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14 Años de "Ateísmo Para Cristianos". Y... Feliz 2024!

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14 Años de "Ateísmo Para Cristianos". 

Y... Feliz 2024!


Hace 14 años, un día como ayer, en un pequeño departamento en Aegio, un pueblito al norte de la península del Peloponeso en Grecia, Se realiza la primera publicación del blog "Ateísmo para Cristianos".


Hoy, casi 3 lustros después y en una hermosa casa en la provincia de Misiones, al norte de Argentina y en plena selva amazónica... Seguimos publicando con la esperanza de que las palabras aquí expuestas sirvan al menos de reflexión para aquellas personas que se han visto afectada de forma negativa por la religión, en especial por el cristianismo y demás divisiones protestantes que tanto abundan en el lado occidental del mundo.


Y éste año que termina no ha sido fácil, eh! Hemos recibido denuncias y ataques de varios flancos e inclusive varios cierres del blog que nos ha obligado a tomar ciertas medidas que si bien han podido influir en una disminución del número de visitas, por lo menos el blog sigue permaneciendo disponible y funcional. La idea es a futuro "mudarnos" hacia otra plataforma que albergue a nuestro querido blog, que sea más libre y con menos censura. Lamentablemente por problemas de tiempo e inexperiencia no he podido hacerlo. A ver si en éste nuevo año lo logramos.


Y no queda más que agradecer infinitamente a nuestros ya pocos pero entrañables comentaristas y colaboradores. Es increíble la capacidad de análisis e ingenio que muestran los comentaristas regulares. Me hacen reír, pensar y reflexionar con sus aportes. Sin duda el visitante ocasional del blog seguramente disfrutará más de los comentarios que de la publicación en si misma. Les agradezco su permanencia y colaboración con este blog. Como siempre he dicho, este sitio es más de ustedes que mío.


En un mundo donde los videos cortos, los reels, los shorts y demás medios audiovisuales de corta duración son la moda; el que los blogs y páginas webs donde haya que "leer" hayan sobrevivido... Es una gran hazaña. Por eso me siento orgulloso de "ApC", por eso me siento orgulloso de los visitantes y lectores y en especial me siento orgulloso de los comentaristas y colaboradores que aún creen en el poder de la palabra escrita. A ustedes mi agradecimiento total.


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Y el día de mañana ya comienza un nuevo año con nuevos retos y desafíos. Le deseo a quién lee estás líneas lo mejor en estos próximos 12 meses. Que sigamos aprendiendo y reflexionando para lograr que está roca que lleva rato girando alrededor de una estrellita, sea cada vez mejor, más habitable y más pacífica.

Que tengan un excelente 2024.

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Y como ya es costumbre por éstas fechas, veamos el top 10 de las publicaciones más visitadas en los últimos 12 meses.


1)

Versículos de la Biblia que los Cristianos tienden a ignorar

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2)

Ateísmo para Cristianos... De regreso!

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3)


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5)


Ver:
Publicaciones de Colaboradores




Ver:
De cómo el Autor de este Blog blasfemó contra el Espíritu Santo y se condenó al Infierno

Ver:
Top 10. Los Misterios de la Biblia

Ver:
Top 10 Amenazas Cristianas




   
Ver:
De por qué Dios odia a los Ateos


Ver:
De por qué Dios odia a los Blasfemos

Ver: Lo Sobrenatural Hoy... 
¿Está presente Dios en el Mundo Actual?


Ver: Curaciones milagrosas. 
Punto de vista Ateo

Ver: La Probabilidad de Escuchar a Dios. 
Las Comunicaciones Sobrenaturales Divinas.

Ver: Guía para el Cristiano novato que desea convertir Ateos en Creyentes



Ver Artículos sobre: 
Los 10 Mandamientos 

Ver Artículos sobre: 
Oraciones Cristianas

Ver: ¿Nadie ha visto a Dios?


                          

ARTICULOS RELACIONADOS




“Enero 1. Hoy no es el primer día del año para los mayas, los judíos, los árabes, los chinos y otros muchos habitantes de este mundo. La fecha fue inventada por Roma, la Roma imperial, y bendecida por la Roma vaticana, y resulta más bien exagerado decir que la humanidad entera celebra este cruce de la frontera de los años. Pero eso sí, hay que reconocerlo: el tiempo es bastante amable con nosotros, sus fugaces pasajeros, y nos da permiso para creer que hoy puede ser el primero de los días, y para querer que sea alegre como los colores de una verdulería.”


Eduardo Galeano




Diez de las mayores inconsistencias en los evangelios que nos hacen revisar nuestra Biblia

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Diez de las mayores inconsistencias 

en los evangelios que nos hacen 

revisar nuestra Biblia


Veamos las mayores discrepancias encontradas en los evangelios.

Melissa Sartore

5 de agosto de 2021


Dentro de la Biblia hay cuatro libros considerados los Evangelios. A Mateo, Marcos y Lucas a menudo se les llama evangelios sinópticos porque difieren de Juan en términos de lenguaje y disposición. Cada libro fue escrito durante los siglos I y II d.C. Lo más probable es que Marcos fue escrito primero, Mateo y Lucas fueron los autores del segundo y tercero, y Juan completó el cuarteto. Numerosos evangelios no se incluyeron en la Biblia e incluso después de que se compilara la versión King James durante el siglo XVII, se han producido cientos de cambios en su composición.

Cada uno de los cuatro evangelios cuenta la misma historia y ofrece relatos de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Incorporan tradiciones orales y relatos de testigos presenciales para brindar información sobre las enseñanzas, la carrera y el legado de Jesucristo. Diferentes traducciones, propósitos y perspectivas explican por qué cada evangelio tiene un tono y una sensación que los hace únicos, pero muchos detalles se han perdido en la confusión.

Al leer atentamente la biblia es posible ver algunas de las mayores inconsistencias en los Evangelios, aquellas que pueden proporcionar una nueva visión de la historia de Jesús o hacer que uno se cuestione lo que realmente sucedió hace siglos. De cualquier manera, pueden resultar bastante sorprendentes cuando los lees por ti mismo.

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1)

Judas se quitó la vida, pero el método cambia


La traición de Judas Iscariote es quizás uno de los acontecimientos más conocidos del Nuevo Testamento. Como uno de los 12 discípulos de Jesús, Judas entregó a Jesús por "30 piezas de plata", según Mateo 26:15. Más adelante en ese mismo libro, Judas se ahorcó cuando vio el destino de Jesús.

En Hechos 1:18 (la continuación del Evangelio de Lucas atribuida al mismo autor), Judas "compró un campo con el premio a la iniquidad; y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron".

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2)

La cronología del nacimiento de Jesús es confusa


Belén forma parte sistemáticamente del relato del nacimiento de Jesús, pero el contexto es difícil de determinar. En Mateo, no está del todo claro si María ya ha dado a luz cuando llega a Belén. Lucas, por otra parte, dice "mientras estaban allí, se cumplieron los días en que ella debía dar a luz".

Mateo y Lucas tampoco están de acuerdo sobre el año del nacimiento de Jesús. Mateo dice que Herodes el Grande estaba en el poder cuando nació Jesús, mientras que Lucas 2:2 dice que Jesús nació cuando Publius Sulpicius Quirinius, o Cirenio, era gobernador de Siria. Como afirma Lucas, el nacimiento de Jesús tuvo lugar durante el primer censo bajo Cirenio, que fue en el año 6 d.C. (Herodes murió alrededor del 4 a.C.).

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3)

Es posible que Jesús y Herodes nunca se hubieran hablado


Lucas 23:8-10 menciona a Herodes cuestionando a Jesús:

Y cuando Herodes vio a Jesús, se alegró mucho, porque hacía mucho que deseaba verle, porque había oído muchas cosas de él; y esperaba haber visto algún milagro hecho por él.

Luego le preguntó muchas palabras; pero él nada le respondió.

Y los principales sacerdotes y los escribas se levantaron y lo acusaron con vehemencia.

Sin embargo, en Marcos, Mateo y Juan, es Poncio Pilato quien cuestiona a Jesús. Al igual que en el Evangelio de Lucas, Jesús en realidad no responde ninguna de las preguntas de Marcos y Mateo, sino que permanece en silencio o responde con una pregunta propia.

En Juan, Jesús entabla un largo diálogo con Pilato.

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4)

La resurrección de Jesús se descubre y se informa de manera diferente


No queda claro en los Evangelios exactamente qué ocurrió en lo que respecta a los detalles específicos de la resurrección de Jesús. El Evangelio de Marcos afirma que las discípulas, incluida María Magdalena, llegaron a la tumba de Jesús y encontraron "un joven sentado al lado derecho, vestido con un largo manto blanco".

Mateo hace que las mujeres se encuentren con un ángel, y luego se encuentran con Jesús mientras se dirigen a contárselo a sus discípulos. Lucas dice que dos hombres se encuentran junto a las prendas que alguna vez usó Jesús.

El relato del Evangelio de Juan muestra a María Magdalena sola descubriendo la tumba abierta de Jesús. Luego corre a contárselo a los discípulos, luego es visitada por dos ángeles y luego ve al propio Jesús. Ella les cuenta a los discípulos su experiencia y Jesús también se les aparece.

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5)

La razón del bautismo de Jesús no está clara


En Mateo 3:14-17, Jesús acude a Juan Bautista para ser bautizado, saliendo del agua:

Y he aquí, los cielos se le abrieron, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y venía sobre él; y he aquí una voz del cielo, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

Lucas proporciona una breve mención del bautismo de Jesús, mientras que las versiones de Marcos y Juan hacen eco de la historia que se encuentra en Mateo.

Lo que es difícil de determinar es por qué Jesús fue bautizado. Sólo Mateo menciona el deseo de Jesús de "cumplir toda justicia". El propósito del bautismo, como dice Lucas 3:3, es "el arrepentimiento para la remisión de los pecados".

Esto se corresponde con Lucas 18:19, donde Jesús admite que no está libre de pecado, pero "nadie es bueno, excepto uno, es decir, Dios", pero no con las afirmaciones que Jesús hace en Mateo.

La pregunta más importante para muchos teólogos y cristianos es por qué Jesús, supuestamente sin pecado, debería tener que perdonar los pecados en primer lugar.

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6)

El motivo de la sentencia de muerte de Barrabás varía


Cuando se les da la opción de conmutar la ejecución de un prisionero, la multitud en Jerusalén no elige a Jesús, sino a Barrabás. La costumbre de salvar a un hombre de la crucifixión formaba parte de la Pascua y, según todos los evangelios, ganó Barrabás.

Para empezar, difieren al explicar por qué estaba en prisión. Mateo 27:16 no da más detalles sobre los crímenes de Barrabás, simplemente lo llama un "criminal notable". Tanto Marcos como Lucas afirman que Barrabás era parte de una insurrección y había cometido un asesinato, mientras que Juan 18:40 simplemente lo llama " ladrón ".

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7)

El momento de la Última Cena no siempre es el mismo


Si la Última Cena ocurre antes o después de la Pascua varía según el evangelio. Todos ellos incluyen la última comida de Jesús, lo que indica que tuvo lugar al final de la semana y durante la Pascua.

Mateo, Lucas y Marcos indican que la última comida de Jesús tuvo lugar como comida de Pascua, mientras que Juan la sitúa "antes de la fiesta de la Pascua".

Eruditos como Colin Humphreys atribuyen esto a "dos calendarios diferentes... y de hecho, los cuatro evangelios concuerdan perfectamente". En resumen, siente que en realidad no es diferente. Otros creen que Jesús conocía su destino y "celebró deliberadamente [la fiesta de la Pascua] un día antes... pero sin el cordero".

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8)

Si los discípulos de Jesús tenían bastones depende de a quién leas


La importancia de un bastón, esencialmente un símbolo de la autoridad de Dios, es el núcleo de la difusión de las enseñanzas de Jesús por parte de sus discípulos. Los evangelios difieren, sin embargo, en si a los 12 discípulos se les ordenó llevar varas [o varas] con ellos en sus viajes o no.

Lucas 9:3 dice que Jesús ordenó a los discípulos: "No llevéis nada para el camino, ni bastones, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni dos túnicas cada uno". Mateo 10:10 se hace eco de esto, pero Marcos 6:7-8 hace una excepción:

Y les ordenó que no llevaran nada para el camino, salvo sólo un bastón; ni alforja, ni pan, ni dinero en la bolsa.

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9)

Los evangelios no coinciden en la genealogía de José


La genealogía de José, el esposo de María difiere en los evangelios de Lucas y Mateo. Podría decirse que esto no es un factor cuando se trata del linaje de Jesús, ya que él es el Hijo de Dios.

Entre las muchas variaciones, los relatos no coinciden cuando se trata del padre de José. En Mateo, su padre es Jacob, mientras que Lucas indica que es Eli. Una explicación común para el desacuerdo es que en Lucas, la genealogía en cuestión es en realidad la de María.

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10)

No hay claridad sobre cuántos milagros realiza Jesús


Las maravillas y milagros atribuidos a Jesús incluyen caminar sobre el agua, alimentar a miles de personas con muy poca comida, transformar el agua en vino y curar a los ciegos. Sin embargo, sólo uno de esos milagros se encuentra en los cuatro evangelios .

La "Alimentación de los 5.000", como se la conoce, es la historia de Jesús alimentando a miles de sus seguidores con provisiones limitadas. Es capaz de manifestar suficiente comida con sólo cinco hogazas de pan y dos peces. Así aparece en Mateo 14:15-21:

15 Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. 16 Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. 17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. 18 Él les dijo: Traédmelos acá. 19 Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. 20 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. 21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Traducido del original:

https://www.ranker.com/list/bible-gospel-differences-learned/melissa-sartore

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Ver:

Ayaan Hirsi Ali activista Atea se vuelve Cristiana... y la respuesta de Dawkins

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Ayaan Hirsi Ali activista Atea 

se vuelve Cristiana... 

y la respuesta de Dawkins


Ayaan Hirsi Ali fue una musulmana que sufrió mucho con su religión nativa. Padeció las tradicionales humillaciones que afectan a las mujeres musulmanas (Incluyendo a ablación genital). Luego de reflexionar se hizo Atea e inclusive “Anti-Islam”. Aquí en el blog publicamos algunas de sus frases a favor del Ateísmo.

En Noviembre de 2023 sorprende la Noticia de que Ayaan “se convirtió al Cristianismo”, lo cual me sorprendió tanto a mi como al resto de la comunidad Atea. Por supuesto que cualquier persona tiene el derecho de convertirse y profesar cualquier religión que sea de su agrado. Es la libertad de culto innata que los seres humanos tenemos derecho de nacimiento. Lo que impacta es que después de hacer declaraciones muy contundentes a favor del ateísmo y en contra de las religiones, decida “volar la barda”.

Veamos a continuación algunas de la frases que Ayaan hizo publicas durante su “etapa Atea”:

(Pueden ver estas frases publicadas aquí mismo en el blog hace ya algunos años:

Frases Célebres Ateas. Ayaan Hirsi Ali.)


"El ateísmo es la única posición que me permite vivir sin disonancias intelectuales. No es un credo"


"La muerte es segura y reemplaza los cantos de sirena del Paraíso, pero también el terror del infierno. La vida en esta tierra, con todo su misterio, belleza y dolor, debe entonces ser vivida con aun más intensidad"


"No hay nada más; pero no quiero nada más"


La tolerancia es para todos excepto para los intolerantes”


"Siempre es difícil hacer la transición a un mundo moderno. Me trasladé desde el mundo de la fe hasta el mundo de la razón... Después de haber hecho ese viaje, sé que uno de esos mundos es simplemente mejor que el otro. No a causa de sus cosas llamativas, sino fundamentalmente, debido a sus valores"


"En una democracia que funcione bien, la constitución nacional se considera más importante que el libro sagrado de Dios, cualquiera que ese santo libro sea. Y Dios sólo debe importar en tu vida privada"


"Se necesita mucho tiempo para disolver los barrotes de una jaula mental"

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Veamos ahora como se anunció la noticia en uno de los tantos portales religiosos que se sintieron complacidos con la noticia:


Reconocida activista atea y crítica del islam se convierte al cristianismo


14 de noviembre de 2023

Por Daniel Payne

Ayaan Hirsi Ali, que durante muchos años ha sido una dura crítica del islam y se había declarado atea, afirmó esta semana que “ahora es cristiana”, indicando que llegó a la religión a través de un viaje espiritual y como en respuesta al “vacío nihilista” del mundo moderno.

Hirsi Ali ha sido durante mucho tiempo una destacada crítica del islam. Como joven que creció en Somalia, sufrió mutilación genital femenina y en 2002 renunció a su fe musulmana para declararse atea. En los años siguientes, ha sido una crítica acérrima de la violencia extremista por parte de muchos musulmanes.

En un ensayo publicado el lunes en el sitio web británico UnHerd, afirmó que, aunque se identificó como atea durante más de dos décadas, ahora se considera cristiana.

Escribió que se volcó al cristianismo en parte porque, “en última instancia”, encontró “insoportable la vida sin consuelo espiritual, de hecho, casi autodestructiva”.

El ateísmo no logró responder a una pregunta simple: ¿Cuál es el significado y propósito de la vida?”, indicó, argumentando que “el vacío dejado por la retirada de la iglesia” en el mundo moderno “simplemente ha sido llenado por una mezcla de dogmas cuasi-religiosos irracionales”.

Hirsi Ali afirma que “no es necesario buscar alguna mezcla de medicación y meditación” para abordar estas crisis actuales: “El cristianismo lo tiene todo”.

Otra razón por la que hizo el cambio, es porque considera que la “civilización occidental está amenazada” desde varios frentes, incluidos Rusia y China, por “el islamismo global” y la “ideología woke”.

Nos esforzamos por repeler estas amenazas con herramientas modernas y seculares: esfuerzos militares, económicos, diplomáticos y tecnológicos para derrotar, sobornar, persuadir, aplacar o vigilar. Y sin embargo, con cada ronda de conflicto, nos encontramos perdiendo terreno”, escribió.

Hirsi Ali cree que la única manera de “rechazar con éxito” estas amenazas es responder a la pregunta “¿Qué es lo que nos une?”.

La única respuesta creíble, creo, radica en nuestro deseo de mantener el legado de la tradición judeocristiana. Legado que incluye un elaborado conjunto de ideas e instituciones diseñadas para salvaguardar la vida humana, la libertad y la dignidad”, continuó.

La escritora afirma que todavía tiene “mucho que aprender sobre el cristianismo”.

Descubro un poco más en la iglesia cada domingo”, escribió, argumentando que ha encontrado “una mejor manera de manejar los desafíos de la existencia que la que ofrecían tanto el islam como la incredulidad”.

Fuente:

https://www.aciprensa.com/noticias/101963/activista-atea-ayaan-hirsi-ali-se-convierte-al-cristianismo

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Veamos ahora la declaración oficial de Ayaan Hirsi Ali anunciando su “regreso” a la religión y la creencia divina:


Por qué ahora soy Cristiana


El Ateísmo no puede equiparnos para la guerra de civilizaciones

Por Ayaan Hirsi Ali

November 11, 2023


En 2002, descubrí una conferencia de Bertrand Russell de 1927 titulada “Por qué no soy cristiano”. Mientras lo leía, no se me pasó por la cabeza que un día, casi un siglo después de que lo entregara a la sucursal de la Sociedad Secular Nacional del sur de Londres, me vería obligado a escribir un ensayo con precisamente el título opuesto.

El año anterior condené públicamente los ataques terroristas de los 19 hombres que secuestraron aviones de pasajeros y los estrellaron contra las torres gemelas de Nueva York. Lo habían hecho en nombre de mi religión, el Islam. Yo era musulmana entonces, aunque no practicante. Si, realmente condené sus acciones, ¿dónde me dejaba eso? Después de todo, el principio subyacente que justificó los ataques era religioso: la idea de la Jihad o Guerra Santa contra los infieles. ¿Era posible para mí, como para muchos miembros de la comunidad musulmana, simplemente distanciarme de la acción y sus horrendos resultados?

En ese momento, había muchos líderes eminentes en Occidente (políticos, académicos, periodistas y otros expertos) que insistían en que los terroristas estaban motivados por razones distintas a las que ellos y su líder Osama Bin Laden habían articulado tan claramente. De modo que el Islam tenía una coartada.

Esta excusa no sólo fue condescendiente hacia los musulmanes. También dio a muchos occidentales la oportunidad de replegarse en la negación. Culpar a los errores de la política exterior estadounidense era más fácil que contemplar la posibilidad de que nos enfrentáramos a una guerra religiosa. Hemos visto una tendencia similar en las últimas cinco semanas, cuando millones de personas que simpatizan con la difícil situación de los habitantes de Gaza intentan racionalizar los ataques terroristas del 7 de octubre como una respuesta justificada a las políticas del gobierno israelí.

Cuando leí la conferencia de Russell, encontré que mi disonancia cognitiva se alivió. Fue un alivio adoptar una actitud de escepticismo hacia la doctrina religiosa, descartar mi fe en Dios y declarar que tal entidad no existía. Lo mejor de todo es que podría rechazar la existencia del infierno y el peligro de un castigo eterno.

La afirmación de Russell de que la religión se basa principalmente en el miedo resonó en mí. Había vivido demasiado tiempo aterrorizada por todos los espantosos castigos que me esperaban. Si bien había abandonado todas las razones racionales para creer en Dios, aún persistía ese miedo irracional al fuego del infierno. La conclusión de Russell fue, pues, una especie de alivio: “Cuando muera, me pudriré”.

Para entender por qué me volví ateo hace 20 años, primero hay que entender el tipo de musulmán que había sido. Yo era un adolescente cuando los Hermanos Musulmanes penetraron en mi comunidad en Nairobi, Kenia, en 1985. Creo que ni siquiera había entendido la práctica religiosa antes de la llegada de los Hermanos Musulmanes. Había soportado los rituales de abluciones, oraciones y ayunos como tediosos e inútiles.

Los predicadores de los Hermanos Musulmanes cambiaron esto. Articularon una dirección: el camino recto. Un propósito: trabajar para lograr la admisión en el paraíso de Alá después de la muerte. Un método: el manual de instrucciones del Profeta sobre lo que se debe y no se debe hacer: lo halal y lo haram. Como complemento detallado del Corán, el hadiz explica detalladamente cómo poner en práctica la diferencia entre el bien y el mal, Dios y el diablo.

Los predicadores de la Hermandad no dejaron nada a la imaginación. Nos dieron a elegir. Esfuérzate por vivir según el manual del Profeta y cosecha las gloriosas recompensas en el más allá. Mientras tanto, en esta tierra, el mayor logro posible era morir como mártir por la causa de Allah.

La alternativa, entregarse a los placeres del mundo, era ganarse la ira de Alá y ser condenado a una vida eterna en el infierno. Algunos de los “placeres mundanos” que denunciaban incluían leer novelas, escuchar música, bailar e ir al cine, todo lo cual me avergonzaba admitir que adoraba.

La cualidad más sorprendente de los Hermanos Musulmanes fue su capacidad para transformarnos a mí y a mis compañeros adolescentes de creyentes pasivos en activistas, casi de la noche a la mañana. No sólo dijimos cosas ni oramos por cosas: hicimos cosas. De niñas nos poníamos el burka y renunciamos a la moda y el maquillaje occidentales. Los chicos cultivaron su vello facial al máximo. Llevaban el tawb parecido a un vestido blanco que se usa en los países árabes o tenían los pantalones acortados por encima de los tobillos. Operamos en grupos y ofrecimos nuestros servicios voluntarios en caridad para los pobres, los ancianos, los discapacitados y los débiles. Instamos a nuestros compañeros musulmanes a orar y exigimos que los no musulmanes se convirtieran al Islam.

Durante las sesiones de estudio islámico, compartíamos nuestras preocupaciones con el predicador a cargo de la sesión. Por ejemplo, ¿qué debemos hacer con los amigos que amamos y a los que nos sentimos leales pero que se negaron a aceptar nuestra dawa (invitación a la fe)? En respuesta, se nos recordó repetidamente la claridad de las instrucciones del Profeta. Se nos dijo en términos muy claros que no podíamos ser leales a Alá y Mahoma y al mismo tiempo mantener amistades y lealtad hacia los incrédulos. Si rechazaban explícitamente nuestro llamamiento al Islam, debíamos odiarlos y maldecirlos.

Aquí, se reservaba un odio especial para un subgrupo de incrédulos: los judíos. Maldijimos a los judíos varias veces al día y expresamos horror, disgusto e ira ante la letanía de delitos que supuestamente había cometido. El judío había traicionado a nuestro Profeta. Había ocupado la Santa Mezquita de Jerusalén. Continuó propagando la corrupción del corazón, la mente y el alma.

Se puede ver por qué, para alguien que había pasado por semejante educación religiosa, el ateísmo parecía tan atractivo. Bertrand Russell ofreció un escape sencillo y sin coste alguno de una vida insoportable de abnegación y acoso a otras personas. Para él, no había ningún argumento creíble a favor de la existencia de Dios. Russell argumentó que la religión tenía sus raíces en el miedo: “El miedo es la base de todo: el miedo a lo misterioso, el miedo a la derrota, el miedo a la muerte”.

Como atea, pensé que perdería ese miedo. También encontré un círculo de amigos completamente nuevo, tan diferente de los predicadores de los Hermanos Musulmanes como uno podría imaginar. Cuanto más tiempo pasaba con ellos (personas como Christopher Hitchens y Richard Dawkins), más segura me sentía de haber tomado la decisión correcta. Porque los ateos eran inteligentes. También eran muy divertidos.

Entonces, ¿qué cambió? ¿Por qué me llamo cristiana ahora?

Parte de la respuesta es global. La civilización occidental está amenazada por tres fuerzas diferentes pero relacionadas: el resurgimiento del autoritarismo y expansionismo de las grandes potencias en las formas del Partido Comunista Chino y la Rusia de Vladimir Putin; el ascenso del islamismo global, que amenaza con movilizar a una vasta población contra Occidente; y la propagación viral de la ideología del despertar, que está devorando la fibra moral de la próxima generación.

Nos esforzamos por defendernos de estas amenazas con herramientas modernas y seculares: esfuerzos militares, económicos, diplomáticos y tecnológicos para derrotar, sobornar, persuadir, apaciguar o vigilar. Y, sin embargo, con cada ronda de conflicto, nos encontramos perdiendo terreno. O nos estamos quedando sin dinero, con nuestra deuda nacional de decenas de billones de dólares, o estamos perdiendo nuestro liderazgo en la carrera tecnológica con China.

Pero no podemos luchar contra estas fuerzas formidables a menos que podamos responder a la pregunta: ¿qué es lo que nos une? La respuesta de que "¡Dios está muerto!" parece insuficiente. También lo hace el intento de encontrar consuelo en “el orden internacional liberal basado en reglas”. Creo que la única respuesta creíble reside en nuestro deseo de defender el legado de la tradición judeocristiana.

Ese legado consiste en un elaborado conjunto de ideas e instituciones diseñadas para salvaguardar la vida, la libertad y la dignidad humanas, desde el Estado nación y el estado de derecho hasta las instituciones de ciencia, salud y aprendizaje. Como ha demostrado Tom Holland en su maravilloso libro Dominion, todo tipo de libertades aparentemente seculares (de mercado, de conciencia y de prensa) encuentran sus raíces en el cristianismo.

Y entonces me di cuenta de que Russell y mis amigos ateos no lograron ver el bosque en lugar de los árboles. La madera es la civilización construida sobre la tradición judeocristiana; es la historia de Occidente, con defectos y todo. La crítica de Russell a esas contradicciones en la doctrina cristiana es seria, pero también tiene un alcance demasiado limitado.

Por ejemplo, dio su conferencia en una sala llena de cristianos (ex o al menos incrédulos) en un país cristiano. Pensemos en lo singular que era esto hace casi un siglo y en lo raro que sigue siendo en civilizaciones no occidentales. ¿Podría un filósofo musulmán presentarse ante cualquier audiencia en un país musulmán –entonces o ahora– y pronunciar una conferencia con el título “¿Por qué no soy musulmán”? De hecho, existe un libro con ese título, escrito por un ex musulmán. Pero el autor lo publicó en Estados Unidos bajo el seudónimo de Ibn Warraq. Habría sido demasiado peligroso actuar de otro modo.

Para mí, esta libertad de conciencia y de expresión es quizás el mayor beneficio de la civilización occidental. No es algo natural para el hombre. Es el producto de siglos de debate dentro de las comunidades judía y cristiana. Fueron estos debates los que hicieron avanzar la ciencia y la razón, disminuyeron la crueldad, suprimieron las supersticiones y construyeron instituciones para ordenar y proteger la vida, al tiempo que garantizaban la libertad a la mayor cantidad de personas posible. A diferencia del Islam, el cristianismo superó su etapa dogmática. Se hizo cada vez más claro que las enseñanzas de Cristo implicaban no sólo un papel circunscrito para la religión como algo separado de la política. También implicaba compasión por el pecador y humildad por el creyente.

Sin embargo, no sería sincera si atribuyera mi aceptación del cristianismo únicamente a la comprensión de que el ateísmo es una doctrina demasiado débil y divisiva para fortalecernos contra nuestros enemigos amenazantes. También recurrí al cristianismo porque, en última instancia, encontré que la vida sin ningún consuelo espiritual era insoportable; de ​​hecho, casi autodestructiva. El ateísmo no logró responder una pregunta simple: ¿cuál es el significado y el propósito de la vida?

Russell y otros ateos activistas creían que con el rechazo de Dios entraríamos en una era de razón y humanismo inteligente. Pero el “agujero de Dios” –el vacío dejado por la retirada de la iglesia– simplemente ha sido llenado por una mezcla de dogmas irracionales cuasirreligiosos. El resultado es un mundo donde las sectas modernas se aprovechan de las masas dislocadas, ofreciéndoles razones espurias para ser y actuar, principalmente participando en un teatro de señalización de virtudes en nombre de una minoría victimizada o de nuestro planeta supuestamente condenado. La frase a menudo atribuida a GK Chesterton se ha convertido en una profecía: “Cuando los hombres eligen no creer en Dios, de ahí en adelante no creen en nada, entonces se vuelven capaces de creer en cualquier cosa”.

En este vacío nihilista, el desafío que tenemos ante nosotros se vuelve civilizacional. No podemos resistir a China, Rusia e Irán si no podemos explicar a nuestras poblaciones por qué es importante que lo hagamos. No podemos luchar contra la ideología del despertar si no podemos defender la civilización que está decidida a destruir. Y no podemos contrarrestar el islamismo con herramientas puramente seculares. Para ganarnos los corazones y las mentes de los musulmanes aquí en Occidente, tenemos que ofrecerles algo más que vídeos en TikTok.

La lección que aprendí de mis años con los Hermanos Musulmanes fue el poder de una historia unificadora, incorporada en los textos fundacionales del Islam, para atraer, involucrar y movilizar a las masas musulmanas. A menos que ofrezcamos algo tan significativo, me temo que la erosión de nuestra civilización continuará. Y, afortunadamente, no hay necesidad de buscar una mezcla de medicación y atención plena de la nueva era. El cristianismo lo tiene todo.

Por eso ya no me considero un “musulmán apóstata”, sino una atea no practicante. Por supuesto, todavía tengo mucho que aprender sobre el cristianismo. Descubro un poco más en la iglesia cada domingo. Pero he reconocido, en mi largo viaje a través de un desierto de miedo y dudas, que hay una mejor manera de manejar los desafíos de la existencia que la que el Islam o la incredulidad tenían para ofrecer.

Traducido del original:

https://unherd.com/2023/11/why-i-am-now-a-christian/

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Y, por supuesto, el ya octogenario Richard Dawkins (sorprendido como todos) publicó una carta abierta reaccionando a la extraña y sorpresiva decisión de Ayaan:


Carta abierta de Richard Dawkins

a Ayaan Hirsi-Ali


Richard Dawkins

16 de noviembre


Querida Ayaan

Como sabes, eres una de mis personas absolutamente favoritas, pero... ¿En serio, Ayaan? ¿Tú, cristiana? No eres más cristiana que yo. Podría estar de acuerdo contigo (de hecho, lo estoy) con lo del putinismo, el islamismo y el los nuevos manifestantes son tres grandes enemigos de una civilización decente. Podría estar de acuerdo contigo en que el cristianismo, aunque sólo sea como un mal menor, es un arma poderosa contra ellos. Debo agregar que el cristianismo ha sido la inspiración para algunas de las mejores obras de arte, arquitectura y música que el mundo haya conocido. ¿Y qué? Una vez me metí en problemas por ensalzar la belleza de las campanas de la catedral de Winchester en comparación con el grito “agresivo” de “Allahu Akhbar” (lo último que escuchas antes de que estalle la bomba, o antes de que tu cabeza se aleje del cuerpo)... Podría estar de acuerdo (creo que sí, aunque ciertamente no en su historia anterior) en que el cristianismo es moralmente superior al Islam. Incluso podría estar de acuerdo en que el cristianismo es la base de nuestra civilización (en realidad no lo estoy, pero incluso si lo estuviera...) Nada de eso se acerca ni remotamente a convertirme a mí –o a ti– en cristianos.

He visto una discusión filmada muy recientemente en la que me describiste como una de las personas más cristianas que conoces. Esto se produjo después de que usted citara a Roger Scruton diciendo que si usted actúa como cristiano, se comporta como cristiano, por lo tanto, es cristiano. Pero Ayaan, eso está muy mal. Cómo nos comportamos usted o yo es completamente irrelevante. Lo que importa es en lo que crees. Lo que importa son las afirmaciones de verdad sobre el mundo que crees que son ciertas.

Porque ese es el punto. El cristianismo hace afirmaciones objetivas, afirmaciones de verdad que los cristianos creen, afirmaciones de verdad que los definen como cristianos. Los cristianos son teístas. Creen en una figura paterna divina que diseñó el universo, escucha nuestras oraciones y está al tanto de cada uno de nuestros pensamientos. ¿Seguramente no crees eso? ¿Crees que Jesús resucitó de la tumba tres días después de haber sido colocado allí? Por supuesto que no. ¿Crees que Jesús nació de una virgen? Ciertamente no. Alguien de tu inteligencia no cree que tengas un alma inmortal, que sobrevivirá a la decadencia de tu cerebro. Los cristianos creen en un lugar espantoso llamado Infierno, donde van las almas de los malvados después de muertos. ¿Crees eso? ¡Diablos, no! Los cristianos creen que cada bebé “nace en pecado” y se salva del infierno sólo mediante la ejecución redentora (preventiva en el caso de todos los nacidos anno domini) de Jesús. ¿Crees en algo parecido a esa desagradable teoría del chivo expiatorio? Por supuesto que no.

Ayaan, no eres más cristiana que yo.

Haces una afirmación adicional, que mi respeto por usted sea más increíble: “También he recurrido al cristianismo porque, en última instancia, encontré insoportable la vida sin ningún consuelo espiritual; de hecho, casi autodestructiva”. ¿Entonces si se necesita una religión de algún tipo... el cristianismo parece la alternativa menos mala? Ayaan, siempre he pensado en ti como una de las personas más valientes que conozco. ¿Cómo pudiste sucumbir a tal debilidad?

El ateísmo no logró responder una pregunta simple: ¿cuál es el significado y el propósito de la vida?”. Por mi parte, he encontrado varias cosas que le dan sentido y propósito a mi vida. Hay ciencia y mis libros han expuesto mi búsqueda de toda la vida para comprender el significado y el propósito de toda la vida. Luego está el amor humano, está la belleza de un niño, un baño tropical bajo las estrellas, una puesta de sol deslumbrante, un cuarteto de Schubert. Está el arte y la literatura de todo el mundo. La calidez de un abrazo íntimo.

Pero incluso si todas esas cosas te dejan fría – y por supuesto no lo hacen – incluso si sientes una voraz necesidad de más, ¿qué tiene eso que ver con las las supuestas verdades que pretende vender el cristianismo o de cualquier otra religión? Incluso si la vida fuera intolerablemente sombría y vacía (que no lo es, pero incluso si lo fuera) ¿cómo podría usted, cómo podría alguien, convertir la necesidad de consuelo en una creencia en afirmaciones de las Escrituras sobre el universo, simplemente porque le hacen sentir? ¿bien? Las personas inteligentes no creen en algo porque les consuela. Lo creen porque, y sólo porque, han visto evidencia que lo respalda.

No, Ayaan, no eres cristiana, sólo eres un ser humano decente que piensa erróneamente que necesitas una religión para seguir siéndolo.

Con amor

Richard

PD: ¿Te gustaría tener una conversación grabada para que ambos la subamos a nuestras redes sociales?

Traducido del original:

https://richarddawkins.substack.com/p/open-letter-from-richard-dawkins

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Opinión personal:

Sinceramente me es indiferente quien deja la posición de incredulidad y vuelve a las “andadas religiosas”. Somos libres de creer en lo que queramos y mientras esta creencia no afecte negativamente a nadie, me es indiferente. Pero llama la atención que después de las contundentes declaraciones Ateas de Ayaan, decida volverse cristiana. Y claro, esta en su derecho, nada más que hablar. Pero las razones que ofrece me parecen personalmente débiles, vacías e inconsistentes. Creo que colocar como una razón de “volverse cristiana” sea las amenazas rusas, musulmanas y chinas (en tecnología) me parecen totalmente absurdas. Inclusive creo que es al revés. El ateísmo proporciona un posición razonable frente a estas amenazas. No creo que la creencia en seres invisibles y en una religión tan reprobable como la católica sea la respuesta adecuada. Pero insisto... si esa fue la decisión de Ayaan, hay que respetarla.

Veremos si Ayaan hace alguna declaración publica en respuesta a la carta de Dawkins.


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"Creer es más fácil que pensar. 
He ahí la razón de que haya más creyentes"
Albert Einstein 




La Religión, ¿Ha sido dañina para la humanidad? (Publicación Cristiana)

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La religión, ¿ha sido dañina para la humanidad? 

Una respuesta a los argumentos del nuevo ateísmo



- Judith M. Ayala Choque

Vicerrectora académica MSc, Loma Linda, California, Estados Unidos. Universidad Adventista de Bolivia. Vinto, Cochabamba

- Raúl Esperante

Catedrático investigador Geoscience Research Institute. Loma Linda, California, Estados Unidos


RESUMEN

La reciente corriente ideológica del nuevo ateísmo ha presentado cinco razones para afirmar que la religión es mala para la humanidad: (a) es perjudicial para el pensamiento crítico, (b) es enemiga del arte, (c) destruye la libertad de las personas, (d) impide que las personas disfruten de la vida, y (e) es la causa de mucha violencia. La evidencia histórica muestra de manera inequívoca que estas presuposiciones son falsas. En concreto, la religión cristiana no ha impedido la producción científica y el pensamiento crítico, sino que los ha motivado. La religión ha inspirado a escritores, pintores, músicos, arquitectos y otros artistas. La religión, en especial el cristianismo, ha impulsado los derechos humanos, la libertad de conciencia y el respeto hacia las minorías. La religión aporta satisfacción, felicidad, longevidad y otros beneficios a las personas practicantes. La causa de la inmensa mayoría de guerras no ha sido la religión, sino motivaciones políticas, territoriales y económicas. A la vista de los datos históricos, la afirmación de los nuevos ateos de que la religión, en especial el cristianismo, es perjudicial para la humanidad, no se sostiene.



INTRODUCCIÓN

La idea de la existencia de Dios (un ser superior, un dios o dioses) está en el centro de las religiones actuales y en lo que conocemos de la mayoría de las religiones del pasado. Esta idea, y por extensión la creencia religiosa, es frecuentemente tema de conversación académica con un alto potencial de tensión entre cosmovisiones. En el marco de los países cristianizados, a menudo esta tensión se agudiza por la adopción de una de dos posturas extremas:

El cientificismo. Es la idea de que la ciencia puede explicar el universo sin necesidad de apelar a seres sobrenaturales y que el conocimiento real solo puede obtenerse por medios empíricos utilizando los métodos de la ciencia.

El fideísmo. Es la idea de que la fe religiosa es suficiente para explicar la existencia del mundo.

El cientificismo ha llevado a algunos a afirmar que para ser un verdadero científico una persona tiene que abandonar la creencia en Dios porque la religión es anticientífica e irracional. Se apoya firmemente en la convicción de que las explicaciones científicas aparentemente contradicen algunas significativas afirmaciones religiosas. Esta supuesta tensión ha llevado a algunos a concluir que la religión es dañina para la humanidad.

La idea del conflicto entre ciencia y religión no es nueva, sino que tuvo su origen en el siglo xix con las publicaciones de Andrew Dickson White, rector y fundador de la Universidad de Cornell, y John William Draper, profesor de química de la Universidad de Nueva York, quienes presentaron la idea de la desavenencia intelectual entre la religión y la ciencia, promovieron la oposición y el distanciamiento entre ambas y manifestaron de manera abierta que la relación entre ellas se caracterizaba como una guerra.

En 1869, White, en uno de sus discursos en la Cooper Union de la ciudad de Nueva York, indicó que la religión tiende a obstaculizar el desarrollo de la ciencia y citó la persecución de determinados científicos y pensadores, tales como Nicolás Copérnico, Giordano Bruno, Galileo Galilei, Andreas Vesalius y otros. Él mismo se incluyó en este grupo de mártires.1

Más tarde, en 1876, White publicó History of the Warfare of Science with Theology in Christendom, con una segunda versión en 1896, en la cual afirmó que la Biblia describe aseveraciones improbables del mundo.2

De esta manera, White inició un movimiento antagónico entre la religión y la ciencia y promovió la idea de que la religión producía un inmenso daño al avance de la ciencia.

Con una intención crítica ante la actitud de la Iglesia católica romana hacia la enseñanza de las ciencias, John William Draper publicó en 1874 un libro titulado History of the Conflict Between Religions and Science, en donde criticaba al antiintelectualismo de la tradición católica y afirmaba que en el islamismo y el protestantismo existía poco conflicto con la ciencia. En las últimas décadas, los estudios de historia de la ciencia han mostrado que la Iglesia católica no tuvo una actitud antiintelectual o anticientífica,3 pero esta revisión de los conceptos no ha llegado todavía al conocimiento general. Como resultado de estas publicaciones, a lo largo de las subsiguientes décadas fue creciendo un sentimiento de oposición entre la religión y la ciencia, el cual ha llevado recientemente a algunos pensadores a afirmar una enemistad entre ambas con perjuicio para la humanidad.

En la historia reciente de esta controversia, ha habido cuatro personajes muy relevantes: Christopher Hitchens, Sam Harris, Richard Dawkins y Daniel Dennett, considerados como fundadores del movimiento contemporáneo del nuevo ateísmo, quienes han vinculado de manera vehemente la religión con varios males o problemas en el mundo, alentando a las personas a dejar de aceptar o practicar cualquier tipo de religión. Esta idea aparece en libros antirreligión ampliamente distribuidos como Dios no es bueno. Alegato contra la religión (2008) de Christopher Hitchens; El fin de la fe. La religión, el terror y el futuro de la razón (2007) de Sam Harris; El espejismo de Dios (2007) de Richard Dawkins; y Breaking the spell: religion as a natural phenomenon (2006) de Daniel C. Dennett.4

Como resultado, en la actualidad muchas personas piensan que la religión induce sufrimiento injusto en la sociedad y, como consecuencia, cuestionan la existencia de Dios y la validez de la religión.

Por ejemplo, Christopher Hitchens, en el primer capítulo de su libro Dios no es bueno - Alegato contra la religión, hace un recorrido geográfico por los conflictos de la última parte del siglo xx y comienzos del xxi, incluyendo Irak, Líbano, la antigua Yugoslavia, los atentados en Estados Unidos en septiembre 2001 y otros conflictos supuestamente relaciona dos con la religión, para argumentar que la religión mata. En el cuarto capítulo, Hitchens afirma que la religión es “violenta, irracional, intolerante, aliada del racismo y el tribalismo, invierte en la ignorancia, es hostil hacia el libre pensamiento, despectiva hacia las mujeres y coercitiva hacia los niños”.5

Sam Harris afirma en distintos lugares de su libro que la religión es negativa, utilizando frases como “la fe perpetúa la inhumanidad del hombre respecto al hombre”, “la intolerancia es intrínseca al credo religioso” y “hasta los credos más moderados suponen una amenaza para nuestra supervivencia”.6

Harris aboga por la eliminación de la religión y el dominio de la razón y la ciencia. En El espejismo de Dios, Richard Dawkins afirma que casi con toda seguridad Dios no existe y que la creencia en un dios personal es un engaño. Para Dawkins, la creencia en una religión es señal de insensatez o demencia.7

Daniel Dennett considera la creencia en un dios como algo totalmente irracional, algo que tiene un origen naturalista, que se puede investigar y demostrar que es falsa y desechable.8

Estos cuatro autores han sido los principales personajes en el surgimiento del nuevo ateísmo. En sus libros, argumentan que la religión y la “guerra santa” suponen la mayor amenaza para la civilización humana y, por tanto, la religión no debería tolerarse en las “sociedades occidentales”. Los cuatro libros son el resultado de una reacción a los actos terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. La lectura de los libros muestra una gran ignorancia por parte de los autores acerca del fenómeno religioso, la historia de la religión y la ciencia, y la psicología humana. Ninguno de ellos ofrece un análisis serio de los actos terroristas contemporáneos, la motivación, el significado y cómo prevenirlos en el futuro. Los argumentos que presentan no aportan nada nuevo en el milenial de bate sobre la existencia de Dios.

Fundamentalmente, los nuevos ateos dan cinco razones principales para afirmar que la religión es mala para la humanidad:

1. La religión impide que las personas se involucren en el pensamiento crítico y evita que vean los hechos y distingan qué es verdad y qué es superstición.

2. Por medio de la censura de los libros y diversas expresiones artísticas, la religión se ha convertido en enemiga de las artes.

3. La religión motiva a las personas a confiar en un ser invisible en lugar de en sus propios esfuerzos; esto limita su libertad y esclaviza a la humanidad.

4. La creencia en la otra vida impide a las personas disfrutar realmente de esta vida y crecer en satisfacción personal.

5. La religión fomenta la violencia, las guerras y los conflictos entre personas.

Estos puntos resumen lo que creen los nuevos ateos. En este ensayo evaluaremos la validez de cada punto a través del examen de las preguntas fundamentales: la religión, ¿es perjudicial para el pensamiento crítico?; la religión, ¿es una enemiga del arte?; la religión, ¿destruye la libertad?; la religión, ¿impide que las personas disfruten de la vida aquí en la Tierra?; la religión, ¿es la causa de las guerras y de la violencia?; ¿se puede considerar la religión como experiencia positiva?

Somos conscientes de que se han publicado varios ensayos que analizan algunos de estos argumentos del nuevo ateísmo. Nosotros damos aquí nuestra visión partiendo de nuestra experiencia al responder preguntas e interaccionar con cientos de estudiantes y profesores en nuestras conferencias académicas. Partimos también de nuestras propias investigaciones científicas en ciencias de la tierra y educación, habiéndonos planteado en nuestras propias disciplinas académicas la cuestión de la existencia de Dios. Creemos además que hay varios elementos de análisis que no se han incluido en otros ensayos sobre el tema. Por ejemplo, nos preguntamos cómo los nuevos ateos pueden medir los parámetros que usan para juzgar la maldad de la religión en sus diversas interacciones sociales y personales.


- La religión, ¿es perjudicial para el pensamiento crítico?


Sam Harris, el famoso ateo del siglo xxi, afirma que las creencias religiosas son inmunes a la persuasión y que la disposición a creer ideas religiosas que no son racionales ni basadas en evidencia ha producido una situación peligrosa en el mundo.9

Esta afirmación tiene mucho que ver con la cosmovisión del evidencialismo, la creencia de que lo que realmente cuenta como verdadero conocimiento es lo que se deriva de la observación directa objetiva a través de los sentidos. En la práctica científica, el evidencialismo se manifiesta en forma de cientificismo. Este es un extremo al que la mayoría de los filósofos y muchos científicos se oponen, pero que los nuevos ateos afirman directa o indirectamente porque rechazan los argumentos basados en la fe. Nuestra primera reacción es preguntarnos cómo mide Harris la inmunidad de las creencias religiosas hacia la persuasión, cómo mide la irracionalidad que produce la religión en los creyentes y si existe alguna manera de medir esos parámetros.

En contraste con la afirmación de Harris de que la religión promue ve irracionalidad, la historia de la ciencia nos muestra que muchos de los grandes científicos de todos los tiempos han sido devotos cristianos. De hecho, la mayoría de las disciplinas de la ciencia moderna se desarrollaron a partir del siglo xvi en sociedades cristianas de Europa Occidental y América del Norte. Las grandes investigaciones y descubrimientos en la astronomía, la física, la química, la ingeniería, la arquitectura y otros campos del conocimiento fueron hechos por científicos creyentes que hacían uso del pensamiento crítico10.

Galileo Galilei, Johannes Kepler, Francis Bacon, Leonardo da Vinci, Isaac Newton, Robert Boyle, Antoine Lavoiser, Max Plank y numerosas otras figuras grandes y pequeñas creían en Dios, y muchos de ellos creían en Dios como creador. Siguiendo la afirmación de Harris, la ciencia de estos destacados científicos del pasado habría de ser considerada como “peligrosa” porque fue llevada a cabo por personas religiosas (creyentes en Dios).

No solo los científicos de siglos pasados, sino también muchos del mundo contemporáneo, creen en Dios y ejercen sus profesiones dentro de una cosmovisión religiosa. Por ello, la pregunta que surge es por qué, si la religión limita o impide el pensamiento crítico y racional, tantos cien tíficos trabajaron y trabajan dentro de una cosmovisión religiosa. Una de las razones es filosófica y se basa en el fundamento intelectual de la religión cristiana: la doctrina cristiana se basa en la existencia de un Dios racional que es la fuente de la verdad racional. Tal Dios creó el mundo con diseño y propósito, lo cual apunta a leyes y principios racionales que son uniformes, estables y permanentes, lo que hace posible una investigación significativa. Las cosas en la vida tienen sentido y es deber del cristiano conocerlas y explicar sus fundamentos. Al final, todo eso se basa en la creencia de que el mundo es racional y que los seres humanos son capaces de pensar críticamente, y ello no depende de las convicciones religiosas.

El pensamiento religioso de una persona no le impide estudiar el flujo de la savia por los vasos conductores de un árbol, la velocidad del aleteo de un colibrí o la mineralización de los huesos fosilizados de dinosaurios, de la misma manera que puede tomar decisiones racionales acerca de la educación de sus hijos o del lugar donde va a pasar sus vacaciones con ellos. ¿Por qué la religión ha de ser un obstáculo para el pensamiento racional en la ciencia y no en la economía, los deportes o la cocina?

En realidad, no lo es y, siguiendo el argumento de la “peligrosidad” de Harris, habríamos de descartar todo el pensamiento racional de las personas religiosas, y no solo sus propuestas científicas. Al mismo tiempo, habría que preguntarle a Harris qué es “peligrosidad”, cómo se mide, qué criterios se usan para medirla y quién la mide. ¿Por qué habrían de ser los nuevos ateos los que crean sus propios criterios de peligrosidad? ¿Están todos los nuevos ateos de acuerdo en qué significa “peligrosidad”? Podemos ver que la propuesta de Harris lleva a una situación práctica absurda e irresoluble.

El pensamiento crítico no solo es una parte integral de la cosmovisión cristiana, sino también del razonamiento lógico y la difusión del pensamiento. Aunque existían algunas formas de educación en el mundo paga no (los antiguos romanos y griegos ricos tenían pedagogos que enseñaban a leer a sus hijos, el arte de la oratoria, las matemáticas y otros conocimientos), fue en el cristianismo donde se inició una educación institucionalizada.11

Fueron los cristianos, no los romanos, vándalos, visigodos, hunos u otras tribus bárbaras los que fundaron escuelas y universidades en Europa durante la Alta Edad Media. Las primeras universidades y bibliotecas que se formaron en Europa, América del Norte y América del Sur comenzaron en monasterios, iglesias o directamente a través de laicos interesados en la formación de ministros de la fe con una sólida preparación intelectual. De hecho, en ningún lugar del mundo había universidades u otros centros de enseñanza superior organizada hasta que los cristianos abrieron estos centros en el Occidente. Este surgimiento de universidades ocurrió tanto en la Iglesia católica como en la fe protestante. Los reformadores protestantes querían que todos tuvieran acceso a la Biblia y por eso introdujeron la idea de la educación obligatoria para niños y niñas, tradujeron la Biblia a varios idiomas e hicieron grandes esfuerzos para distribuirla.

El mito prevaleciente durante largo tiempo de que el cristianismo fue durante la Edad Media un obstáculo para el surgimiento y el crecimiento de la ciencia ha sido finalmente desbancado por los historiadores y filósofos de la ciencia. En las tres últimas décadas, se han publicado numerosos estudios en los que se sustenta que el cristianismo de la Edad Media no solo no fue un impedimento para el avance de la ciencia, sino que la ciencia moderna precisamente tuvo su origen e impulso en el seno del pensamiento y las instituciones cristianas.12

James Hannam13 refuta esta falsa concepción que implica al cristianismo con el mito del oscurantismo científico, literario e intelectual:

El continuo choque del creacionismo con la evolución oculta el hecho de que el cristianismo en realidad ha desempeñado un papel mucho más positivo en la historia de la ciencia de lo que comúnmente se cree. De hecho, muchos de los supuestos ejemplos de religión que frenan el progreso científico resultan ser falsos. Por ejemplo, la Iglesia nunca ha enseñado que la Tierra es plana y, de todos modos, en la Edad Media nadie pensaba eso.

Otros falsos mitos son las afirmaciones de que los papas prohibieron la disección humana o de que algunos científicos fueron quemados en la hoguera por sus ideas científicas. El reciente trabajo de revisión histórica de Sanjib Kumar Ghosh sobre las disecciones de cadáveres humanos muestra que durante la Baja Edad Media no se llevaban a cabo disecciones, aunque las razones no están bien establecidas. Una de las razones pudo ser que tal práctica no era aceptada dentro de la ética cristiana. Es a partir del siglo xii que la Iglesia cristiana comenzó a permitir la disección, aunque se emitieron ciertos edictos para regular prácticas específicas.

Particularmente, era preocupante que los clérigos no participaran de tales prácticas. El emperador romano Federico II (1194-1250) favoreció el progreso de la ciencia con un decreto que ordenaba que se debía diseccionar al menos un cadáver cada cinco años para estudios anatómicos, con asistencia obligatoria para aquellos que practicaran la medicina o la cirugía.14

A partir de esa época, se llevaron a cabo disecciones humanas en primer lugar en las universidades italianas (inicialmente Bolonia, y más tarde Padua, Florencia y otras), luego en Francia, a continuación en Gran Bretaña y después se extendió al resto del mundo, fundamentalmente sin oposición de la Iglesia cristiana. Sin embargo, y a pesar del descrédito, todas estas historias todavía se publican con regularidad como ejemplos de intransigencia clerical frente al progreso científico.

El astrónomo y filósofo Giordano Bruno ha pasado a la historia en los libros de texto como un mártir de la ciencia a manos de la Inquisición en el siglo xvii. Este mito todavía está presente en aproximadamente un tercio de los libros de astronomía en inglés. De nuevo, los estudios recientes muestran que tal interpretación necesita ser matizada. El filósofo de la ciencia norteamericano Thomas Kuhn afirmó:

Bruno, el filósofo y místico […] no fue ejecutado por el copernicalismo sino por una serie de herejías que se centraban en su visión de la Trinidad, herejías por las que otros católicos habían sido ejecutados anteriormente. Él no es, como a menudo ha sido llamado, un mártir de la ciencia.15

En el excelente trabajo de revisión escrito, Unbelievable. 7 myths about the history and future of science and religion, Michael Newton Keas afirma que “la imagen de que Bruno fue un científico mártir es un mito”.16

Quizá el caso más famoso haya sido Galileo. Es cierto que Galileo fue llevado a juicio por afirmar que es un hecho que la Tierra gira alrededor del Sol, en lugar de solo una hipótesis, como exigía la Iglesia católica. Pero el juicio tuvo muchos más elementos que la simple idea de que Galileo se oponía a la idea de que la Tierra es el centro del universo. Los historiadores han descubierto que el proceso estuvo altamente cargado de con servadurismo científico y de egoísmo papal.17

Contrariamente a la idea de que el cristianismo fue un obstáculo para el desarrollo de la ciencia, los historiadores ahora resaltan todo el apoyo que la Iglesia ha dado a la investigación científica a lo largo de los siglos.18

Según Hannam, ese apoyo tomó varias formas. Uno fue simplemente financiero. Hasta la Revolución francesa, la Iglesia católica fue la principal patrocinadora de la investigación científica. Por ejemplo, a partir de la Edad Media, la Iglesia pagó a sacerdotes, monjes y frailes para que estudiaran en las universidades. La Iglesia incluso insistió en que la ciencia y las matemáticas debían ser una parte obligatoria del programa de estudios. Como resultado, en el siglo xvii la Orden de los Jesuitas se convirtió en la organización científica líder en Europa. Publicó numerosos artículos y difundió nuevos descubrimientos en todo el mundo, con especial énfasis en los nuevos territorios de Latinoamérica. En Europa, se diseñaron varias catedrales (por ejemplo, Bolonia, París, Florencia) para funcionar además como observatorios astronómicos y permitir una determinación cada vez más precisa del calendario. Y no olvidemos que la genética moderna fue fundada por Gregory Mendel, un abad que cultivaba guisantes en un jardín monástico de lo que ahora es la República Checa.

Otro mito extendido es que la Edad Media fue un largo período de tiempo de estancamiento científico y poco progreso en el conocimiento. Ahora sabemos que la Edad Media (en especial la Alta Edad Media) fue una época de innovación y progreso, con invenciones como el reloj mecánico, las lentes de leer, la impresión y los descubrimientos como el movimiento de aceleración, la rotación de la tierra y la inercia, más tarde incorporadas en las obras de Copérnico y Galileo. Incluso hubo significativos avances científicos en la época más “oscura” de la Alta Edad Media (500 a. C. a 1000 a. C.) posterior a la depresión que siguió a la caída de Roma. La productividad agrícola se disparó con el uso del arnés para caballos y los arados pesados que permitieron el trabajo en los duros suelos arcillosos de Europa Central y Septentrional, la rotación de cultivos y la invención de los molinos de agua, entre otros avances que llevaron a un rápido aumento de la población en Europa.

Paradójicamente, solo fue más tarde, durante el período de la Ilustración, que se estableció la idea de que el cristianismo había sido un se rio obstáculo para el desarrollo de la ciencia. Un factor importante en este mito fue la oposición de Voltaire y sus colegas a la Iglesia católica por la estrecha asociación de esta con la monarquía absoluta de Francia. En aquella coyuntura social, la acusación a los clérigos de frenar el desarrollo científico resultó una manera segura de marcar un estilo político y adquirir una cierta popularidad en los círculos académicos. Más tarde, en el siglo xix, Thomas Huxley, acérrimo defensor de Darwin, retomó este argumento en su lucha por liberar a la ciencia inglesa de cualquier tipo de influencia clerical. La mala imagen que adoptó el creacionismo duran te el siglo xx y los mencionados libros de los norteamericanos Andrew Dickson White y John William Draper hicieron el resto del trabajo de persuadir al público de que el cristianismo y la ciencia están condenados al antagonismo perpetuo.

En el Antiguo Testamento, hay un buen ejemplo que ilustra que la religión no se opone al desarrollo del conocimiento y el uso de la razón. Ya en la época en que vivieron Samuel, Elí, Saúl y David, existían escuelas de formación, escuelas de profetas en las que se utilizaba la ley de Moisés y otros escritos hebreos para la formación de los niños. El objetivo de esta escuela era proporcionar un suministro regular de mensajeros por medio de los cuales Dios se dirige a su pueblo. La función que ejercían estas escuelas de profetas era formativa, y no es una exageración afirmar que dicha formación requería el uso del pensamiento crítico. El solo esfuerzo de crear escuelas de profetas es un poderoso argumento para afirmar que la religión promueve el desarrollo intelectual.

Más tarde, en los tiempos del Nuevo Testamento, existían las escuelas de los judíos, llamadas escuelas de rabinos. Un rabino era análogo a un maestro destacado por su excelencia, por su amplio conocimiento y capacidad de discernimiento. La educación era un componente importante y, por lo tanto, si un niño tenía la ocasión de ingresar en la escuela de los rabinos, su rutina de estudios consistía en oración, lectura de la Torá (la ley), memorización, diálogo e interpretación, todo combinado con el trabajo manual. Uno de los objetivos de las escuelas rabínicas era la preservación de las tradiciones orales y del conocimiento de la historia del pueblo israelita, así como de las leyes. No olvidemos que estas leyes consistían en estatutos legales que regulaban las relaciones entre las personas, el trato de la tierra y los animales, la relación con los pueblos vecinos, etc. Los escribas -una élite de intelectuales judíos que se dedicaban a copiar los manuscritos- mantenían colecciones de miles de ejemplares de los escritos religiosos. Su religión no les impedía el desarrollo intelectual ni la conservación de los documentos históricos.

Los cristianos siguieron esa tradición de preservar y estudiar los manuscritos antiguos para ofrecerlos a las generaciones futuras.19 Debido a eso, fue en el cristianismo donde resurgieron las filosofías y teorías griegas por medio de la copia y la distribución de los manuscritos de los filósofos de la antigüedad, a pesar de que la mayoría de aquellas ideas filosóficas eran muy diferentes e incluso opuestas a la doctrina cristiana. Esto no habría ocurrido si los cristianos se hubieran opuesto al pensamiento crítico; por el contrario, habrían quemado o destruido esos manuscritos antiguos, al menos con la excusa de que los escritos griegos y romanos podrían con fundir la doctrina cristiana (como en realidad ocurrió).

Así también durante el siglo xvi, en el período del descubrimiento del Nuevo Mundo, se utilizó la Biblia como libro de evangelización y educación. A ese respecto, el teólogo Juan Luis de León Azcárate indica:

La Sagrada Escritura fue uno de los instrumentos principales, si no el principal, con el que los cronistas y misioneros del siglo XVI intentaron comprender la realidad compleja del Nuevo Mundo recién “descubierto”. Fue la Palabra de Dios que los misioneros quisieron transmitir e implantar entre los indios…20

No hay duda de que en el desarrollo de la ciencia se usó la Biblia como un instrumento de comprensión y análisis, que los grandes hombres intelectuales usaron la Biblia para orientar sus acciones y realizar una re flexión crítica que orientara su liderazgo. Azcárate añade que la Biblia “en ocasiones fue también la fuente de inspiración de políticos y religiosos que intentaban desde ella dar respuesta a los grandes conflictos provoca dos por el (des)encuentro entre culturas y regiones”.21

No tenemos espacio para argumentar el enorme impacto que tuvo desde sus inicios el cristianismo en la educación de los diversos pueblos donde fue entrando la religión. En los últimos años, han salido a la luz excelentes estudios de este tema que muestran cómo los cristianos durante dos mil años han cumplido el mandato de Jesús a los apóstoles: “… id y haced discípulos de todas las naciones […] enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado” (Mt 28,19-20 NVI).22

Los discípulos de Jesús se tomaron esta orden muy en serio, pues ya en Pentecostés, Lucas relata que ellos “no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías” (Hch 5,42 NVI). De manera similar, Pablo menciona que los cristianos están activamente enseñando en Éfeso, Corinto, Roma, Tesalónica y otros lugares. En sus epístolas, el apóstol insiste en que los cristianos deben fundamentar su fe en el conocimiento (por ej., Filipenses 1, Colosenses 1).

Ya en el segundo siglo de la era cristiana, apareció la Didaché, que era un manual de instrucción, principalmente para los conversos a la fe. Los cristianos pronto vieron que era necesaria una educación formal para los conversos antes del bautismo, y se formaron escuelas en las iglesias, en las catedrales y en los monasterios, que atendían tanto a los varones como a las mujeres. Aunque inicialmente esta educación era exclusivamente para impartir la doctrina cristiana, pronto se incorporaron también las matemáticas, la medicina, la astronomía, la gramática y otras. Llegados al período de la Reforma protestante, tanto Lutero como Calvino insistieron en la educación escolar universal para niños y niñas, e incluye ron no solamente la doctrina cristiana, sino también las llamadas “artes liberales”: lectura, escritura, aritmética, gramática, etc.23 De la misma manera, Roberto Rodríguez describe que se pretendían cambios sustanciales para una educación abierta a todos.24

En épocas recientes, han sido muchas las publicaciones de historiado res, científicos y filósofos que han desmentido las ideas de que la ciencia no progresó en la Edad Media y que tal retardo fue debido al imperio de la religión.25

Peter Harrison, director del Instituto de Estudios Avanza dos en Humanidades de la Universidad de Queensland, Australia, afirma categóricamente:

Hay una versión tozudamente persistente de la historia de la ciencia, muy aprecia da por más de un puñado de escritores populares, que la ciencia emergió en primer lugar con los antiguos griegos, deslizándose en un moribundo estancamiento en la Edad Media cristiana, y surgiendo con fuerza en el siglo XVII con héroes de la ciencia como Galileo Galilei e Isaac Newton. En esta versión de tebeo de la historia, a menudo se atribuye el largo hiato medieval de la ciencia y la razón a la influencia de la religión. Se considera que la revolución científica del siglo XVII y la marcha triunfante de la ciencia desde entonces son una consecuencia del hecho de que la ciencia consiguió deshacerse de las garras del estamento censor y sofocante de la religión.26

Harrison afirma que esta imagen de opresión de la religión hacia la ciencia durante la Edad Media es equivocada y que, de hecho, “los éxitos de las nuevas ciencias [a partir del siglo xvii] dependieron de manera vital de las consideraciones religiosas, sobre todo las condiciones genera das por la Reforma Protestante del siglo XVI”.27

La Reforma protestante introdujo nuevos elementos de pensamiento que dieron impulso al desarrollo de las ciencias a finales del siglo xvi y en el siglo xvii. Los reforma dores religiosos y científicos ayudaron a liberar la ciencia de las ataduras que la filosofía aristotélica había impuesto durante cientos de años, especialmente entre los escolásticos. Harrison y otros autores recientes y antiguos, incluyendo los reformadores Lutero y Calvino, ven que las condiciones contrastantes entre las condiciones creadas originales de Adán y su posterior estado de pecado sirvieron para motivar la búsqueda científica y proporcionar la legitimación religiosa para nuevas iniciativas científicas. Es decir, uno de los elementos que proporcionó impulso a la iniciativa científica a partir del siglo xvi y en especial el siglo xvii, fue la asimilación de que las capacidades cognitivas y sensoriales del ser humano han sido limitadas por el pecado original y que, por tanto, no somos capaces de entender la naturaleza usando exclusivamente la razón.28

Además, el enfoque protestante eliminó la interpretación alegórica simbólica de las cosas y de las ideas de la Escritura, lo cual permitió considerar como realidades tanto la Escritura como la naturaleza. Aún con las limitaciones de la razón humana, se puede entender el mundo natural por medio de la observación, el estudio sistemático, la experimentación, las matemáticas, la fisiología y la química. El mundo creado en Génesis dejó de ser objeto de contemplación para ser objeto de observación, dejó de ser temido e incomprensible para ser explorado y desentrañado. Ello fue posible gracias a una “poderosa nueva alianza entre la teología y la ciencia [que] reemplazó la alegoría”.29

La autoridad de la teología natural, afirma Harrison, ayudó para conseguir que la ciencia natural se convirtiera en una actividad generalizada en el mundo moderno occidental.

En conclusión, la historia de la ciencia en general nos enseña que la religión (en especial el cristianismo) no fue una enemiga del desarrollo intelectual, tecnológico, industrial o científico, sino más bien lo contrario: muchos de los grandes hallazgos ya desde la Edad Media fueron hechos por personas con convicciones cristianas, que frecuentemente trabajaban para la Iglesia. Pero más importante que ello es el hecho de que a lo largo de los últimos dos mil años de progreso científico, el cristianismo proporcionó el marco intelectual conducente a la práctica y el desarrollo analí tico científico. Los historiadores de la ciencia ahora ven que los factores religiosos jugaron un significativo papel en el surgimiento y el desarrollo de la ciencia en el Occidente30.



- La religión, ¿es enemiga del arte?


Un segundo argumento de los nuevos ateos es que la religión es ene miga del arte, y que ejerce la censura en la música, la literatura y otras ar tes. El lector informado, no obstante, puede sobresaltarse con tal afirmación porque claramente indica un preocupante grado de ignorancia entre los nuevos ateos acerca de la historia del arte. No es sorprendente que Anthony DeStefano31 diga que “ésta es un área donde los ateos realmente tienen que trabajar duro para mantener su estado de ignorancia”. Después de todo, ¿cómo puede alguien ignorar la influencia monumental que la fe religiosa ha ejercido en todas las formas de arte, tanto visual como musical y literaria? ¿Cómo puede alguien decir que la religión solo ha sido dañina para el mundo, cuando muchas de las mejores pinturas, esculturas, estructuras arquitectónicas, composiciones musicales y obras maestras literarias del mundo fueron realizadas o encargadas directamente por instituciones religiosas o personas con una fuerte inspiración religiosa?

La relación entre religión y arte es inobjetable. El desarrollo del arte en la Edad Antigua, la Edad Medieval, la Edad Moderna y la Edad Contemporánea muestra una estrecha asociación entre la expresión religiosa y la artística. Aaron Rosen señala:

Cuando entras al mundo del arte, entras en el reino de la religión, te guste o no. Piensa en algunas de las obras de arte más famosas del mundo: El Partenón, los Budas de Bamiyan, La Última Cena, la Mezquita Azul… queda bien claro lo mu cho que la historia de la religión ha impregnado la historia del arte.32

A lo largo de la historia, la religión cristiana ha sido la inspiración para escultores, pintores, músicos, arquitectos y otros artistas. Para documentarlo, uno solo tiene que visitar un museo de arte, una catedral o una biblioteca para descubrir las miles de obras producidas por hombres y mujeres inspirados en las enseñanzas de la Biblia. Uno de nosotros (R. Esperante) ha viajado extensamente por Latinoamérica, los países europeos y del Cercano Oriente para darse cuenta de cómo el desarrollo histórico de las artes ha ido ligado a la expansión del cristianismo. La mayoría de las grandes obras de arte del mundo occidental, sean de la arquitectura, la pintura, la escultura o la música, de los últimos dos milenios, fueron creadas por artistas movidos e inspirados por la vida, la muerte y la resurrección de Cristo. El arte cristiano tiene así un significativo componente sobrenatural, a diferencia del arte predecesor de los griegos y romanos que enfatizaba la naturaleza, sobre todo humana.

Durante los tres primeros siglos, el arte cristiano tuvo poco desarrollo, muy probablemente porque los creyentes eran perseguidos, amenazados e incluso asesinados por sus creencias. ¿Quién va a querer expresar sus emociones o creencias en forma de arte en esas condiciones? Aunque reducidos en espacio, los primeros cristianos produjeron obras de arte en lugares ocultos como las catacumbas de Roma. No mucho después de la legalización del cristianismo en Europa por Constantino el Grande en el año 313 d. C., aumentó la producción artística de manera significativa entre los cristianos, aunque mayormente estuviera limitada a las iglesias. De esa época inicial, nos queda la impresionante Hagia Sophia en Constantinopla (ahora Estambul), una enorme catedral posteriormente con vertida en mezquita por los musulmanes.

Algunos argumentan con acierto que la Iglesia cristiana frenó durante largo tiempo el conocimiento intelectual al impedir el acceso a la Biblia, la cual solo podía ser leída en monasterios por sacerdotes y monjes conocedores del latín. Como consecuencia, la Biblia casi desapareció de los servicios religiosos y estuvo fuera del alcance del pueblo. Pero esto resultó en el desarrollo de una de las expresiones artísticas más admiradas hoy día: los mosaicos y las vidrieras. Los autores hemos visitado numerosas catedrales y otros centros religiosos donde las historias y los personajes bíblicos se enseñan por medio de esas sofisticadas combinaciones de piedra o cristal de diversos colores. Lo que el pueblo no podía leer en la Escritura, los artistas lo representaban en mosaicos en el suelo y en vidrieras en las ventanas, por ejemplo, las impresionantes vidrieras de la basílica de Notre Dame y la iglesia de Saint Severin en París.

El gran desarrollo artístico europeo tuvo lugar con el inicio del estilo gótico en la construcción a partir del año 1144 de la catedral de Saint- Dennis al norte de París. Ese estilo se extendió por casi toda Europa y dio lugar a muchas de las más grandes y elaboradas construcciones arquitectónicas del continente, admiradas hoy no solo por su belleza, sino por el gran contenido expresivo y por la complejidad arquitectónica. El estilo gótico tuvo su origen y desarrollo en el deseo de los artistas de “concienciar [a las personas] de lo invisible e infinito, y de que lo divino se volviera inmanente”.33 Tristemente, la mayoría de los visitantes de las catedrales e iglesias góticas no se dan cuenta de que los imponentes pilares altamente ornamentados y los elevados arcos y rayos de luz que alumbran las elaboradas vidrieras fueron diseñados para revelar el mensaje de la gloria y la majestad infinita de Dios y la pequeñez del ser humano. Estos edificios impresionantes que ahora asombran a los visitantes no habrían sido levantados de no haber sido por arquitectos inspirados en la cosmovisión cristiana. El arte tenía un propósito espiritual y a su vez el propósito espi ritual inspiró los diseños artísticos.

Un segundo gran avance de las artes en el mundo occidental europeo ocurrió durante el Renacimiento, comenzando en el siglo xv, en el inicio de la Edad Moderna. Generalmente, se asume que el Renacimiento fue el resultado de la difusión del humanismo en lugar de los temas religiosos del cristianismo. Aunque eso es parcialmente cierto para los estadios tardíos del Renacimiento, especialmente entre artistas italianos, en las primeras décadas de esta era las numerosas obras de arte tenían un gran énfasis bíblico en torno a la vida de Jesús y sus seguidores. Artistas de esta época con tal énfasis cristiano son Masaccio (1402-1429), Leonardo da Vinci (1452-1519), Michelangelo (1475-1564), Rafael (1483-1520), Tintoretto (ca. 1512-1594), Rembrandt (1606-1669) y otros, quienes produjeron magníficas obras de arte cristiano. Las biografías y los estudios históricos generalmente evitan aludir a las convicciones, las motivaciones y las influencias cristianas de estos artistas, pero los expertos saben cómo la fe cristiana impregnó su vida y su obra.

El cristianismo también tuvo una enorme influencia en las artes musicales. El gran desarrollo de la música coral polifónica del final de la Edad Media se debió a monjes y autores cristianos inspirados en el mensaje de la Biblia. Compositores como Josquin des Prez (1450/1455-1521), Guillaume Du Fay (1397-1474), Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525- 1594) y muchos otros compusieron miles de cantatas, motetes, oratorios, piezas para órgano y otros instrumentos, y desarrollaron técnicas de canto e interpretación. La asociación entre la religión cristiana y la música continuó en los períodos posteriores, con importantes compositores como Johann Sebastian Bach (1685-1750), considerado uno de los compositores más significativos de todos los tiempos. Bach compuso 224 cantatas, 7 motetes, 12 obras litúrgicas en latín, 6 pasiones y oratorios, y decenas de otras composiciones religiosas, muchas de ellas fuentes de inspiración para futuros compositores. Muchos otros compositores se inspiraron en la religión y, en particular, en las escrituras cristianas. Una de las razones de esta asociación del arte con la religión es, en palabras de Alfonso Rincón, la siguiente:

La música es un fenómeno singular, una comunicación no verbal, espiritual, que trasciende el mundo de la reflexión y el intelecto. Los compositores articulan, a través de sus obras, su sensibilidad y su experiencia espiritual, y los oyentes, al escuchar música, pueden percibir aquella dimensión metafísica espiritual que les acerca al misterio de su propia existencia.34

Rincón añade que “[la música] desde la antigüedad y en todas las cul turas, ha estado relacionada con la religión y con la experiencia religiosa y siempre ha sido un medio de expresión del alma humana”.35

La historia del arte muestra además que hay una cercana relación entre el pensamiento crítico y la expresión (e inspiración) artística. Uno de los personajes que tipificaron tal conexión fue Martín Lutero (1483-1546), quien catapultó la Reforma protestante en el siglo xvi partiendo del análisis crítico de las creencias y enseñanzas de la Iglesia católica. Lutero, un monje y sacerdote con lo que ahora llamaríamos una licenciatura universitaria en Estudios Bíblicos, es generalmente conocido por su significativa contribución al pensamiento crítico por medio de la exhibición pública de sus noventa y cinco tesis en la iglesia del Palacio de Wittenberg y sus sermones contra las indulgencias papales, en las cuales invitaba abierta mente a un debate.

Y aunque no se puede dudar de su contribución al pensamiento crítico, Lutero es menos conocido por su contribución al arte, en concreto la música. En consonancia con su creencia de que la Escritura debía ser accesible a todo el mundo en las lenguas del pueblo, Lutero apoyó el uso de música que fuera cercana al espíritu común del pueblo, incorporando en la liturgia estilos de canciones populares a las cuales se les cambiaba el texto para añadir un texto religioso. Lutero añadió canciones populares en alemán al catálogo de himnos religiosos y compuso obras nuevas para su ejecución en la iglesia. Entre sus obras, es famoso el himno Castillo fuerte es nuestro Dios, basado en el salmo 46, en cuyo texto original alemán el ritmo encaja particularmente bien con el texto, todo en una sencilla melodía que no ha perdido su presencia a pesar de los siglos.

Basándose en parte en los ideales estilísticos de Lutero de la incorporación de viejos estilos y música popular, Michael Praetorius (1571-1621) compuso más de mil obras de música tanto para uso eclesiástico como secular. La lista de grandes pensadores que además fueron creativos músicos se alarga considerablemente con compositores como Heinrich Schütz (1585-1672), Claudio Monteverdi (1567-1643), Dieterich Buxtehude (1637-1707) y muchos otros hasta el tiempo presente.

En tiempos más recientes, la monumental obra sinfónico-vocal La transfiguración de nuestro Señor Jesucristo, una de las más excelsas obras de arte musical, fue concebida por el compositor francés Olivier Messiaen (1908-1992) inspirado al oír a “un viejo sacerdote predicar un sermón sobre la luz y la filiación”.36

El compositor polaco Henryk Gorecki (1933-2010) compuso, además de diversas obras religiosas que siguen un estilo sacro minimalista, la con movedora Sinfonía 3 (Sinfonía de los cantos dolientes) para solista vocal y extenso conjunto instrumental. Gorecki basó el primer movimiento de la sinfonía en un texto polaco del siglo xv que contiene un lamento de Ma ría, la madre de Jesús; el segundo movimiento, en unas palabras de una adolescente, Helena Błażusiak, escritas en la pared de una prisión de la Gestapo para invocar la protección de la Virgen María; y el tercer movi miento, en la canción popular de una madre silesiana que busca a su hijo asesinado durante el levantamiento de la Alta Silesia contra los alemanes. La sinfonía es, por tanto, una profunda reflexión sobre el sufrimiento humano. Esta sinfonía con evidente contenido cristiano es al mismo tiempo una punzante reflexión acerca del dolor humano, con énfasis en el dolor femenino en el contexto de la guerra y la lucha. En ella, se combinan la devoción religiosa (cristiana), la formulación de valores de justicia, y la expresión artística. Partiendo de una mente cristiana, Gorecki hizo un análisis crítico de la angustia y del dolor humanos y dio a la obra un eleva do sentido artístico. La obra fue un éxito artístico y comercial. Es, probablemente, la grabación de composición contemporánea más vendida de todos los tiempos.37

Por último, mencionamos a Gustav Mahler, uno de los más importan tes e innovadores compositores de entre los siglos xix y xx, quien influyó en otros grandes compositores como Arnold Schoenberg, Benjamin Brit ten y Alban Berg. Muchas de sus obras reflejan su profunda espiritualidad que resultó de su conversión al cristianismo. La Sinfonía número 2 de 1894, popularmente conocida como Resurrección, es una obra maestra que refleja las creencias cristianas de la muerte, la inmortalidad y la resurrección, con una oda final que incorpora solistas y coro representando la resurrección y el día del juicio final.

A lo largo de la historia, la música y otras manifestaciones artísticas son capaces de transmitir y comunicar reflexiones críticas y son la base cognitiva para inspirar la mente. En este sentido, Aaron Rosen indica: “No solo tales trabajos son más complicados de lo que parecen, sino que tienen el potencial de invocar poderosos significados religiosos, respuestas y preguntas”.38 Cualquiera que haya visitado los pueblos y las ciudades históricas de Europa sabe que este significado es real y que no podemos separar el arte, la arquitectura y las pinturas de la influencia de la religión cristiana. Una de esas inspiraciones artísticas más impresionantes es la Capilla Sixtina de la Ciudad del Vaticano, en la que se observa una gran complejidad iconográfica basada en una selección de escenas del Antiguo Testamento: La creación del mundo, La creación de Adán y Eva, El pecado original, El sacrificio de Noé, El diluvio y La ebriedad de Noé.

Especialmente en Europa, existen cientos de obras arquitectónicas de impresionante belleza y elaboración surgidas de las mentes y las manos de diseñadores con fundamento cristiano. Es importante darse cuenta de que los creadores de esas piezas de arte no solamente eran cristianos, sino que probablemente sus creaciones nunca se habrían concebido sin la inspiración derivada de su fe. Obviamente, es imposible saber lo que hubiera ocurrido si el cristianismo no hubiera influenciado las obras de estos autores. Los antiguos griegos, romanos, babilónicos, egipcios y otros pueblos también construyeron monumentos y obras de arte sin estar bajo la inspiración religiosa. Ello no desestima el hecho de que las obras de arte y los monumentos de los últimos dos mil años de la historia occidental están profundamente influenciadas, sino directamente motivados, por la religión. La razón de ello es profundamente epistemológica: los cristianos creían que la naturaleza era el resultado de un diseñador creador, que los humanos eran capaces de razonar y comprender, y que podían reconocer la belleza y expresarla en forma de arte, ya fuera música, poesía, pinturas o cualquier otra forma. La humanidad, formada a imagen y semejanza del Dios creador, quien declaró que su creación era “muy buena”, tiene la capacidad de crear cosas que también son hermosas y “muy buenas”. El ser humano, derivado de las manos artísticas de Dios, ha demostrado que es capaz de expresar el sentido del arte en sus creaciones.

Se podría argumentar que ha habido ateos que han compuesto obras religiosas de gran complejidad y belleza, las cuales no necesitaron que el compositor tuviera una creencia religiosa. No hay muchos ejemplos así, pero destaca el compositor británico Ralph Vaughan Williams (1872- 1958). Durante su etapa como ateo, Vaughan Williams compuso nume rosas obras religiosas, incluyendo corales, himnos, motetes, villancicos de Navidad y otras obras religiosas. Siguió componiendo obras de reflexión espiritual a lo largo de su vida, pues gradualmente pasó a apreciar la es piritualidad derivada de la historia en la Escritura cristiana y los valores cristianos como inspiradores para sus obras. No es cierto, por tanto, que Vaughan Williams estuviera vacío completamente de la influencia cris tiana, y él mismo reconoce que la espiritualidad le llevaba a la reflexión estética y los valores humanos correctos. Elizabeth-Jane McGuire expresa al respecto: “La música era la única manera en que Vaughan Williams podía lidiar con el significado de la espiritualidad; él podía expresar una fe que pareció haber sostenido pero que nunca articuló”.39

Las supuestas composiciones de John Lennon Give Peace a Chance y Happy Xmas (War is Over) son debatibles en cuanto a su carácter religioso o incluso espiritual, y se podrían interpretar más bien como manifestaciones de protesta en lugar de expresiones religiosas. En todo caso, estos ejemplos muestran que la no religión y el ateísmo no son impedimentos para componer temas religiosos, del mismo modo que la religión tampoco impide la creación artística.



- La religión, ¿destruye la libertad?


Los nuevos ateos afirman que, aunque la mayoría de las religiones proclaman la libertad sobre el miedo y la culpabilidad, lo que en realidad consiguen es destruir la libertad. Esta afirmación es muy impactante para aquellos cuya vida ha sido cambiada por el mensaje de salvación en la Biblia. La Biblia comienza con la creación del mundo y los seres humanos, que están hechos a “imagen y semejanza de Dios”, que es la base del honor humano, los derechos y la libertad. Esta libertad es completa y perfecta hasta el punto de que se les ofrece elegir el bien o el mal, obedecer o desobedecer, y elegir libremente esto último.

En la cosmovisión cristiana, por tanto, la libertad fue el estado original de la existencia humana, y el pecado es el que trajo los sentimientos de culpa y miedo. En su sentido más amplio, el pecado y el sentimiento de culpa que deriva son el resultado del alejamiento humano con respecto a Dios su creador. La religión cristiana tiene como fin principal restaurar la relación del ser humano con Dios y así traer libertad sobre el pecado y liberación del sentimiento de culpa, algo completamente opuesto a la afirmación del nuevo ateísmo de que la religión va en detrimento de la libertad individual. La expresión de esta liberación en la persona se produce tanto de manera interna de forma espiritual, emocional e intelectual, como de manera externa en sus acciones hacia el resto de las personas. Y en ambos sentidos y debido a esta doble expresión de liberación, el cristianismo ha sido beneficioso para la humanidad.

Un repaso cuidadoso de la historia humana nos muestra que el cristianismo ha sido una bendición para la humanidad. Su impacto beneficioso sobre la civilización humana es algo imposible de medir, pero podemos sentir sus efectos. Muchas cosas buenas que tenemos en nuestras sociedades (especialmente en el hemisferio occidental) son el resultado de que los cristianos simplemente viven los valores que enseñó Jesucristo. Des de la época de Jesús, esos valores han cambiado familias, comunidades y sociedades enteras. Por ejemplo, es bien sabido por los documentos históricos que el infanticidio era una práctica extendida entre los griegos, los romanos y otras civilizaciones del pasado. Los bebés que nacían deformados o frágiles, discapacitados o simplemente no deseados eran descarta dos y asesinados, a menudo ahogándolos. El Oxford Classical Dictionary (una de las enciclopedias de investigación de Oxford) ofrece información histórica sobre esto:

Polibio [historiador griego, c. 200 - c. 118 a. C] atribuyó la disminución de la población en la Grecia helenística a la limitación familiar, pero hay poca evidencia de ello en períodos anteriores, especialmente en Atenas. Se decía que los egipcios y los judíos criaban a todos sus hijos, mientras que los cartagineses sacrificaban niños a Moloch. Soranus habló de las razones para no criar bebés. Los bebés podían quedar expuestos si eran deformes, como en Esparta y Roma, o si eran producto de una violación o incesto. La pobreza era otro motivo posible, aunque los pobres a menudo tenían más hijos que los ricos... El código de la ley Gortyn permitía el infanticidio en ciertas circunstancias, mientras que en Tebas una ley prohibía el infanticidio pero permitía que los padres pobres vendieran a sus niños. En Éfeso, los niños también podían ser vendidos en casos de extrema pobreza. En Roma, en principio, la patria potestas permitía a un padre ejecutar a sus propios hijos, pero la ley romana hasta la época de Constantino I prohibía a los padres adoptivos esclavizar a los bebés expuestos a los que habían criado (ex alumnos), si habían nacido libres. El surgimiento del cristianismo hasta convertirse en la religión oficial del imperio romano causó considerables cambios.40

Al contrario de estas prácticas inhumanas de los pueblos antiguos, las tradiciones cristianas apostólicas rechazaron el infanticidio y calificaron la práctica como asesinato. De manera insistente, la literatura cristiana primitiva del primer y del segundo siglo después de Cristo condenó el infanticidio y ordenó a los cristianos que no lo practicaran, y todas las tradiciones apostólicas cristianas rechazaron el infanticidio de manera explícita. La Didaché, un breve tratado cristiano primitivo escrito entre el 85 y el 110 d. C., declaraba que los seguidores de Cristo “no deben [...] cometer infanticidio”.41

A partir de la legalización del cristianismo por el Edicto de Milán en 313 d. C., los cristianos comenzaron a influenciar al emperador Valentiniano hasta que finalmente en el año 374 d. C. este prohibió oficialmente el infanticidio. Aun así, en el siglo xix los exploradores y misioneros descubrieron que el infanticidio todavía era común en muchas partes de África, América del Norte y del Sur, e intencionalmente trabajaron para detener esa práctica dondequiera que iban a predicar el mensaje cristiano.

En el mundo antiguo, un problema relacionado con el infanticidio era el abandono infantil. En el mundo grecorromano, si no se asesina ba a los niños no deseados, a menudo se los abandonaba para morir de hambre o de frío, o simplemente para ser devorados por animales salvajes. El sociólogo Alvin J. Schmidt indica que “ni en la literatura griega ni en la romana se puede encontrar ningún sentimiento de culpa relacionado con el abandono de niños”.42 Clemente de Alejandría (150-250) y Tertuliano (160-220), ambos padres de la Iglesia cristiana primitiva en el norte de África, condenaron la práctica del abandono de niños.

En la realidad, los primeros cristianos hicieron más que denunciar esta costumbre y actuaron para rescatar a los niños abandonados, llevándo los a sus hogares, adoptándolos y criándolos como sus propios hijos. Esto queda reflejado en varios escritos primitivos que contienen muchos ejem plos de cristianos que adoptaron niños abandonados. Al igual que con el infanticidio, fue la influencia de los cristianos que llevó en el año 374 al emperador Valentiniano a criminalizar la práctica del abandono de niños. ¿Por qué los cristianos mostraban esa sensibilidad hacia el cuidado de los niños? Sin duda, ellos recordaban el mandato en la Epístola de Santiago 1,27: “La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin mancha del mundo” (RVR 1995).

Desde el comienzo del movimiento cristiano, los creyentes siguieron este mandato y cuidaron a los huérfanos y a las viudas, que en aquellos tiempos eran numerosos. Jesús dijo: “Cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe” (Mt 18,5 RVR 1995). Y Jesús también dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios” (Mc 10,14 RVR 1995). Los cristianos también recordaban las palabras de Jesús que alabó a los niños como un ejemplo de inocencia y humildad: “A cualquiera que haga tropezar a algu no de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgara al cuello una piedra de molino de asno y que se le hundiera en lo profundo del mar” (Mt 18,6 RVR 1995).

A fin de convertir el cuidado de los huérfanos y los niños en general en un sólido compromiso, los primeros cristianos introdujeron la práctica de exigir que los padrinos estuvieran presentes en el bautismo de un niño, y en esa ceremonia prometieran cuidar al niño en caso de que se quedara huérfano. Justino Martir indica que en la primera mitad del segundo siglo se recogían ofrendas en los servicios religiosos para ayudar a los huér fanos. Después de que el cristianismo se legalizara en el año 313 d. C., los cristianos crearon instituciones conocidas como orfanatrofia (“para cuidar a los huérfanos”) y brefotrofia (“para cuidar a los niños”) con el objetivo de brindar atención organizada a niños pequeños que habían perdido a sus padres o habían sufrido algún desastre. Estas instituciones supusieron el comienzo de los orfanatos en Europa y otros lugares, para más tarde extenderse al resto del mundo. Alvin Schmidt dice:

Los cristianos de los primeros siglos rescataron miles y miles de niños no deseados a los cuales se les dio la oportunidad de alcanzar una vida normal, todo porque Jesucristo había inspirado a sus seguidores a prestar atención a sus palabras “porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y fuisteis a verme”.43

Los anteriores ejemplos demuestran que, desde el comienzo del movimiento cristiano, los creyentes desarrollaron un alto sentido de la solidaridad y el cuidado de los más débiles, sentido que pusieron en práctica en acción social y comunitaria. Ello ha sido una constante a lo largo de la historia en acciones grandes y pequeñas que, en la mayoría de los casos, no quedan registradas en los libros. Algunas de estas acciones, sin embargo, son visibles y perduran en la historia con un enorme impacto positivo en la sociedad.

Un claro ejemplo es la fundación de la Cruz Roja por Jean Henry Du nant (1828-1910), empresario, filántropo cristiano suizo y receptor del primer Premio Nobel de la Paz, concedido en 1901. Desde muy pequeño, Dunant aprendió de sus padres el valor de ayudar al prójimo y durante su adolescencia a menudo recolectó fondos para ayudar a los necesitados. En 1859, en la batalla de Solferino, al observar la cantidad de soldados he ridos, agonizantes y muertos, tuvo la iniciativa de formar grupos de ayuda para brindar servicios de asistencia médica y salvar decenas de vidas.

Dunant creó hospitales de campaña y los dotó de equipamiento médico, todo ello usando recursos económicos propios. Además, fue el inventor del botiquín de primeros auxilios. Durante la guerra, los colaborado res de Dunant debían atender a los soldados heridos sin hacer distinción del bando de conflicto. También liberó a médicos austríacos capturados por los franceses.

La experiencia de Dunant salvando vidas en el campo de batalla de Solferino lo inspiró a escribir el libro Un Souvenir de Solferino, donde presentó dos propuestas. La primera fue la creación de un servicio de voluntarios para brindar ayuda en las guerras, lo cual se llevó a cabo en 1863 con la formación del Comité Internacional de Socorro, el cual en 1875 pasó a llamarse Comité de la Cruz Roja. La segunda propuesta fue crear una legislación internacional para ofrecer cierta protección a los soldados y al personal médico durante la guerra. Todo este trabajo de Dunant de socorrer a los heridos, brindar trato justo y digno a los soldados y médicos que arriesgaban sus vidas y dar trato igualitario en la atención a heridos, sin duda tuvo su origen en su sensibilidad como cristiano.

El cristianismo ha infundido la conciencia de libertad en las personas especialmente en cuanto a cómo las personas se consideran unas a otras. En el mundo antiguo, era absurda la idea de que todos los seres humanos son de igual valor o tienen iguales derechos, honor o dignidad. La mayoría de las sociedades estaban estratificadas en castas o en varios niveles de privilegio y libertad. Fue la religión cristiana, hereditaria de la tradición judía precedente, la que fue cambiando el rígido sistema de castas sociales discriminatorias por medio de la aplicación del principio de que todos los humanos son iguales a los ojos de Dios. Dios es el creador de todos y, por lo tanto, debemos considerar a todas las vidas humanas como iguales y de valor infinito.

Esta visión de la igualdad humana sirvió de base para cambiar muchas otras prácticas crueles en el mundo antiguo. Por ejemplo, fue el cristianismo el que cambió significativamente el estatus de las mujeres en las sociedades donde sufrían opresión. En muchas culturas, las mujeres eran tratadas como animales, sin ningún derecho, libertad para decidir, moverse o incluso defenderse en los tribunales o en cualquier situación legal. No tenían ningún derecho en absoluto. Pero el cristianismo cambió eso en muchos lugares, y el Nuevo Testamento es un registro de tal cambio; menciona cómo las mujeres incluso tenían roles de liderazgo en la iglesia naciente.

Además, gracias al cristianismo, en muchos lugares las mujeres comenzaron a tener acceso a la educación, mientras que anteriormente no tenían derecho a ella. Una lectura detallada del Nuevo Testamento demuestra que hubo al menos una mujer que cumplió cada uno de los roles de liderazgo ministeriales que se aplicaban a los hombres, un desarrollo que la humanidad no había visto hasta entonces. Pablo menciona a Junia como apóstol (Rom 16,7)44. En Hechos 21,9 se nos dice que Felipe tenía cuatro hijas solteras que profetizaban. Evodia y Síntique de Filipos eran compañeras de Pablo. Él escribió que estas mujeres habían compartido sus luchas “por la causa del evangelio” (Flp 4,2-3). Al igual que Timoteo, Evodia y Síntique, participaron en la obra del evangelio, es de cir, eran evangelistas. Otra evangelista estimada por Pablo era Phoebe (Rom 16,1-2). Priscila, junto con su esposo Aquila, ejercía de pastora-maestra, enseñando al ya educado y elocuente Apolos “el camino de Dios” (es decir, la teología) con mayor precisión (Hch 18,24-26).

La esclavitud es otra institución que el cristianismo derribó. Los nue vos ateos condenan a los cristianos porque a lo largo de la historia fueron dueños de esclavos y, sin embargo, esta es una visión muy tendenciosa porque la esclavitud se practicó durante siglos en muchos lugares del mundo antes de que surgiera el cristianismo, y nadie se opuso a ella hasta que los cristianos lucharon por eliminarla. Los movimientos antiesclavistas no se iniciaron por la acción de la política, los científicos, los gobiernos o los ateos que tuvieran una elevada consideración del valor humano. En realidad, fue el movimiento antiesclavista (abolicionista) en Inglaterra a finales del siglo xviii, formado principalmente por grupos religiosos cristianos, el que inició la prohibición de la esclavitud. En Norteamérica, el movimiento abolicionista también tuvo su inicio en personas motiva das por el cristianismo. En esta línea de argumentación, Bertram Wyatt- Brown afirma:

Durante la década de 1830, la mayoría de los abolicionistas eran feligreses blancos del norte y su clero […] El modo de conversión al abolicionismo era idéntico al estilo de reavivamiento de la adoración. El proceso comenzaba con la convicción inicial del penitente del pecado personal de haber apoyado la esclavitud, seguido de expresiones de sincero arrepentimiento y la promesa de seguir el mandato di vino de que todos los hombres son iguales ante los ojos de Dios.45

La historia de los últimos veinte siglos nos enseña que las personas inspiradas en los valores del cristianismo hicieron mucho por socorrer al pobre, al débil, al menospreciado, al esclavo, al huérfano, a la viuda y por terminar con la esclavitud, el abandono de los niños y el infanticidio. Esos valores cristianos se fundamentan en el principio bíblico de que todas las personas son hijos e hijas de Dios, todos somos hermanos y hermanas en Jesucristo (Mt 12,48-50), todos los humanos tenemos un mismo origen (Gn 1,26) y un mismo destino (Jr 29,11), todos estamos obligados a amarnos de todo corazón (Mt 22,39), a socorrernos en las necesidades (Is 25,4) y todos somos iguales ante Dios (Hch 10,34), quien juzga sin acepción de personas (Rom 2,11-12).



- La religión, ¿impide que las personas disfruten de la vida aquí en la Tierra?


Otro de los argumentos que los nuevos ateos presentan en contra de la religión, especialmente del cristianismo, es que debido a que los creyentes están enfocados en la vida eterna no disfrutan realmente de la vida presente en la Tierra. Este argumento tiene muy poco de realismo y es probablemente uno de los más ridículos e infundados en contra la religión, especialmente del cristianismo.

Uno se pregunta lo siguiente: ¿cómo miden los ateos la felicidad en la Tierra?, ¿Cómo pueden comparar la felicidad de un no cristiano con la felicidad de un cristiano para decir que los primeros son más felices que los segundos? y ¿qué es precisamente lo que en el cristianismo trae infelicidad o insatisfacción en esta vida a aquellos que creen en la segunda venida de Cristo? Estas son preguntas que los nuevos ateos deben responder antes de acusar a los creyentes de no vivir una vida feliz.

El gran error de los nuevos ateos está en la carencia de fundamento para su argumento. En realidad, no hay una manera precisa conocida de medir la felicidad de unos u otros, sean personas religiosas o ateas. Sin embargo, hay numerosos estudios sociológicos y médicos que muestran que las personas que practican alguna religión viven mejor en muchos sentidos.

Por ejemplo, un estudio publicado por Brick Johnston y sus colegas sobre la relación entre la espiritualidad, los factores de personalidad y la salud en personas de cinco religiones diferentes indica que los creyentes son más felices y cuentan con una mejor salud mental que los ateos o agnósticos,46 lo que concuerda con varios estudios anteriores.47

Ayele et al.48 en su estudio con 100 médicos (49 internistas y 51 psiquiatras) halló que el 75 % usaba la religión como un recurso para superar las dificultades (con un 39 % muy afirmativamente), y una correlación positiva entre la actividad religiosa (p. ej., la lectura de la Biblia y la oración) y una mayor satisfacción en la vida, incluso después de considerar los factores de control de edad, sexo, salud y estado matrimonial.

Algunos economistas, sociólogos y políticos han estudiado la relación entre la religión y el éxito económico de algunos países, y la persisten te pobreza de otros. El primero en identificar el papel significativo de la religión en el cambio social fue Max Weber,49 al punto de afirmar que la Reforma protestante desencadenó una revolución mental que hizo posible el surgimiento del capitalismo moderno. Estudios recientes50 de las actitudes económicas en varios países hacia la cooperación, el gobierno, las mujeres en el mundo laboral, las leyes laborales y la economía de mercado, indican que en promedio las creencias religiosas se relacionan con “buenas” actitudes económicas, donde “buenas” se define como conducente a un mayor crecimiento e ingreso per cápita.

Estos efectos difieren entre las diversas religiones, y se halla que las religiones cristianas se asocian más positivamente con actitudes conducen tes al crecimiento económico. Recientemente, el Pew Research Center publicó un estudio51 en el que se investigó la importancia de la participa ción religiosa en comparación con la afiliación religiosa. En él se expresa:

la participación regular en la comunidad religiosa (identificarse con un grupo religioso y asistir a servicios al menos una vez al mes) claramente está ligada a niveles más elevados de felicidad y acción cívica (votar en las elecciones, unirse a otros grupos comunitarios, ofrecerse de voluntario en una organización).

El estudio halló poca evidencia de que la afiliación religiosa por sí misma esté asociada con una mayor probabilidad de felicidad personal o compromiso cívico.

También hay estudios que muestran que, de momento, no se han po dido establecer claras asociaciones entre la religiosidad y la felicidad.52 El mismo estudio de Pew Research Center mencionado anteriormente indica que no es clara la naturaleza exacta de las conexiones entre la participación religiosa, la felicidad, la participación cívica y la salud. En una extensa revisión de las investigaciones sobre este tema, Christopher A. Lewis y Sharon M. Cruise concluyen: “La mayoría de los estudios presentan una asociación positiva entre medidas de religión y felicidad; sin embargo, los hallazgos contradictorios son comunes”.53

Estos autores in dican que estos resultados contradictorios pueden “reflejar debilidades tanto conceptuales como metodológicas en esta literatura”.

Los estudios que tratan de hallar relaciones de causalidad entre felicidad y religión no son concluyentes, y reflejan la complejidad de la definición de qué significa y qué implica “religión” y “felicidad”, elementos que no pueden aislarse de muchos otros factores sociales, intelectuales, económicos, etc. En todo caso, estos estudios muestran que, aunque no se pueda establecer una relación causal positiva y definitiva entre felicidad y religiosidad, tampoco se ha mostrado que la relación causal sea negativa, ni tampoco que los ateos sean más felices que los creyentes o practicantes de una religión.

Independientemente del estado de felicidad de los creyentes, sí ha existido una clara asociación entre la religiosidad cristiana y las actuaciones para que otros sean felices, incluidos los menos afortunados. Anteriormente, hemos mencionado que los cristianos se han ocupado de prohibir el infanticidio y el abandono de niños, además de institucionalizar el cuidado de los huérfanos.

Los cristianos también fueron los primeros en institucionalizar el cuidado de los enfermos y discapacitados del mundo. Este fue un cambio importante en la cosmovisión de la antigua cultura romana, en la cual se consideraba como un signo de debilidad humana el ayudar a una persona enferma. A menudo, se abandonaba a las personas enfermas y se las dejaba morir. En contraste, los primeros cristianos recordaban las enseñanzas de Jesús, entre ellas la parábola del buen samaritano, y consideraban que ayudar a los enfermos era un servicio a Dios y a la humanidad. El motivo es incluso más profundo que el de servicio. Los cristianos creen que todos los humanos, independientemente de su condición médica, tienen una dignidad intrínseca y que son de gran valor a los ojos de Dios, y por ello estaban convencidos que tenían que cuidar a los enfermos.

En el Nuevo Testamento, hay mandatos claros para cuidar a las numerosas viudas de la iglesia y de la comunidad. El apóstol Pablo le escribe a Timoteo y le dice: “Reconoce debidamente a las viudas que de veras están desamparadas” (1 Tim 5,3 NVI).

Jesús dijo que se conoce un árbol por su fruto. ¿Cómo pueden los nuevos ateos afirmar que la religión es terrible cuando los cristianos han hecho tanto por los derechos humanos, el cuidado de los débiles, las familias quebrantadas, los desesperados y han desarrollado instituciones de educación y salud? Estas actitudes y acciones no son los frutos de un mal árbol. Esos son buenos frutos que demuestran que la religión cristiana es beneficiosa y buena para la humanidad, y que a los cristianos les importa mucho el bienestar y la felicidad de las personas aquí en esta Tierra.

La ciencia es muy buena en el ejercicio de hacer preguntas sobre el mundo y su funcionamiento. Algunas reciben respuestas inmediatas; otras requieren una elaboración más compleja que a menudo está en el futuro; y otras preguntas yacen fuera de su ámbito de estudio. Sir Peter Medawar (1915-1987), inmunólogo brasileño-británico, se refiere a las “preguntas que la ciencia no puede responder y que ningún avance concebible de la ciencia le dará capacidad de respuesta”.54 Esto es lo que el filósofo español Ortega y Gasset (1883-1955) llamó “preguntas primordiales”, como el significado de la vida, el valor de las personas, etc. El hecho de que la ciencia no sea capaz de responder a ellas no significa que no sean esenciales para el ser humano y que este tenga la necesidad de responderlas para poder tener una vida satisfactoria. Ortega y Gasset (1883- 1955) recalcó que los científicos son seres humanos, y si nosotros los se res humanos queremos vivir vidas completas, hemos de ir más allá de la satisfacción de lo material y lo biológico, hemos de ir más allá de lo que la ciencia materialista ofrece. La ciencia es muy capaz de dar respuestas dentro del ámbito de lo material y lo natural, sin embargo, no satisface las necesidades y preguntas más profundas de la humanidad.

Para Ortega y Gasset, la gran virtud intelectual de la ciencia es que conoce sus límites y solo responde preguntas que están dentro de su ámbito de exploración en base a la evidencia natural:

La verdad científica se caracteriza por su exactitud y el rigor de sus previsiones. Pero estas admirables calidades son conquistadas por la ciencia experimental a cambio de mantenerse en un plano de problemas secundarios, dejando intactas las últimas, las decisivas cuestiones. De esta renuncia hace su virtud esencial y no será necesario recalcar que por ello sólo merece aplausos. Pero la ciencia experimental es sólo una exigua porción de la mente y el organismo humanos. Donde ella se para no se para el hombre.55

Ello, sin embargo, no niega la existencia de una realidad más allá de lo material que el ser humano necesita entender, vivir e interiorizar, algo para lo cual algunos aspectos de la religión han demostrado ser muy efectivos.

En su libro The big question-Why can’t we stop talking about science, faith and God, el químico y filósofo británico Alister McGrath (1953-) relata su conversión del ateísmo al cristianismo en sus primeros años de estudios universitarios en la Universidad de Oxford. La conversión de McGrath no fue una epifanía, el resultado de una crisis psicológica o de un cambio emocional, sino que “de alguna manera fue una conversión cerebral e intelectual, al darse cuenta progresivamente de que la creencia en Dios daba mucho más sentido a las cosas que su ateísmo”.56

MacGrath indica que él no tenía ninguna necesidad emocional de Dios, y que su vida de ateo tenía sentido en lo concerniente a lo material. Pero en poco tiempo se dio cuenta de que, aunque el mundo material tenía explicación en el marco científico, no sucedía así con el resto de las cuestiones intelectuales no materiales que le producían insatisfacción personal. Su conversión fue mayormente intelectual y lo llevó a “una comprensión y apreciación más profunda de la realidad” y a convencerse de que “el cristianismo parece ofrecer una explicación de la realidad que es ‘intelectual mente más satisfactoria’”.57

Es lo que el filósofo británico C. S. Lewis elegantemente expresó diciendo: “Yo creo en el cristianismo como creo que el sol ha salido, no por que lo veo, sino porque gracias a él puedo ver todo lo demás”.58

Nuestra experiencia personal y la de muchos científicos, filósofos, historiadores y artistas nos demuestra que la creencia en Dios y la práctica religiosa no son incompatibles con el desarrollo intelectual, con el pensamiento crítico, con el avance científico y con la satisfacción personal en la vida.



- ¿Es la religión la causa de las guerras y la violencia?


Los nuevos ateos afirman que la religión es la principal causa de guerras y asesinatos en el mundo. Así también afirman que las creencias religiosas conducen a la intolerancia e imponen creencias religiosas en los demás, lo que lleva a conflictos y violencia entre creyentes de diferentes credos. Este es el argumento principal de Sam Harris en su libro El fin de la fe: Religión, terror y el futuro de la razón, y de Christopher Hitchens en su libro Dios no es bueno. Alegato contra la religión. En el año 2013, duran te una conferencia en la Gran Sala Harry Potteresque de la Universidad de Toronto, Hitchens declaró públicamente a un grupo de estudiantes que él odia la religión porque está “absolutamente convencido de que la principal fuente de odio en el mundo es la religión”.59

Es significativamente contradictorio que aquello que Hitchens denuncia como negativo -el odio que genera la religión- es a su vez lo mismo que él siente hacia la religión. Hitchens quiso explicar al grupo de estudiantes universitarios por qué la libertad de expresión debería incluir la libertad de odiar, y lo hizo con las siguientes palabras:

Mirad en cualquier lugar que deseéis, a la esclavitud, a la subyugación de las mujeres como bienes, a la quema y flagelación de homosexuales, a la limpieza étnica, al antisemitismo, [la causa] de todo esto no la busquéis más que en un famoso libro que está en cada púlpito en esta ciudad, y en cada sinagoga y en cada mezquita. Y luego veréis si podéis buscar la cuadratura de este círculo: que la fuerza que es la principal fuente de odio es también el principal interlocutor de la censura.60

Las palabras de Hitchens son difíciles de aceptar y nos llevan a preguntarnos si realmente la religión engendra violencia o la verdadera causa es otra. De hecho, la mayoría de las personas religiosas se muestran in crédulas hacia la idea de que su fe sea la causa de la violencia. En muchos aspectos, el argumento parece contrario a la intuición y derivado de la completa ignorancia de la historia y los temas sociales, porque tradicionalmente la religión se ha asociado con la paz, la no violencia y la hermandad. Varias razones nos llevan a esa reacción de incredulidad.

En primer lugar, debemos distinguir entre los extremistas dentro de los grupos religiosos y los adherentes a la corriente principal o comunidad general de esos grupos. Los nuevos ateos no han considerado esta diferencia. Sin lugar a duda, hay personas y grupos religiosos que quieren imponer a la fuerza sus creencias y prácticas a los demás. Pero este problema no es exclusivo de las personas religiosas y su actitud extrema tiene algo que ver con la manera en que comunican sus puntos de vista. Casi cada grupo tiene extremistas, ya sean cristianos, musulmanes, darwinistas, políticos, ateos, feministas, marxistas, aficionados a los deportes, ambientalistas, defensores de los animales, etc. Estos extremistas están fuera de la corriente principal del grupo y, por lo tanto, cada vez que juzgamos el comportamiento o las actitudes de los extremistas, corremos el riesgo de rechazar al grupo principal basándonos en las acciones de unos pocos que son fuertes, que gritan más o son más agresivos. Basándose en las acciones de los extremistas religiosos, los nuevos ateos transmiten una imagen muy distorsionada de la religión, y la mayoría de los creyentes en el grupo principal no se reconocen a sí mismos por las descripciones de los extremistas.

En las críticas a la religión, también se observa lo que se denomina condenación por asociación: si uno de los feligreses o creyentes comete una falta, la sociedad tiende a generalizar y levantar juicios de condena sobre todos los miembros. La consecuencia de la acción de unos pocos radicales es la condena del grupo mayoritario que no es radical ni agresivo. Debido a la acción de algunas facciones, grupos o individuos radicales y violentos, algunos afirman que la religión en general es opresiva. Por ejemplo, se condena a cristianos que están involucrados en acciones de corrupción política, pero por extensión o asociación se condena a todos los cristianos. Como resultado, la sociedad ejerce acciones opresoras hacia ciertos grupos de cristianos usando la condenación por asociación histórica; esta queda como seña de identidad para todo ese grupo religioso. Es importante señalar que este tipo de asociaciones históricas no necesariamente valida una creencia.

En segundo lugar, debemos admitir que, a veces, la religión sí produce actos violentos. Paul Chamberlain reflexiona sobre algunas preguntas importantes que a este respecto deben considerarse.61 ¿Es la religión la causa de la violencia o el abuso de la religión lo que causa la violencia? ¿No es la irreligión también la causa de gran violencia y crueldad? Si es así, ¿qué indica eso sobre la verdadera causa de la violencia? ¿Podría ser la causa algo que no es la religión o la irreligión? ¿Terminaría la violencia si se erradicara la religión? La historia de la humanidad muestra claramente que esta esperanza es falsa. La irreligión tiene un extenso historial de violencia, mucho más que la religión. De hecho, son otros factores aparte de la religión o la irreligión los que causan las guerras y la violencia.

Un simple repaso general a la historia nos indica que la causa de las guerras y el derramamiento de sangre en este mundo no es la religión, sino la ganancia económica. Ya era así en la antigüedad. Una lectura del libro de Jueces en la Biblia, un libro lleno de guerras, derramamiento de sangre y violencia, muestra que las guerras de los filisteos, moabitas, amorreos y otros pueblos alrededor de los israelitas no fueron provocadas por diferencias religiosas, sino por acceso o posesión de recursos naturales, cultivos, dominio del territorio, etc. Esto apunta a una segunda causa im portante de las guerras: la expansión territorial, generalmente asociada a la ganancia económica. Una tercera razón importante para los conflictos son los desacuerdos entre las personas dentro de un mismo país sobre cómo deben ser gobernadas, sus derechos respetados, o sus recursos repartidos, lo que causa guerras civiles y revolucionarias, cuyo resultado a menudo es ganar poder político. De hecho, históricamente, la religión ha causado muy pocas guerras; la mayoría de ellas ha sido provocada por disputas civiles, revolucionarias, económicas o territoriales.

En su libro Death by Government, el profesor de ciencia política Rudolph J. Rummel ofrece un interesante análisis de las causas y las muer tes debidas a la guerra, con estadísticas que demuestran que la gran mayoría de las personas que han muerto en guerras o conflictos fueron en realidad víctimas del Gobierno y no de las religiones. Para ese tipo de asesinatos masivos de personas, Rummer acuñó el término democidio.

Rummer calculó que, solamente en los últimos cien años (antes de la fecha de publicación de su libro en 1994),

[c]asi 170 millones de hombres, mujeres y niños han sido fusilados, golpeados, torturados, apuñalados, quemados, privados de alimentos, congelados, aplasta dos o forzados a trabajar hasta morir; enterrados vivos, ahogados, colgados, bombardeados o asesinados de cualquier otra forma en que los gobiernos han infligido la muerte a ciudadanos y extranjeros desarmados e indefensos. La cifra de muer tos podría ser de casi 360 millones de personas, es como si nuestra especie hubiera sido devastada por una Peste Negra moderna. Y en verdad lo ha sido, pero una plaga de Poder, no de gérmenes.62

De todas las guerras en las que se ha estimado el número de muertos, la Segunda Guerra Mundial de 1939 a 1945 fue la más sangrienta, con más de setenta millones de muertos. Otras dos de las más sangrientas fueron la Primera Guerra Mundial y la Guerra Chino-Japonesa. Ninguna de las tres tuvo nada que ver con la religión. Los estudios de Rummel muestran que en realidad la economía y las disputas territoriales son causas mu cho más significativas que la religión tanto en número de guerras como en número de muertos. La mayoría de las guerras y de los conflictos más sangrientos fueron impulsados por líderes ateos educados o inspirados en una filosofía basada en el ateísmo. La lista incluye a Joseph Stalin (> 42 millones de muertos), Mao Zedong (> 37 millones de muertos), Adolf Hitler (20 millones de muertos) y muchos otros.

Joseph Stalin fue un ateo declarado que promovió el ateísmo a través de la propaganda antirreligiosa, el cierre y la confiscación de instituciones religiosas, la educación atea en las escuelas y las leyes antirreligiosas. Creó la Liga de Ateos Militantes e institucionalizó la persecución contra los creyentes religiosos a los que mataron indiscriminadamente durante veinticinco años. Durante su régimen, numerosas iglesias, sinagogas y templos fueron profanados o destruidos; pocos de ellos permanecieron intactos, lo que testificó intensamente de la intolerancia extrema de la irreligión. Se violó a las monjas y persiguió a los clérigos (muchos de ellos murieron en los gulags de Siberia o simplemente ejecutados). Stalin persiguió a cualquiera que pudiera representar una amenaza para su régimen, y en caso de duda, los mató. No se sabe cuántas personas murieron como consecuencia de su brutal régimen opresivo, pero los estudios los estiman entre 40 y 60 millones de personas.

Hitler fue otro monstruo ateo que mató a más de 20 millones de personas entre las consecuencias directas de las guerras en Europa, África y el Cercano Oriente, y la persecución a judíos, gitanos, clérigos católicos, protestantes y personas de diversas etnias. Por medio de la eliminación de esas personas y mediante la “crianza selectiva”, Hitler buscaba crear una raza alemana pura. El resultado de este fin arreligioso, irreligioso y secular fue la exterminación masiva de millones de personas.

El hecho es que el ateísmo ha causado la muerte violenta de muchas más personas que cualquier otra ideología o incluso que los desastres naturales. Lo más grave es que no hay razón para creer que la violencia cesará si se elimina la religión. Como hemos indicado anteriormente, la historia nos prueba eso. La realidad es mucho más compleja y, aparte de las estadísticas, no parece que la religión o la falta de religión sean la causa directa del problema de la violencia en el mundo. La violencia con consecuencias brutales ha sido practicada a lo largo de la historia por personas, sin importar sus puntos de vista religiosos o irreligiosos. La causa real de la violencia es más profunda.

Las verdaderas fuerzas impulsoras detrás de los actos violentos son los elementos políticos, económicos y culturales subyacentes. Esto explica por qué la violencia surge tanto de personas religiosas como no religiosas. También explica el hecho de que la gran mayoría de las personas religiosas expresa repulsa hacia los actos de violencia religiosa (y no religiosa también).

La religión no es la causa principal de la violencia. La esperanza de poner fin a la violencia mediante la eliminación de la religión es falsa. La historia de la humanidad no nos permite sostener la idea de que la ausencia de religión en este mundo promovería la paz, la ausencia de violencia y el entendimiento entre los grupos humanos. Tanto las personas religiosas como las irreligiosas cometen actos de violencia, a menudo motivadas por motivaciones políticas y culturales más profundas. Uno de los mejores ejemplos de esto es la Revolución francesa (1789-1815). Este movimiento social fue un intento de abandonar el estado religioso, proclamar la muerte de Dios y comprometerse con los dos grandes ideales seculares de libertad e igualdad. Estos ideales se utilizaron para motivar a 2,4 millones de soldados a pelear sangrientas batallas en toda Europa, con el objetivo de imponer la dominación francesa en todo el continente. No hubo la más mínima motivación religiosa en todo este nuevo nacionalismo, excepto, paradójicamente, para acabar con la religión en Francia, y por extensión, en el resto de Europa. Se declaró a la religión como muerta.

El resultado de este llamado a la revolución fue horrible y devastador, con poblaciones enteras que se movilizaron para la guerra. Las batallas se hicieron más feroces, más extensas, más numerosas y más destructivas de lo que el mundo había visto hasta la fecha. Los soldados peleaban mientras pudieran físicamente caminar. Cuando la Revolución francesa y las guerras de Napoleón terminaron con la batalla de Waterloo, al menos 4 millones de personas habían muerto. Todo ocurrió sin ninguna motiva ción religiosa y, paradójicamente, estas guerras se iniciaron en nombre de la igualdad y la libertad.

No es realista pensar que deshacerse de la religión eliminaría la violencia, o incluso la reduciría significativamente, y traería libertad a las personas. Si se eliminaran las religiones, surgirían otros identificadores de grupo que crearían distancias y barreras entre las personas. La tirantez y la enemistad entre grupos surgirían por motivos de etnicidad, tribu, idioma, nacionalidad, color, etc. El genocidio de Ruanda y la Guerra Civil de los Estados Unidos son dos ejemplos de conflictos mortales que surgie ron debido a la etnicidad, el color y las diferencias culturales y tribales. La religión no tuvo nada que ver con ellos. Valdría la pena incluir el concepto básico de la ley de Dios expresado por Jesús como el amor a Dios y al prójimo, incluso a nuestros enemigos.



- La religión como experiencia positiva


Incluso si reconocemos que no hay una demostración definitiva de la relación entre la práctica religiosa o la espiritualidad, y una mejor salud, numerosas investigaciones indican que la religión no solo es positiva para el bienestar de los individuos, sino que también salva vidas. Literalmente, miles de estudios han investiga do la relación entre religión y bienestar humano. En 2015, el profesor de psiquiatría de la Universidad de Duke, Harold Koenig, y su equipo de investigación, revisaron cuidadosamente más de 3000 estudios publicados anteriormente sobre esta relación.63 El resultado fue inequívoco: un total de 79 % de los estudios relevantes mostraron un vínculo positivo entre la religión o la espiritualidad y el bienestar psicológico.

La mayoría de los estudios también demostraron una relación con el bienestar físico. Uno de los hallazgos más sorprendentes es que la religión y la espiritualidad están relacionadas con una vida más larga, con aproximadamente el 68 % de los estudios publicados que muestran tal vínculo, un resultado totalmente opuesto a la afirmación de los ateos de que la religión es perjudicial para la humanidad. En uno de los estudios llevados a cabo,64 los investigadores siguieron a 8450 personas de entre 40 y 90 años de edad durante más de 8 años, y registraron los fallecidos por cualquier causa. Se observó que las personas que asistían a los servicios religiosos una vez por semana tenían una reducción del 18 % en el riesgo de morir durante este período, y una reducción del 30 % para los que asistían más de una vez por semana. Curiosamente, estas cifras muestran que, en lugar de ser un perjuicio para las personas, la asistencia a la iglesia tiene un efecto beneficioso similar al ejercicio físico moderado regular.

Es necesario puntualizar que, aunque está claro que hay una relación positiva entre la religión y la espiritualidad y el bienestar psicológico y físico, no está claro por qué existen exactamente. La razón para esto reside en el hecho de que la religión es un fenómeno social complejo y multifacético, con elementos culturales, emocionales, sociológicos, psicológicos, etc., que pueden influir de muchas maneras en las personas. No obstante, los datos científicos e históricos, y las experiencias y las vivencias de millo nes de personas en el pasado y el presente indican de manera inequívoca que la religión no es un detrimento para la humanidad, sino un significativo beneficio para su salud.

En un extenso estudio demográfico llevado a cabo por el Pew Research Center65 sobre el futuro de las religiones del mundo, el número de ateos o aquellos que se identifican como no afiliados a ninguna religión, llama dos “nones”, está aumentando a nivel mundial. En Norteamérica y Europa está el segundo grupo más grande después del cristianismo. La cantidad de no afiliados a ninguna religión en el año 2010 fue aproximadamente de 1100 millones de personas y se considera que para el año 2040 lleguen a ser 1200 millones y luego disminuya ligeramente. Así también señala que “esta disminución se debe en gran medida a la edad avanzada y la baja fertilidad de las personas sin afiliación religiosa en todo el mundo en relación con otros grupos religiosos”. Según este informe, los tres países con mayor cantidad de no afiliados a ninguna religión son China, Japón y los Estados Unidos, seguido de un grupo significativo en Europa.

Nosotros postulamos que los factores determinantes en el aumento de la no afiliación religiosa es el constante aumento del secularismo y la revolución liberal cultural que han entrado de lleno en la cultura política, la industria de la comunicación y el mundo académico. La secularización es la pérdida de valores, de conductas propias de una religión o la transformación de lo eclesiástico en secular. A partir del siglo xxi, el secularismo fue en aumento de manera generalizada y progresiva, un crecimiento que está asociado con la progresiva pérdida de credibilidad o aceptación del cristianismo. Es significativo que el aumento en la no afiliación a denominaciones religiosas se atribuya al secularismo y no a los supuestos efectos negativos de la religión.


CONCLUSIÓN


La corriente del nuevo ateísmo ha presentado cinco razones para afirmar que la religión es mala para la humanidad. Los nuevos ateos afirman que la religión es perjudicial para el pensamiento crítico, que es enemiga del arte, que destruye la libertad de las personas, que impide que las per sonas disfruten de la vida aquí en la tierra, y que es la causa de las guerras y mucha violencia.

Luego de analizar cada punto expuesto, este ensayo llega a las siguientes conclusiones:

En primer lugar, nos consta que, a lo largo de la historia pasada y reciente, numerosos y relevantes científicos fueron cristianos, y que su fe o creencia cristiana no solamente no interfirió en el ejercicio de su actividad científica, sino que sirvió de impulso y motivación para sus investigaciones y descubrimientos. El cristianismo no impidió la producción científica, sino que, por el contrario, aportó orientación e incluso explicaciones lógicas a sus descubrimientos.

En segundo lugar, a lo largo de los últimos veinte siglos hasta el presente, la Biblia ha sido utilizada de manera muy positiva en muchas instituciones como instrumento transversal en la enseñanza a todos los niveles académicos. Numerosos eruditos de todos los campos de las ciencias y el pensamiento han recibido su formación en instituciones donde se incorpora el contenido religioso. La afirmación de que la religión, en especial la cristiana y su principal fuente de fe, la Biblia, son perjudiciales para el pensamiento crítico, no tiene fundamento histórico o lógico.

En tercer lugar, la historia nos muestra que la religión ha sido fuente de inspiración a escritores, pintores, músicos, arquitectos y otros artistas. Numerosas obras de arte reflejan la experiencia religiosa de artistas o diseñadores inspirados en un Diseñador inteligente. Es por ello que hoy podemos observar esta amplia representación artística en catedrales, en la música, en museos y en la literatura.

En cuarto lugar, la religión, en especial el cristianismo, ha sido una significativa impulsora de los derechos humanos, la libertad de conciencia y el respeto hacia los demás, que incluye minorías, grupos humanos desamparados y personas marginadas. Gracias al cristianismo, a lo largo de la historia se han promulgado leyes y derechos que corrigen la desigual dad, prohíben la esclavitud, los infanticidios y otras opresiones. Es cierto que algunas personas no vinculadas a una religión también han realizado grandes obras de arte y avances científicos, pero ello no debe llevarnos a concluir que la religión es un impedimento para el desarrollo artístico, la ciencia o los derechos humanos.

En quinto lugar, numerosos estudios científicos han demostrado que la religión aporta satisfacción, felicidad, longevidad y otros beneficios a las personas practicantes.

En sexto lugar, si bien los nuevos ateos han presentado argumentos extremistas de la religión como eje o punto central de conflictos y de guerra, los datos muestran que la inmensa mayoría de las guerras y los conflictos tuvieron causas políticas, territoriales, económicas y culturales. A la vista de los datos históricos y sociológicos, la afirmación de los nuevos ateos de que la religión, en especial el cristianismo, son perjudiciales para la humanidad, no se sostiene.


NOTAS

1 “The battle-fields of science”, en Ronald Numbers, “Science and Religion”, Osiris 1 (1985): 59.

2 Andrew Dickinson White, A history of the warfare of science with theology in Christendom (1896), 1-2; John William Draper, History of the conflict between religion and science (Nueva York: D. Appleton, 1874), 215. Un excelente examen de estas dos publicaciones se puede encontrar en David C. Lindberg y Ronald L. Numbers, “Beyond war and Peace: a reappraisal of the encounter between Christianity and science”, Perspectives on Science and Christian Faith 39, 3 (1987):140-149.

3 Alvin J. Schmidt, How Christianity changed the world (Grand Rapids, Michigan: Zondervan, 2004), 170-193, 240-267.

4 Debido a la similitud de su análisis argumentativo y la cercanía en el tiempo en sus publicaciones, estos cuatro personajes han recibido el nombre popular e informal de “los cuatro jinetes”.

5 Christopher Hitchens, Dios no es bueno: Alegato contra la religión (Barcelona: Random House Modadori, 2008), 73.

6 Sam Harris, El fin de la fe. La religión, el terror y el futuro de la razón (Madrid: Paradigma, 2007), 23.

7 Richard Dawkins, El espejismo de Dios (Barcelona: Espasa, 2012), 8.

8 Daniel C. Dennett, Breaking the spell: religion as a natural phenomenon (Nueva York: Viking, 2006), 30-85.

9 Harris, El fin de la fe, 85.

10 James Hannam, The genesis of science. How the Christian Middle Ages launched the scientific revo lution (Washington DC: Regnery Publishing, 2011), cap. 3; Rodney Stark, For the glory of God. How monotheism led to reformations, science, witch-hunts and the end of slavery (Princeton, New Jersey: Princeton University Press, 2004), caps. 2 y 4.

11 George Thomas Kurian y Mark A. Lamport, eds., Encyclopedia of Christian Education (Lanham, MD: Rowman & Littlefield, 2015), 317-319; Schmidt, How Christianity Changed the World, 170-193, 218-247.

12 Stark, For the glory of God. How monotheism led to reformations, science, witch-hunts and the end of slavery, caps. 2 y 4.

13 James Hannam, “Science owes much to both Christianity and the Middle Ages”, Soapboxscience, acceso el 13 de octubre de 2019, http://blogs.nature.com/soapboxscience/2011/05/18/scien ce-owes-much-to-both-christianity-and-the-middle-ages (traducción propia).

14 Sanjib Kumar Ghosh, “Human cadaveric dissection: a historical account from ancient Gree ce to the modern era”, Anatomy & Cell Biology 48, n.o 3 (2015), 153-169, doi:10.5115/acb.2015.48.3.153.

15 Thomas S. Kuhn, The Copernican Revolution (Cambridge: Harvard University Press, 1957), 199.

16 Michael Newton Keas, Unbelievable, 7 myths about the history and future of science and religion (Wilmington, Delaware: ISI Books, 2019), 61.

17 Maurice A. Finocchiaro, “The Copernican revolution and the Galileo affair” en The Blackwell companion to science and Christianity, eds. J. B. Stump y Alan G. Padgett (Malden, Massachis setts: Willey-Blackwell, 2012), 14-25.

18 Sarah Pruitt, “6 reasons the Dark Ages were not so dark”, History Stories, acceso el 13 de octubre de 2019, https://www.history.com/news/6-reasons-the-dark-ages-werent-so-dark.

19 Anónimo, “The History of manuscripts: Illuminating a Dark Age”, The Economist, acceso el 13 de octubre de 2019, http://www.economist.com/node/17722535.

20 Juan Luis de León Azcárate, “La Biblia y la evangelización del Nuevo Mundo durante el siglo XVI”, Veritas 32 (marzo de 2015):195-227.

21 Ibíd.

22 Por ejemplo, Stark, For the glory of God. How monotheism led to reformations, science, witch-hunts and the end of slavery, caps. 2 y 4; Hannam, “Science owes much to both Christia nity and the Middle Ages”, Soapboxscience, acceso el 13 de octubre de 2019, http://blogs.nature.com/soapboxscience/2011/05/18/science-owes-much-to-both-christianity-and-the-middle-ages; Peter Harrison, “Christianity and the rise of western science”, ABC Religion & Ethics, acceso el 13 de octubre de 2019, https://www.abc.net.au/religion/christianity-and-the-rise-of-western-science/10100570.

23 Martin Lutero, “To the councilmen of all cities in Germany that they establish and maintain Christian schools” en Luther’s works, ed. R. Schulz (Filadelfia: Fortress Press, 1967).

24 Robertto Rodríguez, “Los cambios educativos tras la reforma Luteraana en el siglo XVI”, Textos y contextos desde el sur 6, 3 (julio de 2018): 34.

25 Los estudios son numerosos, por ejemplo, los estudios de Stark, Hannam, Harrison, Harrison, citados en este artículo.

26 Peter Harrison, “The Reformation and the rise of science”, Religion & Ethics, acceso el 23 de febrero de 2020, https://www.abc.net.au/religion/the-reformation-and-the-rise-of-science/10095264.

27 Ibíd.

28 Francis Bacon en su Novum Organum (1621), un manifiesto para una nueva ciencia no aristotélica, afirma que después de la caída en el pecado los seres humanos perdieron tanto su capacidad de hacer lo bueno como su dominio de la naturaleza. Bacon creía que estas limitaciones se pueden parcialmente superar, lo primero por medio del cultivo de la religión y la fe, y lo segundo por medio de las artes y la religión. Por tanto, para Bacon y otros intelectuales protestantes, la historia de la caída en el pecado proporcionaba a los humanos una doble misión: por un lado, la restauración del orden moral por medio de la religión, y por otro, la restauración del dominio sobre la naturaleza por medio de la artes y las ciencias.

29 Harrison, The Reformation and the rise of science.

30 D. C. Lindberg y P. Harrison, “Science and religion around the world: historical perspectives” en Science and Religion Around the World, eds. J. H. Brooke y R. L. Numbers (Oxford: Oxford University Press, 2011), 67-91; David C. Lindberg y Ronald L. Numbers, “Beyond war and peace: a reappraisal of the encounter between Christianity and science”, Perspectives on Science and Christian Faith, 39, 3 (1987): 140-149.

32 Aaron Rosen, “Friends or foes? Art’s long, complicated relationship with religion”, CNN Style, acceso el 22 de enero de 2019, https://expansion.mx/estilo/2017/03/24/amigos-o-enemigos-la-larga-y-complicada-relacion-del-arte-con-la-religion (traducción propia).

33 Albert E. Elsen, Purposes of art (Nueva York: Holt, Rinehart y Winston, 1967), 74.

34 Alfonzo Rincón, “Experiencia de fe y creación musical”, Theologica Xaveriana 143 (2002): 463-464.

35 Ibíd., 465.

36 Olivier Messiaen, Music and color: conversations with Claude Samuel (Portland, OR: Amadeus Press, 1994), 261-62.

37 Maria Cizmic, Performing pain: music and trauma in Eastern Europe (Oxford: Oxford Univer sity Press, 2012), 134.

38 Aaron Rosen, Art and religion in the 21st Century (London: Thames & Hudson, 2015), 17.5.

39 Elizabeth-Jane McGuire, Ralph Vaughan Williams: Spiritual Vagabond. Society for the Arts in Spiritual and Theological Studies, acceso el 16 de febrero de 2020, https://www.societyarts.org/ralph-vaughan-williams-spiritual-vagabond.html.

40 Oxford Classical Dictionary, s. v. “infanticide” (traducción propia).

41Didaché 5, 2.

42 Schmidt, How Christianity changed the world, 62

43 Ibíd.

44 En sus Homilías sobre el libro de Romanos, Crisóstomo, el padre de la Iglesia del siglo cuarto, habló positivamente de Junia y la reconoció como un apóstol femenino excepcional.

45 Bernard Wyatt-Brown, “American Abolitionism and Religion”, Religion in American History, acceso el 14 de octubre de 2019, http://nationalhumanitiescenter.org/tserve/nineteen/nkeyin fo/amabrel.htm.

46 Brick Johnstone, Don Pil Yoon, Daniel Cohen, Laura H. Schopp, Guy McCormack, James Campbell, y Marian Smith, “Relationships among spirituality, religious practices, personali ty factors, and health for five different faith traditions”, Journal of Religion and Health 51, 4 (2012):1017-1041.

48 Hana Ayele, Thomas Mulligan, Sylvia Gheorghiu, y Carlos Reyes-Ortiz, “Religious activity im proves life satisfaction for some physicians and older patients”, Journal of the American Geriatrics Society 47, 4 (1999):453-455.

49 Max Weber, The Protestant ethic and the spirit of capitalism (London: Unwin, 1905, 1956), 3-12.

50 Luigi Guiso, Paola Sapienza, y Luigi Zingales, “People’s opium? Religion and economic attitu des”, Journal of Monetary Economics 50, 1 (2003): 225-282.

51 Pew Research Center, “Religion’s relationship to happiness, civic engagement and health around the world”, acceso el 14 de octubre de 2019, https://www.pewforum.org/2019/01/31/religions-relationship-to-happiness-civic-engagement-and-health-around-the-world/.

52 Christopher A. Lewis, John Maltby y Sue Burkinshaw, “Religion and happiness: Still no associa tion”, Journal of Beliefs and Values 21, 2 (2000): 233-236.

53 Christopher Alan Lewis y Sharon Mary Cruise, “Religion and happiness: Consensus, contradic tions, comments and concerns”, Mental Health, Religion and Culture 9, 2 (2006): 213.

54 Peter Medawar, Los límites de la ciencia (México: Fondo de Cultura Económica, 1988), 66.

55 Ortega y Gasset, “El origen deportivo del estado”, Citius, Altius Fortis 9, 1 (1967):259.

56 Alister McGrath, The Big Question. Why we can’t stop talking about science, faith and God (Nueva York: St. Martin’s Press, 2015), 8.

57 Ibíd., 9

58 C. S. Lewis, Essay collection (London: Harper Collins, 2002), 21.

59 Hitchens hizo esta afirmación en varios medios, incluso, en una conferencia pública graba da en video. Christopher Hitchens “I’m Absolutely Convinced That The Main Source of Hatred in the World is Religion”, video 0:07, acceso el 20 de febrero de 2020, http://www.misdebunking-christianity.com/2008/03/christopher-hitchens-im-absolutely.html

60 Frontier Centre for Public Policy, “A day in the intellectual glare of Hitchens”, acceso el 19 de mayo 2020, https://fcpp.org/2006/12/02/a-day-in-the-intellectual-glare-of-hitchens/.

61 Paul Chamberlain, Why people don’t believe. Confronting seven challenges to Christian faith (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2011), 172.

62 Rudolph J. Rummel, Death by Government (New Brunswick, NJ: Transaction Publishers, 1994), 9.

63 Harold G. Koenig, “Religion, Spirituality, and health: a review and update”, Advances in Mind- Body Medicine 29, 3 (2015):19-26.

64 R.F. Gillum, et al., “Frequency of Attendance at Religious Services and Mortality in a U.S. Na tional Cohort”, Annals of Epidemiology 18, 2 (2008):124-129.

65Pew Research Center: Religion & Public Life, “The Future of World Religions: Population Growth Projections, 2010 - 2050”, acceso el 14 de octubre de 2019, http://www.pewforum.org/2015/04/02/religious-projections-2010-2050/.


NOTAS

31 Anthony DeStefano, Inside the atheist mind (Nashville, TN: Thomas Nelson, 2018), 22.

47 Salvatore Giaquinto, Cristiana Spiridigliozzi, y Barbara Caracciolo, “Can faith protect from emotional distress after stroke?”, Stroke 38, 3 (2007): 993-997; Robert J. Taylor y Linda M. Chatters, “Church members as a source of informal social support”, Review of Religious Research 30, 2 (Dic 1988):193-203.


Recibido: 14 de Octubre de 2019; 

Aprobado: 26 de Febrero de 2020


Fuente:

http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1669-27212020000100087


Ver:


Richard Dawkins critica a «los creyentes no binarios» y es condenado por varias organizaciones.

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El conocido Ateo y biólogo Richard Dawkins 

critica a «los creyentes no binarios» 

(Publicación Católica)


En su última contribución, Dawkins coloca la teoría del género y a sus partidarios en el ámbito de creencias privadas, desafiando su validez científica.


3/02/24 5:43 PM

(KathPress/InfoCatólica)

En su contribución a la Plataforma X, el reconocido biólogo evolutivo y crítico de las creencias religiosas, Richard Dawkins, señala que los mamíferos exhiben una dicotomía de género.

Dawkins critica la fascinación de los creyentes no binarios por los intersexuales y aquellos incapaces de producir gametos, comparándolo con un intento desesperado de aferrarse a una tabla de salvación mientras se sumergen en las turbulentas aguas posmodernas. Esta observación de Dawkins no solo cuestiona la teoría del género, sino que también sitúa a sus partidarios, los «creyentes no binarios», en el ámbito de las convicciones privadas no respaldadas científicamente.

En sus propias palabras, él afirma: «Los mamíferos tienen dos sexos. (…) La forma en que los creyentes no binarios se obsesionan con los intersexuales y los individuos que no pueden producir gametos equivale a un patético agarrarse a un clavo ardiendo mientras se ahogan en las aguas residuales posmodernas». Con esta observación, Dawkins relega la teoría del género y a sus partidarios al ámbito de las convicciones privadas no científicas.

Después de todo, «en cualquier caso, la existencia de intersexuales es irrelevante para las afirmaciones transexualistas, ya que los transexuales no afirman ser intersexuales. Y del mismo modo, si importa, los humanos no son gusanos, caracoles o peces», afirma Dawkins.

Contexto previo: Aunque la perspectiva actual sobre la integración de género defiende la libertad de elección del sexo («transexualidad»), surge una complejidad en el caso de las personas intersexuales, quienes no pueden ser asignadas a uno de los dos géneros al nacer debido a la presencia de características sexuales tanto masculinas como femeninas.

Este fenómeno, que se manifiesta ocasionalmente tanto en el reino animal como en seres humanos, plantea interrogantes. El biólogo evolutivo Dawkins argumenta que esta condición médica no sugiere en modo alguno una posibilidad generalizada de transexualidad.

Fuente:

https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=48646

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Richard Dawkins sigue cuestionando si las mujeres trans son realmente mujeres


El biólogo evolutivo retomó este controvertido punto en una entrevista.


Richard Dawkins ha vuelto a cuestionar la definición de las mujeres trans como mujeres, afirmando su creencia de que "el sexo es bastante binario".

El biólogo evolutivo y autor franco fue despojado en abril de su premio al Humanista del Año de 1996 por establecer comparaciones entre las personas trans y la mujer blanca "identificada como negra" Rachel Dolezal.

Fue ampliamente condenado por esta toma de "mala fe" que equiparaba la raza con el género, uno de los muchos comentarios no solicitados que ha hecho sobre las personas trans a lo largo de los años.

Dawkins retomó este controvertido punto en una entrevista con The Sunday Times en la que caracterizó la raza como "una construcción humana mucho más importante" que el sexo.

"La raza es un espectro... El sexo, en cambio, es bastante binario", afirmó, ignorando la existencia de personas intersexuales, que representan hasta el 1,7% de la población.

Sin embargo, Richard Dawkins centró sus opiniones únicamente en las mujeres trans, recordando a la pionera historiadora y escritora de viajes trans Jan Morris, recientemente fallecida a los 94 años.

"Se sentía una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre", dijo Dawkins, "creo que es un fenómeno real. Lo comprendo.

"Pero cuando las personas trans insisten en que se diga que es una mujer, se redefine algo. Si defines a una mujer como un ser humano con un cariotipo XX, entonces no es una mujer. Si defines a una mujer como alguien que se identifica como mujer, que siente que es una mujer y que quizás se ha operado, entonces según esa definición es una mujer. Desde un punto de vista científico, no es una mujer. Desde un punto de vista personal, lo es".

Dawkins afirmó que estaría encantado de utilizar los pronombres correctos para las personas trans por una cuestión de "cortesía personal", pero no está de acuerdo con quienes insisten en ello.

"No me gusta la idea de que la gente pueda poner en la picota a alguien como [el profesor de derechas] Jordan Peterson por negarse a ser obligado a cambiar su lenguaje", dijo, y añadió que quienes lo hacen están "negando la realidad y es una herejía hacer algo distinto".

Richard Dawkins ha expresado comentarios similares en el pasado, tuiteando en 2015: "¿Es [una] mujer trans una mujer? Es puramente semántico. Si se define por los cromosomas, no. Si se define por la autoidentificación, sí. La llamo 'ella' por cortesía".

Tras ser criticado por comparar a las personas trans con Rachel Dolezal a principios de este año, trató de argumentar que la analogía era puramente "académica" y que no tenía "la intención de desprestigiar a las personas trans", pero la Asociación Humanista Americana retiró su premio de todos modos.

En un comunicado, la asociación dijo que "Richard Dawkins ha acumulado en los últimos años un historial de declaraciones que utilizan el disfraz del discurso científico para degradar a los grupos marginados, un enfoque antitético a los valores humanistas".

Fuentes:

https://www.cromosomax.com/richard-dawkins-sigue-cuestionando-si-las-mujeres-trans-son-realmente-mujeres

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Matonean a Richard Dawkins por decir que el sexo es binario


Miércoles, 3 de noviembre de 2021


Hace unos meses Richard Dawkins fue condenado por varias organizaciones ateas por la osadía de invitar a una conversación sobre los paralelos entre la identidad racial y la identidad de género, que en los rincones más podridos de la izquierda regresiva es algo equivalente al sacrilegio. Un auto de fe por blasfemia en toda regla.

Por estos días, Dawkins está promocionando su más reciente libro, Flights of Fancy, y como parte de la gira está siendo entrevistado por varios medios; una de esas entrevistas fue la que le concedió a The Times, en donde le preguntaron sobre estas recientes controversias — la entrevista se titula Richard Dawkins: "La raza es un espectro. El sexo es condenadamente binario"

Pues las criaturitas que viven de promover el odio contra Dawkins se dieron un festín de indignación y varios subidones de dopamina cuando de la entrevista se desprende que todo el matoneo del mundo no ha servido para cambiar la opinión del biólogo (por si el título no hubiera sido suficiente pista) — con este extracto ya estaban salivando:

Él recuerda haber leído el libro Conundrum, de 1974, de la historiadora Jan Morris, sobre la transición a mujer. "Ella se sentía una mujer atrapada en un cuerpo de hombre", dice Dawkins. "Creo que es un fenómeno real. Siento simpatía. Pero cuando las personas trans insisten en que se diga que ella es una mujer, se redefine algo. Si defines a una mujer como un humano portador del tipo XX, entonces ella no es una mujer. Si defines a una mujer como alguien que se identifica como mujer, se siente mujer y tal vez se ha operado, entonces según esa definición ella es una mujer. Desde un punto de vista científico, no es una mujer. Desde un punto de vista personal, lo es".

Y ya con eso los puritanitos empezaron la hoguera.

El mayor instigador de la pira fue el blogger Hemant Mehta, quien acusó a Dawkins de decir que las personas trans están mintiendo (?). Para rematar, Mehta dijo que el profesor de biología se equivocaba sobre la biología, y tan pancho porque no se molestó en ofrecer ninguna evidencia de por qué el científico se equivocaría en su campo.

Como expliqué en su momento, en los circulos ateos woke hay todo un género literario que gira alrededor de hacer la peor interpretación posible de las palabras de Richard Dawkins, sacarlo de contexto, y luego enviar turbas de indignaditos que no pueden leer por sí mismos contra el profesor británico. Dentro de este género hay una categoría especial, en la que Dawkins es matoneado por afirmar hechos demostrablemente ciertos. Bueno, pues el de que el sexo es binario se suma a esa cada vez más larga lista de verdades incómodas que los nuevos inquisidores no quieren aceptar ni que discutamos.

Mal que les pese, la mejor evidencia disponible (básicamente toda la disciplina de la Biología) apunta a que el sexo es binario, y no existe un solo estudio revisado por pares y publicado en revistas indexadas de amplia trayectoria y alto factor de impacto que ponga esa idea en tela de juicio.

Supongo que les tocará seguir intentando hacernos cambiar de opinión a punta de matoneo, cancelaciones y difamaciones rituales (mucha suerte con eso), porque no tienen de su lado lo único que nos haría cambiar de opinión: evidencia.

Fuente:

https://de-avanzada.blogspot.com/2021/11/richard-dawkins-sexo-binario.html

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Tres organizaciones ateas condenan

a Richard Dawkins 


Miércoles, 21 de abril de 2021


En estos momentos estoy preparando la segunda entrega de por qué la mal llamada Justicia Social arruinó el ateísmo — entre tanto nos ha llegado otro suceso que ilustra perfectamente el caso que he venido exponiendo.

Hace unos días, Richard Dawkins tuiteo esto:

En 2015, Rachel Dolezal, una presidente blanca de la NAACP [Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color], fue vilipendiada por identificarse como negra. Algunos hombres eligen identificarse como mujeres, y algunas mujeres eligen identificarse como hombres. Serás vilipendiado si niegas que son literalmente lo que se identifican. Discutan

Dawkins menciona el caso de Dolezal, quien genuinamente se identificaba como negra (y a simple vista, uno bien podría pensar eso) y estaba trabajando para mejorar las condiciones de las personas negras, y se ganó un escarnio público cuando se supo que sus padres eran blancos.

En 2017, la filósofa Rebecca Tuvel desarrolló el experimento mental de las similitudes entre alguien como Dolezal y una persona trans, y envió un paper en defensa del transracialismo al journal de filosofía feminista Hypatia, donde elaboraba esta línea de pensamiento. La respuesta de la Justicia Social no se hizo esperar: Tuvel fue matoneada y acosada, Hypatia retiró el paper, presentó disculpas y prometieron ser más rigurosos con los papers que aceptaban.

Evidentemente, trazar paralelos entre la identidad racial y la identidad de género no esta muy bien visto entre los círculos woke. Es claro que la raza no es lo mismo que el sexo, pero hay similitudes razonables entre lo que Dolezal experimentó (algo asi como una "disforia racial") y la disforia de género, ya que en ambos casos se produciría una disonancia cognitiva que causa dolor psicológico, y las personas no pueden elegir cómo se sienten al respecto. Cada una de estas disforias puede tener un origen diferente, como las causas hormonales en el caso transgénero y la disonancia cultural en el caso de Dolezal, pero en ambos se manifiesta como una profunda insatisfacción con la persona que uno es, y un deseo de asumir otra identidad. Cuando la persona es blanca, no puede operarse ni someterse a un tratamiento con hormonas e incrementadores de melanina (que no existen aparte de los rayos UVA) para asumir otra identidad racial.

Este tipo de cosas es lo que Dawkins estaba señalando, y lo que siempre lo ha caracterizado —y que le merece una no modesta cantidad admiración—: cuestionar afirmaciones aceptadas convencionalmente que a menudo entran en conflicto con nuestra comprensión científica del Universo. Él invitó a tener una conversación sobre un asunto importante y relevante, que tiene implicaciones de gran alcance, ya que parece que el modelo de autoidentificación de la identidad de género está ganando aceptación y podría ser integrado en varios ordenamientos jurídicos o ya lo está siendo por vía jurisprudencial. Si alguien fue un hombre ayer y dice ser una mujer hoy, ¿es así? Tenemos que poder hablar de estas cosas.

Pues al menos tres organizaciones ateas y unos cuantos activistas están en desacuerdo.

American Atheists respondió al tweet con un comunicado en el que pretenden vincular las palabras de Dawkins con los ataques y violencia contra la población trans (?). El comunicado fue respaldado por la Secular Coalition for America.

La American Humanist Association (AHA) quiso demostrar que su indignación era más grande así que publicaron su propio comunicado, donde acusan a Richard Dawkins de intentar "degradar grupos marginados" (??), de "atacar la identidad negra" (???) y de insinuar que las identidades trans son "fraudulentas" (????). También aprovecharon para anunciar que la Junta Directiva había votado por retirarle el premio Humanista del Año (1996) a Dawkins. Wow, retirar un premio otorgado hace 25 años — vaya, la Junta Directiva de la AHA sí que tiene claras sus prioridades.

El inexplicablemente popular blogger Hemant Mehta publico una entrada sobre el tema, titulada "Richard Dawkins sigue negando la humanidad básica de la poblacion trans" aunque en ninguna parte explica dónde se le negó la humanidad a los trans o a alguien más.

Cuando Dawkins cayó en cuenta que sus palabras estaban siendo distorsionadas para acusarlo de transfobia, tuiteó una especie de disculpa-aclaración que, por supuesto, no hizo sino enfurecer más a la turba — a diferencia del cristianismo, cuya doctrina tiene elementos sobre la importancia del perdón, la ideología woke usa las disculpas como munición para redoblar el matoneo. Para la muestra, Mehta respondio al segundo tweet diciendo que la disculpa no era sincera. Al parecer Hemant Mehta ahora también lee mentes.

Como venía diciendo, parece que las organizaciones ateas y humanistas anglosajonas le han dado la espalda a la heterodoxia y la libertad para debatir ideas, y equiparan esto con atacar a grupos de personas (e incluso con negarles su humanidad)

Creo que no habría salido igual si yo les hubiera pedido que probaran mi caso por mí. En fin, quod erat demostrandum!

Fuente:

https://de-avanzada.blogspot.com/2021/04/organizaciones-ateas.html


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De los 'Nuevos Ateos' a los 'Nuevos Teístas' para acabar con los 'Nuevos Cristianos'

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De los 'Nuevos Ateos' a los 'Nuevos Teístas' para acabar con los 'Nuevos Cristianos'


El problema es que, aunque la influencia social benéfica del cristianismo es real, no está claro que se puedan obtener sus ventajas sin una creencia real y personal


Jorge Soley

Madrid 10/02/2024

Actualizada 19:34


El inicio de nuestro siglo asistió a la eclosión mediática de lo que se denominó los 'Nuevos Ateos'. De repente el ateísmo volvía a ser el último grito y los llamados «cuatro jinetes del apocalipsis» - Sam Harris, Daniel C. Dennett, Richard Dawkins y Christopher Hitchens – eran el último grito, lo que había que leer, seguir y comentar con admiración para estar a la altura de los tiempos.

Y no es que brillaran por sus argumentaciones especialmente elaboradas, más bien sucedía lo contrario. Pero hablaban no sólo con seguridad, sino con agresividad, eran buenos oradores y polemistas, y lanzaban ideas superficiales pero eficaces en un momento en que el mundo vivía bajo el impacto de los atentados del 11 de septiembre de 2001 que destruyeron las Torres gemelas de Nueva York. El mensaje era sencillo y directo: la religión era la culpable, la creencia en Dios era la que ha provocado esta y muchas otras tragedias a lo largo de la historia. Sólo rechazando la idea de Dios y el fanatismo que conlleva irremisiblemente el mundo podrá vivir en paz, éste era el mensaje simplista y contrario a toda evidencia que lanzaban a los cuatro vientos y que consiguió captar la atención de tantísima gente.

El Nuevo Ateísmo consiguió una enorme repercusión y, en cierto sentido, lo que ellos pensaban que era un gran éxito. Por ejemplo, los Estados Unidos, considerado un país a salvo de la secularización que ha sacudido a Europa en las últimas décadas, asiste actualmente al declive de la creencia en Dios: los estadounidenses menores de 40 años son la primera generación en su historia en la que quienes se declaran cristianos son minoría.

Pero el Nuevo Ateísmo ha envejecido mal. Sus ideas simplistas y su mirada sesgada y selectiva para silenciar cualquier dato que pudiera poner en cuestión sus tesis han ido quedando cada vez más en evidencia. Como también ha resultado cada vez más manifiesto que los Nuevos Ateos, bajo una capa de brillantez y provocación, no estaban libres de arrogancia y fanatismo. De hecho, su actitud ante quienes se permitían dudar de algunas de sus afirmaciones, especialmente aquellos que venían de sus filas, recuerda poderosamente a las dinámicas propias de una secta, en la que Dawkins y sus compañeros más destacados ejercerían el papel de gurús todopoderosos. Probablemente un momento decisivo en el descrédito del Nuevo Ateísmo fue el rechazo de Dawkins a la propuesta de debatir con el filósofo de la religión William Lane Craig. Fueron muchos los que sospecharon que aquel rechazo estaba motivado por el temor de Dawkins a ver desmontados sus argumentos por un filósofo serio y, de este modo, quedar en evidencia que poco podía ofrecer más allá del eslogan de trazo grueso y la ridiculización más infantil.


En cualquier caso, como hemos señalado antes, los Nuevos Ateos consiguieron, al menos parcialmente, aquello por lo que luchaban y es un hecho que, en Occidente, en las generaciones más jóvenes la creencia en la existencia de Dios no ha dejado de disminuir. Con los resultados previsibles para quien analice la realidad sin sesgos. El efecto atomizador del secularismo es uno de los factores clave en la polarización extrema que se extiende por todo Occidente, y tampoco se entiende la plaga de drogadicción, alcoholismo y los denominados «suicidios por desesperación» que no deja de crecer. Tampoco es casualidad que estos supuestos adalides de la libertad frente al fanatismo religioso hayan sido colaboradores en la emergencia de una nueva intolerancia woke mucho más extrema que la que decían combatir y que incluso los ha convertido en víctimas de las dinámicas canceladoras. De hecho, muchos entusiastas seguidores del Nuevo Ateísmo han constatado la incapacidad del mismo para hacer frente a las amenazas reales que afrontamos en la tercera década del siglo, desde el wokismo al islamismo yihadista. Es el caso de Ayaan Hirsi Ali, antaño parte del grupo de amigos «nuevos ateos» y que ahora se declara cristiana.

A medida que el Nuevo Ateísmo iba declinando fueron proliferando numerosos estudios sociológicos que señalan los beneficios de la religión, tanto como creencia como contemplada como un conjunto de prácticas, para numerosos aspectos de la vida: desde un sano crecimiento en la infancia hasta el aumento del capital social, pasando por la percepción de felicidad individual y también como factor decisivo a la hora de reducir la ansiedad, una de las principales causas de la actual «epidemia de salud mental».

En un escenario de desencanto con el Nuevo Ateísmo y de constatación de todas sus limitaciones, aporías e incapacidad para construir un mundo mejor, unido a una mayor atención a lo que nos enseña la historia, la antropología y las ciencias sociales, ha ido apareciendo una constelación de influyentes autores que algunos ya etiquetan bajo el título de «Nuevos Teístas». Muchos de ellos no afirman la existencia de Dios, algo en lo que prefieren no entrar, sino que sus argumentos se centran en la utilidad social de la religión. Es un hecho que, hasta la nuestra, no ha existido sociedad sin religión (y la actual muestra innegables signos de agotamiento) y, argumentan con datos difíciles de rebatir, el cristianismo es el responsable de que Occidente haya tenido un éxito único en la historia de la humanidad.

Uno de los primeros «nuevos teístas» fue Jonathan Haidt, un psicólogo evolutivo que expone cómo la religión tiene un potente papel para alcanzar una cierta y necesaria cohesión social. Al contrario del eslogan que Christopher Hitchens no se cansaba de repetir de que «la religión lo envenena todo», Haidt explica que es justo lo contrario: la religión es aquello que lo une todo, que nos permite ir en paz, superando el conflicto latente que sólo espera su oportunidad para aflorar de nuevo en cualquier sociedad.

Pero tal vez el más influyente de los nuevos teístas sea el historiador Tom Holland, cuyo libro superventas Dominion, narra, en sus propias palabras, «la fascinante historia de cómo la revolución cristiana cambió el mundo». Holland argumenta que «el impacto de la religión cristiana ha dejado huella en todos los campos del desarrollo humano», un impacto del que no somos a menudo conscientes y que ha hecho de nuestro mundo un lugar infinitamente mejor para vivir que el que nos ofrecen otras alternativas. No es casualidad que Hirsi Ali citara a Holland en su «salida del armario» cristiana.

El problema es que, aunque la influencia social benéfica del cristianismo es real, no está claro que se puedan obtener sus ventajas sin una creencia real y personal en la verdad de éste. Como sostiene Haidt, si millones de personas volvieran a ir a la iglesia, sin importar lo que sintieran en su interior, es casi seguro que obtendrían enormes beneficios tanto sociales como psicológicos. Pero el cristianismo no es un método de armonización social ni una guía para conseguir la felicidad con facilidad; es mucho más: como proclamó Juan Pablo II, «el cristianismo es una persona, una presencia, un rostro: Jesús, que da sentido y plenitud a la vida del hombre». Es por ello que uno puede legítimamente preguntarse si esta valoración positiva de la influencia de la religión, y más en concreto, del cristianismo, con independencia de su verdad, es suficiente; más aún, ¿puede servir para sostener con vida una civilización? ¿No serán los Nuevos Teístas, a pesar de lo acertado de sus reflexiones, como quienes, en la Antigua Roma, defendían por sus consecuencias para el orden social el culto a unos dioses en los que ya no creían? Con escaso éxito, por cierto.

No es de extrañar pues que sean cada vez más los que vean el Nuevo Teísmo como un movimiento importante y en la buena dirección… pero insuficiente. Son personas que quedaron inicialmente fascinadas por el Nuevo Ateísmo, lo que les hizo salir de la posición de indiferencia ante la cuestión de Dios que se tiene casi por defecto en el Occidente en que vivimos. La virulenta negación de la existencia de Dios hizo que se plantearan la cuestión a fondo, que analizaran los argumentos a favor y en contra, y a medida que iban estudiando iban descubriendo que su posición atea contenía errores imposibles de ocultar. El Nuevo Ateísmo empezó a verse más como un ídolo caído que como una teoría liberadora y sin fisuras. Los Nuevos Ateos, al llevar la cuestión de Dios a un primer plano y entusiasmar con sus argumentos a muchos, inadvertidamente les había puesto tras una pista que acabaría llevándoles no sólo hasta un teísmo agnóstico, sino hasta la fe cristiana. Doce de ellos lo explican en una obra colectiva recientemente publicada coordinada por Alister McGrath, Coming to Faith Through Dawkins: 12 Essays on the Pathway from New Atheism to Christianity (Llegando a la fe a través de Dawkins: 12 ensayos sobre el camino del nuevo ateísmo al cristianismo).

El libro recoge testimonios de personas para quienes Richard Dawkins y los Nuevos Ateos fueron decisivos en su camino de descubrimiento y conversión al cristianismo. Se trata de doce hombres y mujeres de cinco países diferentes y de profesiones muy variadas (filósofos, artistas, historiadores, ingenieros, científicos, etc.) que explican sus trayectos del ateísmo a la fe tras desilusionarse con un Nuevo Ateísmo que ya no podía disimular sus falacias. Una conclusión inesperada y en cierto sentido paradójica que vuelve a confirmar que los planes de Dios suelen pillarnos por sorpresa. Diversos comentaristas han puesto de relieve que este libro supone una pesadilla para Dawkins, convertido contra sus deseos en «evangelizador», pero quizás sería más apropiado regocijarnos, con una sonrisa en los labios, ante la imprevista constatación del fino sentido del humor de Dios.


Fuente:

https://www.eldebate.com/cultura/20240210/nuevos-ateos-nuevos-teistas-acabar-nuevos-cristianos_173472.html

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"Creer es más fácil que pensar. 
He ahí la razón de que haya más creyentes"
Albert Einstein 




La Tragedia de los Andes, Nando Parrado y Dios.

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Creo que de todos es conocido la catástrofe que ocurrió en la cordillera de los Andes en Octubre de 1972 cuando un avión de la fuerza aérea Uruguaya que hacía un vuelo chárter se estrelló contra la montaña comenzando así el llamado "Milagro de los Andes".

De Montevideo partieron 45 personas y solo sobrevivieron 16. Estuvieron 72 días en las condiciones mas extremas intentando sobrevivir al hambre, las bajas temperaturas y la constante desesperación viéndose obligados a practicar la antropofagia para sobrevivir. Tres miembros de la tripulación y diez pasajeros murieron por el impacto y cuatro personas fallecieron durante la primera noche debido a las gélidas temperaturas y a sus graves heridas. En las semanas posteriores fallecieron doce más, entre ellos ocho por un alud de nieve. El 12 de diciembre Nando Parrado y Roberto Canessa escalaron sin equipo un pico montañoso de 4650 m sobre el nivel del mar y descendieron hacia Chile, donde se encontraron con el arriero Sergio Catalán que posibilitó su rescate el 21 de diciembre tras recorrer unos 60 km.

Es sin duda una gran historia de supervivencia, determinación y unas enormes ganas de vivir. Se han dedicado muchos libros, documentales y películas sobre el hecho, incluida la película “La Sociedad de la nieve” basada en el libro del mismo nombre escrito por Pablo Vierci y que fue nominada a 2 premios Oscar en 2024.

Otro de los libros que trata sobre el tema es “El Milagro de los Andes” escrito por el mismísimo Nando Parrado y que fue publicado en 2006; donde Parrado relata sus experiencias y sufrimientos durante la tragedia y la posterior odisea del rescate. Hay que recordar que Nando fue uno de los mas afectados durante el siniestro. Después del impacto quedó prácticamente en coma, con fractura craneal y dado casi por muerto la primera noche. Por suerte el frio hizo que el sangrado y el edema fueran mínimos y pocos días después fue saliendo del coma en que estaba sumido para enterarse que su madre y su mejor amigo habían muerto con el impacto y que su hermana estaba gravemente herida y que moriría poco después. Por estos lamentables sucesos Nando era el principal interesado en salir de ese sitio caminando a través de las montañas hacia el oeste buscando Chile. Para eso debía recuperarse de sus heridas, fortalecerse, entrenar y esperar que mejorase algo el tiempo y salir en busca de una mínima esperanza de salvación. Tanto el como Roberto Canessa logran el objetivo de atravesar los andes y conseguir ayuda para rescatar a sus compañeros.

He tenido la suerte de leer casi todos los libros sobre el suceso (admito que tengo cierto morbo sobre el asunto) y sin duda el libro de Nando es uno de los mejores. Hago referencia al mismo en esta publicación porque en numerosas situaciones Nando reflexiona mucho sobre el accidente, la muerte y Dios. ¿Por qué un Dios bueno y amoroso permitiría la muerte de tantos inocentes? ¿Por qué permitió tanto sufrimiento? ¿Dónde está el amor de Dios entonces?

A continuación me permito colocar varios pasajes del libro donde se reflexiona sobre todo esto y nos damos cuenta no solo de lo horrible y difícil que fue la situación que debieron confrontar los afectados por la catástrofe sino también esa constante reflexión espiritual y el consecuente cuestionamiento divino.

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Arturo Nogueira sobrevivió al accidente aéreo, si bien quedó gravemente herido de las dos piernas, que estaban quebradas. No podía caminar, y tuvo que instalarse en las hamacas que confeccionó Roberto Canessa para que los heridos pudieran estar más confortables (aunque no pudiesen beneficiarse del calor humano que desprendía el grupo). Se le daban bien los mapas, y como no podía apenas moverse, asumió el papel de cartógrafo. Pasó horas intentando descifrar las cartas de vuelo que encontraron en la cabina de los pilotos. Su estado de salud se fue deteriorando con el transcurrir del tiempo.


Por otro lado, Arturo era un muchacho más tranquilo y serio. Era compañero de equipo, el apertura participante en los XV Old Christians First y, aunque no había tenido un estrecho contacto con él antes del accidente, el coraje con el que aguantó su sufrimiento me acercó a él. Al igual que Rafael, Arturo debería haber estado ingresado en una unidad de cuidados intensivos, con especialistas que le atendieran las veinticuatro horas. Sin embargo, estaba en los Andes, balanceándose en una hamaca improvisada, sin antibióticos ni analgésicos, y con los únicos cuidados de dos estudiantes de primer año de Medicina y un grupo de muchachos inexpertos. Pedro Algorta, otro de los aficionados del equipo, era muy allegado a Arturo y se pasaba muchas horas con su amigo, llevándole comida y agua e intentando que no pensara en su dolor. El resto de nosotros también nos turnábamos para sentarnos con él, al igual que hicimos con Rafael. Yo siempre tenía ganas de conversar con Arturo. Al principio hablábamos principalmente de rugby. Patear el balón es una parte importante del juego, ya que un buen disparo puede cambiar el marcador de un partido, y Arturo era el pateador más fuerte y preciso de nuestro equipo. Solía recordarle las fabulosas jugadas que había hecho en momentos clave de nuestros partidos y le preguntaba cómo había podido chutar el balón enviándolo tan lejos y con tanta precisión. Creo que Arturo disfrutaba con estas conversaciones. Le enorgullecía ser buen pateador y a menudo se ofrecía a enseñarme su técnica mientras yacía en la hamaca. A veces se olvidaba de su situación e intentaba demostrarme cómo pateaba con una de sus destrozadas piernas, lo cual le hacía encogerse de dolor y nos recordaba a ambos dónde estábamos.

Sin embargo, a medida que fui conociendo a Arturo, nuestros temas de conversación pasaron del deporte a cuestiones más profundas. Arturo era diferente del resto. Era sobre todo un socialista apasionado y su opinión inflexible sobre el capitalismo y la búsqueda de la riqueza personal lo convertía en una especie de excéntrico en medio del mundo de opulencia y privilegios en el que la mayoría de nosotros nos habíamos criado. Algunos de los chicos creían que su socialismo era pura fachada y que llevaba ropa andrajosa y leía a Marx sólo para llevar la contraria. Arturo no era fácil de tratar, es cierto. Podía tener opiniones punzantes y estridentes, lo cual irritaba a muchos de los chicos, pero conforme le iba entendiendo un poco, empecé a admirar su filosofía. No fue su opinión política lo que me atrajo, dado que a esa edad apenas tenía ideas políticas en la mente. Lo que me fascinaba de Arturo era la seriedad con la que vivía la vida y la intensa pasión con la que había aprendido a pensar por sí mismo. Le importaban las cosas relevantes, como la igualdad, la justicia, la compasión y la equidad. No le asustaba cuestionar cualquiera de las normas de la sociedad convencional ni condenar nuestro sistema de gobierno y de economía, que creía que servía a los poderosos a costa de los débiles.

Las firmes opiniones de Arturo molestaban a muchos y a menudo se enraizaban en airadas disputas por la noche sobre la historia, la política o los temas de actualidad. Sin embargo, yo siempre quería escuchar lo que Arturo tenía que decir, me intrigaban especialmente sus ideas sobre la religión. Al igual que la mayoría de los supervivientes, me había criado en un entorno católico convencional y, aunque no era lo que se dice un practicante devoto, nunca dudé de las enseñanzas fundamentales de la Iglesia. Hablar con Arturo me obligó a enfrentarme a mis creencias religiosas y a evaluar principios y valores que nunca había puesto en tela de juicio.

¿Cómo puedes estar tan seguro de que todos los libros sagrados del mundo, aquéllos en los que te enseñaron a creer, son la única palabra auténtica de Dios? —solía preguntar—. ¿Cómo sabes que tu idea de Dios es la única cierta? Somos un país católico porque llegaron los conquistadores españoles y sometieron a los aborígenes, reemplazando el Dios de los aborígenes por Jesucristo. Si los musulmanes hubieran conquistado América del Sur, todos rezaríamos a Mahoma en vez de a Jesús.

Las ideas de Arturo me perturbaban pero, a pesar de su tajante forma de pensar y de todo su escepticismo religioso, también me fascinaba comprobar que era una persona muy espiritual. En cuanto percibió mi ira hacia Dios me instó a no darle la espalda por nuestro sufrimiento.

¿Qué bien nos hace Dios? —respondí—. ¿Dejaría que mi madre y mi hermana murieran de un modo tan insensato? Si nos ama tanto, ¿por qué nos deja aquí para que suframos?

Estás furioso con el Dios en el que te enseñaron a creer de pequeño —contestó Arturo—. El Dios que se supone que te cuida y te protege, que responde a tus plegarias y perdona tus pecados. Ese Dios es sólo una leyenda. Las religiones intentan capturar a Dios, pero Dios está más allá de la religión. El verdadero Dios reside más allá de nuestro entendimiento. No podemos entender Su voluntad; es algo que no se puede explicar en un libro. Ni nos abandonó ni vendrá a salvarnos. Él no tiene nada que ver con el hecho de que estemos aquí. Dios no cambia; simplemente es. Yo no rezo a Dios para que me perdone o me haga favores, sino que sólo le rezo para estar más cerca de él y, cuando lo hago, el corazón se me llena de amor. Cuando rezo de esta forma, sé que Dios es, sin duda, amor. Al sentir ese amor recuerdo que no necesitamos ni ángeles ni cielo, porque todos formamos parte de Dios.

Negué con la cabeza.

Tengo tantas dudas… —dije—. Creo que me he ganado el derecho a dudar.

Confía en tus dudas —respondió Arturo—. Si tienes agallas para dudar de Dios y de cuestionar todo lo que te han enseñado sobre Él, entonces seguro que lo encontrarás. Está cerca de nosotros, Nando. Lo noto a nuestro alrededor. Abre los ojos y también lo verás.

Miré a Arturo, ese joven y apasionado socialista tumbado en una hamaca con las piernas rotas como palos y los ojos brillantes de fe y coraje, y sentí de repente un gran afecto por él. Sus palabras me conmovieron profundamente. ¿Cómo podía un muchacho tan joven conocerse tan bien? Hablar con Arturo me llevó a asumir que nunca me había tomado mi propia vida en serio. Había dado muchas cosas por sentado, gastando mis energías en chicas, automóviles y fiestas y dejándome llevar por la vida de un modo improvisado. Al fin y al cabo, ¿había prisa? Todo seguiría allí mañana, así que ya me preocuparía. Siempre había un mañana…

Me reí con tristeza para mis adentros, reflexionando: «Si hay un Dios y ese Dios quería que le prestara atención, sin duda la tiene ahora». Me incliné hacia delante y coloqué el brazo y el hombro a lo ancho del pecho de Arturo para hacerle entrar en calor. Mientras escuchaba su respiración rítmica y notaba a veces cómo se le tensaba el cuerpo por el dolor, me dije: «Éste es un hombre de verdad»

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Liliana de Methol estaba casada con Javier Methol (con el que viajaba a Chile para celebrar su 12º aniversario de bodas). Tenían 4 hijos. Era la única mujer sobreviviente después de la muerte de la hermana de Nando. Liliana fue uno de los sobrevivientes que más resistencia opuso a alimentarse de los fallecidos. Finalmente accedió cuando supieron que se suspendían las tareas de búsqueda, ante el deseo de volver a abrazar a sus hijos.


Al cabo de un rato, Javier intentó dormir y Liliana se giró hacia mí.

¿Cómo tienes la cabeza, Nando? —preguntó—. ¿Te sigue doliendo?

Sólo un poco —respondí

Deberías descansar más.

Me alegra que hayas decidido comer —le dije.

Quiero ver a mis hijos —contestó—. Y si no como, moriré. Lo hago por ellos.

¿Cómo está Javier?

Todavía está muy enfermo —dijo suspirando—. Rezo con él a menudo. Está seguro de que Dios nos dará una oportunidad.

¿Tú crees? —pregunté—. ¿Crees que Dios nos ayudará? Estoy muy confundido. Tengo demasiadas dudas.

Dios ya nos ha salvado —afirmó—. Debemos confiar en Él.

Pero ¿por qué iba a salvarnos Dios y dejar morir a los demás? Mi madre, mi hermana, Panchito, Guido, ¿no querían que Dios les salvara?

No hay forma de entender a Dios ni su lógica —contestó ella.

Entonces, ¿por qué deberíamos confiar en Él? —pregunté—. ¿Y qué hay de todos los judíos que murieron en los campos de concentración? ¿Y qué hay de todos los inocentes que han muerto en pestes y purgas y catástrofes naturales? ¿Por qué les daría la espalda y en cambio encontraría tiempo para nosotros?

Liliana suspiró, y noté su cálido aliento en mi rostro.

Te estás complicando demasiado —dijo con voz dulce—. Lo único que podemos hacer es amar a Dios y amar al prójimo y confiar en la voluntad divina.

Las palabras de Liliana no me convencieron, pero su calidez y bondad me consolaron. Traté de imaginar cuánto añoraba a sus hijos y recé por que pudieran volver a estar juntos. Entonces cerré los ojos y me sumí como siempre en un ligero sopor.

Dormité durante un rato, quizá media hora, y entonces me desperté, asustado y desorientado, cuando una enorme y pesada fuerza me golpeó el pecho. Algo iba muy mal. Noté una sensación húmeda y gélida contra el rostro y un peso aplastante se cernió sobre mí con tanta fuerza que me hizo expulsar todo el aire del pecho. Tras un momento de confusión, entendí lo que había pasado: un alud se había deslizado por la montaña y había llenado de nieve el fuselaje. Hubo un momento de completo silencio y entonces oí un lento y húmedo crujido; la nieve se asentó por su propio peso y me envolvió como si fuera una piedra. Traté de moverme, pero sentía como si tuviera el cuerpo encajonado en un bloque de cemento y ni siquiera podía mover un dedo. Pude respirar unas cuantas veces de un modo superficial, pero pronto la nieve me llenó la boca y las fosas nasales, y me empecé a asfixiar. Al principio, la presión en el pecho era insoportable pero, a medida que mi conciencia se desvanecía, dejé de notar las molestias. Mi mente se calmó y cobró lucidez. «Voy a morir —me dije—. Ahora veré lo que hay al otro lado». No sentí ninguna emoción fuerte. No intenté gritar ni luchar. Me limité a esperar y, cuando acepté mi impotencia, me sobrecogió una sensación de paz. Esperé pacientemente a que acabara mi vida. No había ángeles, ni revelaciones, ni un largo túnel que llevara hacia una dorada luz llena de amor. En vez de eso, sólo sentí el mismo silencio oscuro en el que me había sumido cuando el Fairchild chocó contra la montaña. Me dejé arrastrar por el silencio. Dejé que mi resistencia se desvaneciera. Era el final. Ya no habría más miedo. Ya no habría más lucha. Sólo un silencio insondable, y descanso.

Entonces una mano me quitó la nieve de la cara y me vi arrastrado violentamente de nuevo al mundo de los vivos. Alguien había cavado un estrecho pozo de varios centímetros para llegar hasta mí. Escupí la nieve de la boca y me metí una bocanada de aire frío en los pulmones, aunque el peso que todavía presionaba mi pecho me hacía difícil respirar correctamente.

Oí la voz de Carlitos por encima de mí.

¿Quién es? —gritó.

Yo —farfullé—. Nando.

Entonces me dejó. Oí caos por encima de mí, voces que gritaban y sollozaban.

¡Excavad en busca de caras! —vociferó alguien—. ¡Dejadles respirar!

¡Coco! ¿Dónde está Coco?

¡Aquí! ¡Ayudadme!

¿Alguien ha visto a Marcelo?

¿Cuántos hay? ¿Quién falta?

¡Que alguien cuente!

Entonces escuché la voz de Javier gritando histérico:

¿Liliana? ¿Liliana? ¡Ayudadla! ¡Aguanta, Liliana! ¡Oh, por favor, daos prisa, encontradla!

El caos duró tan sólo unos minutos, después pude levantarme de entre la nieve. El oscuro fuselaje se iluminó tenuemente con la llama del mechero que sujetaba Pancho Delgado. Los otros chicos se levantaban de la nieve como zombis saliendo de sus tumbas. Javier estaba arrodillado a mi lado, con Liliana en sus brazos. Por la languidez con la que le colgaban los brazos y la cabeza supe que estaba muerta. Negué con la cabeza, incrédulo, mientras Javier empezó a sollozar.

No. No —dije con voz apagada, como si pudiera discutir con lo que acababa de pasar. Como si pudiera negarme a permitir que fuera real.

Eché un vistazo a quienes estaban de pie a mi alrededor. Algunos estaban llorando, otros consolando a Javier, otros con la mirada perdida en las sombras y con una expresión de aturdimiento. Durante un instante nadie habló pero, una vez recuperados de la conmoción, los demás me contaron lo que habían visto.

Empezó con un lejano estruendo en la montaña. Roy Harley oyó el ruido y se puso de pie de un salto. A los pocos segundos, el alud arrasó la pared artificial construida en la parte de atrás del fuselaje, enterrándole hasta las caderas. Roy vio con horror cómo a todos los que estábamos durmiendo en el suelo nos había sepultado la nieve. Aterrado de pensar que todos nosotros estábamos muertos y de que estaba solo en la montaña, Roy empezó a excavar. Pronto destapó a Carlitos, Fito y Roberto. A medida que se iba destapando a los muchachos, éstos empezaban también a escarbar. Rebuscaron por la superficie de la nieve, tratando de encontrar frenéticamente a nuestros amigos enterrados pero, a pesar de todos sus esfuerzos, no fueron lo suficientemente rápidos como para salvarnos a todos. Tuvimos muchas pérdidas. Marcelo había muerto, así como Enrique Platero, Coco Nicholich y Daniel Maspons. Carlos Roque, el mecánico del Fairchild, y Juan Carlos Menéndez habían fallecido bajo la pared caída. Diego Storm, que al tercer día de la tragedia me había salvado la vida arrastrándome hacia el cálido interior del fuselaje mientras yo seguía en coma, se había asfixiado bajo la nieve. Y Liliana, que hacía tan sólounos minutos me había dedicado unas amables palabras de consuelo, también se había ido. Gustavo había ayudado a Javier a excavar en su busca, pero había pasado demasiado tiempo y, cuando la encontraron, ya estaba muerta.

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Numa Turcatti Numa no formaba parte del equipo de rugby Old Christians. No pertenecía al barrio de Carrasco y tampoco había estudiado en el Colegio Stella Maris, sino que se había formado en el Colegio Seminario. por lo que apenas conocía a la mayoría de pasajeros del vuelo Fairchild 571. Viajaba por invitación de su amigo Gastón Costemalle.


Pero a otros, como Numa y Coche, que hasta en las mejores circunstancias apenas podían ingerir carne humana, no pudieron convencerles de que comieran. Me preocupaba especialmente la terquedad de Numa. Era un expedicionario, una gran fuente de fortaleza para mí, y no me gustaba la idea de enfrentarme a las montañas sin él.

Numa —le dije—, tienes que comer. Necesitamos que estés con nosotros cuando caminemos por las montañas. Debes ponerte fuerte.

Numa hizo una mueca y negó con la cabeza.

Apenas podía tragarme la carne antes —respondió—. No podría soportar comérmela así.

Piensa en tu familia —le ordené—. Si quieres volver a verles, debes comer.

Lo siento, Nando —se disculpó, apartándose de mí—. No puedo.

Sabía que tras el rechazo de Numa había más que la mera sensación de repulsa. De alguna manera ya había tenido suficiente, y su negativa a comer era una forma de rebelarse contra la ineludible pesadilla en la que se habían convertido nuestras vidas. Yo sentía lo mismo. ¿Quién podía sobrevivir a tal letanía de situaciones espantosas como nos habían obligado a soportar? ¿Qué habíamos hecho para merecer tanta desdicha? ¿Cuál era el sentido de nuestro sufrimiento? ¿Nuestras vidas tenían algún valor? ¿Qué clase de Dios podía ser tan cruel? Estas preguntas me asediaban a cada momento, pero de alguna manera entendía que pensar de esa forma era peligroso, pues no llevaba más que a una ira impotente que se agriaba rápidamente y se convertía en apatía. En ese lugar, apatía equivalía a muerte, de modo que aparté a la fuerza esas preguntas de mi mente evocando los recuerdos de mi familia en casa.

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Carlos Páez era el más joven de todos los supervivientes; tan solo tenía 18 años cuando se estrelló el avión (cumplió 19 en la cordillera).


31 de octubre, nuestro tercer día sepultados por el alud, Carlitos cumplía diecinueve años. Esa noche, tumbado junto a él en el fuselaje, le prometí que celebraríamos su cumpleaños cuando regresáramos a casa.

Mi cumpleaños es el nueve de diciembre —le dije—. Iremos todos a la casa de mis padres en Punta del Este y celebraremos todos los cumpleaños que no hemos podido celebrar aquí.

Hablando de cumpleaños —contestó—, mañana es el cumpleaños de mi padre y también el de mi hermana. He estado pensando en ellos y ahora estoy seguro de que les volveré a ver. Dios me ha salvado del accidente y del alud. Debe de querer que sobreviva y regrese con mi familia.

Yo no sé qué pensar ya de Dios —dije.

Pero ¿no notas lo cerca que está de nosotros? —preguntó—. Yo noto Su fuerte presencia aquí. Mira lo apacible que es la montaña, lo hermosa que es. Dios está aquí, y cuando noto Su presencia, sé que todo nos irá bien.

Como Carlitos, yo había visto la belleza de las montañas, pero para mí era una belleza letal y nosotros éramos la imperfección que la montaña quería borrar. Me preguntaba si Carlitos entendía realmente el problema que teníamos. Aun así le admiraba por el coraje de su optimismo.

Eres fuerte, Nando —dijo—. Lo lograrás. Encontrarás ayuda.

No contesté. Carlitos empezó a rezar.

Feliz cumpleaños, Carlitos —susurré, y entonces traté de dormir

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Arturo Nogueira agonizaba por las heridas de las piernas.


Arturo, por otra parte, se había vuelto aún más tranquilo e introspectivo de lo habitual, y cuando ahora me sentaba con él, notaba que se aproximaba el final de su lucha.

¿Qué tal estás, Arturo?

Tengo mucho frío, Nando —contestaba—. No me duele mucho. Ya no siento las piernas. Me cuesta respirar. —Su voz se debilitaba y se volvía aguda, pero los ojos le brillaban cuando se acercó a mí y me habló con una tierna premura—. Sé que me estoy acercando a Dios. A veces noto Su presencia muy cerca de mí. Puedo sentir Su amor, Nando. Hay tanto amor que me dan ganas de llorar.

Intenta aguantar, Arturo.

No creo que me quede mucho —dijo—. Siento que me empuja hacia Él. Pronto conoceré a Dios y entonces tendré las respuestas a todas tus preguntas.

¿Quieres que te traiga agua, Arturo?

Nando, quiero que recuerdes, incluso en este lugar, que nuestras vidas tienen sentido. Nuestro sufrimiento no es en vano. Incluso si nos quedamos aquí atrapados para siempre, podemos amar a nuestras familias y a Dios y a los demás mientras vivamos. Incluso en este lugar, vale la pena vivir la vida.

El rostro de Arturo se iluminó con una intensidad serena al decir eso. Yo seguí en silencio, por miedo a que se me quebrase la voz si intentaba hablar.

Dile a mi familia que la quiero, ¿vale? Eso es lo único que me importa ahora.

Se lo dirás tú mismo —contesté.

Arturo se rió de la mentira.

Estoy preparado, Nando —continuó—. Ya me he confesado con Dios. Mi alma está limpia. Moriré libre de pecado

Pero ¿qué significa esto? —me reí—. Creí que no creías en el tipo de Dios que perdona los pecados.

Arturo me miró y logró hacer una ligera mueca de humildad.

En un momento como éste —dijo— parece sabio cubrir todas las posibilidades.

Durante la primera semana de noviembre, Arturo se debilitó y se volvió cada vez más distante. Su mejor amigo, Pedro Algorta, se quedó junto a él en todo momento, llevándole agua, abrigándole para que no pasara frío y rezando con él. Una noche, Arturo empezó a lloriquear. Cuando Pedro le preguntó que por qué sollozaba, Arturo contestó, con una mirada abstraída:

Porque estoy muy cerca de Dios.

Al día siguiente, Arturo empezó a tener una fiebre muy alta. Estuvo delirando durante cuarenta y ocho horas, alternando la consciencia y la inconsciencia. En su última noche lo ayudamos a bajar de la hamaca para que pudiera dormir junto a Pedro y, antes de que amaneciera, Arturo Nogueira, uno de los hombres más valientes que he conocido, fallecía en silencio en brazos de su mejor amigo.

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En los años que han transcurrido desde la tragedia, a menudo he pensado en mi amigo Arturo Nogueira y las conversaciones sobre Dios que mantuvimos en la montaña. Muchos de los supervivientes afirman que sentían que Dios estaba presente allí. Creen que Él, en su misericordia, nos permitió sobrevivir en respuesta a nuestras plegarias y están seguros de que fue Su mano la que nos llevó a casa. Respeto profundamente la fe de mis amigos pero, para ser honesto, por mucho que recé para que sucediera un milagro en los Andes, nunca noté la presencia de Dios. Como mínimo, no veía a Dios como la mayoría de la gente lo veía. Sí que sentía que había algo más grande que yo, algo en las montañas, en los glaciares y en el radiante cielo que, en contadas ocasiones, me reconfortaba y me hacía sentir que el mundo no era un caos y que en él reinaba el amor y el bien. Si éste era Dios, no era Dios como ser, espíritu o mente omnipotente y sobrehumana; no era un Dios que eligiera salvarnos o abandonarnos, ni cambiarnos de alguna manera. Simplemente era un silencio, una plenitud y una simplicidad que inspiraban respeto que parecía llegar a mí a través de mis propios sentimientos de amor. De hecho, a menudo he pensado que, cuando sentimos lo que llamamos amor, en realidad estamos sintiendo nuestro vínculo con esa imponente presencia. Aún la puedo notar cuando mi mente se relaja y presto realmente atención. Mi intención no es comprender qué es o qué quiere de mí, de verdad que no quiero entender ese tipo de cosas. No me interesa ningún Dios que pueda ser comprendido, que nos hable desde un libro sagrado o de cualquier otro modo y que juegue con nuestras vidas con arreglo a un plan divino, como si fuéramos personajes de una obra de teatro. ¿Cómo puedo encontrar sentido a un Dios que pone una religión por encima del resto, que responde a una plegaria y hace caso omiso de otra, que envía a dieciséis jóvenes de regreso a casa y deja a los veintinueve restantes muertos en la montaña?

Hubo una época en la que quería conocer a ese Dios, pero ahora me doy cuenta de que lo que quería realmente era la comodidad de la certeza, saber que mi Dios era el auténtico Dios y que al final me recompensaría por mi lealtad. Ahora soy consciente de que es imposible estar seguro de algo, tanto de Dios como de cualquier otra cosa. He perdido la necesidad de saber. En esas inolvidables conversaciones que mantuve con Arturo mientras yacía en su lecho de muerte, me dijo que la mejor manera de encontrar la fe era tener el coraje de dudar. Recuerdo esas palabras todos los días, y dudo, y tengo esperanza, y de esta forma tan tosca intento tantear el camino hacia la verdad. Sigo recitando las oraciones que aprendí de niño —el avemaría y el padrenuestro—, pero no me imagino a un padre sabio y celestial escuchando con paciencia al otro lado de la línea, sino que pienso en el amor, en un océano de amor, en la auténtica fuente del amor, y me veo a mí mismo fundiéndome con él. Me abro a él, trato de dirigir esa marea de amor hacia quienes están cerca de mí, con la esperanza de protegerles y unirles a mí para siempre y de vincularnos a todo lo eterno que hay en el mundo. Éste es un sentimiento muy personal y no trato de analizar su significado. Simplemente me gusta cómo me hace sentir. Al rezar de esta manera, siento como si estuviera unido a algo bueno, pleno y poderoso. En las montañas, el amor me mantenía unido al mundo de los vivos. Ni el coraje ni la inteligencia me hubieran salvado. Como no tenía experiencia a la que recurrir, me apoyé en la confianza que sentía en mi amor por mi padre y en mi futuro, y esa confianza me condujo de vuelta a casa. Desde entonces, este sentimiento me ha llevado a entender en más profundidad quién soy yo y el significado que tiene ser humano. Ahora estoy convencido de que, si hay algo divino en el universo, la única forma en que lo encontraré es a través del amor que siento por mi familia y por mis amigos y a través del simple y maravilloso hecho de estar vivo. No necesito más conocimientos ni filosofías que los siguientes: mi deber es llenar mi estancia en la Tierra con la mayor cantidad de vida posible, volverme un poco más humano cada día y entender que sólo nos volvemos humanos cuando amamos. He tratado de querer a mis amigos con lealtad y generosidad. He amado a mis hijas con todas mis fuerzas. Y he querido a una mujer con un amor que ha llenado mi vida de sentido y de alegría. He sufrido grandes pérdidas y me han obsequiado con grandes consuelos pero, con independencia de lo que me dé o me quite la vida, éste es el concepto básico que siempre la iluminará: he amado con pasión, sin temor, con toda mi alma y mi corazón y ese amor me ha sido devuelto. Para mí, eso es suficiente.

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En el momento del accidente aéreo, Javier tenía 36 años (cumplió 37 en la montaña) y era el mayor de todos los supervivientes. Viajaba con su esposa Liliana, y es que el atractivo precio de los pasajes de avión les había parecido una excelente oportunidad para celebrar su aniversario de bodas con unas vacaciones en Chile.

Javier Methol es el único de los supervivientes que no está vivo a día de hoy. Tristemente, falleció el 4 de junio de 2015.


De todos los supervivientes, Javier es el más convencido de que salimos de la montaña por voluntad divina. Una vez me escribió: «Dios nos resucitó en la montaña y nos convirtió en hermanos. Cuando creíamos que estabas muerto, Él te devolvió la vida para que después tú y Roberto os convirtierais en Sus mensajeros y procurarais la salvación de todos nosotros. Estoy tan seguro de que en algunos momentos Él os llevó a ambos en Sus brazos…».

Javier y yo pensábamos diferente respecto a Dios y respecto al papel que Dios desempeñó en nuestra supervivencia; aun así, respeto la humildad y la sinceridad de su fe y la forma en que ha rehecho su vida después de su devastadora pérdida. Tranquilo y sereno, es una de las fuerzas estabilizadoras de nuestro grupo y siento siempre una sensación de paz cuando estoy con él.

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Adolfo (Fito) Strauch estudiaba Ingeniería Agrónoma, en parte porque su familia era dueña de una estancia. Era compañero de facultad de Daniel Fernández y Coche Inciarte. Eduardo Strauch, uno de sus primos, le había persuadido en el último instante para que los acompañara en su viaje a Chile.


Fito Strauch fue uno de los muchachos que tuvo un papel más relevante en la montaña y ninguno de nosotros, y menos yo, hemos olvidado los numerosos modos en que contribuyó a nuestra supervivencia. Al igual que Javier, Fito cree firmemente que nos rescataron de la montaña por mediación divina y que deberíamos vivir la vida como Sus misioneros. A veces creo que Fito está molesto conmigo por el modo en que he vivido la vida, por haber minimizado o incluso descartado el papel de Dios en nuestro rescate y por no haber sido fiel a las enseñanzas espirituales de la tragedia. Yo le digo que no estoy seguro de cómo predicar el mensaje de Dios porque no estoy seguro de cuál podría ser ese mensaje. Fito, en cambio, diría que la enseñanza de los Andes es que Dios nos salvó porque nos ama. Pero ¿acaso no amaba Él a mi madre y a mi hermana y a los veintinueve restantes que fallecieron? Lo que nos ocurrió en los Andes me transformó profundamente y me dio un enfoque más profundo y espiritual de la vida pero, para mí, lo que nos enseñó la montaña es que la vida es muy valiosa y que debería vivirse plenamente, con el corazón y llenos de amor. No quiero que mi vida se rija por lo que me pasó hace treinta años; ahora siento que cada día escribo el guión de mi propia vida. Para mí, eso no es negar las enseñanzas espirituales que aprendimos en la montaña, sino ponerlas totalmente en práctica.

Probablemente, Fito y yo no estaríamos nunca de acuerdo en este tema, pero para mí eso no disminuye mi respeto hacia él ni hace que sea menos amigo suyo y, cuando nos vemos, siempre nos abrazamos como hermanos.

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Una vez, después de dar una charla, una mujer joven pidió si podía hablar conmigo.

Hace algunos años estaba saliendo del garaje de mi casa marcha atrás —dijo—. No sabía que mi hija de dos años de edad estaba detrás del coche. La atropellé y murió. Mi vida se detuvo en ese instante. Desde entonces no he podido hablar, ni dormir, ni siquiera pensar en nada que no sea ese momento. Me he atormentado con preguntas. ¿Por qué estaba allí? ¿Por qué no la vi? ¿Por qué no tuve más cuidado? Y sobre todo, ¿por qué había pasado? Desde ese instante me he sentido paralizada por el sentimiento de culpabilidad y la pena, y el resto de mi familia ha sufrido por ello. Su historia me demuestra que me he equivocado. Se puede vivir, incluso cuando sufres. Ahora sé que tengo que seguir adelante. Tengo que vivir por mi marido y por mis otros hijos. Incluso con el dolor que siento, tengo que encontrar la fuerza para hacerlo. Su historia me hace creer que es posible.

Estupefacto, la sujeté entre mis brazos y la abracé. En ese momento, una vaga idea que había estado recorriendo en mi mente adoptó el enfoque afilado de una cuchilla. Me di cuenta de que mi historia es su historia; es la historia de todo aquel que la oiga. Esa mujer no había sentido nunca el azote del viento a temperaturas bajo cero, no había caminado nunca tambaleándose en medio de una ventisca a una gran altura, ni había contemplado con horror cómo su cuerpo se consumía por la inanición. Sin embargo, ¿había alguna duda de que ella había sufrido tanto como yo? Siempre había pensado que mi historia era única, algo tan extremo y atroz que sólo los que habían estado allí podían entender realmente por lo que habíamos pasado pero, en esencia —la esencia de los sentimientos humanos—, mi historia es la historia más habitual del mundo. En ocasiones, todos nos enfrentamos a la desesperación. Todos sufrimos el dolor, el abandono o una pérdida abrumadora. Y todos nosotros, tarde o temprano, nos enfrentaremos a la inevitable proximidad de la muerte. Mientras abrazaba a aquella triste mujer, se me escapó una frase.

Todos tenemos nuestros propios Andes —le dije.


Fuente:

Extractos del libro: “Milagro en los Andes” de Fernando Parrado. Editorial Planeta. Fecha de publicación 2006

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Nando Parrado



Los fragmentos de la Cruz de Cristo ¿Son reales?

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El hallazgo de la Cruz de Cristo


La historia narra el hallazgo de tres cruces en una antigua cisterna, junto con los clavos...


Por: Varios | 

Fuente: santosepulcro.custodia.org


En el 327 la emperatriz, madre de Constantino, fue peregrina en Jerusalén y quiso buscar la Santa Cruz.

La historia narra el hallazgo de tres cruces en una antigua cisterna, junto con los clavos (de los que uno está montado en la Corona férrea en Monza, un segundo está en la Catedral de Milán y el tercero en Roma) y del titulus, el cartucho –querido por Pilato- que contenía la condena en tres idiomas (un fragmento se encuentra en Roma, en la iglesia de la santa Cruz). Un milagro permitió identificar la cruz de Cristo.

Cuenta la leyenda que hacia el año 326 la emperatriz Elena de Constantinopla (madre del emperador Constantino I el Grande) hizo demoler el templo de Venus que se encontraba en el monte Calvario, en Jerusalén, y excavar allí hasta que le llegaron noticias de que se había hallado la Vera Cruz. El viaje se había realizado con objeto de encontrar el Santo Sepulcro, que se hallaba perdido. Se inició la búsqueda debido al culto de la cruz, desde la muerte de Jesucristo.

Según la Leyenda dorada de Santiago de la Vorágine, cuando la emperatriz —que entonces tenía ochenta años— llegó a Jerusalén, hizo someter a interrogatorio a los judíos más sabios del país para que confesaran cuanto supieran del lugar en el que Cristo había sido crucificado. Después de conseguir esta información, la llevaron hasta el supuesto Monte de la calavera (el Gólgota), donde el emperador Adriano, 200 años antes, había mandado erigir un templo dedicado a la diosa Venus. Se cree que en realidad el Gólgota era una antigua cantera abandonada con un macizo rocoso, poco útil para la construcción, que quedó sin utilizar y constituyó posteriormente el patíbulo donde colocaban las cruces los romanos. Esta cantera estaba fuera de la muralla, pero cercana a ella.

Santa Elena ordenó derribar el templo y excavar en aquel lugar, en donde según la leyenda encontró tres cruces: la de Jesús y la de los dos ladrones. Como era imposible saber cuál de las tres cruces era la de Jesús, la leyenda cuenta que Elena hizo traer un hombre muerto, el cual, al entrar en contacto con la cruz de Jesucristo, la Vera Cruz, resucitó. El hallazgo de la reliquia se conmemoraba antiguamente en el mes de mayo con el nombre de fiesta de la Invención de la santa Cruz.

La emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el lugar del hallazgo un fastuoso templo, la llamada Basílica del Santo Sepulcro, en la que guardaron la reliquia. Mucho después, en el año 614, el rey persa Cosroes II tomó Jerusalén y, tras la victoria, se llevó la Vera Cruz y la puso bajo los pies de su trono, como símbolo de su desprecio a la religión de los cristianos.

Tras quince años de luchas, el emperador bizantino Heraclio lo venció definitivamente en el año 628. Poco después, en una ceremonia celebrada el 14 de septiembre de ese año, la Vera Cruz regresó a Jerusalén, llevada en persona por el emperador a través de la ciudad procesionalmente. Dice la leyenda que cuando el emperador, vestido con gran magnificencia, quiso cargar con la reliquia, fue incapaz de hacerlo, no siéndole posible hasta que no se despojó de todas las galas a imitación de la pobreza y la humildad de Cristo. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Santa Cruz


La Capilla de Santa Helena

Es una iglesia armenia del siglo XII en el nivel inferior de la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. En el sureste de la capilla hay una silla que tenía fama de ser un asiento que era usado por Santa Elena, madre del emperador Constantino, cuando fue en busca de la Vera Cruz. Hay dos ábsides en la iglesia, dedicados uno a Santa Elena y el otro a Dimas, el ladrón arrepentido en la cruz. La capilla está adornada con modestia en la memoria de la simplicidad de Santa Helena.

Desde el deambulatorio, una escalera baja hasta la capilla dedicada a Santa Elena. Las paredes de la escalera están recubiertas por cruces, incisas en los siglos pasados por los peregrinos Armenios para testimoniar la devoción por la Cruz de este pueblo.

La capilla de tres naves, con 4 columnas que sostienen la cúpula es de propiedad de los Armenios y es del siglo XII. Fuentes y excavaciones arqueológicas confirman que ya en el proyecto constantino el aula se utilizaba de alguna manera. De las paredes cuelgan muchas lámparas según el estilo armenio.

Desde la Capilla armenia de santa Elena se accede a la inferior del “Inventio Crucis”, en la que se celebra cada año, el 7 de mayo, la memoria del hallazgo de la Santa Cruz y donde el padre Custodio franciscano lleva en procesión la reliquia de madera de la Cruz de Cristo al punto en el que tradicionalmente se encontró.

Fuente:

https://es.catholic.net/op/articulos/53600/cat/116/el-hallazgo-de-la-cruz-de-cristo.html#modal

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¿Qué hay de verdad sobre la cruz de Jesús?


Por -CNN-

11:14 ET(16:14 GMT) 27 Marzo, 2015

Nota del editor: La ciencia y la arqueología ofrecen una percepción de artefactos antiguos que podrían estar ligados a Jesucristo. Finding Jesus: Fact, Faith, Forgery, se transmite los domingos por la noche a las 21:00 horas, tiempo del este de EU en CNN US.


(CNN) — En julio de 2013, la historia más antigua sobre las reliquias de Jesús renació de nuevo cuando arqueólogos turcos descubrieron un baúl de piedra en una iglesia de 1350 años que parecía contener un pedazo de la cruz de Jesús.

"Hemos encontrado algo sagrado en un cofre. Es una parte de una cruz”, dijo el líder del equipo de excavación Gülgün Köroğlu, un historiador del arte y arqueólogo. En ese momento, ella pensó que el cofre fungía como un ataúd simbólico para las reliquias sagradas de una persona, reliquias conectadas a la crucifixión de Jesús.

Después, el silencio.

La historia de la última reliquia de la cruz en la que murió Jesús se estancó pues como luego mencionó Köroğlu, la caja que supuestamente contenía los objetos sagrados estaba de pronto misteriosamente vacía.

El último episodio de la búsqueda por la “cruz verdadera” es símbolo de los deslices que se han dado en la búsqueda de las reliquias de Jesús y más cuando se trata de la verdadera cruz, la cual representa la fe de más de 2.000 millones de cristianos.

Decir que algo huele a la “cruz verdadera” puede significar que es algo de certeza divina o de fraude absoluto. ¿Podría haber fragmentos de la cruz de Jesús entre nosotros? ¿Los fragmentos de un árbol podrían sobrevivir un milenio? O ¿se trata de fragmentos falsificados que nos hablan de nuestra necesidad de creer?

El fenómeno de la cruz verdadera comienza con el emperador Constantino, el primer emperador romano en convertirse al cristianismo. Él envió a su madre Santa Helena (246-330 de los años en curso) a buscar los objetos de Jesús en la Tierra Sagrada.

Cuando Helena viajó a Jerusalén en 326, la ciudad seguía sufriendo la destrucción causada por la última guerra judía en los años de 132-135. Tras derrotar a Israel, el emperador romano Adriano construyó un templo pagano sobre la tumba de Jesús, cerca de Calvario, un grave insulto a la nueva religión.

Helena ordenó que se derrumbara el templo pagano y comenzó a excavar para encontrar las reliquias de Jesús. Sus obreros encontraron tres cruces distintas, un descubrimiento relacionado directamente con los salmos que nos dicen que Jesús fue crucificado junto a dos criminales.

El historiador Rufino (340-410) reveló que para poder diferenciar cual cruz era la de Jesús, Helena hizo que llevaran a una mujer desahuciada al sitio. La mujer tocó dos de las cruces, pero nada sucedió. Después tocó la tercera... y se recuperó. La verdadera cruz de Jesús había sido revelada.

Helena la talló, dejando un poco de ella en Jerusalén y transportó un pedazo a Europa, en donde al parecer se multiplicó, tanto así que el reformador protestante Juan Calvino dijo "… si todas las piezas que se puedan encontrar fueran puestas juntas, se podría construir un gran buque de carga. Y aún así los salmos dicen que un solo hombre fue capaz de cargarla".

Pero, ¿Calvino exageraba para apoyar sus propias reformas al catolicismo? ¿Cómo podemos saber de qué estaba hecha la verdadera cruz, o cómo se veía, si ni los salmos —ni los romanos— se molestaron en decirnos?

Aquí es donde entra la ciencia.

En 1870, el arquitecto francés Charles Rohault de Fleury catalogó todos los fragmentos conocidos de la cruz verdadera. Él determinó que la cruz pesaba 74.8 kilogramos, tenía tres o cuatro metros de alto y dos metros de ancho.

Si todos los fragmentos de la cruz se reunieran, no alcanzarían ni la tercera parte de la cruz en la que murió Jesús. Y basado en fragmentos que le permitieron examinar bajo microscopio, de Fleury concluyó que la cruz estaba hecha con madera de pino.

Más tarde, cuatro partículas de la cruz fueron examinadas con el microscopio —parte de 10 piezas de la cruz verdadera—, acompañada por evidencia física de los emperadores bizantinos. Estos fragmentos venían de grandes iglesias europeas: Santa Croce en Roma, Notre Dame en París,y las Catedrales de Pisa y Florencia. Pero los científicos descubrieron que estaban hechas con madera de olivo.

Así fue que la pregunta clave se convirtió en ¿de qué estaba hecha la cruz de Jesús, de pino o de olivo?

Una de las realidades desconcertantes para los arqueólogos es la carencia de residuos de madera de las crucifixiones romanas masivas. A pesar de que los romanos mataron decenas de miles de personas por medio de la crucifixión —tantas como 500 al día durante la toma de Jerusalén en los años 66-70—, la única evidencia conectada con este terrible castigo fue descubierta en 1968, cuando unos arqueólogos encontraron el hueso del talón de un hombre con el clavo aún intacto.

En el museo de Israel en Jerusalén, Israel Hershkovitz, quien enseña anatomía y arqueología en la Universidad de Tel Aviv, dijo que el hueso del talón del hombre crucificado fue encontrado en una tumba judía en un suburbio del norte de Jerusalén, cerca de Gólgota, la colina donde los romanos crucificaban personas.

El hombre, cuyo osario o ataúd lo identificaba como Yehohanan, se encontraba en sus 20 años cuando murió en la cruz. Su buena dentadura y la falta de musculatura indican que probablemente provenía de una familia adinerada, puesto que la mayoría de las víctimas de la crucifixión eran de orígenes humildes y no terminaban en una tumba, a excepción de Jesús, quien fue puesto en una tumba por el adinerado José de Arimatea.

Otros enterrados en la misma tumba que Yehohanan tenían conexiones con el templo, así que es posible que fuera asesinado por los romanos por alguna transgresión política.

Yehohanan fue bajado de la cruz con un clavo de 11 centímetros aún en el hueso de su talón derecho y con un pedazo de madera todavía anclado a la cabeza del clavo. Hershkovitz cree que la longitud relativamente corta del clavo revela mucho sobre los métodos de crucifixión romanos. "El clavo era muy pequeño para atravesar dos talones, así que sin duda cada pie era clavado a la cruz por separado".

Hershkovitz está convencido que las cruces no estaban hechas con olivo pues la gente dependía de los olivos para consumo así que no los cortarían para hacer cruces.

Lo que es más importante, no serían muy útiles para ese propósito por la estructura misma del árbol.

Los olivos no crecen altos y rectos, les salen ramas por doquier y la madera tiene muchos huecos, haciendo muy difícil que los clavos aguanten el peso de la víctima.

"El olivo es el árbol menos apropiado. Tenemos diferentes tipos de robles que serían mejores para ese propósito.”

Actualmente hay aún más fragmentos de la “cruz verdadera” en exhibición alrededor del mundo: en el Monte Athos, en Roma, Bruselas, Venecia, Ghent, París, España, Serbia e incluso en Boalsburg, Pennsylvania, donde llegó un fragmento como parte de una capilla familiar importada y reconstruida por Theodore Boal para su esposa francesa.

Si quiere su propia astilla de la cruz en la que murió Jesús, el sitio eBay ofrece varias opciones, algunas con su propio sello de cera para preservar su integridad y algunas con documentos que atestiguan sobre su autenticidad.

Mark Goodacre, un profesor del Departamento de Religión de la Universidad de Duke, dice que el énfasis continuo en la genuinidad de los fragmentos de cruz verdadera es usualmente a costa del significado de la cruz misma.

"Lo que pasa con la cruz es que debes recordar siempre que se trata de la persona que colgó de ella, la madera misma es al final solo el instrumento de tortura".


Michael McKinley es coautor, con Davis Gibson, de Finding Jesus: Fact, Faith, Forgery, Six Holy Objects That Tell the Remarkable Story of the Gospels".

Fuente:

https://cnnespanol.cnn.com/2015/03/27/que-hay-de-verdad-sobre-la-cruz-de-jesus/

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Así es la Basílica romana donde 

se custodia la Cruz de Cristo encontrada 

por Santa Elena



Por Miguel Pérez Pichel

18 de agosto de 2021 / 10:01 AM


Este 18 de agosto la Iglesia celebra la fiesta de Santa Elena, madre del emperador romano Constantino, que viajó a Jerusalén entre los años 327 y 328 donde encontró la Cruz de Cristo y trasladó sus restos a Roma.

Los fragmentos traídos por Santa Elena se conservan hoy en la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén de Roma, muy cerca de la Basílica Pontificia de San Juan de Letrán. El hallazgo de la Santa Cruz no está exento de detalles sobrenaturales.

Según la tradición, Santa Elena localizó el Calvario gracias a los testimonios de los habitantes de Jerusalén, que habían guardado la memoria del punto exacto a pesar del intento de desvirtuar el lugar mediante la construcción de un templo pagano.

En ese lugar de Jerusalén se alza hoy la Basílica del Santo Sepulcro en cuyo interior se veneran el lugar de la crucifixión y el Santo Sepulcro. Esa iglesia se construyó, precisamente, por orden de Constantino, aunque fue posteriormente destruida por persas y árabes y, posteriormente, reconstruida por los cruzados.

En sus indagaciones, Santa Elena localizó numerosas cruces, ya que el Calvario era un punto habitual de ajusticiamiento. Para averiguar cuál era la verdadera Cruz de Cristo hizo colocar unos fragmentos junto a una mujer agonizante que, al tocarlos se recuperó de su enfermedad.

Esos fragmentos son los que se custodian en un relicario del año 1800 en una cripta bajo la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén de Roma.

La actual Basílica, del siglo XVIII y en estilo barroco-romano, se alza sobre una construcción anterior del siglo IV restaurada en los siglos VIII y XII.

El solar sobre el que se alza era, en su origen, el Palatium Sessorianum, un palacio imperial que incluía un circo y un anfiteatro castrense. El anfiteatro todavía se conserva en buen estado y es empleado como huerto de un monasterio fundado en el siglo X anexo a la Basílica.

Al trasladar la capital imperial desde Roma a Constantinopla, el emperador Constantino entregó la propiedad del palacio a su madre Santa Elena. Santa Elena construyó en el palacio la capilla donde guardó las reliquias de la Cruz.

En el siglo VIII, los Papas Gregorio II y Adriano I restauraron la capilla. En el siglo XII, el Papa Lucio II amplió la capilla en estilo románico mediante la construcción de tres naves, un campanario y un pórtico.

La estructura de aquella construcción es la que se conserva en la actualidad, aunque muy modificada por la reconstrucción barroca realizada en el siglo XVIII por el Papa Benedicto XVI.

La Basílica es una de las siete iglesias que los peregrinos que vienen a Roma deben visitar. Las siete iglesias son la Basílica de San Pedro del Vaticano, la Basílica de San Juan de Letrán, la Basílica de San Pablo Extramuros, la Basílica de Santa María la Mayor, la Basílica de San Lorenzo Extramuros, la Basílica de San Sebastián Extramuros y la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén.

Fuente:

https://www.aciprensa.com/noticias/76936/asi-es-la-basilica-romana-donde-se-custodia-la-cruz-de-cristo-encontrada-por-santa-elena

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Los fragmentos de la cruz de Cristo dan “para llenar un gran barco”


Las reliquias de la crucifixión proliferan sospechosamente en todo el mundo, como ya denunció Calvino en 1543


Manuel Ansede

25 MAR 2016 - 12:05CET


Si quisiéramos recoger todo lo que se ha encontrado [de la cruz de Cristo], habría suficiente para cargar un gran barco. El Evangelio atestigua que la cruz podía ser portada por un hombre. Qué desfachatez llenar la Tierra de tal cantidad de fragmentos de madera que 300 hombres no podrían transportarlos”, reflexionaba ya el teólogo francés Juan Calvino, profundamente cristiano, en su Tratado de las reliquias, publicado en el año 1543.

La observación de Calvino sigue viva esta Semana Santa, cinco siglos después. Los pedazos de la llamada Vera Cruz, la cruz en la que fue ejecutado Jesús de Nazaret según la tradición cristiana, son considerados reliquias de primera categoría por la Iglesia católica, pero aparentemente son tan numerosos que dan la impresión de que Cristo fue un gigante crucificado con dos troncos de secuoyas. Es lo mismo que ocurre con la sangre de Jesús, “exhibida en más de 100 lugares” en tiempos de Calvino, según dejó escrito el propio teólogo.

Un supuesto leño de la cruz, de 20 centímetros, ha pasado 75 años en la caja fuerte de un banco en Caspe (Zaragoza)

Los trozos de madera atribuidos a la crucifixión de Cristo empezaron a proliferar cientos de años después de su muerte, como el que se adora en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en el corazón de los Picos de Europa, en Cantabria. El leño mide 64 por 40 centímetros. Los propios franciscanos del templo reconocen que ignoran cuándo llegó al monasterio, aunque creen que fue “alrededor del siglo VIII”, según su página web. Sin embargo, atribuyen el hallazgo del madero al siglo IV, cuando Helena de Constantinopla, precisamente la madre del emperador romano que legalizó el cristianismo, afirmó haber encontrado la cruz de Jesús en un viaje a Jerusalén, gracias a la inspiración divina. Fue proclamada santa.

La Colegiata de Santa María la Mayor de Caspe (Zaragoza) alberga otro de los fragmentos de mayor tamaño que se conservan en el mundo. Mide 20 por 18 centímetros y está protegido por dos relicarios de oro y plata del siglo XVIII. Su historia es más rocambolesca. El relato católico oficial también sitúa su origen en el descubrimiento de Helena de Constantinopla en el siglo IV, pero 10 siglos más tarde el leño aparece en Roma, portado por el papa Clemente VII. Días antes de morir, en 1394, el pontífice se lo regaló a un amigo, el diplomático español Juan Fernández de Heredia, que lo acabó donando a la localidad de Caspe. En los últimos 75 años, sin embargo, el supuesto fragmento de la cruz de Cristo ha estado básicamente metido en la caja fuerte de una oficina bancaria, saliendo solo en procesión por el pueblo durante el Viernes Santo.

La Catedral de Notre Dame de París suma otros 24 centímetros de madera al recuento de presuntos pedazos de la cruz. Y las astillas se multiplican por todo el planeta. En la basílica de la Santísima y Vera Cruz en Caravaca de la Cruz (Murcia) se adora un fragmento de 17 centímetros con dos traversas de 7 y 10 centímetros. Los hermanos de la cofradía sostienen que hubo una “aparición milagrosa” del madero el 3 de mayo de 1231. Según su creencia, dos ángeles se presentaron en la iglesia y lo dejaron sobre el altar.

El Comité para la Investigación Escéptica ha intentado rastrear un origen único de los leños, sin éxito

La denominada Muy Antigua, Venerable y Dominicana Cofradía Penitencial y Sacramental de la Santa Vera Cruz de Palencia pidió en 2001 al Vaticano un fragmento de madera divina y lo obtuvo gracias a la intermediación del obispo de Palencia. Los leños sagrados también aparecen en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, en el monasterio de Heiligenkreuz (Austria) y en otras iglesias de España, El Vaticano, Guatemala, Italia y otros muchos países. Algunos son de madera de ciprés, otros son de pino, otros son de olivo. Incluso en eBay, un sitio de subastas en internet, cualquiera puede comprar por unos pocos cientos de euros un supuesto fragmento auténtico de la cruz de Cristo. Todos suman al cargamento del "gran barco" del que hablaba Calvino.

El Comité para la Investigación Escéptica —una organización estadounidense para el pensamiento crítico— financió en 2010 un estudio sobre los leños atribuidos a la cruz de Jesús. El trabajo, llevado a cabo por el investigador Joe Nickell, intentó rastrear un origen único de los maderos, sin éxito. “La proliferación de piezas de la Vera Cruz rivaliza en extravagancia con la de otras muchas reliquias falsas, como las más de 40 mortajas de Jesús y los múltiples cadáveres de María Magdalena”, escribió Nickell en su informe final. A su juicio, Calvino fue “crítico de manera justificada con la venta agresiva de reliquias” en su época. “Y nosotros, con nuestros modernos medios para el análisis científico, no debemos ser menos”.

Fuente:

https://elpais.com/elpais/2016/03/23/ciencia/1458763912_305135.html

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Las Santas reliquias y los Santos lugares (Colaboración)

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Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

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En sucesivas contribuciones iremos presentando los argumentos que, a nuestro juicio, desenmascaran pretendidos hechos, aseveraciones y creencias impuestos por la Iglesia Católica (y también otras Iglesias cristianas y otras religiones) para convencer a sus fieles de la realidad de su Dios, su infinita bondad y la prometida salvación de su rebaño. Amigo creyente, le invito a meditar estas líneas y, si tiene argumentos para rebatirlas, le pido por favor que me los haga llegar. Será un placer intercambiar con usted nuestras diferentes opiniones.

Las contribuciones están en el siguiente orden:



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Desmitificando mitos
(XII)


Las Santas reliquias 

y los Santos lugares


Amadísimos hermanos: un silencio revelador se hace en torno a las reliquias de la Pasión. ¿Quién se ha enterado de su existencia o ha recibido la sugestión de visitarlas y venerarlas con piadoso amor? La cristiandad cuenta con decenas de ellas, testimonios ciertos de la veracidad histórica de los Evangelios, y obligan -forzosamente- a darles aceptación.

Padre Ignacio Acuña Duarte

Revista "Cristiandad"

(www.mercaba.org/FICHAS/JESUS/PASION/RELIQUIAS.htm)



Debo reconocer, ante todo, que este es el tema que más me divirtió, que más asombro me dio investigar sobre él. En principio lo tomé como un irrisorio absurdo colectivo, más que una argumentación seria sobre los mitos de las iglesias cristianas, en aras de abogar por y defender la seriedad de mis textos. Confieso que me reí, pero también me entristecí pensando en como se puede manipular la mente de individuos de una especie que se dice inteligente. Algunas cosas me parecieron tan descabelladas, tan impropias del intelecto del Homo sapiens, que en un principio no las creí. Me dije, esto es imposible que sea cierto, es un invento de fanáticos que yo no puedo reproducir aquí, o de creadores de "fake news" que se divierten en internet burlándose de quienes buscamos referencias serias. Por eso profundicé al máximo mi investigación de los hechos y por favor les pido, creyentes o no creyentes, que si encuentran evidencia de que algo de lo que presento a continuación es un invento, me lo hagan saber y seré el primero en aceptar vuestros desmentidos. Les repito, soy el primero en reconocer que, tan absurdo es lo que voy a presentar, que no dudaré en aceptar cualquier refutación, por supuesto seria y sobre todo fundada, de que estas cosas no son ciertas.

La locura y el fanatismo por las reliquias comienzan en las cruzadas. En esa época la cristiandad estaba obsesionada con encontrar y adorar reliquias sagradas, presuntas evidencias de las historias bíblicas. Los sacerdotes-cronistas de las cruzadas autentificaban cualquier objeto recuperado en las campañas contra los musulmanes: fragmentos de la "verdadera cruz", partes de cuerpos de los santos y sus raídas vestimentas, la tierra de sus sepulcros, lágrimas todavía húmedas derramadas por Jesús, púas de la corona de espinas, ropa interior de María, todo se atesoraba en cajas enjoyadas en cada iglesia mayor. Un gobernante de Sajonia poseía con orgullo 17.000 reliquias, que incluían una rama de la zarza ardiente de Moisés y una pluma de un ala del ángel Gabriel. En la Catedral de Canterbury se mostraba parte de la arcilla que sobró después que Dios formó a Adán. El historiador Charles MacKay cuenta que en las iglesias españolas había seis o siete huesos del muslo de la Virgen María (no se había aprobado todavía el dogma de su ascensión a los cielos en cuerpo y alma) y en otras se podía llenar una bolsa con uñas de los pies de San Pedro. Voltaire narra que seis prepucios sagrados fueron recuperados de la circuncisión de Jesús (investigadores posteriores contaron diecisiete(1)). Dos argumentos se empleaban para demostrar la autenticidad de estos objetos: la autoridad de la Iglesia y el poder obrar milagros.

Con el pasar de los siglos y con el avance del cristianismo en nuevos pueblos de Europa, la difusión de las reliquias se hizo casi general. Nació un comercio de ellas cuyos clientes fueron papas, obispos y monarcas que vislumbraron su poder mágico, necesario para reforzar en el pueblo una fe que impidiera cuestionar su poder. No faltaron quienes, mediante engaño y fraude, aprovecharon la buena fe de cristianos ingenuos para hacer pasar por reliquias lo que eran objetos comunes, no relacionados con mártires o santos. Otras veces, el entusiasmo general llegaba a declarar como reliquias de mártires huesos encontrados cerca de alguna iglesia, sin que hubiese un mayor discernimiento crítico al respecto. En algunos lugares hubo una especie de “tráfico” de reliquias motivado por el deseo de venerar restos mortales de los campeones de la fe. En este contexto se va desarrollando y completando, a lo largo de muchos siglos, el uso y la veneración de esos objetos. Las iglesias que tuvieran una reliquia particularmente importante podrían atraer un gran número de peregrinos, y con ello mejorar sus ingresos monetarios. Las reliquias más efectivas en este sentido eran, obviamente, las vinculadas a Jesús. El Concilio de Trento (entre 1545 y 1563) decretó lícito y conveniente venerar las reliquias "auténticas". En el mundo hay varias decenas de miles de reliquias que la cristiandad supone auténticas, ya que la Iglesia nunca se pronunció en sentido contrario(2).

Acerca de ellas, como partes del cuerpo de santos u objetos que han estado en contacto con ellos, siempre se ha planteado si hay una realidad histórica y una base científica que pueda demostrar, como mínimo, su antigüedad o si, simplemente, son fruto de la devoción desmedida y de vendedores de humo que quisieron sacar algún provecho. Pero ninguna es capaz de superar el escrutinio científico. Cito en primer lugar algunas que podrían considerarse como "creíbles" o con cierta base histórica o fama (no menciono aquí ni el Santo Sudario ni la sangre de San Genaro, ya que son objeto de sendos textos en este libro).


La corona de espinas de Jesucristo

Se lee en Wikipedia: La corona de espinas es un símbolo cristiano que recuerda la Pasión de Jesús. Se menciona en los Evangelios de Juan (19:2, 5), de Marcos (15:17) y de Mateo (27:29). Según estos Evangelios, los soldados romanos se la colocaron a Jesús durante su pasión. Tenía una doble función: humillarlo (coronándolo como rey de los judíos, en tono de burla) y provocarle daño y dolor. La corona se convirtió en una reliquia muy preciada. Existen referencias de su presencia en Jerusalén desde el siglo V (con las cartas de Paulino de Nola). Se describe su ubicación en la Basílica de Sión en el 570. En el siglo VII fue trasladada a Constantinopla debido a las invasiones persas. En el siglo X, con motivo de una crisis económica en el Imperio, pasó a manos de prestamistas venecianos, hasta que fue adquirida por la monarquía francesa. Luis IX de Franciaconstruyó en el siglo XIII la Sainte Chapellecomo lugar de veneración de la reliquia. Durante la Revolución Francesapasó a la Biblioteca Nacional de Francia. En 1801, el Concordatocon la Iglesia católicadeterminó que la corona era propiedad de la Iglesia, pasando a la Catedral de Notre Dame, donde se encuentra actualmente. La corona es una circunferencia de espino trenzado de veintiún centímetros de diámetro conservada en un tubo de cristal. Carece de espinas, pues las mismas fueron repartiéndose a lo largo de los siglos: se encuentran dispersas por todo el mundo y una suma de todas ellas daría lugar a unas setecientas, de las cuales ciento sesenta se encuentran en Italia. En Roma son cerca de veinte las que reciben veneración pública, incluyendo dos en la Basílica de San Pedroen Vaticano, dos enSanta Croce in Gerusalemme y una en San Giovanni in Laterano. Se estima que el número máximo de espinas que podría tener la corona sería de unas setenta y, si bien algunas han sido fragmentadas, no todas las existentes pueden proceder de la misma corona. En Españase veneran once espinas en el Monasterio de El Escorial, dos en la Catedralde Barcelona, cuatro en la de Sevilla, cinco en la de Oviedo, una en el Monasterio de la Santa Espina en Valladolid y varias más en otras Catedrales.

La más conocida reliquia de la corona de espinas estaba alojada en el Tesoro de la Catedral de Notre Dame de París (donde se mostraba además un fragmento de la cruz y uno de los clavos). Desde el incendio de Notre Dame, en abril del 2019, esas reliquias fueron llevadas al Museo del Louvre. El primer viernes de cada mes, la corona se saca a la veneración de los fieles. Y también todos los viernes de cuaresma, además del viernes santo. Las espinas distribuidas por todo el mundo han sido protagonistas de muchos milagros, algunos de los cuales cito más adelante.

Según la historiografía cristiana, cuando muere Jesús lo sepultan en un sepulcro nuevo, con todo lo que había sido instrumento de su pasión, cruz, corona de espinas, lanza,etc., en un pozo que estaba preparado. Es la actual capilla de Santa Elena en la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén.Cuando Elena, Emperatriz madre de Constantino, decide peregrinar a Tierra Santa en el año 326, va a hablar con los ancianos. Les pregunta dónde, según la tradición oral transmitida por generaciones, están los instrumentos de la Pasión. Ellos le señalan el lugar, ya que pocos años después de Cristo, para contrarrestar el culto cristiano, el Emperador Adriano había hecho colocar sobre el lugar del Calvario una estatua en honor de Venus y sobre el Sepulcro una de Júpiter. Eso fue lo que permitió localizar "con precisión" el lugar de la Pasión, del Santo Sepulcro y el lugar donde estaban enterrados los instrumentos de la Pasión. Entonces Santa Elena encuentra lo que ya sabemos: la cruz, la corona de espinas, los clavos y demás. Pero todo esto no deja de ser una piadosa leyenda. Tan solo un siglo después de la supuesta muerte de Jesús, Jerusalén estaba totalmente alterada, tras la destrucción del Templo en el año 70 y la sublevación de los zelotes en los años 132-135. Es a partir del fervor religioso de Elena que comenzó el muy lucrativo negocio de la adoración, fabricación y venta de reliquias y numerosos artículos religiosos y que perdura con muy buena salud hasta el día de hoy.

Inmediatamente esas supuestas reliquias comenzaron a ser objeto de devoción.Primero fueron trasladados a Constantinopla y luego a Europa. Al cabo de un tiempo San Luis, Rey de Francia, le compra al Emperador de Constantinopla la Sagrada Corona, que es llevada triunfalmente por los venecianos a Venecia. Y de allí a la ciudad de Villeneuve, donde era esperada por el mismo Rey, por su madre, Blanca de Castilla, y por todo el séquito real, para ser llevada a París. Era el 10 de agosto de 1239.En París el rey San Luis hace levantar una Iglesia impresionante, la Sainte-Chapelle, para que fuera un inmenso y digno relicario de la corona de espinas de Nuestro Señor. Ahí la reliquia permaneció hasta la Revolución. Y luego, después de encontrar un hogar temporario en la Biblioteca Nacional, fue finalmente restituida a la Iglesia y se depositó en la Catedral de Notre-Dame en 1806.

En muchos lados se relatan milagros atribuidos a las espinas de la corona, como librar de plagas y pestes, proteger de tempestades o de enemigos, entre otros. Pero hay otros fenómenos milagrosos que se observan en las propias espinas, que pueden agruparse en tres categorías:

1. Reviviscencia: la espina tiene alguna gota de sangre seca que revive en determinadas circunstancias y se torna rojo vivo. De este tipo hay contabilizados 24 casos en Italia.

2. Florescencia: las espinas florecen.

3. Reverdecimiento: se vuelven flexibles y frescas, como si fueran de una planta viva.

El primer relato del evento prodigiosode manchas de sangre coagulada sobre la espina, se remonta al 1633. En los siglos XVII y XVIII los milagros tuvieron lugar en 1644, 1701, 1712, 1785 y 1796, y han sido acompañados de una documentación cada vez más rica y particularizada.Un caso muy conocido fue el Milagro de Bérgamo: floreció la sacra espina en la Semana Santa del 2016. Para verificar la floración, el Obispo de BérgamoFrancesco Beschi nombró una comisión compuesta por algunos sacerdotes, el alcalde, el párroco, el director del departamento de hematología y oncología del hospital Juan XXIII de Bérgamo, un notario y otros especialistas.La pequeña iglesia permaneció esos días llena de genteque había viajado para visitar la reliquia y hacer vigilia en oración día y noche esperando el milagro. La comisión estudió la reliquia durante viernes y sábado santo, sin ponerse de acuerdo sobre si había cambios dramáticosimportantes. Pero al final de la tarde del día de Pascua la comisión constató cambios evidentes a la 19:30, a las 20:30 y a las 21:30, cuando hicieron las observaciones en conjunto.

La ciencia ha datado esta reliquia en el siglo XVI. Los comentarios huelgan.


Los clavos y la madera de la cruz

En 1911 un jesuita erudito en liturgia llamado Herbert Thurston, contó todos los clavos que hasta entonces eran considerados como de la cruz de Cristo. Encontró que solo en Europa se veneraban ¡30 clavos!, pese a que se supone que sólo 3 ó 4 habrían sido usados. Para explicar esto, Thurston argumentó que seguramente se trataba de facsímiles que habían tocado o que contenían fragmentos de otros clavos más antiguos, lo que facilitó tanto su duplicación como la creencia en su autenticidad. De igual forma, como apuntaba el famoso teólogo del siglo XVI Juan Calvino, existen tantos fragmentos de la Santa Cruz(lignum crucis) esparcidos por toda Europa, que bien podrían proporcionar suficiente madera como para construir un barco. Incluso existen relicarios portátiles y medallas para el cuello con presuntas astillas de la cruz. Entre las muchas iglesias en las que se conservan madera y clavos, las más significativas son Santa Croce in Gerusalemme y Santa María Maggiore, ambas en Roma, y el monasterio de Santo Toribio de Liébana en España.


El Santo Grial o cáliz sagrado

Se supone que fue usado por Jesús en su última cena y ha dado origen a innumerables leyendas, que incluso se pueden encontrar entre los mitos celtas. Según la tradición cristiana, José de Arimatea, discípulo de Jesús, guardó el vaso en el que había bebido su maestro. Pero al igual que sucede con otras reliquias del cristianismo no existe sólo uno, podemos encontrar griales en Génova, Valencia, Dublín, Viena, Murcia y otros lugares de Europa, y hasta en América en el Museo Metropolitano de Nueva York. Todos ellos han sido datados en fechas muy posteriores a la época de Jesús. Sin embargo en España, en la Catedral de Valencia, se encuentra uno que parece que puede ser del siglo I, según el arqueólogo Antonio Beltrán. En 2008, un congreso mundial de "griálogos" reunidos en Valencia declaró, tras sesudas elucubraciones, que éste es el único verdadero, todos los demás son falsos. Se trata de una copa de ágata de 7 cm de altura y 9,5 de diámetro, adornada con un pie y unas asas añadidas posteriormente. Si bien es la única de las reliquias que parece superar la prueba de la antigüedad, no nos podemos basar sólo en este dato para considerar que en efecto estuviese en contacto con Jesús. No obstante, Benedicto XVI consagró una eucaristía con él durante su visita a Valencia en 2006.


Los restos de San Pedro

Aceptemos en primer lugar que el discípulo Pedro existió, cosa con la que no todos los eruditos están de acuerdo. También deberíamos aceptar que Pedro estuvo en Roma, cosa que tampoco logra la unanimidad entre los expertos. Entonces, si existió, ¿dónde está su cuerpo? La Iglesia católica asegura que está enterrado en la cripta bajo el altar mayor de San Pedro en Vaticano, basándose en registros históricos que sugieren que los apóstoles Pedro y Pablo viajaron a Antioquía y luego a Roma para predicar la palabra de Dios.Según Jürgen Zangenberg, Profesor de Historia y Cultura del Judaísmo Antiguo y Cristianismo Primitivo de la Universidad de Leiden, se trató de una idea del siglo II que ganó popularidad luego de la época de Constantino, creándose historias de Pedro y Pablo en Roma con el propósito de elevar la primacía de Roma por encima de los demás obispados en el Este. Para la Santa Sede actual sigue siendo capital la creencia que el apóstol Pedro estuvo en Roma, fundó la iglesia en esa ciudad y luego fue martirizado y sepultado allí, de modo de asegurar indiscutiblemente la primacía de Roma y de la Iglesia Católica Apostólica Romana para toda la cristiandad. Pero esto ha sido cuestionado desde tiempos medievales dentro del propio cristianismo. Y en la década de 1950, arqueólogos católico-romanos descubrieron en el Monte de los Olivos, cerca de Jerusalén, un osario —una caja de huesos empleada en los entierros judíos del siglo primero— que llevaba grabado el nombre "Shimon bar Jonah" ("Simón hijo de Jonás", nombre con el cual se conoce al apóstol Pedro en los Evangelios). Para no quedarse atrás, el Vaticano pronto produjo su propia evidencia arqueológica de que la tumba y los restos de Pedro habían sido sepultados debajo del altar mayor en la Basílica de San Pedro en Roma. La prueba de su argumento es un sarcófago descubierto en la primera mitad del siglo pasado, que las autoridades comenzaron a examinar más de cerca en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Desafortunadamente, no hay manera de demostrar si el sarcófago o el osario contienen los verdaderos restos de Pedro. 

Pero sea como sea el cuerpo no está completo. Algunas de las partes que faltan están conservadas en otras iglesias. No se sabe en qué momento el cadáver fue desmembrado. Por ejemplo, en el Tesoro de la misma Basílica de San Pedro, se conserva un relicario con un dedo del apóstol. Una parte del brazo y un diente están en Santa Croce in Gerusalemme, en Roma, otros dientes y otras partes en otras iglesias. La cabeza, junto con la de San Pablo, se encuentra en la Basílica de San Giovanni in Laterano. Es probable que la separación de las cabezas de los cuerpos se hiciera cuando los restos de ambos fueron llevados desde las catacumbas a sus antiguas tumbas. Fueron custodiadas en el Sancta Sanctorum(3) hasta que Urbano V en 1369 las trasladó a la cercana basílica lateranense.

Una sandalia de San Pedro se venera en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo (España). Cuando el cuerpo de san Pedro fue llevado al sepulcro, en la colina del Vaticano, un cristiano anónimo tomó sus gastadas sandalias de cuero. De aquí en más, la pormenorizada historia del periplo seguido por una de ellas hasta llegar a Oviedo en el año 812 se puede leer en... Catholic.net!


El desprecio de la Iglesia por el intelecto humano

Paralelamente a estas reliquias existen otras que, por su cantidad o inverosimilitud, son más propias de quien intenta aprovecharse de la buena fe del creyente. A continuación dejo una lista de las más increíbles que se han venerado a lo largo de la historia. Las considero extremadamente agresivas contra el intelecto de nuestra especie y, si bien la Iglesia no se manifiesta sobre su autenticidad (cf. infra), el solo hecho de permitir su adoración como algo sagrado, desnuda claramente los métodos usados por esta institución para mantener fiel a su rebaño. La simple y divertida lectura de las mismas desacredita y destruye por sí sola la pretendida autenticidad de las reliquias más "serias" enumeradas arriba. Difícil encontrar tantos disparates juntos.

El prepucio de Jesús (y otros recuerdos de su nacimiento). Según la tradición judía, Jesús tuvo que ser circuncidado, y un texto árabe apócrifo sobre su infancia cuenta que su prepucio fue conservado en una caja de alabastro. Su historia es larga. Su primer propietaria habría sido María Magdalena. Luego desapareció hasta que en el siglo IX lo tenía la Emperatriz Irene de Bizancio, quien lo regaló a Carlomagno, quien a su vez lo donó al Papa León III, cuando éste lo coronaba como Emperador del Sacro Imperio Romano, en la Basílica de San Pedro en Roma. Otras versiones dicen que el prepucio fue transferido inicialmente por Carlomagno a los monjes de Charroux, Francia, o tal vez fuera un segundo prepucio(4). El hecho es que en el siglo XIII se mostraba en el Sancta Sanctorum de la Basílica de San Giovanni in Laterano, adosado a una cruz de oro con piedras preciosas. Pero la reliquia se multiplicó. Además de Charroux y Roma, no menos de 20 santuarios de la cristiandad, a lo largo de la historia, han pretendido estar en posesión del genuino sanctum præputium. Y podría ser posible, ¿por qué no? Si el dueño del cuerito podía multiplicar los panes y los peces, ¿por qué no sus prepucios? La Catedral de Le Puy-en-Velay en Francia, la de Santiago de Compostela y los santuarios de Amberes (donde ayudó a Enrique V de Inglaterra a superar su infertilidad), París, Brujas, Besançon, Bolonia, Metz, Burgos, Hildesheim, Nancy, Conques, Calcata, entre varios otros, han afirmado en algún momento poseerlo, muchos de ellos ¡con reconocimiento de autenticidad por parte de la Iglesia! Por supuesto, esto presupone (y presuponía) una interesante fuente de ingresos gracias a los píos peregrinos. Incluso se fundó en su honor en 1426, la orden de los “Hermanos Caballeros del Santo Prepucio”, para proteger tan valioso resto que, según sus custodios, sangraba cada viernes santo.

Se cuenta que Santa Catalina de Siena, patrona de Italia, se casó místicamente con Jesús. En una visión, la Virgen Maria la presentó a su hijo Jesús, que le entrega el anillo de casamiento confeccionado con piel de su prepucio diciéndole: "recibe este anillo como testimonio que eres mía  y serás mía para siempre".La Santa afirmaba que llevaba en el dedo el prepucio del Señor, visible para ella pero, lamentablemente, invisible para los demás. Y cuando su dedo también se convirtió en reliquia (venerada en la iglesia de Santo Domingo de Siena, junto con su cabeza), muchas beatas que lo adoraban llegaron a afirmar que allí veían el anillo de carne. Pero sin duda la más controversial historia relacionada con esta reliquia es la que protagoniza Agnes Blannbekin, religiosa de la Tercera Orden de San Francisco en Viena, actualmente venerada como santa (aunque no ha sido canonizada por la Iglesia), quien en uno de sus estados de éxtasis afirmó que pudo sentir en su lengua el santo prepucio, que llegó a tragar, describiendo el dulce sabor que tenía. Pero no fue la única. Otras varias religiosas vivieron éxtasis parecidos, y el asunto alcanzó tal trascendencia que se escribieron algunos tratados, como el célebre de A. V. Müller El sagrado prepucio de Cristo, publicado en 1907.

Pero por considerarla como una reliquia irrespetuosa, en diciembre de 1900, durante el papado de León XIII, la Congregación para la Doctrina de la Fe declaró que todo aquel que se atreviera siquiera a hablar del Santo Prepucio sería considerado despreciable, e incluso podía ser excomulgado. La amenaza de excomunión se mantuvo hasta 1954, cuando un Cónclave deliberó sobre la recuperación del culto con resultado negativo, no sin acaloradas discusiones, aunque se levantó la pena mencionada. Además había quienes cuestionaban que, si "Jesús ascendió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre", cómo pudo su prepucio haberse quedado en la Tierra. Pese a ello en Calcata, un minúsculo pueblo medieval de Italia, era sacado en procesión cada 1° de enero, día de la "Festividad de la Circuncisión" (ocho días después del nacimiento, abolido del calendario litúrgico por el Concilio Vaticano II), hasta que en 1983 fue robado, posiblemente debido a las joyas con las que estaba decorado, o simplemente la misma la misma Iglesia lo había hecho desaparecer, dado que esta peculiar reliquia solo le había causado problemas. Desde esa fecha, aparentemente los Santos Prepucios no se encuentran más en ningún lado.

Y ya que hablamos del prepucio, también el cuchillo usado en la circuncisiónes objeto de veneración (Museo de Prehistoria Contemporánea, en Roma, aunque hay más de uno en la misma ciudad). Y para rematar, un poco más arriba del prepucio, el santo ombligo o cordón umbilical de Jesús se conservaría en la iglesia de Santamaría de Popolo en Roma, en San Martino (Italia) y en Chalons (Francia) (https://elhistoricon. blogspot.com/2016/09/las-reliquias-mas-extranas-de-la.html). Hoy no está a la vista.

Prosiguiendo con la infancia de Jesús, briznas de la paja y fragmentos de madera de la cuna del niño se veneran en la Basílica de Santa María Maggiore. Las reliquias, aunque están en territorio de la Ciudad del Vaticano (las Basílicas mayores de Roma son territorio vaticano), son propiedad de la Corona Española (http://www. elmundo.es/cronica/2016/01/04/568835d6e2704ed82f8b456c.html). Los Santos Pañales que empleó la Virgen María para contener la Santa Caca del Niño Jesús se encuentran custodiados por los servitas (Orden de los Siervos de María, fundada en 1233 en Florencia, ahora en la Iglesia de San Marcello al Corso, en Roma) (https://diocesisdecela

ya.wordpress.com/2018/09/26/diocesisdecelaya-diocesis_celaya-la-catedral-que-custodia -el-panal-del-nino-jesus/#respond). También hay algunos en un gran cofre en la Catedral de Aquisgrán, en Alemania. Un diente de leche de Jesús alguna vez estuvo en la Abadía de Saint Médard en Soissons, Francia. Durante mucho tiempo este santo era invocado por los que sufrían dolor de muelas. Los sepulcros que guardan supuestas reliquias de los tres Reyes Magos se veneran en la Catedral de Colonia, en Alemania.

Las reliquias de la Virgen María sobrepasan toda imaginación, por más fe que se tenga. Gotas de la leche de la madre de Jesússe conservan (o se conservaban) en decenas de lugares, la mayoría en España, Italia y Francia. En España algunas se veneran en las Catedrales de Oviedo, Mallorca, Ávila y Coria. Las que se custodian en el museo de la Catedral de Murcia, según cuentan se licuan cada 15 de agosto, día de la festividad de la Asunción de María (¡cómo corresponde!): se conservan en una redoma de cristal, adornada por una estrella de oro y protegida en una custodia de plata y diamantes. En Italia las hay en Santa María de Popolo, en Roma, en Nápoles (donde también se licua, como la sangre de San Genaro, ¡faltaba más!), en Venecia, en Génova. En la Colegiata de San Lorenzo de Montevarchi (Arezzo) se venera un vial con una ligera incrustación blanca en el fondo y en las paredes (nadie sabe qué material es porque no se permite examinarlo). En Francia hay santas gotas en París, en Reims, en la Catedral de Chartres y varios lugares más. En la Abadía de Nuestra Señora d’Evron, la reliquia está contenida en un tubito/relicario de estaño de 4 cm de alto y nadie vio nunca su contenido. En todos los casos se dice que las gotas proceden de la Gruta de la Leche en Jerusalén donde, según una leyenda pergeñada en el siglo VI, la virgen amamantó a su hijo, escondida de la matanza ordenada por Herodes. Con las prisas y el susto, a la madre se le cayeron unas gotas de leche al suelo y la roca, que era rojiza, se puso blanca. No es de extrañar, entonces, que a partir del siglo VI empezasen a circular reliquias conocidas como "leche de la virgen", bajo forma de unos trocitos de roca calcárea (carbonato cálcico) pulverizada. Al diluir el polvo en agua se pone blanco como la leche y toma su misma consistencia, pudiendo beberse. Durante siglos el comercio de estos polvillos fue muy próspero. Se decía que ayudaban a mujeres con problemas de lactancia o de fertilidad. Esta devoción aún existe. Los franciscanos, que custodian la Gruta de la Leche (hoy convertida en un santuario), distribuyen este polvo con instrucciones adjuntas en las que se explica cómo hay que tomarlo y las oraciones que deben hacerse. Si hay embarazo, se pide que manden una foto del niño. Y hoy se ve una pared llena de fotos enviadas por los felices padres que han visto cumplirse su deseo (extractado de https://reliquiosamente.com/2018/01/30/la-leche-de-la-virgen-maria/).

Pero además hay muchos restos de la Virgen María. Ella nos dejó un brazo, el corazón, el hígado y la lengua que se guardan en las habitaciones de San José de Calasanz en San Pablo Pantaleone, Roma. Un mechón de sus cabellos se venera en Sangüesa (Navarra) y otro en Santa Maria Maggiore en Roma. Cabe recordar que el mismísimo dogma católico dice que la virgen ascendió en cuerpo y alma al cielo, de ser así todo esto contradice abiertamente a la propia Iglesia. Pero, probablemente por la angustia de ver a su hijo crucificado, olvidó estas menudencias en la tierra durante su ascensión, no seamos tan mal pensados.

Fragmentos de las sandalias de Jesús. Después de justificar mediante citas bíblicas el uso de sandalias por parte de Jesús, la web ultracatólica Aleteia nos dice (https://es.aleteia.org/2018/08/09/donde-estan-las-sandalias-que-uso-jesus/): "Muy pocos católicos saben que algunas partes de las sandalias de Jesús se conservan dignamente veneradas en la Basílica Pontificia del Santísimo Salvador, en la ciudad alemana de Prüm. Llegaron allí en el año 752. Según el historiador Michael Hesemann fueron una donación del Papa Zacarías (741-752), que favoreció mucho la evangelización de Alemania a través de San Bonifacio. Pero quien mira las sandalias con mirada científica, duda inmediatamente: lo que hay en el relicario es una especie de suela ricamente decorada con un árbol de la vida con hojas de oro. Sin embargo, el "documento que garantiza su origen" (?) dice “Particulae Sandaliis SS. Salvatoris” (“Partes de las sandalias del Santísimo Salvador”).Así, queda claro que sólo algunas partes de las sandalias de Cristo están allí, incorporadas en el interior de las pantuflas riquísimas en arte y oro en la época carolingia, siglos VIII-IX. Se pidió al Profesor de genética molecular Gérard Lucotte que hiciera un análisis químico sobre estos fragmentos de cuero. Él presentó por primera vez sus resultados en una conferencia científica realizada en abril de 2011 en Argenteuil.Comunicó que había presencia de minerales de silicato, característicos del desierto. La presencia de óxido de hierro indica su procedencia de una región árida. También se han encontrado trazas de titanio, elemento relativamente raro y presente en ambientes ricos en hierro, conocido como Tierra Roja, principalmente presente en la región de Jerusalén. Prof. Gérard Lucotte: “La Sandale du Christ”, cf. ACTES (de COSTA/UNEC) p. 48ss".

Por si hay dudas acerca del "entorno científico" de esta comunicación, ella fue hecha en el "Coloquio La Santa Túnica y las otras Reliquias de Cristo", el 9 de abril del 2011. COSTA quiere decir Cercle Oecuménique et Scientifique de la Sainte Tunique d'Argenteuil. El trabajo no aparece publicado en ninguna revista científica internacional con comité de lectura independiente, a pesar que los resultados parecerían ser muy relevantes. Pero... aceptemos. Que esta reliquia sea un fragmento de antiguas sandalias utilizadas en Judea no es imposible. Pero ¿demostraría esto que éstas son las sandalias de Cristo? Sin embargo, Aleteia (y otras páginas católicas) concluye alegremente: De esta manera, recurriendo por primera vez a estudios científicos, se puede fundamentar el legado de la Tradición sobre las reliquias de Prüm. Los intentos de negar la autenticidad de los descubrimientos deberán proceder con gran cautela. Las Sandalias del Cristo de Prüm, con sus partes de cuero, procedentes de Jerusalén en el siglo I, nos hablan del Hijo de Dios caminando con sus pies sobre esta Tierra hacia el Calvario, sembrando el bien, recogiendo entusiasmos transitorios, indiferencias y hasta el odio más injusto.


Los restos deSan Juan Bautista. Sin duda debió ser un hombre extraordinario ya que se conservan 63 de sus dedos y más de 4 cabezas. En San Silvestro in Capite, Roma ("capite" significa "cabeza"), se guarda el cráneo del santo, que se considera el auténtico, pero sin la mandíbula original (le pusieron una prótesis dorada). Otras cabezas se exponen en la Catedral de Notre-Dame de Amiens y en la Gran Mezquita de Damasco, en un santuario venerado por cristianos y musulmanes. En cuanto a la mandíbula, una veintena de iglesias y monasterios dicen tener la verdadera.


Los restos de Santa Teresa de Jesús (o de Ávila). Fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas, murió en octubre de 1582 en Alba de Tormes, cerca de Ávila, España. Fue enterrada en la iglesia de la Anunciación del convento de su Orden en esa misma ciudad, en cuyo retablo mayor se expone su cuerpo incorrupto... o lo que queda de él. Pues parece que este cuerpo incorrupto no tuvo un descanso muy tranquilo, muchas partes de él están desperdigadas por iglesias, santuarios y conventos en todo el mundo. Según el inventario, tomado de https://www.entreeltormesybutarque.es/2021/04/ las-reliquias-de-santa-teresa.html, tendríamos:

- Tráquea, en Nápoles

- Mano derecha, en el convento de las Carmelitas Descalzas de Lisboa

- Ojo izquierdo y mano izquierda, en el convento de las Carmelitas Descalzas en Ronda, Málaga

- Pie derecho, en el convento de Santa María della Scala, en Roma

- Parte de la mandíbula superior y del cráneo y algunos dientes, en San Pancracio en Roma

- Clavícula derecha y uno de sus dedos, en Bruselas

- Clavícula izquierda, en el convento de San José de Ávila

- Dedo meñique de la mano izquierda, en la Iglesia-convento de la Santa, en Ávila

- Una costilla, en el Desierto de Sant Angelo, en Lombardía

- Dedos, en Nuestra Señora de Loreto en París, Sanlúcar de Barrameda en Andalucía, Convento de Medinaceli en Castilla y León, Roma, Sevilla, Gante, Amberes.

- Muelas, dientes y uñas, en Toledo, Santiago de Compostela, Puebla (México), Malagón en Castilla-La Mancha, Milán, Nápoles

- Trozos de carne, en la Basílica de Santa María Maggiore en Roma, en la Catedral de Nápoles, en Beas de Segura (Jaén), en Villanueva de la Jara en Cuenca y en las Carmelitas Descalzas de Madrid, Valladolid, Malagón, Salamanca y Segovia

- Trozos de huesos, en los Conventos de Carmelitas Descalzas de Palencia y Sevilla.

- Finalmente, en el Monasterio de la Anunciación de las Carmelitas Descalzas en Alba de Tormes, su brazo izquierdo, el corazón y lo que queda de su cuerpo desmembrado.

Impresionante ¿no? Difícil que un cuerpo santo pueda ser más aprovechado por la Iglesia.

Un pechoy otras reliquias del cuerpo de la mártir Santa Águeda se conservan actualmente en nueve relicarios en la Catedral de Catania (Sicilia): además de un seno, se encuentran su cráneo, huesos de la caja torácica, manos, brazos, vísceras, fémures, pies y piernas. La veneración de sus pechos (que ha dado lugar a numerosas especialidades de repostería) se debe a que, alrededor del 230 d.C., el procónsul de Sicilia, Quintianus, mandó cortarle los senos en venganza por no haber podido conseguir sus favores, ya que ella se había consagrado a Dios. Como no podía ser de otra manera, Santa Águeda es la protectora de las mujeres que padecen cáncer de mama y patrona de las enfermeras. Otras partes de su cuerpo se veneran en muchas ciudades italianas y del mundo.

El velo de Verónica. Fue la mujer que en el camino al calvario, tendió a Jesús un velo o paño para que se enjugara el sudor y la sangre. En la tela habría quedado milagrosamente impreso el Santo Rostro. Se lo describe por primera vez en 1137. En la Basílica de San Pedro en Vaticano se mantiene la tradición de que el velo original se encuentra en uno de los pilares que sostienen la cúpula, sobre una estatua colosal de la Santa. Por supuesto hay varias copias distribuidas por el mundo y en España hay uno en el Santuario de Jaén y otro en el de Alicante, a cual más verdadero. También se dice que se conserva en el Santuario del Rostro Santo en el minúsculo pueblo de Manoppello, Italia (https://forosde lavirgen.org/69839/hechos-sobrenaturales-del-padre-pio-en-sus-ultimos-di as-de-vida-14-09-18/).

Lamano de María Magdalena.Se dice que se conserva incorrupta y con un agradable perfume en el Monasterio de Simonos Petra, en el Monte Athos en Grecia. (https://www.lagaceta.com.ar/nota/465607/espiritualidad/mano-incorruptible-maria-magda lena-misterio-fe.html).

La Santa Escalera (Scala Santa). Es una escalera de mármol de 28 peldaños ubicada en el Santuario Pontificio de la Escalera Santa,cerca de la Basílica de San Giovanni in Laterano en Roma. Permite acceder al Sancta Sanctorum. Es la mayor reliquia palestina trasladada a Europa. Según la tradición, fue traída en el 326 del Palacio de Pilatos (Pretorio de Jerusalén) por Elena, la madre de Constantino. Esta escalera fue la que subió Jesús para ser presentado al pueblo y juzgado. Cubierta de madera para evitar el desgaste, es subida de rodillas por los fieles, que ascienden mientras rezan y besan las zonas donde placas de cristal dejan al descubierto manchas de la sangre del flagelado Jesús (http://queaprendemoshoy.com/la-veneracion-de-las-reliquias-en-roma/).

La columna donde Jesús fue flagelado (y sus ligaduras y el látigo!) y la piedra-puerta de su sepulcro. En la humilde iglesia de Santa Prassede en Roma, encontramos la columna donde presuntamente fue atado Jesús para ser flagelado (mármol negro con vetas blancas). Es una de las reliquias más antiguas, ya que fue inventada en el siglo III. Su tamaño hace pensar que sea solo un fragmento (https://es.aleteia.org/ 2018/03/24/donde-se-encuentra-la-columna-de-la-flagelacion/). En la época de las Cruzadas se veneraba en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, donde aún queda otro fragmento. También en un altar de Santa Prassede se ve la piedra que cerraba la entrada del sepulcro de Jesús. Y en la iglesia de Santa Maria in Via Lata, se venera el látigo con el que lo azotaron (no es único porque se conocen al menos dos látigos más). Partes de las ligaduras que ataron a Jesús se conservan en El Escorial y en la Catedral de Anaghi, en Italia. Un pelo de la barba de Cristo se encuentra en la Catedral de Murcia.

La columna sobre la que cantó el gallo de las negaciones de San Pedro. Se venera en la iglesia de San Marcello al Corso en Roma, dedicada al Papa Marcello, donde se conservan también otras reliquias de santos.

Y siguiendo con las columnas, en San Pedro en Vaticano, en la cámara inferior de la capilla della Pietà (donde está la bellísima Pietà de Michelangelo Buonarroti), se puede ver la columna en que se apoyó Jesús cuando tenía doce añitos, mientras discutía con los doctores de la Ley.

Las cadenas que ataron a San Pedro se veneran en San Pietro in Vincoli, también en Roma. Pero para no ser menos, faltaba más, un conjunto de cadenas de prisiones de San Pablo se encuentran (junto a su tumba) en la Basílica San Paolo Fuori le Mura.

En el Sancta Sanctorum se dice que se guardan dos botellas de cristal. Una contiene un suspiro de San José, padre de Jesús, que quedó atrapado en la botella de agua en la que acababa de beber y que posteriormente fue recogida por un ángel que la guardó por varios siglos, hasta que la encontraron unos monjes que peregrinaban a Nazareth. Y en la otra, nada menos queun estornudo del Espíritu Santo, que se veneraba en San Frontino, un pueblecito italiano, hasta que se la trasladó a su emplazamiento actual. No me explico cómo pudieron obtenerlo… También aquí se muestra uno de los pelos del asno que llevó en su lomo a Jesús. Ni siquiera este dichoso animal se salva de ser objeto de veneración.

Otras reliquias de laVida y la Pasión. En la Catedral de Valencia está la toalla con la que Jesús secó los pies de los apóstoles. La Santa Túnica (o manto) deJesús, que la piadosa tradición supone tejida por su madre, se venera en España, una en Valencia y otra (podía tener dos ¿no?) en la iglesia de Santa María de Arriaga en Valladolid. Pero hay varias más distribuidas por el mundo (todo un guardarropa): una se conserva en la Catedral de Tréveris en Alemania y otra en la Basílica de Saint-Denis d'Argenteuil en Francia.Y ¡no podía faltar!, la Santa Sangre de Cristo se guarda en un frasco de cristal de roca, en la bonita Basílica de la Santa Sangre en la ciudad de Brujas, donde se expone al público todos los sábados y es sacada en procesión cuarenta días después del domingo de resurrección, conocido como el “día más bonito de Brujas” y declarado por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. El origen de esta brillante solemnidad se remonta al siglo XIII, cuando Teodorico de Alsacia, Conde de Flandes, volvió de la segunda cruzada trayendo una reliquia de la sangre de Jesucristo (https:// ich.unesco.org/es/RL/la-procesion-de-la-santa-sangre-de-brujas-00263) Otra gota traída también de las cruzadas, está en la Iglesia de Santiago en Rothenburg, Alemania. Dio lugar a un célebre retablo que allí se admira. La Abadía de Hailes, en Inglaterra, exhibía su muestra en 1270, y los peregrinos bendecían sus rosarios con su contacto. Tan famosa fue que se habla de ella en "Los cuentos de Canterbury". Es una lástima que tiempo después se demostrara que tan preciado elemento no era más que sangre de pato. Pero todas esas sangre son las de la pasión. La que Jesús "sudó" en Getsemaní, cuando fue capturado por los romanos, se conserva en distintos santuarios como paños manchados o tierra impregnada, y en el Monasterio de Sant Pere de Roda (Gerona) se dice que habría una ampolla entera. Y más adelante en la historia, también aparece sangre de Jesús ¡con milagro incluido!: el 22 de diciembre de 1272, en la Catedral de Burgo de Osma (Soria, España), un sacristán intentando espantar un gallo que se había posado en la cabeza de un Cristo de madera, le lanzó una piedra que golpeó al Cristo en la sien abriendo una herida de la que brotó sangre (se conserva el vaso que recogió la sangre y algún eritrocito pegado debe tener).

Siguiendo con la Pasión, en la Basílica de las Naciones o Basílica de Getsemaní, situada en el Monte de los Olivos (Jerusalén) junto al huerto de Getsemaní, se encuentra la roca sobre la que Jesús rezaba cuando lo capturaron, luego de la Última Cena. Varias iglesias en Roma afirman poseer otras piezas de la pasión de Cristo, la vara con la que se le golpeó, la esponja en la que se le dio de beber vinagre (en el Sancta Sanctorum, pero también pretende tenerla la Basílica de San Andrés en Mantua) y el letrero que se colgó en la cruz. Este es el Titulus Crucis (INRI) que está en Santa Croce in Gerusalemme, así como el dedo incrédulo que el apóstol Santo Tomás introdujo en las heridas de Jesús para convencerse de su resurrección. Aunque a Tomás se le anuncia la resurrección de Jesús, se niega a admitirla: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré." Ocho días después, Tomás toca con sus propias manos las heridas y Jesús le recrimina haber necesitado ver para creer. Roma y París afirman tener la famosa lanza que atravesó el costado de Jesús (la lanza de Longino, el soldado romano que la clavó en su costado cuando estaba en la cruz). La tradición dice que José de Arimatea, un seguidor de Jesús, compró la lanza al soldado. Luego de pasamanos varios que se pierden en los vericuetos de la historia, hoy se venera en San Pedro en Vaticano sin la punta que, según afirma el Papa Benedicto XIV, estaría en la Sainte Chapelle de París. Hay otras dos lanzas, una en Cracovia (Polonia) y otra en el museo del Palacio Hofburg (Viena). Esta última, mediante la prueba del C14, fue datada en el siglo VII.

Con respecto a la Última Cena, trece lentejas están en el Sancta Sanctorum de Roma. Habría dos más en Barcelona, en el Museo de Vestigios Insólitos, bajo una campana de vidrio, con una etiqueta que las autentifica. También en el Sancta Sanctorum se guardan una pieza sobrante del pan y el asientoen forma de cama en el que se sentó Jesús durante la cena. Mantel, mesa y platos se conservan hasta hoy. El mantel está en el museo de la Catedral de Santa María de la Asunción en la ciudad de Coria (Extremadura, España) y la mesa, o parte de ella, se conserva y venera en la Basílica de San Giovanni in Laterano (Roma), puesta por encima del altar del Santísimo Sacramento (https://reliquiosamente.com/2015/03/23/la-tabula-magna-lateranensis-2/).Pero también parece que hay otro pedazo de la mesa en la Catedral de Sevilla.En Génova,en el Museo del Tesoro de la Catedral de San Lorenzo,se conserva el plato ("Sacro Catino") que utilizó Jesús para consumir el cordero pascual (https://sites.google.com/site/ricardocob/citas-e-imagenes/-cual-es-el-verdadero/el-sacro-catino-de-genova).

Las treinta monedas de Judas, que se han convertido en unas doscientas (una de ellas está fundida en la campana de la Catedral de Velilla del Ebro), carbón del martirio de San Lorenzo, quemado en una parrilla, una piedra con la que fue lapidado San Esteban, varias decenas de dientes de Santa Apolonia, que fue martirizada arrancándoselos y más de 64 dientes del niño Jesús, son otras tantas reliquias que se veneran en toda Europa. Centenares de otras reliquias son enumeradas en https://fosacomun.wordpress.com/2014/05/07/las-sagradas-reliquias-del-vaticano/. Saber como todo esto ha podido llegar hasta nuestros días es algo que es preferible dejar a las ilustradas palabras de algún experto teólogo.

NOTA: Pido disculpas a los lectores que quieran profundizar en estas búsquedas porque las referencias de la localización de algunas reliquias pueden no ser unívocas. Sucede que me he encontrado que, por ser tantas las iglesias que se disputan su posesión, en la web pueden aparecer en más de un lugar.

En el colmo de la credulidad y la desfachatez, se pide a los creyentes que adoren reliquias que no pueden ver. Tal es el caso de la Catedral Basílica Metropolitana de San Salvador en Oviedo, España. Dentro del conjunto de la Catedral se halla la Cámara Santa, ubicada en la capilla inferior, llamada Cripta de Santa Leocadia, uno de los mayores conjuntos de reliquias de Europa y generador de importantes peregrinajes. Allí se encuentra el Arca Santa, un cofre cerrado, con láminas de plata y bajorrelieves ornamentales que ilustran pasajes bíblicos, que Alfonso VI ordenó construir en 1075 como sustituto a uno anterior fabricado en madera de cedro. Leemos en https://www.elmundo.es/cultura/2023/08/16/64db5ca2fc6c839d228b457a.html:

El Arca Santa, cerrada a cal y canto, llegó a Oviedo tras la invasión persa de Jerusalén del año 614, huyendo de las profanaciones. Según su inscripción, ella atesora reliquias tan valiosas como varias espinas de la corona de Cristo, gotas de su sangre, fragmentos de piedras del sepulcro, una rama de olivo que Jesús portaba en su entrada a la ciudad de Jerusalén el Domingo de Ramos y elpaño con el que se cubrió la cara de Cristo tras la crucifixión (considerado por la Iglesia como la segunda reliquia más valiosa de Europa tras la Sábana Santa de Turín). En su interior también se encontrarían -importante el uso del condicional, porque el Arca nunca se ha exhibido abierta- un pedazo de pan de la última cena (además del que está en el Sancta Sanctorum), un jirón de tela de unos 20 centímetros de la túnica de Cristo y un fragmento de madera de la Santa Cruz. También guardaría restos de maná que Yahvé hizo llover en el desierto durante 40 años para salvar del hambre a su pueblo elegido.

Fuera del Arca se conserva una sandalia de San Pedrodatada del siglo I (cf. supra), una bolsa de cuero y un segmento de cadena de su presidio. Otro relicario con incrustaciones de coral del siglo XVII, guarda reliquias de la Virgen María: leche de su pecho, mechones de su cabello, parte de sus ropajes y tierra del lugar donde nació.En una de las paredes laterales de la catedral hay un nicho-armario donde se conserva una hidria o tinaja usada para el milagro (agua transformada en vino) en las bodas de Caná. Se abre cada 21 de septiembre, formándose largas filas para beber el agua que contiene. A pesar que el Evangelio de Juan dice que las tinajas de la boda son seis, de piedra y todas iguales, en Europa hay como 20 de diferentes colores, materiales y capacidades, distribuidas en iglesias y monasterios en muchas ciudades: Pisa, Piacenza, Ravena, Nápoles, Venecia, Brindisi, Bolonia, Colonia, Moscú, Angers, Cluny, París, Orléans y varias más.

Además del Sancta Sanctorum y de la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, hay otros lugares de la cristiandad donde se acumulan centenas de reliquias, amontonadas por coleccionistas entusiastas. Tal el caso del Monasterio de El Escorial, según nos cuenta Eslava Galán (cf. (2)) y también varias páginas de la web fáciles de encontrar. Allí, el rey Felipe II reunió 7432 reliquias, provenientes sobre todo de Alemania pero también del resto de Europa, guardadas en 507 cajas o relicarios, que adoptan diferentes formas según su contenido, y que se abren varios días al año para su contemplación y devoción (aunquemuy pocos son los privilegiados que pueden ver una de las mayores colecciones de reliquias del mundo, como los alumnos del curso Liturgia y monarquía en el Monasterio de El Escorial). Son en su mayoría huesos y vestimentas de 678 santos, catalogados y distribuidos según su importancia: 460 insignes (cráneo, cabeza, corazón, extremidades completas), 255 notables (extremidad incompleta), 1006 menores (falanges), 4168 pequeñas (huesitos del tamaño de una nuez), 12 cuerpos enteros, 144 cabezas enteras, 678 con constancia del nombre. Todas con certificados de origen y documentos que relatan los testimonios sobre cómo y dónde se hallaron. Otro lugar de acumulación es Valencia, donde hay tres armarios en la Catedral, uno en la Capilla de las Reliquias en la Iglesia del Patriarca y uno en el Real Monasterio de la Trinidad, conteniendo centenares de reliquias. Entre ellas (además de las ya nombradas más arriba): el Santo Grial (uno de ellos, cf. supra), un fragmento de la columna donde Cristo fue azotado, una espina de su corona, tierra del Santo Sepulcro, briznas del pesebre donde nació, un pañal y una camisita del NiñoJesús bordada hace dos mil años por la Virgen María, piedras del monte Sinaí chamuscadas por la zarza ardiente, el "verdadero" velo de la Virgen, flechas que mataron a San Sebastián, dos cráneos y otros restos óseos de los Santos Inocentes (los que mandó degollar Herodes) y fragmentos de madera de la Santa Cruz. Y en el ábside de la Catedral, a la vista de todo el mundo, está el antebrazo izquierdo momificado de San Vicente Mártir (cuya túnica se venera en la Abadía de Saint-Germain-des-Prés, en París). Todo parece indicar que la abrumadora cantidad hace olvidar la falsedad, en la misión de enfervorizar la fe de los creyentes.

Algunas reliquias fueron "bajadas de cartel" porque era imposible creer en ellas. Hasta el siglo pasado, un Arzobispo de Mainz presumía de tener en su Catedral dos plumas y un huevo del mismísimo Espíritu Santo cuando se convirtió en paloma, y quien dejara un donativo después de visitar la reliquia tendría perdonados todos sus pecados (ah! bueno!). Otra reliquia desacreditada fue una pluma del Arcángel Gabriel, que supuestamente se le cayó mientras luchaba contra el diablo, que se exhibía en el Monasterio del Escorial hasta principios del siglo XX, cuando desapareció. Pero no fue la única, varias iglesias en Alemania e Italia también han exhibido plumas de este Arcángel y de su compañero Miguel, así como pedazos de sus túnicas. Sin embargo, las dos o tres reliquias más absurdas (el suspiro, el estornudo, el pelo del asno, cf. supra) todavía se mantienen para ser veneradas. Si quieren ver un video divertido e ilustrativo sobre la falsedad de las reliquias, les recomiendo el elaborado por Historias de la Historia que se encuentra en https://www.youtube.com/ watch?v=2abWuZJGddI.

El libro Reliquias de Cristo (en su edición británica "Las reliquias de Jesús: del Santo Grial a la Sábana Santa de Turín", publicado en 2007 por Joe Nickell, investigador principal del Comité de Investigación Escéptica, CSI, (USA) https://www.csicop.org/ author/joenickell), se centra en la tradición cristiana de las reliquias. Allí Nickell reconoce que la veneración de las reliquias se ha convertido en una nueva idolatría, es decir, en la adoración de una deidad transformada en reliquias que mueven sus ojos, lloran y sangran. Explicó que ningún icono de este tipo en la historia ha sido probado como auténtico. En 2008, Prometheus Books publicó el Tratado de las Reliquias de Juan Calvino (1509-1564), uno de los padres de la reforma protestante, con una introducción de Nickell que incluía referencias a su propio libro Reliquias de Cristo y una breve biografía de Calvino. Este reformador fue muy duro con quienes creían en las reliquias, escribiendo: "... las personas que buscan reliquias, ya sea de Jesucristo o de los santos, se volvieron tan ciegos que cualquier origen que se diera a cualquier basura que se les presentara, lo recibieron sin ningún examen o juicio;así, los huesos de un asno o perro, que un vendedor ambulante reconoció como huesos de un mártir, son recibidos con devoción sin ninguna dificultad ... ¡Qué sacrilegio hacer uso del nombre de Jesucristo para inventar tales fábulas absurdas! !... ¿Cómo puede alguien creer tales cosas?... Se puede preguntar, ¿cómo sucedió que estos fabricantes de reliquias, después de haber recolectado y forjado sin ninguna razón todo lo que su imaginación pudiera concebir, pudiesen haber omitido los temas relacionados con el Antiguo Testamento?La única respuesta que puedo dar a esta pregunta es que miraron con desprecio a esos temas, de los cuales no anticiparon ninguna ganancia considerable... Ahora, aquellos que caen en este error deben hacerlo voluntariamente... y de aquí en adelante alegarán ignorancia sobre el tema como excusa".

Hay muchos sitios web donde existen catálogos de reliquias. En varios libros sobre las iglesias de Roma también se encuentran menciones a las reliquias que guardan. Si visitan Roma les recomiendo hacer un "Circuito de las Reliquias" (supongo que en el Vaticano se puede conseguir algún guía en español). Para un pormenorizado recorrido de las reliquias recomiendo ver: http://reliquiasiglesia.blogspot.com/ o tambiénhttps://es.thehessjourney.com/9600-relics-in-rome. Pero atención, estos circuitos sólo les proponen la décima parte de las reliquias que hay (la lista es interminable, hay más de cien). En la Edad Media, la veneración de las reliquias se había hecho obligatoria y cada iglesia en la cristiandad debía tener una reliquia sagrada. Y muchas las mantienen hasta hoy, aunque pudorosamente escondidas, incluso en el propio Vaticano. Pero otras las exponen a la vista de los incautos creyentes. Es de justicia reconocer que, desde el Concilio Vaticano II, el énfasis en las reliquias ha disminuido notablemente, y muchas fueron relegadas a la categoría de "leyenda pía". Para la historia y detalles de muchas reliquias recomiendo la página web https://reliquiosamente.com/.

Por último los Santos lugares

Pionera en este tema, ya desde el siglo III, fue nuestra conocida Santa Elena. Los resumo en este texto, pero darían para un libro entero. No se pueden considerar reliquias, porque no son objetos, pero también fueron creados para consolidar la fe de los innumerables turistas religiosos que hoy invaden Palestina, en un muy lucrativo negocio de las agencias turísticas y las órdenes religiosas que los regentean. Antes de enumerarlos es preciso recordar que el Jerusalén de la época de Jesús fue totalmente arrasado por los romanos a fines del siglo I, no quedando ni su relieve primitivo, construyéndose sobre los escombros una ciudad nueva. Creo que este hecho desacredita de un plumazo todos los Santos Lugares de Jerusalén, son pura invención. Y es imposible que la madre de Constantino encontrara allí maderas y clavos de la cruz y la corona de espinas. No obstante, la Iglesia ha hecho denodados esfuerzos por reencontrar todo, y hoy ni un solo pasaje evangélico ha quedado sin su venerado escenario. Se lee en la revista Actual(abril-mayo 1998, pp.25-28, Caracas): "Negocio infame montado sobre la credulidad de gentes sencillas por una cuadrilla de mercaderes embusteros que trafican con la ignorancia de la gente simple".

El itinerario del turismo pío es muy completo:

- Nazareth, donde Jesús pasó su infancia según los Evangelios (pero, lamentable detalle, no hay testimonios históricos de la existencia de esta ciudad en la época del niño); la casa-gruta donde se crió Jesús; la casa de María (o lo que queda de ella, porque el resto voló a Loreto(5)), en la que nació y vivio con sus padres, en el nivel inferior de la Basílica de la Anunciación, donde el arcángel Gabriel se le apareció; cerca de ella la Iglesia de San José, donde el carpintero tenía su taller.

- Belén (ciudad de intensísimo turismo pío), donde está la Basílica de la Natividad, construida alrededor del año 324 por Elena, la madre de Constantino. En ella, obviamente, está la gruta de la Natividad donde hoy se venera un Santo Pesebre de mármol. No lejos de la Basílica hay cuatro grutas más: la de la Leche (donde hay leche de la virgen convertida en piedritas blancas, cf.supra), la del Sueño de San José (donde el ángel le aconsejó huir a Egipto), la de los Santos Inocentes (donde los soldados de Herodes degollaron a los niños) y la de la Fuente de la Virgen (donde María bebió antes de salir para Egipto). Cerca de estas grutas, en las afueras de Belén, se veneran los campos donde los pastores apacentaban sus rebaños cuando vieron la estrella, en los que se encuentra la Capilla de los Pastores.

- Sobre el río Jordán los ómnibus repletos de turistas se detienen en dos lugares donde fue bautizado Jesús. ¿Por qué dos? Un lugar está del lado israelí del río y el otro del lado jordano, indicando que el verdadero lugar del bautismo está de este lado.

- Cerca de Jericó está el Monte de las Tentaciones, donde el diablo tentó a Jesús a su salida de los 40 días en el desierto. Allí, al borde del acantilado, en recuerdo de esta estadía de Jesús, los ortodoxos levantaron el Monasterio de la Tentación, uno de los principales destinos del turismo pío de Jericó.

- En Cafarnaum están la sinagoga donde predicó Jesús, las ruinas de la casa del apóstol Pedro y el monte de las bienaventuranzas.

- En Betania se venera el santuario de Lázaro, con su tumba en una iglesia construida en 1953. Cerca de Betania, en Betfagé (Israel), se construyó en 1883 una iglesia sobre la piedra donde se subió Jesús para montar al burro que lo llevó a Jerusalén.

-En Jerusalén está la Iglesia o Basílica del Santo Sepulcro (¡nada menos!), en cuyo interior está la tumba donde Jesús fue enterrado y resucitó, además del Calvario o Gólgota donde fue crucificado. En esta ciudad están también el Cenáculo o Sala de la Ultima Cena, la losa donde las mujeres ungieron con aceite el cadáver de Jesús, el huerto de Getsemaní, una roca sobre la que rezó Jesús, la prisión y el lugar de la flagelación de Jesús, el pilar de Judas (lugar donde el traidor le entregó), el Campo de Sangre donde Judas se habría ahorcado y la Via Dolorosa (pavimento por el que caminó Jesús con la cruz a cuestas hasta el calvario).

- En la zona de Tiberíades, el tour turístico se detiene en los santuarios de la Tempestad Calmada, de la Multiplicación de los Panes y el del nombramiento de Pedro como Primado de la Iglesia (¡con la roca sagrada sobre la que ésta se edificará!).

- Por último, en la localidad de Caná, cerca de Nazareth, se puede visitar el santuario, custodiado por los franciscanos, donde habría estado la casa donde se celebraron las bodas de Caná y Jesús transformó el agua en vino. En el centro de la iglesia se conservan los vestigios de una antigua bodega, con los restos de una vieja tinaja en recuerdo del milagro. Si los visitantes son parejas casadas, pueden participar en una ceremonia preparada expresamente para ellos, en la que renuevan su promesa matrimonial que queda sellada en un pergamino.

Por más referencias y argumentación que les haya presentado, me repito no, esto no puede ser cierto. ¿Hay gente que todavía cree en estas cosas, que las acepta, que las venera, que peregrina, que encuentra en ellas pruebas de la existencia de Jesucristo, de la realidad de Dios? Y bueno, parece que sí. La subestimación del intelecto humano, el aprovechamiento de la credulidad de congéneres lamentablemente incultos (sin ningún ánimo peyorativo), en función de intereses espurios (y económicos!) de las iglesias cristianas, fue siempre el arma poderosa de una oligarquía religiosa aferrada al poder y es aún hoy en día una triste realidad, como lo fue a lo largo de más de 2000 años de mentiras, atrocidades, inventos e hipocresía.


La condenable realidad...

Como vimos, es inconmensurable la cantidad de reliquias que están esparcidas por el mundo. Confieso que al empezar la investigación para este texto yo creía que habría unas quince o veinte reliquias, no esperaba encontrarme con esta profusión. Aquí solo he presentado una muy pequeña parte de ellas. No me cabe duda que las autoridades de la Iglesia católica (Obispos, Arzobispos, Cardenales y hasta el Papa de turno) consideran que gran cantidad de ellas son falsas. No las han autentificado ni lo van a hacer. No encontré ningún texto oficial del Vaticano, reciente, que diga explícitamente que las reliquias son auténticas o, por lo menos, cuales lo son y cuales no. En el caso que la iglesia crea en su autenticidad, sería lastimoso pensar que seres humanos pensantes y, en principio, inteligentes, aceptaran sinceramente y de buena fe que estos disparates son ciertos. Sin embargo, personajes no medievales sino de nuestro tiempo, han creído en el supuesto poder de las reliquias. Así, Adolf Hitler gastó enormes recursos en la búsqueda del santo grial o la lanza sagrada, que tuvo en su poder algún tiempo, y el Generalísimo Franco guardaba el brazo incorrupto de Santa Teresa en la habitación donde dormía.

Pero mucho más condenable, por hipocresía, mentira, desprecio y manipulación de mentes crédulas es que, sabiendo que son falsas, se permita, autorice y hasta fomente la adoración de vulgares maderas, clavos, espinas, piedras, leches, pelos, columnas, suspiros, trapos, prepucios, ombligos, dientes... con el fin de mantener y reforzar la devoción popular y, por supuesto, lograr importantes ingresos en las arcas del Vaticano y de las iglesias locales provenientes de peregrinaciones, donaciones y venta de santerías. El Catecismo de la Iglesia católica del año 1993 dice:

Además de la liturgia sacramental y de los sacramentales, la catequesis debe tener en cuenta las formas de piedad de los fieles y de religiosidad popular. El sentido religioso del pueblo cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales como la veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc.”

Luego resalta aspectos positivos de esta religiosidad popular, adjudicándole gran valor para promover la relación entre lo humano y lo divino. Se lee en Catholic.net: "Sin dejar de avisar sobre peligros, deformaciones o usos indebidos de las reliquias, la doctrina católica considera las partes de los cuerpos de los santos u otros objetos relacionados directamente con ellos, como una ayuda para entrar en contacto con Dios, a través de hombres y mujeres que se dejaron transformar por la gracia y alcanzaron así el don de la salvación en Cristo". Debemos leer entre líneas. Nótese que en ningún momento se dice que esas reliquias son verdaderas. La Iglesia actual se cuida muy bien de ello, prefiere echar un piadoso manto de silencio sobre la gran mayoría de ellas, el conocimiento y la credulidad del Homo sapiens actual ya no son los mismos que durante el medioevo.


NOTA: Al igual que propuse para mi texto El Santo Sudario, recomiendo la lectura de "El fraude de la Sábana Santa y las reliquias de Cristo", Ed. Planeta, 2010, de Juan Eslava Galán, Doctor en Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, España. Allí encontrarán la descripción de muchas otras reliquias, anécdotas relativas a ellas, y una lista detallada de los Santos lugares venerados hoy.


(1)Basado en el libro Holy Horrorsde James A. Haught (Prometheus Books, 2002).

(2) Una muy divertida clasificación y descripción de las reliquias hace Juan Eslava Galán en su libro La madre del cordero (Ed. Planeta, Barcelona, 2017): Las reliquias se dividen en tres categorías según su grado de santidad: 1, porciones de cadáver santo o el santo entero momificados; 2, parte de su ropa u objetos que tuvieron contacto con él, incluso los instrumentos que lo torturaron y 3, objetos que tocaron una reliquia de primer grado o la tumba de un santo. Las reliquias orgánicas se clasifican en divinas y terrenales. Las divinas pueden ser hematológicas (ej. sangre de la Pasión), odontológicas (ej. dientes saltados durante la tortura), capilares y cárnicas (ej. el prepucio de Jesús). Las terrenales son de cuatro grandes tipos: animales (la esponja en que Jesús bebió hiel y vinagre), vegetales (maderas de la cruz, espinas de la corona, el asta de la lanza de Longinos, sábanas santas, sudarios, vendas), metálicas (clavos de la cruz, hierros de lanzas, grilletes) y pétreas (piedras pisadas por Jesús, el Santo Sepulcro y muchísimas otras).

(3) El Sancta Sanctorum ("Lugares Santos de los Santos") ocupa una especie de capilla en la parte superior de la Scala Santa, en el Santuario Pontificio de la Escalera Santa,cerca de la Basílica de San Giovanni in Laterano en Roma, pero bajo plena y exclusiva jurisdicción del Vaticano. La denominación se acuñó a partir del siglo XII, en referencia a la desmesurada cantidad e importancia de las reliquias conservadas en ese lugar. El concepto se basa en un texto bíblico que lo describe como el santuario interior más privado del Tabernáculo y, posteriormente, como el recinto más reservado del Templo de Jerusalén, donde era preservada el Arca de la Alianza que contenía los Diez Mandamientos dictados a Moisés.

(4) Como en muchos otros casos, es muy difícil saber, con la documentación disponible hoy, cual fue realmente la sucesión de hechos históricos en el devenir de esta y otras reliquias. En las distintas fuentes de información consultadas (libros y por supuesto la web), se encuentran versiones diferentes y algunas casi contradictorias, por lo que aquí describo no pretende ser una verdad incuestionable.

(5)La casa donde nació la Virgen María, según la tradición, llegó a Italia volando desde Nazareth, pero haciendo antes algunas etapas. En mayo de 1291, los cruzados fueron expulsados de Palestina. Por miedo que fuera destruida, la casa fue levantada y llevada por los ángeles volando hasta Tersato, en la actual Croacia. Pero era un sitio peligroso y los ángeles consideraron que ese no era el lugar más idóneo para la casa. La volvieron a levantar y, atravesando el Mar Adriático, la depositaron cerca de la costa en la región italiana de Las Marcas. Luego de un tiempo, los ángeles se dieron cuenta que tampoco estaba bien allí: demasiado cerca del mar, muy expuesta a las invasiones turcas. Entonces, la casa fue de nuevo desplazada y depositada en un terreno también impropio por un tema de codicia humana (los ángeles deberían inspeccionar mejor los lugares antes de hacer semejantes traslados). El siguiente y definitivo traslado se realizó en diciembre de 1294: la casa fue llevada hasta un cerro cubierto de laureles, un lauredal (en italiano ‘laureto’). Un viaje de 3 años y 7 meses y por vía aérea. En ese lugar se levantó uno de los santuarios más famosos de la cristiandad, el de la Virgen de Loreto (patrona de los aviadores, por razones obvias). En su interior está la pequeña casita, con sólo tres paredes, porque la cuarta era parte de una roca (una gruta) a la que estaba presumiblemente adosada y que es visible en la Iglesia de la Anunciación en Nazareth  (resumido de https://reliquiosamente.com/2014/03/07/una-casa-que-vuela/).


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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Alberto Cirio", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo. El mismo "Alberto" se encargará de responder las dudas de los lectores a través de los comentarios.

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"Los seres humanos nunca hacen el mal de manera tan completa y feliz como cuando lo hacen por una convicción religiosa"

Blaise Pascal




¿Y si Jesús nunca existió? (Entre el mito y la historia)

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¿Y si Jesús nunca existió?


Desde hace mucho tiempo se viene buscando una prueba arqueológica que asegure sin lugar a dudas la existencia de Jesús de Nazaret. Porque no existe ninguna, a pesar de la gran cantidad de reliquias que circulan por el mundo.

Por Miguel Ángel Sabadell

Astrofísico y divulgador científico

18.02.2023 | 12:00


Existen una cantidad ingente de falsas pruebas relacionadas con la vida de Jesús: trozos de la cruz (el más grande se conserva en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, Cantabria), el prepucio de Jesús, el Santo Grial... o las dos más polémicas y sobre las que más tinta se ha vertido, la Sábana de Turín y el Sudario de Oviedo, y que se ha demostrado que son falsificaciones medievales.

En ausencia de restos físicos la mirada debe volverse a las fuentes escritas, y aquí tampoco es que haya mucho donde escoger. Puede parecer sorprendente pero las únicas 'pruebas' de la existencia de Jesús vienen de quienes lo consideraron Hijo de Dios, sus propios seguidores, los desconocidos autores de los evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan. Ahora bien, el más antiguo de todos, el de Marcos, se escribió hacia el año 80, medio siglo más tarde de los eventos que narra. Por tanto, ninguno de los autores de los evangelios fue contemporáneo de Jesús, todos escribieron de oídas. Estamos ante lo que los historiadores llaman 'fuentes secundarias'. En este caso la pregunta clave es: ¿son históricamente fiables?


La falsa historicidad de los evangelios

Hasta mediados del siglo XVIII nadie ponía en duda la autenticidad histórica de los evangelios: eran textos inspirados por Dios que conservaban casi literariamente los hechos y dichos de Jesús. Las sonoras diferencias entre ellos, decían, eran producto de haber sido escritos desde distintos puntos de vista. Pero entonces entró en juego Hermann Samuel Reimarus, un profesor de lenguas orientales de Hamburgo que dejó escrito un manuscrito que nunca publicó por miedo. Tras su muerte su discípulo G. E. Lessing publicó en 1774, sin firma, siete fragmentos del mismo. De ellos, el más polémico fue el titulado Acerca del objetivo de Jesús y sus discípulos. Para Reimarus el Jesús de los evangelios es un fraude: defendía que Jesús fue un mesías político que predicó la inminencia del reino de Dios y la liberación del yugo romano, pero fracasó. Los discípulos hicieron frente al desastre inventándose la resurrección y la parusía, su segunda venida como Señor. Es obvio que los siete fragmentos publicados fueron prohibidos por las autoridades, pero la semilla de la duda estaba plantada.


Los Evangelios

En 1835 aparecía Vida de Jesús del filósofo David Friedrich Strauss, discípulo de Hegel. Allí defendía que los relatos evangélicos no eran más que mito, una narración destinada a explicar una idea, la proyección de lo creado por los discípulos. Son, por tanto, libros de fe sin ningún valor histórico. El siguiente golpe a la boca del estómago de la historicidad de los Evangelios lo dio en el primer año del siglo XX el teólogo alemán Wilhelm Wrede al llamar la atención sobre un aspecto que hasta el momento había pasado desapercibido: el secreto mesiánico subyacente al evangelio que sirvió de base al resto, el de Marcos. Leído con cuidado, en él Jesús duda de su divinidad y siempre pide silencio sobre sus milagros y su misión mesiánica. El mazazo para quienes vieron en Marcos un testimonio histórico fue mortal. Para Wrede, Marcos usa el secreto mesiánico como un recurso literario que esconde una intención teológica y catequética. No hay nada -o muy poco- de historia.

De aquí a decir que es imposible saber nada acerca de Jesús solo había un paso, y lo dio el teólogo más influyente de la primera mitad del siglo XX, Rudolf Bultzmann. Su objetivo era la desmitologización completa de la figura de Jesús. Para este teólogo luterano los evangelios no eran otra cosa que testimonios de fe. Es más, el fundamento del cristianismo no era Jesús sino la predicación de la comunidad primitiva. La consecuencia es obvia: no podemos saber nada de la vida de Jesús.


Jesús, el mito

Entonces, en la década de los 1990 otros investigadores dieron un paso más allá y empezaron han empezado a defender que el Jesús de los evangelios es un mito, una completa invención. Para el teólogo Robert M. Price la narrativa sobre Jesús sigue la de los mitos de Oriente Medio sobre los dioses moribundos y ascendentes, como Baal, Osiris, el griego Atis, Adonis, o el babilonio Tammuz. Estamos, dice, ante una religión mistérica más, una de las muchas que aparecieron por la zona en aquellos tiempos. Tal era la situación entonces que, los primeros apologistas cristianos -así se llama a aquellos que buscan argumentos racionales para defender la fe- vieron que había fuertes similitudes entre los rituales del mitraísmo y los del cristianismo. Para resolver el problema afirmaron que los rituales mitraicos eran copias malvadas de las cristianas: Tertuliano, que vivió entre el siglo II y III, escribió que eran una falsificación creada por el Diablo para atacar a Jesús.

Los mitólogos no son un grupo monolítico: cada uno tiene su propia idea de cómo surgió el mito de Jesús. Burton Mack, profesor emérito de Nuevo Testamento en la Facultad de Teología de Claremont, California, defiende que tras el fracaso de los primeros seguidores de Jesús apareció un culto nuevo en un ambiente greco-romano: El Cristo de Pablo. Es en este entorno donde surgen las nociones de resurrección y ascensión a los cielos; es el Jesús divino, a imagen y semejanza de los héroes griegos. El autor de Marcos, un cristiano de segunda generación, implementa toda esta visión en su evangelio en el cual sólo hay de cierto la última cena y la crucifixión.

Más colorista fue la hipótesis expuesta por John M. Allegro, un respetado filólogo semítico y el único investigador no creyente que formó parte del primer equipo que tradujo los manuscritos del mar Muerto. En su libro El hongo sagrado y la cruz (1970) defendió la idea de que Jesús no era un ser humano sino el nombre en clave del hongo alucinógeno amanita muscaria que los esenios y otros grupos religiosos judíos utilizaban para entrar en comunión con la divinidad. El cristianismo nació, para el difunto Allegro, como efecto de las visiones producidas por este hongo. ¿La consecuencia de este libro? Le costó su carrera.


¿Pruebas?

Los defensores de la hipótesis mítica de Jesús argumentan que una prueba de que estamos ante una invención es que los textos cristianos más antiguos que se conservan, las cartas de Pablo, en ningún momento hacen referencia a un Jesús histórico, sino que solo hablan de un Cristo místico. Solo cuando fue pasando el tiempo y sus seguidores empezaron a preguntarse sobre él llegaron los evangelistas, que dieron forma al personaje. Solo así, dicen, se pueden explicar las inconsistencias en las descripciones de su vida y muerte. Por ejemplo, las escenas del nacimiento que narran Mateo y Lucas son contradictorias entre sí: para Lucas la familia de Jesús vivía en Nazaret y viajó a Belén; para Mateo, Jesús nació en su casa, en Belén. La situación empeora cuando se consideran momentos clave en la vida de Jesús, como cuánto tiempo estuvo predicando (uno o tres años), o cuándo fue ajusticiado. ¿Cómo es posible que los evangelios se contradigan a la hora de señalar el momento más importante que conforma su fe? Incluso las imágenes de Jesús que dan los distintos evangelistas son totalmente irreconciliables: para Marcos es un ser humano que duda y sufre; para Juan, en palabras del escritor David Fitzgerald, “es un Superman sin Clark Kent”.


Inspiración griega

La historicidad del evangelio de Marcos -el más antiguo y al que copian con profusión Mateo y Lucas- queda aún más en entredicho si tenemos en cuenta el trabajo del profesor del Seminario Teológico Claremont en California, Dennis MacDonald: Marcos se inspiró en la Ilíada y la Odisea. Para ajustar su relato a las aventuras marítimas de estos dos clásicos el evangelista convirtió el tranquilo lago Tiberíades en el mar de Galilea, donde Jesús y sus discípulos batallan contra una feroz tormenta de altas olas, siguiendo la tradición marinera de las dos obras griegas.

Sea como fuere, lo cierto es que a pesar de todos estos esfuerzos, tampoco hay pruebas suficientes para concluir que estamos ante una figura mítica sin base histórica: las espadas siguen en alto.

Fuente:

https://www.muyinteresante.com/historia/59663.html

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¿De verdad existió Jesús de Nazaret?


El debate más encendido en los estudios del cristianismo primitivo es el referido a la historicidad de Jesús. ¿Existió realmente Jesús, nacido en Galilea y sacrificado por las autoridades romanas?

Luis Cortés Briñol

21.04.2022 | 16:07


Unos dos mil millones de personas en todo el mundo se declaran cristianas. Ortodoxos, católicos, protestantes y anglicanos, junto al resto de variantes del cristianismo, tienen en común la figura de Jesucristo. Para los creyentes, Jesucristo es Dios.

La pregunta por la existencia de Dios no tiene sentido histórico, en la medida en que no cabe ser respondida por la historia. Será cuestión de fe creer o no en Dios. Así como también será cuestión fe creer o no en Jesucristo, persona divina, híbrido entre el Cristo celestial de los evangelios y una persona humana, Jesús.

El caso de Jesús de Nazaret es diferente, ya que es descrito como una persona de carne y hueso sobre la que cabe preguntarse si existió realmente o no. Cuestión que mantiene vivo un intenso debate en los círculos académicos teológicos e históricos, especialmente desde finales del siglo XIX y comienzos del XX.


La hipótesis del mito de Jesús

Entre quienes plantean que Jesucristo no tiene un fundamento real e histórico en una persona humana, están los defensores del origen mítico de Jesucristo. Según ellos, la figura cristiana conocida como Jesucristo no tuvo como referente a un predicador terrenal llamado Jesús, porque, sencillamente, tal predicador nunca existió.

Los argumentos de esta hipótesis son variados, pero sus defensores suelen coincidir en algunos aspectos clave. En primer lugar, no hay evidencias arqueológicas directas de la existencia de Jesús. Tampoco escribió -que sepamos- nada, ni existen relatos contemporáneos a Jesús que lo mencionen. Todas las referencias históricas de Jesús con las que contamos se compusieron décadas más tarde de su muerte, la mayor parte entre 50 y 70 años después de morir Jesús.

Los evangelios incluidos en el Nuevo Testamento de la Biblia, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, narran la vida, ministerio, crucifixión y resurrección de Jesucristo. Aunque son, junto con las cartas de Pablo, la principal fuente de información biográfica sobre Jesús, ninguno de sus autores fue testigo de los acontecimientos narrados. Hechos que presentan no pocas contradicciones.

En segundo lugar, la hipótesis del Jesús mítico suele sostener que Jesús comenzó siendo una figura alegórica y simbólica del mesías que, idealizado como ser celestial, se revistió después de una historia inventada, producto de interpretaciones erróneas. Incluso hay quienes apuntan a que Jesús es en realidad una amalgama de personas combinadas en una sola figura.

Uno de los autores más influyentes en la tradición del Jesús mitológico fue el historiador y filósofo de la religión alemán Arthur Drews, que revolucionó el estudio en este campo con la publicación de su libro El mito de Cristo (1909), en el que negó la existencia de un Jesús histórico. Sus tesis son avaladas en buena medida por el escritor canadiense Earl J. Doherty y el profesor estadounidense Richard Carrier, actuales representantes de la hipótesis del mito de Jesús.

No obstante, están en minoría. La mayor parte de los expertos actuales en cristianismo primitivo defienden la existencia de un Jesús histórico. Y lo hacen al margen de sus creencias personales.


Contra el mito, la hipótesis del Jesús histórico

Para esclarecer un poco la figura del Jesús histórico es preciso hacer un análisis lo más objetivo posible, comparar las fuentes y elaborar una profunda crítica textual, que requiere un dominio de lenguas clásicas, especialmente el griego antiguo (en el que están escritas las versiones más antiguas conservadas del Nuevo Testamento), el hebreo bíblico y el latín. Todo ello para distinguir al Jesús del evangelio (Jesucristo) del Jesús histórico.

Una de las claves que permiten a los especialistas sostener, de forma razonable, la existencia de Jesús de Nazaret es lo que se conoce como criterio de atestación múltiple, a veces llamado método transversal. Dicho método consiste en dar más fiabilidad a los acontecimientos históricos que sean informados por más fuentes, sobre todo si son fuentes lo suficientemente diversas e independientes.

En el caso del Jesús histórico, obtenemos las pistas más valiosas en las fuentes no cristianas; concretamente, de autores romanos que mencionan a Jesús en sus obras: Suetonio, Plinio el Joven, Flavio Josefo y Tácito. Los dos últimos son de especial relevancia.

El historiador romano de origen judío nacido en Jerusalén Flavio Josefo (c. 37 - c. 100), menciona a Jesús en dos ocasiones, en su monumental obra Antigüedades judías (Ιουδαϊκή αρχαιολογία, en griego antiguo). Algunos de los pasajes de las citas fueron interpolados por autores cristianos, que añadieron información con posterioridad, lo que invalida parcialmente los testimonios. En cambio, otros son considerados genuinos por parte los eruditos modernos.

También el historiador y senador romano Tácito (c. 55 - c. 120) menciona a Jesús, en sus Anales, señalando que Cristo “sufrió la pena extrema durante el reinado de Tiberio a manos de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilato”. Que aluda a la crucifixión de Jesús tiene un notable valor, dada la fama de historiador escrupuloso que tenía Tácito y, sobre todo, porque despreciaba con encono al cristianismo. Casi todos los expertos actuales consideran que el pasaje es genuino, atendiendo a que el lenguaje y estilo son distintivamente tacitanos.

Bautismo y crucifixión, las dos claves de la historicidad de Jesús

Que ni siquiera los opositores romanos a la naciente secta cristiana negaran al Jesús humano, es un signo de historicidad, a juicio del experto estadounidense en estudios bíblicos y Nuevo Testamento Bart Ehrman, para quien la crucifixión es uno de los pasajes clave en la vida del Jesús histórico.

La hipótesis de un Jesús mítico parece difícil de sostener si tenemos en cuenta que la tradición judía, anterior al comienzo del cristianismo, era ajena a la idea de un mesías crucificado. No solo eso, sino que fallecer en la cruz era, para los judíos, la más degenerada y vergonzosa de las muertes.

Si realmente nunca hubo un Jesús histórico, resulta difícil explicar de dónde proviene este extraño elemento de la crucifixión, sin precedentes en la tradición judía y tan inconveniente en el relato sagrado. Una forma de explicar que su mesías fuera crucificado es que un hombre real, un judío, fuera en efecto clavado a la cruz. Un judío que, además, se proclamó el mesías, el rey. Motivo por el que su cruz pudo llevar grabada la inscripción latina INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudæorvm, “Jesús de Nazaret, rey de los judíos”).

Por estas razones, Ehrman señala que, si bien los estudiosos discrepan respecto de muchos episodios concretos de los relatos bíblicos (que son relatos teológicos antes que históricos), suelen concordar en la fiabilidad histórica de dos momentos muy marcados de la biografía del nazareno: la ya citada muerte en la cruz y el bautismo.

El bautismo de Jesús recibe un tratamiento dispar en los evangelios. Por ejemplo, en el evangelio de Marcos, el más antiguo de los evangelios canónicos, Jesús es descrito yendo al río Jordán y siendo bautizado por Juan el Bautista. En cambio, en el evangelio de Juan, Jesús es representado como un mesías preexistente, un ser místico y celestial, por lo que la idea misma de que Juan el Bautista bautice a Jesús resulta bastante incómoda para Juan el evangelista. Que haya versiones distintas, escritas en momentos diferentes de un naciente cristianismo, es un indicio de que el bautismo y la crucifixión de Jesús pudieron suceder de verdad.

Para autores como el catedrático español Antonio Piñero, filólogo clásico y reconocido experto en cristianismo primitivo, el consenso prácticamente unánime de los eruditos de la antigüedad más competentes, sean o no cristianos, es que Jesús fue una persona real, un predicador judío que nació seguramente en Nazaret (Galilea, en la zona norte del actual Estado de Israel), en el siglo I.

Si atendemos a la voz cantante entre los más reputados expertos del mundo en la materia que nos ocupa, parece probable, en conclusión, que Jesús existió de verdad. No el Jesucristo de los cielos, sino un hombre sencillo, de carne y hueso, un judío fariseo llamado Yeshua ben Yosef (Jesús, hijo de José), que fue carpintero, tuvo al menos un hermano, recibió el bautismo por parte de Juan, fue seguido por discípulos y, al final de su vida, creyó ser el mesías-rey que Israel esperaba, razón por la cual fue condenado por sedición.

Ajeno a cualquier deseo de fundar ninguna religión, ese Jesús histórico nunca fue consciente de que su figura, discutida hasta la saciedad, inspiraría la religión en la que se educan miles de millones de personas en todo el mundo, dos milenios después de que exhalara por última vez.

Referencias:

Carrier, R. 2014. On the Historicity of Jesus. Why we might have reasons for doubt. Sheffield Phoenix Press.

Dawes, G. W. 2019. The historical Jesus quest: a foundational anthology. BRILL.

Piñero, A. (coord.). 2008. ¿Existió Jesús realmente? El Jesús de la historia a debate. Raíces.

Piñero, A. 2019. Aproximación al Jesús histórico. Trotta.

Puente Ojea, G. 2008. La existencia histórica de Jesús: Las fuentes cristianas y su contexto judío. Siglo XXI editores.

Fuente:

https://www.muyinteresante.com/historia/36406.html

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Jesucristo, entre el mito y la historia


La vida del fundador del cristianismo transcurrió entre los reinados de Augusto y Tiberio. Más tarde, Claudio expulsó de Roma a sus seguidores, aunque fue Nerón quien se llevó la tal vez injusta fama de perseguirlos. Hoy, no cabe duda de la historicidad de Jesús, pese a que poco se sabe de él más allá de las fuentes evangélicas.

Fernando Cohnen

03.03.2020 | 00:00


El nacimiento de Jesús hubo de producirse en torno al año 4 o 5 a.C. en la aldea galilea de Nazaret. La tradición cristiana afirma que sus padres se llamaron José y María, y es probable que tuviera varios hermanos.

En sus años de infancia, Herodes el Grande gobernaba Judea con mano de hierro gracias al apoyo de Roma, cuyos senadores le dieron carta blanca para controlar las sesiones de la asamblea de Jerusalén, manejar a su antojo el poder religioso y llevar a cabo grandes construcciones, como el Segundo Templo de la capital hebrea y las fortalezas de Masada y Herodión. Si los judíos criticaban a Herodes por su afán de ajustar las tradiciones de su pueblo a los parámetros de la cultura grecorromana, el emperador Augusto estaba encantado con su férreo gobierno, ya que evitaba revueltas y tensiones en la región. Sin duda, su reinado proporcionó estabilidad a Judea, pero en sus últimos años de vida el monarca se comportó como un paranoico que veía enemigos en todas partes, incluso en su propio palacio. Así, convencido de que su esposa Mariamme le había engañado con otro hombre, Herodes ordenó asesinarla.

Su hijo mayor, Antípatro, inició un complot para acabar con su enfermo y desquiciado padre. Pero la conspiración llegó a oídos del rey, quien acusó a su primogénito de traición, por lo que fue encarcelado y ejecutado. Herodes el Grande murió en el año 4 de nuestra era, cuando Jesús debía tener unos diez años de edad. El emperador Augusto resolvió la sucesión en el trono judío dividiéndolo entre sus tres hijos. A Arquelao le concedió el control sobre Judea, Idumea y Samaria; a Herodes Antipas, el de Galilea y Perea, y a Filipo, unas tierras menores. El gobierno de Arquelao fue un desastre, y el emperador lo destituyó en el año 6, convirtiendo sus territorios en una provincia romana al mando de un prefecto.

La caída en desgracia de Arquelao coincidió con el levantamiento de Judas de Gamala en Galilea, que pronto fue liquidada por la poderosa maquinaria bélica del Imperio. Al fallecer Augusto en el año 14, el poder de Roma pasó a manos de Tiberio, uno de los hombres más capacitados de la aristocracia romana, cuyas habilidades militares habían quedado demostradas en sus campañas en las regiones septentrionales del Imperio, aunque el Senado siempre lo percibió como un tirano. En los territorios de Galilea y Perea, Herodes Antipas colaboró tan estrechamente con Tiberio que no dudó en fundar en su honor una nueva ciudad, a la que puso como nombre Tiberíades.


Jesús, en su contexto histórico

Todas las fuentes históricas sobre Jesús de Nazaret se encuentran en textos que se escribieron años después de su crucifixión, como los Evangelios canónicos. El más antiguo es el llamado Papiro P 52, que contiene un fragmento del Evangelio de Juan, del año 125. Estas fuentes aseguran que la vida pública de Jesús se inició con su bautismo por el predicador Juan el Bautista en el río Jordán, convirtiéndose desde entonces en el líder de la primera comunidad cristiana. Acompañado por un grupo de fieles, entre los cuales se encontraban los doce apóstoles, Jesús recorrió Galilea y las regiones aledañas transmitiendo un mensaje de esperanza a los desposeídos, marginados y pecadores. Posteriormente, según cuentan los Evangelios, el nazareno se trasladó a Jerusalén para celebrar la Pascua con sus discípulos, donde fue aclamado como un rey por la multitud. “He aquí que tu rey viene a ti, manso y montado sobre un asno”.

Estos textos cuentan la visita de Jesús al Templo de Jerusalén, donde expulsó a los cambistas y comerciantes, y la celebración de la Última Cena junto a sus apóstoles, durante la cual predijo que sería traicionado por uno de ellos, llamado Judas Iscariote. Los textos de los evangelistas también hacen referencia a otros capítulos de la vida de Jesús, como su subida al monte a orar, cuando algunos de sus apóstoles contemplaron la transfiguración de su maestro y la aparición de las figuras de Moisés y Elías, mientras se oía una voz celestial que decía: “Este es mi Hijo elegido. Escuchadle”.

En el año 26, cuando Tiberio nombró a Poncio Pilatos gobernador de Judea, Juan el Bautista andaba predicando en las plazas y el Templo de Jerusalén la próxima llegada del reino de Dios y del Apocalipsis, una revelación del fin del mundo y de la llegada del nuevo mesías que Jesús adoptó con un cambio sustancial: “El reino de Dios ya ha llegado y se encuentra entre nosotros aquí y ahora”. “Aquella modificación fue esencial para lo que vino después. Si el mensaje del Bautista era apocalíptico, el de Jesús era de felicidad y de liberación”, afirma Armand Puig, profesor de Nuevo Testamento en la Facultad de Teología de Cataluña y autor de Jesús, una biografía. Mientras el nuevo mesías predicaba sus enseñanzas en Galilea, el tetrarca de ese territorio, Herodes Antipas, cometió el error de contraer matrimonio con una medio sobrina suya, llamada Herodías, lo que desató el escándalo entre los judíos, que veían con malos ojos una relación que consideraban incestuosa. En el Evangelio de Marcos se dice que Juan el Bautista condenó también la conducta de Herodes, por lo que su joven mujer exigió la ejecución de aquel incómodo predicador, a lo que accedió el tetrarca de Galilea. Según Marcos, Herodes ordenó la decapitación de Juan, cuya cabeza le fue entregada a Herodías en un plato. El historiador judío Flavio Josefo cuenta asimismo esa ejecución en Antigüedades judías, una obra en la que el autor trata de demostrar que el pueblo hebreo es el más antiguo de todos los existentes y en la que aparece de pasada la figura de un personaje llamado Jesús. Los romanos, que no querían intervenir en cuestiones religiosas en los territorios ocupados, así lo permitieron.


Un mensaje subversivo

Pero pronto se arrepintieron de su decisión, tal y como recoge un edicto imperial descubierto en Nazaret hace unos años, cuyo texto desvela las penas de muerte que impusieron los romanos a los violadores de tumbas en Palestina. La dureza de esas disposiciones se ha relacionado con la sustracción del cadáver de Jesús de su tumba tras su crucifixión. A los romanos les debió coger desprevenidos la propagación del mensaje de que ese supuesto mesías había resucitado, lo que podía dar lugar a tumultos y sublevaciones en la región.

En un intento de frenar casos similares en el futuro, las autoridades imperiales decidieron castigar severamente el robo de cadáveres en Judea. Según el Nuevo Testamento, la persecución de los primeros cristianos comenzó poco después de la supuesta resurrección de Jesús. El principio cristiano de que él era el único “señor de señores” y “el único Dios verdadero” fue percibido por los romanos como una rebelión política contra el Imperio.

Otras ideas que predicaban los apóstoles y sus seguidores también fueron vistas como una amenaza para el orden social romano. La creencia de que “todos somos hijos de Dios” y el alegato contra la riqueza y las prácticas comunistas de los primeros cristianos, que ponían a disposición de la comunidad todos sus bienes cuando entraban a formar parte de ella, chocaban frontalmente con la sociedad romana, cuyos pilares eran el esclavismo y la defensa de la propiedad privada. A los cristianos les perjudicó en principio que su fe se extendiera tan rápidamente entre los humildes y los que sufrían injusticias, cuyas filas componían la mayor parte de la población del Imperio. Roma no estaba dispuesta a tolerar una religión que preconizaba a voz en grito la igualdad entre los seres humanos, un principio que podía alentar la sublevación, al señalar como culpables de esa desigualdad social a los más poderosos y privilegiados de Roma.


De Calígula a Claudio

Sin embargo, no hay pruebas documentales de que Calígula, sucesor de Tiberio, reprimiera a los cristianos que vivían en la capital o en otros territorios imperiales.

De lo que sí dejaron constancia los historiadores Tácito y Suetonio fue del comportamiento disoluto y perturbado de este emperador, al que acusaron de ser un hombre profundamente cruel y desequilibrado, cuyas orgías sexuales y relaciones incestuosas con sus hermanas escandalizaron a toda Roma. Hartos de sus arbitrariedades, los componentes de la guardia pretoriana acabaron con él y declararon emperador a su tío Claudio. En aquellos días turbulentos, los barrios de Roma incrementaron su población con la llegada de judíos, negros africanos, germánicos, griegos, sirios y otras gentes provenientes de los rincones más recónditos del Imperio.

A ese crisol de pueblos se unieron los judíos cristianos, que en el año 49 fueron expulsados de la capital del Imperio por provocar graves disturbios en sus calles. En sus escritos, Suetonio recuerda que los tumultos comenzaron cuando los cristianos anunciaron que Jesús, el hijo de Dios y por extensión la encarnación de Dios mismo, iba a inaugurar una nueva era para la humanidad. Esa proclama chocaba de frente con el arraigado monoteísmo del pueblo hebreo, lo que provocó enfrentamientos entre las familias ortodoxas judías y las comunidades cristianas. Aquel conflicto llegó a su fin cuando el emperador ordenó la inmediata expulsión de los cristianos de la ciudad.


Roma se hace cristiana

La presencia del cristianismo en el Imperio comenzó a ser muy visible en el siglo II. Roma solía respetar los dioses de los territorios que iba ocupando, siempre que los creyentes respetaran a su vez las instituciones imperiales y se mantuvieran al margen de disturbios. Pero la insólita pureza de los ritos cristianos, incomprensibles para la mentalidad romana, y la difusión de su fe entre los esclavos y libertos, que la convirtieron en una amenaza para el orden social, provocaron momentos de gran tensión que desembocaron en persecuciones. La espectacularidad de los castigos a los cristianos, que murieron a miles en el circo devorados por fieras salvajes, y su actitud estoica ante la muerte contribuyeron a difundir su religión.

Con el paso del tiempo, esta fe fue cobrando poder entre las clases privilegiadas. Fue en torno al año 311 cuando el emperador Constantino autorizó oficialmente el nuevo credo, que pronto pasó de ser perseguido a perseguidor de las religiones paganas, bajo el pretexto de defender la pureza de la fe y velar por las almas de los romanos.


Realidad y mito en torno a Nerón

Tras la muerte de Claudio, el cetro imperial pasó a manos de Nerón, el último emperador de la dinastía Julio-Claudia. Gracias a los historiadores romanos, su imagen cantando un poema mientras observaba a Roma en llamas ha quedado en la memoria colectiva como paradigma de la frivolidad y la maldad. Pero las crónicas de los historiadores romanos no siempre responden a la verdad histórica. El drama se produjo el 19 de julio del año 64, cuando se desató un incendio en el Circo Máximo que se expandió velozmente destruyendo buena parte de la ciudad.

Pronto corrieron rumores de que el fuego había sido provocado por el propio emperador, cuyo sueño era destruir la antigua Roma para construir sobre sus ruinas Nerópolis, la nueva capital del Imperio. Pero Nerón no fue un pirómano, sino el emperador que reaccionó al desastre actuando con diligencia para paliar los efectos devastadores del fuego. Entonces, ¿quién fue el culpable? Algunos historiadores afirman que la devastación de Roma por las llamas fue accidental y que fue el emperador quien buscó un chivo expiatorio para acallar las voces que lo señalaban. Y el mejor chivo expiatorio que tuvo a mano Nerón fue la comunidad cristiana que vivía en la capital, a la que acusó de haberlo provocado. Al menos eso es lo que creíamos gracias a los escritos de los historiadores Cornelio Tácito y Suetonio, quienes narraron a comienzos del siglo II la cruel represión que sufrió la comunidad cristiana tras el incendio de Roma.

Sin embargo, investigaciones publicadas en 2015 parecen demostrar que aquellas persecuciones, en las que se sentó la base del martirologio cristiano, fueron un mito. Esa es la hipótesis que defiende Brent D. Shaw, catedrático de Historia Clásica de la Universidad de Princeton (New Jersey, Estados Unidos), cuyas conclusiones pueden alterar la visión que tenemos de los primeros cristianos. Este profesor cree que las persecuciones se produjeron tras el incendio, aunque no fueron dirigidas contra los cristianos, que en aquel entonces eran muy pocos y no amenazaban la paz social. La vinculación de estos con la destrucción de Roma se produjo posteriormente, en torno al año 100 de nuestra era.

Al construir el relato de los orígenes de su fe, autores cristianos como Eusebio culparon a Nerón del asesinato de miles de fieles, haciéndose eco de las críticas que sufrió el emperador por parte de las élites romanas de la época, que lo habían descrito como una persona perversa y maligna.

En realidad, el martirio de los cristianos se produciría más tarde, con los emperadores Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Decio y Diocleciano. Fue este último el que puso en marcha la gran persecución, también denominada Era de los Mártires (año 303), durante la cual se destruyeron los templos cristianos y se asesinó a miles de fieles a lo largo y ancho del Imperio; entre ellos, al diácono Román de Antioquía, al que le amputaron la lengua antes de ejecutarlo. Aquella sangrienta etapa concluyó cuando Constantino autorizó el culto cristiano en torno al año 311 de nuestra era.

Fuente:

https://www.muyinteresante.com/historia/31892.html



Ver:


La Religión y la amenaza a la Libertad

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La Religión y la amenaza a la Libertad


La religión es, sin lugar a dudas, la forma más extendida de superstición alrededor de todo nuestro planeta. La causa primera de todas las guerras de conquista.


Por Homar Garcés |

15/03/2024 |

Opinión

Incluso, de aquellas que son justificadas bajo argumentos más «plausibles», como la defensa del «mundo libre» frente a las acechanzas del comunismo. Para muchos, el significado de la religión se traduce en consuelo, bienestar, reducción de estrés y de culpas (ciertas o inducidas), además de la identidad particular que proporciona a cada individuo o comunidad respecto al resto de sus congéneres, diferenciándolos en muchos aspectos y ubicándolos, generalmente, en una posición de primacía al proclamar que su «Dios» es el único verdadero y, frente al cual, no hay otros dioses que adorar. En su libro «El espejismo de Dios», el biólogo británico Richard Dawkins plantea que «las personas devotas han muerto por sus dioses y han matado por ellos; han azotado sus espaldas hasta sangrar, se han jurado así mismas una vida de celibato o de silencio, todo al servicio de la religión. ¿Para qué sirve todo esto? ¿Cuál es el beneficio de la religión?». Aparte de esta descripción, la religión está ahíta de creencias que contradicen categóricamente la razón y los hechos científicos que la sustentan; incluso sostenidas por personas que, por su profesión o grado académico, debieran ser las primeras en mostrarse escépticas ante las mismas. Esto hace que la credulidad humana (creer sin evidencias) normalmente se halle saturada de fantasías religiosas que desafían cualquier noción de racionalidad y bordee los límites del fanatismo y de la locura. A tal efecto, es conocida la tradición de los presidentes de Estados Unidos que han recibido mensajes de «Dios», ordenándoles, por ejemplo, la invasión de Irak, en el caso de George W. Bush. Esto produce una credulidad servil que es aprovechada, en muchas ocasiones, en términos de nacionalismo o patriotismo (estimado como virtud absoluta), por quienes están al frente del Estado y de la política en su propio beneficio; una cuestión que se ha hecho común en las últimas décadas, en busca de mayores cuotas electoral.

Las masacres genocidas perpetradas en nombre de la religión son los episodios de las acciones humanas que más resalta la historia. Principalmente en lo que se conoce como civilización occidental y cristiana. Sobre este punto, John Hartung señala que «la Biblia es una guía para la moralidad de grupo, completada con instrucciones para el genocidio, para la esclavización de los grupos ajenos y para la dominación del mundo». La religión amplifica y exacerba la división histórica entre muchas naciones, como ha ocurrido en Bharat (India), Medio Oriente y Kosovo, por citar aquellos escenarios donde la violencia ha sido extrema. Para aquellas personas (religiosas o no) que ven en este cuestionamiento a la influencia de la religión en la realidad diaria del mundo un ataque desconsiderado y, por tanto, inaceptable, habrá que citarles lo escrito en «Por qué no podemos ser cristianos (Y menos aún católicos)» por Piergiorgio Odifreddi: «el anticlericalismo constituye más una defensa de la laicidad del Estado que un ataque a la religión de la Iglesia». Todo ciudadano puede profesar el credo que mejor se avenga con sus gustos e inteligencia. Lo que no puede, ni debe, admitirse es que, en nombre de sus dioses y de la libertad religiosa, omitan y coaccionen el derecho de los demás a tener su fe o, en sentido contrario, a proclamarse ateos o agnósticos, sin que esto suponga la justificación para impedírselo o, en el caso extremo, para decretar su eliminación física, como podría ocurrir en los países de raigambre islámica.

Karl Marx, en su obra «Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel», ataca los efectos perniciosos y alienantes de la religión como institución entre los sectores populares. En ella expone: «La miseria religiosa es, a la vez, la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo. Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real. La exigencia de renunciar a las ilusiones sobre su condición es la exigencia de renunciar a una condición que necesita de ilusiones. La crítica a la religión es, por tanto, en germen, la crítica del valle de lágrimas, cuyo halo lo constituye la religión». Para muchos, es prueba fehaciente del ateísmo que carcomería el alma de Marx y de aquellos que lo secundan en el propósito de abolir la división de clases sociales y la explotación del proletariado por los dueños de los medios de producción; reflejada en la acusación de ser la religión «el opio del pueblo», pasando por alto todo lo referente a que ésta es «la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real». No hay más que releer en los Evangelios lo dicho, supuestamente, por Jesús de Nazareth para darse cuenta de que hay una profunda diferencia o contradicción entre lo que representa su mensaje de redención y el predicado por los representantes de la cristiandad (católicos, protestantes y demás derivados), sirviendo éstos de soporte al modelo civilizatorio creado según los intereses y la ideología burguesa capitalista.

Como lo expone Gore Vidal, ensayista y periodista estadounidense, «el gran mal inmencionable del centro de nuestra cultura es el monoteísmo. Surgidas de la bárbara Edad de Bronce, conocida como Antiguo Testamento, han evolucionado tres religiones antihumanas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Son religiones con dioses en el cielo. Son, literalmente, patriarcales —Dios es el Padre omnipotente— , y de ahí el aborrecimiento de las mujeres durante dos mil años en aquellos países afligidos por el Dios celestial y sus terrestres delegados masculinos». Aparte de su dosis de superstición, la religión genera intolerancia y persecución, siendo estos dos de sus rasgos más evidentes que se tratan de imponer en nombre de la libertad religiosa, aún cuando muchos Estados se proclaman laicos constitucionalmente. La explotación política del celo religioso mostrado por alguna gente ha conducido a los gobernantes más recientes de Estados Unidos, Brasil y Perú, entre otros, a actuar de una manera intolerante e irracional, desconociendo los principios que sostienen la democracia; predisponiendo a las masas crédulas o fanatizadas a aceptar abiertamente el establecimiento de una teocracia. En todo ello se evidencia la tendencia de pervertir el sentido común de la democracia y de la moral, amenazando todo lo que implica la libertad humana.

Una verdad poco apreciada y difundida es que las personas religiosas no difieren mucho en sus intuiciones morales de aquellas que se consideran ateas y agnósticas. Sin embargo, entre ambos grupos se han erigido barreras que hacen ver que entre estos y quienes son religiosos (más propensos, aparentemente, a tener una conducta moral mayor que aquellos que no lo son), por lo que es lícito segregar y atacar a los primeros, obligándolos a su conversión, de forma parecida a la lograda en España con judíos y musulmanes y, tiempo más tarde, contra los pueblos originarios en toda la gran extensión geográfica de nuestra América. Bien lo dijo el reformador religioso Martin Lutero: «La razón es el mayor enemigo que tiene la fe; nunca viene en ayuda de las cosas espirituales, aunque más frecuentemente lucha contra la Palabra Divina, tratando con desprecio todo lo que emana de Dios». Quienes se comportan de acuerdo con este tipo de fe imperialista y absolutista -interpretando de forma literal el contenido de sus libros sagrados, sin posibilidad de error- no muestran un ápice de aceptación de pluralismo en la sociedad o país que aspiran dirigir; lo que los empareja, sin duda, con quienes quisieron hacer del fascismo la nueva religión de Europa y, por consiguiente, del mundo conocido.


Fuente:

https://rebelion.org/la-religion-y-la-amenaza-a-la-libertad/

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“Prácticamente cualquier cosa, por absurda, tonta o ridícula que sea, ha sido creída o afirmada como cierta en un momento u otro por alguien, en algún lugar en nombre de la fe”

James T. Houk




Los Testigos de Jehová y su actitud en la guerra

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Los Testigos De Jehová son muy célebres hoy en día por muchas cosas: Molestar los domingos en la mañana en la puerta de nuestras casas para intentar vender basura literaria; Asesinar a sus cándidos integrantes cuando los obligan a no recibir transfusiones sanguíneas diciendo que hay “otras opciones igual de efectivas” que terminan casi invariablemente con la muerte del ingenuo Testigo; Asarse al sol cuando los obligan a caminar por las calles en pleno verano vestidos de traje y corbata (Faldas hasta los tobillos para las sacrificadas damas); Despreciar hasta el infinito a quien ose salir de sus filas sin importar si son familiares cercanos; Y un largo y lamentable etc.

Pero hay otra razón por las que son conocidos los Testigos de Jehová: Su actitud de no participar en los conflictos bélicos.

Un TdJ tiene por obligación negarse, no solo a no ir a la guerra, sino el no participar en ningún tipo de servicio militar o uso de armas de fuego. 

Pero, ¿Qué dicen oficialmente los Testigos de Jehová sobre este asunto de la guerra y los conflictos bélicos?


Leamos la postura oficial de ellos:


¿Por qué no van a la guerra los testigos de Jehová?


Los testigos de Jehová no vamos a la guerra por las siguientes razones:

Es un mandato de Dios. La Biblia predijo que los siervos de Dios tendrían que “batir sus espadas en rejas de arado” y que ya no aprenderían a guerrear (Isaías 2:4).

Es un mandato de Jesús. El apóstol Pedro recibió esta orden de Jesús: “Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que toman la espada perecerán por la espada” (Mateo 26:52). Con estas palabras, Jesús dejó claro que sus seguidores no han de tomar las armas.

Cristo también dijo que sus discípulos “no son parte del mundo”. Por esta razón, deben permanecer absolutamente neutrales en asuntos políticos (Juan 17:16). Tampoco está bien que protesten contra las intervenciones militares ni que traten de impedir que otras personas se unan al ejército.

Los cristianos tienen que amar al prójimo. Jesús dijo a sus discípulos: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros” (Juan 13:34, 35). Los cristianos verdaderos forman una hermandad internacional y jamás tomarían las armas unos contra otros (1 Juan 3:10-12).

Los primeros cristianos no iban a la guerra. Cierta obra de consulta indica que “los primeros seguidores de Jesús no apoyaban las guerras ni prestaban servicio militar”, pues reconocían que tales acciones “no eran compatibles con la ética del amor que enseñó Jesús y con el mandato de que amaran a sus enemigos” (Encyclopedia of Religion and War). Y en su obra Historia de la decadencia y caída del Imperio romano, el historiador británico Edward Gibbon afirma: “Era imposible que los cristianos fueran soldados [...] sin renunciar a un deber más sagrado”.

Contribuimos al bienestar de todos

Los testigos de Jehová somos miembros productivos de la sociedad que de ninguna manera atentamos contra la seguridad del país en el que vivimos. De hecho, respetamos la autoridad de los gobiernos, pues así obedecemos estos mandatos bíblicos.

Esté[n] en sujeción a las autoridades superiores.” (Romanos 13:1.)

Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios.” (Mateo 22:21.)

Por eso, cumplimos las leyes, pagamos los impuestos y cooperamos con las medidas del gobierno para promover el bienestar de la comunidad.

Fuente:

https://www.jw.org/es/testigos-de-jehov%C3%A1/preguntas-frecuentes/por-qu%C3%A9-no-van-a-la-guerra/


Los TdJ se sienten muy orgullosos de ello hasta el punto que colocan como clásico ejemplo la actitud de sus miembros durante la segunda guerra mundial, donde fueron un objetivo claro de los Nazis durante sus purgas y uno de los grupos humanos que fueron exterminados de forma sistemática durante el holocausto nazi.


Leamos un pequeño fragmento de “La enciclopedia del Holocausto”:

De los 25.000 a 30.000 alemanes que en 1933 eran Testigos de Jehová, un número estimado en 20.000 continuó activo durante el período nazi. Los restantes huyeron de Alemania, renunciaron a su fe, o practicaron su fe dentro del ámbito familiar. De los que permanecieron activos, aproximadamente la mitad recibió condenas de un mes a cuatro años de prisión, con un promedio de 18 meses, en alguna oportunidad durante la era nazi. De los condenados o sentenciados, entre 2.000 y 2.500 fueron enviados a campos de concentración, de los cuales, entre 700 y 800 aproximadamente no eran alemanes (este número incluye alrededor de 200 a 250 holandeses, 200 austriacos, 100 polacos, y entre 10 y 50 belgas, franceses, checos y húngaros).

El número de Testigos de Jehová que murió en campos de concentración y prisiones durante la era nazi se estima en 1.000 alemanes y 400 de otros países, incluidos unos 90 austriacos y 120 holandeses aproximadamente. (Los Testigos de Jehová que no eran alemanes sufrieron un porcentaje de muertes considerablemente más alto que los testigos alemanes). Además, aproximadamente unos 250 Testigos de Jehová alemanes fueron ejecutados luego de ser juzgados y condenados por tribunales militares por negarse a prestar servicios en el ejército alemán.

Fuente:

https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/nazi-persecution-of-jehovahs-witnesses



En el informe del Dr. Werner Jung “La persecución nazi a los testigos de Jehová en Colonia” dice que 11.300 testigos de Jehová fueron llevados a los campos, de los cuales aproximadamente 1490 fallecieron. 270 de ellos fueron ejecutados bajo el cargo de "objetores de conciencia".

Huelga decir que al menos en la alta cúspide de los Testigos de Jehová se sienten muy orgullosos de esto. Eso de “Morir por respetar las reglas de Jehová” fue para ellos una gran victoria.


Mi pregunta (Y la razón de esta publicación) es: ¿Está bien esto? ¿Es moralmente aceptable dejarse asesinar por defender con sangre una ideología? ¿Acaso Dios no perdonaría el “salvar la vida” y después pedir perdón por no haberse dejado matar? ¿Hasta donde puede llegar el fanatismo de estas personas cuando prefieren la muerte a sobrevivir y después seguir predicando la palabra de Dios? ¿Es este un buen y cristiano ejemplo a seguir?


Destaco un fragmento del libro que estoy leyendo al momento de escribir este articulo: - “Yo, Comandante de Auschwitz”, escrito por el que fue director del tristemente célebre campo de concentración Nazi ubicado en Polonia Rudolf Höss. Hoss nos narra, desde su punto de vista, sus actividades desde niño hasta ser juzgado y condenado a muerte por ser el cabecilla del campo de exterminio. En su libro nos describe de forma cruda y desde su punto de vista sus últimos años y donde llama la atención sus impresiones con los Testigos de Jehová.


Leamos parte del libro:

Entre los internados en Sachsenhausen había un buen número de Testigos de Jehová. Muchos de ellos se negaban a llevar armas y fueron condenados a muerte por el Reichsführer de las SS. Las ejecuciones se llevaron a cabo ante todos los reclusos formados, con los Testigos en primera fila.

Yo había tenido ocasión de conocer varias clases de fanáticos religiosos: en peregrinaciones y conventos, en Palestina, Irak y Armenia; eran católicos, ortodoxos, musulmanes, chiles y semitas. Pero los Testigos de Jehová del campo de Sachsenhausen, en particular dos de ellos, superaban de lejos todos esos «estereotipos». Ambos se negaban a tener la menor relación con la vida militar. Decían que no recibían órdenes de los hombres, sino de Jehová, a quien reconocían como su único jefe. Nos vimos obligados a apartarlos de los de su secta y encerrarlos en una celda, pues no paraban de incitarlos a seguir su ejemplo.

Eicke (Director del campo Sachsenhausen) los había hecho apalear varias veces por indisciplinados, pero ellos aceptaban el castigo con un fervor que, de tan dichoso, parecía perverso. Incluso suplicaron al comandante que se los castigara más aún, para dar testimonio de Jehová.

Como era de esperar, se negaron a presentarse ante la comisión de reclutamiento, y ni siquiera aceptaron firmar los formularios enviados por las autoridades militares. El Reichsführer los condenó a muerte. Cuando se les anunció el veredicto, casi se volvieron locos de contento. Estaban exultantes, no podían dominar su impaciencia ante la proximidad de la muerte; juntaban las manos y, elevando los ojos al cielo, gritaban sin cesar: «¡Pronto estaremos cerca de ti, oh, Jehová! ¡Qué felicidad, encontrarnos entre los elegidos!». Unos días después, los correligionarios presentes en la ejecución pretendían que también se los fusilara a ellos. Fue muy difícil contenerlos y hubo que llevarlos al campo por la fuerza: un espectáculo casi insoportable.

Cuando les llegó el turno de morir, corrieron hacia el paredón. Por nada del mundo habrían dejado que los esposaran, porque querían levantar las manos al cielo invocando a Jehová. Se colocaron frente al panel de madera que servía de diana, con el rostro iluminado, henchidos de una alegría que ya no tenía nada de humana. Así me imaginaba yo a los primeros mártires del cristianismo: esperando de pie en la arena a ser devorados por las fieras. Aquellos hombres recibieron la muerte con una expresión de alegría extática, los ojos mirando al cielo y las manos juntas para la plegaria. Todos los que presenciaron la ejecución —incluidos los soldados que integraban el pelotón— estaban muy impresionados.

En cuanto al resto de Testigos de Jehová, el martirio de sus compañeros incrementó su fanatismo. Varios de ellos, que ya habían firmado una declaración según la cual se comprometían a poner fin a su proselitismo (cosa que podía ayudarlos a obtener la libertad), se retractaron, ansiosos por continuar sufriendo, incluso más que hasta el momento.

En la vida corriente, los Testigos de Jehová, hombres y mujeres, eran individuos tranquilos, educados, generosos, solidarios y muy trabajadores. En su mayoría se trataba de artesanos, pero también se contaban entre ellos campesinos de la Prusia Oriental. En tiempos de paz, cuando se conformaban con reunirse para rezar, el Estado los consideraba inofensivos; pero a partir de 1937 su propaganda se intensificó, con lo que atrajeron sobre ellos la atención de las autoridades. Se llevaron a cabo investigaciones y detenciones de responsables, y se obtuvo así la prueba de que los adversarios del Reich trabajaban intensamente en la difusión de las ideas de esa secta con el fin de minar, mediante la religión, las defensas del pueblo alemán. Cuando se declaró la guerra quedó claro que se habría corrido un gran riesgo de no haber detenido entonces a los miembros más activos y fanáticos de los Testigos de Jehová. De ese modo se consiguió detener a tiempo la propagación de sus ideas.

En el campo se comportaban como trabajadores laboriosos y merecedores de toda confianza, y su deseo de sufrir para mayor gloria de Jehová era tan grande que se los habría podido enviar fuera del campo sin necesidad de centinelas. Sin embargo, también eran inflexibles en su negativa a participar en cualquier actividad relacionada con el ejército o la guerra, por mínima que fuese. Así, por ejemplo, las mujeres de la secta internadas en Ravensbrück, se negaban rotundamente a empaquetar vendas para los primeros auxilios. Algunas de esas fanáticas no querían alinearse en las formaciones y sólo se dejaban contar en grupos dispersos.

Todos los Testigos de Jehová internados en el campo pertenecían a la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia. Hay que reconocer, sin embargo, que ignoraban por completo cómo estaba organizada dicha asociación; sólo tenían contacto con los responsables encargados de distribuir las octavillas y presidir sus reuniones. Tampoco tenían la menor idea sobre los objetivos políticos de quienes se aprovechaban de su fanática credulidad. Cuando se hablaba con ellos, enseguida respondían que no entendían nada. Se limitaban a obedecer la llamada de Jehová y prestarle fidelidad. La voluntad de Jehová se les manifestaba en sus visiones; se revelaba a través de la lectura correcta de la Biblia, de los sermones y los libelos de su secta. Para ellos constituía la verdad en estado puro; no había necesidad de interpretarla. Nada les parecía más bello ni deseable que sufrir e incluso morir por Jehová, pues se trataba del medio más seguro de acceder a la categoría de los elegidos. Así, aceptaban sin rechistar su ingreso en prisión, con todos los sufrimientos que ello implicaba. Resultaba conmovedor ver con cuánta entrega cuidaban de sus correligionarios y les brindaban toda la ayuda posible.

No obstante, muchos de esos iluminados también se mostraron dispuestos a abjurar de su fe sin haber sufrido la menor coacción. Firmaban el solemne compromiso de romper todo lazo con la Unión Internacional y someterse a las leyes del Estado, renunciando a cualquier forma de proselitismo. Tras firmar la renuncia, permanecían un tiempo en el campo, hasta que las autoridades estuviesen seguras de su sinceridad. Y, cuando eso ocurría, se los ponía en libertad.

Naturalmente, esos renegados eran muy mal vistos por sus correligionarios, que los sometían a una fuerte presión moral y, a veces, los llevaban a revisar su decisión, especialmente en el caso de las mujeres, más sensibles al remordimiento. En cualquier caso, su fe no se podía quebrantar de manera definitiva; incluso los propios renegados permanecían fieles a Jehová, aunque abandonaran la comunidad. Si alguien llamaba su atención sobre las contradicciones de su doctrina, contestaban que sólo los hombres las veían, puesto que para Jehová no existían; Él y su doctrina eran infalibles.

Tanto Eicke como el propio Himmler dijeron en varias ocasiones que la fe ciega de los Testigos de Jehová podía servir de modelo a las SS, cuyos miembros debían dar muestras de un fanatismo acérrimo en su adhesión a Hitler y el nacionalsocialismo. Sólo se aseguraría el porvenir del Reich hitleriano cuando todos los SS estuvieran imbuidos de la nueva concepción del mundo, sacrificando por completo su «yo» a la gran causa.

Volviendo a las ejecuciones que tuvieron lugar en Sachsenhausen al comienzo de la guerra, quisiera describir las diversas actitudes de los condenados ante la muerte inminente.

Los Testigos de Jehová, como acabo de decir, parecían felices, animados por la fuerte convicción de que unos instantes después entrarían en el Reino de Dios.

Quienes objetaban al servicio militar o practicaban el sabotaje por convicción política, se mostraban firmes en su decisión y, resignados, se sometían pacíficamente a su inexorable destino.

Fuente:

Título original: Kommandant in Auschwitz

Rudolf Höss, 1951

Traducción: Juan Esteban Fassio

Prólogo: Primo Levi

Editor digital: Titivillus


Conclusión:

Usted amigo Cristiano que lee estas líneas: ¿Entregaría su vida de esta manera? ¿Vale la pena el sacrificio?

Y usted amigo lector Testigo de Jehová que lee esto: ¿Aun hoy en día usted justificaría estas acciones? ¿Si se presentase la oportunidad, usted actuaría igual que las víctimas de la guerra? ¿De verdad cree que Dios aprobaría y vería con buenos ojos esta actitud?

Soy Ateo. Jamás entregaría mi vida por una religión y menos si supuestamente Dios es amor y desea lo mejor para mi. Creo que esto también lo pensaría el integrante de cualquier otra religión que no fuesen los TdJ.

E insisto... Que suerte que soy Ateo y no creo en estas fantasías que podrían costarme la vida.


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Ver Articulo: Países con más Ateos

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"La vida es sólo un vistazo momentáneo de las maravillas de este asombroso universo. Es triste que tantos estén malgastando su vida soñando con fantasías espirituales"

Carl Sagan




Por qué (para mí) el Antiguo Testamento “parece” demasiado Griego

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Por qué (para mí) el Antiguo Testamento “parece” demasiado Griego


2024-03-23

Por Neil Godfrey


En esta publicación explicaré “mi razón personal” para sospechar fuertemente de un origen helenístico de la literatura bíblica, aunque estoy seguro de haber encontrado las mismas ideas en diferentes libros y artículos a lo largo de los años.

La razón por la que siento una “vibración” particular con el origen de los primeros textos bíblicos en la era helenística es “la naturaleza de la literatura bíblica misma”.

Mi “ambiente personal” que está en sintonía con la era helenística es la reflexión sobre “la naturaleza de la literatura bíblica misma”. La Historia Primaria (Génesis a 2 Reyes) no es el tipo de literatura que surge sui generis de la nada. Se espera ver antecedentes a lo largo del tiempo que conduzcan a ese tipo de trabajo. Y los antecedentes más cercanos que encontramos se encuentran en la literatura griega, no en la de las regiones sirio-mesopotámicas. Los tratados vasallos asirios, las epopeyas de Gilgamesh, de Baal, etc., simplemente se quedan cortas en comparación.

Pero ¿qué tipo de sociedad produce ese tipo de literatura? Se necesita más que una élite de escribas responsables de los registros administrativos y comerciales, o incluso dedicados a versos de culto, oraciones y hechizos para curas, etc. El tipo de literatura de nuestras Biblias requería sociedades razonablemente prósperas y complejas con una clase alfabetizada que se involucrara con los tipos de historias e ideas que tenían relevancia para sus identidades de clase, étnicas y regionales. Tenían que tener una audiencia razonablemente amplia para involucrarse con esas ideas e historias y cuyos intereses, vulnerabilidades o necesidades alentaran su desarrollo literario. Los grupos sociales deben haber sido algo extensos y complejos debido a las diversas ideas en competencia y relacionadas que se encuentran en esa literatura.

En otras palabras, estamos hablando de sociedades bastante avanzadas en crecimiento económico y complejidad social, y que también cuentan con literatura previa comparable.

El registro arqueológico apunta a algún tipo de crecimiento de Jerusalén y sus alrededores en los siglos VIII y VII después de la caída de Samaria ante el ejército asirio, pero [ Finkelstein y Silberman no pueden señalar ninguna evidencia arqueológica que apunte a un contexto de resurgimiento político-social-económico en tiempos de Josías]. Además, ¿qué tipos de antecedentes estaban disponibles en ese momento o hasta entonces para proliferar en lo que encontramos en la Biblia?

Según todos los informes, la era persa en Judea fue una de relativo declive. El gobierno “liberal” persa que permitió a judíos y samaritanos “hacer lo suyo” se entiende más fácilmente como negligencia administrativa, sin preocuparse en absoluto por su desarrollo, sólo recaudando diques para el ejército e impuestos para el rey. (¡Sé testigo de la capacidad de Jenofonte para marchar con su ejército griego intacto a través del imperio!)

La reactivación económica, con el consiguiente crecimiento social en complejidad y tamaño, se produjo con la llegada de los griegos. Lo mismo hizo la literatura anterior.

Las Historias de Heródoto tienen una estructura notablemente similar a la Historia Primaria (Génesis a 2 Reyes): comenzando con la historia mundial, observando de cerca a Egipto como continuación y finalmente llegando a la visión estrecha del conflicto entre dos potencias - Y todo contado en el marco de un interés teológico : la lección de la mano decisiva del dios a través de su santuario terrenal. Y todo contado en una serie de libros en prosa, ambos frecuentemente con relatos opuestos del mismo evento.



Mandell, Sara y David Noel Freedman: - La relación entre la historia de Heródoto y la historia primaria. Atlanta, Ga: Universidad del Sur de Florida, 1993. (Historia Primaria = Génesis a 2 Reyes. Tenga en cuenta que Mandell y Freedman no estaban sugiriendo que la Historia Primaria de la Biblia se originó en la época helenística, ¡aunque en este momento yo si lo hago!)

Hay algunas correlaciones muy específicas que simplemente no podríamos atribuir a un pensamiento común. Por ejemplo,


- Tanto la Historia de Heródoto como la Historia Primaria Bíblica son epopeyas nacionales;

- Ambos habían sido divididos en nueve libros en algún momento de su historia;

- Y ambos tienen aproximadamente la misma longitud.

- Ambas obras comienzan con una prehistoria que incluye mitos, fábulas, cuentos populares y leyendas que se tratan como hechos, y continúan en esta línea hasta bien entrado el tiempo histórico.

- Y significativamente el formato básico de ambas obras cambia de manera concomitante y bastante abrupta en circunstancias similares: en Historia Primaria, lo hace en el punto donde los Hijos de Israel están a punto de entrar a la Tierra, y en la Historia de Heródoto, en el punto donde los Hijos de Israel están a punto de entrar en la Tierra. Los persas están a punto de luchar en el continente griego.

- Una vez que la “patria” se convierte en el lugar de acción, la narrativa adquiere al menos la apariencia de una narrativa histórica, aunque incluya milagros, maravillas y divinidades que actúan o al menos guían la historia.

- Cabe destacar, entonces, tanto en la Historia de Heródoto como en la Historia Primaria; La causalidad histórica está íntimamente ligada a la voluntad de la divinidad.


Creemos que estos paralelos pueden haber sido observados en la antigüedad, aunque no existe ningún trabajo en el que se describan. Creemos que los gramáticos helenísticos (alejandrinos) nombraron y “numeraron” la Historia de Heródoto de la forma en que lo hicieron porque eran conscientes de la presencia de alguna forma de relación entre ella y la Historia Primaria. (p. x – el formato de lista es mío)


Este diagrama se deriva de otro estudio que compara las dos obras, uno de Wesselius:


No niego las diferencias obvias al decir eso. Lo que intento hacer es llamar la atención sobre las similitudes “igualmente obvias”. ¿Esas similitudes realmente surgieron de forma independiente? ¿Realmente la literatura hebrea inspiró la de los griegos? ¿Acaso los judíos y los samaritanos de la era persa subdesarrollada y asolada por la pobreza realmente albergaban una clase alfabetizada que devoraba la literatura griega?...

Y luego tenemos el contenido ideológico de la literatura. ¿Cómo explicamos la repentina introducción de historias del Éxodo, la conquista de Josué, los Jueces, el reino unificado y el imperio de David y Salomón, si esas, como nos dice el registro arqueológico, nunca sucedieron? [Finkelstein y Silberman explican que el propósito de componer Deuteronomio y la Historia Primaria de Israel era que el rey Josías uniera a su pueblo y les hiciera propaganda para que apoyaran sus esperanzas de expansión hacia el norte, donde el reino norteño de Israel había sido aplastado por los asirios. Pero es difícil ver cómo un programa así explica gran parte del contenido de esos libros, especialmente los códigos éticos para el bienestar social relacionados con los esclavos, las mujeres y los pobres.]

En este punto vale la pena examinar el uso propagandístico que se hizo a las obras bíblicas en el período asmoneo. ¿No buscaban los asmoneos justificar sus conquistas apelando a una herencia histórica? En una época de conquista griega, ¿no esperamos que las poblaciones indígenas busquen reparación mediante contranarrativas que los coloquen en posiciones que desafíen o los igualen a las grandes potencias? Estas son más que preguntas retóricas.

En cuanto a las divisiones que se encuentran incluso dentro de la literatura - [Jerusalén no siempre se describe como la elección obvia para el templo de Dios; a veces encontramos indicios de que domina un punto de vista samaritano/del Monte Gerizim] - ¿No han identificado los eruditos desde hace mucho tiempo estas diferencias subyacentes a los múltiples puntos de vista (y a veces al conflicto abierto) dentro de la literatura bíblica?

[Después de leer Argonautas del desierto de Philippe Wajdenbaum] Me instaron a leer las Leyes de Platón (así como, nuevamente, Timeo y Critón) y quedé completamente tirado hacia atrás en mi silla cuando las vi (y me pregunté cómo no las había visto antes). Las sorprendentes similitudes entre Platón y la narrativa legislativa del Pentateuco. Por supuesto, todos esos sacrificios y rituales de culto son de origen levantino/sirio/cananeo, pero el Pentateuco es mucho más que regulaciones cultuales que prohíben hervir un cabrito en la leche de su madre.

La creación, la fusión de humanos y dioses, el diluvio y la aniquilación, el deambular de la nueva generación, la unión... y así sucesivamente. Y luego las leyes sobre la santidad, la piedad, las fiestas sagradas, el matrimonio y la sexualidad, los jueces y las tribus, etc, etc, etc: ¿Platón realmente entendió todo eso a partir de su lectura del Pentateuco? (Un estudioso ha abordado la relación de una escena del Banquete de Platón con la tentación de Adán y Eva en el Jardín del Edén y otros han sugerido que la obra hebrea tuvo influencia en la forma de las Historias de Heródoto .)

Y aún más: existen fuertes similitudes entre el Yahvé bíblico y el Dioniso griego. He leído las comparaciones varias veces. Seguramente el yahvismo prehelenístico era distintivamente levantino, sin diferencias apreciables entre el yahvismo de Samaria, Judea, Negev, Canaán, Siria... Entonces, ¿qué le dio la superposición griega en la Biblia? [Debería haber añadido una advertencia aquí: los griegos entendían que Dioniso era un dios extranjero del este.]

Estas son mis respuestas generalmente subjetivas a cómo leo la literatura del Antiguo Testamento teniendo en cuenta mi conocimiento de la literatura griega. No he presentado un argumento sistemático. Pero por si sirve de algo, pensé que podría ser útil señalar cómo he llegado a leer las literaturas de los hebreos y griegos y las conclusiones que parecen presentarse prima facie como resultado.

Traducido del original:

https://vridar.org/2024/03/23/why-the-old-testament-feels-hellenistic-to-me/

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“Leer correctamente, la Biblia es la fuerza más potente para el ateísmo jamás concebida”

Isaac Asimov 






Diez cosas que las Madres Ateas quieren que otras Madres sepan

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Diez cosas que las Madres ateas

quieren que otras Madres sepan


No es fácil ser una madre atea. Quienes hablan abiertamente de su falta de fe se enfrentan a todo, desde agresión pasiva hasta críticas y acoso descarado.

Por Kimmie Fink

20 de octubre de 2017


Es sorprendente que un país fundado en la separación de la Iglesia y el Estado, y que garantiza el derecho de sus ciudadanos a la libertad religiosa, se oponga tan virulentamente a los irreligiosos. En una época en la que las madres están bajo escrutinio por cada movimiento que hacen, vale la pena tomarse el tiempo para tratar de entenderse entre sí. Como no creyente, creo que hay cosas que las mamás ateas quieren que otras mamás sepan, especialmente sobre nosotras mismas y cómo hemos decidido criar a nuestros hijos.

Crecí asistiendo a escuelas bíblicas de vacaciones y asistiendo a iglesias metodistas y luteranas, pero no con regularidad. Me bauticé en la secundaria y, buscando acercarme más a Dios, más tarde decidí asistir a una universidad cristiana. Aunque disfrutaba mis clases de religión desde un punto de vista histórico e intelectual, había una presión increíble por parte del alumnado para que se adaptara a un tipo particular de cristianismo conservador. Simplemente no encajaba con mi educación liberal. (Yo era el único en el campus con un cartel de Gore/Lieberman en la ventana de mi dormitorio, por ejemplo). Las actitudes intolerantes de mis compañeros de clase me desanimaban y comencé a sentir cada vez más que estaba fingiendo. Sé que no todos los cristianos conservadores o individuos profundamente religiosos albergan intolerancia hacia los demás, y de ninguna manera estoy tratando de pintar con un pincel amplio o asumir que unos pocos representan a muchos, pero dentro de mi propio viaje a través de la religión organizada sentí que mi camino no era el mismo que aquellos con los que iba a la escuela o con los que me sentaba todos los domingos por la mañana.

Como adulto, y lejos de ese entorno, descubrí que no podía conciliar la injusticia y la tragedia del mundo con la creencia en Dios. Mi boda con mi esposo fue una ceremonia civil, pero cuando se trataba de nuestra hija, las cosas se pusieron un poco complicadas. Estuve de acuerdo en que ella podría ser bautizada y criada en la iglesia católica, siempre y cuando no me exigieran asistir a misa ni ocultarle mis creencias. Estaba descubriendo eso a medida que avanzaba y, sin duda, fue un desafío. Pero, sinceramente, la peor parte es lo profundamente que me siento incomprendida como madre atea, así que creo que es hora de dejar las cosas claras.


No somos amorales

En mi vecindario hay una calcomanía en los parachoques que dice: "Donde no está Dios, todo está permitido". Simplemente esto no es cierto. El hecho de que no nos suscribamos a un sistema de creencias particular no significa que no estemos sujetos a un código moral. Hay puntos comunes en todas las religiones, como la Regla de Oro y los valores de generosidad, bondad y compasión.

Hay una razón para eso. Es nuestra propia voz interior y nuestra conciencia la que nos dice que está mal matar y robar y que debemos amarnos unos a otros. La mayoría de la gente tiene eso, crean en un dios o no.


No somos antirreligiosos

Hay partes del catolicismo que realmente amo. Asistí a misa durante un año cuando fui voluntaria en un orfanato de Honduras y me encantó la tradición y la comunidad. Soy un gran admiradora del Papa Francisco y admiro el trabajo caritativo que realizan diferentes organizaciones religiosas. Creo que Jesús fue un maestro maravilloso y quiero ser jesuita cuando sea mayor.

La mayoría de los ateos entienden por qué la gente necesita a Dios y la religión. Aporta una sensación de consuelo y esperanza en un mundo aterrador y proporciona estructura y comunidad. No buscamos desmantelar la religión organizada, sino mantenerla en su lugar: dentro del hogar o lugar de culto y fuera del gobierno y la educación pública (Laicismo).


Celebramos las fiestas

Muchos de nosotros, siendo Ateos reconocemos que muchas tradiciones navideñas son en realidad paganas (por ejemplo, los huevos de Pascua, los árboles de Navidad). Halloween, Acción de Gracias y Navidad son seculares para nosotros, pero participamos en los asuntos que nos interesan: alegría, gratitud, familia, unión y entrega a los demás.

No estamos tratando de eliminar sus vacaciones. Contrariamente a la creencia popular, el nacimiento en el patio delantero y un alegre cartel de "Feliz Navidad" no nos ofenden en lo más mínimo, aunque no honremos el nacimiento del Mesías. Creemos que hay espacio para que todos celebren a su manera.


Estamos dándoles a nuestros hijos una opción

La mayoría de los padres ateos intentan educar a sus hijos sobre diferentes religiones y dejarles decidir por sí mismos cuando tengan edad suficiente para tomar esa decisión. Puede que mi hija vaya a la iglesia con su padre ahora, pero si llega a la conclusión de que ese grupo de jóvenes simplemente no es para ella, es su elección. Del mismo modo, la llevaré a clases de confirmación si eso es lo que quiere. Si mi hijo crece y se vuelve religioso o no, no quiero que sea porque le han metido en la garganta una determinada visión del mundo. Sí, eso incluye la mía.


No queremos ser convertidos

Dudo incluso en decir esto porque entiendo que el proselitismo es parte de muchas religiones. Sin embargo, me siento incómodo yendo a eventos en lugares de culto porque me preocupa que me interroguen agresivamente. He tenido experiencias que equivalen a acoso religioso, y no me refiero a eso. Es mucho más probable que asista a una función en una iglesia si la invitación proviene de un amigo que deja que su carácter y sus acciones hablen de su fe.


Tenemos amigos religiosos

No tenemos que estar de acuerdo en todo para ser amigos. Mientras ambas partes sean respetuosas, no hay razón para que no podamos reunirnos para disfrutar de un buen momento. Algunos de nosotros incluso estamos en grupos de “Madres de Niños Preescolares”, un grupo de apoyo cristiano. Todos necesitamos a nuestro grupo y la religión no debería ser una barrera.



Creemos en la honestidad

No estoy diciendo que las madres religiosas les estén mintiendo a sus hijos. En absoluto. Sé que están compartiendo lo que creen. Sin embargo, las mamás ateas optan por explicaciones científicas y, a falta de seguridad, diremos que no lo sabemos. Ahora, sé que la ciencia y la religión pueden coexistir y de hecho lo hacen, así que definitivamente no estoy asumiendo que todos los padres religiosos se burlan de la ciencia o eviten usarla al explicar las maravillas del mundo. Simplemente hablo desde mi experiencia.

Cuando mi hija inevitablemente me pregunta qué sucede cuando mueres, le digo: "Nadie lo sabe realmente. Algunas personas creen que vas al cielo. Yo creo que la parte de ti que te hace dejar tu cuerpo pero continúa existiendo en el recuerdos de tus seres queridos."


Valoramos la tolerancia

Los ateos han evitado la religión organizada por una variedad de razones, desde los escándalos de abuso sexual de la Iglesia Católica hasta los cuestionables tratos financieros de las mega-iglesias, su propio viaje religioso, las malas experiencias con personas religiosas y una amplia variedad de problemas personales, experiencias únicas.

Para muchos de nosotros, sin embargo, el punto de inflexión es la intolerancia. Es interesante porque la mayoría de las religiones enseñan el perdón y la retención del juicio. Como defensora de los derechos LGBTQ y de las mujeres, me ha decepcionado específicamente la postura de muchos (pero no todos, lo cual quiero resaltar nuevamente) cristianos.

Para los no religiosos, la tolerancia se extiende a todas las formas de amar y de ser. Probablemente nos escuche hablar con nuestros hijos sobre ser inclusivos y aliados, pero honestamente, conozco muchas mamás religiosas cuya fe las impulsa a criar a sus hijos de la misma manera.


Queremos que nuestras decisiones sean respetadas

No es respetuoso decir que sientes pena por mi hijo o que mi alma inmortal está en peligro (en otras palabras no tan bonitas, que me voy al infierno). En una sociedad como la nuestra, los padres deberían poder criar a sus hijos como quieran sin temor a represalias. Y sí, eso significa absolutamente que tú también deberías poder practicar tu fe sin ser menospreciado.


Estamos criando buena gente

Los ateos no rechazan la religión para no tener que seguir las reglas. Somos buenas personas que ciertamente queremos cultivar una brújula moral en nuestros hijos. Queremos que elijan la paciencia, el amor, la bondad y la paz, y aunque no los veamos como frutos del espíritu, son igualmente importantes para nosotros.

Traducido del original:

https://www.romper.com/p/10-things-atheist-moms-want-other-moms-to-know-2959802


Ver:


Por qué no existe Dios: Respuestas rápidas a los 10 argumentos teístas más comunes

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Por qué no existe Dios:

Respuestas rápidas a los 10 argumentos teístas más comunes


Por Armin Navabi


1).

"La ciencia no puede explicar la complejidad y el orden de la vida, Dios la debe haber diseñado para que sea de esta manera."

En primer lugar, al considerar esta posición, es importante reconocer la diferencia entre la complejidad y el diseño. La complejidad en sí no requiere un creador inteligente. Es fácil imponer un diseño en las cosas que existen por casualidad o desarrolladas a través de un proceso natural, como la evolución.

Hasta cierto punto, este argumento gana tracción debido a la gran incomprensión de la ciencia y en especial de la evolución. Todo en el universo se ajusta a ciertas normas científicas sencillas que se han repetido durante miles de millones de años. Si bien esto resulta impresionante, de ninguna manera sugiere un creador.

No entender los principios científicos que rigen la creación y desarrollo del universo no significa que una deidad debe existir para explicar el mundo natural.

La falta de entendimiento no es evidencia de la existencia de Dios,

es evidencia de falta de entendimiento”

– Lawrence M. Krauss


2).

"La existencia de Dios se demuestra por las escrituras."

Este argumento presupone su premisa. La gente cree en la escritura y le otorga un valor a las palabras porque ya creen previamente en los principios religiosos que el texto describe. No existe un valor inherente a la Biblia, el Corán o cualquier otro texto religioso; estos documentos no son auto-autentificables en ninguna manera.

De hecho, muchas imprecisiones e incoherencias se pueden encontrar en los propios textos religiosos. Por ejemplo, la Biblia contiene dos historias separadas de la creación, cada una de las cuales proporciona una explicación muy diferente. Del mismo modo, no hay ninguna evidencia histórica, arqueológica o científica para apoyar muchas de las historias en la Biblia y el Corán.

En última instancia, los textos religiosos son infinitamente falibles, ya que son productos artificiales de fantasía, poesía, mitología y un poco de historia tejidos juntos en una nueva totalidad. Los textos que la Biblia presenta proceden de muchas fuentes orales a través de miles de años y fueron compilados de forma arbitraria en un solo documento; no es de extrañar que la narrativa sea tan inconsistente. Otros textos religiosos tienen historias de naturaleza similar.

Aparte de los problemas con los textos individuales, está también la cuestión obvia de que la misma presencia de múltiples escrituras niega la autenticidad de cualquier documento religioso único. Es imposible que cada libro religioso sea una verdad absoluta; resulta muy presuntuoso asumir que la propia escritura preferida es la única y "verdadera" mientras que todas las demás son cuentos falsos. Es mucho más probable asumir que cada libro religioso es igualmente ficticio y poco fiable.

¡El Corán! Bueno, aquí estoy para probar al bello libro viejo plagado del horrendo error. Créeme, yo también puedo citar el Corán. El no creyente conoce el Corán mejor. ¿Y tú crees que a ti, mente de gusano, hambriento fanático, Dios ha dado el secreto y lo ha negado para mí? Bien, poco importa, cree en eso también”

- Omar Khayyam (1048-1131) Filósofo, matemático, astronomista y poeta persa.


3).

"Algunos eventos inexplicables son milagrosos, y estos milagros prueban la existencia de Dios."

Un milagro es generalmente entendido como un acontecimiento extraordinario o acontecimiento que se explica por ser el trabajo de un agente divino y que tiene un origen sobrenatural. Sin embargo, antes de que los milagros puedan ser utilizados como una prueba irrefutable de la existencia de Dios, la causa u origen de los llamados milagros deben ser probados. Actualmente no existe ninguna evidencia que sugiera que realmente existen los milagros. En realidad, hay varias explicaciones subyacentes detrás de la mayoría de los milagros, por ejemplo:

- El evento es estadísticamente improbable, y su inverosimilitud ha hecho que algunas personas atribuyan importancia a la misma. Por ejemplo, algunas culturas creen que los animales totalmente blancos son milagrosos o de alguna manera mágicos. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que el albinismo es una condición genética perfectamente normal que resulta ser menos frecuente que otras formas de pigmentación. Del mismo modo, un único superviviente a un desastre natural no es más milagroso que una sola persona que gane la lotería; es simplemente una ocurrencia aleatoria improbable.

- El evento tiene una causa científica que no es inmediatamente aparente o entendida, pero más tarde se identifica. Muchos fenómenos naturales alguna vez fueron vistos como milagrosos. Después de que la ciencia ha demostrado la razón detrás de las cosas previamente incomprensibles, como la aurora boreal, los terremotos y las aguas termales, todo dejó de parecer como las acciones de una deidad misteriosa.

- El evento no tuvo un significado inherente, pero se le atribuyó significado e importancia después del hecho. En la ciencia, el testimonio de chismes y anécdotas no son suficientes para demostrar algo. Cada vez que un "milagro" se produce, es fácil ver el pensamiento mágico, la atribución errónea y otros errores humanos en el trabajo.

Por ejemplo, si un niño está enfermo en el hospital, un miembro de la familia puede orar por su recuperación. Si ese niño se recupera, el pariente que ora atribuye esto a la fuerza de la oración, no todas las innovaciones médicas, respuestas inmunológicas o al puro poder del azar.

Es curioso notar que los milagros realizados por un "amoroso" y benevolente Dios tan a menudo implican salvar solamente a un puñado de personas de un accidente trágico, un desastre natural devastador o una enfermedad mortal masiva. A Dios rara vez se le hace responsable por todas las muertes que se producen cuando la gente no es salvada por un "milagro". En general, el pequeño porcentaje de recuperaciones "milagrosas" sería mayor evidencia de la crueldad arbitraria de una deidad que de su benevolencia, pero esto nunca es algo que los creyentes parezcan cómodos discutiendo.


4).

"La moral se deriva de Dios, y sin Dios, no se puede ser buena persona."

Los llamados comportamientos "morales", como el altruismo y la reciprocidad, no son exclusivamente humanos. En el mundo natural, se pueden observar estos comportamientos en una variedad de especies animales, especialmente animales sociales. La ciencia muestra que este tipo de comportamiento tiene una ventaja evolutiva: las criaturas que aprenden a interactuar bien con sus parientes tendrán una probabilidad mayor de supervivencia y la transmisión de sus genes.

Todo esto significa que, desde un punto de vista científico, la moral no proviene de Dios. En su lugar, tiene sus raíces en las sustancias químicas del cerebro y es apoyado por un fuerte condicionamiento cultural. Los padres pasan su moral a sus hijos, y los individuos toman las señales sociales en relación con las conductas "incorrectas" de amigos, familiares, medios de comunicación, así como de influencias más "correctas". Los textos religiosos son sólo un intento de codificar las conductas aceptables en un conjunto de leyes. Por desgracia, estas normas pueden convertirse rápidamente en obsoletas, irrelevantes e incluso dolorosamente arbitrarias.

Ahora está de moda para la gente religiosa afirmar que los ateos son hedonistas inmorales, pero una encuesta rápida de la gente real demuestra que es falsa. En general, los ateos no son menos morales que cualquier otro grupo de personas.

No se necesita la religión para tener moral. Si usted no puede diferenciar lo bueno de lo malo, lo que necesita es empatía, no religión”


5).

"Creer en Dios no sería tan generalizado si Dios no existiera."

Este tipo de demanda se llama "argumentum ad populum" o "apelación a la mayoría", y simplemente no es verdad. Muchas creencias son populares o muy frecuentes sin ser necesariamente ciertas, y las cosas verdaderas existen independientemente de si alguien cree en ellas o no.

La alquimia, durante un tiempo, fue sumamente popular y generalizada, pero hoy pocas personas se atreverían a afirmar seriamente que el plomo puede ser transmutado a oro. Similarmente, hay pocas personas que todavía creen que la tierra es plana o es el centro del universo, a pesar de lo popular que estas creencias llegaron a ser.

Por otra parte, el carácter generalizado de la religión dice poco acerca de la veracidad de cualquier creencia religiosa determinada. Si bien es cierto que muchas culturas alrededor del mundo tienen creencias religiosas, esas mismas creencias son muy variables ya menudo en conflicto entre sí. Cuando cada religión afirma que es el único y verdadero camino a la salvación, por necesidad afirma que todas las demás son falsas. Si la religión fuera cierta en virtud de ser una creencia generalizada, sin duda tiene más sentido que, al menos, todas las personas crean lo mismo.

La verdad es la verdad, aunque nadie lo crea. Una mentira es una mentira, aunque todos la crean”


6).

"Dios responde a las oraciones, por lo tanto, tiene que ser real."

Del mismo modo que los milagros son imposibles de probar sin recurrir a anécdotas poco confiables, el poder de la oración sin duda no tiene el apoyo de la ciencia. La creencia en la oración se basa en el sesgo de confirmación. Esencialmente, la gente recuerda las veces que la oración pareció "funcionar", pero olvidan convenientemente las numerosas ocasiones en que oraron y no vieron ninguna respuesta o recibieron un resultado contrario de lo que hubieran querido. Estos resultados no deseados a menudo se ignoran completamente o se “racionalizan” para justificarlos.

La oración es un tipo de pensamiento mágico. Su atractivo es innegable; es empoderante y hace que las personas sientan que tienen una medida de control sobre el mundo que les rodea. Pero simplemente no hay evidencia de que las oraciones son algo más que un placebo. Y a diferencia de muchos placebos, la oración puede ser perjudicial.

El "poder de la oración" es una de las creencias más insidiosas e incluso perjudiciales proferidas por la religión. Ante cualquier tipo de tragedia o desgracia, la oración es una de las respuestas menos valiosas imaginables. Cuando ocurre una tragedia, la oración puede hacer que la gente se sienta mejor, pero en realidad no ayuda a las víctimas.

Donar sangre, dinero a la Cruz Roja o un voluntariado con una organización de ayuda sería mucho más beneficioso que rezar a la misma deidad hipotética que supuestamente causó el desastre en el primer lugar.

La oración es como la adicción al juego, nunca se habla de las pérdidas”


7).

"Siento una relación personal con Dios, así que sé que es real."

Tales testimonios personales son difíciles de refutar porque son completamente subjetivos. También son imposibles de probar por la misma razón. Cuando los individuos reportan una revelación privada o la comunicación con Dios, nunca es sobre información objetiva que pueda ser confirmada o negada. Estas experiencias religiosas son siempre personales y de carácter emocional, lo que hace que cuenten como nada más que "evidencia" anecdótica.

El cerebro humano ha evolucionado para ser particularmente sensible a los patrones y la causalidad. De hecho, es tan eficaz en esto que la gente suele ver un patrón o propósito en las cosas que son realmente al azar. Es por esto que es fácil identificar objetos o caras en las nubes, por ejemplo, o por qué el ruido blanco se puede interpretar como la voz humana. Esta misma sensibilidad puede hacer que los acontecimientos aleatorios o no relacionados parezcan la presencia de Dios, sobre todo si la persona que los experimenta tiene una predisposición a querer que esas creencias sean verdad.

En otros casos, una experiencia religiosa puede ser activada por cualquier número de fuerzas externas, incluyendo el uso de drogas o una enfermedad mental. De hecho, muchas personas en varias culturas han experimentado síntomas similares pero han sido diversamente atribuidos a una variedad de diferentes fuentes, tanto religiosas como seculares.

Cuando un solo adulto habla con su amigo imaginario, esa persona está loca; pero si muchas personas hablan con su amigo imaginario, crean una religión”


8).

"Es más seguro creer en Dios que estar mal e ir al infierno."

Este concepto, llamado la apuesta de Pascal, no soporta realmente las creencias religiosas. En su lugar, actúa como una forma de obligar la creencia a participantes involuntarios. La lógica es algo así: si yo creo en Dios y estoy equivocado, entonces nada malo va a pasar. Pero si yo renuncio a Dios y estoy equivocado, voy a ser castigado en el infierno. Hay varios problemas con esta línea de razonamiento:

- Las religiones son incompatibles. Para que la apuesta de Pascal pueda funcionar, el creyente necesitaría cierta seguridad de que creer en Dios, de hecho, podría salvarlo del castigo; cuando existen varias religiones con mensajes contradictorios, sin embargo, esto es imposible. ¿Qué pasa si usted decide creer en el Dios equivocado e ir al infierno de todos modos?

- Un Dios verdaderamente benevolente no castigaría a sus creaciones simplemente porque no crean en él. Dios podría recompensar con la misma facilidad a sus creaciones por ser escépticas. Porque no hay manera de determinar cuáles son los motivos de una deidad, no hay manera de saber si la apuesta de Pascal podría incluso servir.

- Si una persona cree en Dios sólo por temor al castigo, esa creencia sería débil y falsa. Seguramente una deidad omnisciente podría ver a través de ese acto y decidir premiar sólo los verdaderos creyentes.

La apuesta de Pascal: Es más seguro creer en Dios incluso si no hay pruebas de su existencia. Homero Simpson: “Suponiendo que escogimos al dios equivocado. Cada vez que vamos a la iglesia lo hacemos enojar más y más” 

- Los Simpsons. Temporada 4 Episodio 3


9).

"Tengo fe; no necesito hechos, sólo quiero creer."

Este argumento sería perfectamente válido si el creyente está dispuesto a conceder que su Dios es una construcción social o un concepto metafórico. La mayoría de los creyentes no se sienten cómodos con eso, sin embargo, la fe simplemente no se sostiene frente a un escrutinio científico. Creer en algo no significa que sea cierto.

La verdad no es subjetiva o democrática. No es necesario creer para hacer que funcione. La gravedad, por ejemplo, funciona de la misma forma si usted tiene fe en ella o no. Usted no tiene que elegir a creer en la gravedad porque es un hecho inmutable del universo.

La fe es a menudo elogiada como una cualidad positiva, pero es, de hecho, muy intelectualmente perezoso. La fe se opone al pensamiento científico y la maravilla natural del descubrimiento; impide que las personas busquen respuestas a sus preguntas sobre el mundo real. La fe no es más que la glorificación de la ignorancia voluntaria.

La fe es abandonar la responsabilidad. Es la bancarrota intelectual. Si la única forma en que podamos aceptar un constructo es por medio de la fe, entonces estamos concediendo que no se puede tomar en serio por mérito propio.” 

– Dan Barker, Perdiendo la fe en la fe.


10).

"No hay ninguna evidencia de que Dios no existe."

Este argumento se ofrece a menudo como la última línea de defensa en los debates religiosos, y la persona que lo presenta se puede sentir muy inteligente. Sin embargo, la premisa del argumento es a la vez errónea y ridícula. El fracaso de refutar algo no constituye una prueba de su existencia.

La responsabilidad de probar algo está siempre en la persona que hace una declaración, especialmente en los casos en que dichas declaraciones no son comprobables no tienen soporte. Sin evidencia perdurable de que un Dios existe, simplemente no hay razón para creer en una deidad, incluso si no es posible refutar fehacientemente su existencia.

Muchos experimentos mentales se han creado para mostrar lo absurdo de estas afirmaciones, como El Unicornio Rosado Invisible, "El dragón en mi garaje" de Carl Sagan, La Tetera de Russell o El Monstruo de Espagueti Volador. Todos los cuales son absurdas afirmaciones sin pruebas y, sin embargo, imposibles de refutar. Conocer estos experimentos mentales le puede dar una idea clara de exactamente por qué la responsabilidad de probar siempre está en la persona que hace una declaración.

Yo soy el Alfa y Omega, el Principio y el Fin. Aquí está mi asa, aquí está mi tapa.”


Traducido del original:

https://www.atheistrepublic.com/blog/arminnavabi/why-there-no-god-quick-responses-10-common-theist-arguments

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“Prácticamente cualquier cosa, por absurda, tonta o ridícula que sea, ha sido creída o afirmada como cierta en un momento u otro por alguien, en algún lugar en nombre de la fe”

James T. Houk





Por qué el Nuevo Testamento es un desastre: - Una guía práctica y concisa

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Por qué el Nuevo Testamento

es un desastre:

- Una guía práctica y concisa


La iglesia y el clero son expertos en encubrir esto


Por David Madison

19/04/2024


Desde mi jubilación hace diez años, he realizado varios viajes a Inglaterra, Francia e Italia. A mi llegada, siempre tengo como prioridad visitar museos. Un tipo de museo, por cierto, es una catedral o una gran iglesia, aunque no sea una catedral. Me encanta pasear por estos lugares, por el arte y la arquitectura, que incluyen magníficos vitrales, pinturas y esculturas. Es tentador pensar (que después de todo, es el propósito de esta extravagancia) que la religión maravillosa es la fuente de todo. Esta idea se refuerza cuando mi visita ocurre en un momento en que se llevan a cabo servicios de adoración. La música de órgano aumenta el esplendor de todo.

Pero no todo es lo que parece. Muy al contrario, el espectáculo, el esplendor, están diseñados para engañar a la mayoría de la gente la mayor parte del tiempo. La iglesia y el clero se salen con la suya porque la mayoría de los laicos no han hecho ningún análisis cuidadoso del Nuevo Testamento, que es la base de esta religión. Los laicos pensarían que estoy siendo desagradable (o estoy loco) al sugerir que la parte más preciada de su Biblia es un desastre. Pero no es difícil defender eso.

Echemos un vistazo a varias cuestiones.


¿Dónde se guarda la versión original del Nuevo Testamento?

¿Están los documentos originales en el Museo Británico o en algún monasterio en algún lugar de Tierra Santa? ¿Qué porcentaje de la gente de la iglesia ha pensado en esto? Por supuesto, la respuesta incómoda y embarazosa a "¿dónde está el original?" es que no existe. Todos los documentos originales del NT se perdieron, por lo que no los tenemos para consultar. El fragmento del evangelio más antiguo, del tamaño aproximado de una tarjeta de crédito, data del siglo II. El primer manuscrito completo del Nuevo Testamento data del siglo IV y se basa en copias hechas a partir de copias: varias generaciones de copias, presumiblemente de los originales.

Es una afirmación común entre los cristianos conservadores que la Biblia fue inspirada divinamente, pero hace mucho tiempo Bart Ehrman se preguntaba por qué eso importaba, ya que no tenemos las versiones originales de ninguno de los libros de la Biblia. Durante muchos siglos, los manuscritos fueron copiados a mano por escribas que no tenían iluminación eléctrica ni anteojos. Es posible que algunos de ellos ni siquiera hayan entendido el griego que estaban copiando, algunos eliminaron palabras que parecían contradecir sus creencias o agregaron palabras que se adaptaban a sus propias teologías. Hay académicos que dedican sus carreras a comparar cientos de manuscritos antiguos, tratando de descubrir la lectura correcta de los manuscritos originales. Todo esto suscita la sospecha de que la inspiración divina no jugó ningún papel en lo que escribieron los autores originales: ¿por qué un dios se molestaría en inspirar un texto, pero luego no lograría idear un proceso de transmisión infalible? Es decir, ¿por qué él/ella/ello (presumiblemente todopoderoso) no se aseguraría de que no se cometieran errores al realizar las copias?

Y aquí hay algo en lo que pensar: elige cualquier versículo que quieras del Nuevo Testamento, luego haz la pregunta: ¿cómo sabes si este versículo surgió de la mente de un dios o de la imaginación del autor? ¿Dónde podemos encontrar datos fiables, verificables y objetivos para decidir eso? Los creyentes que quieran rescatar al NT de la categoría de desastre deben proporcionar estos datos. Si optan por “lo tomaré por fe”, esto es una admisión de que se niegan a pensar en ello.


¿Cómo explicamos tanta deshonestidad que encontramos en el Nuevo Testamento?

Por deshonestidad me refiero al plagio y las falsificaciones que son tan obvios. Los eruditos descubrieron hace mucho tiempo que los autores de Mateo y Lucas copiaron la mayor parte del evangelio de Marcos cuando escribieron sus evangelios, pero no admitieron haberlo hecho. Y cambiaron las palabras de Marcos cuando quisieron. Cualquiera que no tenga miedo de afrontar estos hechos debería comprar un libro con paralelos de los evangelios, en el que los textos de Marcos, Mateo, Lucas y Juan se colocan uno al lado del otro, lo que facilita ver cómo se han copiado y manipulado los textos. Mediante un análisis cuidadoso del vocabulario y el estilo de escritura, varias de las cartas del Nuevo Testamento atribuidas al apóstol Pablo se consideran falsificaciones: es decir, escritas por otra persona, pero atribuidas a Pablo para mejorar la credibilidad del contenido. Vemos la misma deshonestidad al asignar los nombres Mateo, Marcos, Lucas y Juan a los evangelios. Estos nombres no se encuentran en los evangelios mismos; se adjuntaron a estos documentos en el siglo II.

Luego están las interpolaciones, es decir, textos que se insertaron mucho después de que se escribieran los documentos. El final del evangelio de Marcos es un ejemplo principal. Marcos 16, versículos 9-20 no se encuentran en los manuscritos más antiguos del evangelio, que termina tan abruptamente en Marcos 16:8: “Entonces ellos salieron y huyeron del sepulcro, porque el terror y el asombro se habían apoderado de ellos, y decían nada a nadie, porque tenían miedo". ¿Fin de la historia? Alguien decidió agregar versículos que incluyen la aparición de Jesús resucitado, pero también el ridículo guión de Jesús, 16:17-18, es decir, los cristianos bautizados pueden beber veneno y coger serpientes.

Además, la famosa historia de la mujer sorprendida en adulterio, Juan 8:1-11 (con el guión de Jesús, " Cualquiera de vosotros que esté sin pecado, que arroje la primera piedra contra ella") falta en la versión más antigua. manuscritos del evangelio, e incluso ha aparecido en Lucas. No tenemos forma alguna de verificar que se trate de una historia auténtica sobre Jesús.


El problema del pícaro apóstol Pablo

Si los feligreses hojean los evangelios de vez en cuando, muestran aún menos interés en las cartas de Pablo. ¿Y quién puede culparlos, dados los desvaríos y el engaño que encontramos en lo que escribió? Además, hay muchas cosas de qué alarmarse, como su alarde de cómo sabía acerca de Jesús. En Gálatas 1:11-12, encontramos esta extraordinaria afirmación: “Porque quiero que sepáis, hermanos y hermanas, que el evangelio que yo proclamé no es de origen humano, pues no lo recibí de fuente humana, ni me lo enseñaron, sino que lo recibí por revelación de Jesucristo”. No hay ningún indicio en el Nuevo Testamento de que Pablo haya conocido a Jesús, por lo que esto a través de una revelación es una referencia a sus visiones. Es decir, su imaginación activa, o más claramente, sus alucinaciones. “¡Oh, pero las visiones de Pablo eran reales!” Los devotos que insisten en que este es el caso deben explicar por qué las visiones mormonas o islámicas no son reales. Los protestantes deben explicar por qué las visiones católicas de María —en todo el mundo— no son reales. Pablo afirma unos versículos más adelante en Gálatas 1 que una vez visitó a Cefas (es decir, Pedro) durante quince días, pero enfatizó la falta de contacto con aquellos que conocían a Jesús: “…pero no vi a ningún otro apóstol excepto a Santiago, el hermano del Señor. ¡En lo que os escribo, delante de Dios, no miento!”

¿Pero quién era este Cefas/Pedro? Tenemos ideas sobre Pedro basadas en los evangelios, pero estos documentos se escribieron más tarde y sus relatos sobre Pedro pueden ser ficticios: no tenemos forma de verificarlos. Es extraño que Pablo visitara a Pedro durante quince días, pero saliera con escasa información sobre Jesús. En todas sus cartas, Pablo no menciona la Tumba Vacía en la mañana de Pascua y, según lo que escribió en Romanos 13, parece no haber estado al tanto de los relatos evangélicos de la ejecución de Jesús por las autoridades romanas. En todas las cartas de Pablo no encontramos ninguna mención de las enseñanzas, los hechos o los milagros de Jesús. Esto es extraño, sospechoso por cierto. Y por qué el apóstol rebelde parece apropiado.

Pablo estaba obsesionado con un Jesús que reinaba en los reinos celestiales y se le aparecía en visiones. Esto está muy alejado del Jesús presentado por los autores de los evangelios. Y sus complejos personales (por ejemplo, con respecto al sexo) parecen haber impactado su teología. En Gálatas 5:24 afirma: “Y los que son de Cristo, han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. Esto es tan descaradamente falso. ¿Quién más que los sacerdotes ordenados puede afirmar que “pertenecen a Cristo”? Sin embargo, la Iglesia católica ha recibido tantos golpes a medida que han salido a la luz los numerosos escándalos de sacerdotes que violan a niños. Al leer muy atentamente las cartas auténticas de Pablo, vemos su ira y su mal genio: en Romanos 1 incluye a los chismosos y a los niños desobedientes entre los que merecen morir. Estos textos dan peso sustancial a la acusación de que el Nuevo Testamento es un desastre. ¿Y no es un desastre que tanta teología cristiana primitiva haya sido inventada por un hombre que nunca conoció a Jesús y que evitó a los discípulos que lo conocieron?


El problema de los evangelios no verificables

Existe un amplio consenso entre los estudiosos no fundamentalistas de que los evangelios fueron escritos décadas después de la muerte de Jesús. Una pista importante para esta datación es Marcos 13, que refleja la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 d.C., durante la Primera Guerra Judío-Romana. Dado que tanto Mateo como Lucas copiaron tanto de Marcos, estos evangelios llegaron incluso después. Algunos eruditos fechan a Juan a principios del siglo II. Por eso los historiadores quieren saber de dónde obtuvieron los autores de los evangelios su información sobre Jesús. No mencionan sus fuentes; Como hemos visto, Mateo y Lucas ni siquiera admiten haber copiado tanto material de Marcos. Los eruditos devotos han argumentado que los autores de los evangelios utilizaron una “tradición oral confiable” sobre Jesús. Pero, ¿hasta qué punto es fiable la tradición oral que se ha repetido durante décadas y, sin duda, alterada con cada recuento? No hay forma de verificar esta afirmación; son conjeturas, ilusiones. El apóstol Pablo parece no haber estado al tanto de la tradición oral acerca de Jesús, o si lo estaba, confiaba más en sus visiones. No hay evidencia alguna de que los autores de los evangelios utilizaran documentación contemporánea (es decir, cartas, diarios, transcripciones escritas en la época de Jesús) para crear sus narrativas. Eran teólogos, no historiadores. De ahí qué desastre: no se puede confiar en sus historias de Jesús.


Si quieres una religión repleta de supersticiones antiguas, folklore milagroso y pensamiento mágico, ¡entonces los evangelios son adecuados para ti!

Simplemente hay demasiada fantasía en los evangelios. Fuera de los círculos cristianos devotos, pocos pensadores serios los encuentran creíbles. En Marcos 5, Jesús transfiere demonios de un hombre trastornado a una piara de cerdos, ¡porque los demonios se lo piden! ¿Hizo esto mediante un hechizo mágico? Cualquiera que lea Marcos y luego lea inmediatamente Juan se sorprenderá por las grandes diferencias en sus representaciones de Jesús. En la escena del Juicio Final de Mateo (capítulo 25), la gente obtiene la bienaventuranza eterna con Jesús al ser compasiva. En Juan 6, la vida eterna se logra comiendo la carne y bebiendo la sangre de Jesús. El apóstol Pablo añade a la confusión en Romanos 10:9: “…si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. Juan 6 sugiere que las pociones mágicas funcionarán, Romanos 10 recomienda hechizos mágicos.

Una de las razones por las que hay miles de “marcas” cristianas en conflicto es que hay tanta confusión teológica en el Nuevo Testamento. Una de las principales supersticiones en el mundo antiguo era la creencia en dioses que morían y resucitaban. Si te inscribías en una de estas sectas, estabas en camino a la vida eterna.

Este es el mayor desastre: los primeros cristianos, especialmente Pablo, aceptaron esta forma de pensamiento mágico y argumentaron que Jesús era precisamente este tipo de dios.


David Madison fue pastor de la Iglesia Metodista durante nueve años y tiene un doctorado en Estudios Bíblicos de la Universidad de Boston. Es autor de dos libros.


Traducido del original:

https://www.debunking-christianity.com/2024/04/a-handy-concise-guide-why-new-testament.html


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Actitudes ante Dios (Publicación Cristiana)

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Actitudes ante Dios

(Publicación Cristiana)


Tradicionalmente y siempre con los matices personales que se puedan aducir, las posturas ante Dios se han reducido a dos: creyentes por una parte y Agnósticos más Ateos por otra.


24.04.2024

Pablo Heras Alonso.


Respecto a la situación en que el hombre se encuentra en este mundo, los que creen en Dios diferencian claramente lo que es el mundo natural de la esfera sobrenatural.

En este ámbito sobrenatural hay tres principios esenciales que atañen directamente al hombre: su creación por Dios, la inmortalidad del alma y una vida después de la muerte. Partiendo de estos tres enunciados, van derivando las distintas religiones con sus diferencias respecto a lo que Dios ha hecho por el hombre y la relación del hombre con Dios.

En esa relación con Dios puede predominar el pensamiento, es decir, la meditación y consideración racional de los misterios de Dios; puede prevalecer la emotividad, el sentimiento que produce el amor de Dios hacia los hombres; o, en tercer lugar la vivencia del rito, a través del cual el hombre cree tener relación con Dios.

En el polo opuesto encontramos a quienes niegan bien la posibilidad de acceder a Dios o bien los que directamente niegan la existencia de un ser que carece de argumentos para aceptar tal existencia. Las razones para la negación de Dios son de muy diverso calado, principalmente porque no existe consenso respecto a lo que podemos llamar "Dios“. Lo que generalmente se entiende por Dios no entra en la capacidad del hombre para entenderlo.

La primera negación de “ese” Dios es aquella que lo hace producto del hombre. Sí, existe Dios, pero es un Dios distinto al que los creyentes adoran y en el que confían. Es un Dios creado por los hombres, a su imagen y semejanza; un Dios consenso universal; un Dios que aglutina deseos; un Dios arquetipo de vivencias y sentimientos humanos; un Dios paradigma de bondad, justicia y felicidad.

Respecto a agnósticos y ateos, la duda y negación de Dios se refiere a los argumentos que ofrecen los creyentes para, racionalmente, aceptarlo. Son argumentos o pruebas que han sido desmontados a lo largo de la historia y que carecen de validez. Recuérdense las vías de Santo Tomás, el argumento de San Anselmo o las simplezas de los Testigos de Jehová (Watchtower). Argumentos que no han superado la prueba filosófica o que no pueden ser “falsados”. Sólo son hipótesis de trabajo en un callejón sin salida.

Pero a los agnósticos y ateos se les puede enfrentar cualquier creyente con algo que aquéllos olvidan, el nivel cognitivo de ambos. Los creyentes están en otro nivel, ni les interesa ni procuran aportar argumentos sobre la existencia de Dios, simplemente creen en Dios y viven de esa creencia. Son dos niveles de aceptación que no pueden inmiscuirse. Los argumentos racionales “contra” Dios no entran en su consideración. De ahí que no pueda haber ni refutación ni afectación.

Cuando se dice que no se puede convencer a un creyente es porque ambos, creyentes y ateos, se encuentran en niveles distintos de conocimiento y de vivencia. Ninguno de los dos tiene razones suficientes para convencer al otro. Es imposible demostrar a Dios por la razón y es inútil aportar argumentos sobre la inexistencia de Dios, porque en lógica filosófica esto es absurdo (es quien afirma el que debe probar). Pero la única prueba es… ¡que creen en Dios!

Puestos a exprimir el contenido de las ideas agnósticas y ateas, éstas parecen moverse en ámbitos metodológicos, es decir, teóricos, axiomáticos, casi verbales. El agnóstico dice que quien afirma es el que debe probar lo que afirma (Dios); el ateo dice que los juicios negativos de existencia, negación de Dios, son verdaderos mientras no se demuestre lo contrario. En realidad, dicen lo mismo.

Algo que puede parecer paradójico es que tanto creyentes como negacionistas están de acuerdo en la praxis diaria y en la vida normal. Nadie discute lo que es el hombre; nadie pone en duda el buen comportamiento moral; todos están de acuerdo en la necesaria profesionalidad en el ejercicio del trabajo, la responsabilidad, la solidaridad, etc. y aunque unos hagan derivar su conducta respondiendo a imperativos sagrados y los otros al orden social y a la conciencia, a la hora de la verdad lo que importan son los hechos derivados del tal conducta.

Y en este punto, uno se pregunta si creyentes y negacionistas pueden ponerse de acuerdo respecto a la idea, a las exigencias y los presupuestos inherentes a lo que significa Dios. O bien, a la hora de entenderse, ¿se puede dejar en suspenso la cuestión “Dios”? Esto es prácticamente imposible. Recojo una afirmación de Puente Ojea en su libro Elogio del ateísmo (1995):

Apenas parece discutible que tanto en el plano del saber como en el plano de la vida cotidiana resulta ineludible adoptar, al menos provisionalmente, un posicionamiento de dirección positiva o negativa sobre la hipótesis teísta, aunque este posicionamiento no alcance una formulación explícita.


Pero si echamos una ojeada al mundo de la creencia, vemos que la inmensa mayoría de los creyentes no tienen un concepto definido respecto a la cuestión “Dios”. Lo dan por supuesto, ni siquiera se les plantea ni, por otra parte, sabrían definir lo que creen cuando se les pone en duda, con argumentos, la hipótesis teísta. Lo tremendo es que, a lo largo y ancho del mundo, el número de creyentes en lo que sea, dígase Dios u otra cosa sobrenatural, aumenta.

Dirán los negacionistas: ¿realmente aumenta? Sí y no. Por lo que vemos, disminuye en los países con mayor nivel cultural y económico, lo cual lleva a deducir que la incultura y la pobreza son caldo de cultivo de la creencia en dioses.

Hay otra forma de encarar o catalogar a muchos que se dicen agnósticos, referida a su entronque social. En cuanto a la formulación negacionista, los hay que son agnósticos teóricos pero en la práctica, ateos convencidos. Otros se dicen agnósticos por no llamarse “creyentes perplejos” debido a su carácter y educación, al deseo de contemporizar, por no contrariar… Y no se dicen ateos porque la presión secular contra esta “casta” ha sido muy fuerte y todavía sobrevuela el sambenito pernicioso sobre ellos.

Cierto, hay ateos que no manifiestan su “credo” por educación, por respeto, por no herir susceptibilidades o sensibilidades. A veces por miedo a un perjuicio personal dentro del partido o, en su ámbito laboral, miedo a la exclusión social o represión económica. Declararse agnóstico resulta menos peligroso e incluso puede ser aliciente para alguno dispuesto a hacer una “buena obra”, pues le parece que tal agnóstico podría estar dispuesto a revertir su posición dogmática.

Es una incoherencia por parte del agnóstico: si no convencen los argumentos que le puedan dar, no sólo racionales sino, sobre todo, de vivencia, de conducta, de buenos sentimientos, de obras de caridad… su situación de increencia es la misma que la del ateo, aunque a priori no descarte el posible retorno a la fe. Se ha dado el caso de que la vida ejemplar de tal creyente pudo ser argumento definitivo para el retorno a la fe.

Hay quien dice que tanto ateos como agnósticos saben de Dios o están más pendientes de él que muchos creyentes. Puede ser cierto, pero es más cierto que el ateo ya no tiene referencias reales respecto a la idea de Dios, ha prescindido de estar pendiente de todo lo que se refiera a Dios. En cambio el agnóstico vive todavía en suspenso sobre si Dios es una quimera o una realidad. Podría decirse de él que es un semi creyente.

Cuestión aparte que merece una reflexión profunda es el hecho de que es manifestación universal creer en Dios. Surge la pregunta de por qué la humanidad se ha decantado por la creencia en Dios, con el consiguiente contra argumento: ¿el creer en instancias supra humanas, dioses o espíritus, ha aportado algo a la humanidad? ¿Ayuda tal creencia a que el hombre tenga mayor seguridad en sí mismo y mayor certeza sobre las cosas que le rodean? Y una como hipótesis: ¿existe algún componente genético, relacionado con el instinto de supervivencia, inscrito en el cerebro humano cuando dejó atrás a sus ancestros australopitecos o pitecántropos?

Interesante hipótesis la de relacionar la invención de los dioses con ese instinto de supervivencia, aunque también podríamos apuntar otra hipótesis igualmente plausible aunque menos halagüeña: teoría o hipótesis de que existe un retraso evolutivo en aquellos que creen en dioses, un retardo en la compleción de su cerebro al admitir algo que la razón rechaza.


Fuente:

https://www.religiondigital.org/humanismo_sin_credos/Actitudes-dios_7_2653604636.html


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MÁS razones para no creer en Dios

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MÁS razones para no creer en Dios


Ya Tienes miles de Razones Para No Ser Religioso; Aquí Hay 12 Más Que Tal Vez No Has Considerado


1 -

El Egoísmo de la Oración:

Cuando alguien reza ¿qué está haciendo? Cuando un futbolista celebra un gol dando gracias a Dios ¿importa si el portero que recibió el gol era cristiano también? ¿o no? ¿Qué porcentaje de las oraciones serán genuinamente altruistas?


2 -

¿Gazapos? ¿Qué Gazapos?

Si "La Palabra de Dios" (La Biblia, según algunos) es tan importante ¿Cómo es que la gente que la estudia a pie de la letra no estudia hebreo para entenderla en su versión original? En la forma que se lee ya, ha sido pasado por 2 (o más) coladores de traducción (mucha de la cual es errónea) así que... a aprender hebreo, o dejar de destacar la importancia de susodicho texto.


3 -

Idos y Multiplicaros

- La represión sexual

¿Cuántas maneras puedes encontrar en la religión de reprimir a la sexualidad de la gente? ¿Qué tal esto?: – fomentar la idea que el sexo sólo es para procrear. Así esos otros otros deseos y sensaciones se pueden tachar de pecaminosos y 'anti-naturales'. Otra buena manera de meterle el miedo a las mujeres sería decirles que su ídolo debería ser una madre que a la vez era virgen (¿otra traducción mal hecha u otro ejemplo más del mito del profeta nacido de una virgen que existía ya en muchas religiones anteriores al cristianismo?). De todas maneras... a parir, mujeres, pero sin follar a ser posible. Así estarías más limpias (Fue por vosotras que nos expulsaron de Edén, recuerda. Excepto si preferimos la interpretación - más coherente a mi juicio - de los Gnósticos).


4 -

¿Cuantos ángeles pueden bailar en la punta de un alfiler?

Pero... ¿de verdad hay gente que aún cree en los ángeles? Yo sé que sí hay. No es de extrañar. En el año 2007 se reunieron varios obispos, arzobispos y quién-sabe-qué demonios en el vaticano para decidir qué pasaba a los almas de los bebés que no habían llegados a ser bautizados. El tema es claramente urgente. Se rebaja a esto; ¿Existió o no el purgatorio (que la misma iglesia había inventado unos siglos atrás)? Y hombres adultos, alrededor de una mesa, discutiéndolo como si importara. Y tanta gente encerrada en monasterios y conventos durante tantos años (para ahorrar gastos familiares en muchos casos) no haciendo más que rezar y alabar a ALGO QUE NO EXISTE... ¡qué desperdicio de vidas! Bueno... Richard Dawkins ha dicho que hasta la teología como disciplina es, efectivamente, estudiar ABSOLUTAMENTE NADA.


5 –

"El Cielo es un lugar donde no pasa nunca nada" (Talking Heads)

Si llegas a ser invitado allí... ¿Cuántos años tienes en el paraíso? ¿No llegarás a ansiar la muerte después de unos, digamos, 2 millones de años? ¿Puedes elegir a ser más mayor en el cielo que llegaste a ser en la tierra? ¿O tienes que tener los años que tienes cuando te mueres? ¿O puedes elegir tener menos? ¿Y tus padres y abuelos? ¿Hay cielos donde tú eres joven y ellos viejos y otros donde es todo al revés? Y ¿estarán allí mis mascotas de la infancia? La verdad es que cuando me pongo a pensar qué forma el paraíso podría posiblemente tomar... veo que la idea no tiene ni pies ni cabeza.

Una de mis frases preferidas: "El Hombre es La Medida" ("Man is the Measure") – Protagorás


6 -

¿Hay correlación entre inteligencia y religión? O, sí...

Con una excepción, los países más desarrollados (en cuanto a la fuerza de la economía y el nivel de vida) son los países con menos índice de creyentes religiosos en su población. (¿Cuál es el país que no sigue esta norma?). Según cálculos de Las naciones Unidas, dentro de diez años, habrá unos diez países donde efectivamente la religión dejará de existir como fuerza social. El primero será Dinamarca.

(Para más información acerca de este tema, y muchos relacionados, se recomienda 'The God Delusion' de Richard Dawkins)


7 -

Monoteísmo, Monopolio, Monolitos

¿Qué religión es la mejor? Y ¿por qué hay más de una? Que lo peleen entre ellos. Avísame cuando alguien haya ganado.


8 -

¿Alguien creería esas cosas si no se llamaban 'creencias religiosas'?

Hay gente que cree que en muy breves, los cielos se abrirán, unos ángeles tocarán sus trompetas y los 44.000 almas que lo merecen serán transportados al Paraíso mientras los demás sufriremos para siempre en el Infierno... no, en serio - ¿Por qué tenemos que 'respetar' a las creencias religiosas? Una bobada es una bobada, sea científica, metafísica o no. No veo mucho 'respeto' entre las mismas religiones. Mi madre me enseñó precisamente eso; hay que respetar a las creencias de la gente. Como me iba haciendo mayor más me preguntaba si mi madre tenía razón allí. (En casi todo lo demás sí la tenía).


9 -

¿Quieres saber qué pasa después de la muerte? ¿O si el Paraíso existe? Pregunta a un experto

¿Por qué (demonios) un vicario o cura sabrá más sobre este tema que un científico, un fontanero o un ateo radical?



10 -

Técnicas psicológicas que ayudan mucho a la hora de reprimir un pueblo entero

Vamos a jugar a ¿Quién-tiene-la.culpa? El Catolicismo hace esto muy bien. Como piensa que el universo está 'instilado' con un ser que ve y a creado todo, si algo pasa, pues algo tendrá que ver dios ¿no? Entonces, siempre hay una cosa, si no humana, pues, bastante parecida a un humano (un 'intelecto' o un 'amor') que es el origen de otras cosas. Por lo tanto se cae en una visión del mundo donde, si algo pasa, tiene que ser culpa de alguien de por sí. Este estado mental lo hace muy difícil explicar las cosas con un 'porque sí' o 'simplemente sucedió así'. Si quieren ser más científicos, pues por eso existe la ciencia. Una cosa psicológicamente parecida (a mi juicio) es el concepto del 'Pecado'– no es, como, realmente malo, pero a 'él' no le gusta; le ofende en cierta manera. Incluidas en los supuestos pecados están muchas cosas que dan placer. ¡Ojo! Allí yace la tentación y los caminos hacia en infierno. Esto provoca la mentalidad de pensar que si algo que sienta bien, ya te hace sospechar que tiene algo de 'malo'.


11 –

Dios como el último en la cadena de comanda de MILGRAM.

El experimento de Milgram fue una serie de experimentos llevados a cabo por Stanley Milgram en la Universidad de Yale. Aparecieron en Behavioral Study of Obedience (Estudio del comportamiento de la obediencia) y en su libro Obedience to authority. An experimental view (Obediencia a la autoridad. Un punto de vista experimental). El fin de la prueba era medir la disposición de un participante para obedecer las órdenes de una autoridad aun cuando éstas pudieran entrar en conflicto con su conciencia personal (de Wikipedia).

En fin, descubrieron que los seres humanos haremos cosas que van en contra de nuestros instintos morales si nos podemos refugiar en la idea que hay una autoridad por encima de nosotros. 'Siguiendo órdenes', como reclamaban la mayoría de los Nazis juzgados en Nüremberg. Lo que MÁS ME PREOCUPA de todas las religiones es que ELLOS piensan que su autoridad viene de una fuente más alta que la razón humana. Es una delusión, claramente, pero ¿cómo convencerles? Y si ellos piensan que hacen lo que hacen por ordenanza DIVINA... eso puede llegar a ser peligrosísimo (La Inquisición, las Cazas de Brujas...).

Si interesa leer de un incidente histórico de este tipo, recomiendo Los Diablos de Loudin (The Devils of Loudun) de Aldous Huxley. Allí retrata la historia las endemoniadas de Loudun, probablemente el caso más famoso de posesión diabólica colectiva que se conoce. Tuvo lugar en 1634 en la pequeña ciudad francesa de Loudun. Afectó a las monjas ursulinas del convento, supuestamente hechizadas por el padre Urbain Grandier, quien fue acusado de brujería, de acuerdo con el testimonio de las endemoniadas, torturado y condenado a morir en la hoguera


12 -

Ya sabemos todo lo que hay que saber; y siempre lo sabíamos

¿Qué tiene la iglesia en contra del deseo natural y humano de explorar, investigar y saber más acerca de nuestro mundo? ¿Hay algo que inspira más que la idea de que siempre estaremos quitando capas de nuestros conocimientos? ¿En reconocer que no hay nada fijo, siempre nos vamos hacia delante, a territorios nuevos? Por lo visto, no:

La iglesia tiene un récord histórico de oponerse a muchos caminos científicos que luego resultaron de gran beneficio para el conocimiento del ser humano.

¿A qué se ha opuesto?'– Excursiones arqueológicas a Egipto para leer los jeroglíficos (por si contradecía el mito del Arca de Noe). Las teorías de: Galileo (¿Cuántos años tardaron en 'disculparle'?), Newton (máquinas), Darwin (¡qué osadía!) y Turing (máquinas y homosexuales).

Ahora con las células madre, tienen otra oportunidad de enseñarnos como comportarse ante fronteras nuevas.


13 -

Si Jesucristo curó a los cojos ¿eso quiere decir que es 'malo' ser cojo?

¿Qué es esa fascinación con la pobreza y las enfermedades y minusvalías? Alguien dijo de madre Teresa (como comenta Christopher Hitchens; '¿Qué tiene, precisamente, de "madre"?' y para datos biográficos sobre este personaje, véanse abajo) parece que no le gustan tanto los pobres que la pobreza. Cuando traducía una revista de monjas para un trabajo que tenía hace unos años, me llamó la atención esa fijación que tienen con 'los pobres', los hospitales y tal. Y qué arrogancia. Tantas veces tuve que traducir en su revista 'Y la gente se alegró mucho al vernos' y frases semejantes. ¿Dice quién? Yo, cuando veo a una monja, me deprime. Pero en fin, visto todo lo de arriba, hay gente pa' to'.

Vale, venga, y otro más... y de esa manera despejamos al número de asistentes el la Última Cena, que tan mala suerte bíblica nos trae...


14 –

Los extraterrestres: si existen ¿están salvados?

Digo, esos que no han llegado a la tierra ni llegarán nunca... ¿Tendrán otro 'Hijo de Dios' que puede ir a 'predicar la Palabra' a otros civilizaciones? Si no, ¿son como las tribus de los océanos del Sur, a quienes tenían que bautizar para salvarles las almas? O, si no les ha visitado ningún Salvador, ¿no será porque no les hace falta?

Bueno... hasta que sepamos a ciencia cierta que esas criaturas hipotéticas existan, no hace falta hacer las preguntas. Menos mal.


En fin - como dijo una vez el astrónomo-filósofo Carl Sagan - "Está bien tener la mente abierta, pero no tan abierta que se te caiga el cerebro".


(Gracias a un lector quien escribió para decirme que la cita igual no es de Sagan, pero de Richard Feynman. Me puse a investigar, y mire: (de http://www.faktoider.nu/openmind_eng.html)


"Mantenga la mente abierta, pero no tanto como para que se le caiga el cerebro"


Este excelente consejo se atribuye principalmente al físico Richard Feynman (1918-1988), pero también a muchas otras personas más o menos famosas, la mayoría de ellas del campo de la ciencia: Richard Dawkins, Carl Sagan, James Oberg, Bertrand Russell, J. Robert Oppenheimer, Virginia Gildersleeve, Harold T. Stone (de la comedia Night Court )... Por nombrar sólo algunos.

Aquí está el ejemplo más antiguo que he encontrado (hasta ahora) de la cita. Tal como está escrito, aparentemente fue acuñado incluso antes, de una forma u otra:


[Los caballeros prácticos] tienen una serie de comentarios amargamente sarcásticos sobre personas cuyas mentes son tan abiertas que se les cae el cerebro.

Max Radin (1937)


Aquí hay algunas variantes aún más antiguas, pero sin cerebro (por así decirlo):"Sus mentes están tan abiertas que nada permanece dentro" (1932), "una mente tan 'abierta' que casi cualquier cosa puede atravesarla sin dejar rastro". " (1928) o "una mente tan abierta que no tenía nada en absoluto" (1908).

Sospecho que la cita (como tantas otras) no fue acuñada por alguien famoso, sino por un talento anónimo que modificó una frase existente.

Actualización: Mi breve estudio fue utilizado, combinado con otros (en particular la investigación de The Quote Investigator, Garson O'Toole) y ampliado por Tim Farley de INSIGHT, el blog de Skeptic.com (que a su vez es el sitio de la revista Skeptic ). . Encontró que "la primera versión documentada de la cita" era la siguiente:


¡Pero no mantengan sus mentes tan abiertas que se les caiga el cerebro!

Discurso de Walter Kotschnig, pronunciado el 8 de noviembre de 1939


Fuentes:

Max Radin, "On Legal Scholarship", The Yale Law Journal mayo de 1937

New York Times 13 de noviembre de 1932

New York Times 4 de febrero de 1928

Edward Clark, Discursos seleccionados (1908), página 69

Fuente:

https://www.charlytaylor.com/index.php/entretenimientos/1001-razones-mas-para-no-creer-en-dios

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El Dios de Aristóteles

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El Dios de Aristóteles


La idea de Dios como explicación necesaria del mundo


By Jorge Romero Gil

Updated on November 01, 2019


Se puede considerar que Aristóteles es quién desde la filosofía griega establece los fundamentos de lo que luego será la Teología. Lo es en la medida que reflexiona sobre ciertos atributos de Dios aunque, curiosamente, sin entrar a discutir nada respecto a los dioses que vienen a ser "categoría aparte". Como siglos después hará Sexto Empírico, que también reflexionará sobre esa de un Dios como factor creador, sus pros y sus contras, pero, expresamente, mantendrá a un lado del debate y fuera de él a los dioses tradicionales.

Cabe decir que la formulación de Aristóteles es deísta, pues concibe a su Dios como factor causal necesario de lo existente pero, al mismo tiempo, totalmente al margen de lo existente. Tan al margen que sería literalmente imposible que se percatase de aquello mismo que habría creado.


Lo necesario y lo contingente

La necesidad de este Dios como factor creador la deriva Aristóteles de la contraposición de lo contingente -aquello que puede existir o no- y lo necesario -lo que debe existir-, alcanzando la idea de que tiene que haber inexorablemente una causa necesaria de la cual se derivarían todas las cosas contingentes. Ese ser tendría que ser necesario por él mismo y ese ser sería Dios.

Ahora bien, ahí comienza y acaba el papel de Dios respecto a la totalidad de las cosas contingentes -incluidos los humanos- que se habrían creado a partir de él. En gran medida por la propia naturaleza que tendría ese Dios -y que Aristóteles analiza- que impide cualquier personificación del mismo. Porque ese Dios seria ni más ni menos que pensamiento puro, presente eterno e "inmutable".

Tanto las características de ese ser necesario como de las cosas contingentes impiden cualquier relación mutua. En primer lugar Aristóteles considera que parte de la naturaleza de lo contingente es el "movimiento", pero hay que explicar esta idea, "movimiento", para Aristóteles, no significa un "movimiento físico" sino un "devenir", el "paso de las cosas", en cierta medida es el mismo principio del "todo fluye" de Heráclito, en definitiva, nada es permanente excepto el ser necesario, es decir, excepto Dios. Por contraposición la "permanencia" es una característica de la naturaleza de Dios. Así, Dios, tiene que ser "inmóvil" e "inmutable", en ningún caso puede alterarse o "moverse" en el sentido que lo hace lo contingente.


Características de Dios

Dios es la antítesis de lo contingente, en consecuencia todas sus características serán también antitéticas a ello. Así, si lo contingente es "móvil" Dios es "inmóvil" , y si lo contingente es material Dios ha de ser inmaterial, y así se llega a otra característica de Dios: es inmaterial. Por ahora tenemos un ser necesario por sí mismo, no contingente, permanente, "inmóvil", inmutable e inmaterial.

Si Dios es inmaterial no puede tener ninguna característica propia de lo material, volvamos al "movimiento" como "cambio" y "mutabilidad" propio de lo material. Si lo material no solo puede cambiar sino que cambia permanentemente y discurre entre un pasado y futuro, y si ese "cambio" implica a su vez una transformación que dará un futuro diferente al presente, Dios no puede "moverse" tampoco en ese sentido.

Dios no viene de ninguna parte ni va a ninguna a otra, no es ni ha sido -ni ha tenido- ni pasado ni futuro, es "estricto y fijo presente". Eso lo denomina Aristóteles como "acto puro" -no "actos", sino un singular, porque Dios es una sola acción: la que causa lo contingente, no es otra cosa-. Como Dios no es material tampoco reúne ninguna de las características, posibilidades o potencialidades de lo material. Dios no puede "estar siendo" -porque la condición de "estar" implica "transitoriedad", luego "movimiento" y "mutabilidad"- ni tampoco "llegar a ser" -por el mismo motivo, si aun no "es" resulta que debiera "moverse" hacia ese estado-, por lo cual Dios solo puede "ser" y serlo permanente, fija e inmutablemente, digamos que Dios es siempre una situación de "ya".

Otro fundamento del aristotelismo es que anula la dualidad del platonismo, así, Aristóteles, siguiendo un realismo estricto, refuta a Platón y a su división de un "mundo de las ideas" y un "mundo de lo ilusorio". Aristóteles dice que no hay más mundo que este mundo, no hay ningún mundo más allá de éste, ni en otro ámbito o dimensión, ni ningún plano místico, ni tampoco una "realidad alterna" a la que contemplamos y en la que nos movemos. Debido a esto Dios no puede "ser" en ninguna otra parte que no sea este mundo. Así pues tenemos otra característica o condición de Dios: "aquí" -no está en ningún otro lado-.

Volvamos a reunir las "condiciones" de la naturaleza de Dios: un ser necesario por sí mismo, no contingente, permanente, "inmóvil", inmutable, inmaterial, estricto presente y se encuentra "aquí" -el único mundo real para Aristóteles-.


Dios es pensamiento

Bien ¿puede hacer alguna cosa Dios? Solo ser la causa primera necesaria no contingente y permanente. Entonces ¿qué es Dios? Pues pensamiento puro y "fijo", y, en realidad eso es lo único que puede "ser" ese ser por sí mismo y no dependiente de nada y lo único que puede hacer, es más, no solo es lo único que puede hacer sino que, según Aristóteles, es necesario que haga -para seguir siendo de manera permanente la causa de todo lo contingente-.

Literalmente Aristóteles dice que Dios lo único que es y hace es "pensar pensamientos" -"nóesis noéseos” en alfabeto griego "νόησις νοήσεως"-. Y, además, no cualquier pensamiento, sino pensar sobre sí mismo -esto es "pensarse constantemente", precisamente porque esa no es solo la esencia de su "ser" sino la forma en que su "ser" es-. Su pensamiento no puede dirigirse a nada más y, por supuesto, no a las cosas contingentes que han surgido como "subproducto" de él. Que en todo son antitéticas a las características de Dios. En consecuencia, aunque Dios haya sido su causa necesariamente no puede tener ni la menor idea o noción de algo que es contingente por su propia naturaleza, sencillamente es su antítesis. Solo pensará constantemente en él mismo.

Incluso esa noción de "pensar" es, en realidad, un recurso analógico de Aristóteles ante algo que no puede definir con exactitud, no es un pensamiento como el pensamiento humano y por eso ese "nóesis noéseos” es únicamente referido a Dios mismo. Tal vez, y no siendo la traducción literariamente más correcta, aclaré algo más si traducimos "noesis noeseos” por "pensar en pensarse".

Ese Dios no puede sentir, ni tener emociones, deseos o cualquier otra característica, acción o atribución de, por ejemplo, un ser humano, dado que todo eso es característica de lo contingente.

El Dios de Aristóteles tiene muy poco que ver con el Dios cristiano, aunque la escolástica medieval utilizará los argumentos aristotélicos para su intento de demostración.

La idea de Dios aristotélica la volverá a recuperar el deísmo que se dará, principalmente, en la filosofía británica y francesa de fines del siglo XVII y del siglo XVIII.


Fuente:

https://www.aboutespanol.com/el-dios-de-aristoteles-1283714


Ver:


La Sociedad y la Necesidad Histórica de la Religión

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La Sociedad y la 

Necesidad Histórica de la Religión


9 de octubre de 2023

Por Bill Robinson


Uno de los muchos dichos conocidos de Voltaire es “Si Dios no existiera, sería necesario inventarlo”. La razón de esta necesidad es que Voltaire creía que el ateísmo debilitaba los “vínculos sagrados de la sociedad”. No fue el único en creer esto. John Locke también creía que el ateísmo dañaría a la sociedad y al orden social y, al final, conduciría al caos.

Estos dos estaban lejos de ser los únicos grandes filósofos que creían que la religión era esencial para el funcionamiento de la sociedad. De hecho, durante casi toda la historia de la humanidad esa creencia fue la norma. E incluso hoy en día la mayoría todavía lo cree, aunque muchos de los que sí lo creen lo creen de una manera diferente a la de nuestros antepasados, incluso los relativamente cercanos.

Sin embargo, hoy en día muchos también rechazan la creencia de que la religión es esencial para el funcionamiento de la sociedad. Por mi parte, creo que fue esencial no sólo para el funcionamiento de la sociedad sino también para su creación. Pero su papel no es tan esencial ahora como en el pasado. Sin embargo, también añadiría que, aunque hoy en día no es tan esencial, todavía tiene un papel que desempeñar. En general, es en gran medida positivo, aunque en gran medida depende de la religión y la sociedad en particular.

Permítanme comenzar a explicar esto señalando que, aunque muchos piensan que la religión proporciona valores y ética y es la fuente de ellos, no lo es. Sin embargo, lo que sí hace es transmitir los valores y la ética de una sociedad concreta. Cuando se escribieron los textos religiosos, lo fueron desde la visión y la perspectiva moral de esa sociedad, y tenían como objetivo reforzar y transmitir esos valores. Sin embargo, una vez hecho, como parte de la ley de las consecuencias no deseadas, no sólo puede reforzar esos valores, sino también desafiarlos, como lo hizo con la esclavitud y los derechos civiles. O cuidar de los pobres.

Parte de esto se debe a que la forma en que se entienden esas palabras a lo largo del tiempo también cambia a medida que cambia la sociedad y la cultura. Un cristiano de hoy, incluso el fundamentalista, literalista y evangélico, entiende la Biblia y su religión de manera diferente en muchos aspectos significativos que el cristiano del año 1000 EC.

Este papel de transmitir el valor de una sociedad es una de las razones por las que la religión fue tan importante, de hecho crítica, para la sociedad al principio y a lo largo de la mayor parte de la historia humana. Este papel no fue una decisión consciente sino más bien inconsciente. El resultado de la historia y las necesidades cambiantes.

A la par de esta transmisión de valores, está la creación de una identidad. La religión fue una de las principales formas en que grupos de familias e historias diferentes comenzaron a formar algo más grande. Lo hicieron proporcionando a estos diversos grupos un conjunto compartido de creencias y prácticas. Rituales en los que todos participaron y en los que creyeron. Al hacerlo, formaron vínculos, un terreno común sobre el que se puede construir la confianza.

Sin esto, no hay sociedades más grandes. O al menos ninguno que dure mucho tiempo.


En un estudio publicado en Human Nature, una revista científica revisada por pares, es interesante por muchas razones. Sin embargo, esta parte me llamó especialmente la atención:

Los resultados indican que el rasgo más antiguo de la religión, presente en el ancestro común más reciente de los cazadores-recolectores actuales, era el animismo, de acuerdo con creencias de larga data sobre el papel fundamental de este rasgo. Surgió la creencia en una vida futura, seguida del chamanismo y el culto a los antepasados. Los espíritus ancestrales o dioses superiores que participan activamente en los asuntos humanos estaban ausentes en los primeros humanos, lo que sugiere una historia profunda de la naturaleza igualitaria de las sociedades de cazadores-recolectores. Existe una relación positiva significativa entre la mayoría de los personajes investigados, pero el rasgo “dioses elevados” se destaca, lo que sugiere que la creencia en una única deidad creadora puede surgir en una sociedad independientemente de otros aspectos de su religión”.

Me imagino que muchos señalarán que antes de que surgiera la creencia en un dios superior y la religión tal como la conocemos ahora, vivíamos en sociedades igualitarias y no jerárquicas. Cual es correcta. Sin embargo, la conclusión que muchos obtendrán de esto será a menudo errónea: que la religión tiene que ver con el control. Lo es, pero de una manera necesaria, no de la manera opresiva que muchos lo tienen.

Consideremos el estado de la humanidad hace unos 10.000 años. Vivían como pequeños grupos de cazadores recolectores. Grupos compuestos y basados ​​en la familia. Grupos de parentesco. Ser igualitario es más fácil cuando estás relacionado y eres pequeño. Sin embargo, si creces un poco, agregas personas diferentes a la mezcla, las cosas se vuelven mucho más desafiantes.

La llegada de la agricultura provocó que eso sucediera. En lugar de pequeños grupos de cazadores-recolectores, se hicieron posibles grupos más grandes. A menudo mediante un aumento natural, pero también mediante la fusión de diferentes grupos. El desafío que enfrentaron nuestros antepasados ​​entonces es cómo controlar estos grupos más grandes. ¿Cómo evitar que se produzcan rivalidades y vendettas basadas en diferentes grupos familiares y creencias? Cómo formar una nueva identidad para quienes tenían otras separadas para que pudieran trabajar juntos. Y sobrevivir, ya que los grupos más grandes tendían a durar más que los pequeños. Especialmente cuando hay un conflicto directo.

De ahí el crecimiento de la religión como forma de formar una nueva identidad, más grande que la de la familia. Y como forma de canalizar y controlar a las personas. No sólo para proyectos grandiosos sino también para los necesarios. Riego de cultivos, almacenamiento y luego dispersión de excedentes durante la hambruna, resolución de disputas no solo entre individuos sino entre grupos, construcción de carreteras y mucho más.

Un dios elevado es una forma de lograr todo esto. Y también lo fueron los otros aspectos de la religión que surgieron durante este tiempo. Aprovechar las creencias religiosas que ya existían como pequeños grupos de cazadores-recolectores para adaptarse y apoyar la nueva realidad fue una consecuencia natural y necesaria. Sin él no tendríamos ninguna sociedad grande.

Esto, por cierto, no fue planeado, ni pensado. Fue como la evolución de nuestra forma de caminar o de nuestro cerebro e inteligencia más grandes. No fue planeado de antemano. Creció a medida que lo antiguo enfrentó nuevos desafíos en su entorno. No había ninguna fuerza maquiavélica detrás de esto, sólo una evolución social. Y así como nuestro caminar y nuestra inteligencia son necesarios para nuestra supervivencia, también lo fue la religión para la supervivencia de sociedades más grandes. Y siguió siéndolo durante milenios.

Hoy en día, la religión todavía cumple muchas de sus funciones originales: preservar y transmitir los valores de la cultura de la que forma parte y, paradójicamente, a menudo desafiarla. Sin embargo, lo que ha cambiado es que hemos tenido sociedades complejas, diversas y grandes durante milenios, y los bordes de muchas de las diferencias –pero no todas– ya se han suavizado. Sin embargo, es suficiente para que las sociedades puedan sobrevivir sin religión. Hemos formado identidades más amplias y abarcadoras, y hemos establecido otras formas de transmitir valores sociales.

De hecho, con la expansión de quiénes constituyen “nosotros” de ser solo una familia a ser todos, la creación de una identidad más amplia y diversa, la religión a menudo se ha convertido en un peligro. Esto era especialmente cierto cuando una religión particular se combinaba con el Estado y ambas se identificaban como la misma. Entonces se convierte en un impedimento para la creación de sociedades más grandes y funcionales.

Es por eso que la separación de la Iglesia y el Estado no sólo funciona sino que es fundamental para apoyar el funcionamiento de las democracias. Sin embargo, una vez establecido esto, y dado que las raíces de la religión son profundas tanto en las sociedades como en los individuos y que a menudo desempeñan funciones necesarias, no veo que la religión desaparezca. Cambian a medida que el tiempo y las sociedades crecen, pero no desaparecen. Y, en general, no veo que esto sea necesariamente malo en todos los casos, ni siquiera en la mayoría de ellos.


Traducido del original:

https://badatheist.wordpress.com/2023/10/09/society-and-the-historical-necessity-of-religion/

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“Prácticamente cualquier cosa, por absurda, tonta o ridícula que sea, ha sido creída o afirmada como cierta en un momento u otro por alguien, en algún lugar en nombre de la fe”

James T. Houk




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