RAZÓN HUMANA, esa misma que como tal le da la LIBERTAD pensante ante él mismo y el mundo que le rodea. Es ahí donde se puede encontrar, dentro de lo humano, el sentido de la vida y no en creencias religiosas y retrógradas.

Otro de los “divinos mandamientos” es el tener que sustentar a todos esos parásitos y vagos con el trabajo ajeno y aún en la opulencia y riquezas que como servidores de Dios tienen que poseer.

Los seres humanos pueden vivir sin los dioses, de hecho, así ha ocurrido en el pasado y presente. Ocurre que, por intermedio del sacerdocio, sea él cualesquiera, los dioses les deben su existencia a los humanos. Por lógica ellos son una existencia imaginaria de la realidad cotidiana, en definitiva, son el resultado de una insatisfacción colectiva. El creer en los dioses es una ocupación absurda, inútil y estéril. Es contrario a la razón buscar allí donde nada existe. A los dioses no se les pueden buscar, y menos en templos, se les crean..., para mayor gloria de la teocracia. 

Desde tiempos inmemorables los que no pudieron ser como nosotros, libres pensadores, los ciudadanos restantes por mayoría han sido en todo momento y lugares privilegios exclusivos de los religiosos. ¡El que lo dude que mire por unos momentos quién fue la Santa Hermandad! Insistimos al respecto: cuando la ignorancia es felicidad para los crédulos, es pues una gran locura ser sabio.

Añadiremos que la teología nunca ha ayudado en los problemas del saber ni en las investigaciones. Ella resulta ser algo así como buscar a media noche y sin luna en un sótano oscuro a un gato negro que no está allí. 

Siempre lo ha sido, no hay nada nuevo bajo el Sol, la mejor manera de enriquecerse es crear tu propia religión, o lo que es lo mismo, tu propio Dios. A la vista está la cantidad de ellas que existen y han existido siempre. Prueba contundente son los denominados “10 mandamientos”, ellos fueron creados para cerebros aburridos. Los cinco primeros son exclusivamente para el beneficio del clero y sus múltiples poderes que les dan. Los siguientes cinco restantes son medias verdades, ni completas ni adecuadas. 

Llevémoslo con orgullo, no nos avergoncemos de tener a un primate por antepasado, es decir, un primo cercano del reino animal, todo lo contrario, aún más cuando nos tachan al decirnos que el clero son los pastores y nosotros cordero... Pero sí de descender de unos hombres auto llamados infalibles y que se inmiscuyen en asuntos científicos de los que no saben nada. Cuando éramos chavales creíamos en Dios, obligatoriamente y a esas edades te tragas todo lo que dicen, aún más en un régimen nacional catolicismo. Posteriormente cuando logramos unir dos o mas pensamientos se nos olvidó que “existían” tales dioses. 

Sin embargo, creemos que Dios es una necesidad para muchas gentes, lo que no demuestra que exista. Aún mas, les tenemos lástima que no despierten del sueño que les provoca los misterios que encierran las religiones y la denominada fe. 

Tenemos tanta autoridad como el Papa de Roma, la cuestión es que no tenemos tantas gentes que así lo crean, peor para ellos, nosotros no les engañamos. 

Las únicas iglesias que verdaderamente han iluminado son aquellas que ardieron por algún motivo, y no los miles de hogueras que durante siglos quemó a infinidades de inocentes “herejes”.



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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Zerimar Ilosit", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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El origen del Castigo (Colaboración)

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Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

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El origen del castigo


Directa o indirectamente, las interminables discusiones sobre la existencia del libre albedrío afectan al derecho penal y a la filosofía del derecho como bases de todos lo sistemas jurídicos actuales al menos en los estados democráticos.

Aquí mismo, en ese foro, hay detractores del libre albedrío y, por tanto, defensores de los sistemas judiciales como único mecanismo de defensa de la sociedad ante los actos antijurídicos. No obstante, siempre he defendido la idea de que del libre albedrío no surge ni la responsabilidad ni la culpabilidad, sino que tanto una como otra son constructos culturales heredados por vía consuetudinaria y no como una inferencia lógica de la existencia del libre albedrío. Y, por esa misma razón, he dejado de indagar sobre si el determinismo es cierto o no.

Ser libre o no, no tiene importancia para la acusación de “culpable” de un delincuente ni de ninguna persona. Es más, ni siquiera hay diferencia entre la libertad de quien considera que existe el libre albedrío y de quien lo niega, esto es, que aún no existiendo el libre albedrío somos libres de hacer lo que nos plazca, otra cosa es que dichas acciones que llevamos a cabo estén determinadas de antemano, lo que no impide el poder satisfacer nuestros deseos. Dicho de otra manera: hacer lo que nos place, aunque dichos deseos estén determinados, es, al fin y al cabo, la finalidad del hombre. La felicidad es posible aún siendo un robot orgánico.

Pero no voy a tratar una vez más el tema de la libertad humana, sino lo que se desprende de ella, como es la culpabilidad.

En un ensayo mío, escrito en el 2004, ya me hacía cargo del origen del castigo:


«La resistencia, por parte del hombre moderno, a verse determinado y, por tanto, libre de responsabilidad moral sigue siendo la necesidad de satisfacer y justificar ciertas pasiones que sólo pueden verse aliviadas en una sociedad que no admite que haya causas totalmente determinantes haciendo posible el reproche y la censura. Este hecho se halla inscrito en los, tan frecuentes, eufemismos en los que incurren las gentes que se manifiestan públicamente en las calles o en los medios de comunicación. al exigir "más justicia" ante condenas o sentencias a criminales a los que se han juzgado no con todo el rigor y severidad que la masa hubiera deseado.

¿Cómo podría alguien dirigirse a unos padres, a quienes le hubieran violado y asesinado a su hija, diciéndoles que el asesino es digno de conmiseración al no tener la culpa de ser lo que es? Cabe preguntarse, por lo tanto, si es posible concebir la idea de responsabilidad moral en una sociedad en la que no existieran todas esas pasiones anteriormente citadas. En dicha sociedad sólo cabría un sistema disciplinario basado en el amedrentamiento, encaminado a la evitación de conductas no deseadas, tal como concebimos el castigo a los niños o a los animales -a los que castigamos "por su bien" pero sin sentir ningún tipo de odio, ira o venganza por considerarles irresponsables de sus actos.

No podemos' calificar de injusto el dejar de aplicar un castigo a un niño o a un animal. Sólo podría considerarse un descuido en el sistema educativo o una negligencia, según las condiciones en las que se hubiera dejado de aplicar lo que consideramos necesario y doloroso para que ciertos comportamientos no se repitan. Si se acepta la premisa de que en una sociedad en la que se desconoce el término venganza y sus derivados sólo se podría castigar para corregir la conducta sin que el acusado incurriera en responsabilidad moral, se tendrá que admitir que lo único que justifica la existencia de ésta, en nuestra sociedad, es precisamente la susodicha venganza, permitiéndome definir el castigo como "la institucionalización de la venganza".»


En uno de tantos ensayos que se han escrito sobre el tema, Sandra Jazmín Juárez en “Culpa y castigo. Una explicación psicoanalítica.” lo expresa de la siguiente manera:


«En principio –tanto para Locke como para Nietzsche- quien había causado un perjuicio merecía una pena, un castigo “y para impedir que los hombres atropellen los derechos de los demás, que se dañen recíprocamente, y para que sea observada la ley de la Naturaleza, que busca la paz y la conservación de todo el género humano, ha sido puesta en manos de todos los hombres, dentro de ese estado, la ejecución de la ley natural; por eso tiene cualquiera el derecho de castigar a los transgresores de esa ley con un castigo que impida su violación”[2] . La contribución de Nietzsche a esta, aparentemente simple, resolución es el problema de la severidad, la cual esta determinada por el grado de cólera que padecía el afectado. Es la cólera; es decir, la emotividad personal, “la apasionada fogosidad o la extravagancia ilimitada de su propia voluntad”[3] , y no la gravedad del perjuicio, la medida de la sanción. Entonces la sanción se convierte en una forma de venganza en la cual no hay otra regulación que el monto de afecto causado. Esta lógica esta regulada por el capricho, entendido como lo incierto, lo no regulado, lo impredecible.

El ejercicio de la justicia propone la búsqueda de una equivalencia entre perjuicio y castigo: “en el estado de Naturaleza, un hombre llega a tener poder sobre otro, pero no es un poder absoluto y arbitrario para tratar a un criminal, cuando lo tiene en sus manos (…); lo tiene únicamente para imponerle la pena proporcionada a su trasgresión, según dicten la serena razón y la conciencia; es decir, únicamente en cuanto pueda servir para la reparación y la represión. Estas son las dos únicas razones por las que un hombre puede infligir a otro un daño, y a eso es a lo que llamamos castigo”[4] . La solución para Locke parece sencilla: ceder el poder y la libertad individual a un tercero, al gobernante, porque él, al no ser afectado por la trasgresión, no se apasiona y castiga de acuerdo a la gravedad de la falta.

Coincidiendo con estas ideas, Nietzsche propone que la medida del castigo esta determinada por la gravedad del perjuicio, traduciéndolo en el ejercicio de la justicia; es decir,  eliminar el afecto como determinador de la sanción, sólo de esta manera se puede confiar en que el trasgresor recibirá lo que merece, ni más, ni menos.

En un principio, se supone que bastaba con la restitución del bien o la propiedad para reparar un daño, pero ¿qué pasa con la vida humana? Esa  no se restituye, por lo tanto se debe cobrar con la vida del otro. Lo que llama particularmente la atención es el hecho del castigo traducido en dolor físico del culpable y no precisamente la restitución del daño con bienes materiales. El dolor que se ofrece como compensación, como algo que se entrega para pagar o reparar un daño causado. Pero ¿De dónde viene esa idea?, ¿Cómo llega la humanidad a la solución del sufrimiento como única alternativa para la reparación de la culpa?, ¿Cómo puede el dolor del culpable tener el poder de restituir un daño?, y sobre todo, ¿En qué momento y de qué manera el propio ser humano se convence de que aun cuando nadie sepa de su trasgresión, el único camino para liberarse es el castigo del dolor?

El acreedor, perjudicado y ofendido porque no obtuvo pago sobre algo que entregó, cambia su displacer por un contra/goce. Esta transacción es posible porque el mayor bienestar que puede obtener un ser humano se deriva del ejercicio de la crueldad, como lo afirma Nietzsche: "La crueldad constituye en alto grado la gran alegría festiva de la humanidad más antigua, e incluso se halla añadida como ingrediente a casi todas sus alegrías…"[5] . Si lo pensamos un poco, podemos relacionar prácticamente todas las fiestas –tanto las paganas como las religiosas- con actos en los que el otro tiene que sufrir, ya sea como pago de algún crimen o como muestra de una superioridad casi divina. El dolor nos hace merecedores de algo bueno: la reivindicación o la gloria.

"Ver sufrir produce bienestar; hacer sufrir, más bienestar todavía - ésta es una tesis dura, pero es un axioma antiguo, poderoso, humano - demasiado humano, que, por lo demás, acaso suscribirían ya los monos; pues se cuenta que, en la invención de extrañas crueldades, anuncian ya en gran medida al hombre y, por así decirlo, lo "preludian". Sin crueldad no hay fiesta: así lo enseña la más antigua, la más larga historia del hombre - ¡y también en la pena hay muchos elementos festivos!"[6]


Fuente:
https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/prepa4/n4/e18.html




No cabe duda de que los sentimientos viscerales como la venganza, el odio y la crueldad, fueron el principal fundamento de la “reparación” de un daño aunque éste no pudiera ser retribuido de forma material. La compensación por medio de una agresión violenta que causaba sufrimiento era, quizás, más placentera que una compensación económica o material.

No obstante, tal como se comenta en el anterior ensayo de Sandra Jazmín, se estableció un sistema judicial neutral que no estuviera afectado por las emociones para poder aplicar los castigos más justos eliminando la ley del Talión y haciendo posible un sistema más justo.

Aún así, el castigo aplicado por un Estado, al que se consideraba neutral, no dejaba de tener una base retributiva y no sólo disciplinaria o disuasoria. La retribución es una forma eufemística que encubre la venganza. Es ahora el Estado quien se encarga de proporcionar a la víctima la satisfacción de la venganza aunque en una medida proporcional para evitar que cada uno se tome la justicia por su mano. Ya era un avance, por supuesto, pero dicha retribución deja de ser en la modernidad un fundamento coherente y los interminables debates sobre ella se decantan cada vez más por eliminarla y dejar como único fundamento de los sistemas penales la necesidad de ordenar la sociedad.

Gibernat Ordeig, ( ) lo dice así:

«Teoría de la necesidad de la pena: Gimbernat Ordeig, jurista experto en derecho penal, apoya la idea de que "el principio de culpabilidad debe ser sustituido por el de necesidad de pena, con lo cual no se dejaría al ciudadano al arbitrio estatal y, por ende, el fundamento y presupuesto de la pena no sería la culpabilidad, sino la necesidad político-criminal de prevención (general o especial) que de ella exista".

Teoría preventiva-retributiva: Ordeing defiende el abandono de que la pena es una retribución por el hecho cometido, basada en el reproche a quien libremente optó por el injusto. La pena tiene una misión basada en la prevención de delitos.»


Otros autores también van por ese camino:

«Todo acto de autoridad de hombre a hombre que no se derive de la absoluta necesidad es Tiranía, he aquí la base sobre la que el soberano tiene fundado su derecho

(“De los delitos y las penas”, obra de Beccaria)»


Frase de Protágoras: 
“Ninguna persona razonable castiga porque ha habido una mala acción, sino con el fin de que no haya más”

Fuente:
https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/72702/1/tesis_ilsse_carolina_torres_ortega.pdf


Algunas reflexiones sobre el derecho de castigar del Estado Por EDUARDO NOVOA MONREAL

(...)Se ajusta correctamente a este pensamiento crítico la posición de la escuela de la Defensa Social, en cuanto postula que la reacción penal está encaminada no a fines de justicia sino de pro tección (social y del delincuente) . Lo importante es que no se cometan aquellos hechos que hoy denominamos delitos y no el cumplir con una ilusoria justicia condenando o castigando a quienes incurrieron en ellos (11).

Fuente:
file:///E:/Downloads/Dialnet-AlgunasReflexionesSobreElDerechoDeCastigarDelEstad-1984755.pdf


No voy a citar aquí todas las manifestaciones de autoridades en cuestión de temas de filosofía del derecho y derecho penal por su extensión, pero creo que no hace falta, puesto que la inmensa mayoría son de la misma opinión, y no se trata de “argumentos de autoridad” sino que todas esas manifestaciones están avaladas por la experiencia y la pura lógica.

En resumen. La culpabilidad no existe. Es un constructo social indemostrado que se adentra en el campo metafísico y en los sentimientos instintivos surgidos por evolución biológica. Aún así, necesitamos de ese concepto, al igual que el de responsabilidad, para aplicar leyes destinadas a proteger a los ciudadanos.

El libre albedrío no es necesario para justificar el castigo.


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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Bernat", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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El fin del mundo según el Corán (Colaboración)

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La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

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El fin del mundo según el Corán


El Corán es un libro extraño, desordenado, sin orden cronológico, cuyos relatos, códigos, adagios y profecías se saltan y solapan entre sí, volviéndose en un pastiche pseudo bíblico muy oscuro y confuso, aún así con un poco de práctica es posible discernir entre relatos, a pesar de tanto desorden y callejón sin salida, es interesante señalar una serie de predicciones y amenazas veladas que de vez en cuando aparecen, las cuales pueden interpretarse como las señales del fin de los tiempos.

Según el Corán cuando el creyente muere entra en un estado de espera junto a Alá en el paraíso, hasta que llegue el «Día del Juicio» y se entreguen las recompensas prometidas, los impíos, también entran en estado de espera, pero esta vez en sus tumbas, también esperando el «Día del juicio final» donde se decidirá su destino.—Como todos sabemos este es un recurso bastante común en el medio Oriente, el bien es recompensado y el mal castigado.—

Durante los últimos días (o eschaton) ocurrirán una serie acontecimientos que consumarán el fin del mundo tal y como lo conocemos.—un recurso comúnmente monoteísta—

Estos acontecimientos son conocidos como: las señales. Existen dos tipos de señales, las mayores y las menores.




Señales menores:

·El esclavo pasará a ser amo, los hombres competirán en la edificación de edificios altos, los sabios y conocedores se acabarán, los líderes serán ignorantes, aumentará la fornicación y el alcoholismo, habrá mucho derramamiento de sangre, dos grandes países pelearán y se matarán, habrá terremotos de gran magnitud, plagas de langostas devorarán cosechas y habrá hambre, los ríos se desbordarán, los vivos pedirán estar muertos.—como siempre, las típicas y ubicuas profecías insípidas aplicables a casi cualquier época y lugar—

Señales mayores:

·Vendrá el falso Mesías a liderar el mundo diciendo que es Alá y que traerá el cielo a la tierra, profetizará un falso Islam, el falso Mesías es corto, de cara rojiza, ciego de un ojo, y tendrá los pelos parados, viajará por el mundo, pero no entrará a la Meca o a Medina.—Vemos que se anuncia la aparición de un enemigo descarriador descrito a través de un estilo apocalíptico que puede significar cualquier cosa, un individuo, una ideología, una tecnología, curiosamente el enemigo no entrará en tierra sagrada de los musulmanes ¿No les parece haber visto esto del falso profeta esto en algún lado?—

·Desde el cielo en una mezquita de Damasco durante la madrugada Jesús vendrá por segunda vez y al mismo tiempo que el falso profeta utilizando el título de «el guiado». En esta segunda venida Jesús se cambiará el nombre a Mohamed hijo de Abdulá y sera de estatura media, de cara rojiza, y su pelo estará como recién bañado, en su misión traerá riquezas, romperá la cruz, matará al cerdo y al falso profeta, además convertirá judíos y cristianos al Islam, gobernará desde Jerusalén, comandará un ejército, vivirá muchos años y morirá naturalmente.—Nuevamente vemos una serie de objetos, sitios y personajes crípticos como el guiado, el cerdo, la mezquita de Damasco, la cruz, el cabello mojado, descritos en género apocalíptico, que pueden significar cualquier cosa, y con un estilo sospechosamente Cristiano—

·Gog y Magog serán liberados y destruirán la tierra, se tomarán toda el agua y matarán gente.—Ok, esto ya es demasiado, son los mismos personajes del Apocalipsis Cristiano haciendo las mismas cosas, ¿que pasa aquí cuando sucederá algo que no sea un plagio?—

·Alá mandará una lombriz que acabará con Gog y Magog y quedarán cinco mujeres por cada hombre—¡hey!, porque fin algo interesante, 5 mujeres por cada hombre no esta nada mal, y una lombriz monstruosa destazando gente es un buen toque, aunque probablemente la lombriz exterminadora, es más bien una alusión a una plaga, sea como sea espero que sea una lombriz godzilliana—

·Aparecerá un humo sobre toda la tierra que resfriará a la gente, llegará un viento frío que matará a los creyentes dejando solamente a los impíos que vivirán la Hora final.—este robo intelectual se volvió vergonzoso, peor aún, ¿a quien se le ocurrió versionar que el arrebatamiento iba a ser desencadenado resfriado?—

·El sol saldrá por el occidente entonces el Ángel Israfil soplará la corneta y comenzará el Juicio final.—¿un ángel tocando la trompeta del juicio final?, esto ya es demasiado este plagio debe detenerse ya, ¡ejem!, perdón, me equivoqué... que es una corneta lo que toca el ángel, ¡Que idea más original y única!, no hay idea más fresca que tocar una corneta en vez de una trompeta—

·En el Juicio final Alá repartirá justicia divina entre creyentes e impíos, llevará los buenos a la yanna (el cielo) por la eternidad y les recompenzará entre otras cosas con 72 vírgenes, y los malos se irán al lago de fuego.—el fin—

A continuación, un comentario personal: Si usted llegó hasta aquí, ya se habrá dado cuenta (a menos que sea muy tonto o muy tonta), que el fin del mundo coránico es una copia tibia y desvergonzada de la escatología bíblica, adaptada al contexto y los giros Arábigos. Yo entiendo que el Islam es uno de las tres grandes religiones Abrahámicas, y que debe seguir ciertas líneas, estilos e ideas generales con los otros monoteísmos, pero esto es demasiado, aparentemente él o los escritores del Corán que estaban encargados de escribir (más bien recopilar y adaptar) las profecías del tiempo final, irónicamente no tuvieron suficiente tiempo (o inspiración divina) y terminaron tomando lo que tenían a la mano: La escatología del nuevo testamento, maquillada de forma decepcionante.

De hecho, esa es la sensación general después de leer el Noble Corán: decepción. Solo puedo sentir decepción ante este remake confuso, oscuro, sumamente aburrido y lleno de callejones sin salida, que habla de los mismos relatos genéricos sobre estilos de vida y mitologías del Antiguo medio Oriente, los cuales por cierto la Biblia ya había rerereferitado.

Y para finalizar, quiero dejar una reflexión cacofónica al final: El Corán copió tanto la Biblia, que incluso se copió, de lo mismo que la Biblia se copió.



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El autor de esta publicación es "Sherlock Holmes", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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Ver:

Lista de las Excusas más utilizadas por los Cristianos en los debates con Ateos


Ver:
Top 10. Los Misterios de la Biblia

Ver:
Top 10 Amenazas Cristianas




   
Ver:
De por qué Dios odia a los Ateos


Ver:
De por qué Dios odia a los Blasfemos

Ver: Lo Sobrenatural Hoy... 
¿Está presente Dios en el Mundo Actual?


Ver: Curaciones milagrosas. 
Punto de vista Ateo

Ver: La Probabilidad de Escuchar a Dios. 
Las Comunicaciones Sobrenaturales Divinas.

Ver: Guía para el Cristiano novato que desea convertir Ateos en Creyentes

Ver Artículos sobre: 
Los 10 Mandamientos 

Ver Artículos sobre: 
Oraciones Cristianas



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"Para ti soy ateo. Para Dios, la oposición" 

Woody Allen



La paradoja del ateísmo: hacerse mayoritario en Occidente en pleno apogeo global de la religión (Opinión y Actualidad)

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La paradoja del ateísmo: hacerse mayoritario en Occidente en pleno apogeo global de la religión



1 Julio 2021
JAVIER JIMÉNEZ 
@dronte

Dos tendencias caminan en paralelo de un tiempo a esta parte. Por un lado, cada vez más países occidentales cuentan al "ateísmo" como la mayor afiliación religiosa del país. 

Es el caso de Australia, República Checa o Islandia, y lo será a no mucho tardar de otras naciones. Por otro, el catolicismo como el islamismo siguen bien implantados y en pleno crecimiento en aquellas naciones donde la población crece. Es la paradoja del ateo, minoría mayoritaria en el apogeo religioso.


Un ejemplo. 

El de Australia es el más llamativo. Se trata de un país cuyo crecimiento demográfico se ha mantenido estable a lo largo de los últimos años (8,8% al alza anualmente). Para mantener su importancia, las confesiones religiosas "establecidas" (el cristianismo la principal) deberían haber mimetizado su crecimiento, cosa que no han hecho. Hoy, Australia tiene más musulmanes y budistas que presbiterianos; más hinduistas que baptistas; y casi el mismo número de sijs que de luteranos.


Pero lo que más llama la atención es que los "no creyentes" son el grupo más numeroso por encima de católicos (los más numerosos desde 1986) y anglicanos (que en 1921 eran el 41% de la población y ahora son apenas el 13,3%). En conjunto, las confesiones cristianas han pasado del 88% de 1966 a un poco más del 50% en 2016. Un dato demoledor.


Otros casos. 

Similares palabras podemos escribir sobre otros países. En Inglaterra el declive de la religión ha sido constante durante el último siglo ya sea en asistencia a la iglesia, en identidad religiosa o en número miembros autodeclarados. El 36% de los británicos no cree en Dios, el 48% no están afiliados a ninguna religión y el 66% nunca asiste a servicios religiosos. Da igual el país occidental que escojamos, los no creyentes están convirtiéndose, sistemáticamente, en la minoría mayoritaria.

Algo que se puede apreciar en la demografía: la religiosidad aumenta con la edad en lo que parece sugerir un progresivo reemplazo de creencias religiosas. Los datos de España son ilustrativos de este fenómeno.



El contraste. 

Sin embargo, la religión no para de crecer en todo el mundo: según un estudio del Pew Research Center, entre 2010 y 2050 los musulmanes crecerán un 73%, los cristianos un 35% y los hinduistas, un 34%. Mientras tanto, las personas no vinculadas a ninguna religión  sólo crecerá un 3%. La consecuencia más directa de esto es que el Islam (que a principios de siglo XX no se encontraba en su mejor momento) va camino de convertirse en la religión más numerosa del mundo y que el ateísmo y sus variantes están cada vez más cerca de ser en una rareza cultural propia de los países occidentales.


¿Qué pasa? 

La mayoría de expertos señalan dos razones detrás de estas tendencias (que, aparentemente, están conectadas). La primera es la demografía, claro. El ateísmo arrasa en zonas con crecimientos demográficos bajos o nulos. Europa, Japón, Australia o Norte América están creciendo mucho menos que el resto de países del mundo.

La otra razón parece ser la "tranquilidad" social. Phil Zuckerman, profesor de sociología y estudios seculares en el Pitzer College, señala que los eventos traumáticos y las catástrofes aumentan la religiosidad de quienes los experimentan. El terremoto de Christchurch en Nueva Zelanda, en 2011, es un importante caso de estudio (aunque hay importantes excepciones como la del Japón de la posguerra). Sea como sea, queda mucho por investigar, pero sin lugar a dudas aquí están algunas de las claves del escenario religioso del futuro. Uno muy polarizado continente a continente.



Fuente:
https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/paradoja-ateismo-hacerse-mayoritario-occidente-pleno-apogeo-global-religion

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Ver: 



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“No hay sociedad en la historia humana que haya sufrido porque su gente se volvió demasiado razonable”


Sam Harris



El libre albedrío no justifica el castigo (Colaboración)

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La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

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El libre albedrío no justifica el castigo


Hay un punto central en el tema del libre albedrío consistente en pretender inferir un castigo “per se” a partir del hecho de que se es libre. Es decir, se da por supuesto que cualquier acto malo o delictivo conlleva un castigo de forma inherente independientemente de la necesidad de castigar. Ese es el “quid” de la cuestión.

En las religiones monoteístas se amenaza con castigos tanto parciales como eternos más allá de la muerte. En las sociedades religiosas –y ciertamente también en las no religiosas- surge un término que escenifica ese concepto: merecer. El merecimiento de castigo, por tanto, surge de forma automática después de cualquier acto delictivo o inmoral que se separa de la necesidad de proteger a la sociedad de los malhechores. No obstante, dicha inferencia es completamente gratuita.

Aunque no soy antropólogo, me aventuro a afirmar que la primera justificación para el castigo fue el instinto agresivo que la mayoría de animales han desarrollado a través de su evolución. Dicha agresividad se transformó en una ventaja a la hora de defender el territorio, el alimento, las hembras o las crías. Y en el ser humano, dicho instinto devino en otros más sofisticados que los animales quizás no tienen: el odio, la ira, la venganza, la crueldad y el sadismo.

Observando al ser humano en su escala ontogenética, vemos cómo un bebé de pocos meses es capaz de enfurecerse si otro bebé le quita el chupete. Surge espontáneamente un instinto agresivo que se traduce en una agresión física como arañazos, golpes torpes –típicos de un bebé- o un llanto desesperado.

La famosa ley de Talión tiene su base en esa venganza instintiva que nos viene desde nuestros primeros ancestros. Es cierto, sin embargo, que paralelamente al surgimiento de esos instintos primarios, el devolver el golpe empezó a funcionar como sistema de protección por lo que el castigo, además de satisfacer la visceralidad de los instintos, supuso un mecanismo que funcionaba como método de disuasión y escarmiento.

Dicha circunstancia funcionó como refuerzo justificado tanto del odio, la ira o la propia venganza. Los términos “justicia” o “merecimiento” empezaron a surgir como eufemismos que encubrían los ya citados instintos.



En el proceso de antropomorfización de los dioses, se atribuyó a los mismos y a todo ser que representara cualquier fuerza sobrenatural, como los espíritus, todo tipo de cualidades y características humanas tanto positivas como negativas. Así podemos ver a dioses o espíritus rencorosos, vengativos, irascibles, celosos, amorosos, justos, orgullosos, necesitados de honores, alabanzas, cultos, ofrendas, etc. Todo ello como burda copia de las bajas y altas pasiones humanas.

Hoy en día, vemos a muchos seres humanos que, por sus instintos primarios, los consideramos verdaderos monstruos. Son los que conocemos como psicópatas, sociópatas, amorales, etc. cuyas principales características son el sadismo, la violencia extrema y la total falta de empatía. No es de extrañar, por tanto, que surgieran dioses monstruosos.

A todo ello, hay que añadir el hecho de que las más que posibles patologías que seguramente eran más numerosas en tiempos antiguos, se justificaran a través de la voluntad de los dioses. Así, la crueldad y el sadismo formaron parte de los primeros códigos penales que supuestamente dictaban las autoridades divinas.

Sólo cuando aparecieron los primeros pensadores humanistas que se replantearon el sentido de justicia –hecho que no me atrevo a localizar en el tiempo, puesto que estoy pensando en los primeros pensadores griegos, como Sócrates, Platón o Aristóteles, etc. pero que no fueron lo suficientemente influyentes como para erradicar la barbarie- se empezó a cuestionar la necesidad de aplicar unos castigos más acordes con la falta cometida y a humanizar las leyes. No obstante, dicho proceso de reforma no se alcanzó hasta nuestros tiempos modernos y casi exclusivamente en Occidente, donde las democracias modernas empezaron a eliminar la tortura y cualquier castigo físico de los códigos penales.

El cristianismo, si bien empezó como religión de amor, paz, caridad o altruismo, dio un vuelco enorme al convertirse en la religión dominante del imperio olvidándose de sus propios principios fundacionales deviniendo en instituciones de terror gobernadas por líderes religiosos que se aprovecharon del poder y de la autoridad para satisfacer sus instintos primitivos con la excusa de una voluntad divina que ellos mismos se inventaron.

En resumen. El castigo tiene el origen en los instintos más primarios –como los ya citados -odio, ira, sadismo, venganza- que, por añadidura, producían una satisfacción morbosa en la que se regodeaban los agresores ansiosos de violencia.

El efecto disuasorio que producía la amenaza de la aplicación de los castigos terminó por confeccionar los distintos códigos de conducta en los que se incluían los múltiples castigos.

En esa evolución antropológica no se ve por ningún lado ningún debate sobre el libre albedrío ni sobre el posible merecimiento de castigo más allá de la necesidad de defenderse por parte de la sociedad, sino que dicho debate empezó a surgir en el mismo momento en que se planteó el concepto de libre albedrío. Siendo eso así, hay que afirmar que durante siglos se castigó sin que las autoridades ni la sociedad se planteara el determinismo, sino que se castigó por los dos factores ya mencionados: la visceralidad de los instintos, y la funcionalidad del castigo.

Con todo ese estudio preliminar quiero demostrar que no existe justificación alguna para el castigo que no sea la de proteger a la sociedad, y que no puede inferirse, ni siquiera existiendo el libre albedrío, ningún castigo divino más allá de la muerte.

El libre albedrío queda relegado, por tanto, en un simple concepto arbitrario injustificado que no podrá demostrarse nunca, puesto que no hay ningún argumento que sustente el merecimiento de castigo más allá de la necesidad de defender a la sociedad. No se castiga “porque se lo merece” sino porque necesitamos defendernos.





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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Bernat", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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¿Existió Jesús? 
¡Claro, existieron muchos!

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Top 10 “Metidas de Pata” de la Biblia.

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Top 10 Características Indeseables de Dios

El Dios Bíblico una pesadilla

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El Dios Bíblico una pesadilla



DESCRIPCIÓN

Todas y cada una de las culturas y civilizaciones, y de acuerdo a su entorno, medio ambiente, costumbres y conceptos muy propios, nombraron a su respectivo Dios y se acogieron a lo que el que se dijo su representante decía y ordenaba en nombre de ese Ser Superior.

El concepto que nació, adentro del pueblo israelita, que es el que hoy nos interesa, fue dado bajo un término muy amplio y lleno de pasión; pues, definiendo muy específicamente a su respectivo Dios, se tomó un vocablo en donde está envuelta una verdadera controversia-contradicción y, encerrando adentro del vocablo Elohím al concepto de la divinidad o de lo superior, surge la primera de las dos nociones en las cuales se dividió la idea básica de la divinidad personal de ellos, hasta la derivación en el otro concepto un poco más individual y que conocemos como YAHVÉ el guerrero.


ELOHÍM

El vocablo que se usó para definir, adentro de la palabra a la explicación de lo sobrenatural, y que denominaron Elohím, es un concepto más amplio de lo inexplicable (¿?) y quiere decir "los fuertes y los poderosos". O sea que el israelita le daba una connotación pluralista a lo suprahumano y, sin poder encerrar todo el amplio contenido que se suponía tenía la divinidad, no lo hicieron en un solo personaje; se prefirió que los fuertes y poderosos fueran quienes, a través del conjunto que formaban, construyeran, bajo su concepción, a todo el Universo tal y como leemos en Génesis 1:1 ss.

En esa parte de la Biblia, que nos dice muy bien expresado la manera clara de lo que para ese pueblo significó el término Elohím, leemos fascinados la Creación pero como Primera Versión.

Bereshit bara Elohím

O sea.

En el principio los fuertes y poderosos crearon los cielos y la tierra.

Claro que en nuestras Biblias, las de uso común y corriente, ya no aparece tal vocablo poco comprendido de Elohím. Y no es porque hoy nosotros estemos inventando tal definición únicamente por fastidiar a la Cristiandad. Nada más estúpido. Muchos de los hermanos cristianos, para que usted lo sepa, ¡nunca lo han leído, oído y mucho menos imaginado siquiera que pudiera existir tal palabra!.

Elohím, o los fuertes y poderosos, aparece en más de 2500 veces en el Antiguo Testamento, queriendo significar que todos ellos hicieron y deshicieron a su gusto y antojo, tal y como nos es descrita su actuación desde el Libro Sagrado. Pero como era impensable que si ya habíamos creído en la existencia de un solo Dios, ahora, al definir la palabra Elohím, tal y como aparece en la Biblia, nos decían que eran no un solo ser sino que muchos de ellos, se optó, para no herir susceptibilidades y para que no hubiesen masivas fugas o renunciantes del culto monoteísta ya implantado, y por ende de una disminución en la caja de caudales, que era menester desaparecer tal diabólico vocablo comprometedor de los "fuertes y poderosos" que se encerraba en Elohím y, santamente, fue sustituido por el de "Dios", palabra que hoy ocupa el lugar en donde debería de decir los fuertes y poderosos, o dioses; que eso y no otra cosa quiere decir ese vocablo.

¿Importaba eso acaso?. No era más importante el billete y el oro con el cual se engrandecería la obra del Señor.

Así, de esa manera tan Cristiana, se acalló la conciencia y el derecho a estar informado de todo lo que religiosamente hablando le correspondía, y aún le corresponde, al ser humano conocer de su propio grupo social.
 
En el Antiguo Testamento leemos ?¡asombrados!- todo el amplio acontecer que le tocó que desempeñar a estos fuertes y poderosos seres que hoy, calamitosamente, los han encerrado maliciosa y perversamente en la palabra "Dios" que no deberían de haber sustituido por Elohím.

Los fuertes y poderosos reflejan lo que verdaderamente se quiso dejar expresado en los escritos sagrados judíos pues, buscando ahora excusas y brincándose las olas perniciosas de su propia ignorancia, nuestros Jerarcas, teólogos y demás altas autoridades de la Iglesia Cristiana en general, ¡lo han tergiversado todo!.

Elohím es la expresión que abarca un concepto muy diferente del que nos han metido en la cabeza a través de la Iglesia, ya que si nos han impuesto un solo Dios y un Dios Único y, si procesamos debidamente el amplio significado que tiene tal vocablo de los fuertes y poderosos, no sólo destartalará nuestra psiquis, sino que nos dejaría huérfanos de Nuestro Padre que está en los Cielos.

Para saber en donde fue falsificado, y sustituido, el vocablo Elohím por el de Dios, sólo basta con abrir la Biblia y, en los pasajes en donde aparezca la palabra Dios, allí mismo, debe entenderse que se hace referencia a la palabra original puesta por los inspirados de esa época y que quisieron dejar constancia que fueron los fuertes y los poderosos los verdaderos protagonistas de las acciones que ahora son atribuidas falsamente a Dios. No hay lugar a que nos equivoquemos con esto, ya que o aparece el término Yahvé el guerrero o aparece el de Dios; y aquí, debemos colocar la frase los fuertes y poderosos o si lo preferimos los Dioses, pues Elohím es un vocablo que denota pluralidad.

Para muestra un botón. En Génesis 6:11 leemos.

Y se corrompió la tierra delante de Dios (hay que poner el vocablo Elohím y leer, ahora sí, los fuertes y los poderosos, o los Dioses) y estaba la tierra llena de violencia.


YAHVÉ

Con este otro apelativo, el que ahora es más común oír, se describe pomposamente el nombre del otro concepto y del otro Dios bíblico que comparte con gala y luces de colores el protagonismo de las acciones bíblicas y que, inclusive, para ocultar, según la Jerarquía, el otro concepto que es más abundantemente usado en el Antiguo Testamento o sea el de Elohím o los fuertes y poderosos, o Dioses, se antepone ahora este nombre de Yahvé que no provoca tanta pregunta sobre el concepto de un Dios pluralista.

Yahvé es un término un tanto nuevo ya que, el que anteriormente se usó para describir al Dios bíblico, estaba totalmente equivocado y fuera de la verdad, como lo era el nombre o apelativo Jehová. Y es, a partir del siglo IXX, y luego de una amistosa reunión entre rabinos, hombres ilustres de la Iglesia Protestante y de la Católica, en donde todos estos santos varones concluyeron que el nombre dado a Dios en los pasajes que le correspondían al otro concepto de la divinidad, o sea en donde no aparece el vocablo Elohím, y que ellos ya habían denominado Jehová, era ya incorrecto seguirlo usando.


Todo se debía al garrafal error en que cayeron los rabinos del año 600 (que al parecer les falló nuevamente la inspiración del Espíritu Santo) que, cuando intentaron ponerle las vocales a todo el Antiguo Testamento y careciendo de ellas el hebreo en el que estaba escrito, al llegar al tetragrama divino o sea a J ó YHVH y por la costumbre de estar nombrando respetuosamente a su particular divinidad como Adonai o Edonay (Señor), simplemente se intercalaron las vocales de ese término respetuoso con el que se dirigían al ser que consideraban su personal Dios.

Al intercalar esas vocales entre la JHVH salió la aberrada pronunciación de JEHOVÁ, que hoy, quien la use, será todo un perfecto ignorante, incapaz y necio; ya que lo correcto es escribir y pronunciar el nombre de este otro concepto de Dios de la Biblia, como Yahvé.

¿Qué cosa es Yahvé?, y la respuesta ya es diferente porque desde el Éxodo 3:14 ss. la podemos leer fácilmente.

Yo soy el que soy.

Esa es la contestación del propio personaje individualizado con ese nombre de Yahvé. Esto quiere decir que, uno de los protagonistas del Antiguo Testamento, se digna autodefinirse y, limitándose bajo un concepto ¡que de todos modos no dice nada de nada!, no nos queda más remedio que tratar desde allí de entenderlo o bien de escudriñar en los pasajes bíblicos en donde es nombrado, para, de esa manera, tratar de hacernos una idea o un bosquejo de su verdadera personalidad. Porque Yahvé tiene personalidad.

¿Paradójico que Dios Padre pueda tener personalidad?.

Que quede claro, eso sí, que Yahvé o Elohím no son DIOS. ¡Nunca!...

Siendo el nombre bajo el cual uno de los personajes que comparten honores y categorías de representar cada cual al Dios bíblico se define como Yahvé, hay que considerar entonces que tal nombre viene a representar a uno de los muchos Dioses bíblicos, ya que si Elohím significa los fuertes y los poderosos o Dioses, tal y como nos dice su traducción, Yahvé, el otro Dios individualizado, debe representar a la corriente de los Yahvistas, que sin entrar en polémica o en una clara pelea con los de la corriente de Elohím, establece una clara diferencia entre uno y otro de los Dioses de la Biblia.

Lo llamativo, y a la vez sorprendente, por la connotación bélica que lo antecede, es que el nombre de Yahvé, invariablemente, viene acompañado de su correspondiente título de SABOAT y que, por su significado tan comprometedor en el amor Cristiano y en la paz que pregonan desde el púlpito mentiroso los Jerarcas Cristianos, lo han tratado de escamotear y, decidiendo no tomarlo en cuenta, ya no lo pronuncian tal y como está estipulado y escrito en la Santa Biblia.

¿Qué cree usted que significa Yahvé Saboat tal y como aparece en la Palabra de Dios Padre?, pues dos cosas. La primera y la más importante, ¡que no puede definir a DIOS, AL TODO, A LA VERDAD ABSOLUTA, debido a su intrínseco significado que ya veremos de que se trata. Y la segunda, que la traducción debe ser leída como Yo soy el guerrero.

¿Cree usted entonces que este bélico personaje, violento y pasional de Yahvé Saboat, o Yo soy el guerrero, pueda definir adentro de todo su significado a DIOS?. ¡Nunca!. Y mucho menos que sí lo esté en Elohím.

Resulta ilógico, y contraproducente, encontrarnos con el nombre de Yahvé en los escritos que nos han impuesto como que es la Palabra de Dios, porque al decir Yahvé, no hay de donde agarrarnos para comprenderlo como que allí, está encerrado todo lo ILIMITADO que ES DIOS. Y, en el colmo de la vanidad, nuestros guías Cristianos juran que tal personaje violento y tiránico es el SER SUPREMO e, ingeniándoselas muy bien, y con el terror sacro de su oportuno lado, nos han impuesto tal falaz y demagógica versión.

Pero es comprensible su mórbido comportamiento ya que, movidos los hilos por el avorazamiento financiero, lo han hecho para que sus fieles practicantes no se salgan del redil y que esa merma en los ingresos quiebre y arruine a la Iglesia Cristiana. Eso significaría matar a la gallina de los huevos de oro en que han convertido a toda la Institución Eclesiástica que explotan.

Yahvé es tomado ahora, por los grupos religiosos Cristianos, como el Ser Supremo y han olvidado interesadamente a Elohím, porque es lo más conveniente para la causa; ya que es impensable para ellos que los fuertes y poderosos o los Dioses fuesen ese "Dios Único" que pregonan es el bíblico; pero que, más sin embargo, Yahvé Saboat, por ser un concepto individualista, sí se ajusta mejor al patrón monoteísta.

¡Pero qué equivocados y lejos están de tener en Yahvé a DIOS!.


La gran paradoja Cristiana está en querer mantener, a base del terror sacro, esa gran farsa y esa estafa en la apreciación que de la divinidad han hecho.




LA PERSONALIDAD DEL PADRE NUESTRO

Resulta paradójico que podamos llegar, tan siquiera a titular o a nombrar cualquier definición, y decir que esa reunión de los mejores adjetivos y calificativos, nos permite describir el perfil psicológico de Dios y que, eso, todo lo que resumimos para su excelsa descripción, nos proporciona la idea exacta y completa de la divinidad que nos ha escogido para que le adoremos y que nosotros, simples motas de polvo, arrogante e imbécilmente, gritemos poseer bajo una perorata y entre palabras preciosas a la definición de DIOS.

A DIOS, AL TODO, A LO INFINITO E ILIMITADO ¡no podemos llegar a configurarlo adentro de los límites de una personalidad y mucho menos limitarlo con la descripción de su perfil psicológico!.

Claro y es comprensible lo que aquí estamos tratando, y debe quedar muy bien comprendido, que nuestro trabajo se basa exclusivamente en la Biblia y en sus dos conceptos para ubicar la increíble manera de describir a su propia concepción de Dios; o sea en Elohím o los fuertes y poderosos, y en Yahvé o Yo soy el guerrero y ¡nunca en EL TODO, en LA VERDAD ABSOLUTA!.

Por favor que no haya ninguna duda al respecto ni mucho menos tergiversación, pues los seres que protagonizan los papeles estelares en la Biblia ¡no son DIOS!; serán, eso sí, el reflejo psíquico y desequilibrado de aquellos inspirados falsamente en una masturbación mental, cuyo fruto perverso se llama Yahvé de los Ejércitos, el Padre Nuestro que Jesucristo nos endilgara de manera poco fraterna y más como castigo que como premio.

Leemos en Deuteronomio 6:14 ss, lo firme de su afirmación como para dudar.

No andaréis en pos de Dioses (Elohím) ajenos, de los Dioses (Elohím) de los pueblos que están en vuestros contornos; porque Elohím celoso, Yahvé tu Elohím en medio de ti está; para que no se inflame el furor de Yahvé tu Elohím contra ti, y te destruya de sobre la tierra.

Y se nos aclara mejor el panorama y el proceder del Dios bíblico desde Deuteronomio 7:12 ss, con lo siguiente.

Destruirás, pues, a todos los pueblos que te entrega Yahvé tu Elohím; no los perdonarás, ni servirás a sus Dioses (Elohím). No desmayes delante de ellos, porque Yahvé tu Elohím está en medio de ti, Elohím grande y temible. Yahvé tu Elohím echará a estas naciones de delante de ti poco a poco, y te las entregará y él las quebrantará con gran destrozo, hasta que sean destruidas. Yahvé te entregará a sus reyes en tus manos, y tú los destruirás y nadie te hará frente hasta que los destruyas.

¡Qué grande y poderoso y además amoroso Dios Nuestro Señor!. ¡Aleluya!.

Si ya se nos pasó el asombro, y hasta el desencanto de ese repulsivo y criminal ser, al que le hemos orado por nuestras necesidades y lo vemos tal y como nos lo presenta desde el Deuteronomio la Palabra de Dios Padre, no será posible retraernos a conocer esas emociones violentas y pasionales impropias en DIOS, pero cosa común y hasta normal en un asqueroso criminal de los muchos que llenan las cárceles públicas, o aún en los desequilibrados mentales que reaccionan a sus instintos y no a la nobleza y a la honorabilidad con la que la gran mayoría de seres humanos reaccionamos ante nuestros semejantes.

¿Serán posibles esas reacciones que la Biblia nos cuenta tuvo Yahvé el guerrero en DIOS, en EL TODO?... ¡NO!, definitivamente aquí nos están describiendo parte de esa personalidad monstruosa de un ser o entidad con grandes desequilibrios sociales y lleno de profundos complejos que violentamente los expresa.

Si Yahvé amenaza, como lo hace desde el Éxodo 20:5, cuando nos dice, lo que leeremos a continuación, es que este Dios Padre está, de verdad, más loco que una cabra.

Yo soy Yahvé tu Elohím, fuerte, celoso, que mira la maldad de los padres y la castiga sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación.

Aquí Dios Padre mismo hace alarde de su propia y peculiar personalidad. ¿No le parece?.

Y aquí la gran paradoja. Si la Cristiandad se ha desgañitado, desde el año 325, en que formalizaron la amalgama de ritos paganos en la Religión Cristiana, gritando que su Dios es uno todopoderoso, eterno y único, ¡caramba!, por lo menos se le pide a tal especial entidad la ausencia del rencor hacia los indefensos y débiles seres humanos; sentimiento más propio de las bajas pasiones y de la miseria del ser humano y no de la excelsitud de un Dios. Además, es una condición sin poder negociarla, que no tenga este Divino Ser la vanidosa prepotencia de la amenaza que, reluce en el débil y en el que se sabe derrotado, pero que choca y repugna ver sobresalir en aquel que nos han dicho es todopoderoso y eterno y al que hemos tomado por siglos como Nuestro Padre.

Y se le pide que no tenga el malsano sentimiento y mucho menos la actitud miserable de la venganza que, pudiera ser comprensible en aquel que recibió maltrato, injusticia, injurias o algún daño en su familia; pero ¿quién puede siquiera dañar a DIOS como para provocar la venganza y el celo divino capaz de buscar la reparación vengativa hasta en los hijos de los hijos del agresor divino?.

Si alguien pudo o puede provocar el menor daño a Dios o a lo que se define como Dios, es porque ese alguien es mucho más poderoso que ese concepto que define a la divinidad. Se daña o se lastima solamente aquello que es susceptible de ser dañado o de ser lastimado. Un clavo entra fácilmente en un pedazo de madera, pues la madera es susceptible de ser atravesada por un clavo; pero ese mismo clavo no podrá entrar en una plancha de acero pues este otro material no es susceptible a dejarse atravesar por un simple clavo de hierro.

Ahora bien, si eso sucede, tal y como el mismo fantoche Dios bíblico lo dice, o sea si se pudo, se puede o se podrá lastimar, dañar, injuriar o hasta mortificar y cometer pecados contra Yahvé, el Padre Nuestro, es que no es más que un fantoche y un payaso sujeto y susceptible a ser lastimado, dañado, injuriado, mortificado y pecar en contra suya, y eso señoras y señoras, no es posible con DIOS.



¿QUÉ CLASE DE LOCO ES EL DIOS BÍBLICO?

Yahvé o Elohím, cualquiera de los dos conceptos que la Biblia nos presenta para ser tomados como ese Dios vengativo y cobarde que millones de personas han tomado en su destartalada psiquis como que es DIOS, LA VERDAD ABSOLUTA, no nos conducirán más que a lo mismo, porque ambos criterios que nos presentan los relatos bíblicos en sus sangrientas páginas lo que reflejan, en primera instancia, no es más que personalidades llenas de manifestaciones mórbidas como las de cualquier enfermo mental, o para decirlo en buen español, ¡las de un loco, demente y desequilibrado ser!.

¿Qué tan excéntrico, ambiguo, perverso, desconfiado, enojado, colérico, orgulloso, soberbio, megalómano, terco, poco afectuoso o desamorado, irónico y mordaz, con manifestaciones de doble o múltiples personalidades, incomprendido, vanidoso, escandaloso, depravado, queriendo tener siempre la razón, caprichoso, siempre en pleitos y provocador de ellos, que busca la dificultad, egoísta, prepotente, entrometido, explosivo, indiferente, celoso, desordenado y abusivo es el Padre Nuestro?.

¿Hasta dónde puede llegar y qué clase de loco es el o los Dioses de la Biblia?...

El Dios bíblico es todo un matiz múltiple de características demenciales que cubre todas las opciones que se dan adentro del término que los sicólogos y siquiatras denominan loco.

Yahvé es un excéntrico de marca mayor, ya que todo lo que hace, ordena o pretende ejecutar o que se ejecute, es raro y anormal ¡más no divino o milagroso!, sino que por medio del terror, trucos y criminales amenazas es que aflora esa su anormalidad y esa su ridícula extravagancia. O sea, una actitud de absurdas manipulaciones que provocan ridículos resultados a su derredor.

Isaías 37:36 nos describe el colmo de la anormalidad y de la absurda extravagancia del demente Yahvé el guerrero, el Padre Nuestro que está a la espera nuestra en los cielos y allá los locos que quieran o que se estén o se hayan peleado por eso.

Y salió el ángel de Dios Nuestro Señor (Yahvé) y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.

¡Palabra de Dios Padre!. Que con esto nos da la tónica de la criminal actitud del Padre todo amor que está en los cielos y que debería de estar purgando sus asesinatos en cualquier cárcel pública y no siendo adorado, venerado y recibiendo incienso y plegarias de millones de incautos que no saben que su Dios no es más que un desequilibrado criminal y asesino desalmado.

¿Hay o habrá habido alguna excusa para disculpar en sí un asesinato?. Bueno, tratándose de la defensa personal o de la defensa ante un criminal que ataca a nuestra familia o para evitar un secuestro o violación, quizá sin ser una disculpa o un permiso para matar, quedaría más bien como un atenuante en extremo; pero para matar a ciento ochenta y cinco mil personas ¡se necesita estar completamente loco!.

¿Será posible exculpar a Yahvé, al Padre Nuestro, por este genocidio y continuar orándole, rezándole y pidiéndole por el perdón de nuestros pecados al mayor criminal que públicamente deja la confesión de sus asesinatos tan tranquilamente en la Santa Biblia?.

La perversidad y la caprichosa actitud del Dios bíblico nos la cuenta muy bien 2 de Reyes 1:10 ss, que, con su relato, nos enseña, inclusive, la manipulación del poder y de la falaz conclusión de haber tomado a ese Dios como el Dios de Amor que nos han hecho creer. Quien mata, no importa el motivo, ¡es un criminal!, y quien se escuda en la divinidad personalizada en tétrico y cobarde ser, como es este caso, no es más que un apéndice y cómplice de tal asesino. Pero leamos la cita.

Y Elías dijo: Si yo soy varón de Dios Padre (Elohím), descienda fuego del cielo, y consúmete con tus cincuenta hombres. Y descendió fuego del cielo, que consumió al capitán y a sus cincuenta hombres. Y murió conforme a la palabra de Dios Padre (Yahvé), que había hablado Elías.

Cualquier comentario que hagamos a lo leído no nos conducirá más que a lo mismo, pues en el caso que efectivamente haya sido Dios Padre el que envió fuego consumidor y que matara a cincuenta hombres más a su capitán, no nos restaría más que declinar cualquier sumisión hacia ese asqueroso y prepotente tirano que, escudado en una poderosa personalidad, abusa y mata al que se le pegue la gana. Y si Elías, el gran profeta, condiciona su actuar en la tierra y sus caprichos mesiánicos se manifiestan tan claramente, eso sólo puede significar que por magnificar al Dios bíblico, lo han dejado convertido en un simple y vulgar asesino sin entrañas fraternas.

Lo terco, irónico y mordaz, así como la alucinación y la contradictoria personalidad del loco de Yahvé, está expresada en Éxodo 7:1 ss, que nos cuentan.

Y dijo Dios Nuestro Señor (Yahvé) a Moisés: Yo te he constituido Dios para Faraón (¡cómo puede constituirse a alguien y decirle serás Dios?). Tu dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel. Y yo endureceré el corazón de Faraón. Y Faraón no os oirá. Y el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, como Dios Padre (Yahvé) lo había dicho. Entonces Dios Nuestro Señor (Yahvé) dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo.

Y sucedió que a la media noche Dios Padre (Yahvé) hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón, hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto.

El megalómano y con doble personalidad, el Dios egoísta que la Biblia llama Yahvé y los Cristianos adoran como Padre Eterno, hace todo esto por el sencillo gusto del gozo y de la parodia y que concluye todo este criminal y chiflado cuento desde Éxodo 14:1 ss, cuando nos relata.

Habló Dios Padre (Yahvé) a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel que acampen junto al mar. Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado. Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Dios Vuestro Señor (Yahvé). Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, y entrando tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. Y entonces El Dios de Amor (Yahvé) dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas caigan sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre su caballería; y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza. Y El Dios de Paz (Yahvé) derribó a los egipcios en medio del mar. Y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar, no quedó vivo ni uno solo de ellos. Así salvó Dios Padre (Yahvé) aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. Y vio Israel aquel gran hecho que Dios Nuestro Señor (Yahvé) ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temía a Dios Padre (Yahvé), y creyeron Al Dios de Amor (Yahvé) y a Moisés su siervo.

Hitler, ese criminal perverso y desalmado que ordenó la matanza de más de seis millones de judíos en la Segunda Guerra Mundial, hoy aparece y así nos lo han enseñado como el mayor genocida. Pero entonces con Yahvé, que endureció el corazón de Faraón para que no dejara salir a los hijos de Israel, que mató a todo primogénito de la tierra de Egipto y que asesinó ahogados cruelmente al ejército de Faraón, todo esto para probar su magnifica grandeza, ¡cómo hay que catalogarlo!.

¿Dónde queda el Padre Nuestro que el iluso de Jesús nos impuso desde su Evangelio y que era la garantía de que todos éramos hermanos unidos por un solo Dios?.

Qué fácil resulta el diagnóstico en Yahvé.

Este Diosesito de espumilla que la Biblia tan pomposamente nos ha metido como que es DIOS, no es más que un paranoico, esquizofrénico y con psicosis maníaco depresivas que llenó de sangre, tristezas, llanto y luto muchísimos hogares de seres humanos que no quisieron compartir y mucho menos comprender la actitud cambiante y degenerada de la presunta divinidad del asqueroso y vil Yahvé.



LA BESTIALIDAD DE DIOS

Hay una cita muy famosa y popularmente aceptada por la humanidad, la que nos dice que los seres humanos no somos ni ángeles ni bestias. ¿Qué sobresale en el Dios bíblico? ¿Cuánto de la bestia manifiesta el Padre Nuestro en su actuar ante los seres humanos?.

Toda nuestra vida nos han educado, tanto en la casa como en el colegio, con los amigos y con la sociedad que nos envuelve, a que debemos de mantener esa bestia que todos llevamos adentro muy bien encerrada, ya sea por las buenas o por las malas; debido a que los exabruptos o los comportamientos fuera del tono social y cultural del nivel en el que nos desenvolvemos, no es lo apropiado a las buenas costumbres y mucho menos para que nos quieran.

El rechazo no es más que la diplomática manera de señalar que no gusta la bestia que lucimos en un momento determinado.

Ocultar la bestia, que todos llevamos en nuestra más íntima personalidad, ha ocasionado la hipocresía más grande que el ser humano jamás haya manifestado. Ahora bien, lo que no se nos ha podido eliminar por completo, ha sido la satisfacción de sacar en toda su magnitud a esa bestia interna cuando somos ricos, poderosos o con algún grado de diferencia social con todos los demás seres humanos; ya que en un artista famoso, en un escritor de renombre o en el político que ocupa un puesto alto en el Gobierno, si ellos no sacan parte de la bestia o toda la bestia que llevan oprimida ¡no serán los grandes personajes que el público consumidor o el votante, que es lo mismo, esperan de ellos!.

A todos ellos no sólo se les permiten esas salidas y manifestaciones de lo bestia que todos llevamos muy oculto, sino que, lo más curioso, es que les es hasta exigido que lo hagan.

La opresión, que la religión Cristiana ha impuesto con su prédica, va encaminada para evitar las manifestaciones de esa bestialidad humana; eso, por lo menos, es la excusa puesta por los Jerarcas e, imponiéndolas como pecado, han inhibido todo lo malo que el ser humano tiene por naturaleza, pero lo malo que el terrorista cura o pastor cree, ya que son ellos, precisamente, los que califican qué es lo correcto y qué lo equivocado o pecaminoso.

Todo eso ha degenerado en el avivamiento de las más bajas pasiones, porque el ser humano racional y con su capacidad de aprendizaje adentro de los límites apropiados, como para llamarlo inteligente, lo que se le prohíbe y se le veda, por medio del terror o del miedo a una hipotética condenación, ¡no funciona!.

Lo que se logra es inhibir, ocultar y avivar, por eso mismo, lo que se quiere evitar.

Al ser humano racional e inteligente, sobre la base de la educación, y no a la imposición perversa, tal y como el Cristianismo ha procedido, es la única manera para lograr que las ideas y pensamientos en el momento de la opción de hacer o no eso malo, equivocado o perverso que se quiere evitar se cometa, que sea su propia educación y la comparativa sucesión de imágenes mentales en sí lo que le permitan, visto el panorama, optar por no hacerlo.

Y no como la religión Cristiana, que pretende evitar el mal y el pecado de manera tan ilusa como lo hace. Ya que según ellos se logra gracias al salvaje y violento Dios que adoran e, inhibiendo al pobre borrego que por miedo al Infierno y al castigo de ese energúmeno que le impusieron por Dios, ya no cometa males y no caiga en las sabrosas tentaciones y mucho menos peque contra Nuestro Señor Jesucristo y contra su Padre amoroso que nos salvará solamente a través del Cristianismo; pero ese argumento hoy, totalmente desgastado e impúdicamente abusado, ya no es creído por miles de fieles que prefieren llevar su religión muy a su manera y no bajo ese férreo control intolerante de la Iglesia de Cristo.

¿Qué parte de la bestia ocupa y está manifestada en Yahvé y cuándo de bestia es el Dios Cristiano?.

Cuando nos referimos a la bestia en el Dios bíblico, queremos acomodar el significado a aquella torpe, ruda e irracional manera de conducirse y de manifestarse, ya que carente del mínimo amor o consideración y respeto hacia aquellos con lo que le toca relacionarse, el comportamiento descrito en la Biblia, y que retrata todo lo irracional que lleva adentro Yahvé, hace que conozcamos ¡Qué clase de bestia es Dios Padre!.

La exasperación es una de las facetas a las que la psicología le otorga mucha importancia, ya que denota el grado mental en el que una persona seria y bien ajustada y adentro de los límites sociales, se acepta a sí misma, admite y reconoce sus propias limitaciones y, lo mejor, lucha activa y tesoneramente por mejorar su conducta, pero que lo hace de manera educada, humilde y convencida de obtener una mejoría para ella misma y para la sociedad en la que se desenvuelve.

Claro que uno se exaspera de los demás, pero eso sencillamente es una excusa que esconde nuestra irracional manera de no aceptar a las personas tal cual son.

Quien debe asumir el cambio de manera educada, es el exasperado.

La irritación con exceso es la primera manifestación de la exasperación. ¿Cómo es usted, se irrita rápido?...

El Dios bíblico no puede dominar la pasión y, con exabruptos coléricos, demuestra su exasperación al máximo; aunque leamos tonterías como la que nos regala el bromista de Oseas en 11:9 desde donde y a pesar de todo reluce fulgurantemente lo bestia que exuda Yahvé el guerrero.

No desencadenaré todo el furor de mi ira ?dice Yahvé- no destruiré del todo a Efraín, porque yo soy Dios ¡no soy hombre! (¡qué consideración la de la bestia bíblica! ¡Aleluya!), soy santo en medio de ti y no me complazco en destruir.

¡Alábate coles porque si no quién te alabará!.

Vea usted que cuadro más bestial. Si el Dios bíblico no se complace en destruir ¿para qué diablos destruye entonces?. Cuando alguien destroza, hiere, mata o destruye, por el solo hecho de destruir, matar o herir, lo que está demostrando es su irracional comportamiento; y eso se llama bestialidad ¡ni más ni menos!.

Pero no se preocupe, tome su Santa Biblia y ábrala en Deuteronomio 28:68 para que cualquier duda, por pequeña que sea, pueda ser eliminada.

Gracias...

Isaías 26:20 y 21 nos regala el verdadero retrato de aquel que "no se complace en destruir" y veamos hasta que punto es falaz, contradictorio y mentiroso el Padre Nuestro que está en los cielos a la dulce espera de sus hijitos.

Anda pueblo mío, entra en tu aposento, cierra tras de ti tus puertas; escóndete, en tanto pase la indignación de Yahvé. Porque he aquí que Yahvé sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad.

Isaías 30:27-33 deja sin lugar a comentario alusivo a lo bestia del Dios adorado por millones de incautos y nos expresa.

He aquí que el nombre de Yahvé viene de lejos; encendido su enojo y en medio de densa humareda; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume. Su aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción. Y Yahvé hará oír su majestuosa voz, y hará ver cómo desciende su brazo, con ira encendida y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo. El soplo de Yahvé, como torrente de azufre, enciende y quema.

¡Gloria a Dios hermanos!...

Si creíamos que el Diablo, Satanás o el Maligno, era el único dueño de tales atributos ¡qué gran equivocación!, pues es el Dios bíblico a quien corresponde el papel que le asignaron al Diablo. ¿No le parece así después de haber leído con sus propios ojos la perorata de Yahvé?.

Al Dios bíblico le lastiman profundamente las criticas a su actuar y, apareciendo el personaje egocéntrico, Jeremías lo describe intolerante, brutal y lleno de esa actitud tan animal que causa pena y hasta vergüenza ¡cómo fue posible habernos tragado el cuenterete ese de la prédica Cristiana que DIOS es esa bestia que surge en los pasajes sangrientos de la Santa Biblia!; y leemos en Jeremías 11:20 el proceder del divino y bestial Padre Nuestro que mandó a su Hijo Unigénito, según los dementes Cristianos, a salvarnos (¿de qué?, no lo sabemos).

Pero oh Dios Padre (Yahvé de los ejércitos), que juzgas con justicia, que escudriñas los riñones y el corazón, vea yo tu venganza en aquellos en los cuales hoy he expuesto ante ti mi causa.

Con aliados así ¡qué se guarden los enemigos más peligrosos que tengamos!.

¿Le gustaría un socio de esa calaña y de carácter vengativo y cobarde como luce Dios Padre?.

El cinismo y las sinvergüenzadas de esa bestia divinizada, y ante la que nos hemos arrodillado humildemente para rogarle tenga un poco de compasión y misericordia de los males que nos aquejan, ¡no tiene parangón!.



UN DIOS ESTUPIDO, TORPE Y DEPREDADOR

La divinidad, como cualidad excelsa y que abruma a cualquiera, tiene que significar forzosamente, ¡y sin discusión alguna!, la perfección. Y si los conceptos que sobre DIOS nos da la Biblia y a los que llama divinos seres, tanto a Elohím como a Yahvé, debe ser prioritario preguntarnos ¿Serán perfectos tales payasos y criminales personajes?.

La divinidad no es tan simple y mucho menos sujeta al manoseo monetario del cual se han agarrado, cual sanguijuelas, los Jerarcas religiosos del Cristianismo y que, por medio de su falaz predicación, han inducido, por el terror sacro, a creer en que el o los Dioses de la Biblia sean el divino y todopoderoso Ser Supremo; cuando lo que vemos, leemos y experimentamos en carne propia es la usurpación, la maldad y la ferocidad criminal en un personaje con las más bajas pasiones como reflejo de su psicópata y esquizofrénica personalidad.

La divinidad que se le endosa al repugnante Dios del Cristianismo es la mayor ofensa a la inteligencia del pobre iluso que, sin control de su mente, acude compungido y arrebatado por el éxtasis a su Iglesia respectiva sin imaginar tan siquiera que ese divino ser, al que su pensamiento se eleva, no es más que una mascara psíquica producto de un pobre demente y que refleja efectivamente la imagen fiel de un descarado personaje criminal.

Es tan fácil reventar de la risa, y gozar a carcajadas sin pagar un centavo en algún show o circo de cómicos, sólo necesitamos revestirnos de una coraza de paciencia y acudir a cualquier Iglesia Cristiana y oír, ver y sentir ese morbo y esa prédica cargada de fetichismo, vilezas y terrorismo sacro y conocer la perorata de ese divino Yahvé el guerrero ¡que de divino y excelso ni los calcetines del cura o pastor!, para reír a carcajadas pues, estúpido el gritón, estúpido el concepto manoseado de la divinidad del Dios bíblico, como estúpidos los borregos que gozan mórbidamente con tal ensarta de brutalidades y con esa coreografía de comedia de tercera categoría en la que los fieles devotos de la divinidad bíblica caen.

Todo eso es digno de una mejor causa, ya que el aplauso monótono, el grito destemplado, el don de lenguas (que de don o de favor divino no tiene nada ya que, inentendible, lo que gesticula el trastornado, no es más que una pantomima para sentirse y lucir como un tocado por la mano de Dios Padre) y el arrebato religioso que lucen vanidosa y despampanantemente, lo único que consiguen es desprestigiar aún más al todopoderoso y sabio Dios bíblico, al amoroso Padre Nuestro.

La divinidad, que suponen los Cristianos tiene su Dios, es más bien la distorsión del fanatismo intolerante y doloroso que padecen; y que, al tener conciencia de su propio fanatismo, como no lo pueden, y muchísimo menos lo deben reconocer, lo esconden en la intolerancia de definir a Yahvé el temeroso y vengador Dios que adoran como su excelsa y pura divinidad.

Ese es el traumatismo Cristiano. Han tenido que defender el concepto de su Dios divino inclusive, y en el colmo de la falta de fraternidad, con la tristemente Santa Inquisición, la cual se despachó con la cuchara más grande y mató santa y divinamente a todo aquel que significó peligro, obstáculo o aún competencia en el mercado religioso que tenían monopolizado por el acaparamiento de decirse el único y verdadero camino a Dios por medio del fantoche que se fabricaron en el Concilio de Nicea en el año 325; y que no es ni por asomo el Jesús que verdaderamente existió como el heredero al trono de la nación de Israel, y nunca, pero nunca, el Hijo de Dios Padre que nos han impuesto a sangre y fuego.

El grave problema con el que se han tenido que enfrentar los fieles creyentes en ese inmisericorde Diosesito de turrón, ha sido cuando oyen que se les definen todos los atributos de la divinidad que suponen tiene Yahvé y Elohím; y reconociendo los detalles del ropaje ficticio con el que van cubriendo la mentira escondida entre la vestimenta de luces y colores, tienen necesidad de hacer acopio de mucha entereza, amén del terror a la condenación y al fuego eterno y verse compelidos a que obligadamente tienen que creer en la divinidad que se ve nebulosa en ese asqueroso ser.

La divinidad del Dios bíblico estúpidamente está cubierta por tres mentiras básicas. Y decimos que estúpidamente porque sin dos dedos de frente, y sin capacidad de razonamiento, no saben tan siquiera que a LO DIVINO, a LO EXCELSO, A DIOS, ¡no puede describírsele y mucho menos conocer de su íntima e ILIMITADA ESENCIA!.

Las tres mentiras en las que descansa el andamiaje divino del Dios repugnante del Cristianismo son, la parte filosófica, la mitológica y el irracional ritual dogmático.

La parte filosófica que está adentro del montaje de la divinidad Cristiana no es más que la pretendida y absurda esencia de la religión. Pero como no está sujeta a la discusión y mucho menos a hacer un estudio comparativo científico y lógico, porque lo derrumbaríamos tal y como lo hacemos desde estas páginas, no se permite la más ligera duda. Y quién dude o discuta de la divinidad no será más que un hereje, un blasfemo y un pecador a los ojos amorosos de Yahvé.

Con tales recompensas ¡quién, torpe de él, podrá descarriarse de la línea filosófica y falaz de la divinidad Cristiana!.

Para que algo verdaderamente sea y cumpla con la condición de ser indiscutiblemente una verdad sin réplica, primero que todo no debe de defendérsela o tener preparados argumentos para hacerla e imponerla como una verdad indiscutible. Al Sol, por ejemplo, ¿quién pueda negar que nos alumbra, que su calor da vida y provoca innumerables reacciones biológicas en nuestro Planeta? ¿Habrá habido necesidad de argumentos a favor para defender esa verdad innegable?.

Lo que debe de quedar en claro es que LA DIVINIDAD DE DIOS no es sujeta, no a la discusión o a la duda porque es permisible hacerlo o sentirlo, sino a monopolizar en un sujeto o grupo de sujetos que con un solo ejemplo dejarán demostrada su bajeza moral, energética y que con esa muestra de pequeñez y no de EXCELSITUD, todavía y así siguieran gritando tener a la DIVINIDAD adentro de ese concepto filosófico que de Yahvé y de Elohím hacen, defienden e imponen.

La EXCELSA DIVINIDAD DEL TODO no puede rebajarse y mucho menos arrastrarse en el fango del crimen y de los asesinatos, que son el pan de cada día de la divinidad bíblica. Jeremías 31:28 nos deja completamente clasificada esa obtusa esencia filosófica que la divinidad Cristiana posee y de la cual hace gala presumiendo de ella y que no refleja más que la verdad de tal complejo fanático y falaz que nos han impuesto.

Dice Yahvé: Y me ocupé de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y destruir y afligirlos.

¿Qué de excelso, puro y santo o divino encuentra en ese reptil asqueroso que se ufana de ser destructivo y cobarde que aflige y trastorna en vez de consolar y ser creativo?.

La parte mitológica que tiene la farsa divina del Cristianismo no es más que el cúmulo de leyendas, inventos y elucubraciones que, tratando de darle connotaciones excelsas a su Dios particular y a Jesucristo, no han hecho más que el estrepitoso ridículo con los relatos copiados de la vida de Buda, de Krishna, de Mitra y de miles de otros divinizados seres humanos que fueron tomados en sus respectivas culturas como Hijos Únicos de Dios. Y que, anteriores a nuestro divinizado Jesús, lo dejan en grave entredicho y convertido en una piltrafa más, ya que incapaces de originalidad, burdamente copiaron todos y cada uno de los relatos fabulosos y de las cosas asombrosas que, como efectos especiales rodearon desde su nacimiento hasta su muerte, a esos anteriores Hijos de Dios y, atribuyéndoselas estúpidamente a Nuestro Señor Jesucristo, pensando que nadie se daría cuenta del engaño, lo han dejado convertido en un mamarracho y que, junto a su Padre, forman la pareja de vilezas que nos hemos tomado como la divinidad.

La parte ritual da, basada en el fanatismo y el dogma sacado de la parte filosófica y mitológica que sobre la divinidad han impuesto, la forma concreta ?físicamente palpable- y que todos podemos compartir, para que el que quiera experimentar a la divinidad bíblica tenga la libertad de probar la existencia del Dios y del Padre Nuestro.

¡Qué ironía!, y qué falta de respeto, no a DIOS, sino a la manada de borregos que acuden a probar un poquito de Dios; inclusive y los más perversos son los católicos que, comiéndose a la divinidad por medio de la Santa Comunión y en la hostia, no se imaginan que el proceso metabólico y natural de la fisiología humana lleva, sin ninguna duda, a que esa misma divinidad comida en el ritual salga como excremento a la hora de evacuar los intestinos.

¿No lo había pensado? ¿Creía que la hostia no se defecaba como cualquier cosa que ingerimos? O ¿cree usted que por ser el Cuerpo del Dios Padre, como nos han dicho, en la persona de Jesús eso exime la función biológica de defecarlo?...

¡Qué locura por Dios Santo!. Primero se comen a su Dios y luego lo zurran.



UN DIOS DOGMÁTICO

El dogma, siendo la segura, única y por ende exclusiva respuesta a un algo, ¡y por no admitir ninguna otra opción!, no es más que el monumento a la intolerancia, a la violencia y a la desfachatez más grande y por lo tanto ¡una falsedad!. La Iglesia Cristiana mal hace en gritar que tiene un dogma de fe en el personaje que nos presenta como Dios Padre, ya que, si dogma es una verdad incuestionable, ¿cómo es posible que la misma Iglesia Cristiana nos haga adorar a un fantoche como Yahvé y a un grupo de seres como los son los Elohím, diciendo que ambos son la incuestionable verdad divina?.

¡Caramba qué necios!.

Un dogma de la Naturaleza, como lo puede ser el aire que respiramos y que no admite opción, ya que para todo ser vivo es indispensable; o el agua, que no admite sustituto, son comunes a todos los organismos vivos y por eso mismo ¡una verdad incuestionable!, tal y como el axioma matemático de dos más dos son cuatro.

Pero el "dogma" religioso bíblico, ¡hay Dios mío!. Primero, por no ser común a todos los seres humanos, ya que Yahvé y Elohím, por lo menos para la gran inmensa mayoría de pobladores de este bello Planeta, o sea para más de cinco mil millones de habitantes ¡no es y mucho menos representan lo que DIVINIDAD ES!. Segundo, por estar fincado o basado en la muerte y en la violencia al 100% y que, bastando con abrir cualquier Biblia, de cualquier Iglesia Cristiana, es fácil darnos cuenta cómo caen millones de cadáveres de hombres, mujeres y niños, amén de animales y aves sacrificadas a ese cochino ser que le encantan los holocaustos de vísceras y excrementos.

Todo eso no sólo representa una muestra de la patraña, sino que es un insulto a la inteligencia del ser humano que, adormilado, sigue en el carro religioso de la Cristiandad que de dogmática ¡ni roscas!.

Y tercero, siendo dos los conceptos sobre una supuesta misma divinidad en la Biblia y que para colmo uno de ellos es múltiplemente protagonizado por los fuertes y poderosos seres que el vocablo Elohím reúne en su significado, en todo eso no hay más que mentiras.

¿En dónde está esa segura, única y verdadera respuesta divina en el aberrante concepto de dos seres que forman la divinidad bíblica? ¿Dogma en el Diosesito fantoche del Cristianismo? ¡Nunca jamás!...

Si hoy hemos aceptado en nuestra herrumbada y religiosa mentalidad lo que Jesús dejó implantado, o mejor dicho lo que dicen los falsarios de Nicea que dejó Jesús implantado, y que debemos tomar al Dios bíblico como que es el Padre Nuestro ¿Con cuál de los dos conceptos bíblicos hay que quedarnos?, porque sólo uno de los dos tiene que haber sido el preferido de Jesucristo. ¿Yahvé el guerrero o Elohím, los fuertes y poderosos? ¿Cuál es el verdadero y único Padre que Jesús quiso que adoráramos en el Cristianismo?.

Jesús, como judío que era, ¡porque nació judío, vivió como judío y lo mataron por y como judío!, y como heredero del Sacerdocio y del Poder Político que como Rey de Israel le correspondía desempeñarse ¡y no como Hijo de Dios como tan burdamente nos lo han implantado!, por su misma condición de Rey-Sacerdote, tenía que conocer a fondo las Sagradas Escrituras o Tora que no son otras que el Viejo Testamento de nuestras Biblias. Y, asumiendo, afirmando y actuando como el legítimo heredero al trono del Rey David, tenía que saber de Elohím y de Yahvé; razón que hoy nos permitimos resaltar ante el dogmático proceder Cristiano de manipular tan groseramente el concepto del Padre Nuestro para embolsarse, o continuar esquilmando, el dinero de sus feligreses, para preguntarnos, no sin razón ¿A quién hay que identificar como el Padre Nuestro amoroso y perdonador, a la vez que rencoroso y criminal, al cual le hemos orado inclusive en el clímax de la problemática que envuelve a cualquier cristiano hoy en día, creyendo torpemente que ese es el verdadero camino?.

¿Quién es el Padre Nuestro? ¿Acaso Yo soy el guerrero o los muchos fuertes y poderosos?. Ahora bien, sería la más extrema brutalidad que el concepto de Padre Nuestro, tal y como lo tenemos implantado en nuestro psiquismo, sea y comprendan la mezcla de ambos conceptos tan dispares uno de los otros, porque tal y como apunta que así sea, por las muestras indistintas con que se cita a Elohím tanto como a Yahvé en los sermones y prédicas que tan perversamente oímos de boca del gritón insolente en el púlpito, eso, da la pauta para resquebrajar el dogma traicionero y ruin que han montado en la figura de un Padre Nuestro que, cual máscara, esconde a dos fantoches y mentirosos conceptos sobre la divinidad de los dos Dioses en la Biblia.

¿A quién dirigirnos como el Padre Nuestro?...

Pablo en 2 de Corintios 4:4 nos dice tajantemente.

Porque Jesucristo es la imagen de Dios.

Juan 14:9 deja constancia.

Jesús le dijo: El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.

El Génesis 1:27, por su parte, nos aclara.

Y crearon los Elohím al hombre a su imagen.

Pero también Génesis 2:7 nos da otro punto de vista.

Entonces Yahvé modeló al hombre de arcilla del suelo.

Mateo 5:48 advierte.

Sed vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Juan 3:16 nos cuenta.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna.

Y por último Juan 14:16 señala sin equivocaciones.

Sólo a través de mí ?dice Jesús- se va al Padre.

Veamos el gracioso dogma del Dios mentiroso y criminal al que llamamos Padre. Si Jesús es la imagen de Dios, y este concepto divino nos lo presenta Jesús como Padre Nuestro, y se ha catalogado a Jesucristo como Hijo Unigénito de Dios Padre y, a esto agregamos que nosotros, los seres humanos, hechos del vulgar barro de la tierra, sin importar la fabricación y mucho menos el material del cual fuimos sacados, podremos llegar a ser perfectos ?amén de ser la imagen y semejanza de Dios Padre-, resulta que el Dios del Cristianismo, el Padre amoroso, castigador y criminal ¡Es un pobre fantoche de barro!, y Jesucristo, su amado Hijo, ¡es otra figura de arcilla!; y ambos, Dios Padre y Jesús el Hijo, ¡son dos monigotes de polvo y fáciles de borrar!.

¿O cree usted que son DIOS?...

¿Dónde está el orgullo, la divinidad y la grandeza que pregonan los gritones desde el púlpito que tienen el Dios Padre y su descarado Hijo Jesucristo?.

¡Cómo continuar tomando a dos farsantes que son imagen y semejanza de los hombres y pasionalmente idénticos con el más depravado y criminal degenerado ser humano, que los hay en abundancia, y gritar y patalear que son DIOS y que son el único camino hacia la salvación eterna!.

¿Cómo es posible y en qué cabeza pueda caber que existan los teólogos y la Teología Dogmática, no para probar o demostrar a DIOS, sino para demostrar mórbidamente y lleno de contradicciones sadomasoquistas y lujuriosas, que ambos conceptos que sobre la divinidad bíblica nos presentan son lo bueno, lo único y la verdadera esencia pasional de la manifestación tortuosa de las entidades que se esconden bajo el nombre de Yo soy el guerrero (Yahvé) y entre todos y cada uno de los muchos fuertes y poderosos (Elohím)?.

El dogma Cristiano, por ser traicionero y sádico, no refleja más que la grave evidencia del fanatismo y de la intolerancia del rencor ritualista de una doctrina netamente basada en la falsedad y en el egoísmo de creerse el único camino a DIOS y, por consiguiente, es humo, polvo y truco violento que, bajo el terrorismo sagrado y del Diablo y su Infierno, como socios en el asunto de asustarnos para mantener el boato y la tertulia de la Jerarquía Cristiana, simplemente ¡son una farsa!.

Dogma Cristiano y Diablo e Infierno, así como curas, pastores e Iglesias y Tabernáculos, ¡son nada!; porque si desde allí se nos grita que Jesús es el único camino que nos queda para llegar a DIOS, simplemente nos están tonteando, ya que el Dios del Cristianismo nada tiene que ver con EL TODO, con LA VERDAD ABSOLUTA que es DIOS. Y Jesucristo, el impuesto como Hijo de Dios Padre, no es más que un payaso lleno de hipócrita actitud ante los hechos que nos deleitan desde los propios Evangelios.

Al Diosesito de la Biblia se le adjudica la acción y se le nombra como "Dios creador del mundo". Y esto es el Dogma de la Doctrina General sobre la Creación. Génesis 1:1 nos deja dicho.

En el principio los fuertes y poderosos (o sea Elohím ¡y no DIOS!) crearon los cielos y la tierra.

Génesis 2:4 por el contrario y contradiciendo por eso mismo al clero y a todo el Cristianismo en general, nos dice.

El día que Yo soy el guerrero (Yahvé Saboat, ¡y no DIOS!) hizo la tierra y los cielos.

¿En dónde está, ¡por Dios Santo!, entonces el Dogma de la Creación?. En dónde está la certeza infalible del dos más dos son cuatro, si hay dos versiones diferentes una de la otra adentro de un supuesto mismo suceso y con el manifiesto craso error y mala fe de sostener que fue DIOS el Creador que aparece en ambas versiones de la Santa Biblia. Y leemos desde ésta el tratado legal y religioso del Dogma Cristiano que nunca mencionan, en ninguna de sus dos versiones, a DIOS, sino a Yahvé y a Elohím cuya traducción no significa, en ninguno de los dos vocablos hebreos utilizados en la Biblia, DIOS, sino Yo soy el guerrero y los fuertes y poderosos que, como es fácil deducir y descubrir, porque salta a la vista, ¡no son DIOS!.

Génesis 1:20 nos cuenta un primoroso relato.

Produzcan las aguas a las aves que vuelan.

Pero en contraposición el propio libro Génesis, sólo que desde 2:19, ridículamente lo desmiente, pues surge otro, ahí sí que "dogmático" concepto contrario al no menos "dogmático" proceder ya leído sucedido con los Elohím.

Yahvé (¡que no es DIOS!) formó de la tierra a toda ave de los cielos.

¿Dos versiones contrarias peleándose entre sí por ser tomadas como la Palabra de DIOS en el Dogma de la supuesta única y verdadera Creación que propugnan los fantoches que dicen ser teólogos o estudiosos de Dios?, y que, además, y como premio a su infalible labor investigativa, en ninguna de ambas contradictorias versiones del surgimiento de las aves, se hace creer o se influye a que se está hablando de DIOS, DEL TODO, y que LA VERDAD ABSOLUTA es quien procede a ejecutar tal hecho de gran trascendencia, sino que muy claramente nos dejan dicho que Yahvé, por una parte, y Elohím, por la otra, son a quienes identifican plenamente como los fabricantes de las aves; uno que utiliza al agua como fuente de ellas, y el otro a la tierra.

En una versión Elohím (¡y no DIOS!) crean en el mismo instante, y de manera simultánea, al varón y a la hembra. Y con la particularidad muy romántica y especial de hacerlos a su imagen y semejanza. Pero en la guerra endiablada por liderar y comandar el Dogma Cristiano, en la otra versión, Yahvé (¡y no DIOS!), hace al hombre moldeándolo con sus propias manos, como alfarero, del barro y, por último, y luego de hacer otras cosas, quitándole una costilla al hombre, forma a una mujer ¡y no a la mujer!.

¿Dogma, verdad incuestionable en esas contradicciones? ¿Verdad irrefutable en esa miserable y pobre narración dualista y tergiversada de la Creación bíblica? ¿Teólogos o estudiosos de Dios Padre para tan mala y vergonzosa actuación de los que se pelean por el protagonismo de las sangrientas páginas de la Biblia?... ¡Caramba!.

Lo repugnante de teólogos, y su estupidez dogmática, en la que todos estamos de acuerdo luego de ejemplos tan significativos que nos regala la misma Biblia, es haberse abrogado el inútil, como fatuo y prepotente título de "estudiosos de Dios". ¿Cómo su mente de hormiga (con perdón de las hormigas) pueda entender, estudiar, interpretar y definir a DIOS, a LO INDEFINIBLE y a lo ABSOLUTO que ES DIOS?. ¿Por qué en su estúpida humildad de su orgullo no se han dado cuenta de la ridícula posición de llamarse estudiosos de LO INESTUDIABLE?.

El dogma Cristiano, y sus chiflados teólogos, sostienen, para su propia decadencia, que el Dios bíblico, que ellos tan pésima como falazmente han identificado que es DIOS, es un Dios Trino y le llaman el Sagrado Dogma de la Trinidad de Dios a la excusa que les sirve para explicar y definir al Dios bíblico pero que no es DIOS.

El único pequeño escollo, en tan bella concepción, es que la Trinidad en la que se partió el concepto de Yahvé y de los Elohím ¡que no de DIOS! ?y que nunca lo han aclarado-, es que fue un invento y una locura producida durante el Concilio llevado a cabo en el año 325 en Nicea. Y que, bajo los más vulgares insultos, demostraciones soeces y lío a trompadas entre los Primeros Padres Santos de la Iglesia, el Espíritu Santo inspiró a los presentes y decidieron, luego de una votación mundana y por la mínima mayoría, que el Dios de la Biblia ¡y no DIOS!, era un ser trino compuesto por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, al cual, precisamente, en ese mismo Concilio se lo inventaron los mismos Santos e inspirados varones conciliadores.

¿Verdad absoluta y sin equivocaciones o dogma en una decisión fruto del comadreo y de las trompadas que fueron las verdaderas inspiraciones que obligaron a llevar a cabo tal sandez?.

Siendo el dogma una verdad tan obvia que no necesita demostración alguna, con una sola mentira que le saquemos a relucir a la tan divinidad dogmática de la Santa Biblia, o a la mal llamada Palabra de Dios, será muy fácil eliminar a teólogos, a dogmas Cristianos y a la Iglesia basada en un nebuloso e inexistente personaje que, como Jesús, que fue el heredero político del reinado de Israel y no el Hijo de Dios Padre, resulta el más fantoche y ridículo personaje que religión alguna se haya inventado.

Génesis 1:31 nos asegura algo que si de verdad los Elohím fuesen DIOS, no hubiera habido necesidad de apantallar, y menos de lucir esa burda y cómica afirmación, que niega lo divino que hemos creído tienen los muchos fuertes y poderosos seres que encierra tal vocablo.

Y vieron los Elohím (¡y no DIOS!) todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.

Y conociendo nosotros del asuntito que Caín comete en contra de su hermano Abel, como la segunda manifestación de que no todo era miel sobre hojuelas o bueno en gran manera como lo asegura el perverso Diosesito de la Biblia, pues un asesinato ¿qué de bueno destila o tiene como para ejemplificar la gran mentira de haber afirmado Dios Padre que todo lo hecho por él era bueno en gran manera?.




Fuente:
https://m.monografias.com/trabajos20/dios-biblico/dios-biblico.shtml

                          



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"Ya vendrá el día en que el engendramiento de Jesús por el Supremo Hacedor como su padre, en el vientre de una virgen, será clasificado junto a la fábula de la generación de Minerva en el cerebro de Júpiter"

Thomas Jefferson 





... Y el hombre creó a Dios (Colaboración)

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Nota Inicial:

La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

 

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... Y el hombre creó a Dios.


La curiosidad es una cualidad aparente en varios animales, pero les faltan el entendimiento de causa y efecto. En el hombre, aliado al raciocinio, no solo se contenta con mirar más cerca, palpar, necesita también investiga las causas y sus consecuencias.


No se trata solamente de curiosidades gratuitas, es también una cuestión de sobrevivencia. Sobre lo que es la lluvia y por qué llueve ayudará a responder las preguntas más cruciales para la agricultura: ¿cuándo lloverá otra vez? ¡O querer saber hasta quién hace llover…! Prevenir el futuro para evitar una guerra perdida; alterar el curso y el resultado de los acontecimientos…, en una primitiva tentativa de resolver esas cuestiones el hombre creó métodos para intentar prevenir el futuro, como fue la astrología, quiromancia, necromancia, métodos estos para alterar el futuro aún como la magia, brujería, encantamientos...

 

Así pues, tan innata al igual que la curiosidad es la necesidad de buscar una explicación a los fenómenos aún no comprendidos. Él, al presenciar un fenómeno cuyas causas no son comprendidas, deduce que, si un hombre no es responsable por tal o cual hecho, debe haber alguna otra causa. Comprendía que un hombre con una rudimental hacha de piedra podía solamente romper las ramas de los árboles, por ejemplo. Pero un rayo que destruía total o parcialmente un frondoso árbol debería haber sido producido por algún ser con mucha más fuerzas que el hombre. De esa manera posiblemente pudo haber surgido la idea de uno o muchísimos dioses que controlasen los fenómenos meteorológicos. 

 

Por procesos similares surgen también las ideas de los dioses de la guerra, la caza, el amor y toda una gama de factores que tienen importancias en la vida humana. La idea básica es siempre la misma, la incapacidad de comprendes fenómenos complejos, por lo que el hombre los atribuye a una o más divinidad, pero con algunas limitaciones, una en particular es la dificultad de imaginar entidades sin una apariencia física. Esa dificultad lo estimula a crear representaciones antropomorfas de esas entidades. Ante esas características el hombre imagina sus dioses, en principio, con apariencias de algún animal que admirarse. Posteriormente los imaginaría con su propia apariencia.

 

Esa idea de un dios con las apariencias humanas encaja perfectamente con las suposiciones de que el hombre es el único animal que reacciona, es decir, el hombre en su propia opinión es superior a todas las otras formas de vida, por lo tanto, es el ápice de la perfección. Es así que el hombre creó a dios a su exclusiva imagen y semejanza, salvo para poder creerse que fue creado a esa imagen de su dios para justificar su pretendida superioridad y reivindicar la propiedad del planeta.

 

Habiendo inventado unos dioses con formas humanas para atribuirles cualidades humanas a ese dios: “si dios creó al hombre, debe ser fundamentalmente bueno, como un padre, pero tiene momentos de ira, principalmente cuando sus hijos erran, por lo que es necesario castigarlos para enseñarles a ser obedientes”

 

Existen otros procesos a nivel individual que llevan a las mismas ideas. Todos los niñ@s creen que sus papás son extraordinariamente poderosos y pueden protegerlos de todos los peligros; creen que lo ven todo y lo saben todo; que son perfectos y eternos. Posteriormente conforme van creciendo, perciben que sus padres no son perfectos, ni indestructibles, y lo peos, no son eternos. Esos descubrimientos, al igual que el papa Noel de que tampoco existe, llevan a una decepción y gran necesidad de imaginarse a unos  padres eternos, súper poderosos que satisfagan todas nuestras creencias y miedos. La idea de unos padres eternos está latente en el hombre y eso es un verdadero factor. La idea de un dios como padre de todos y la madre de dios como la madre de los seres humanos ha sido el resultado de una necesidad.

El paso siguiente es la creación de un método, la religión, para actuar recíprocamente con su dios, de interceder en su propio beneficio, conseguir favores: lluvias, buenas cosechas, vitorias en las guerras, riquezas, etc. Esos conceptos serían una evolución en relación a los primitivos métodos de prevención del futuro y alteraciones de sucesos. De la misma manera que los líderes de una aldea pueden fácilmente conceder favores a cambio de algunos regalos, generalmente cosas de valor, como comidas, joyas, piedras preciosas, su propia sangre, sacrificios humanos… Un avance conveniente de esas prácticas es la idea de ofrecer oraciones y promesas al contrario de bienes materiales, pues estos son más prácticos y eso también da cierta coherencia al proceso, al final, un dios inmaterial no necesita de bienes materiales. De esta manera los métodos para actuar como un dios, como son los rituales de oraciones, eso debería dejarlo contento, consultarlo sobre el futuro obtener favores especiales, etc., dio orígenes a las religiones.

 



Posteriormente surgieron los “especialistas” en religiones, los cuales actuarían como intermediarios entre el dios y las personas comunes. Bastante interesante y conveniente, pues se crea una clase privilegiada, rica y poderosa, eso en muchas culturas con poderes paralelos y hasta superiores al de las clases políticas y militares en cada momento de la historia, las mismas que han prevalecido hasta la actualidad.

 

Para conseguir riquezas y poderes, la nueva clase sacerdotal necesita crear técnicas para manipular y controlar los seguidores y también para conquistar nuevos adeptos. Así pues, para llevar a buen término esas conquistas inventan las reglas (mandamientos) y enseñamientos que bajo ningún concepto pueden ser cuestionados (dogmas), cuyas transgresiones (pecados) están sujetas a puniciones. Para conquistar nuevos adeptos (fieles) se usa el proselitismo (evangelización) y en último caso la fuerza, inclusive las guerras según las situaciones y el momento. Las conversiones sirven a los propios intereses de los líderes religiosos, pero también refuerza la fe de los seguidores actuando como un reto positivo, pues resulta que en esas conversiones de los infieles es una demostración del poder de sus respectivos dioses.

 

Después de milenios de “perfeccionamiento” hasta llegar a nuestros días, las técnicas de manipulación, controle y conversiones desenvolvieron unos refinamientos dignos de muchos personajes maquiavélicos destacándose: 

 

1 – La creación de un otro antagonista de dios (el demonio) que representa y explica la existencia del mal y sirve para aterrorizar a los propios seguidores. El expediente es particularmente eficaz para anular ataques contra la religión y el propio dios, pues cualquier tentativa de disuadir a los creyentes será atribuida a personas que estarían al servicio del mal. Los creyentes no pueden ser desafiados a comprobar la existencia de ese ser superior, pues uno de los trucos del “señor del mal” es “hacer que los hombres duden de la existencia de eso u otro dios”. Bastante ingenioso nos han salido todos los cleros…

 

2 – La perpetuación de la religión, además del tiempo de vida de sus idealizadores, lo cual es solo posible con un compromiso de fidelidad incondicional y eterna de sus seguidores, conseguido atreves del terrorismo y lavados de cerebros por lo que deben ser iniciados así que una persona nace, es en el ritual del bautismo, en el caso del catolicismo, marca el inicio del proceso de lavado cerebral y mismo que la criatura no tenga aún los mínimos conocimientos de la vida. Esto puede durar años y será casi imposible, en muchos casos, que la víctima abandone las creencias en las cuales fue educado. Uno de los hechos más eficientes, ingeniosos y crueles por parte del clero fue el conseguir convencer a los padres a violentar intelectualmente a sus propios hijos y usarlos para perpetuar el poder de la religión, el obscurantismo y la ignorancia, esa misma que ha llegado hasta la actualidad, por eso es que no dejamos de denunciar tales barbaridades.


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(*) Nota Final:

 

El autor de esta publicación es "Zerimar Ilosit", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.


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Ver:

Ver:
Carta Abierta a los Creyentes 
(Colaboración)

Ver:
Buenas Razones para No Creer
(Colaboración)

Ver:

Los "Milagros" de Jesús 
(Colaboración)

El Misterio de la Trinidad 
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Ateísmo… ¿Eso qué es? 
(Colaboración)

Ver:
Quien es Dios?

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¿Existió Jesús? 
¡Claro, existieron muchos!


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Top 10 “Metidas de Pata” de la Biblia.

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Top 10 Características Indeseables de Dios.



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